Click acá para ir directamente al contenido
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE SEGUNDO RETIRO EXCEPCIONAL DE FONDOS ACUMULADOS DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL


La señora MUÑOZ (Presidenta).- En primer lugar, corresponde reanudar la discusión del proyecto de reforma constitucional, en segundo trámite constitucional, para establecer y regular un mecanismo de retiro de fondos previsionales en las condiciones que indica, con informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
--Los antecedentes sobre el proyecto (13.736-07, 13.749-07 y 13.800-07, refundidos) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de reforma constitucional:
En segundo trámite: sesión 110ª, en 16 de noviembre de 2020 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento: sesión 118ª, en 24 de noviembre de 2020.
Discusión:
Sesión 120ª, en 25 de noviembre de 2020 (queda pendiente la discusión en general).
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Cabe recordar que el Senado, en sesión del día de ayer, inició el tratamiento de esta iniciativa, discusión que quedó pendiente para el día de hoy. Al respecto, quedaron inscritos para hacer uso de la palabra los Honorables Senadores señores Lagos, De Urresti, Araya, señoras Van Rysselberghe y Órdenes, y señores Castro, Coloma, Sandoval, Letelier, Elizalde, Galilea, Girardi, Alvarado y Ossandón.
Es dable reiterar, asimismo, que el objetivo de la iniciativa, sin perjuicio de lo dispuesto en la disposición trigésima novena transitoria y para mitigar los efectos sociales derivados del estado de excepción constitucional de catástrofe por calamidad pública decretado a causa del COVID-19, consiste en autorizar a los afiliados del sistema privado de pensiones regido por el decreto ley N° 3.500, de 1980, de forma voluntaria y excepcional, a realizar un segundo retiro de hasta el 10 por ciento de los fondos acumulados en su cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatorias, estableciéndose como monto máximo de retiro el equivalente a 150 UF y un mínimo de 35 UF.
La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento discutió el proyecto en general y en particular a la vez, por tratarse de una iniciativa de artículo único, y aprobó la idea de legislar por la mayoría de sus miembros: votando a favor los Senadores señores Araya, De Urresti y Huenchumilla, y se pronunciaron en contra los Senadores señora Ebensperger y señor Galilea. En particular aprobó la iniciativa con las modificaciones y las votaciones que se registran en su informe.
Cabe destacar que el artículo único de la iniciativa requiere, para su aprobación, el voto conforme de las tres quintas partes de las señoras y de los señores Senadores en ejercicio, esto es, 26 votos favorables.
El texto que se propone aprobar se transcribe en las páginas 75 a 78 del informe de la Comisión y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición en la Sala, documentos que también se encuentran en la plataforma informática de esta sesión y han sido remitido a los correos electrónicos de todas las señoras Senadoras y de todos los señores Senadores.
Es todo, señora Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Senador Bianchi, tiene la palabra por reglamento.
El señor BIANCHI.- Gracias, Presidenta.
Quiero hacerle una consulta.
El señor Secretario señaló que hay varias Senadoras y Senadores inscritos desde ayer para hacer uso de la palabra, con justa razón, acerca del proyecto de reforma constitucional sobre el segundo retiro del 10 por ciento.
Estamos citados hasta las dos de la tarde. Entonces, pienso que tiene sentido pedir extender el horario hasta las cuatro de la tarde. De otra forma, va a ser muy difícil, con las intervenciones que todas y todos con seguridad vamos a realizar, que logremos tratar la iniciativa que envió el Gobierno, que efectivamente es una copia del proyecto de reforma.
Hay que extender el horario, Presidenta. De lo contrario, no se va a alcanzar a dar el debate que se requiere en uno y otro proyecto.
Eso quería pedir a la Sala, por su intermedio, Presidenta.
De no ser posible, solicito que nos explique de qué forma se van a acotar las intervenciones para lograr tener las dos iniciativas resueltas antes de las dos de la tarde.
Gracias.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Senador, si usted solicita extender la sesión, yo consulto a la Sala y recabo el acuerdo para ello.
Y lo hago en el acto: consulto a los colegas si hay acuerdo para extender el término de la presente sesión de 14:00 a 16:00.
El señor PIZARRO.- Sí.
El señor BIANCHI.- Claro.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Muy bien. Hay acuerdo, entonces, para su solicitud: el término de esta sesión será a las 16:00.
El acuerdo de la Sala es unánime.
En cuanto al tiempo de las intervenciones, Senador Bianchi, ayer fue de cinco minutos para cada señora Senadora y señor Senador, con alguna pequeña extensión de un minuto, un minuto y medio, hasta dos.
¡Depende del cariño ahí...!
Senador Bianchi.
El señor BIANCHI.- ¡Como entendemos que anoche durmió acá el Senador Moreira, no sé si se habrá levantado, pues todavía no llega a la Sala...!
¿Ya está? ¡Ah, se levantó...!
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Llegó muy temprano; ya está en la Sala.
Tiene la palabra el Senador Ricardo Lagos Weber.


El señor LAGOS.- Muchas gracias, señora Presidenta.
Y saludo a los colegas, tanto a quienes están en el Senado como a aquellos que nos acompañan telemáticamente.
Mirado hacia atrás, a un año desde el estallido social y meses con pandemia, uno habría esperado que hoy día uno estuviera pidiendo la palabra para hablar no de un segundo retiro de los ahorros de todos los chilenos, sino sobre una nueva reforma previsional. Creo que eso era lo más fundamental.
Con todo, no fue así.
Se necesita una reforma previsional robusta, mixta, con un componente solidario, que avance hacia un real sistema de seguridad social.
Ello no se hizo a consecuencia de la pandemia, en parte. Y no nos olvidemos de sus efectos como contexto: a la fecha, más de 18 mil connacionales han fallecido, decenas de miles se enfermaron, muchísimas familias chilenas lo han pasado pésimo. Desde el punto de vista de salud, ha habido pérdida de parientes cercanos, familiares, amigos.
Ante todo ello, han tenido que adoptarse medidas sanitarias, lo que tuvo un impacto directo en la actividad económica, afectó el tejido productivo, cortó los empleos, disminuyó los ingresos familiares.
Eso llevó a la discusión del primer retiro hace cinco meses. Y desde entonces a la fecha, la situación no ha mejorado; de hecho, el desempleo sigue en dos dígitos.
Es cierto que ha habido alguna capacidad de actuar y que hemos ido de menos a más. Pero aún es insuficiente en materia de apoyo.
No quiero recordar todo lo que fue la discusión sobre el primer beneficio: ¡50 mil pesos! A poco andar, se dijo: "Esto va a ser insuficiente". Y terminamos con apoyos de medio millón de pesos, con todo lo que eso implicó: el acuerdo del COVID, los 12 mil millones de dólares, todo lo que ustedes quieran. Pero sigue siendo insuficiente.
Esta situación no es solo de Chile, es global. Pero no todos los países actuaron de la misma forma. Y creo que nos ha costado sacar lecciones.
Ahora, no se trata de que después de la batalla somos todos generales, pero ocurre que se fue indicando que había que tener un poco más de ambición a la hora de aplicar políticas públicas para hacer frente a lo que se venía. No en vano legislamos tres veces el Ingreso Familiar de Emergencia. ¡Tres veces legislamos el Ingreso Familiar de Emergencia! Eso fue producto de la insuficiencia de las primeras medidas.
Es cierto que, respecto de lo que iba a ocurrir, nadie tenía clavada la rueda de la fortuna. Yo admito eso. Pero, cuando veo que otros países al comienzo de la crisis adoptaron medidas robustas, yo digo: "Chile pudo haber optado por ese camino".
Con todo, hoy estamos discutiendo un segundo retiro. Y antes de hablar de ello, todos señalan que no es una buena política pública. Permítanme decirles que ni siquiera es una política pública. Aquí estamos legislando para que los chilenos saquen sus propios ahorros, para autoayudarse. ¡De eso se trata al final!
Sí, no es la mejor política pública, porque no es una política pública. Solo estamos autorizando algo. Pero no hay un diseño detrás.
Por eso yo le recrimino al Gobierno que en el primer retiro tuvo una actitud de brazos caídos. Su actitud fue decir: "¿Sabe qué? Es malo lo que está ocurriendo. Yo no me hago cómplice de eso. Usted asuma sus consecuencias". Y el resultado de eso fue que no intervino.
Y en esta ocasión, a la hora undécima, el jueves pasado, a las 20 horas, presenta un proyecto de ley para parar no este retiro, sino futuros retiros, y tratar de darle un barco y una orilla.
Yo sí creo -y lo dije en su oportunidad, a propósito del primer retiro- que aquí debería haber espacio para la tributación de los altos ingresos. Estaba pensando en aquellos que ganamos más de seis millones de pesos al mes. Pienso que tendríamos que pagar algo de impuesto. Nadie apoyó esa propuesta, ¡nadie!, ni los parlamentarios ni el Gobierno. ¡Y ahí quedó!
Y ahora el Gobierno interviene y les dice a aquellos chilenos que están esperando ansiosamente este apoyo que van tener una serie de restricciones. Eso pretendía el proyecto original del Gobierno, que claramente fue un saludo a la bandera, porque esas restricciones no duraron nada. No las defendieron con fuerza; ni el Oficialismo las defendió.
Entonces, ¿qué es lo que queda ahora en esta decisión? ¿Se va a aprobar este nuevo retiro? ¿Vamos a votar por segunda vez el retiro del 10 por ciento?
No sé si la Derecha va a aprobar la reforma constitucional; tengo mis dudas, ciertamente. Por algo inventaron el proyecto del Gobierno: para tener una salida en esto. Pero va a ser nuevamente una iniciativa sin orillas, sin bordes, sin nada. ¿Por qué? Porque se llegó tarde.
La lección que deberíamos sacar todos nosotros es que, cuando no se abordan los temas a tiempo y se produce la crisis, el punto de equilibrio y el momento para determinar la política óptima, el uso racional de los recursos y lo que es mejor para los ciudadanos se alejan de la posibilidad de alcanzar buenos resultados, porque las fuerzas y la vorágine de los acontecimientos impiden una decisión más meditada, más sopesada.
Por eso yo digo que el Gobierno llegó tarde. Y este argumento está en las intervenciones de algunos de nosotros de hace cinco meses.
Señora Presidenta, vamos a aprobar esta reforma, este retiro del 10 por ciento, pero quisiera sugerirles a aquellos que han sido un obstáculo a cambios más profundos que atinen ahora. Se les vino encima el plebiscito; se nos vino encima el estallido a todos nosotros. O tomamos las decisiones adecuadas y entendemos que hay que desprenderse de poder o va a ser demasiado tarde.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Lagos.
Tiene la palabra el Senador Pedro Araya.


El señor ARAYA.- Gracias, Presidenta.
Estamos discutiendo un segundo retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales y sabemos que no es una gran solución; pero, sin duda, va a ser una ayuda concreta para miles de familias, especialmente de clase media.
Lo hemos dicho en todos los tonos: esta no es una sesión para celebrar o sacar cuentas alegres de que le quebramos la mano al Gobierno y logramos el segundo retiro, porque estamos muy conscientes del daño previsional que se va a generar a muchas familias, producto de este retiro.
Pero también conocemos la realidad de lo que está pasando en las calles. Hemos recorrido distintas localidades en Antofagasta, en Calama, en Tocopilla, en Taltal. ¿Y qué vemos? Que mucha gente se encuentra en una situación muy compleja. ¿Por qué? Porque las ayudas del Gobierno simplemente no llegaron, por distintas razones: estuvo mal implementada la política pública de los 500 mil pesos, por ejemplo; las personas no tenían la ficha de protección de familia, etcétera.
Por otro lado, la banca privada no ha otorgado crédito, porque los emprendimientos no han funcionado, producto de la pandemia; y tampoco pudieron acceder al Fogape.
La única ayuda concreta que tuvieron fue precisamente el primer retiro del 10 por ciento. Y este segundo retiro les va a permitir a muchas familias poder darse vuelta en lo que queda de este año o de la pandemia.
Muchos emprendedores con los que hemos hablados en estos días ven la posibilidad de este segundo retiro como una forma de capitalizar sus negocios, de poder llevar adelante sus emprendimientos, pensando en las fiestas de fin de año, en la actividad del verano, a pesar de una clara incertidumbre acerca de qué va a pasar el próximo año.
Yo, en lo personal, voy a apoyar la reforma constitucional sobre el segundo retiro del diez por ciento: sin letra chica, libre de impuesto.
Y lamento profundamente la actitud que ha tenido el Gobierno en esta materia. Creo que nosotros podríamos habernos sentado a conversar desde un primer minuto (Gobierno, Oposición, parlamentarios oficialistas), a fin de buscar una solución respecto de cómo les decimos a los chilenos que enfrenten la pandemia.
Ayer el Ministro de Hacienda nos trataba de marear con los números, nos trataba de explicar las cifras del Gobierno. Pero lo que no dice el Ejecutivo es que esta crisis la están pagando los trabajadores con sus ahorros. Del 10 por ciento del PIB que han significado las distintas ayudas por la pandemia, el 7 por ciento corresponde a los ahorros que utilizaron los trabajadores -el 6,5 por ciento es el primer retiro del 10 por ciento; el otro porcentaje se refiere a los seguros de cesantía-. ¿Qué es lo que ha aportado el Estado? Solamente un 3 por ciento del PIB. Por cierto, estamos conscientes de que es un esfuerzo importante, pero, en los números gruesos, quienes hoy día han salido adelante de la crisis son los trabajadores con sus ahorros.
Entonces, más que esta actitud del Gobierno, que más bien parece la de un Gobierno taimado -que, como no le resultan las cosas, presenta un proyecto que hoy día es prácticamente igual al que formularon los parlamentarios-, lo que nosotros esperamos de la conducción política del Presidente Sebastián Piñera y de sus Ministros es que entiendan el complejo momento que está viviendo nuestro país. Y, más allá de buscar rencillas políticas, de generar una tensión institucional -que a mi juicio no corresponde- con el Tribunal Constitucional al plantear que van a llevar este proyecto a dicha instancia, podríamos buscar acuerdos respecto de cómo salimos adelante de esta crisis, cómo les entregamos herramientas efectivas a las personas de clase media para que puedan sortear los difíciles momentos que han pasado y lo que viene para adelante.
La incertidumbre que tenemos hoy día en nuestro país es gigantesca. Y nosotros, como autoridades, deberíamos tratar de dar ciertas certezas a la ciudadanía para que pueda mirar con tranquilidad el horizonte, saber medianamente qué va a ocurrir el próximo año o cómo se va a enfrentar la situación si, por ejemplo, volvemos a tener cuarentenas como las que ha habido este año. ¿Qué les vamos a decir, por ejemplo, al sector turístico o al sector gastronómico? ¿Cómo se les va a apoyar para que puedan mantener sus negocios?
Esa es la actitud que uno esperaría del Gobierno, no lo que estamos viendo hoy día, que parece más bien una rencilla de intereses políticos mezquinos en vez de haber buscado una solución desde el primer minuto, cuando se planteó este tema. Podríamos haber presentado una propuesta concreta, de cómo la gente podía hoy día retirar parte de sus ahorros y también cómo generábamos una propuesta para que los ahorros que ellos retiraban del sistema previsional se recuperaran en el tiempo, a fin de no perjudicarlos en sus pensiones.
Presidenta, creo firmemente que este segundo retiro del 10 por ciento va a ayudar fundamentalmente a las personas de clase media; va a ser un respiro para muchos emprendedores que hoy día no tienen con qué capitalizar sus negocios. Y espero que podamos aprobar este proyecto, que permite que se haga el retiro en forma universal, libre de impuestos, donde no hay letra chica.
Y si lo que al Gobierno le preocupan son los temas tributarios, llama la atención que no se haya sentado a la mesa y hubiéramos cerrado las brechas que se pueden producir. Porque probablemente quienes van a tener beneficios tributarios serán aquellos de rentas más altas, que puedan invertir en ahorros previsionales voluntarios. Me sorprende no ver ninguna indicación del Gobierno en ese sentido, a fin de prohibir la reinversión de los retiros en ahorros previsionales voluntarios.
Termino, Presidenta, diciendo que voto a favor de este retiro del 10 por ciento, libre de impuestos y sin letra chica.
Gracias, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Araya.
Tiene la palabra el Senador David Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señora Presidenta, sin duda que hemos vivido acontecimientos y situaciones complejas como país, como sociedad, y en el mundo en general.
Destaco las palabras del Senador Lagos respecto de las lecciones que hay detrás de todos estos procesos que nos ha tocado vivir. ¿Cómo enfrentarlos? ¿Sabíamos? ¿No sabíamos? El mundo entero terminó aprendiendo con el desarrollo del mismo problema, a Dios gracias. Y uno lamenta, de partida, cualquier pérdida de conciudadanos a consecuencia de esta pandemia, como también los costos adicionales en enfermedades que han tenido que padecer otros tantos más.
Yo creo que ningún país puede sacar cuentas alegres, lo haya hecho bien o mal. Y, ¡a Dios gracias!, Chile no ha estado dentro de aquellos que no han sabido enfrentar con mayor claridad este proceso. Y valoramos ese trabajo, que, dicho sea de paso, lo han reconocido también los propios organismos internacionales, que han situado a Chile incluso en una posición bastante distinta.
Pero eso no es el mérito, el fondo del tema. Este se encuentra en cómo nosotros, como sociedad, enfrentamos la situación compleja que viven las familias de nuestro país.
Y uno analiza, haciendo el llamado del Senador Lagos -conversaba recién con la Senadora Ebensperger-, qué es lo que paso en este tema. A lo largo de estos casi cuarenta años -y no quiero referirme a los diferentes gobiernos-, la Concertación gobernó gran parte de ellos, desde el retorno a la democracia y la implementación de este sistema, y verificó una gran modificación importante, que fue la que realizó la Presidenta Bachelet en su primer Gobierno y que terminó con la construcción del pilar solidario y el perfeccionamiento de las pensiones asistenciales o de invalidez. De ahí para adelante, algunos maquillajes más, unos maquillajes menos; pero ninguno -ni siquiera nosotros en su minuto- fue al fondo del problema.
Y si alguien quiere enfrentar la situación del sistema previsional, yo creo que este no es el camino para terminar por aniquilarlo. El camino está en sentarnos a la mesa, analizar la reforma previsional que se encuentra en el tapete. Porque, queramos o no queramos decirlo, y siendo objetivo, así como reconozco la variación importante que se efectuó en el primer Gobierno de la Presidenta Bachelet con la modificación del sistema previsional, creo que lo planteó el Gobierno, más allá de la discusión, de la incorporación de esta tercera parte en relación con el aporte del empleador, genera un escenario radicalmente distinto.
Hace pocos días con el Senador Montes estuvimos en un programa radial, y coincidíamos en que aquí había que impulsar un sistema distinto. ¿Cuál es el sistema que queremos? El 70 por ciento de los cotizantes en el sistema en el país tiene menos de 10 millones de pesos, ¡menos de 10 millones de pesos! Podría ser una situación asociada a la edad. Pero todas las personas que en este minuto están por jubilar, de entre sesenta y un y sesenta y cinco años, tienen en promedio 35 millones de pesos. Para que una familia en Chile reciba una jubilación cercana a los 500 mil pesos, necesita 100 millones de pesos de ahorro previsional, ¡100 millones de pesos! En el sistema son contados con los dedos de la mano. ¿Saben cuántos? El 1,7 por ciento de todos los cotizantes del país posee más de 80 millones de pesos, y el 1 por ciento tiene más de 100 millones de pesos. Es decir, de todo el sistema, solamente el 1 por ciento de todos los cotizantes va a poder acceder a una pensión equivalente a los 500 mil pesos. Estamos hablando de 110 mil cotizantes de los 11 millones que hay en el sistema.
¡Cómo no nos dimos cuenta de que esto no estaba funcionado! ¿Qué les paso a ustedes y qué nos pasó a nosotros? Ustedes gobernaron bastante más años que nosotros en este mismo sistema, y cuando lo resolvieron en algunas materias se hicieron algunos maquillajes.
¡Qué nos pasó que no fuimos capaces de darnos cuenta de esta realidad!
Y hoy día, más allá de todos los dolores, de todos los pesares y de todos los problemas, creo que tenemos una oportunidad para sentarnos a la mesa. Hay allí una reforma, en mi opinión, estructural, profunda, una cirugía mayor, como dijo el Presidente, que incorpora el aporte del empleador, que se eliminó con la creación de este sistema. Probablemente, habrá que seguir enfatizando en el sustantivo incremento del aporte del Estado, del pilar solidario, porque tenemos una obligación esencial y fundamental de asegurarles a los chilenos y las chilenas una de sus grandes demandas: tener una pensión digna para su vejez; que quien hoy día está trabajando y cotizando sepa que en el futuro accederá a una pensión digna para vivir los años de júbilo a los que supuestamente debería ingresar.
Aquí estamos enfrentados a si queremos resolver hoy día una emergencia a través de este mecanismo. Nos hemos puesto de acuerdo; hemos llegado a puntos de encuentro. Para que la gente pueda retirar su 10 por ciento, aquí tenemos dos caminos: uno que está expedito, que es el camino de la ley, que es el que institucionaliza este proceso a través de lo que tiene que ser; y el segundo es el del resquicio constitucional, que evidentemente aprobamos nosotros en el primer retiro. Yo voté a favor también en el primer retiro. ¿Por qué no lo haría hoy día a favor? Y me voy a abstener incluso en esta iniciativa en particular. ¿Y por qué? Porque el segundo proyecto satisface exactamente igual el objetivo final.
La gente de nuestro país, los trabajadores, la gente sencilla, la clase media -como decía el Senador Araya-, la gente que más lo necesita -como mencionaba mi amigo Durana- va a recibir su aporte del 10 por ciento. ¿Pero por qué camino? Hay un camino que es expedito: el de la ley, el institucional. El otro, desgraciadamente, ¡desgraciadamente!, tiene una barrera infranqueable, sustantiva, que es precisamente -dicho sea de paso, los mismos Senadores de la Oposición señalaron que este es un camino totalmente incierto- el choque frontal con el trámite del Tribunal Constitucional.
Si queremos que los chilenos tengan su 10 por ciento, debemos ponernos objetivamente en la realidad de la situación. Uno, que la reforma constitucional que estamos analizando en este minuto no lleva a que los chilenos retiren el 10 por ciento. El único camino que termina con ese propósito es el de la ley, porque no pasa por el Tribunal Constitucional. Si queremos que los chilenos reciban su 10 por ciento, debemos aprobar el proyecto de ley. Y, desgraciadamente, tenemos que rechazar hoy día...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Sandoval.
Ofrezco la palabra a la Senadora Van Rysselberghe.


