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PROHIBICIÓN DE CAPTURA DE ESPECIES SALMONÍDEAS PROVENIENTES DE CULTIVOS DE ACUICULTURA


El señor QUINTEROS.- Gracias, Presidenta.
Bueno, el Secretario ha sido muy explícito en la relación de este proyecto. Yo voy a entregar datos sobre algunos hechos, como que la industria salmonícola nacional se encuentra radicada en manos de particulares, actividad que ha reportado al país importantes beneficios económicos y sociales por la entrada de divisas y el empleo generado. Sin embargo, el exponencial crecimiento de la industria del salmón, los ataques por parte de depredadores, las pérdidas por robo y las condiciones climáticas adversas han generado condiciones para el escape masivo de esta especie exótica directamente al mar, aguas interiores y ríos.
Las consecuencias de los escapes se han transformado en un problema ambiental, toda vez que el salmón, por su naturaleza, devora todo, en tanto que la captura y la comercialización de estos ejemplares son consideradas prácticas ilegales.
El objetivo de esta iniciativa es autorizar a cualquier pescador artesanal inscrito en el registro respectivo para extraer de manera permanente los salmones presentes en el área marítima de la región correspondiente.
También se establece la obligación de declarar al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura las cantidades de salmones extraídas por cada embarcación artesanal, y una sanción penal por la sustracción de salmones desde centros de cultivo, la ruptura maliciosa de redes y toda acción que provoque o pueda provocar un escape de peces.
Además, se contempla una prohibición temporal de captura de salmones que se han escapado desde un centro de cultivo, para que el titular del centro de cultivo ejerza acciones de recaptura, teniendo un plazo de treinta días, extendible por igual duración por una única vez.
Por otra parte, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura deberá publicar mensualmente información sobre el uso de antibióticos, la biomasa, la mortalidad y cosecha, desagregada por empresa y por centro de cultivo.
El titular de un centro de cultivo donde se produzca un escape de salmones podrá celebrar un contrato con organizaciones de pescadores artesanales de la zona para efectos de cumplir con el porcentaje de recaptura, peces que deben ser entregados al titular de la concesión. Deberá existir un procedimiento de recaptura que defina la nómina de pescadores participantes y los términos de la devolución al titular.
En resumen, el proyecto aprobado autoriza en forma permanente la captura de salmones por parte de organizaciones de pescadores artesanales y establece una prohibición de recaptura solo en el evento de escape de salmones, porque en ese caso la obligación del titular es recapturar los ejemplares que se escaparon dentro del plazo señalado, vencido el cual rige el régimen de autorización permanente de captura de salmones por parte de los pescadores artesanales.
La idea de legislar fue aprobada por la unanimidad de los miembros presentes de la Comisión, Honorables Senadoras señoras Aravena y Rincón y señores Castro y Quinteros.
Es cuanto puedo informar sobre este proyecto.
Y le pediría a la Presidenta que me dé los minutos que me corresponden para fijar mi posición con respecto a él.
¿Presidenta?
Bueno, la industria del salmón se ha convertido en un importante polo de crecimiento económico para el país. Solo durante el año 2019 las exportaciones alcanzaron los 5.135 millones de dólares. Y es también una importante fuente generadora de empleo.
No obstante, a pesar del aparente éxito de las cifras, la industria del salmón suele ser cuestionada, de manera ciertamente justificada, por una serie de prácticas que priorizan el logro económico por sobre la mantención de relaciones armónicas con el ambiente y las comunidades. El uso de antimicrobianos, la proliferación de desechos en el fondo marino, los escapes de peces, el manejo de mortalidades y la instalación de cultivos en zonas de alta biodiversidad o de interés social son cuestiones que es necesario regular y resolver.
Este proyecto aborda dos de esas situaciones.
