Click acá para ir directamente al contenido
PROTECCIÓN DE INTEGRIDAD E INDEMNIDAD MENTAL FRENTE A AVANCES NEUROTECNOLÓGICOS


El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Proyecto de reforma constitucional, iniciado en moción de la Senadora señora Goic y de los Senadores señores Chahuán, Coloma, De Urresti y Girardi, en primer trámite constitucional, que modifica el artículo 19, número 1°, de la Carta Fundamental, para proteger la integridad y la indemnidad mental con relación al avance de las neurotecnologías, iniciativa que cuenta con informe de la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación y tiene urgencia calificada de "suma".
Como es una reforma a la Constitución, su aprobación requiere quorum especial.
--A la tramitación legislativa de este proyecto (boletín 13.827-19) se puede acceder a través del vínculo ubicado en la parte superior de su título.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra, señor Secretario, para hacer la relación.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias, señor Presidente.
Esta iniciativa fue aprobada en general en sesión del 16 de diciembre de 2020 y ahora corresponde su discusión en particular.
La Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no hay normas del proyecto que no hayan sido objeto de indicaciones ni de modificaciones.
Asimismo, la referida instancia efectuó una enmienda al texto aprobado en general, consistente en la sustitución de su artículo único, la cual fue aprobada por unanimidad. Corresponde, en consecuencia, pronunciarse sobre dicha modificación unánime.
Finalmente, la Comisión hace presente que el artículo único del proyecto de reforma constitucional modifica el Capítulo III de la Carta Fundamental. Por lo tanto, en virtud de lo dispuesto en el artículo 127 de la Constitución Política de la República, debe ser aprobado por las dos terceras partes de las señoras Senadoras y los señores Senadores en ejercicio, esto es, 29 votos favorables.
Sus Señorías tienen a su disposición en la Sala un boletín comparado que transcribe el texto aprobado en general, la enmienda realizada por la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación y el texto como quedaría de aprobarse dicha modificación, boletín que también está disponible en la plataforma informática de esta sesión remota y ha sido remitido al correo de todas las señoras Senadoras y todos los señores Senadores.
Es todo, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Muchas gracias, señor Secretario.
En discusión general el proyecto.
Le solicito al Presidente de la Comisión de Desafíos del Futuro que pueda dar el informe correspondiente.
Senador Girardi, tiene la palabra.


El señor GIRARDI.- Gracias, Presidente.
A mí me parece que este proyecto representa un desafío muy importante para Chile, porque se trata de una iniciativa que se está transformando en un modelo que está siendo observado por muchos países y numerosos Congresos a nivel mundial.
Este proyecto en realidad nace de la colaboración de la ciencia de frontera a nivel del planeta, de la ciencia chilena, de las universidades chilenas.
No digo que nosotros, los Senadores, no hayamos tenido un protagonismo. Lo tuvimos, pero yo diría que esencialmente nació de una preocupación de la Universidad de Columbia y del proyecto Brain, que fue el que creó Obama para analizar el cableado del cerebro humano, en la misma perspectiva en que lo había hecho Clinton para descifrar el genoma humano. Fue la principal apuesta científica que hizo el ex Presidente americano y nombró para ese proyecto, que involucra 6 mil millones de dólares, a Rafael Yuste, científico y Jefe de Neurociencia de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos; además, dirige más de setecientos centros científicos a nivel mundial.
Gran parte de los avances que ha habido en inteligencia artificial se deben a los adelantos en neurociencia. Solo puedo decir, por ejemplo, que la revolución que estamos viviendo en materia de algoritmos y de inteligencia artificial, llamada "deep learning" o "aprendizaje por reforzamiento", fue a partir de la investigación que se hizo en neurociencia sobre la corteza visual.
Lo que hace el aprendizaje por reforzamiento, el deep learning, que es lo que ha cambiado la historia de la inteligencia artificial en el mundo, es emular justamente la corteza visual, y esas investigaciones fueron hechas por equipos de neurociencia.
Por lo tanto, hay una vinculación directa entre el avance de la inteligencia artificial, el desarrollo de los algoritmos y la investigación que se hace sobre la corteza cerebral humana.
¿Por qué digo esto? Porque el mismo equipo de Rafael Yuste creó un colectivo de veinticinco de los más importantes neurocientíficos del planeta. Son los que lideran el Proyecto Brain a nivel mundial y crearon un grupo que se llama "The Morningside Group", y empezaron a plantear su preocupación respecto de lo que ellos llaman "la última frontera", que es la capacidad de las neurotecnologías de que disponemos hoy día de ir mucho más allá. Tenemos las plataformas, como Facebook, como Google, que son capaces de anticipar nuestras conductas, de predecirlas, o de modificarlas incluso, pero lo hacen a partir de los datos que nosotros generamos.
Por eso es que el principal objetivo de las plataformas y las aplicaciones es la captura de datos, porque con esos datos, utilizando estos algoritmos, estas tecnologías de aprendizaje por reforzamiento, logran predecir conductas, anticiparlas, para así neuroprogramar a las personas.
Pero estamos hablando de algo que va mucho más allá -por eso se llama "la última frontera"-, que es la capacidad de las neurotecnologías de leer directamente el cerebro de un ser humano. Es decir, no mediante datos: se trata de poder saber directamente lo que una persona está pensando, lo que una persona está sintiendo, lo que una persona tiene en su inconsciente. Esa persona ni siquiera sabe cuál es su inconsciente, pero este se puede leer a través de estas neurotecnologías.
El problema es que además, si pueden leer, estas neurotecnologías pueden introducir dentro de los cerebros de las personas, sin que ellas se den cuenta y sin que su cerebro lo pueda detectar, emociones, sentimientos o historias de vida. Se puede introducir una historia de vida producto de diseño dentro de un cerebro y ese cerebro no tiene cómo saber que eso nunca fue una vivencia propia, sino que es una vivencia introducida.
¿Cuál es el problema? Que estas tecnologías se están industrializando y ya tenemos, por ejemplo, el proyecto de Neuralink, de Elon Musk, que el 23 de agosto del año pasado dio a conocer su primera interfase cerebro-cerebro, cerebro-máquina, que justamente permite leer los cerebros. Esto generó una alerta mundial del mundo científico, lo mismo que sucedió con la bomba atómica. Los científicos que desarrollaron la energía nuclear en los años cuarenta alertaron sobre los riesgos de la energía nuclear. Acá son los mismos científicos que están desarrollando estas neurotecnologías los que están alertando sobre esto.
Estas neurotecnologías, al mismo tiempo, son fundamentales para el futuro de la humanidad, porque pueden ser usadas con un fin médico. Por ejemplo, a personas que tienen alzhéimer se les puede reponer su historia de vida, sus recuerdos, sus emociones; a personas que tienen párkinson se les pueden recablear sus conexiones neuronales; y lo mismo a personas que tienen esquizofrenia, que tienen patologías de salud mental.