La señora VAN RYSSELBERGHE.- Señora Presidenta, lo primero que quisiera decir, en virtud de las distintas intervenciones que se han escuchado hoy día y ayer, es que acá existe la impresión de que si esta reforma constitucional no se aprueba, no va a haber un retiro del 10 por ciento. ¡Eso no es efectivo! ¡Eso no es efectivo!
Lo dijo ayer la Ministra del Trabajo. Acá lo que va a suceder es que se hará un retiro del 10 por ciento a través del camino legal que corresponde.
Y se ha preguntado insistentemente por qué no se hizo la presentación al Tribunal Constitucional en el primer retiro. La respuesta es supersimple: porque quienes lo aprobaron dijeron insistentemente que era por una única vez, que no habría un segundo retiro, que era una mala política pública. Insistieron en eso una y otra vez y señalaron que, por lo mismo, sería por única vez. Y como uno tiende a creerle a la gente cuando la escucha, se hizo fe de esa palabra.
Ahora bien, que hoy día haya un segundo retiro y que se esté diciendo, además, que habrá un tercer retiro, debiera llamarnos a preocupación a todos por el hecho de que se esté usando un resquicio legal para generar una especie de populismo legislativo a través del cual se está derogando de facto la iniciativa exclusiva del Presidente en temas tan importantes como el gasto social.
Cualquier persona que nos esté escuchando tiene que entender que incluso en la economía de la casa, en la economía de un negocio, y en el país también, no puede haber dos personas que manejen la billetera, porque si ellas no están coordinadas, van a gastar más de lo que tienen, y ese gasto no va a ser sustentable en el tiempo y ese pequeño emprendimiento va a quebrar.
Y lo mismo sucede con los países. Aquellos que han caído en este populismo legislativo, en que se empieza a gastar irresponsablemente la plata fiscal, sin ningún tipo de contrapeso, sin ningún tipo de coordinación, sin ningún tipo de responsabilidad, finalmente terminan deteriorando sus democracias.
Por eso se decidió hacer esta presentación ante el Tribunal Constitucional, porque no puede ser que hoy día nosotros tengamos institucionalizada esta especie de parlamentarismo de facto, que no conversa con el sistema presidencial que hoy día existe en nuestro país.
Se han dicho también innumerables cosas, por ejemplo, que acá hay letra chica. ¡Eso no es cierto tampoco! ¡No es cierto! ¡No generemos incertidumbre en las personas! La gente de Izquierda ha señalado -en el primer retiro y ahora también- que esta es una medida desesperada porque, efectivamente, hay muchas familias que lo están pasando mal, hay muchas familias que han visto disminuido su ingreso. Y, por lo mismo, esto ha avanzado. Pero acá todas las personas podrán retirar su 10 por ciento, salvo los altos funcionarios públicos. No creo que se estén refiriendo a eso quienes han dicho que no todos podrán retirar sus recursos.
Lo que sí se considera es que haya un pago de impuestos. Y a mí me parece razonable. ¿Saben ustedes que el 80 por ciento de la población en Chile no paga impuestos, porque percibe sueldos que no están afectos a impuestos? ¿Quiénes pagan impuestos? Quienes reciben de cierto monto hacia arriba, y de manera progresiva, pagando la máxima tasa quienes perciben sueldos superiores a cinco millones y medio mensuales. Y, además, no lo van a cancelar cuando efectúen el retiro, sino en abril, cuando se declare el impuesto global complementario. Y si esas personas han visto disminuidos sus ingresos, probablemente pagarán menos impuesto de lo que les correspondía. ¿Pero no creen ustedes que sea razonable que quienes no han visto disminuidos sus ingresos, que quienes reciben los sueldos más altos puedan cooperar en esta situación crítica que está viviendo el país? A mí me parece que sí.
Y, por último, no hay que desconocer que este retiro genera un efecto directo en las pensiones, que fue la gran demanda de la ciudadanía a partir del 18 de octubre.
Por lo mismo, creo que este segundo retiro hace bastante complejo algo que era un anhelo: aumentar sustancialmente las pensiones hoy día. Teníamos acordado un 6 por ciento que iría a mejorar las pensiones. Con estos retiros, por la razón que sea -no la quiero cuestionar-, hoy día estamos quedándonos ya no con un 6 por ciento, pues nos hemos gastado casi un 4 por ciento de este 6 por ciento que se iba a aumentar. Por lo tanto, el eventual aumento de las pensiones será bastante más magro.
Por eso creo que si vamos a avanzar en una política de esta naturaleza, tiene que ser por el camino adecuado, porque, de lo contrario, caemos en un resquicio legal, en un populismo legislativo que es, definitivamente, el camino al despeñadero de los países, tal como se ha visto en la experiencia de otras naciones, sobre todo en nuestra región.
Voy a votar en contra de la reforma constitucional y a favor del proyecto del Gobierno.
Muchas gracias, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senadora Van Rysselberghe.
Tiene la palabra la Senadora Ximena Órdenes.


La señora ÓRDENES.- Señora Presidenta, el primer caso de COVID-19 en Chile se registró a inicios de marzo de este año. Y ha pasado el tiempo, con consecuencias sanitarias lamentables. Pero, evidentemente, el COVID-19 también generó una situación económica bien compleja en el país.
Y las medidas sanitarias que se tomaron obligaron a desarrollar políticas públicas que fueran en apoyo de las familias, de los trabajadores y las trabajadoras. Y quiero ser bien sincera en ese sentido: creo que las ayudas que se pensaron y se diseñaron desde el Gobierno llegaron de manera tardía, no fueron suficientes y no fueron eficaces. Y un ejemplo ya lo han dado varios de mis colegas: el Ingreso Familiar de Emergencia ha tenido tres versiones, y ahora se habla de una cuarta versión en el marco de las cuarentenas.
Y, al final del día, han sido los trabajadores y las trabajadoras de Chile quienes, recurriendo a sus ahorros, primero del Seguro de Cesantía y luego con el primer retiro del 10 por ciento... (falla de audio en transmisión telemática)... Y hoy día estamos en una discusión en torno a si damos paso o no a un segundo retiro. Yo creo que es urgente, porque la situación lo amerita.
En tal sentido, quiero hacer un par de reflexiones.
Acá se ha señalado que se quieren hacer las cosas bien. En realidad, hagámonos cargo de que han pasado meses y las medidas no han sido las que la ciudadanía espera o las que la ciudadanía necesita.
El bono de quinientos mil pesos tuvo reparos; el "bono COVID", que se planteó al inicio, no fue suficiente; el préstamo COVID Fogape consideraba una serie de restricciones, igual que algunos instrumentos de fomento. Se aplicaron las mismas reglas en situaciones de emergencia y con cero criterios de universalidad.
Nosotros planteamos una renta básica universal, y la verdad es que no se escuchó réplica y, por lo tanto, se terminó en una serie de políticas públicas con excesos de focalización, con una serie de requisitos que, aun cuando después se fueron flexibilizando, no dieron el ancho para sortear la crisis.
Y ahí aparece el 10 por ciento. Yo lo apoyé. Y voy a apoyar el segundo retiro también, porque creo que es urgente.
Pero hagámonos cargo en cuanto a hacer o no las cosas bien. Lo dijo el Senador Lagos Weber: para el primer retiro el Gobierno presentó una conducta de "brazos caídos". Y en esta segunda oportunidad tampoco hubo voluntad política. Anunció un bloqueo de este proyecto, acudió al Tribunal Constitucional, y paralelamente instala en la agenda pública la idea de que hay una iniciativa de un segundo retiro, y eso no fue así. Ese proyecto, que aparece un par de días antes de que tratemos en Sala esta reforma constitucional, señalaba -yo diría que era el corazón del proyecto- que aquellas personas que retiraran tenían que reintegrar de manera obligatoria los ahorros que hubieran utilizado. Y eso se cambió en el Congreso, en el Senado, en las Comisiones unidas de Hacienda y Trabajo.
Entonces, hoy día, claro, es un copy paste. Y las personas que nos escuchan se preguntan si va a haber retiro o no. Yo creo que habrá retiro. No será a través de esta reforma constitucional, que voy a apoyar hoy día, porque está bloqueada en el Tribunal Constitucional. Pero que se haga cargo el Gobierno de que la voluntad política inicial tampoco es la que inspiró este proyecto.
Eso nos lleva a otro punto, que dice relación con lo que varios Senadores han hablado: la reforma al sistema previsional en Chile. Algunos han argumentado que este no es un buen proyecto de ley -a mí no me gustaría que los trabajadores siguieran recurriendo a sus ahorros, pero no hay otra alternativa-, porque se van a quedar sin dinero en su cuenta de capitalización individual.
Hagámonos cargo de que la gran mayoría de los chilenos tienen ahorrados menos de 70 millones de pesos. Por lo tanto, el impacto en las futuras pensiones no es muy significativo. Por algo más de 10 millones de afiliados sacaron parte de sus ahorros durante el primero retiro.
Chile necesita una nueva arquitectura de previsión social, que garantice que estará basada en los principios de seguridad social de la OIT, de universalidad, de solidaridad; que va a terminar con las tasas de mortalidad, con la discriminación de género, en fin.
Pero eso también requiere voluntad política. En tal sentido, yo también le hago un llamado al Gobierno a que nos pongamos serios en esta materia. No se trata de hablar solo de seis puntos: son las sociedades anónimas, las AFP, las que han administrado un derecho, y hoy día lo que tenemos son cuentas de capitalización individual en que cada uno se salva solo. Hay cero criterio de solidaridad, y me parece que como país debemos ir avanzando en un modelo distinto, con beneficios conocidos, que garantice derechos y que termine con estas tasas de reemplazo tan bajas.
El mejor ejemplo son los profesores, pues terminan con un 25, con un 30 por ciento de lo que era su sueldo original. Seamos realistas: la población de adultos mayores se va a duplicar al año 2050, y no tenemos una respuesta a través -¿me da un minuto más, Presidenta?- del modelo actual.
Yo no colocaría a todos en el mismo saco. Hemos tenido visiones distintas, y creo que debemos hacer todos los esfuerzos necesarios -y para eso están la política, la institucionalidad- a fin de tener un modelo que garantice pensiones dignas. Si hoy día la densidad de las cotizaciones es baja no por la pandemia, ni por el primer retiro, ni por el segundo: ya era baja, porque hay que hablar del tema de los salarios, de la estructura del empleo y, probablemente, de un nuevo pacto fiscal y tributario.
Pienso que esa es una conversación que tendrá que reaparecer, que habrá que instalar nuevamente.
Pero hagámonos cargo de que si no abordamos a tiempo los grandes temas, aparecerá un estallido social. A veces ocurren cuestiones más inciertas, como una pandemia, que nunca vimos venir. Pero hoy día tenemos el desafío, con lo que nos queda de ahorros en nuestro país y con la capacidad de coordinación y colaboración, de lograr un pacto distinto.
Ojalá que hagamos bien esos ejercicios, porque nos estamos jugando gran parte del futuro.
Yo voy a apoyar esta reforma constitucional, y espero que haya un retiro de fondos para todos los chilenos y para todas las chilenas.
He dicho.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senadora Órdenes.
Tiene la palabra el Senador Juan Castro.


