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NUEVAS MEDIDAS TRIBUTARIAS EN APOYO DE MICRO, PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS EN CONTEXTO DE COVID-19


El señor QUINTEROS.- Presidente, el diálogo está comenzando a dar frutos. Los dos proyectos que votamos hoy ponen a disposición de las pymes nuevos recursos y herramientas para capear parcialmente los efectos desastrosos de la crisis.
¿Por qué ha sido tan difícil y demoroso llegar a este punto?
Esta crisis, generada por la pandemia, se encadenó con aquella originada a partir del estallido social, y también con la ralentización de la economía que venía desde antes.
Al menos desde fines del año 2019 venimos hablando de las pymes, pero los paquetes de ayuda no han llegado o han sido insuficientes. Evidentemente, no ha sido por falta de voluntad política de la Oposición. Al revés, ha sido la iniciativa liderada por nuestra Presidenta la que ha permitido lograr este nuevo plan de beneficios.
¿Por qué, entonces, ha costado tanto? La principal responsabilidad es del Gobierno. A algunos les incomoda escuchar recurrentemente estos reproches, pero es aquí, en el Congreso Nacional, y no en Twitter o en los matinales donde deben exponerse públicamente las razones y argumentos de cada sector político. Este es el espacio privilegiado para el diálogo abierto, de cara al pueblo. Si alguien calla y se omite o guarda algunos motivos, por falsas lealtades o las razones que sean, no solo debilita su propia posición, sino que también debilita la democracia, porque la salud de esta depende, en última instancia, de que el debate fluya pública y libremente, sin vetos, sin exclusiones.
Durante muchos años hubo temas que no podían discutirse, como el de las AFP y las isapres, porque sabíamos que nos encontraríamos con un portazo, y que desde las bancadas de enfrente se harían valer los quorum que bloquearían cualquier iniciativa.
Ese modelo de acción fue debilitando la democracia y las instituciones. Estas siguieron funcionando, pero perdieron vitalidad, legitimidad y fuerza. Solo una crisis como la que explotó con el estallido social y aumentó con la pandemia logró cambiar esa lógica. Hoy podemos debatir cualquier asunto, sin excluir ningún tema.
La semana pasada se aprobó la ley que impide a las isapres aumentar unilateralmente sus precios. Se acabó un dogma, intocable durante muchos años, y ni las isapres han quebrado ni la bolsa se ha derrumbado, y millones de personas no tendrán que morder la rabia por tener que aceptar esa arbitrariedad, o recurrir a los tribunales para revertirla.
De esta misma forma, esperamos que ahora el Gobierno se abra a regular los precios de los medicamentos en laboratorios, farmacias, droguerías, clínicas y hospitales, de modo que los usuarios puedan notar una baja sustancial en su gasto de bolsillo.
El nuevo IFE, más robusto y con mayor cobertura, también es indicativo de que es posible abordar aquellos temas que son prioritarios para la gente pero que no estaban en la agenda del Gobierno.
Es hora de que el Ejecutivo reemprenda el camino del diálogo. Los hechos están demostrando que los acuerdos pueden rendir frutos, aunque algunos desconfíen de ellos, aunque otros prefieran imponer sus ideas sin discusión. La actividad política consiste en alcanzar puntos de encuentro, en hacer respetar el sentido de las mayorías, sin que ello signifique atropellar a las minorías. La política se redignifica cuando representa los intereses de la gente y encuentra soluciones a sus problemas, a los inmediatos y a los de largo plazo.
Este proyecto sobre pymes va en la misma dirección, pues por primera vez estamos aprobando ayudas directas que discriminan positivamente en favor de las empresas de menor tamaño.
Hasta ahora, el dogma neoliberal implícito era que había que dejar que las empresas quebraran porque de esa manera la economía se renovaba. Pero mientras se afirmaba que únicamente se podía ayudar a los más pobres, los hechos demostraban que las mayores ayudas que alguna vez el Estado ha dado han sido para la banca, en los años ochenta, y que las mayores exenciones tributarias que aún siguen vigentes han beneficiado a los grandes negocios y no a los más pequeños.
La supuesta defensa de las pymes era el argumento preferido por parte de las bancadas de Derecha, para resistirse a los aumentos de impuestos o promover las exenciones. Pero esto comienza a ser superado. No son lo mismo, no pueden tener el mismo trato, aunque el dogma diga que cualquier diferencia afecta la libertad económica.
Este proyecto, por ejemplo, distingue correctamente y no considera como pymes y excluye de los beneficios correspondientes a las sociedades de inversión, que son utilizadas por unos pocos para eludir impuestos y maximizar sus ganancias.
Hay medidas tributarias para otorgar facilidades a los deudores de impuestos y derechos municipales. Creo que esto se justifica plenamente. Sin embargo, hago presente la situación de muchos municipios que también han visto mermados sus ingresos, en circunstancias de que han debido aumentar sus gastos para ir en auxilio de las personas y no pueden soportar, por sí solos, el costo de estas medidas...
Pido un minuto, Presidenta.
La mayoría de los municipios no tienen fondos de reserva, como sí los tiene el Estado; tampoco pueden endeudarse libremente. En consecuencia, los planes deben considerar el apoyo a los municipios, los que, por lo demás, son una palanca insustituible en toda la acción social.
No obstante, si bien tarde y a un gran costo, puede decirse que hoy estamos mejor encaminados que hace algunos meses.
Para terminar, solo unas palabras sobre la solución definitiva de la crisis en que se encuentran miles de pequeños negocios dedicados a la gastronomía, la cultura, el turismo y los eventos, especialmente en regiones. Lo han dicho ellos y lo repito: la única manera en que podrán salir adelante es trabajando, permitiéndoles que vuelvan a funcionar. En vez de seguir limitando los aforos, impidiendo el trabajo de determinados rubros y enviando comunas a cuarentena, el Gobierno debe rediseñar su estrategia y abandonar la lógica de las restricciones para enfrentar el COVID.
Entendíamos que había que tomar medidas de emergencia al comienzo de la pandemia, cuando nadie tenía muy claro cómo actuar. Pero han pasado más de quince meses, y no podemos seguir haciendo lo mismo, que resulta cada vez más ineficaz.
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que el contagio se da básicamente por aerosoles, y sin embargo se siguen prohibiendo actividades al aire libre o en recintos amplios y bien ventilados. Las restricciones deben establecerse en función de la capacidad de ventilación de los recintos y no del carácter esencial de su giro.
Al respecto, este Senado aprobó un proyecto de acuerdo pidiendo al Ejecutivo adoptar nuevas medidas para promover la ventilación.
Hay medidas que se mantendrán, como el uso de mascarillas y la distancia física, pero hay otras en que se debe innovar, considerando el nuevo conocimiento disponible y que esta pandemia se mantendrá todavía un buen tiempo.
Por último, señora Presidenta, quiero destacar el rol que han jugado los gremios del comercio, el turismo y la gastronomía a lo largo de todo el país, y muy especialmente a los de mi región, que durante todo el periodo de la crisis han trabajado con ahínco en la recuperación de sus actividades. Junto a ellos hemos elaborado propuestas y protocolos para permitirles avanzar hacia la reapertura. Hoy ya estamos alcanzando los primeros resultados.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- ¿Cómo vota, Su Señoría?
El señor CÁMARA (Secretario General subrogante).- Senador Quinteros, ¿cómo vota?
El señor QUINTEROS.- A favor.