Entonces, ¿qué es lo que hace este proyecto? Este es un primer proyecto, porque estamos tratando también una ley que establece el derecho a la privacidad mental, el derecho a la identidad y a la autonomía personal, el derecho al libre albedrío. Porque, si se pueden usar indiscriminadamente estas tecnologías, se terminó la libertad del humano, se terminó su capacidad de decisión, porque puede ser conectado a un computador que tome el pilotaje, que tome el control de ese cerebro; o una persona puede introducir en el cerebro de otro, como decía, emociones, odio, amores o historias que no son historias propias.
En consecuencia, el primer proyecto es esta reforma constitucional, y quiero decir que ella fue íntegramente redactada por el Morningside, por estos 25 neurocientíficos liderados por Rafael Yuste, pero tuvo algo muy interesante, que fue un punto de intersección, por primera vez, entre la ciencia mundial de frontera y las universidades chilenas, ya que en este proyecto participó directamente toda la Universidad Católica, porque el rector Ignacio Sánchez tomó el proyecto personalmente, se reunió con todas sus facultades, con todos los decanos, incluso con el Gran Canciller, de la Iglesia católica, y tuvieron un liderazgo fundamental. Lo mismo sucedió con Ennio Vivaldi, quien, por lo demás, es un neurocientífico.
Finalmente, tanto la reforma constitucional como el proyecto tuvieron el protagonismo de esas instituciones, de la universidad chilena con la ciencia más avanzada.
Al mismo tiempo, el Ejecutivo, el Presidente Piñera -evidentemente, uno puede tener muchas diferencias con él, yo en lo personal las tengo en materia política- tomó esta iniciativa de manera muy activa. De hecho, el propio Presidente Piñera presentó una indicación que en cierta manera representaba el consenso de todos los Senadores y las Senadoras, así como de la comunidad científica. Por lo tanto, esta iniciativa se aprobó en el Congreso, en la Comisión de Futuro, por unanimidad.
La idea que tiene el Presidente Piñera es llevar esto a Prosur, para discutirlo con el resto de los presidentes latinoamericanos, y nos comentó que él estaba hablando con los presidentes europeos, para llevar esto también a una discusión mayor.
Nosotros tuvimos un seminario con Rafael Yuste, con Naciones Unidas, con Unesco, con representantes de todos los parlamentos del planeta, y hay, como decía, un interés muy grande en esto. El propio equipo del Presidente Biden llamó a Rafael Yuste para pedirle la información sobre este proyecto; el Secretario General de Naciones Unidas está organizando un seminario sobre este proyecto. Por lo tanto, Chile va a ser el líder, el barco insignia de la primera experiencia de regulación de neuroderechos a nivel mundial.
Nosotros hemos recibido solicitudes de muchos países de enviarles información para poder ir colaborando también a que esta conversación, esta discusión no se haga solo en Chile.
Es muy importante regular esto antes de que se industrialice, porque, si no, va a pasar lo de las plataformas: una vez que se industrializan, ya es imposible.
Ahora, ¿qué hace la ley? La ley hace algo que es muy interesante, que fue idea de este mundo científico: homologar los datos neuronales que son la mente a un órgano. Y así como la ley que nosotros hicimos -fue de iniciativa parlamentaria- sobre donación de órganos, que impide el tráfico de estos últimos, en cierta manera lo que hace la ley que estamos discutiendo es darles a los datos neuronales el status de un órgano, a fin de que no se pueda traficar con ellos y de que tenga que haber una indicación médica para poder usar estas neurotecnologías, que son muy invasivas y que, evidentemente, como señalaba, pueden atentar contra la autonomía, el libre albedrío de la persona. La idea es que estas neurotecnologías se puedan usar con indicación médica, al igual que se indica un trasplante cuando hay una necesidad médica que lo justifica.
Lo que estamos viendo es la punta del iceberg de lo que viene. Por lo tanto, esta experiencia de regular es muy interesante. Nosotros creamos en la Comisión, junto a los Senadores Chahuán, Coloma, Carolina Goic y De Urresti, un equipo de especialistas en neurociencia, que son cerca de sesenta personas, expertas en plataformas, y acabamos de tener ya dos reuniones con el instituto americano sobre dependencia de drogas, que es el principal centro de dependencia del planeta, que depende del National Institute of Health de Estados Unidos -son instituciones gigantescas-, porque estamos trabajando además en la idea de avanzar luego a regular las plataformas. Toda la evidencia científica demuestra que el uso de plataformas de videojuegos es adictivo, pues libera dopamina. Y ya se constituyó el equipo de cerca de veinte de los principales científicos y científicas en el planeta que están trabajando sobre adicción a drogas y adicción a plataformas, porque la idea es seguir avanzando en otros campos.
Pero esta iniciativa, como señalo, es una iniciativa pionera, y nos parece muy importante que haya nacido de nuestras universidades, de nuestro mundo científico. Ha tenido la participación muy activa del Ministro Andrés Couve, quien además es un experto en neurociencia, del Ejecutivo, de los parlamentarios de esta Comisión y...
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Gracias Senador Girardi, Presidente de la Comisión de Futuro del Senado.
Colegas, esta es una reforma constitucional, requiere de dos tercios y hay acuerdo unánime. De manera que les voy a pedir que abramos la votación, para los efectos de ir tomando el parecer de cada Senador, y los que quieran hablar argumentan o fundamentan el voto.
Así que, si hay acuerdo, abriremos la votación.
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Senadora Goic, el Senador Insulza me ha pedido si puede intervenir él primero.
¿No hay problema, Senador?
Bueno.
Senadora Goic, usted que es patrocinante de este proyecto, tiene la palabra.


La señora GOIC.- Gracias, Presidente.
Creo que lo que vale la pena resaltar, después del detallado informe que ha entregado el Presidente de la Comisión de Desafíos del Futuro, es la capacidad que estamos teniendo hoy día de asumir un debate que no es de futuro, sino que debemos ser capaces de enfrentar hoy día, de no llegar tarde una vez más.
En reiteradas ocasiones en la discusión de este proyecto hemos recordado la tramitación de la Ley de Protección de Datos Personales. Todos sabemos que nuestros datos están en la web, a disposición de las plataformas, y hemos sido incapaces -reconozcámoslo-, incapaces de sacar adelante una regulación. Vamos detrás de lo que el mercado hace con nuestros datos.
Acá estamos diciendo: vamos un paso más allá, en términos de proteger lo que probablemente es la esencia del ser humano, su voluntad, sus pensamientos, su capacidad de decidir, haciéndonos cargo de cómo los avances tecnológicos, que pueden ser tan buenos, tan promisorios para el cuidado de nuestra especie, pueden significar también un mal uso, que va en contra de las propias personas, en contra de los propios seres humanos.