El señor CASTRO.- Señora Presidenta, la verdad es que cuando aparece la primera posibilidad de retirar el 10 por ciento de los fondos previsionales fui uno de los Senadores que de inmediato dijeron que era importante que las personas tuviesen la oportunidad de contar con esos recursos, sobre todo aquellas que son de clase media, que no forman parte del Registro Social de Hogares, que nunca van a las municipalidades a pedir absolutamente nada. Ellas quedaron sin trabajo, y obviamente en una crisis como la que estamos viviendo necesitaban ese apoyo.
Sin duda, esa fue la razón para acceder a ello, y ciertamente en esa reforma constitucional también le pedimos al Ejecutivo que no fuera al Tribunal Constitucional para no obstaculizar ese retiro. El Gobierno entendió que había una necesidad y no fue a dicha instancia.
Sin embargo, todos los Senadores sabemos que una reforma constitucional que incorpora un articulado transitorio no es el camino correcto. Todos estamos claros en que esta reforma burla la institucionalidad vigente que tenemos como nación. Y debemos cuidar aquello. Sí, la institucionalidad de nuestro país se debe cuidar.
Asimismo, le pedimos al Ejecutivo, cuando aparece la posibilidad de un segundo retiro de los fondos previsionales, que presentara un proyecto. Pero cuando lo hace uno se da cuenta de que no es una buena iniciativa. ¿Porque qué quiere uno? Que en un proyecto de ley que va en la línea de entregar la posibilidad de un segundo retiro no exista barrera alguna; que sea fácil, universal.
Presentamos las indicaciones correspondientes. Pero a quién hay que agradecer: a los Senadores. Porque este proyecto se mejoró aquí, en el Senado. Y los Senadores de Izquierda, de Derecha, de las diferentes tendencias políticas tuvieron un sentido común: que las cosas hay que mejorarlas.
Eso hay que agradecerlo. De verdad quedé con la impresión de que en esta Corporación hay Senadores que tienen un sentido republicano en cuanto a hacer las cosas bien, así como también hay otros colegas que buscan generar conflicto.
Todos sabemos que el proyecto presentado por el Ejecutivo es el camino para que las personas puedan acceder al segundo retiro del 10 por ciento de sus fondos previsionales. No hay otra vía, porque se presentó un requerimiento al Tribunal Constitucional respecto de la reforma constitucional, la cual no me cabe ninguna duda de que va a ser rechazada. Si insistimos en ella, estaremos diciéndole a la gente que no tendrá ninguna posibilidad de acceder a estos recursos. Y queremos que las personas puedan recibirlos en lo posible ahora, para el mes de diciembre.
Por eso invito a todos los colegas Senadores a aprobar el proyecto presentado por el Ejecutivo, porque está garantizado para que sí o sí las personas reciban este 10 por ciento, que es su propio dinero.
También los invito a que sigamos trabajando con más cariño y con más fuerza para lograr saldar la deuda que tenemos como país hoy día respecto de quienes se pensionarán a futuro, para que seamos capaces como cuerpo colegiado de decirle a Chile que trabajamos con cariño y con respeto por las personas para mejorarles sus pensiones cuando les llegue el momento de jubilar.
Así que la invitación está hecha.
Esperamos, Presidenta, que se ponga en tabla luego el proyecto del Ejecutivo para que lo votemos favorablemente.
He dicho.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Castro.
Tiene la palabra el Senador Letelier.


El señor LETELIER.- Señora Presidenta, estimados colegas, estos han sido días duros en un debate para algunas personas apasionado; para algunos de nosotros ha sido particularmente amargo, donde nos han amenazado nuestra integridad física, en que nos han hecho amenazas múltiples y donde hemos debido efectuar denuncias ante los tribunales.
Todo esto refleja cierto estado de ánimo en nuestro país.
Este proyecto, sobre segundo retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales, que va a ocurrir y que apoyaremos -lo he dicho desde el primer día- tiene diferentes motivaciones.
Sin duda, en primer término, se halla la necesidad socioeconómica, producto, por un lado, de la pandemia y de una pésima política pública del Gobierno para enfrentar sus consecuencias: mezquina, tardía, con letra chica. El IFE es el mejor ejemplo de ello: quienes más han tenido que sostener los costos de la pandemia han sido las trabajadoras y los trabajadores de este país, y el Gobierno ha llegado mal y tarde.
Pero, adicionalmente, hay otra causa de por qué la gente quiere este segundo retiro del 10 por ciento de sus fondos: porque está con rabia por la desigualdad existente en nuestro país, porque está tremendamente frustrada por ello. No es solo porque las personas han perdido el empleo.
A todo eso se une el absoluto desapego al sistema previsional imperante, un sistema fracasado, abusivo, ilegítimo, respecto del cual, junto con el desapego, la gente no cree que importe ahorrar para su vejez, pues tiene necesidades inmediatas; pero, por otro lado, no hay ningún incentivo en el actual modelo de pensiones -como lo han dicho varios colegas- que los mueva a preocuparse de su ahorro, porque ahorrando veinte años, treinta años las personas terminan con una pensión casi igual a la pensión básica solidaria.
El 70 por ciento de las pensiones que paga el sistema de AFP está por debajo del sueldo mínimo; más del 40 por ciento se halla bajo el nivel de pobreza, y, por ende, es natural que no se tenga apego hacia él.
Cuando se planteó la necesidad del segundo retiro, evidentemente había, no uno, sino dos temas sobre la mesa: uno era si aquello se iba a aprobar; y el otro tenía que ver con si detrás de esto se le generaba además otra derrota al Gobierno. Porque aquí hay dos derrotas de esta Administración: en primer lugar, producto de la ausencia de una política pública, se recurre al ahorro previsional de los trabajadores; y, en segundo lugar -y este es un gallito que quizás no lo vea todo el país, pero que algunos lo intuyen-, si es que el Congreso se impone al Ejecutivo, cuestión que es propia del proceso constituyente que estamos viviendo, el cual tenemos que saber llevar y cuidar. Subrayo este concepto: ¡y cuidar! Porque el proceso constituyente no está garantizado; el proceso constituyente no se halla asegurado por el plebiscito. El plebiscito del apruebo es el inicio; pero faltan muchos otros pasos a fin de garantizar que nuestro pueblo se constituya como soberano para definir las reglas del juego de esta sociedad.
Ahí existe un segundo conflicto que se encuentra bajo cuerda en esta materia.
Señora Presidenta, quizás por la experiencia, porque algunos somos más viejos en esto o porque miramos las cosas de forma distinta, para mí -tal vez no para todos- resultaba evidente la semana pasada que la reforma constitucional sobre el segundo retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales se iba a votar en esta Sala y que lo más probable era que los partidarios del Presidente Piñera se ordenaran detrás de él, y que este con toda certeza iría al Tribunal Constitucional, no por la ley en proyecto, sino por la disputa mayor que hay: no quiere perder poder en este proceso constituyente; no quiere perder el control de varias iniciativas en este proceso constituyente.
Este conflicto no se resuelve yendo al Tribunal Constitucional como lo hizo ahora, en forma inoportuna e inadecuada. No está garantizado solucionar el conflicto que subyace recurriendo a dicho tribunal.
Aquí tenemos un conflicto más profundo, que va más allá de la ley en proyecto y que no se va a resolver fácilmente, porque hay un proceso constituyente que se ha desatado.
En cuanto a la iniciativa sobre segundo retiro de los fondos acumulados de capitalización individual, dado que el Presidente iba a recurrir al Tribunal Constitucional -para cualquiera que supiera de su personalidad, de su actitud era evidente que en esta ocasión procedería de esa manera-, sabíamos, si es que queremos el 10 por ciento para la gente sencilla, que no había que cerrar otras puertas.
Yo me abstuve en el proyecto del Gobierno: ¡un pésimo proyecto! Un proyecto de autopréstamo, mezquino, recortado, con letra chica. Sin embargo, sabía que en el Senado teníamos mayoría para depurarlo y dejarlo casi igual que el que viene de la Cámara de Diputados. Ese es el que votaremos después, y va a asegurar la entrega de recursos a las chilenas y a los chilenos, lo que es mi principal motivación en este tiempo.
Porque a mi juicio el camino de la polarización, que es lo que se halla en juego en el otro debate, en el de si el Parlamento se impone o no a través de una reforma constitucional, puede llevar a descarrilar el proceso constituyente.
Algunos creen que fomenta y ayuda al proceso constituyente; alguna gente que se dice de Izquierda piensa que ese es el camino que le conviene al pueblo.
Yo soy absolutamente contrario a eso. Creo que al mundo del trabajo, a la gente de esfuerzo le conviene un proceso constituyente no polarizado, para que se puedan expresar libremente, sin condicionantes. Y menos aún con esto de las redes sociales como son hoy día, que tienen coaptada la forma como algunos actúan.
Señora Presidenta, voy a votar a favor de la reforma constitucional.
Creo que habría sido mejor que el Presidente no forzara el tensionamiento existente con su presentación al Tribunal Constitucional.
Esperaría, si es que tuviéramos los votos para aprobar este proyecto de reforma constitucional, que el Gobierno retirara dicho requerimiento. Pero dudo que lo haga, así como dudo que tengamos los votos para aquello.
Quizás soy de los pocos que nunca pensaron que eso iba a ocurrir.
Pero sí considero importante, después de aprobar el proyecto de ley que va a permitir el segundo retiro, que nos sentemos a discutir cómo garantizar el proceso constituyente, que es mi mayor preocupación: es lo que subyace y que algunos no ven.
El segundo retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales, en verdad, nunca ha estado en juego -¡nunca!-, y todos quienes estamos aquí sabemos eso. Lo que se halla en juego es si vamos a ser capaces como Poder Constituyente delegado de sacar adelante el proceso constituyente...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Ya le concedí algunos minutitos, señor Senador.
Le voy dar medio minuto adicional para que concluya.
El señor LETELIER.- Gracias.
Solo quiero decir, señora Presidenta, que a mi juicio en esta vuelta el Gobierno ha estado obligado a hacer algo que no quería, esto es, el segundo retiro del 10 por ciento, y ha puesto el proceso de tensionamiento entre las instituciones en el límite: ¡en el límite!
Creo que debe ser responsable en tal sentido, porque es un Gobierno con muy poco apoyo ciudadano.
Por eso el Congreso debe asumir su responsabilidad en estos dieciocho meses que tenemos por delante, para asegurar un proceso que garantice que las chilenas y los chilenos puedan expresarse en el proceso constituyente más allá de estos retiros de fondos, más allá de enfrentar las políticas públicas ante la pandemia -porque sabemos que este retiro de fondos es complejo-, y para que nos hagamos cargo del problema de fondo de las AFP, que tiene que ver con cambiar el sistema, crear un modelo solidario con seguridad social y terminar con los abusos de las AFP, cuestión que todos queremos.
He dicho.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Letelier.
Tiene la palabra el Senador Rodrigo Galilea.


El señor GALILEA.- Señora Presidenta, en muchas de las intervenciones de los Senadores que me han precedido en el uso de la palabra se han referido a lo que estamos votando en este instante como una mala política pública.
Hay alguno que ha dicho: "Bueno, ni siquiera es una política pública".
Pero, en definitiva, por ahí van las expresiones.
Frente a ello, a esta especie de inevitabilidad, obviamente nos escudamos y la justificamos por la necesidad de las personas, la cual es obvia y evidente.
Además -y es lo que no se dice-, esta medida del retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales es extremadamente popular. Eso, ciertamente, de alguna manera permea el alma y el corazón de los políticos, de quienes vivimos del apoyo y, finalmente, del voto de la gente.
Esto es muy pero muy popular.
Si ustedes lo piensan bien, es difícil tener una justificación más allá de la mala política pública para oponerse a una medida como esta.
En el retiro del 10 por ciento evidentemente ganan y van a percibir un beneficio todos aquellos que se hallan genuinamente necesitados y que tienen fondos ahorrados: van a ganar.
Los que están con pega, pero quizás se encuentran más endeudados de la cuenta también van a estar felices, porque a lo mejor destinarán parte de esos recursos a bajar deudas y a vivir algo más tranquilos.
Los que tienen pega y no cuentan con grandes deudas también van a estar contentos, porque muy probablemente podrán usar parte de esa plata para hacer mejoras en su vida cotidiana.
Cada uno verá dónde le aprieta más el zapato, qué quiere comprar, cambiar o mejorar. Perfecto: ¡van a estar contentos!
El comercio, en general, también estará contento: van a vender más.
Las instituciones financieras también lo van a estar. ¿Por qué? Porque la gente va a ir y se pondrá al día en sus deudas, y todo será más tranquilo.
Las AFP también van a estar contentas. ¿Por qué? Porque podrán retirar encaje; van a quedarse con los mejores cotizantes en sus cuentas, y, por lo tanto, también en principio no debieran manifestar mayores problemas frente a esto.
Entonces, cuando uno revisa la lista se pregunta: "Bueno, si aquí todos están contentos por una u otra razón, ¿por qué alguien podría oponerse a una medida como esta?". Eso necesariamente nos lleva a pensar en que en realidad la única razón por la que uno podría estar oponiéndose a una cuestión como esta es por eso que se llama "una mala política pública".
¿Qué es una mala política pública? Creo que aquí todos debiéramos reflexionar sobre ello.
No voy a escribir un tratado sobre esto, pero yo diría que es aquella que básicamente cumple tres requisitos: la que no es sustentable en el tiempo; la que está mal focalizada; y la que es, finalmente, regresiva (es decir, ayuda más al que más tiene y menos al que menos tiene).
Entonces, nosotros miramos y decimos: "Ya, tenemos que ayudar a la gente que está pasando por problemas severos. La gente que lo está pasando mal es la gente que tiene que estar en nuestro corazón y es lo que debe inspirar todo lo que nosotros hacemos". Muy bien, hagámoslo, pero hagámoslo razonablemente. Y cuando digo "razonablemente", quiero decir usando la razón, usando la razonabilidad, usando los datos, usando todas las herramientas que nos regala hoy día la información.
Y cuando empezamos a mirar los antecedentes, nos damos cuenta de que el dato de pérdidas de ingresos laborales en Chile durante todo este año -yo sé que estas son cifras que pueden sonar algo teóricas, pero finalmente hay que mirarlas- es de 7 mil millones de dólares. Esa es la pérdida de ingreso laboral.
Lo que hemos hecho, lo que estamos haciendo, entre las ayudas, las transferencias directas del Gobierno, entre el primer retiro del 10 por ciento y este eventual segundo retiro del 10 por ciento, ¿saben a cuánto asciende en total? A aproximadamente 42 mil millones de dólares.
O sea, para dejar las cosas más o menos, antes de crisis necesitábamos 7 mil y estamos destinando...
Cinco minutitos más, Presidenta.
Estamos destinando 42 mil, es decir, seis veces más de lo que había sido efectivamente el daño.
Entre 1 millón y medio y 2 millones de personas habían perdido la pega, y estamos permitiendo que 10 millones -es decir, cinco veces más de personas- puedan retirar parte de sus fondos.
Estábamos diciendo que debíamos ayudar a quienes habían perdido los ingresos laborales, pero resulta que 2 de cada 3 pesos que se retiraron en el primer retiro fueron a dar a gente que no había perdido jamás sus ingresos durante este año.
Esto yo solo lo digo porque nosotros tenemos que obligarnos a mirar las cosas y a usar bien los recursos, los pocos recursos que tiene un país como Chile.
¿Cómo podemos justificar esto? ¿Cómo podemos llegar a justificar esta tamaña desproporción? Yo sé que nos puede mostrar muy humanos, muy caritativos, en fin, pero la verdad es que es una desproporción completa y absoluta.
Recién en junio, especialistas de todos los partidos políticos habían determinado los montos de plata que eran necesarios para pasar esto. Algunos alegan que pueden no haber sido suficientes, que el IFE tenía requisitos, que aquí, que allá, bueno, mejoremos eso. Eso es lo que debíamos haber hecho: destinar los recursos, pero no lesionar gravemente lo que son los principios de ahorro para nuestra vejez.
Presidenta, para concluir, quiero decir lo siguiente: acá vamos a terminar aprobando. Al menos, el proyecto del Gobierno mejora cuestiones relativas a la regresividad. Al menos, vuelve a enrielar las cosas por lo que es la correcta institucionalidad. Pero debo decir que, en mi opinión, junto con...
Le pido treinta segundos más, Presidenta.
Quiero decir que, en este trance, yo voy a apoyar, evidentemente, la propuesta del Ejecutivo, pero la apruebo con un sabor amargo. Creo que no fuimos capaces de usar toda la información y todas las herramientas para haber hecho esto de una manera mucho mejor. Y simplemente espero que, ojalá, nuestro país no vuelva a transitar los caminos por los que estamos transitando en este instante, por la propia gente, por nuestra institucionalidad y por la posibilidad de tener efectivamente en el futuro un buen sistema de pensiones.
Gracias, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Galilea.
Senador Girardi, tiene la palabra.
Son 5 minutos, Senador.
El señor GIRARDI.- Yo le pido los mismos 10 minutos que le dio al Senador Galilea.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Le di 7. Eso le puedo otorgar.


