Click acá para ir directamente al contenido

Ley de Medicamentos 2: farmacias proponen cambios a política de bioequivalencia

Los legisladores escucharon una serie de propuestas, entre estas la pertinencia de generar un programa de contención de costos y establecer un termómetro de precios de una canasta básica de fármacos.

16 de mayo de 2016

Imagen foto_00000014“No queda más que comenzar a votar”. Así resumió la presidenta de la Comisión de Salud, la senadora Carolina Goic, el siguiente paso que deberá dar esta instancia tras concluir la ronda de audiencias realizada en el marco de la tramitación del proyecto que regula los medicamentos bioequivalentes genéricos y evita la integración vertical entre los laboratorios y las farmacias.

 

La norma en segundo trámite, deberá ser debatida esta semana. Ello luego que venciera el plazo para presentar indicaciones. Hasta ahora se han recibido numerosas mejoras al texto de parte del Ejecutivo y diversos parlamentarios, las que deberán ser analizadas y votadas por los congresistas.

 

AUDIENCIAS

 

En la última sesión, se recibió al presidente de la Asociación de Farmacias Independientes, Héctor Rojas; al presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos, Mauricio Huberman; el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Innovación Farmacéutica, Jean Jacques Duhart; el presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de Farmacias, Mauricio Acevedo; y el consejero nacional del Colegio Médico, Hugo Reyes.

 

La legisladora destacó los grados de coincidencia y las diferencias que existieron entre los expositores. Dentro de las primeras, admitió el desabastecimiento de medicamentos genéricos, el alza de estos fármacos, la necesidad de cambiar la política de bioequivalencia y la pertinencia de generar un programa de contención de costos.

 

Respecto a las diferencias, la congresista mencionó la comparación que se hace del valor los medicamentos en Chile versus otras naciones, la forma de prescribir la receta y las fórmulas que permitirían reducir el costo de bolsillo de este ítem.

 

Por su parte, el senador Fulvio Rossi valoró las diversas opiniones, recordando que en la tramitación de la ley de medicamentos vigente, impulsó la prescripción de fármacos bajo Denominación Común Internacional (DCI). “Creo que llegó el momento de dejar esto en la ley, por eso presenté una indicación en ese sentido. Ahora, es evidente que no existe una política nacional de genéricos. Para ello debería empoderarse a la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast) para que se haga cargo de esta política. También soy partidario de terminar con la integración vertical”, aclaró.

 

Respecto a una de las demandas expresadas por la Cámara de Innovación Farmacéutica, el legislador empatizó con la idea de dividir los medicamentos en dos categorías: genéricos y originales. “Efectivamente con tanta denominación, la población se confunde, sobre todo con las llamadas marcas propias. También quiero destacar las demandas que se han realizado respecto del uso de la góndola y los turnos de los químicos farmacéuticos”, comentó.

 

BIOEXENCIÓN POR REPUTACIÓN

 

Imagen foto_00000016El representante de las farmacias independientes, Héctor Rojas reconoció que la promesa que se hizo a la ciudadanía de facilitar su acceso a los medicamentos, en la tramitación de la ley vigente, no se cumplió. “La calidad de los remedios es dudosa. El 80% de los productos que dicen ser bioequivalentes, adquirieron esa condición vía exención porque hacer estudios es caro. Lo que proponemos es implementar una política de bioexención por reputación, es decir que se permita la bioequivalencia a productos que lleven mucho tiempo en el mercado y no hayan presentado problemas”, planteó.

 

Un tema planteado por este sector fue la jornada laboral de los químicos farmacéuticos. “Mientras esté abierta una farmacia, uno de nuestros profesionales debe estar disponible. Esto hace casi imposible que éste acceda a colación o se puedan tomar licencia médica. Lo mínimo que necesitamos es tener jornadas de ocho horas, tal como lo manifiesta la indicación presentada por la senadora Allende”, recordó.

 

En cuanto a las nuevas atribuciones que se entregan al Instituto de Salud Pública (ISP), Rojas se mostró preocupado por las competencias que se entregan. “Creo que debería haber cierto contrapeso, por ejemplo creando tribunales sanitarios. Tal como se hizo en lo tributario, con los tribunales ad hoc”, agregó.

 

TURNOS DE QUÍMICOS FARMACÉUTICOS

 

Por su parte, del Colegio de Químicos Farmaceuticos, Mauricio Huberman enfatizó en la necesidad de regular el trabajo de estos profesionales que estarían siendo explotados. En cuanto al sistema público, admitió que no existen sistemas de turnos, abogando por regular aquello.