Presidente, quiero señalar que me siento muy orgullosa como Senadora de que estemos dando este debate, de que estemos a la vanguardia de una legislación de este tipo a nivel mundial, y de que, además, lo hagamos con los mejores que han sido convocados al Congreso del Futuro, quienes participan, además, confiando en las capacidades que tenemos nosotros de asumir una tarea de esta envergadura.
Es efectivo que esta tramitación, esta discusión se está siguiendo en muchos parlamentos del mundo, pero también en muchos grupos de científicos, que entienden el riesgo que hay del avance en tanto incidir en el cerebro humano. Por eso es tan valiosa la confianza que ha depositado Rafael Yuste, como neurobiólogo, como profesor de la Universidad de Columbia, como experto en estos temas. Él ha sido parte de un equipo que, vía Zoom, ha estado presente en cada una de nuestras reuniones.
Yo me alegro, de verdad, de la celeridad que le hemos dado a la tramitación de este proyecto, como también de que una iniciativa tan valorada por la ciudadanía, y en forma positiva -lo recalco-, que es de este Senado, que es el Congreso del Futuro, pase de ser una discusión que nos convoca a todos, que nos acerca al desarrollo científico y a la investigación científica, a ser algo que impacta en la definición de la política pública, que impacta en iniciativas concretas, que convoca una comunidad de trabajo donde nos sentamos los legisladores en conjunto con el mundo científico, en conjunto con el Ejecutivo, que entiende que estos no son debates entre el Gobierno y la Oposición, o entre la Izquierda y la Derecha, sino que son justamente los debates de los cuales tenemos que hacernos cargo.
Quiero respaldar esta iniciativa. Creo que es un gran desafío, algo donde necesitamos quizás toda la inteligencia posible para que, efectivamente, abierta la puerta con esta reforma constitucional, después en la otra iniciativa que tenemos, que es complementaria, seamos capaces de buscar la medida justa en la regulación que permita proteger a las personas, pero también avanzar en el desarrollo de la tecnología.
Presidente, reitero mi votación favorable, por supuesto, en el ánimo de que este proyecto se transforme en ley lo antes posible, de que avancemos en la iniciativa complementaria. Pero también me interesa destacar esto que es tan relevante: cómo desde el Parlamento recuperamos la capacidad de pensar en el futuro, de construir política pública en torno a acuerdos, a consensos de los distintos actores, y pensando no solo en el corto plazo, no solo en el rédito electoral inmediato, sino también en las tareas de las cuales hoy día somos responsables.
Muchas gracias, Presidente.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Muchas gracias, Senadora Goic.
Vamos a dejar con la palabra al Senador José Miguel Insulza.
Tiene la palabra, Senador.


El señor INSULZA.- Muchas gracias, Presidente.
Bueno, habiendo ya votado para aprobar este proyecto -o sea, esta decisión-, creo que es importante que saquemos de él algunas lecciones que es necesario considerar.
Esta no es una reforma cualquiera de la Constitución. Es raro, la estamos presentando a la Constitución que esperamos que haya ya sido archivada y terminada en menos de dos años, pero estamos legislando en algo que va a durar bastante más. Probablemente, corresponde más a la próxima Constitución, y ojalá los constituyentes que vamos a elegir pronto decidan, precisamente, mantener este texto. Porque, quiero recordarlo: "El desarrollo científico y tecnológico estará al servicio de las personas y se llevará a cabo con respeto a la vida y la integridad física y psíquica", dice. Y luego agrega...
Perdón, compañeros, ¿me pueden dejar hablar, por favor?
Muchas gracias.
Y luego agrega: "La ley regulará los requisitos y condiciones para su utilización en las personas," -la utilización en las personas del desarrollo científico y tecnológico- "debiendo propender especialmente al resguardo de la actividad cerebral, así como la información proveniente de ella".
No es una tarea pequeña esta, Presidente, está claro. Estamos nada menos que principiando en la regulación del impacto de las neurotecnologías en la vida y la salud de las personas. Las neurotecnologías son un gigante que crece aceleradamente y tenemos que estar en condiciones, entonces, de elaborar una ley que cumpla con el mejor de los estándares internacionales. Porque, es cierto que, bien aplicadas, las nuevas neurotecnologías propician grandes beneficios a la humanidad entera, pero también en el límite entre el beneficio y el perjuicio hay un deslinde muy fino, al que hay que prestar atención extrema, y muy poco conocido.
Por lo tanto, creo que es necesario dejar en claro por lo menos dos o tres aspectos fundamentales.
Primero, que la irrupción en la vida y la salud, tanto física como psíquica, trae indefectiblemente cambios de conducta severos, que pueden terminar en nuevas patologías, y nuestro país está al debe en la consideración de muchas enfermedades que ni siquiera están cubiertas por el sistema de salud público. La atención de la salud mental en nuestro país es absolutamente deficitaria.
Segundo, tenemos que considerar que los estudios sobre el cerebro humano, por importantes que sean, todavía están bastante carentes de obtener resultados en aspectos tan fundamentales. Con todo lo que se ha estudiado y todo lo que se ha trabajado el cerebro y la inteligencia artificial, seguimos sin saber mucho de fenómenos como el alzhéimer, como el párkinson, y algunos otros. Nuestro conocimiento es escaso.
Y tercero, el propio grupo de científicos que lidera el neurobiólogo Rafael Yuste ha señalado que esta legislación tendría que cubrir cuatro prioridades éticas, que podrían derivar de los potenciales avances de la neurotecnología y la inteligencia artificial. Ellos son ni más ni menos que, primero, resguardar -lo ha dicho la Senadora Goic- privacidad y autonomía; segundo, proteger la identidad y la capacidad de los seres humanos de elegir sus propias acciones; tercero, regular la aumentación artificial de capacidades cerebrales -cosa a la cual se refirió el Senador Girardi-; y cuarto, controlar los sesgos de procesos automatizados de toma de decisiones.
Estos son cuatros temas que habría que legislar, que son muy diversos unos de otros y que abarcan una enorme cantidad de conocimientos que nosotros no tenemos. Chile es uno de los pocos países del mundo que va a proteger los neuroderechos a través de un proyecto de ley que pretende resguardar la integridad mental, por un lado, y el libre albedrío por otro.
La gran pregunta que yo me sigo haciendo, Presidente -me la hice en la primera votación de esto-, es si estamos en condiciones realmente de desarrollar capacidades, conocimiento y tecnología suficiente como para que esta aprobación de una reforma constitucional se pueda verter en una ley que tenga sentido, en una ley que pueda controlar el avance de los tiempos y estar al día en ese avance.
Es una tarea muy fundamental, Presidente. Yo archivo mis dudas, porque creo que hay que hacerlo, es necesario. Pero la tarea es mucho más importante de lo que aquí muchas veces hemos sido capaces de concebir.
Voto que sí.
Muchas gracias.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Muchas gracias, señor Senador.
Tiene la palabra el Senador Pugh.
Estamos en votación, así que les ruego que vayan manifestando su opción de voto.