Actualmente, el artículo 118 quáter de la Ley de Pesca establece que se presumirá la existencia de daño ambiental si en caso de fuga de salmones el titular del centro no recaptura, como mínimo, el 10 por ciento de los ejemplares en el plazo de 30 días, contado desde el evento, prorrogable por una sola vez en los mismos términos.
Claramente, este parece, por sí solo, un valor poco entendible a la luz de la falta de estudios que fundamenten el haber establecido tal porcentaje. En el caso, no se hace distinción alguna respecto a la especie, tamaño o cantidad de ejemplares involucrados en la fuga.
Tales variables no son triviales ante un eventual impacto ambiental. Hay especies que se han adaptado mejor al ambiente nacional. Prueba de ello son las poblaciones asilvestradas de salmón chinook, trucha arcoíris y salmón coho.
Estudios demuestran que, mientras más pequeños sean los ejemplares escapados, mayor será su capacidad de evadir a sus depredadores y capturar su propio alimento, asentándose en el medio. Los ejemplares mayores, en cambio, son más susceptibles de servir como alimento para otras poblaciones, como las de lobos marinos, los que a su vez suelen generar estragos en otras especies, afectan a la pesca artesanal y, paradójicamente, también atacan a los centros de cultivo. Ellos también constituyen un daño ambiental.
Y a pesar de que el Código Civil declara a los peces como res nulius -vale decir, son de quien los captura-, los pescadores no pueden acceder a este recurso, ya que no está declarado como pesquería. Si capturan salmones, aunque sea de modo circunstancial, pueden verse expuestos a fuertes sanciones.
Una vez que ese magro 10 por ciento es recapturado, su destino es convertirse en harina de salmón o ser depositados en algunos vertederos que, por cierto, ya no quieren seguir recibiendo desechos de la industria, pero no van a consumo humano directo, aunque no hay razones claras para ello.
Tema aparte es que, en la práctica, cada vez que ocurre un escape de salmones desde centros de cultivo, se produce un incremento sustancial en la venta ilegal para el consumo humano.
Resulta curioso que exista una protección tan fuerte de la propiedad de los salmones, incluso cuando estos han escapado, situación que produce pérdida de trazabilidad, impidiendo con ello asegurar su inocuidad alimentaria.
Respecto del uso excesivo de sustancias y químicos en el proceso de crianza de los salmones, la industria salmonera ha enfrentado serios cuestionamientos a nivel nacional e internacional por esta práctica. Al ser aplicados en ambientes abiertos, los químicos impactan a los medios naturales y afectan el desarrollo normal de los ecosistemas. En concreto, más de un 40 por ciento de los antibióticos administrados a los salmones son expulsados al medioambiente.
Hoy no existe la posibilidad de acceder de manera pública a datos desagregados sobre el uso de antibióticos en centros y barrios. Es necesario hacer una solicitud de acceso a la información, las cuales han sido repetidamente negadas por algunas empresas.
Señora Presidenta, está muy bien que las empresas del salmón contribuyan de manera importante al PIB, que generen utilidades, que den empleos y dinamicen la economía, pero ello no les otorga, bajo ningún término, licencia para operar con mayores facilidades que otras actividades productivas.
En los últimos diez años se han materializado 73 eventos con más de 6 millones de salmones escapados, lo que da cuenta de la magnitud del problema y sus efectos en el medioambiente de la zona sur de nuestro país.
¡Urgen soluciones!
Y este proyecto, al autorizar a los pescadores artesanales inscritos en el registro respectivo para extraer de manera permanente los salmones presentes en el área marítima de la región correspondiente, contribuye a minimizar el daño ambiental que estas especies ocasionan en nuestros ecosistemas marinos.
Por otra parte, al asegurar mayor transparencia en la información sobre el uso de antibióticos respecto de cada empresa de la industria del salmón, aporta una solución básica y esencial, a fin de lograr identificar a aquellas que hacen mal uso de estas sustancias o que no hacen cambios en sus estrategias de manejo para lograr su disminución.
Por estas razones, voto a favor de este proyecto en general.