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DECLARACIÓN DE FERIADO LEGAL EL 24 DE JUNIO: DÍA NACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS. VETO


El señor ELIZALDE.- Presidenta, he argumentado todas las veces que se ha votado este proyecto, que establece el Día Nacional de los pueblos indígenas, y me parece que va más allá de una señal simbólica: tiene que ver con reconocer el carácter multicultural de la sociedad chilena, y también sujeto de reparación histórica, lo cual me parece muy importante.
Ahora bien, se ha abierto una controversia sobre el feriado que se iba a eliminar.
En tal sentido, si bien para crear un nuevo feriado se planteó como criterio que tenía que eliminarse un feriado existente, ese no va a ser el criterio que finalmente va a imperar.
En ese contexto, no es irrelevante este debate, pues dice relación con cómo nos percibimos a nosotros mismos, cómo vemos nuestra historia y, sobre todo, cómo construimos nuestro futuro.
Creo que ese es un debate muy importante.
Por eso no comparto criterios que se han establecido o se han planteado por parte de algunos Senadores en términos de que eventualmente habría sido un error eliminar un feriado u otro. En esto existen legítimas posturas y visiones distintas.
Sin ir más lejos, en cuanto al significado del 12 de octubre, en toda América Latina tiene un nombre distinto. Por ejemplo, estaba haciendo ahora una lectura de qué representa: en Venezuela, el Día de la Resistencia Indígena; en Uruguay, el Día de la Diversidad Cultural; en El Salvador, el Día de la Raza (así se celebraba en Chile hasta que se empezó a entender como el Día del Encuentro de Dos Mundos); en Perú, el Día de los Pueblos Originarios; en Panamá, el Día de la Hispanidad, Día de la Raza o Día del Descubrimiento de América; en México, el Día de la Nación Pluricultural. Y así podríamos citar muchos otros ejemplos: en Guatemala, el Día de la Hispanidad; en Ecuador, el Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad; en Cuba obviamente no se celebra el 12 de octubre, pero sí se hace referencia al 10 de octubre, que es el día en que comenzó la independencia contra España, en 1868.
Lo que quiero señalar -y podría seguir con la lectura- es que en mi concepto se trata de un debate muy relevante acerca del futuro de nuestro país, y sobre todo, sobre cómo nos percibimos a nosotros mismos.
Pienso que en eso no existe una postura que pueda pretender imponerse respecto de otra, porque esa es la lógica de la colonización, de la conquista que se estableció a propósito de la relación entre los pueblos europeos y los pueblos precolombinos, los pueblos indígenas.
Por el contrario, lo que se quiere entender es que esta es una historia rica, donde existen interpretaciones diversas, que no está exenta de traumas, en que hubo asesinatos, exterminios, dominación por la fuerza, pero en que también ha habido una lógica de colaboración y de episodios que han sido muy rigurosos para la historia de nuestro continente.
Lo importante es que reconozcamos esa riqueza histórica, y sobre todo, que respetemos visiones distintas y que puedan ser profundamente dispares.
Así que no comparto el criterio de que haya una visión correcta y otra incorrecta de la historia. No creo en general en la historia oficial. Por el contrario, creo que la historia permite distintas interpretaciones.
Ahora, en ese mismo contexto, hay un Senador -y con esto voy concluyendo, Presidenta- que hizo referencia a la violencia en La Araucanía. ¡Yo no sé qué tiene que ver eso con lo que estamos hablando ahora! Lo quiero expresar claramente.
Pero como lo dijo, no puedo dejar pasar la molestia, y quiero manifestar mi reclamo formal, por las declaraciones del representante del Presidente de la República en la Región de La Araucanía, el intendente, contra dos Senadores precisamente de esa Región, en que señaló que ellos avalaban la violencia.
Esa me parece una declaración infundada, porque he visto la conducta de esos dos Senadores, como la de todos los integrantes de esta Cámara, y creo que aquí nadie avala la violencia: ¡nadie!
Cuestión distinta es que para contar con políticas públicas que sean exitosas para garantizar la paz social tenemos visiones distintas. El Presidente Piñera posee determinada visión, que ha sido desastrosa: no ha dado paz social ni a Chile, ni a La Araucanía.
Hay quienes creemos que la paz social se construye a través de políticas públicas distintas. Por cierto, promoviendo el diálogo, reconociendo nuestra diversidad y abordando los temas de fondo.
Así que creo que esas declaraciones son inaceptables. Y, en tal sentido, quiero expresar mi solidaridad con los Senadores Huenchumilla y Quintana, de quienes no solo tengo la mejor opinión, sino que sé de su compromiso democrático, de su compromiso con la paz social y, por cierto, de su rechazo absoluto a toda forma de violencia.
He dicho.
Voté por el nuevo mecanismo. De modo que espero que mi voto esté considerado.