El señor GIRARDI.- Bueno. Gracias, Presidenta.
Yo creo que esta es una interesante ocasión para ver cómo la estupidez humana, el egoísmo humano, la visión neoliberal, la insensibilidad nos llevan a situaciones dramáticas. Porque, ¿cómo entender que un pequeño virus, un pequeño agente, tiene en jaque a la humanidad?
Y la tiene en jaque por sus prácticas deshumanizadas, por su destrucción del entorno, por su ceguera, por su falta de conciencia, por ser un mundo que se mueve solo en función de la ganancia, que ha despreciado la vida de todos los seres vivos y los propios seres humanos, donde se ha generado una sociedad en que se vale por lo que se tiene. Es un mundo que ha perdido valores, que ha perdido sentido. Y claro, lo que estamos viviendo es la venganza de ese modelo. Es una respuesta a eso. Y así, un pequeño virus tiene a toda la humanidad neoliberal hoy día amenazada.
Y como este es un tema ecosistémico, yo creo que la misma manera de vivir sus consecuencias y de poder enfrentarlo tiene que cambiar esos patrones de la codicia, de la insensibilidad. Vivimos un mundo de destrucción ecosistémica gigantesca que nos está generando no solamente el calentamiento global, sino que las pandemias. Ellas son el resultado de la crisis ecológica y de la crisis de desigualdades que hay en el planeta.
Debiéramos aprender de eso, porque en las mismas razones en que esto se generó está la posibilidad de enfrentarlo. Y yo creo que Chile ha fracasado totalmente en la manera de enfrentar esto. Y los fracasos no son algo subjetivo: vamos a terminar siendo uno de los países que tienen la mayor cantidad de muertos por millón de habitantes, de contagiados por millón de habitantes.
Pero mire, si es muy simple, Senador Galilea: Wuhan se demoró diez semanas en controlar la cadena de contagio; Corea del Sur se demoró ocho semanas ¿Sabe cuántas semanas llevamos nosotros? ¡Treinta y seis semanas! Y vamos a tener un rebrote. ¿Y por qué? Porque tenemos un gobierno que sigue manteniendo las mismas lógicas neoliberales, egoístas, insensibles, de estupidez humana, para enfrentar esto.
De hecho, las políticas del Ministro Mañalich fueron un absoluto fracaso en trazabilidad, en recursos sociales para ir en ayuda de quienes tenían problemas. Por lo tanto, si no cambiamos de actitud; si no ponemos delante la solidaridad, la sensibilidad; si no entendemos cuál es el sufrimiento que están viviendo los chilenos y las chilenas, ¡imposible resolver esta crisis! Y vamos a tener otra, y vamos a tener un rebrote.
Este es un tema que nosotros deberíamos analizar desde una perspectiva mucho más profunda. Hay muchos elementos. Pero cuando la sociedad está abandonada, cuando la sociedad tiene políticas públicas insuficientes, cuando hay chilenos que llevan nueves meses confinados, y muchos sin trabajo, con pérdida de ingresos, cuando muchos ni siquiera tienen dinero para comprar alcohol gel, a veces ni siquiera dinero para alimentarse, entonces, las medidas que estamos planteando no son solo medidas sociales, ¡son medidas sanitarias!
Porque la única manera que tenemos de enfrentar esto es con una lógica de inteligencia. Pero esa inteligencia no existió hasta la llegada del Ministro Paris. No se escuchaba al Comité Asesor, no se hacía la trazabilidad, no se incorporaba la atención primaria. Es decir, ¡un mundo del absurdo!
Claro, hoy día se escucha a ese mundo, pero la trazabilidad es insuficiente, no se aísla a las personas las primeras 24 horas, no se buscan ni rastrean los contactos en las primeras 24 y 48 horas, como se debe. Por lo tanto, tampoco hay ayuda social seria. Porque si la hubiera habido, no estaríamos hablando del retiro del 10 por ciento. ¿Por qué estamos hablando del retiro del 10 por ciento? ¡Porque frente a una política ineficiente, insensible, no quedó otra alternativa, para ir en ayuda de los que están abandonados, que tomar estas decisiones!
Esto es como cuando un paciente está en la UCI, y Chile está en la UCI: hay que sacarlo de la UCI. En la UCI se consume la mayor cantidad de recursos que una persona gasta en salud en su vida. ¡Y como no nos preparamos!, ¡y como privatizamos el sistema de salud!, ¡y como demolimos el sistema de salud!, ¡y como no tiene médicos el sistema de salud!, ¡y como dejamos de hacer vacunas por el sistema neoliberal!, bueno, estamos donde estamos.
Presidenta, yo escuché claramente al Senador Galilea pedir cinco minutos. Le pido lo mismo.
Entonces, tenemos un tema de fondo. Y creo que aquí se mezclan cosas. Se mezcla, además, la rabia, la justa rabia, la justa frustración que tienen los chilenos por un sistema de seguridad social que no es un sistema de seguridad social, ¡que es una vergüenza!, ¡que es un sistema violador de derechos humanos, igual que las isapres!, ¡que se dice que es de seguridad social, pero que, usando los dineros ajenos de todos los chilenos, los condena a pensiones miserables, con utilidades gigantescas!
Porque, claro, los chilenos dicen: "Mire, si igual voy a tener una pensión miserable, y hoy día no puedo comer, y hoy día no puedo pagar las cuentas, y hoy día no puedo alimentar a mis hijos e hijas, y hoy día ni siquiera puedo comprar alcohol gel, entonces, obvio, prefiero que no me sigan abusando esas instituciones miserables y usar esos recursos hoy día. Y después veremos".
Así se genera esta situación, evidentemente, y qué bueno que haya parlamentarios y parlamentarias que han respaldado esta iniciativa, porque son las únicas ayudas sociales que les han llegado a aquellos que fueron víctimas de la letra chica.
¿Por qué voy a apoyar esta norma y no la del Gobierno? ¡Porque la del Gobierno era una trampa, era una mentira, era un fraude, era un intento de engañar a la ciudadanía! ¡Si era un proyecto de autopréstamo, con letra chica! ¡Si fue el Senado el que lo tuvo que cambiar y podar entero! ¡Si era para engañar a la ciudadanía!
Pues bien, yo para engaños no me presto. Prefiero este proyecto de reforma constitucional. Y no la trampa, no la mentira, no el abuso, no engañar a quienes están sufriendo en este país.
Le pido los últimos 30 segundos, Presidenta, que le dio también a mi colega...
El señor SANDOVAL.- ¡Usted está abusando!
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Medio segundo.
El señor GIRARDI.- Y miren la incoherencia: ¡el Gobierno lleva este proyecto al Tribunal Constitucional! ¡Es lo más incoherente que hemos visto! Es una situación que no tiene comprensión racional. Bueno, las políticas de este Gobierno nunca han tenido comprensión racional, porque no tiene norte.
¡Es lo más arbitrario! Por las mismas razones que van al Tribunal Constitucional hoy día debieran haber ido en el primer proyecto de retiro. Y no fueron. ¡Ese estuvo totalmente legal! ¡No fueron al Tribunal Constitucional! ¡Y hoy día van solo por razones de pequeña y miserable política!
En segundo lugar, ¿por qué va a ser inconstitucional una reforma constitucional? ¡Si lo que se está haciendo es reformar la Constitución! Entonces, ¡cómo puede ser inconstitucional reformar la Constitución!
Y ahí está nuevamente la arbitrariedad. Las razones son pequeñas, son de disputarles a otros la autoría del proyecto; es quedarse con una autoría que no les corresponde...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Girardi.
Tiene la palabra el Senador Claudio Alvarado.


El señor ALVARADO.- Gracias, Presidenta.
Ante todo, por su intermedio, quiero manifestarle al Senador Girardi que el proyecto del Gobierno no tiene trampa, no es mentiroso y no es un abuso. Basta con leer el informe de la Comisión para darse cuenta de que no reúne ninguna de las características que acaba de señalar el Senador Girardi.
Sin lugar a dudas, la pandemia nos cambió inesperada y bruscamente nuestra realidad económica, política y social.
Primero, tuvimos que empezar a pensar cómo enfrentar el confinamiento obligado por los temas sanitarios; cómo ayudar a aquellas familias cuyos integrantes con empleo estable, de un día para otro, ya no podían salir a trabajar ni a buscar el sustento diario para sus hijos; cómo evitar la pérdida masiva de puestos de trabajo por pequeñas y medianas empresas que ya no tenían un flujo de clientes que les proporcionaran ingresos; cómo entregar apoyos ante la caída de ingresos de las familias producto de la falta de actividad económica generada por la pandemia; y, por supuesto, cómo, superada la crisis sanitaria, empezar a generar las bases de una recuperación económica que entregue dinamismo, inversión, recuperación de puestos de trabajo, recuperación de ingresos para las familias.
¿Y qué es lo que hicimos, todos juntos: el Congreso, que fue parte importante de esto, y el Ejecutivo?
En lo social, definimos trasferencias directas para familias más vulnerables, lo que fue discutido y aprobado en este Congreso; apoyo con cajas de alimentos; préstamos blandos.
En lo económico, buscamos leyes que protegieran el empleo; entregamos el Ingreso Mínimo Garantizado para complementar la remuneración de muchos trabajadores; establecimos un sistema de subsidio al empleo para darle fuerza a la recuperación económica; apoyamos a la pequeña y mediana empresa a través del Fogape; impulsamos programas masivos de inversión pública a través de la Subdere, a través del Ministerio de Vivienda, a través del Ministerio de Obras Públicas.
Y, en lo político, todos juntos, en junio, ¿qué buscamos? Un gran acuerdo que discutimos, reflexionamos y analizamos a partir de las recomendaciones de un grupo transversal de economistas, lo que nos permitió definir claramente un marco de recursos, del orden de 12 mil millones de dólares, para enfrentar esta pandemia y, de esa forma, poder resolver los problemas que se nos planteaban desde el punto de vista sanitario, en el ámbito social y en el ámbito económico.
Dentro de ese contexto, surge la iniciativa del retiro del 10 del ciento de las pensiones. A mí me correspondió, como Ministro de Estado en aquella oportunidad, en esta misma Sala, manifestar mi opinión contraria a ese retiro. Porque creía -y lo sigo creyendo- que era una mala política pública. Pero, en definitiva, los hechos forzaron esa situación y se permitió el retiro del 10 por ciento.
Y viene este segundo retiro. ¿Qué es lo que ha hecho el Gobierno? Ha asumido una realidad política y ha presentado un proyecto. Ese proyecto ha sido discutido y, de aprobarse en el Congreso, las personas podrán retirar este segundo 10 por ciento.
Pero acá lo que tenemos que entender, y yo creo que no hay dos opiniones en ello -si me da un poquito más de tiempo, señora Presidenta, se lo agradecería-, es que el camino escogido, el de la reforma constitucional, no era el mejor. Esta es una iniciativa exclusiva del Presidente de la República, porque la Constitución señala que en materia de gasto público, en materia de tributos, en materia de previsión social, la iniciativa la tiene solo él. En ese sentido, hoy día estamos debatiendo un proyecto dentro de ese cauce institucional y no yéndonos por el atajo.
Quiero valorar que en la discusión de este segundo 10 por ciento el debate sea mucho más reflexivo, mucho más racional y mucho menos pasional. Todos los que aquí estamos compartimos que el retiro del segundo 10 por ciento, por la vía de la reforma constitucional, no es lo correcto. Pero nos inhibimos y no lo decimos y no lo manifestamos por el temor al bullying en las redes sociales.
Hoy día tenemos la oportunidad de que este segundo 10 por ciento se canalice como corresponde: por la vía institucional, y de dar un corte, ojalá definitivo, a estas iniciativas de resquicios constitucionales, llenas de populismo, que de alguna u otra manera van socavando las bases de nuestra institucionalidad.
Por lo tanto, señora Presidenta, termino señalando que en este Senado el día de hoy se va a aprobar el segundo retiro del 10 por ciento, y en términos muy similares a esa reforma constitucional, pero en un proyecto patrocinado como corresponde -y siempre debería haber sido así-: por el Poder Ejecutivo.
He dicho, señora Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Alvarado.
Tiene la palabra el Senador Álvaro Elizalde.
No está conectado.
Tiene la palabra, entonces, el Senador Manuel José Ossandón.


El señor OSSANDÓN.- Presidenta, ¿se escucha?
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Sí, Senador.
El señor OSSANDÓN.- Gracias.
Presidenta, hemos escuchado varios discursos acalorados, encendidos, aprovechando todo tipo de instancias para reventar al Gobierno. Esta guerrilla no le hace bien a nadie. Y poco se ha escuchado de la real importancia y del objetivo final que nos tiene que hacer trabajar, que es cómo ayudar a la gente que lo está pasando mal.
Por eso es que hoy votar por utilizar los recursos propios de los cotizantes para salir de la crisis es un tema que refleja los problemas de gestión que ha tenido el Gobierno desde sus inicios. No es fácil y no es justo que las personas tengan que utilizar sus propios recursos para, en parte, paliar esta crisis.
Pero hoy nos enfrentamos, como bloque y como chilenos, a dos eventos para los que no estábamos preparados: el estallido social, pese a que muchas veces lo advertimos, sobre todo cuando era alcalde, y la pandemia, que es algo muy difícil de prever.
Pero la pregunta de fondo es: ¿por qué Chile llegó a esto, a las crisis que ya mencioné? Hoy estamos, como decía, en una crisis político-institucional. Y eso es lo más preocupante del segundo retiro, porque, sin institucionalidad, no hay cómo construir un mejor país.
En esto agradezco el trabajo de Senadores de Oposición, pues fuimos capaces de llegar a acuerdos con sentido común, que buscan el objetivo final: que la gente sí reciba un segundo retiro del 10 por ciento antes de la Navidad.
Yo voy a votar por el proyecto que asegure ese retiro, y que sea durante el mes de diciembre, pero quiero dejar muy claro y sin ambigüedades: no podemos seguir llegando tarde con las ayudas; la urgencia y la emergencia no aguantan más.
Yo no le voy a pegar al Gobierno, Presidenta, como se ha dado en esta discusión, porque eso no ayuda a nadie, y menos a la gente que está sufriendo y que, lamentablemente, necesita retirar sus propios fondos. Realmente, es una pena que tengan que usar sus fondos para autoayudarse, y no que el Estado de Chile haya sido capaz de haber enfrentado esta situación antes.
En función de lo anterior, debemos asegurar que el retiro de estos dineros sea rápido para ir con una ayuda eficaz a las familias chilenas, que con mucho esfuerzo han enfrentado esta pandemia, sobre todo a los que no ayuda nadie, esa clase media, ese segmento en que no hay ni pobres ni ricos.
La prioridad debe estar en los chilenos y chilenas que, con el actual clima político y con el actual proyecto presentado por algunos sectores de Oposición, tendrán que esperar una lenta tramitación en el Tribunal Constitucional -eso es así-, sin claridad de cuándo deba rechazarse la presentación y pueda efectuarse el retiro.
Lamentablemente, esto no aguanta más, y el proyecto que viene de la Cámara de Diputados sí va a ir al Tribunal Constitucional, lo que no nos da certeza de que realmente el retiro del segundo 10 por ciento llegue a nuestra gente.
Hoy discutimos el segundo retiro, pero lo importante y fundamental es lo que viene: que el Ministro de Hacienda, y también el Gobierno, sintonicen con la situación real de las familias de Chile. La macroeconomía y sus fórmulas son importantes y esenciales en las políticas públicas, pero, como el día a día de muchos chilenos y chilenas, eso hay que verlo. Me acuerdo haber visto al Ministro Briones subirse al Metro. Le aseguro que debe hacerlo más seguido. Eso le hace bien al país. Hará bien que el Ministro y muchas personas del Gobierno se acerquen a la realidad cotidiana de la gente común y corriente.
Como coalición, nos hemos visto afectados por la crisis que enfrentamos, pero llegó la hora de retomar la agenda, de que los chilenos y chilenas tengamos como prioridad salir de nuestras trincheras, escuchar. ¡Lo mismo la Oposición! Después de todo lo que hemos vivido, el tema y el pilar fundamental de la hoja de ruta de este Gobierno debe ser construir un país más humano, más solidario, una Derecha social.
Por último, Presidenta, hago un llamado a no seguir esperando y no seguir jugando mediáticamente con el sufrimiento de todos nuestros vecinos y vecinas, y desde ya ponernos de acuerdo en un sistema de pensiones que, de una vez por todas, se haga cargo de verdad de los problemas de las pensiones de Chile, porque parte de lo que pasó en octubre se debe al malestar de que los familiares de cada uno -mamá, tíos, papás- tengan pensiones realmente indignas.
Mi compromiso es con el retiro del segundo 10 por ciento. Siempre ha estado. Fui de los pocos de mi coalición que apoyaron con fuerza el primer retiro, que dio un gran resultado. Pero tenemos que ser responsables, y por eso hago un llamado a la generosidad y a la transversalidad.
Con un grupo de Senadores -y siempre hay que dar los nombres, porque hay que ser justo: el Senador Durana, el Senador Sandoval, el Senador Castro y el que habla-, logramos pedirle al Gobierno que presentara un proyecto, porque claramente el de la Cámara de Diputados iba a ir al Tribunal Constitucional y no iba a llegar en la hora oportuna.
El Gobierno nos presentó un proyecto malo, lleno de letra chica. Logramos, en una situación inicial, meter, involucrar, nosotros, a los funcionarios públicos, que estaban todos fuera, y después, en la Comisión conjunta, los Senadores de la Oposición hicieron un gran trabajo, buscando y ajustando para que este proyecto fuera igual o mejor que el que venía de la Cámara de Diputados.
Ese ejemplo, que dieron algunos Senadores con trabajo silencioso pero responsable, que se ajustaba a buscar realmente el objetivo, no la pelea chica, ni a decir que en este país somos egoístas, mentirosos, que engañamos, y a "darle como caja" al Gobierno, permitirá que el retiro se haga efectivo antes de Navidad.
Aquí mismo algunos colegas han dicho que han sido amenazados por esto. Yo quiero que seamos justos. Lo importante es que durante este día salga el segundo retiro. Me "importa un huevo" de donde venga, pero que salga. Y hay un proyecto que no tenemos certeza que vaya a salir o no se vaya a atrasar, porque la presentación -y seamos transparentes- del Presidente de la República ante el Tribunal Constitucional, primero, es parte de sus atribuciones, y segundo, él busca otra cosa...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Le vamos a dar el micrófono, Senador.
El señor OSSANDÓN.- ¡Treinta segundos, Presidenta!
Repito: el Presidente de la República, cuando va al Tribunal Constitucional, lo hace en uso de sus atribuciones, pero repito, y aunque sea ordinario, "el sapo del 10 por ciento se lo comieron", y eso ya es una realidad. Él busca condiciones para hacer un gran acuerdo en pos de un nuevo sistema de previsión y que no aparezca un tercer o cuarto retiro.
Así que yo les pido a nuestros colegas que no usen esto para acusarnos de que nosotros nos dimos "vuelta la chaqueta". Al revés, cuatro Senadores, con audacia, fuimos capaces de enfrentar y de hacerle un jaque mate al Gobierno, señalándole: "Si ustedes no presentan un proyecto, nosotros vamos a apoyar este otro y a decir públicamente todo lo que está pasando con el Tribunal Constitucional, y ustedes van a ser los culpables de que la gente no reciba el 10 por ciento antes de Navidad".
Con esa presión, el Gobierno reaccionó. Entonces, no sigamos, en la redes sociales, diciendo que nosotros nos dimos "vuelta la chaqueta", o que cambiamos y fuimos chuecos, o que, en el fondo, le seguimos el juego al Presidente. ¡No le seguimos el juego! Lo que hicimos...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Le vamos a dar medio minuto, Senador.
El señor OSSANDÓN.- Solo necesito 10 segundos: muchas gracias, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- A usted, Senador Ossandón.
Senadora Carolina Goic, tiene la palabra.