El señor PUGH.- Muchas gracias, señor Presidente.
Creo que es oportuno reconocer la visión que ha tenido la Comisión de Desafíos del Futuro para hacer realidad y presente legislación que necesitamos tener antes de que estos procesos ocurran. Se critica siempre que vamos atrasados, que constantemente estamos reaccionando. Por primera vez, Chile toma la iniciativa, toma la delantera, con visión de futuro.
Fue en un Congreso del Futuro en el norte, en San Pedro de Atacama, donde se partió discutiendo este tema, que tiene apoyo transversal no solo de los autores de esta moción de reforma constitucional, sino también de todos los que después pudimos participar con indicaciones para aportar a la iniciativa de ley que se discutirá y que permitirá hacer que esto sea realidad.
¿De qué estamos hablando, señor Presidente? De garantizar la libertad del ser humano. Es lo que se hace cuando se protege a las personas, para que las tecnologías o cualquier fuerza externa no vayan a afectar lo más valioso y propio de los seres humanos: su capacidad de decisión.
Las inteligencias artificiales podrán hacer muchas cosas, pero estamos hablando de derechos humanos. Señor Presidente, la libertad de expresión, que ha sido tan manipulada últimamente, es un derecho humano esencial; es un derecho de humanos, no de máquinas ni de inteligencias artificiales ni de bots. Por tanto, no podemos dejar que intervengan en procesos sociales ni en procesos humanos.
Ya existe, entonces, manipulación.
Por eso, al igual que la Unión Europea, vamos a tener que regular uno de los cuatro sesgos que señaló un Senador que me antecedió en el uso de la palabra: el de las inteligencias artificiales y sus capacidades para hacer cosas. Y sobre ellas después dicen: "No, es el algoritmo, es la máquina".
No existen algoritmos éticos, señor Presidente, sino programadores y programadoras éticas, quienes fueron capaces de hacer buenos programas, para que después las inteligencias artificiales respeten la libertad de las personas, partiendo por un derecho que ya está consagrado, a propósito de lo cual espero que la iniciativa pertinente avance en la Comisión de Hacienda. Me refiero al derecho a la protección de los datos personales. Esos datos son esenciales y tienen que ser garantizados con urgencia y con máxima autonomía.
¿De qué estamos hablando, entonces? De que los datos que se guardan en el cerebro no sean cambiados por formas externas. Hoy día existe la tecnología de Neuralink. Incluso, nuestros investigadores de ciberseguridad más destacados están participando en estos momentos en las conferencias de biohacking. ¿Y qué es el biohacking? Hackear el cerebro, al que no solo se le puede leer la información, sino también implantarle información.
Esa es la frontera del conocimiento en la que estamos, y de allí que sea tan importante respetar la dignidad de las personas, garantizándoles su libertad. Por eso estamos haciendo esta reforma constitucional ahora, sin perjuicio de que nuestra Constitución debe seguir perfeccionándose, y ojalá se iluminen todos aquellos que quieran reescribirla. ¿Por qué? Porque se han logrado consensos y acuerdos.
Primero fue la reforma constitucional sobre los datos personales, que se protegen igual que a la vida; luego viene esta reforma, que busca proteger la esencia de la persona, su parte neurológica, lo cual demuestra que nos estamos anticipando, adelantando a un cambio brutal.
La tecnología en red, la capacidad de cómputo de los supercomputadores que podrán ejecutar esos algoritmos y las redes neuronales, que van a poder desarrollar mecanismos de inteligencia artificial, nos van llevando a un límite de lo ético. ¿Hasta dónde? Hasta donde lo regulemos.
Por lo mismo, los legisladores tenemos que prepararnos para hacer bien esto y anticiparnos. No podemos permitir el despliegue de sistemas automatizados que no hayan sido regulados correctamente, porque afectaremos la esencia básica de las personas: su libertad.
Felicito nuevamente a los autores de la moción y adhiero a ella. Creo que estamos avanzando. Los invito a participar de la discusión para que esta reforma constitucional se haga realidad. Así, el ejemplo visionario que Chile deja en pandemia, al adelantarse en esta materia, servirá a otros países después.
Este proyecto permitirá construir un marco regulatorio para garantizar las libertades y los derechos humanos de las personas en este mundo tecnológico de la cuarta revolución industrial, de la inteligencia artificial, en la cual se necesita ciberseguridad.
Señor Presidente, habiendo dicho lo anterior, anuncio mi apoyo y voto a favor.
He dicho.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Muchas gracias, Senador.
Se le agradece también que siempre termine en el tiempo que corresponde.
Les recuerdo que estamos en votación.
Ha pedido la palabra el Senador Quintana, para fundamentar su voto. Les pido a los demás, por favor, que procedan a votar. Luego están inscritos los Senadores Quinteros y Coloma, en ese orden.
Senador Quintana, tiene la palabra.


El señor QUINTANA.- Gracias, Presidente.
También quiero felicitar a los autores de esta iniciativa, al Senador Girardi, a la Senadora Goic y al resto de los firmantes.
La verdad es que son muy pocos los países en el mundo cuya institucionalidad está hoy día dando este debate. Hay personas que han escrito sobre la materia; muchos nos han visitado en los Congresos del Futuro, pero son muy pocos los Parlamentos que están discutiendo sobre este asunto.
Dignidad humana significa que un individuo siente respeto por sí mismo y, a la vez, es respetado y valorado. Según nuestra jurisprudencia, es "la cualidad del ser humano que lo hace acreedor siempre de un trato de respeto, porque ella es la fuente de los derechos esenciales y de las garantías destinadas a obtener que sean resguardadas".
"Dignidad" ha sido la palabra más repetida en las movilizaciones sociales en nuestro país y, muy probablemente, la Nueva Constitución será la Constitución de la dignidad.
A este Congreso le corresponde darle contorno y sentido a esa palabra, asumiendo que, al igual que todos los conceptos, se encuentra en constante evolución y que los avances y desafíos del siglo XXI le otorgan un nuevo significado.
La dignidad, al igual que la justicia, la igualdad o la privacidad, está siendo amenazada por los posibles malos usos de la neurotecnología, entendida como el conjunto de métodos e instrumentos que permiten una conexión directa de dispositivos técnicos con el sistema nervioso.
Aquel es el objetivo último de la consagración constitucional del derecho a la neuroprotección, que contiene dentro de sí los siguientes derechos: a la privacidad de la información producida por la actividad cerebral; a la identidad personal y la autodeterminación; a la igualdad frente al aumento de capacidad cerebral, y al control de sesgos de los algoritmos, en torno a lo cual evidentemente, como decía el Senador Pugh, la ética debe jugar un rol fundamental.
