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CREACIÓN DE FONDO DE EMERGENCIA TRANSITORIO COVID-19


El señor ELIZALDE.- Gracias, Presidenta.
Comparto las aprensiones que han manifestado muchos Senadores respecto del proyecto. En todo caso, igual lo voy a votar a favor.
Quiero hacer un punto político que me parece fundamental para clarificar ciertos conceptos que han planteado en esta sesión algunos Senadores del Oficialismo.
Lo primero que deseo señalar es que la Oposición, en su gran mayoría, ha tenido una actitud muy constructiva con motivo de la pandemia, porque estamos conscientes de que se requiere la colaboración de todas y todos para enfrentar una situación tan dramática.
Todas las iniciativas presentadas por el Gobierno han sido aprobadas por el Congreso Nacional. ¡Todas!
Hemos hecho valer nuestros puntos de vista y hemos manifestado nuestras aprensiones ante la insuficiencia de las políticas implementadas por el Ejecutivo. Tanto es así que, incluso después de semanas, el propio Gobierno ha acogido, siempre tardía y parcialmente, nuestras propuestas.
No olvidemos que, cuando se discutió la primera medida, el "bono COVID", hicimos un planteamiento respecto de la cobertura. Lamentablemente, no hubo la flexibilidad suficiente para que esa política tuviera la dimensión protectora que se requería en aquel entonces.
En cuanto al Ingreso Familiar de Emergencia, también hicimos observaciones respecto a su monto decreciente. Tuvieron que pasar semanas para que se iniciara un diálogo formal con la Oposición y se estableciera un monto que no disminuía con el paso de los meses.
En ese escenario, ahora se está aprobando un verdadero cheque en blanco, respecto del cual el Gobierno tiene una serie de atribuciones. Ello, porque obviamente le corresponde liderar al país en el contexto de la pandemia.
Por tanto, el Presidente Piñera no tiene excusas para dejar de hacer lo que debe hacer. No le sirve la excusa de que seamos una supuesta Oposición obstruccionista, pues esa no ha sido la actitud que hemos mostrado.
Acostumbro a ver en los medios de comunicación referencias a la situación de Portugal. Y el Ejecutivo señala que le gustaría tener una Oposición como la de ese país.
Pues bien, la Oposición chilena ha aprobado todas las iniciativas, pese a las observaciones que hemos planteado. Y no hemos sido escuchados oportunamente.
La diferencia entre Chile y Portugal no es la Oposición, sino el Gobierno, porque el Primer Ministro de Portugal, socialista, ha liderado una serie de iniciativas, lo que ha permitido que sea uno de los países que ha enfrentado de mejor forma la pandemia, en comparación a los demás de Europa.
Por tanto -insisto-, no hay excusa para señalar que se puede dejar de hacer este trabajo.
Y ni el Presidente ni ninguno de sus Ministros pueden ocupar la actitud de la Oposición como falso fundamento para argumentar por qué no se han hecho las cosas del todo bien.
Y es importante precisar eso.
En el caso del Partido Socialista, con todas las diferencias que tenemos con el Presidente Piñera, que son muchas, con la visión profundamente crítica que tenemos con respecto a su gestión de la crisis, y para qué decir de su gestión previa con motivo del estallido, hemos tenido la voluntad de concurrir a aprobar iniciativas orientadas a que el Gobierno cuente con las herramientas necesarias para proteger a las personas, advirtiendo de que sus propuestas son insuficientes y tardías, como lo reconoce el nuevo Ministro vocero, quien en sus primeros días de vocería señalaba que habían llegado tarde y de manera insuficiente, porque no se habían escuchado, lamentablemente, las propuestas que hicimos desde la Oposición.
Creo que es necesario precisar eso, porque, si no, se construyen realidades que no corresponden a lo que efectivamente ha acontecido en el Congreso Nacional.
Reitero: tengo observaciones y comparto las aprensiones que han planteado muchos de nuestros colegas de Oposición.
Voy a votar a favor de esta iniciativa, pese a esas aprensiones, y vamos a mantener una actitud constructiva, entendiendo que en esta pandemia se requiere la colaboración de todos.
Solo espero que el Gobierno tenga mayor voluntad para escuchar y para corregir los errores, porque, si no, finalmente los costos los termina pagando el pueblo de Chile. Y los costos son muy grandes.
En materia sanitaria estamos dentro de los países con mayor número de muertos por millón de habitantes y en materia social estamos viendo el drama que obligó a que este Congreso aprobara el retiro del 10 por ciento de las AFP, porque la ayuda del Gobierno no estaba llegando a tiempo ni con la fuerza que se requería.
He dicho.


El señor ELIZALDE.- Gracias, Presidente.
El Senador Galilea -por su intermedio, señor Presidente- dijo que yo me había referido a Portugal. Y efectivamente yo me referí a ese país, quizás no en esta sesión pero sí en los medios de prensa, pues sistemáticamente los representantes del Gobierno señalan que quieren tener la Oposición de Portugal.
Por eso hice la precisión.
Bueno. A mí me gustaría tener el Gobierno de Portugal, porque creo que ahí radica la diferencia.
El Senador Kast -por su intermedio, señor Presidente- indicó que la lección del 10 por ciento es que primero llegaron los recursos propios. Pero a mi juicio esa no es la principal lección. La principal lección del 10 por ciento es que todo lo que vaticinaron los expertos no aconteció. Un Ministro dijo que si aprobábamos ese retiro seríamos una república bananera, y el mismo Ministro señaló después que esta había sido una gran decisión, porque había dinamizado la economía a través del consumo.
Con respecto a lo que estamos votando ahora, a mí me parece que carece de lógica establecer una serie de requisitos para que las personas puedan acceder a los beneficios. Todos hemos sido testigos de casos -por lo menos en el Maule así ha sido- de personas que postulan y les dicen: "No cumple con los requisitos; no están consideradas dentro de los beneficiarios". Y, sin embargo, cuando hay que ver a qué empresas se va a ayudar: "¡Ah no! Ahí no establezcamos ningún requisito, porque eso es malo para la economía".
Entonces, las personas tienen que cumplir muchas veces con requisitos que provocan una hiperfocalización que impide la llegada a tiempo de la ayuda. Y cuando establecemos requisitos básicos para las empresas estos son cuestionados.
A mí me parece que esa es una contradicción inaceptable.
¡Y para qué hablar respecto de la transparencia! Porque el compromiso que se está adquiriendo en términos de gasto fiscal requiere elevar los estándares de transparencia. ¡Bienvenido que así sea!
Se ha argumentado que si una empresa ha sido sancionada no puede estar ad eternum condenada a no recibir ayuda del Estado. Pero aquí estamos hablando de una ayuda excepcional, en contexto de crisis. Y si establecemos requisitos para que las personas tengan acceso a los beneficios, ¿por qué no lo podemos hacer también para las empresas?
Por las razones que he señalado, votaré a favor.
Gracias, señor Presidente.