La señora GOIC.- Gracias, Presidenta.
Yo quiero partir mi intervención reafirmando mi voto a favor de la reforma constitucional, mi voto a favor del segundo retiro del 10 por ciento.
Creo que para lo que estamos convocados hoy día es para darles esa noticia a los chilenos, que están esperando certeza de que estamos avanzando en viabilizar el segundo retiro del 10 por ciento dentro del mes de diciembre.
Dicho eso, aquí se ha señalado, en varias intervenciones, que esta no es la mejor política pública para paliar la crisis, y me parece imprescindible volver a reafirmar por qué estamos acá.
A muchos les molesta cuando uno les dice que esto se debe a la incapacidad del Gobierno. Pero así es. ¡Así es! Quiero decirlo aquí, desde mi casa en Punta Arenas, donde ya enfrentamos la "segunda ola", donde llevamos cuatro meses de cuarentena, y donde recién el día de ayer, en Puerto Natales, la Intendenta se sienta, con las autoridades regionales, a conversar con los dirigentes. ¡A cuatro meses de la cuarentena, cuando ya cerca de 180 familias han perdido a un ser querido! ¡Recién ahora!
¡De eso hablamos! No solo de un monto de recursos, sino de cómo se gestiona una crisis que es compleja. Y en eso, ¡el Gobierno ha fallado!
El Gobierno falla también cuando hace esta jugarreta de recurrir al Tribunal Constitucional, frente a la incapacidad de conducir y ordenar incluso a los propios. Y yo quiero decirlo con esas letras: recurrir al Tribunal Constitucional es renunciar a conducir, es renunciar a hacer política, es renunciar a alcanzar acuerdos. Y es frente a esa disyuntiva que hoy día nos pone el Gobierno.
Ahora, frente a esa disyuntiva, Presidenta, ¿qué me corresponde a mí, como Senadora? Garantizar a la gente que tendrá su retiro.
¡Esa es la disyuntiva!
Nosotros hoy día votamos dos proyectos. Y yo escucho a algunos decir: "voy a rechazar este proyecto porque es del Gobierno". Yo creo que lo que la gente, quienes nos escogieron, esperan hoy día de nosotros es que respondamos a sus necesidades.
Lo señalaba el Senador Letelier: quienes viabilizamos la discusión del proyecto que viene en segundo lugar hemos sido objeto de bullying, de crítica. Así como digo que voy a votar a favor y he apoyado desde el día uno esta reforma constitucional, sabemos que es muy probable que no cuente con los votos. Y lo responsable es garantizar una alternativa.
A veces, Presidenta, hay que tener la valentía de ser pragmáticos, porque yo no estoy dispuesta a cerrar la posibilidad de que haya un retiro y quedarnos sin un proyecto alternativo. Además, fuimos capaces de dejarlo en los mismos términos.
Lo que yo espero hoy día es que el resultado de esta discusión diga: "Habrá segundo retiro del 10 por ciento". Y lo va a haber, en términos universales, para todos los que quieran utilizar esos recursos.
Pero no nos engañemos, Presidenta. Aquí hay un aprendizaje que todos tenemos que hacer. Hay discusiones pendientes. ¿Qué pasa detrás de esto? Todos sabemos que esto tiene un impacto en las pensiones, pero lo que la crisis ha dejado al desnudo es la fragilidad de la situación económica en nuestro país, donde los trabajadores y trabajadoras, en su mayoría (el 80 por ciento), no ganan más de 700 mil pesos. O sea, aquí tenemos pendiente un debate respecto del nivel de las remuneraciones que existen en nuestro país y la fragilidad de lo que eso significa frente a una pandemia como la del coronavirus o cualquiera otra.
Esa es una discusión de la que tenemos que hacernos cargo: cómo lograr salarios justos, salarios dignos en Chile.
El sistema de AFP -se ha dicho una y otra vez- es el triunfo del individualismo: "cuánto ahorras, cuánto tienes"... (falla de audio en transmisión telemática)... que la gente diga: "Si todos este tiempo me han dicho que son mis recursos, quiero utilizarlos". ¡Pero eso no es seguridad social!
Yo espero, Presidenta, que el Gobierno haya aprendido esta dura lección y no vuelva a llegar tarde, una vez más, con el proyecto de pensiones. Hace meses hicimos una propuesta seria, responsable, que nos permite avanzar, efectivamente, en seguridad social. Nosotros necesitamos avanzar hacia un modelo donde nos cuidemos entre todos, que no sea el triunfo del individualismo, que lamentablemente está un poquito más instalado de lo que nos gustaría en el alma de Chile, que no prime el "cuánto ahorro, cuánto me arreglo yo".
La verdadera lección de la crisis sanitaria, la lección que nos deja el coronavirus, es que tenemos que ser capaces de cuidarnos entre todos. Y eso significa enfrentar de modo distinto el sistema de salud, enfrentar de manera distinta la discusión del sistema de pensiones. Y yo espero que ahí el Gobierno haya aprendido la lección y no vuelva a llegar tarde.
He dicho, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senadora Goic.
Tiene la palabra el Senador Juan Antonio Coloma.


El señor COLOMA.- Gracias, Presidenta.
En este proyecto, y junto al anterior, quiero hacer dos reflexiones y reconocer una disyuntiva.
La primera reflexión nace de distintas intervenciones que hemos escuchado en cuanto a que aquí nos tocó enfrentar una pandemia que no tiene precedentes en este siglo, que tiene al mundo de rodillas, que ha generado un empobrecimiento global dramático, y que estamos, obviamente, frente a una carencia amplia que llega y azota a nuestro país.
Y frente a ello, la primera reflexión es cuánto ha hecho la autoridad. Creo que es bueno señalarlo. Aquí algunos dicen que no se ha hecho nada; otros, que se ha hecho todo. Yo creo que las cosas no son tan en blanco y negro sino más grises.
Yo soy de aquellos que piensan que el Gobierno sí ha hecho un esfuerzo muy importante. Cuando uno mira el bono de emergencia, el IFE, el bono clase media, los préstamos solidarios a la clase media, el bono para los transportistas, los recursos para las municipalidades, junta 5.099 millones de dólares. Si uno suma la Ley de Protección al Empleo y el uso adicional del Seguro de Cesantía, agrega 1.423 millones. Y si uno incorpora los recursos movilizados -no necesariamente gastados, porque son garantías- del Fogape, el préstamo solidario, el programa Corfo (Fogaín), añade otros 15 mil millones de dólares. O sea, tenemos más o menos 22 mil millones de dólares movilizados para enfrentar la crisis.
Algunos dirán que muchas son cifras neutras. ¿Cómo nos podemos comparar con otros lugares? Chile, según el Banco Mundial, es el segundo país de Latinoamérica con mayor cantidad de transferencias monetarias dirigidas a las personas. Solo nos supera Brasil. Estamos sobre todo el resto de las economías, incluido Uruguay, que siempre se ha mostrado como un gran ejemplo. Detrás de Chile están Perú, Bolivia, Guatemala, Uruguay, Paraguay, Argentina, Honduras, Costa Rica, Colombia, Bahamas, Ecuador, Panamá, Haití, Nicaragua, Jamaica, Barbados y México, que, dicho sea de paso, es un país bastante más poderoso.
Ahora, si alguien me dice: "es que hay países que están mejor o peor que nosotros", bueno, entonces veámoslo internacionalmente. Y ahí los efectos económicos adversos ascienden, en el caso de Chile, a uno de los más importantes: 8,4 por ciento del PIB.
¿Qué quiero decir con esto? Que habría que estar ciego para no reconocer un esfuerzo tan importante. Uno se pregunta: ¿es suficiente? ¡Nunca es suficiente! Cuando hay carencias, cuando hay falta, cuando hay drama, cuando hay necesidades, cuando hay muertes vinculadas al COVID, cuando hay amenazas globales, nunca se va a poder decir "suficiente".
La primera reflexión, por lo tanto, es que aquí no ha habido un Estado ausente. No lo creo, de verdad. Pienso que ha estado presente. Cada cual estimará el grado en que aquello ha ocurrido, pero creo que esta es la hora de decirlo con fuerza.
Una segunda reflexión está vinculada con las pensiones, porque el problema más importante, según todo lo que ocurría antes del estallido social y de violencia, y antes del COVID, era el tema de las pensiones.
La segunda reflexión es: este conjunto de proyectos, ¿ayuda a tener un mejor sistema de pensiones o a que las pensiones de los chilenos del futuro sean mejores?
Creo que nadie puede levantar la mano. Incluso, he oído de parlamentarios de otras bancas reconocer que esta no es una buena política pública: permitir la sacada de recursos de los fondos del futuro para gastarlos en el presente.
Esas dos reflexiones me han hecho pensar que uno debe cautelar y defender siempre los fondos de pensiones de la mejor manera posible.
Y esas reflexiones, que ya me llevaron a votar en un sentido, chocan con una disyuntiva. Es una disyuntiva personal -porque uno en la vida enfrenta disyuntivas-. Hay que entender que aquí hay una realidad política de votos, donde hay una mayoría importante. Cada uno tiene sus razones. Yo no califico, no me siento acreedor de Chile. Aquí hay muchos que se sienten acreedores de Chile. Yo más bien me siento deudor de Chile, como una persona que trata de colocarse en los pies del otro y de no dar recetas mágicas respecto de lo que puede ocurrir, sino de enfrentar, desde su visión ideológica, los problemas de cada uno. Y en esa lógica, Presidenta, yo entiendo que hay una mayoría suficiente para votar.
Y ahí tengo la disyuntiva de entender cómo se hace: si se hace generando una alteración de la realidad constitucional... -si me da dos minutos, Presidenta-... o si lo hacemos según lo que indica el Estado de derecho y la institucionalidad.
Yo no tengo duda alguna, y creo que nadie la tiene, en el fondo del corazón -es lo que yo creo-, de que esto, en la forma como viene planteado, a través de un cambio en las reglas del quorum constitucional, modificando normas que requieren dos tercios por tres quintos -porque, si bien hay una mayoría importante para producir ese cambio, no están los votos para alcanzar los dos tercios, y ese es un dato), socava la institucionalidad misma y rompe la lógica constitucional. La otra vía es allanarse al camino que el Gobierno ha pedido, sin poder decir que interpreta lo que yo creo, y actuar por la vía de la ley para evitar conflictos que, de otra manera, pueden amenazar la estabilidad misma del país.
Hay una cosa en la que yo creo, Presidenta, que quiero transmitir con la mayor fuerza: cuando se empieza a burlar la Constitución, la Constitución se desploma; cuando se comienza con algún grado de subterfugio, los subterfugios siempre se masifican.
Y eso no es una tarea del Gobierno, sino una tarea de todos los que estamos acá: cuidar Chile, cuidar el Estado de derecho. ¡Cuesta mucho formar países! Chile siempre se ha caracterizado por su institucionalidad. Eso es lo que ha valorado nuestro país. Siempre ha existido la tentación de ir rompiéndola. Bueno, ¡tratemos de evitar que eso ocurra!
Obviamente, no es algo que uno haga ni con sonrisa, ni con alegoría, ni con alegría, sino con sentido de enfrentar una disyuntiva de la mejor manera posible, evitando males que pueden ser muy severos, como el que la Constitución deje de ser una defensa de valores permanentes y se transforme en elementos de coyuntura política, que como tal, van y vienen sin entender los grandes desafíos.
Por eso, Presidenta, es una decisión que no es fácil. Yo lo que he decidido es aprobar el proyecto que el Gobierno nos ha pedido como fórmula de resolver esta disyuntiva, y espero que eso contribuya a que el país recupere el sentido de unidad, de estabilidad, de entendimiento por sobre el enfrentamiento.
He dicho.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Coloma.
Tiene la palabra el Senador Alfonso de Urresti.


El señor DE URRESTI.- Muchas gracias, Presidenta.
Anuncio desde ya que voy a votar a favor de este proyecto, que no solo hemos discutido y trabajado aquí, sino que lo estuvimos discutiendo largamente en la Comisión de Constitución, y donde no solo abordamos los puntos de vista constitucionales, con distintos invitados, sino que también invitamos al Presidente del Banco Central para hacer una discusión, para generar un debate, para ver las implicancias.
Y citamos a 3 dirigentes sindicales, a chilenos y chilenas que están haciendo su trabajo y que dieron una excelente presentación desde el punto de vista de la realidad de sus asociados. A Alejandra Muñoz, Presidenta de la Confederación de Trabajadores del programa Alimentación Escolar; a la Secretaria de la ramal de la Central Unitaria de Trabajadores y dirigente manipuladora de alimentos de la Región de Los Ríos, Nelmis Rodríguez; al Presidente del Sindicato Interempresa de Trabajadores Walmart Chile, Juan Moreno.
Y ¿qué fue lo que nos dijeron? ¿Qué fue lo que nos señalaron? ¿Qué fue lo que indicaron?
Que sus socios, sus dirigidos, personas de carne y hueso, chilenos y chilenas, no obstante no haber perdido su trabajo, están hoy día enfrentados a situaciones calamitosas.
Que la situación de pérdida de capacidad adquisitiva, de pérdida de capacidad de recursos, no obstante no haber perdido el trabajo, es enorme.
Durante la semana pasada, señora Presidenta, me tocó reunirme en una pequeña localidad, que seguramente no conocen, que seguramente los amigos que hacen taquigrafía no podrán consignar: Estación Purulón, comuna de Lanco. Y las dirigentas del Comité de Vivienda, Mónica Valdebenito y Fabiola Soto, señalaron: "Senador, aprobemos el retiro del 10 por ciento por favor, porque eso nos permite precisamente trabajar, apuntar, postular a los proyectos del Comité de Vivienda".
Como dije en mi intervención para el primer retiro del 10 por ciento, en el mes de julio, en cuanto a las estadísticas que muchos de los colegas acá señalan y enarbolan desde el punto de vista de que -como alguien señaló por ahí: "Chile es el segundo país Latinoamericano en transferencias", yo no sé a qué corresponden aquellas. Pero la realidad es que no les han llegado a la ciudadanía. La realidad es que no les han llegado a los ciudadanos comunes y corrientes. La realidad es que no les han llegado a decenas de personas.
En Valdivia, recorría la semana pasada la zona costera, Los Molinos, Niebla, la población Inés de Suárez; en Río Bueno, la población Comandante Araya; en Panguipulli, Los Siete Lagos; en la Unión, Aldea Campesina; en Corral, el barrio el Boldo. Ahí no han llegado, señor Ministro -por su intermedio, Presidente-, estos beneficios. ¡No han llegado!
Entonces, aquí se presenta un proyecto, se hace la discusión. Colaboramos, en el sentido de dar una discusión democrática dentro de nuestras atribuciones, y el Gobierno dice: "No, vamos a recurrir el Tribunal Constitucional". "Voy a presentar un requerimiento", y lo presenta, cosa que no hizo en el primero.
¡Qué contradicción más grande! El mismo proyecto aprobado, promulgado y pagado ahora se convierte en inconstitucional, y aparece en el último momento un proyecto alternativo, que establecía, en primer lugar, la obligación de devolver el dinero, de establecer límites de tramo, de establecer una serie de limitaciones.
Me parece bien, y en eso reconozco que hay colegas de Gobierno y Oposición que señalaron que era imposible, que no era admisible. Y se generó una discusión. Y el Gobierno tuvo que asumir que en este país es imposible llegar a final de año sin efectivamente un pago, sin efectivamente una trasferencia.
Se buscará establecer dos proyectos. Tendremos que votar y cada uno será responsable de la votación. Yo no voy a juzgar esa situación. Yo voy a votar a favor de este proyecto, porque es lo mismo que hice en julio.
Y, acá, hagamos un debate de fondo sobre cómo les llegan los recursos a todos los chilenos y chilenas. Y creo que acá, al menos en lo positivo, además de poder tener la transferencia efectiva, hay una derrota ideológica de aquellos regalones del modelo de las AFP, de aquellas personas que señalaban que las AFP no se podían tocar, que esos recursos eran sacrosantos.
Hoy día se estableció y se va a pagar, y no me cabe duda de que vamos a tener la transferencia en diciembre, y de que le llegará a cada chileno o chilena, independiente de dónde esté.
Pero el debate de fondo, señora Presidenta, es construir efectivamente un modelo de seguridad social. Esta pandemia puede tener un rebrote y aquí hay mucha diferencia, y lo pido porque sé que lo han reiterado varios colegas en esta Sala. Podemos tener un rebrote y podemos tener un mes de marzo y un mes de abril muy difíciles; especialmente en aquellas zonas que hoy día están en cuarentena: Valdivia, entre otras; la Región de los Lagos; la Región de Magallanes, donde llevan 4 meses. Tiene que haber una política diferenciada para ayudar a esa gente.
Y aquí tenemos que discutir a fondo la transformación, la construcción de un modelo de seguridad social en que, independiente de las vicisitudes de la vida, existan los recursos necesarios para una vejez digna.
Ese es el debate.
Voto a favor, señora Presidenta, sin letra chica, por el proyecto de reforma constitucional.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador De Urresti.
Tiene la palabra el Senador Jorge Pizarro.


