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Crisis penitenciaria y cierre de CORESOL

Por Alejandro Navarro, senador por la Región del Bío Bío

24 de octubre de 2013

Para quienes creemos que reducir la delincuencia no se logra solo contratando más carabineros y aumentando las penas o teniendo más gendarmes, es una pena saber del cierre del área de reinserción pos-penitenciaria de la Corporación de Rehabilitación Social (CORESOL).Imagen foto_00000002

 

Reitero lo que he dicho siempre. Todos los meses gastamos un promedio de 523 mil pesos en lo que respecta a mantener un recluso. Alguna gente no cree: ¡523 mil pesos! Eso es lo que vale tener en una cárcel concesionada un preso, un mes. Entonces ello ha desatado que existan más cárceles porque hay alguien que está ganando 523 mil pesos por cada persona privada de libertad.

Ello es un atentado no solo a la racionalidad. Muchos de ellos están allí cumpliendo condenas de 10 años por el robo de una chaqueta de un valor de 30 mil pesos. El 23% de los que están hoy día en las cárceles han tenido una infracción, son primerizos y se les mete a cárceles, las cuales son, por cierto, la universidad del delito. En estos recintos no se ha incorporado la reinserción y la rehabilitación.

 

Expresamente, hemos solicitado un informe detallado de la inversión que están haciendo las cárceles concesionadas en rehabilitación y en reinserción.

 

La verdad es que resulta paradójico, que todos estos centros penitenciarios ganen tanto dinero con tantos jóvenes presos. Veo difícil que quieran perder tantos “clientes”. Hay un 76% de reincidencia y la media habla de un 54%. Desconfío de esos informes. En el caso de la cárcel El Manzano, esos son los índices. Acá el negocio es: “los presos vienen, me pagan, luego vuelven a delinquir y retornan, y me vuelven a pagar”. Hay un incentivo perverso.

 

Desde hace cinco años funcionaba el área de reinserción pos-penitenciaria de CORESOL, que acaba de cerrar. Ninguno de los esfuerzos realizados para obtener apoyo económico, estatal, y de las instituciones privadas prosperaron, por lo que debieron cerrar definitivamente los proyectos que se desarrollaban en Arica, Valparaíso, Concepción y Santiago.

 

Un estudio de la Fundación Paz Ciudadana y de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, divulgado en marzo de este año, da cuenta de que el 50,5% de los liberados durante el año 2007 reingresó a las cárceles por la comisión de un nuevo delito, por lo cual se les impuso una nueva condena, en un período de 36 meses.

 

Claramente el cierre de CORESOL es un fracaso para el país. El dinero se nos acabó en febrero, dice CORESOL. Por eso la corporación resolvió concentrarse en el tema de la educación inter-penitenciaria, que imparte en nueve liceos técnico-profesionales, de Arica a Puerto Montt.

 

Fracasó el Gobierno del Presidente Piñera, quien dijo que a los delincuentes se les iba a acabar la fiesta. Ahora les digo que están de carnaval.

 

Y no hay puerta. Se dictó una ley de amnistía y la delincuencia no ha bajado.

 

Por eso es que he solicitado a Gendarmería de Chile, al Ministerio del Interior y, particularmente, al Ministerio de Justicia, que nos detallen los recursos que se destinan a la reinserción, a la rehabilitación.

 

Porque es una tarea que excede los límites de un solo gobierno. Por eso debe abordarse con una visión de conjunto. Porque este tiene que ser un tema país.

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