Con esta reforma, presentada de manera transversal a partir del trabajo de la Comisión de Desafíos del Futuro y del Congreso del Futuro, que llena de orgullo a este Senado, la protección de los neuroderechos se instala en la actual Constitución e, inevitablemente, en el debate de la futura Convención Constitucional. Chile se pondrá a la vanguardia mundial con una legislación que, probablemente, comience a ser replicada en muchas partes del mundo.
El estudio pormenorizado del cerebro humano es un hecho, y hay multimillonarios recursos de agencias públicas y privadas destinados a ello. En ese contexto, el autoritarismo digital es un nuevo frente que la política está obligada a enfrentar, si queremos garantizar las libertades y la dignidad de las personas, porque el respeto y la valoración del ser humano hoy dependen de nuevas perspectivas, además de la material.
El reconocido historiador Yuval Harari ha señalado que, en retrospectiva, la humanidad resultará ser solo una onda en el flujo cósmico de datos. De la política depende, de nosotros depende que esa onda se dirija en la dirección del bien y del progreso y no en la de nuestra propia destrucción.
Voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
El Senador señor Quintana vota a favor.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Vamos a dejar con la palabra al Senador Quinteros, para que fundamente su voto.


El señor QUINTEROS.- Gracias, Presidente.
Debemos reconocer que el Congreso del Futuro ha traído año a año a Chile un conjunto de temas científicos, que evidencian un impresionante desarrollo de las tecnologías y que ponen una voz de alerta respecto de la necesidad de normar los nuevos escenarios que se avecinan en este cambio científico-tecnológico, considerando las implicancias que ello trae consigo.
Este proyecto es fruto de dicho evento científico y busca proteger la integridad física y mental de las personas, ante la intervención, alteración o modificación directa de nuestro cerebro por medios tecnológicos. Hoy, cuando existe ya la posibilidad de establecer conexiones entre el cerebro y tecnologías extracorpóreas con el fin de alterarlo o modificarlo, nos enfrentamos a un tema doblemente complejo: tiene que ver no solo con las ciencias exactas y biológicas, sino también con cuestiones éticas, sociales y hasta políticas.
Sin embargo, este no es un tema que convoque consenso. Mientras algunos expertos empujan la idea de establecer un nuevo conjunto de derechos para las personas, que garantice un marco de protección a su seguridad, a su privacidad o integridad; otros especialistas apuntan a que no sería necesario generar un nuevo marco legal, puesto que el existente entrega ya las certezas necesarias, como señala un documento elaborado por la Universidad de Valparaíso, según el cual "estaríamos cautelando de nuevas amenazas a viejos derechos humanos".
También hay quienes señalan que resulta contradictorio otorgar rango constitucional a la protección de la integridad del cerebro humano frente a la neurotecnología, si en la práctica -dicen- no hay capacidad para defender otros derechos fundamentales que los que ya están consignados en la Constitución.
No obstante, Presidente, el debate en torno a esta materia no hace más que otorgar legitimidad a la necesidad de contar con un instrumento legal que ofrezca por lo menos un punto de partida para encarar un futuro cuya única certeza es el cambio; sobre todo, cuando las tecnologías ocupan cada vez más un lugar de trascendencia en nuestras vidas, ya sea en la ciencia, en la medicina, en la construcción de vínculos sociales, en la publicidad, en la seguridad y también, por cierto, en la política.
Los avances en neurociencia para generar inteligencia artificial y la posibilidad de que estas tecnologías tengan incidencia a futuro en el comportamiento humano deben contar con determinados límites, tal como lo señalara el neurocientífico que acá se ha nombrado varias veces, Rafael Yuste: "La identidad mental es un derecho que no puede ser manipulado y cualquier intervención, por motivo de salud, debe estar regulada legalmente".
Un tema que ocupa a muchos países en la actualidad es la participación de las grandes corporaciones tecnológicas en la segmentación de la sociedad, en la identificación de sus preferencias económicas, lealtades políticas y emociones para modificarlas o alterarlas.
Mucho de eso ya se hace a través de la motorización de nuestros dispositivos móviles. No deberíamos esperar a que la realidad nos sobrepase y a que en el futuro cercano la implementación de una microprótesis pueda otorgar información a un tercero y, sobre todo, poder para incidir en el comportamiento de una persona. No estamos ya frente a un mero ejercicio de ciencia ficción. El desarrollo de nuestra sociedad, su avance tecnológico, nos propone dilemas que todavía no alcanzamos a dimensionar en su totalidad y, de seguro, va abriendo el campo para nuevos derechos y obligaciones.
El Congreso del Futuro, en sus próximos eventos, debería seguir tratando estos temas. La protección del individuo es también la protección de la sociedad y de toda nuestra organización política.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Senador Quinteros, ¿cómo vota usted?
No le escuchamos. Se desactivó su micrófono.
El señor QUINTEROS.- Voto nuevamente a favor.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Muy bien.
No le habíamos escuchado la primera vez.
Vamos a dejar con la palabra al Senador Juan Antonio Coloma.


El señor COLOMA.- Gracias, Presidente.
No cabe duda de que este es un día importante para la Comisión del Futuro y para quienes hemos recibido esta invitación del Senado a pensar juntos en lo que se nos viene y tratar de generar un marco aceptable, moral y éticamente, y práctico desde una perspectiva científica.
Esta iniciativa es fruto de un esfuerzo grande y largo de la Comisión, como lo ha descrito con acierto su Presidente, lo que se refleja no solamente en la enorme cantidad de reuniones formales de dicho órgano, sino también en la participación de los equipos asesores que nos ayudaron, de universidades y especialistas de distintas partes del mundo, para buscar una respuesta del mundo político ante una incertidumbre de los ámbitos social y científico: cómo entender de la neurociencia -genera fascinación a algunos, temor a otros- y cómo darle un encuadre dentro de lo que uno entiende que deben ser los principios comúnmente aceptados, en términos de aprovechar el enorme potencial que esto tiene en la vida.
Este siglo probablemente va a ser identificado históricamente como el siglo de la inteligencia artificial, en el cual la neurociencia tiene un papel muy importante.
Hay que ver cómo se acoge este paso con actitud positiva, pero sin dejar de cuidar -y con razón se ha dicho que en otros momentos no ha ocurrido de igual manera- que los efectos de estos cambios sustanciales y bienvenidos no afecten aquello que tiene que ver con la identidad profunda de la persona humana.
Es un desafío enorme. Yo entiendo que algunos vean con cierto escepticismo que esto pueda tener una perspectiva legislativa; pero, si el mundo de las leyes, que mandan, prohíben o permiten, históricamente ha sido capaz de ir alentando derechos que en su momento aparecían tan relevantes como estos, yo creo que hay que hacer este esfuerzo.
El primer desafío -y voy a detenerme en esto- es determinar dónde ubicar esta garantía constitucional. Dentro del artículo 19 de la Constitución había muchas fórmulas posibles, en distintos aspectos.