El señor PIZARRO.- Muchas gracias, Presidenta.
Se ha hablado mucho, en términos públicos, respecto de esta iniciativa de reforma constitucional que nace en la Cámara de Diputados. La pregunta que se han hecho algunos colegas, y creo que es bueno repetirla, es por qué nace esta iniciativa. Y una razón está vinculada, por supuesto, a lo que es la crisis sanitaria; a la situación de pandemia; a que realmente se ha alargado, por distintas razones, esta crisis sanitaria con los consiguientes efectos muy complejos y negativos en materia social, en materia económica. Esa es la causa principal.
La segunda razón es que, producto de eso, indudablemente hay sectores importantes que no han recibido ningún tipo de ayuda o, si han recibido algo, ha sido insuficiente para enfrentar las necesidades que tienen las personas y las familias chilenas.
Esa es la razón por la que se planteó, hace un tiempo, la necesidad de un primer retiro. Se señalaron muchos argumentos, hubo un debate profundo respecto de si era conveniente o no. Creo que no hay discusión respecto de que, si uno retira una parte de sus ahorros, lo que está haciendo a futuro es disminuir la propia pensión.
Pero la necesidad, como dijimos en el debate del primer retiro, hoy es mucho más urgente, es mucho más importante de lo que se pueda pensar incluso a futuro, porque lo que interesa hoy día es la salud de las personas y la posibilidad de sobrevivir o sobrellevar esta terrible pandemia.
Ese es el tema de fondo en el debate. Eso es por qué se produce, porque hay miles de personas que no tienen la posibilidad de tener recursos para hacer frente a lo que son sus necesidades o sus prioridades.
El tema de fondo, Presidenta, es que tenemos que hablar y preocuparnos de avanzar en una reforma previsional mucho más profunda de lo que hasta el momento ha sido la propuesta del Ejecutivo y que está en el Senado. Y hemos tenido diferencias importantes desde la Oposición, y cuando uno analiza este tema del retiro y la situación previsional de los chilenos, no puede dejar de entender que aquí lo fundamental y lo prioritario es abocarnos a una reforma previsional que permita avanzar a un sistema mixto, con solidaridad, donde exista la posibilidad cierta de mejorar las pensiones actuales que son muy bajas y entendiendo que, a futuro, también haya mayor garantía de pensiones mejores.
Y eso pasa, necesariamente también, por una revisión y una reestructuración del actual sistema de administración de estos fondos de pensiones. No se puede pensar por parte del Ejecutivo que, mejorando la capacidad de ahorro, no se va a tocar lo que es la estructura que hoy día existe en materia de administración de los fondos de pensiones, las famosas AFP, en las que la población tiene un nivel de desconfianza altísimo, y que, además, han dicho todo.
Estamos conscientes de que, si pensamos en una reforma previsional que sea sostenible y sustentable en el tiempo, hay que reestructurar el actual sistema de manera profunda.
De manera que lo principal, Presidenta, es que nosotros en esta etapa seamos capaces de garantizarles a los chilenos que hoy día tienen ahorros en los fondos previsionales, en sus cuentas corrientes, que puedan hacer un retiro del 10 por ciento, sin condiciones, sin colgajos, sin requisitos, de manera voluntaria, de manera universal, y dando también un sentido de oportunidad a lo que pueda ser el acceso a esos fondos que son propios.
Presidenta, nosotros hemos dicho hasta el cansancio que el haber planteado una reforma constitucional para encarar este tema se debe a la mala decisión del Gobierno de no entender que este proyecto se podría haber transformado perfectamente en una iniciativa del Gobierno en el momento oportuno, y cuando se le solicitó de todas las formas.
Llegaron tarde con el otro proyecto, ya lo discutiremos; pero lo importante es que ojalá pudiéramos aprobar esta reforma constitucional ahora, en un proceso que permita avanzar más rápido en la implementación después del retiro de los fondos. Y, por supuesto, también reafirmando lo que son las mínimas prerrogativas que tiene este Congreso. Y la decisión del Gobierno de ir al Tribunal Constitucional, no me parece una medida políticamente adecuada, ni menos que tenga los argumentos suficientes.
Las reformas constitucionales, Presidenta, realmente son facultad privativa, en el fondo, del propio Congreso, siempre y cuando cumpla con la legalidad vigente y con los quorum adecuados.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Un minuto, Senador.
El señor PIZARRO.- Solo para terminar, quiero reafirmar que desde la Oposición, nuestras bancadas, todos, vamos a votar a favor esta reforma previsional.
Y con la misma claridad, cuando el Gobierno tardíamente presentó un mal proyecto, que buscaba también generar un retiro, dijimos dos cosas.
Primero, que el Gobierno se vio obligado a reconocer que era necesario este segundo retiro.
Segundo, que desde el punto de vista de la tramitación legislativa lo que nos interesa a nosotros es garantizarles a los chilenos que van a tener el retiro de un 10 por ciento.
Y dijimos que ese mal proyecto que había enviado el Gobierno era una segunda opción.
Esa es la razón por la cual ayer le sacamos todos los colgajos, todos los requisitos, todas las condiciones que no nos parecían, y lo dejamos en la práctica exactamente igual que este proyecto de reforma, que vamos a votar favorablemente, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Pizarro.
Tiene la palabra el Senador Álvaro Elizalde.


El señor ELIZALDE.- Gracias, Presidenta.
Quisiera iniciar mi intervención señalando que voy a votar a favor de esta iniciativa, tal cual lo hice respecto del primer retiro del 10 por ciento, porque lamentablemente el paquete de ayuda social del Gobierno ha sido tardío e insuficiente, y las familias chilenas lo están pasando realmente mal.
Pero creo que hay que contextualizar este debate.
Enfrentamos una crisis social de proporciones. Y como la ayuda del Gobierno no ha sido oportuna ni suficientemente contundente, el Congreso ha tenido que impulsar en paralelo iniciativas que en alguna medida contribuyan a proteger de mejor forma a las familias chilenas.
Ejemplos hay muchos, no solo del retiro, sino también, por ejemplo, del proyecto respecto de servicios básicos, que va a ser votado en la sesión de hoy; tengo entendido que está en el tercer punto de la tabla.
Pero, además, enfrentamos una crisis política. No me refiero a la crisis de octubre ni al cuestionamiento de parte de sectores importantes de la sociedad chilena a las instituciones de nuestro país, y particularmente esta crisis de representatividad, sino que me refiero en específico a la relación que el Gobierno tiene con sus bancadas y con sus parlamentarios, y que lo ha llevado, por ejemplo, a recurrir al Tribunal Constitucional en una decisión que a mí me parece errada.
Y parte importante de los integrantes de las bancadas de Gobierno, al igual que la unanimidad de los parlamentarios de la Oposición, estamos conscientes de la magnitud de la crisis, y creemos que se requieren medidas de emergencia.
Pero, desafortunadamente, el Gobierno ha sido indolente, no ha escuchado, y ha actuado con tardanza.
Y eso ha generado un distanciamiento entre las propuestas del Gobierno y lo que el Congreso Nacional ha aprobado.
Porque cuando se plantea todo el tema de la constitucionalidad de las reformas constitucionales, lo que se pretende esconder es un dato de la causa, y es que el Gobierno ni siquiera ha sido capaz de ordenar a sus propias bancadas. Y no lo ha hecho por una razón muy simple: la gran mayoría de quienes somos parlamentarios creemos que hay que actuar con celeridad, con fuerza para enfrentar la crisis. Y, lamentablemente, el Gobierno no tiene el mismo diagnóstico.
Por eso se opuso tenazmente al primer retiro del 10 por ciento, y por eso se opuso al segundo retiro, hasta que se aprobó mayoritariamente en la Cámara de Diputados, y, por tanto, cambió de estrategia y presentó una iniciativa de ley para regular esta materia.
Yo sé que lo que aquí hay no es un problema de constitucionalidad. El requerimiento del Gobierno -a mi entender- carece de fundamento. Lo que aquí hay es un problema más de fondo, y es que el Congreso ha tenido que reemplazar el liderazgo del Gobierno precisamente por el diagnóstico errado que a mi entender tiene el Presidente de la República, que todavía no asume la magnitud de la crisis. Y, por tanto, las iniciativas que ha llevado adelante han sido claramente insuficientes.
Y en este distanciamiento, parte importante, minoritaria pero importante, de las bancadas del Oficialismo, han concurrido con sus votos para aprobar estas iniciativas.
Creo que fue un error ir al Tribunal Constitucional, lo digo claramente, porque se pretende evitar algo muy simple, el Gobierno tiene una representación parlamentaria suficiente para evitar cualquier cambio constitucional. ¿Y por qué no lo hace? Porque sus propios parlamentarios están conscientes de la magnitud de la crisis.
Y en ese sentido, yo quiero valorar a quienes estuvieron dispuestos a cruzar el río, a quienes estuvieron dispuestos incluso a romper con sus propias bancadas y permitir la mayoría que autorizó el primer retiro del 10 por ciento, exclusivamente en una lógica de país, entendiendo que el drama que estamos viviendo es grave, y, por tanto, debe ser asumido con una lógica constructiva.
¿Qué plantea el Gobierno ante el Tribunal Constitucional? Una serie de argumentos que a mi entender son carentes de fundamento.
En primer lugar, plantea que esta es una reforma en el ámbito de la seguridad social que afecta el artículo 19, número 18, de la Constitución. Y la verdad es que esta es una normativa de emergencia para enfrentar la crisis.
Plantea también cuestionamientos respecto de la iniciativa exclusiva, cuando esta se encuentra regulada para la ley por la Constitución, pero no para la propia Constitución.
Y plantea también que estaríamos pasando a llevar las normas de reforma a la Constitución porque se estaría regulando una materia nueva. Y, por tanto, la reforma solo podría modificar normas vigentes.
La verdad es que son muchos los ejemplos si es que la Constitución, a través de una reforma, ha regulado una materia que, hasta esa reforma, no estaba considerada en la propia Constitución.
No olvidemos que hubo un cambio de gabinete cuando se aprobó el primer retiro. De esa forma se pretendió ordenar a las bancadas oficialistas.
Y la crisis permanece.
Entonces, en síntesis, mi modesta sugerencia al Gobierno es que escuche, que tome consciencia de la magnitud de la crisis y que en un proceso de diálogo y actitud constructiva contribuya a las iniciativas que desde el Congreso Nacional hemos impulsado para proteger a las familias chilenas.
El Gobierno tiene muchas más herramientas que las que tiene el Congreso, que tiene muy pocas. Por tanto, nos gustaría ver una actitud proactiva desde el Gobierno con el objeto de impulsar estas iniciativas para proteger a las familias chilenas.
Voy a votar a favor de esta reforma constitucional.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Elizalde.
Tiene la palabra el Senador Francisco Huenchumilla.


El señor HUENCHUMILLA.- Muchas gracias, señora Presidenta.
Mire, yo me he preguntado siempre, a raíz del primer retiro del 10 por ciento y de todo lo que ha sucedido en los últimos meses, ¿cuál es el tema de fondo que tenemos en Chile?
Yo quisiera tener una respuesta que me permitiera ver más allá de los árboles, que me permitiera ver el bosque.
Yo creo que Chile está viviendo una de las más grandes crisis de su historia. Nosotros hemos tenido muchas crisis en el pasado, golpes de Estado, guerras civiles, en que siempre intervinieron los sectores políticos y las Fuerzas Armadas. Así fue en la Guerra Civil de 1891, en 1925, en 1931 y en el golpe de 1973.
El 18 de octubre del año pasado vivimos un estallido social, pero no fue producto de los militares ni de los políticos; fue un grito desde lo más profundo de los sectores sociales más golpeados por este sistema, personas que están en la pobreza, en los guetos poblacionales sin esperanza, viviendo un país distinto, el Chile de la pobreza y la exclusión.
Entonces, me pregunto: los que están en el Estado, en el Gobierno y nosotros en el Parlamento ¿qué solución hemos dado? ¿Cuál ha sido nuestra mirada para dar una respuesta a esta crisis?
La respuesta del Gobierno ha sido una política del goteo, y nosotros hemos aprobado muchos proyectos de ley.
Por mucho que el Banco Mundial, con su mirada fría de números y de planillas Excel, diga que se ha gastado determinada plata en distintas cosas, no ha habido una política sistemática, sistémica, que le dé a la gente un horizonte de seguridad.
No sirve tener una política del goteo, porque eso dura un par de meses, y la gente sigue esperando un apoyo.
Entonces, lo primero es dar una respuesta integral, que le otorgue un horizonte de seguridad y tranquilidad a la gente.
Por eso la gente se fijó en esta iniciativa y dijo: "Esta plata es mía. ¿Por qué no la puedo usar?". Y detrás de eso ha habido un cuestionamiento, porque a los viejos de hoy hace cuarenta años, en tiempos de dictadura, les dieron una esperanza: "Ustedes van a empezar a ahorrar y, cuando lleguen a viejos, van a recibir un 70 u 80 por ciento de retorno del sueldo, con lo cual van a tener una vejez digna".
Y eso era una mentira. Se esfumó.
Les prometieron un Mercedes-Benz. Pero ese Mercedes-Benz partió raudo lleno de plata, y la gente quedó mirando.
Ante ello, hoy día hay un cuestionamiento al tipo y modelo de sociedad que hemos construido. La gente ve que, con su plata, con su ahorro forzoso, se armó un mercado de capitales, que hoy día tiene más de 200 mil millones de dólares. Recursos ahorrados forzosamente por las personas han sido usados para hacer negocios de los más poderosos.
Ahí surge una conjunción entre la política y el dinero, que es lo peor.
Existe un poder político, un poder económico y un poder militar y, cuando se juntan, se arma una dictadura, como la que tuvimos.
Hoy tenemos un grupo social y político que maneja el Estado y, al mismo tiempo, es un grupo económico poderoso en el país, como lo demuestra el hecho de que el propio Jefe de Estado es uno de los más millonarios no solo de Chile, sino del mundo.
Entonces, se evidencian intereses distintos entre los grupos sociales altos que manejan el Estado y la gente que sufre las carencias de este modelo, con el cual unos pocos ganan y el resto son perdedores.
Yo creo que la tarea que tenemos como conductores del Estado, cada uno en sus distintas responsabilidades, es dar una respuesta para construir un país distinto, un país verdaderamente democrático, donde separemos el poder económico del poder político, donde los empresarios se dediquen a la economía y a sus cosas y no sean poderes fácticos, y donde la política esté dedicada a la conducción del Estado.
En Europa, después de las guerras mundiales, aprendieron la lección: los empresarios se dedican a la economía y a crear actividades productivas, bienes, servicios y riqueza, y el mundo político, a conducir el Estado.
Pero aquí la Derecha nunca ha querido entender eso. Siempre ha habido una simbiosis entre el poder económico y el poder político. Así fue en el siglo XIX y en el siglo XX. Y sigue siendo igual.
Por eso cuesta tanto desamarrar la Constitución tramposa del 80, que nos creó este sistema capitalista neoliberal, con trampas para cambiarlo.
Entonces, lo que está detrás de este 10 por ciento es la posibilidad de que tengamos un modelo de sociedad distinto en democracia, donde haya justicia; le demos una respuesta definitiva a la gente, y se sepa que este país nos pertenece a todos.
Pero los sectores económicos no entienden esto. Ustedes vieron la votación de las comunas más ricas de Santiago en el plebiscito del 25 de octubre. ¡No logran entender eso!
Entonces, yo les digo a los señores Senadores y a las señoras Senadoras de la Derecha que alguna vez en la historia de Chile tienen que seguir el rumbo de los tiempos y entender que este país necesita un modelo distinto: democrático, gradual, reformista, sin echar abajo la estantería, pero con justicia para todos.
Eso es lo que hay detrás de este interés inusitado de la gente por calmar las necesidades con su propia plata a través del retiro del 10 por ciento.
Por eso, señor Presidente, voy a votar a favor del proyecto de reforma constitucional.
Muchas gracias.
El señor LETELIER (Presidente accidental).- Muchas gracias, Senador Huenchumilla, don Francisco.
Tiene la palabra la Senadora Sabat, doña Marcela.


