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Columna de opinión

Corredor Bioceánico: una gran oportunidad de desarrollo para Chile

Por senador Jaime Quintana, presidente de la Comisión de RR.EE

7 de junio de 2022

En diciembre de 2015, los entonces presidentes de Argentina, Mauricio Macri; de Brasil, Dilma Rousseff; de Chile, Michelle Bachelet; y de Paraguay, Horacio Cartes; suscribieron la “Declaración de Asunción sobre Corredores Bioceánicos”, comprometiéndose a concretar el corredor vial que va desde el puerto de Santos, en Brasil, hasta los puertos de Antofagasta, Mejillones, Tocopilla, Iquique y Arica, en Chile, cruzando siete pasos fronterizos en cuatro países y permitiendo importantes ahorros de tiempo y kilómetros (se estima un ahorro de 8 mil kilómetros) en los viajes de buques con carga de exportación, desde las regiones mediterráneas del cono sur latinoamericano hasta los mercados de Asia y de la costa oeste de los Estados Unidos.

 

Actualmente, las obras de dicho corredor presentan un 76% de avance, restando pocos años para poder transitar sin inconvenientes sus 2.250 kilómetros de vías terrestres, contando solamente desde la ciudad mediterránea de Campo Grande, capital del Estado de Mato Grosso do Sul, en Brasil, hasta el puerto chileno de Antofagasta.

 

Justamente, en Campo Grande se desarrolló, hace pocos días, el Primer Foro de Municipios del Corredor Bioceánico, donde tuve el privilegio de participar, como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, junto a los senadores de la Región de Arica y Parinacota, José Durana, y de la Región de Tarapacá, Jorge Soria, quien recibió un homenaje por haber sido uno de los primeros impulsores de la construcción de estos corredores, cuando hace décadas y en su entonces rol de alcalde de Iquique, comenzara a golpear puertas para convencer a los actores públicos y privados sobre la vital importancia de esta vía de integración regional.

 

En el evento se acordó constituir el primer Frente Interparlamentario Sudamericano para empujar la concreción definitiva del Corredor y potenciar las enormes posibilidades de desarrollo que con él se abren para todos los países involucrados.

 

Es que hoy, en medio de la coyuntura global que Naciones Unidas ha descrito como una verdadera crisis alimentaria, producto de la escasez de alimentos por las restricciones al comercio derivadas de la invasión de Rusia a Ucrania, el Corredor Bioceánico cobra aún más relevancia que la que ya tenía hace siete años, cuando se comprometió su materialización. De hecho, justo mientras estábamos participando en el Foro en Campo Grande, China decidía abrir la puerta a las importaciones de maíz de Brasil para cubrir los envíos de Ucrania que no se han podido realizar. En las próximas semanas debería concretarse un acuerdo similar para las importaciones de soja. Con el Corredor Bioceánico operando, gran parte de esos alimentos podrían embarcarse desde puertos chilenos hacia el gigante asiático, con un ahorro promedio estimado de mil dólares por cada contenedor transportado y, además, una duración de aproximadamente 15 días menos para el transporte de mercancías.

Las economías de Rusia y Ucrania, sumadas, proporcionan el 19% del suministro de cebada, el 14% del trigo y el 4% del maíz del mundo, y representan más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales. Al año 2020, Brasil fue el tercer mayor exportador de maíz de todo el globo, mientras Ucrania ocupó el cuarto lugar; asimismo, el gigante latinoamericano fue por lejos el principal exportador de soja; y respecto al trigo, el año 2021 Rusia ocupó el segundo lugar –después de la Unión Europea considerada como conjunto-, Ucrania el quinto, y Argentina ocupó el séptimo puesto.

 

El país trasandino también forma parte de este corredor y buena parte de sus exportaciones de cereales, especialmente desde sus regiones del norte, pueden salir al Océano Pacífico a través de puertos chilenos. De hecho, en la visita de Estado del Presidente Gabriel Boric a Argentina de principios de abril, de la cual también forme parte, el presidente Alberto Fernández le transmitió a su homólogo chileno la importancia del Corredor Bioceánico.

 

En Brasil, el Ministro Coordinador General de Asuntos Económicos de la Cancillería para América, y encargado del Corredor Bioceánico en dicho país, Joao Parkinson de Castro, ha señalado acertadamente que se trata de un “proyecto multidimensional con proyección física, económica, cultural, académica, territorial, política e integracionista". Junto a él, también participaron del reciente Foro el Canciller Carlos Franca, con quien tuve ocasión de reunirme, y el Senador por Mato Grosso do Sul Nelsinho Trad, histórico impulsor del Corredor. Lamentablemente, Chile todavía no cuenta con un embajador formalmente aceptado en Brasil, una situación que espero nuestra Cancillería pueda resolver a la brevedad, considerando todas estas oportunidades y también que dicho país es el principal destino de las inversiones chilenas en el exterior.

 

Chile no puede desaprovechar estas oportunidades, pensando además que no solo se trata de ser un país receptor y transportador de carga, sino también de abrir nuevas vías de intercambio en sentido inverso para productos chilenos que podrían comercializarse en nuestro vecindario, como por ejemplo el hidrógeno verde, combustible cero emisiones cuyos principales polos de desarrollo se están proyectando en las regiones de Magallanes y Antofagasta.

 

Además, el impulso de este Corredor Bioceánico en el norte también abrirá la puerta para seguir potenciando otras vías que conecten los océanos Atlántico y Pacífico a lo largo de nuestro extenso territorio. Sin ir más lejos, en la Región de la Araucanía, que me toca representar en el Senado, es perfectamente posible desarrollar un polo de servicios a partir de un corredor bioceánico que permita transportar por nuestros puertos las gigantescas reservas de gas shale de la provincia argentina de Neuquén.

 

Por ello, tras regresar a nuestro país, nos pusimos de inmediato en contacto con los ministros de obras públicas y transportes, buscando que el gobierno se involucre activamente en este proceso, que requiere mejorar nuestra infraestructura y nuestra capacidad portuaria, antes de que otros países, como Perú, tomen la iniciativa y nos puedan desplazar como principal destino para exportar las mercancías que transiten por el Corredor Bioceánico. El próximo Foro de Municipios del Corredor se realizará durante el segundo semestre, justamente en alguna ciudad del norte de Chile.

 

En un país como el nuestro, que necesita con urgencia dinamizar su economía y sus regiones, siempre con respeto al medio ambiente y a las comunidades, el Corredor Bioceánico que une Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, se presenta como una gran oportunidad de desarrollo que no podemos dejar pasar.

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