Al final, se vinculó a la garantía del numeral 1º. Se propone lo siguiente: "El desarrollo científico y tecnológico estará al servicio de las personas y se llevará a cabo con respeto a la vida y a la integridad física y psíquica". Recordemos que esto último era el concepto original del artículo 19, número 1º.
En ese marco se debe entender este desarrollo tecnológico y científico: siempre respetando la vida y la integridad física y psíquica. Y la palabra "psíquica" no es una expresión que haya que decir a la rápida, porque fue objeto de numerosas discusiones.
Ese es el mérito que esto tiene: haber podido concordar dónde ubicar esta garantía; qué sentido le damos, y disponer que se debe generar una ley -va a ser muy compleja; ya la estamos viendo-, que "regulará los requisitos y condiciones para su utilización en las personas, debiendo propender especialmente al resguardo de la actividad cerebral," -este tema científico, que a mí me excede poder explicarlo, fue largamente debatido en términos de determinar a qué norma constitucional había que vincularlo- "así como la información proveniente de ella".
Entonces, este es un avance sustancial. Se toma un tema nuevo del mundo tecnológico y se trata de entenderlo en la perspectiva de la persona humana, con su integridad física y psíquica.
Para nosotros es importante que Chile pueda mostrar, como han dicho otros Senadores -y no es fácil poder exhibirlo en muchos campos-, una suerte de test de unidad en que somos capaces de pensar juntos, desde visiones muy diferentes, algo que al final nos define como persona humana, en la lógica de la integridad física y psíquica.
Y damos a esto una connotación de la mayor relevancia al obligar que una ley establezca esos marcos, pero no en cualquiera lógica, sino resguardando la actividad cerebral. Si al final no fuéramos capaces de hacer esto, ocurriría que la voluntad, el atributo más relevante de la persona, no va a poder tener la autonomía que se supone.
Esa es la importancia, Presidente, de esta reforma; esa es la relevancia de este cambio legislativo, y espero que sea bien comprendido.
Voto a favor de esta reforma constitucional.
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Muchas gracias, Senador Juan Antonio Coloma.
Vamos a dejar con la palabra al Senador Francisco Chahuán, para que fundamente su voto.


El señor CHAHUÁN.- Gracias, Presidente.
Primero, quiero señalar que esto es fruto de un trabajo colectivo donde la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación ha sido capaz de avanzar en forma sostenida para traer a nuestro país la discusión de los temas de vanguardia.
También quiero agradecer en forma muy especial a Guido Girardi, como Presidente de la Comisión, que junto con todos y cada uno de los miembros hemos podido materializar finalmente uno de los eventos más importantes de difusión científica a nivel global.
¡Y es este Senado de la República, es este Congreso Nacional el que organiza el cuarto evento de difusión científica más importante del mundo! ¡El único organizado por una comisión legislativa, por un Senado! ¡El único totalmente gratuito!
Y justamente ha sido en el marco de ese Congreso del Futuro y de esa Comisión, como bien se ha dicho, que se ha logrado integrar a la Academia de Ciencias, a los rectores de universidades, a los premios nacionales, a la ciencia que se hace en cada uno de los centros de formación, a las universidades regionales, para pensar holística, pluridimensionalmente los desafíos que vienen por delante.
Y aquí yo quiero hacer una mención especial. Fue invitado al Congreso del Futuro el doctor Rafael Yuste. Y él nos ilumina respecto de los desafíos que tienen las neurotecnologías para adelante al decir: "Acá hay que tomar especial atención en poder regular la interfaz cerebro-máquina".
Y a partir de esa reflexión producida en el Congreso del Futuro, organizado por este Senado de la República, se dio inicio a una discusión legislativa que, sin lugar a dudas, es icónica a nivel mundial.
Quiero decir, Presidente, que están observando esta discusión la Unión Europea, Estados Unidos, los países desarrollados, porque esta va a ser la primera regulación, que no pretende agotar el tema, pero que nos indica que los desafíos del futuro son hoy, que los desafíos del futuro son en el presente. Y eso implica reconocer el trabajo tanto del doctor Rafael Yuste como de Sara Goering, quienes juntos han liderado a través del Morningside Group la necesidad de establecer las condiciones que nos permitan asociar y precaver los desafíos de las neurotecnologías en relación con los principios y el derecho a la indemnidad mental, pero que derivan de un principio mayor, que es el principio de la dignidad humana.
Yo diría que este es el tema más de fondo, y es lo que estamos intentando en virtud de esta reforma constitucional y de esta reforma legal que van aparejadas.
En tal sentido, quiero agradecer al Presidente Piñera, quien nos recibió junto al Presidente de la Comisión, Guido Girardi, y nos comprometió que en el marco de la comunidad latinoamericana Chile iba a constituirse en el motor, ¡el motor!, para que en definitiva tengamos una nueva regulación sobre la protección de los neuroderechos.
¿Qué está asociado a los neuroderechos? El derecho a la privacidad mental, los datos cerebrales de las personas; el derecho a la identidad y a la autonomía personal; el derecho al libre albedrío y a la autodeterminación; el derecho equitativo a la aumentación cognitiva, cuando eso sea posible -ya lo está siendo en varios países, y en los más está en estudio la incorporación de chip para aumentar las capacidades cognitivas de las personas-; el derecho a la protección de sesgos de algoritmos o procesos automatizados de tomas de decisiones.
O sea, de lo que estamos hablando acá...
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- ¿Cómo vota, Su Señoría?
El señor CHAHUÁN.- ¿Puedo concluir, como autor de la norma?
El señor PIZARRO (Vicepresidente).- Es que no puedo hacer excepciones, Senador Chahuán. Cierre su intervención, por favor.
El señor CHAHUÁN.- Entonces, esto deriva del concepto mismo del derecho a la neuroprotección, la dignidad humana y la necesaria consagración a nivel constitucional.
Y fue justamente la doctrina constitucional alemana de la posguerra, después de las atrocidades cometidas por el régimen nazi, la que se erigió con fuerza a través de las ideas kelsenianas de entender claramente que la dignidad humana debe estar consagrada en nuestros marcos legales y constitucionales.
También ha sido parte de la dogmática en nuestro país a través de los fallos del Tribunal Constitucional, que sitúan justamente la dignidad humana como un dato esencial de la cual erigen nuevos derechos.
Pero, como dice Kelsen, este no es un proceso único. El futuro va...
El señor GUZMÁN (Secretario General).- El Senador señor Kast ha solicitado adelantar su voto sin fundamentar.
Senador señor Kast, ¿cómo vota?
El señor KAST.- A favor, Presidente.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
El Senador señor Araya también ha solicitado adelantar su voto sin fundamentar.
Senador Araya, ¿cómo vota?
El señor ARAYA.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senadora señora Órdenes, ¿cómo vota?
La señora ÓRDENES.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Ha solicitado también adelantar su voto sin fundamentar el Senador señor Juan Ignacio Latorre. ¿Cómo vota?
El señor LATORRE.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senadora señora Sabat, ¿cómo vota?
