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REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE SEGUNDO RETIRO EXCEPCIONAL DE FONDOS ACUMULADOS DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL


El señor ELIZALDE.- Gracias, Presidenta.
Quisiera iniciar mi intervención señalando que voy a votar a favor de esta iniciativa, tal cual lo hice respecto del primer retiro del 10 por ciento, porque lamentablemente el paquete de ayuda social del Gobierno ha sido tardío e insuficiente, y las familias chilenas lo están pasando realmente mal.
Pero creo que hay que contextualizar este debate.
Enfrentamos una crisis social de proporciones. Y como la ayuda del Gobierno no ha sido oportuna ni suficientemente contundente, el Congreso ha tenido que impulsar en paralelo iniciativas que en alguna medida contribuyan a proteger de mejor forma a las familias chilenas.
Ejemplos hay muchos, no solo del retiro, sino también, por ejemplo, del proyecto respecto de servicios básicos, que va a ser votado en la sesión de hoy; tengo entendido que está en el tercer punto de la tabla.
Pero, además, enfrentamos una crisis política. No me refiero a la crisis de octubre ni al cuestionamiento de parte de sectores importantes de la sociedad chilena a las instituciones de nuestro país, y particularmente esta crisis de representatividad, sino que me refiero en específico a la relación que el Gobierno tiene con sus bancadas y con sus parlamentarios, y que lo ha llevado, por ejemplo, a recurrir al Tribunal Constitucional en una decisión que a mí me parece errada.
Y parte importante de los integrantes de las bancadas de Gobierno, al igual que la unanimidad de los parlamentarios de la Oposición, estamos conscientes de la magnitud de la crisis, y creemos que se requieren medidas de emergencia.
Pero, desafortunadamente, el Gobierno ha sido indolente, no ha escuchado, y ha actuado con tardanza.
Y eso ha generado un distanciamiento entre las propuestas del Gobierno y lo que el Congreso Nacional ha aprobado.
Porque cuando se plantea todo el tema de la constitucionalidad de las reformas constitucionales, lo que se pretende esconder es un dato de la causa, y es que el Gobierno ni siquiera ha sido capaz de ordenar a sus propias bancadas. Y no lo ha hecho por una razón muy simple: la gran mayoría de quienes somos parlamentarios creemos que hay que actuar con celeridad, con fuerza para enfrentar la crisis. Y, lamentablemente, el Gobierno no tiene el mismo diagnóstico.
Por eso se opuso tenazmente al primer retiro del 10 por ciento, y por eso se opuso al segundo retiro, hasta que se aprobó mayoritariamente en la Cámara de Diputados, y, por tanto, cambió de estrategia y presentó una iniciativa de ley para regular esta materia.
Yo sé que lo que aquí hay no es un problema de constitucionalidad. El requerimiento del Gobierno -a mi entender- carece de fundamento. Lo que aquí hay es un problema más de fondo, y es que el Congreso ha tenido que reemplazar el liderazgo del Gobierno precisamente por el diagnóstico errado que a mi entender tiene el Presidente de la República, que todavía no asume la magnitud de la crisis. Y, por tanto, las iniciativas que ha llevado adelante han sido claramente insuficientes.
Y en este distanciamiento, parte importante, minoritaria pero importante, de las bancadas del Oficialismo, han concurrido con sus votos para aprobar estas iniciativas.
Creo que fue un error ir al Tribunal Constitucional, lo digo claramente, porque se pretende evitar algo muy simple, el Gobierno tiene una representación parlamentaria suficiente para evitar cualquier cambio constitucional. ¿Y por qué no lo hace? Porque sus propios parlamentarios están conscientes de la magnitud de la crisis.
Y en ese sentido, yo quiero valorar a quienes estuvieron dispuestos a cruzar el río, a quienes estuvieron dispuestos incluso a romper con sus propias bancadas y permitir la mayoría que autorizó el primer retiro del 10 por ciento, exclusivamente en una lógica de país, entendiendo que el drama que estamos viviendo es grave, y, por tanto, debe ser asumido con una lógica constructiva.
¿Qué plantea el Gobierno ante el Tribunal Constitucional? Una serie de argumentos que a mi entender son carentes de fundamento.
En primer lugar, plantea que esta es una reforma en el ámbito de la seguridad social que afecta el artículo 19, número 18, de la Constitución. Y la verdad es que esta es una normativa de emergencia para enfrentar la crisis.
Plantea también cuestionamientos respecto de la iniciativa exclusiva, cuando esta se encuentra regulada para la ley por la Constitución, pero no para la propia Constitución.
Y plantea también que estaríamos pasando a llevar las normas de reforma a la Constitución porque se estaría regulando una materia nueva. Y, por tanto, la reforma solo podría modificar normas vigentes.
La verdad es que son muchos los ejemplos si es que la Constitución, a través de una reforma, ha regulado una materia que, hasta esa reforma, no estaba considerada en la propia Constitución.
No olvidemos que hubo un cambio de gabinete cuando se aprobó el primer retiro. De esa forma se pretendió ordenar a las bancadas oficialistas.
Y la crisis permanece.
Entonces, en síntesis, mi modesta sugerencia al Gobierno es que escuche, que tome consciencia de la magnitud de la crisis y que en un proceso de diálogo y actitud constructiva contribuya a las iniciativas que desde el Congreso Nacional hemos impulsado para proteger a las familias chilenas.
El Gobierno tiene muchas más herramientas que las que tiene el Congreso, que tiene muy pocas. Por tanto, nos gustaría ver una actitud proactiva desde el Gobierno con el objeto de impulsar estas iniciativas para proteger a las familias chilenas.
Voy a votar a favor de esta reforma constitucional.