 

En materia de bioequivalentes, aseguró que “se obliga a los laboratorios a hacer estudios para acreditar esta condición, ello es caro y requiere tiempo; pero se dio un plazo breve para ello. Esto generó el desabastecimiento que tenemos. En el extranjero se pide generar tres o cuatro moléculas por año, no más que eso. Hay muchos productos que no deben ser estudiados porque llevan mucho en el mercado”.

 

Respecto a las góndolas, Huberman reconoció que en las farmacias independientes no existe el espacio suficiente para disponer estas estructuras, por lo que instalarlas podría resultar peligroso. En cuanto al monopolio de las cadenas, planteó que “en Paraguay analizaron el caso de Chile y decidieron que ninguna farmacia pueda contar con más de 15 locales en el país. Creo que nos llegó la hora de pensar cómo vamos a querer que funcione este sector, ¿cómo un centro de salud?, por ejemplo”.

 

FÁRMACOS DE PRIMERA Y SEGUNDA

 

A su turno, en representación de la Cámara de Innovación Farmacéutica, Jean Jacques Duhart cuestionó la norma y algunas indicaciones que trascendieron en la prensa. “Chile tiene en promedio medicamentos más baratos si nos comparamos con la región. Acá el problema es el alto costo de bolsillo. El gasto público en medicamentos es el más bajo de los países de la OCDE. Creemos que se debe aumentar la competencia del mercado introduciendo incentivos”, opinó.

 

“Hay medicamentos de primera y segunda calidad. Creemos que solo debiera haber fármacos originales y genéricos. Un cuarto de los consumidores compra productos originales y el resto, adquiere genéricos. En estos casos sí son comparables los precios. En Chile hay una mezcla de denominaciones que llevan a confusión. No sé entiende cuando se habla de un bioequivalente”, comentó.

 

En cuanto a la intercambiabilidad, Duhart la calificó como un error. “Si se introduce en la receta la DCI, la persona que atienda en la farmacia va a presentar un número impresionante de alternativas que solo confundirán aún más al paciente. Se van a usar como sinónimos remedios que no lo son”, insistió.

 

CONSUMIDORES VULNERABLES

 

Luego, Mauricio Acevedo en representación de los trabajadores relató la realidad del sector. “Quiero contarles que se mantienen prácticas que se buscaron evitar con la ley vigente como es la canela y la integración vertical. Las multas y sumarios que se hacen a las farmacias son cargados a los consumidores. Tampoco se cumple con el etiquetado de los precios”, confesó.

 

“Chile es un país de consumidores vulnerables. Si le ofrezco a alguien un determinado medicamento, es muy probable que me lo compre sin saber de qué se trata. Con esa lógica operan las farmacias. Nos obligan a vender cosas que la gente no necesita”, aseguró apuntando a la necesidad de fiscalizar la normativa en ejecución.

 

A modo de solución recomendó establecer un tope máximo de precios. “Podría establecerse una canasta básica de fármacos, los más usados por la población, por ejemplo los que tratan la hipertensión, la diabetes o el colesterol alto.  El Gobierno debiera controlar los precios de esos productos, una suerte de termómetro. Lamentablemente son muy pocos los que reciben fármacos del sistema público en forma gratuita. La mayoría está obligado a comprar en las cadenas”, propuso.

 

CONTENCIÓN DE COSTOS

 

Finalmente, el representante del Colegio Médico, el doctor Hugo Reyes planteó que “hemos evidenciado en nuestro país la carencia de una política nacional de medicamentos a largo plazo porque se aprueba cada tanto un proyecto como Ricarte Soto y otros, pero son parches sin una mirada integral”.

 

En cifras, el profesional expuso que la bioequivalencia en Chile llega a un 29% del total de fármacos, de allí que se entienda el desabastecimiento. “A esto suma que el formulario nacional se encuentra desactualizado, y tampoco podemos acceder al listado de los bioequivalentes del ISP. La Cenabast tiene una gestión deficiente”, puntualizó.

 

Buscando soluciones, Reyes mencionó la urgente necesidad de contar con una Política de Contención de Costos. “¿Cómo se materializa? De diversas maneras, por ejemplo, reduciendo los márgenes de los distribuidores de remedios, rebajando el IVA a estos productos, apuntando a las compras conjuntas mediante alianzas y tratados internacionales, y generando un programa de reembolsos”, propuso.

Imprimir