La señora SABAT.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senador señor García-Huidobro, ¿cómo vota?
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senadora señora Allende, ¿cómo vota?
La señora ALLENDE.- A favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senador señor Soria, ¿cómo vota?
El señor SORIA.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senadora señora Aravena, ¿cómo vota?
La señora ARAVENA.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senador señor Castro, ¿cómo vota?
El señor CASTRO.- A favor, Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
A favor.
Senador señor Galilea, ¿cómo vota?
Senador señor Guillier, ¿cómo vota?
El señor GUILLIER.- A favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
Senador señor Huenchumilla, ¿cómo vota?


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, había pedido la palabra. Voy a intervenir ahora, si usted me permite.
Presidente, hace unos días, a propósito del proyecto sobre internet, yo me preguntaba cuál era el rol de la política frente al avance de la tecnología; qué tenía que decir la política frente a los inmensos avances científicos y tecnológicos que ha sufrido la humanidad en los últimos años, en las últimas décadas, en los últimos siglos.
Para ser justo, digamos que aquí hay una respuesta de la política a los avances científicos. A mi juicio, es justo reconocer en la discusión de este proyecto el gran trabajo que ha hecho la Comisión de Desafíos del Futuro. Creo que eso nos prestigia como Senado y como país, y es justo reconocer el gran liderazgo que, al efecto, ha tenido y tiene el Senador Guido Girardi. Yo pienso que debemos ser generosos los Senadores y las Senadoras y reconocer esta labor, muy valorada a nivel mundial, realizada como Congreso gracias al liderazgo de esa Comisión y en particular del Senador Guido Girardi.
No creo exagerar, señor Presidente, si pienso que estamos en un momento histórico. Porque en el pasado en algún momento se reconocieron, cuando avanzó la tecnología, los derechos civiles, hace más de doscientos años; después fueron los derechos políticos; luego, los derechos económicos y sociales; después, los derechos ambientales; y hoy día estamos reconociendo ya la última generación: los neuroderechos.
Porque aquí lo que queremos es proteger a los seres humanos frente al avance de la tecnología artificial y de las máquinas. La pregunta es cómo vamos a proteger al ser humano frente al aumento de la capacidad del cerebro en condiciones de igualdad, para que no sigamos abriendo la brecha que hoy día existe, en la profunda desigualdad entre los seres humanos.
El cerebro va a producir más, pero tiene que ser resguardada la igualdad de todos los seres humanos para acceder a esas tecnologías.
El cerebro va a producir más. ¿Cómo vamos a resguardar su privacidad, como aquí se ha dicho?
Y, por último, ¿cómo vamos a resguardar la libertad del ser humano, su autodeterminación, en virtud del efecto que puede producir la inteligencia artificial en su cerebro?
Algún filósofo de la modernidad dijo: "Pienso, luego existo". Entonces, la idea es que podamos seguir existiendo, pero que podamos seguir pensando con libertad, con autonomía, para que en el libre debate de las ideas sigamos perfeccionando nuestra democracia y vayamos a la vanguardia de los avances científicos y tecnológicos.
Creo que este es un gran proyecto y, por lo tanto, voto favorablemente.
Muchas gracias.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
El Senador señor Huenchumilla vota a favor.
En la Sala han solicitado la palabra el Senador señor Navarro y el Senador señor Durana.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Tiene la palabra, Senador Navarro.


El señor NAVARRO.- Señora Presidenta, claramente, la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado, y en particular el Senador Girardi, han introducido un elemento, una reforma constitucional de carácter futurista, que viene a anticiparse a lo que es inevitable: el futuro y la utilización de los datos, y particularmente de los exámenes médicos que puedan determinar nuestra conducta desde el cerebro.
Quiero agregar, Presidenta, que esta Sala, el 9 de diciembre de 2014, aprobó una iniciativa de mi autoría para proteger los derechos genéticos de los trabajadores. El proyecto de ley boletín N° 7.709-13 fue ingresado el 8 de junio de 2011; pasaron casi tres años y medio para que esta Sala lo pudiera ver, y se encuentra desde el 2014 en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. He hablado hace unos minutos con el Presidente de dicha instancia, Tucapel Jiménez, y me pregunta a qué Comisión va a ir este proyecto innovador y futurista, y le señalo que va a ir a la Comisión de Constitución, porque se trata de una reforma constitucional.
Quiero llamar la atención de que el proyecto de mi autoría, que protege los derechos genéticos de los trabajadores, fue elaborado por un conjunto de expertos laborales, de científicos, tomando en consideración artículos de carácter internacional que determinan que ya en Europa los exámenes genéticos exigidos por los empleadores, para establecer más de mil quinientas patologías derivadas del análisis de los genes, no pueden ser utilizados en contra de los derechos de los trabajadores.
El derecho a la intimidad, a la privacidad está consagrado en la Constitución. Sin embargo, avanzamos en una ley que busca determinar que esta información no pueda ser utilizada en contra del trabajador, por cuanto, claramente, la ley N° 16.744, de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, está absolutamente retrasada en Chile, pues no logra establecer una real protección. Y ahí están los trabajadores, con licencias médicas durante años sin pagar; o víctimas de las compañías aseguradoras, y particularmente de las mal llamadas mutuales de seguridad, que son empresas de lucro, encargadas de recaudar dinero de los empresarios y de los trabajadores, pero que no brindan un servicio del nivel necesario para cuando un trabajador se accidenta o cuando sufre una enfermedad profesional. Y Compín tiene una inmensa lista, de miles y miles de trabajadores, que esperan el reconocimiento de las llamadas "enfermedades profesionales".
La iniciativa que protege los datos del análisis genético de los trabajadores deberá convertirse en ley, y está perfectamente en la misma línea del proyecto de ley que hoy día vamos a aprobar: proteger los derechos neurológicos, de indemnidad mental en relación con el avance de las neurotecnologías. Y reitero que el 2014 este Senado despachó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley para proteger los derechos genéticos.
Hoy día se descifra el genoma humano, se descifra la esencia de la vida, y las pruebas genéticas pueden determinar si un trabajador va a envejecer anticipadamente; si va a enfermar anticipadamente; si va a heredar alguna enfermedad. Y si esa enfermedad es hereditaria, no se la van a reconocer, porque es una enfermedad prevalente, como dicen hoy día las leyes en Chile. Por tanto, un campanazo de alerta.
Yo voy a votar a favor de este proyecto de ley.
Espero que la iniciativa que despachamos ya hace más de siete años pueda tener curso en la Cámara de Diputados con la misma rapidez que este proyecto de ley para que nos protejamos de las neurotecnologías. Los exámenes genéticos apuntan en la vía de conocer tu perfil, establecer medidas que puedan ser contrarias a los intereses de los trabajadores. Los empleadores no van a querer contratar a quien genéticamente esté predispuesto -no porque lo quiera, sino porque está en sus genes- para contraer determinadas enfermedades.