La señora SABAT.- Gracias, Presidente.
Intentaré ser clara e ir al hueso.
Nos enfrentamos hoy a dos proyectos que permiten que los chilenos y las chilenas hagan un segundo retiro de sus fondos previsionales. Es importante que no quede duda respecto de ello para que la ciudadanía tenga certeza de lo que se está discutiendo aquí. Y si hay algo cierto, es que este retiro, el segundo retiro, va sí o sí.
Pero eso no es lo que está en discusión, sino cuál de los dos proyectos es mejor: ¿el que viene de la Cámara de Diputados o el del Gobierno?
Creo que hay dos poderosas razones por las cuales es mejor la iniciativa del Gobierno.
La primera es que les pide a quienes tienen más recursos que paguen los impuestos correspondientes por el retiro. Y esto no se llama "letra chica", señores; se llama "justicia social": que los que tienen más hagan un mayor esfuerzo para financiar las ayudas a quienes tienen menos. Llama la atención que haya que recordar un asunto tan evidente.
Si nos quedamos con el proyecto de la Cámara, en cambio, los que más tienen pueden acceder a una serie de subsidios y beneficios tributarios, lo que socava la capacidad del Estado para ir en ayuda de quienes más lo necesitan.
En resumen, el proyecto del Gobierno es más justo.
La segunda razón es que impide que nosotros, los parlamentarios y las altas autoridades del país, se beneficien con un segundo retiro que no necesitamos, porque no hemos perdido nuestra fuente laboral ni hemos visto mermados nuestros ingresos.
Una de las principales razones por las cuales la ciudadanía desconfía de los políticos es que sospecha que legislamos en nuestro propio beneficio. Apoyar el proyecto del Gobierno es dar una señal potente en contrario; es decirle a la gente que nosotros no nos vamos a aprovechar de una norma pensada para aliviar el dolor de las familias que realmente lo necesitan, sin desviar recursos.
Si esas dos razones no fueran suficientemente persuasivas, es importante considerar que la iniciativa de la Cámara enfrenta una serie de obstáculos constitucionales -ya todos sabemos que está en el Tribunal Constitucional-, los que no se presentan en el caso del proyecto del Gobierno. Por tanto, si todos nos comprometemos con este último, la ayuda que necesitan las familias chilenas puede salir antes y con una menor cantidad de problemas.
Yo entiendo, Presidente, que algunos de mis colegas no quieran que el Gobierno se lleve los aplausos por esta medida. Tienen razón al señalar que esta no fue su idea y que, por cierto, llegó tarde. Eso está claro. Pero gobernar es saber escuchar y mostrar flexibilidad cuando corresponde.
No hay gobierno en el mundo que no esté siendo desafiado por la magnitud de la crisis provocada por la pandemia. Y, en ese contexto, todos los esfuerzos parecen insuficientes.
Quiero aprovechar este espacio para recordarle al Ejecutivo lo importante y necesario de que se pronuncie lo antes posible sobre la extensión del posnatal de emergencia como una ayuda para las madres que están esperando esa medida. Lamentablemente, tiene un límite de noventa días y ese plazo ya lo superó el estado de catástrofe. Urge que el Gobierno se pronuncie al respecto lo antes posible.
Presidente, hoy lo importante no es la autoría del proyecto, sino que los chilenos y las chilenas que lo necesiten puedan acceder a recursos cruciales para navegar en esta crisis económica.
Parto del supuesto de que estamos conscientes -hay un acuerdo transversal en esto- de que no hay nada que celebrar hoy, pues estamos echando mano a los ahorros previsionales de toda una vida, afectando severamente las pensiones futuras.
Estimadas Senadoras, estimados Senadores, es deber de este Congreso buscar las fórmulas políticas y técnicas que solucionen este problema, en el que hemos ahondado en el último tiempo. Y esa tarea también es urgente.
Tomando en consideración todos esos aspectos y haciendo presente que comparto la idea pero no la forma del proyecto de la Cámara de Diputados, me voy a abstener en esta votación y aprobaré la iniciativa del Gobierno, que consigue los mismos objetivos, pero de manera más justa, sin beneficiar a las autoridades y con menos burocracia.
He dicho.
El señor LETELIER (Presidente accidental).- Gracias, Senadora Marcela Sabat.
Tiene la palabra la Presidenta de la Corporación, Senadora Adriana Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Gracias, Presidente.
Quizá la frase más escuchada durante el debate del retiro del 10 por ciento de los ahorros previsionales de las chilenas y los chilenos fue que no nos imaginamos que iba a haber un segundo retiro. Y, en forma alarmante, resulta que podría haber incluso un tercer o cuarto retiro.
Esa frase habla de que muchas y muchos aún no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta, de lo que está ocurriendo realmente en nuestro país. Hay miedo a morir, hay miedo al contagio, hay miedo al desempleo; existe dolor en las personas al ver derrumbarse sus emprendimientos, sus fuentes de ingresos y el sueño de volver a funcionar con sus pequeñas empresas.
En medio de esta dramática realidad, señor Presidente, y ante la carencia de una política de protección social eficiente, surgió la alternativa de hacer uso de los ahorros previsionales de las chilenas y los chilenos. No hemos visto una política social contundente.
No voy a repetir lo que los colegas han señalado, pero, insistentemente desde la Oposición, hemos venido planteando que era urgente establecer una renta universal de emergencia. Si se hubiese atendido a la insistencia de la Oposición, no estaríamos hoy día ante una situación tan compleja como es autorizar a las chilenas y a los chilenos a usar sus propios ahorros, como sucedió con los fondos de las cuentas individuales del seguro de cesantía.
Hay aquí un vacío, una carencia de respuestas eficientes y efectivas de parte del Estado.
Ante esa situación, señor Presidente, surgió el debate del primer y segundo proyecto de retiro del 10 por ciento.
Hemos visto que, frente a la ausencia de políticas eficientes, en estos días el Gobierno ha optado por transferir enormes sumas de dinero al aparato productivo, lo que no criticamos, pero es una medida absolutamente desbalanceada. Lo ha hecho, por ejemplo, a través de la iniciativa que permite la depreciación acelerada de activos intangibles. En cambio, las soluciones para las familias han sido mezquinas y lentas, como ya han señalado mis colegas.
En el debate del proyecto sobre el segundo retiro del 10 por ciento, no entendemos la forma en que ha actuado el Gobierno. Durante toda la discusión sobre el primer retiro no intervino y en el debate reciente en la Cámara de Diputados respecto del segundo retiro, tampoco. Por algo se aprobó con 130 votos a favor, 44 de los cuales son de los propios parlamentarios oficialistas.
¡No intervino el Gobierno!
Sin embargo, interviene hoy día, tardíamente, cuando el proyecto de reforma constitucional ya está en la Sala del Senado; interviene después de que esta iniciativa estuvo setenta y cinco días en la Cámara de Diputados.
¡Nada dijo entonces el Gobierno!
Desde que nosotros recibimos este proyecto, han pasado nueve días y ya se está debatiendo en Sala.
Recién la semana pasada el Ejecutivo presentó una propuesta legislativa que propone un segundo retiro del diez por ciento.
Señor Presidente, creemos que se ha generado una nueva situación de tensión -durante este año ha habido varias-, que afecta la autonomía de dos Poderes del Estado. Una vez más el Presidente Piñera "inunda" -se está usando esta palabra- facultades que tenemos las parlamentarias y los parlamentarios en nuestra tarea legislativa.
Se ha hablado de "populismo legislativo". En verdad, es muy difícil ser representantes populares y obedecer el mandato que nos tiene sentados y sentadas en estas bancas, que es la confianza y el voto popular, con la camisa de fuerza que representa la Constitución del 80, escrita e instalada en dictadura. Por eso estamos ad portas de un proceso de cambio para instalar una Nueva Constitución en nuestro país. Es muy duro que hoy día se tache a este Parlamento de "populista" o se hable de un "parlamentarismo de facto". Esa es una agresión permanente a este Poder del Estado.
Una reforma constitucional no puede ser inconstitucional. Se está buscando una serie de explicaciones; ya veremos en el Tribunal Constitucional quién tiene la razón frente a esta controversia.
Pero lo que no es aceptable, señor Presidente, es que día a día este Parlamento vea disminuidas sus facultades. Si no es la presentación de vetos, son proyectos del Gobierno como el que veremos más tarde, que también permite un segundo retiro del 10 por ciento y que viene con urgencia de "discusión inmediata". Vale decir, este Congreso deberá tramitar en dos o tres días dicha iniciativa y obedecer las instrucciones del Presidente de la República.
Creo que es muy difícil aportar al fortalecimiento de las instituciones en un Estado de derecho en democracia, si existe un permanente afán por reducir cada vez más las exiguas facultades que tenemos mandatadas para nuestro ejercicio parlamentario, las cuales están contenidas en una Constitución que es completamente ajena a la realidad social y política del siglo XXI; que no es democrática, y que impone un sistema neoliberal a ultranza en todas sus disposiciones.
La actual Constitución no nos permite responder ante la realidad que hoy día están viviendo nuestros compatriotas.
Por eso hemos optado por legislar mediante reformas constitucionales. Ya veremos en el Tribunal Constitucional si el Gobierno tiene razón en su tesis, al haber declarado inconstitucional la iniciativa que ahora tramitamos.
Voy a votar a favor de este proyecto, señor Presidente.
El señor LETELIER (Presidente accidental).- Muchas gracias.
Se ofrece la palabra.
Senador José García, tiene la palabra.


El señor GARCÍA.- Muchas gracias, señor Presidente.
Señoras Senadoras, señores Senadores, señora Ministra, señores Ministros, en primer lugar, yo quiero hacerme cargo de expresiones como "El Gobierno siempre llega tarde", "El Gobierno es indolente", "El Gobierno no reacciona a tiempo". Dichas expresiones, en mi opinión, son tremendamente injustas; lo son respecto del Gobierno, lo son respecto de este Parlamento y lo son también respecto de la ciudadanía, que está haciendo enormes esfuerzos para superar la pandemia de la mejor forma posible.
Organismos internacionales así lo han reconocido, al señalar que Chile ha sabido defenderse de la pandemia mucho mejor que otros países, incluso países europeos, a los que uno normalmente admira y los pone como ejemplo. Eso ha sido tarea del Gobierno, ha sido tarea del Congreso; pero, fundamentalmente, ha sido producto del esfuerzo de millones y millones de chilenas y chilenos.
Señor Presidente, durante este año el Fisco ha tenido que movilizar alrededor de 30 mil millones de dólares, de los cuales aproximadamente 8 mil millones han sido ayuda directa a las familias. El último pago del Ingreso Familiar de Emergencia significó ir en apoyo directo de ocho millones de compatriotas.
¿Es suficiente? Frente a la magnitud de la pandemia, por supuesto que nada, nada de lo que hagamos será suficiente.
Se dice que, a pesar de ser una mala política pública, se ha tenido que hacer uso de este retiro del 10 por ciento la primera vez, una segunda vez y se anuncia una tercera vez, porque el Gobierno no logra llegar con la ayuda suficiente. Solo en orden de magnitud...
Señor Presidente, si pudiera haber silencio en la Sala, lo agradecería mucho.
Ya señalé que el Gobierno ha logrado movilizar 30 mil millones de dólares, de los cuales entre 7 mil y 8 mil han sido ayuda directa a las familias. Porque nos olvidamos de una cosa bien importante: los ingresos fiscales este año han caído dramáticamente como consecuencia de la menor actividad económica. Sin embargo, el Estado ha seguido funcionando con relativa normalidad.
Cuando hablamos de los retiros, en números redondos, el primero está significando del orden de 18 mil millones de dólares. Y se estima que el segundo debiera ser una cifra equivalente, incluso un poco mayor.
Deseo recordar que respecto al primer retiro todavía hay familias que pudieran hacerlo un poco más adelante. Pero entre ambos retiros estaríamos hablando de una cifra cercana a los 40 mil millones de dólares. Esta cifra representa más de la mitad del Presupuesto de la nación. Es imposible que el Fisco compita con el ahorro de los trabajadores que se ha ido formando a través de treinta años.
Entonces, siento que cuando se dice: "Hay que recurrir al retiro porque el Gobierno no ha sido capaz de llegar con ayuda suficiente", estamos haciendo una comparación que no tiene ninguna razonabilidad, absolutamente ninguna. Porque muchas veces -no todos- lo único que buscan es pegarle, pegarle y pegarle al Gobierno, en un momento en que debiéramos estar más unidos que nunca para superar esta difícil circunstancia que atraviesa el mundo y que, por supuesto, nos golpea a nosotros.
Señor Presidente, se critica al Gobierno por haber recurrido al Tribunal Constitucional, cuando debiera ser al revés. Todos tendríamos que estar de acuerdo en que el Gobierno haya recurrido a dicha instancia, porque claramente aquí hay una disputa constitucional.
¿Se pueden modificar leyes a través de reformas constitucionales, mediante la vía de incorporar artículos transitorios a la Constitución, más aún cuando estas leyes recaen sobre materias de iniciativa exclusiva del Presidente de la República, como es el gasto fiscal, como lo son los temas previsionales?
Esa es la duda constitucional. Y qué mejor que la resuelva el Tribunal Constitucional, qué mejor que la resuelva el organismo que, de acuerdo con nuestro ordenamiento, está encargado de hacerlo, para que tengamos certeza jurídica, que es algo que le hace tanta falta a nuestro país.
Señor Presidente, termino diciendo que voy a aprobar el proyecto enviado por el Gobierno, porque considero que se hace cargo de la demanda de los chilenos que quieren hacer uso de este 10 por ciento, pero lo hace respetando nuestra institucionalidad y nuestra Constitución.
Si bien la ciudadanía mayoritariamente decidió que haya una nueva Constitución, mientras esta rija, tenemos la obligación de respetarla. Y el camino que nos ofrece el Gobierno es uno de respeto a la institucionalidad. Por eso, votaré por el proyecto del Gobierno.
Muchas gracias, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador José García.
Solicitó el asentimiento de la Sala para que ingrese el Subsecretario señor Ossa.
--Se accede a lo solicitado.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene la palabra el Senador Felipe Harboe.


El señor HARBOE.- Señora Presidenta, llegamos a un segundo retiro.
En el debate inicial, del primer retiro, dijimos que probablemente era por única vez, porque muchos de nosotros supusimos que el Gobierno había entendido el mensaje: que la gente lo está pasando mal, que el hambre no está cediendo, que la destrucción de puestos de trabajo suma y sigue.
En las Regiones de Ñuble, del Biobío, de Los Lagos, de Los Ríos, de Magallanes y de Aysén se están destruyendo no cientos, sino miles de puestos de trabajo. Y a diferencia de lo que ocurre en Santiago, la economía en las regiones sigue siendo extremadamente precaria. Y, como se dice: "El que no trabaja, no gana, y el que no gana, no come".
Tuve la oportunidad, hace algunas semanas, de estar recorriendo la Región de Ñuble junto al sacerdote Alejandro Cid y de visitar en la población Los Volcanes el comedor solidario -antiguamente les llamábamos "ollas comunes"- junto al Ejército de Chile. Se han distribuido más de 75 mil raciones en los últimos seis meses, y el hambre se mantiene.
Luego estuvimos en la comuna de Yungay con una dirigenta de la Villa República, doña Patricia Riquelme, quien nos decía: "Muchos de nosotros usamos el 10 por ciento para poder ahorrar en la libreta de la vivienda; otros, para pagar deudas".
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un seminario donde estaba la Cámara de Comercio de Santiago. Y me entregaban cifras, para ellos, impresionantes: la cantidad de gente que con el retiro del 10 por ciento fue a pagar sus deudas.
Señora Presidenta, no estamos discutiendo hoy un segundo retiro porque a alguien se le ocurrió, o porque quizás algunos quieran destruir el sistema, etcétera, o pretendan darle un golpe al Gobierno.
Yo no tengo idea de si la gente que está pasando hambre es de Derecha, de Centro o de Izquierda; de si vota por Piñera, por mí o por otro; me da lo mismo. Acá hay un deber ético de hacernos cargo de una necesidad. Pero respecto a esa necesidad tenemos que hacernos cargo del tema de fondo.
Hoy se presenta una reforma constitucional para obtener un segundo retiro, y yo voy a aprobarla. Pero vuelvo a reiterar: no es una buena política pública. ¡No me gusta desde el punto de vista ideológico que la gente pague la crisis con sus propios ahorros! Yo esperaría que se hiciera un nuevo Ingreso Familiar de Emergencia; que se ampliara la posibilidad de postergar el pago de las cuotas de los créditos a las pequeñas empresas -los bancos ya están cobrando las cuotas del Fogape-; que hubiera una ayuda a la vena a la industria gastronómica, que pierde y pierde empleo y que cierra y cierra locales, generando un grave drama social.
Durante décadas hemos hecho todos los esfuerzos para tener ordenadas las cuentas fiscales. Bueno, este es el momento de salir a ayudar con fondos públicos y no con recursos de los ahorros de cada una de las personas.
Pero no queda otra y no se puede, al final del día, dar respuestas técnicas a las necesidades sociales. Me encantaría decir: "Esto no es adecuado". Porque es cierto que no es adecuado. Pero las preguntas son: "¿Y cómo alimento a mis hijos?, ¿cómo alimento a mis hijas?, ¿cómo pago las deudas para que no me embarguen la casa?".
La situación es dramática, y por eso debemos hacernos cargo de esto y voy a concurrir con mi voto favorable.
Valoro que el Gobierno se haya despojado, como dijo alguien por ahí, de todos los prejuicios que tenía cuando afirmaba que si se aprobaba el primer retiro se iba a caer la economía chilena, que las empresas se iban a ir, que Chile iba a ser un país bananero. Y hoy día se presenta un segundo proyecto, por iniciativa del Ejecutivo.
Me parece adecuado que los que ganamos más paguemos impuestos. ¡Me parece adecuado! Me parece adecuado también que los parlamentarios no podamos sacar el 10 por ciento. ¡Me parece adecuado!
¿Pero sabe? Hay mucha gente que está esperanzada de que se pueda hacer un segundo retiro. Y no seré yo el que me cruce en esta necesidad imperiosa de carácter social.
Pero este debate, que es urgente, no puede obviar lo más importante. Y le digo al señor Presidente de la República, Sebastián Piñera, por favor, instruya a su Gobierno para que no se levante de la mesa hasta que se llegue a un acuerdo en materia previsional.
La Oposición ha dado muestras de querer avanzar en una reforma previsional. Hay disposición; hay votos para eso. Necesitamos la voluntad y la convicción de llegar a un acuerdo, porque ese es el tema de fondo, y en paralelo avanzar después en el tema de las remuneraciones, que es el que finalmente nos debe convocar para ayudar a paliar en parte la gran molestia y rabia que existe hoy día con el sistema político.
Hemos entendido el mensaje del 18 de octubre. Muchas y muchos esperamos que el Gobierno también lo entienda y que nos ayude a sacar adelante a este país, entre todos y entre todas, con buena voluntad, con medidas urgentes, pero también haciéndonos cargo de lo importante.
Insisto: la reforma previsional debe ser nuestro norte, y la Oposición y el Gobierno deberíamos no levantarnos de la mesa hasta llegar a un buen acuerdo que garantice pensiones dignas para miles de pensionadas y pensionados.
Voy a votar a favor.
He dicho, Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Con la intervención del Senador Harboe, se pone término al debate de esta reforma constitucional, que permite un segundo retiro del 10 por ciento.
En votación.
--(Durante la votación).
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene la palabra, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Se ha abierto la votación para las señoras Senadoras y los señores Senadores que se encuentran presencialmente en la Sala. Y se procederá a efectuar la consulta de opción de voto a quienes se encuentran conectados a través del sistema telemático.
Senador señor Guillier, ¿cómo vota?
¿Puede activar su micrófono desde allá, señor Senador?
Ahora está en condiciones de activarlo.