Voto con mucha alegría, señora Presidenta. Y reconociendo el enorme trabajo que ha hecho la Comisión de Desafíos del Futuro, esperamos que este año podamos tener este proyecto hecho ley, al igual que la iniciativa que protege los derechos genéticos de los trabajadores, de mi autoría.
Voto a favor, señora Presidenta.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
¡No al TPP11!
He dicho, Presidenta.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador Navarro.
Le ofrecemos la palabra al Senador José Miguel Durana.


El señor DURANA.- Señora Presidenta, el inciso primero del artículo 19 del texto constitucional actualmente vigente contiene una de las principales garantías que sustentan la convivencia de nuestro país y que implican el mayor esfuerzo que debe realizar el Estado para su protección y efectivo cumplimiento. La protección del derecho a la vida, integridad física y psíquica de todos los chilenos es, en consecuencia, la mayor prioridad del Estado y la mayor responsabilidad que nos asiste como legisladores. Por ello, el texto constitucional en particular, y la totalidad del sistema normativo en general, deben estar en permanente evolución para enfrentar las diversas formas en las cuales el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de las personas, que todos estamos llamados a resguardar, se pueda ver lesionado.
Se asume un elemento fundamental: ¿Cuál es el límite que debe ponerse al desarrollo científico y tecnológico? ¿Cuál es el respeto integral de la salud e integridad de las personas? Y coloco particular énfasis en el resguardo de la actividad cerebral y la información proveniente de ella, puesto que su afectación debe estar especialmente protegida.
El avance tecnológico no está exento de las consideraciones éticas acerca de la relación entre la tecnología y el ser humano, y en ese sentido no puede estar ajena a la discusión jurídica que corresponda.
El proyecto de reforma constitucional que hoy vemos contribuye a una discusión ética inevitable, en cuanto a que el progreso biotecnológico y específicamente en materia de neurotecnología implica al ser humano en sus dos dimensiones: biológica y moral.
El desarrollo neurotecnológico, sin duda, es una contribución considerable de la ciencia. Sin embargo, requiere consideraciones éticas, toda vez que implica la libertad humana en sus diversas manifestaciones. De esta forma, la protección constitucional que hoy aprobamos excede el ámbito de práctica de la neurociencia como disciplina aislada y se hace cargo de aspectos fundamentales de la integridad y dignidad del ser humano, tales como libertad de conciencia, autonomía, agencia e identidad de todos y cada uno de nosotros.
Este texto acordado por la Comisión resuelve ciertos aspectos sobre los que se plantearon dudas en la discusión en general, abordando esta materia desde la perspectiva de un refuerzo del derecho a la vida y la integridad física y psíquica, consagrando expresamente que el desarrollo científico se encuentra al servicio de la persona.
Un mejor país y un mejor lugar para vivir se construyen con un marco constitucional de protección adecuado, y hoy damos un paso inmenso en tal sentido.
Muchas gracias a la Comisión de Desafíos del Futuro, que obviamente ha estado liderando esta materia.
Por las razones expuestas, voto a favor.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Muchas gracias al Senador José Miguel Durana.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Senador señor Lagos, ¿cómo vota?


El señor LAGOS.- Señor Secretario, quiero hacer una breve reflexión.
Ciertamente, voy a votar favor.
Creo que en medio de la vorágine legislativa que aborda proyectos de otra naturaleza, y entendiendo que hay cuestiones que son muy de corto plazo y que requieren nuestra atención, no es menos cierto que resulta importante tratar de ir, simultáneamente, debatiendo e instalando temas de mirada más larga que también son apremiantes al corto plazo.
La inteligencia artificial, los algoritmos, la privacidad de los datos, la internet de las cosas, en fin, todos estos elementos están hoy día, pero creo que habla bien -como han dicho muchos otros colegas- el abordarlos desde ya.
No pocos de quienes me antecedieron se refirieron a cómo proteger al ser humano de la máquina, de la inteligencia artificial. Sin duda, debe de ser menuda tarea, sobre todo para nosotros los humanos, quienes no hemos logrado todavía protegernos de nosotros mismos. Basta ver las barbaries, la injusticia, la desigualdad, los conflictos de intereses, todo aquello que nos acompaña ya milenariamente, y nuestra sociedad en el mundo actual todavía sigue sin encontrar una solución posible de convivencia razonable.
Simultáneamente, ahora debemos hacer frente a la convivencia y a la no dependencia y hablar de autodeterminación del ser humano, ya no de los pueblos respecto de otras naciones, sino con relación a la máquina.
Ciertamente ello era algo impensado; pero aquí vamos a estar lidiando en dos carriles.
No me cabe duda de que debe de haber algunos, muy probablemente los menos, que digan que esta reforma constitucional tal vez no era necesaria porque estamos ad portas de un proceso constituyente.
Con todo, creo dos cosas: la primera es lo formal: mientras tengamos la capacidad constituyente hay que seguir ejerciéndola, no hay que renunciar a ella; y la segunda es una cuestión más de fondo: creo que es una importante contribución al debate que va a venir por delante. Desde ese punto de vista estimo que hacemos bien en dedicarle energías y tiempo a un tema como este.
Termino acá, señora Presidenta, señor Secretario, votando favorablemente este proyecto y valorándolo. No hay que ser tan modestos en esto: al contrario, debemos estar orgulloso del Senado, de la labor que ha hecho de poner estas materias en la agenda nacional y también en parte marcando pauta en ámbitos internacionales a partir del trabajo del Congreso del Futuro.
Ahí los liderazgos están claros. Han participado básicamente los mismos parlamentarios desde hace mucho tiempo, encabezados por el Senador Girardi, el Senador Coloma, el Senador Chahuán, ¡y si se me queda alguien ahí entremedio, me van a retar...!
Solo me resta reiterar que a mi juicio en esta ocasión debemos estar contentos y orgullosos. Esto no alcanza seguramente a enmendar del todo la paupérrima imagen que tiene la política en general, pero nos permite demostrar que también somos capaces de poner temas en la agenda y de tratar de ocuparnos de ellos con la mirada corta para no tropezarnos y la mirada larga para ver el horizonte que necesitamos.
Voto a favor.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
El Senador señor Lagos vota a favor.
Senador señor Montes, ¿cómo vota?
El señor MONTES.- Voto a favor, señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Gracias.
Vota a favor.
¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba en particular el proyecto (39 votos a favor), dejándose constancia de que se cumple con el quorum constitucional exigido, y queda despachado en este trámite.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Carvajal, Ebensperger, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste, Rincón y Sabat y los señores Alvarado, Araya, Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Moreira, Navarro, Ossandón, Pizarro, Prohens, Pugh, Quintana, Quinteros, Sandoval y Soria.
La señora PROVOSTE (Presidenta).- Queda aprobado en particular el proyecto y despachado a la Cámara de Diputados.