El señor GUILLIER.- Ahí sí.
Muchas gracias, señor Secretario.
Quiero saber si es posible justificar brevemente el voto.
Primero, permítanme señalar que nadie está haciendo demagogia con la pobreza de la gente y con una tragedia que está afectando a todo el país. Esta tragedia, a diferencia de otras, ha golpeado al mundo popular, al más vulnerable, pero también a las clases medias. Y por esa razón se discutió el primer 10 por ciento, que no solo salvó a muchas familias momentáneamente, sino que permitió incluso la recuperación de la economía, lo que el propio Gobierno ha mostrado como un gran éxito.
En segundo lugar, la crisis se ha alargado, continúa; muchas pymes siguen quebrando por todas partes. Yo estoy ahora en Calama. Acá basta salir y ver una ciudad semiparalizada. La situación no se ha normalizado; está lejos de que ello ocurra. Y hay mucho temor e incertidumbre hacia el futuro.
Por eso en el Congreso se presentó nuevamente el mismo proyecto por el retiro de un segundo 10 por ciento. Pero ahora el Gobierno se cruza y nos pone otra alternativa, que si alguien la hubiese leído en su forma original habría quedado horrorizado, por la tremenda injusticia, la enorme cantidad de exigencias que se ponían. Incluso más, suponiendo que la clase media no se ve afectada o que porque una persona mantiene su sueldo creen que el conjunto de su familia está bien. En realidad, aquí la pena, la procesión va por dentro: casi no hay familia que no esté afectada hoy en día por todo lo que está ocurriendo con la crisis económica y la pandemia.
Por esa razón, me parecen profundamente injustas todas esas medidas restrictivas. Pero hay una en particular, que es el principio de aplicar impuestos. Y el argumento es nuevo: que los ahorros de la familia, cuando uno los retira, tienen que pagar impuesto. Y se habla de que eso es justo. Bueno, siendo así, quiero decirles que los ricos empiezan desde los 700 mil pesos hacia arriba, porque en el proyecto se aplica el impuesto a partir de esa cifra. La verdad es que no creo que esa gente sea rica exactamente.
Pero, además, hay otro problema. Este mismo Senado aprobó hace tres meses por amplia mayoría una reforma tributaria presentada por el Gobierno que les rebajó los impuestos a las grandes empresas.
Entonces, ¿cuál es el criterio para enfrentar la crisis? Las grandes empresas tributan menos, por lo cual hacen una menor contribución para enfrentar la crisis; pero las clases medias tienen que pagar más impuesto, incluso salvarse a sí mismas y pagar impuesto por ese autosalvataje. ¡Qué tremendamente injusto es todo esto!
La verdad es que aquí se manipulan las cosas con palabras y con cifras.
Yo voy a votar por el proyecto de retiro del 10 por ciento que viene de la Cámara de Diputados: es limpio, es más dinero, y segundo, no establece el precedente de que las clases medias tienen que salvarse a sí mismas y ayudar a salvar al país cuando los grandes grupos, las grandes empresas están recibiendo beneficios en el Fogape, en la reforma tributaria y además en un montón de políticas, como está pasando, por ejemplo, con los fondos que están en Chile, en las mesas donde reciben las inversiones para las propuestas públicas.
Yo quiero decir que, por cierto, voy a votar a favor...
El señor GUZMÁN (Secretario General).- El Senador señor Guillier vota a favor.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Gracias, Senador Guillier.
Quiero recordarles a los colegas que está cerrado el debate. Hemos estado discutiendo todo el día de ayer y hoy día. Así que la Mesa va a dar un minuto para fundar el voto. Hubo cerca de veinte colegas inscritos que intervinieron. No abramos nuevamente un debate ahora en la votación.
Tiene la palabra, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Senador señor Harboe, ¿cómo vota?
Senador, ¿puede activar su micrófono desde allá?
Ahora está habilitado. ¿Puede activarlo?
Luego le vamos a consultar nuevamente.
Senador señor Huenchumilla, ¿cómo vota?
El señor HUENCHUMILLA.- Ahora parece que sí funciona.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Así es.
El señor HUENCHUMILLA.- Voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Insulza, ¿cómo vota?
El señor INSULZA.- ¿Se escucha, Secretario? ¿Está activado el micrófono?
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Sí, señor Senador.


El señor INSULZA.- Solamente quiero decir en una palabra, en una línea, al justificar el voto, que aquí estamos haciendo lo que el Gobierno debió haber hecho hace varios meses. Ha sido lento, incompetente; no ha sabido responder a tiempo a ninguna de las cosas que se le ha exigido por la sociedad chilena. Y por eso se le plantea esta gran responsabilidad al Congreso.
Finalmente, tendremos que seguir lidiando con esto seguramente. Deberemos votar dos veces: en la mañana una cosa y en la tarde otra, para tratar de sacar adelante a este país, a pesar de un Gobierno al cual, como diría Diego Armando Maradona, "Se le arrancó la tortuga". ¡No ha habido nunca uno más lento y más incompetente en ningún país!
Gracias.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Cómo vota, señor Senador?
El señor INSULZA.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Vota a favor.
Senador señor Latorre, ¿cómo vota?
El señor LATORRE.- Voto a favor, Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Cómo vota, señor Senador? No se escuchó bien.
El señor LATORRE.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Harboe, ahora puede activar su micrófono.
El señor HARBOE.- Aló. Ahí sí.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Ahora sí.
El señor HARBOE.- Estuvo activado todo el rato, en todo caso. Hay que arreglar el sistema.
Yo voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Órdenes, ¿cómo vota?
La señora ÓRDENES.- Voto a favor de la reforma constitucional para el segundo retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Ossandón, ¿cómo vota?
El señor OSSANDÓN.- Secretario, me abstengo, para que las chilenas y los chilenos sí puedan recibir el 10 por ciento de sus fondos antes de Navidad.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Se abstiene.
Senador señor Prohens, ¿cómo vota?
El señor PROHENS.- Me abstengo, Secretario, por las mismas razones que dio el Senador Ossandón.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Se abstiene.
Senador señor Quintana, ¿cómo vota?
El señor QUINTANA.- Secretario, me voy a pronunciar a favor de esta propuesta de reforma constitucional, que tempranamente planteó el Congreso, en particular los Diputados ya mencionados, como única alternativa viable hoy día.
Voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Quinteros, ¿cómo vota?
El señor QUINTEROS.- Como lo había comprometido con la ciudadanía, voto a favor de esta reforma constitucional.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Rincón, ¿cómo vota?


La señora RINCÓN.- Señora Presidenta, voy a hacer uso de los minutos que tengo para fundar el voto.
Considero fundamental señalar que es necesario e importante que saquemos antes de Navidad esta posibilidad de acceder al retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales.
El Gobierno ha hecho todo -¡todo!- para dilatar esta discusión y proteger intereses que no son los de las trabajadoras y de los trabajadores; el Presidente tiene que entender que debemos cambiar el foco, que debemos preocuparnos de las personas.
Creo que basta, que llegó el minuto de poner el eje de nuestro trabajo, del Parlamento y del Gobierno, en las personas. Han señalado aquello largamente mis colegas, y no lo voy a repetir.
Pero aquí quiero hacer un punto, Presidenta. Cuando nos hablan de justicia social me gustaría recordarles a mis colegas y al Gobierno que no hemos escuchado sobre justicia social cuando se les rebajan las multas a quienes han defraudado al Fisco. Y la lista es larga.
Al que evade 800 pesos en el bus se lo fiscaliza en los tramos del recorrido, pero cuando hace la pasada una empresa y no paga los tributos que corresponden...
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Senadora, había un minuto para fundar el voto.
La señora RINCÓN.- Pregunté, Secretario, y usted me dijo que eran cinco minutos. Por eso había preparado mi fundamentación.
Pero termino.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- No: hay un minuto. Las intervenciones se hicieron ayer, Senadora Rincón.
Le vamos a dar un minuto adicional para que concluya su fundamentación de voto.
La señora RINCÓN.- Gracias.
Cuando no protegemos a las personas, señora Presidenta, y permitimos evasiones en las colusiones y en tantas otras cosas, obviamente no nos preocupa la justicia social.
Me parece que hoy día esta posibilidad de retirar el 10 por ciento de los fondos previsionales la merecen nuestras mujeres y nuestros hombres.
Voto a favor de esta iniciativa.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
La Senadora señora Rincón vota a favor.
Senadora señora Sabat, ¿cómo vota?
La señora SABAT.- Presidenta, porque es el camino más largo y no va a permitir que este retiro sea factible antes de diciembre, me abstengo.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Se abstiene.
Senador señor Soria, ¿cómo vota?
El señor SORIA.- Voto a favor de las familias que están afectadas por la crisis de la pandemia; ahí estamos, el Parlamento, al lado de la familia chilena.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Allende, ¿cómo vota?


La señora ALLENDE.- Voto a favor, Secretario, y lamento que debamos recurrir a este tipo de medidas ante la falta de protección de una verdadera política de seguridad social que espero que alguna vez logremos en este país. Debemos avanzar a que haya, de verdad, una reforma previsional que dé esa seguridad social que hoy día no existe.
Voto a favor de esta reforma constitucional.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Aravena, ¿cómo vota?
Senador señor Araya, ¿cómo vota?
El señor ARAYA.- Voto a favor del retiro de un 10 por ciento sin letra chica y libre de impuestos.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Durana, ¿cómo vota?
El señor DURANA.- Señor Secretario, me voy a abstener de esta reforma constitucional con el objetivo de que el segundo proyecto, el del Gobierno, sea el que efectivamente llegue para beneficio de las chilenas y de los chilenos.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Se abstiene.
Senador señor Elizalde, ¿cómo vota?
El señor ELIZALDE.- Voto entusiastamente a favor de esta reforma constitucional para que...
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Goic, ¿cómo vota?
La señora GOIC.- Voto a favor de esta reforma constitucional para este segundo retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- ¿Secretario?
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Senador señor García-Huidobro?


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Estaba pidiendo fundar el voto, pero lamentablemente dispongo de un minuto.
Solamente quiero decir que este Parlamento tampoco ha colaborado muchas veces para aprobar los proyectos en el tiempo que era necesario. Muchos de ellos se han dilatado y han llegado un poco tarde justamente porque en ese momento no estuvimos a la altura para apurar su despacho.
Simplemente deseo expresar que espero que el otro proyecto se apruebe bajo las normas de la Constitución, que es lo que corresponde.
En este caso, en esta iniciativa presentada por los Diputados voto en contra.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- El Senador señor García-Huidobro vota en contra.
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
El Senador señor Bianchi ha solicitado la palabra para fundamentar su voto en la Sala.


El señor BIANCHI.- Señor Secretario, señora Presidenta: "Por sus actos los conocerás". O sea, creo que efectivamente aquí hoy día el país tiene que saber la verdad. Y ella es una sola: si este proyecto se hubiese aprobado hoy día con los votos que se habían comprometido para esta primera iniciativa, para esta reforma constitucional, habría sido ley ahora ya, porque este era el último trámite que faltaba.
Por lo tanto, si realmente se hubiese querido que esta iniciativa tuviera un avance inmediato y rápido, simplemente habría bastado con la votación de quienes se habían comprometido a votarlo a favor y que hoy día se están pronunciando de una manera absolutamente distinta.
Yo voto a favor de esta reforma constitucional, porque efectivamente es una atribución que el Congreso tiene en cuanto a hacer reformas ¡Y no es inconstitucional!
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
¿Senadora señora Carmen Gloria Aravena?
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Terminada la votación.
Hay que cantar primero la votación; después vuelve a la pantalla.
El señor LAGOS.- ¿Va a cantar, Presidenta...?
La señora MUÑOZ (Presidenta).- "Cantar la votación"; ¡melódica...!
¡Vamos a ponerle música...!
--Por no haberse reunido el quorum constitucional requerido, se rechaza el proyecto de reforma constitucional (23 votos a favor, 10 en contra y 8 abstenciones).
Votaron por la afirmativa la señora Allende, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste y Rincón y los señores Araya, Bianchi, De Urresti, Elizalde, Girardi, Guillier, Harboe, Huenchumilla, Insulza, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Pizarro, Quintana, Quinteros y Soria.
Votaron por la negativa las señoras Ebensperger, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Alvarado, Coloma, Galilea, García, García-Huidobro, Kast y Pugh.
Se abstuvieron la señora Sabat y los señores Castro, Chahuán, Durana, Moreira, Ossandón, Prohens y Sandoval.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- No se reunió el quorum constitucional exigido, por lo que queda rechazada la reforma constitucional, y pasa a Comisión Mixta.
La referida instancia estará conformada por los integrantes de la Comisión de Constitución.
Tiene la palabra el Senador De Urresti.
El señor DE URRESTI.- Señora Presidenta, lo importante son dos cosas, a propósito de este rechazo, para darle la mayor celeridad al despacho de este proyecto.
Primero, le solicito que se le comunique a la Cámara de Diputados este rechazo, para que designe a los integrantes de la Comisión Mixta que deberá formarse al efecto. Como Presidente debo decir que le daremos la máxima celeridad a esta instancia.
Segundo, le pido informar que, formalmente, como Presidente de la Comisión de Constitución le planteé a la Mesa poder hacerse parte en el requerimiento que el Gobierno presentó ante el Tribunal Constitucional respecto de este proyecto.
Entonces, antes de pasar a la próxima iniciativa sería importante que se refiriera a ello, señora Presidenta.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Senador De Urresti, cuando intervine señalé que la Mesa ya se había hecho parte en el recurso de inconstitucionalidad que interpuso el Gobierno ante el Tribunal Constitucional.
Ya tenemos el abogado representante. Está presentado el escrito pertinente. Así que, como digo, al menos la Mesa se ha hecho parte de este requerimiento.
Entonces, queda constituida la Comisión Mixta con los miembros de la Comisión de Constitución.
Senadora Aravena, al parecer se había desconectado o se había caído su sistema. La invitamos denante a pronunciarse en el momento de la votación
Tiene la palabra Su Señoría.
La señora ARAVENA.- No sé... (falla de audio en transmisión telemática)... solamente para poder incorporar mi voto, porque estoy conectada por el teléfono. Se me cayó internet: lamentablemente es VTR.
Entonces, ¿si es posible incorporar mi voto ahora?
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Incorporaremos su intención de voto, Senadora Aravena.
La señora ARAVENA.- ¿Perdón?
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Se dejará constancia de su intención de voto, porque ya terminó la votación.
Entonces, reglamentariamente,...
La señora ARAVENA.- Sí.
Voto en contra.
La señora MUÑOZ (Presidenta).-... no podemos registrar más que la intención de voto, que la señalará el señor Secretario.
La señora ARAVENA.- Okay.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- ¿Cómo vota?
La señora ARAVENA.- Okay.
Dejémoslo así, entonces.
En contra.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- En contra.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Se deja constancia de la intención de voto negativo de la Senadora señora Aravena.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Vamos, entonces, a pasar a la segunda iniciativa en tabla.