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CUENTA PÚBLICA DE DIRECTORIO DE TELEVISIÓN NACIONAL DE CHILE


El señor ELIZALDE.- Presidenta, TVN le pertenece a Chile, no a un gobierno determinado ni a la elite de este país. Televisión Nacional es esencial para preservar el pluralismo y fortalecer nuestra democracia.
En el contexto actual, con una propuesta de privatización de TVN por parte de los Diputados de la UDI, es clave el respaldo a esta empresa pública, con el desafío de promover entre todos su nuevo diseño para que incluya, por cierto, un nuevo modelo de financiamiento y un nuevo gobierno corporativo.
La empresa pública TVN debe ser vista como un conjunto de medios de comunicación de carácter público, que utilice las diversas plataformas que permite la tecnología y que surgen día a día, en un diálogo y una interacción constante con las más diversas ciudadanías y audiencias.
La crisis de TVN no es solo financiera. En nuestra opinión, el modelo de financiamiento de esta empresa impide que cumpla su rol adecuadamente. Si el canal de todos los chilenos debe seguir las reglas del mercado, no puede cumplir con su rol público.
El modelo acordado al principio de la transición tuvo por objeto que TVN dejara de ser una red televisiva al servicio del gobierno y, en particular, de la dictadura, y se convirtiera en una señal estatal al servicio de la democracia y el pluralismo.
Sin embargo, al someter a esta empresa a las reglas del mercado, se estableció una limitación objetiva para que TVN se diferenciara en su rol de las demás señalas privadas. Se transformó en un canal más durante mucho tiempo. Hay que reconocerlo: fue líder en calidad y en sintonía, pero sin elementos distintivos de sus competidores.
TVN debe ser independiente y relevante para poder mostrar las distintas realidades de una sociedad diversa como la nuestra. Pero si permanece en la dinámica de mercado, lo relevante lo seguirá marcando el rating y seguirá dependiendo del avisaje publicitario y, por ende, de los intereses detrás del financiamiento de la publicidad.
Por eso es importante una televisión cultural que contribuya al proceso educativo, y en ese sentido, valoramos el debate respecto a la orientación de la señal educativa y cultural de acuerdo al horario y rango etario de las audiencias.
¿Por qué es relevante TVN como canal público? Porque una señal pública es fundamental a la hora de garantizar el respeto a la pluralidad política, territorial, social, cultural, étnica y de género en nuestro país; en otras palabras, tener un canal en que se exprese la diversidad de Chile.
Antes ver televisión tenía un sentido colectivo, casi familiar; hoy es una experiencia más individual y fragmentada. Los usuarios manejan sus tiempos y la forma de ver las distintas señales, no solo en el televisor, sino en sus computadores o en sus teléfonos móviles. Las audiencias se han diversificado y segmentado.
La competencia de otras plataformas ha afectado la torta publicitaria que financia a la televisión abierta en nuestro país. De esta manera, disminuye progresivamente ese compromiso de enfrentar la televisión a la hora en que un canal decide su programación, pues ello se reemplaza por el gusto personal del horario en que cada uno quiere observar un determinado contenido.
Una consecuencia de lo anterior -ya lo dije- ha sido que la inversión en avisaje ha decrecido en la industria televisiva, mientras en el campo de lo digital se ha incrementado de manera importante.
Todo esto, obviamente, cambió en alguna medida debido al estallido social de octubre y a la pandemia y cuarentena obligatoria, lo que ha provocado un nuevo relacionamiento de la gente con los canales de televisión abierta. Pero este es un fenómeno transitorio que no da cuenta del cambio cultural que está en marcha. Aunque esto se repite con el cable y otras plataformas de streaming, el aumento del visionado de la televisión abierta en los días de la pandemia ha sido significativo, y no solo en horario prime, sino también en otros horarios, particularmente entre las 12 y 14 horas.
A nuestro juicio, la permanencia y vigencia de TVN requiere un financiamiento estatal anual permanente, fijado por ley e incorporado en la Ley de Presupuestos. Solo de esa manera se podrá asegurar una planificación estratégica que garantice su funcionamiento. Es una acción exactamente contraria a la de privatización, que algunos creen que es la única alternativa respecto de las empresas públicas. Esta opción, la que planteamos, busca establecer por ley el cien por ciento del financiamiento público, en un presupuesto aproximado de 45 mil millones de pesos al año, o a lo menos el 70 por ciento de los costos anuales de TVN, incluidas todas sus plataformas.
En este último caso, se le debe permitir mantener, por cierto, cierta opción de publicidad pagada por terceros. En caso de establecerse el cien por ciento del financiamiento público, podremos excluir a esta empresa de la publicidad y el avisaje pagado.
Y, por supuesto -esto es muy importante-, se deben establecer fuertes estándares de calidad y una escala de sueldos ajena a los vaivenes de la industria del rating y más acorde con la realidad de nuestra sociedad.
En nuestra opinión, persisten los siguientes nudos críticos.
La necesidad de zanjar el sentido de la señal principal o tradicional de TVN. Como he señalado, hoy la señal de Televisión Nacional está definida como canal público. Por tanto, es tiempo de evaluar si efectivamente su contenido corresponde a dicha definición.
Al momento de aprobar el aporte a TVN, nuestra bancada señaló claramente que el sentido de esa iniciativa, aprobada por el Congreso Nacional, no era solucionar la deuda del canal público, sino establecer un proyecto que contara con las herramientas necesarias para asegurar a los chilenos una señal cultural. Pues bien, eso sigue pendiente. Todavía no vemos ni un minuto de transmisión de la señal cultural, comprometida con el aporte extraordinario que acordó el Parlamento, y nos habría gustado escuchar más respecto de ese proyecto.
Además, nos interesa especialmente el despliegue contemplado en la iniciativa a lo largo del territorio, para que efectivamente este sea el canal de todos los chilenos. Nuestra bancada tiene seis Senadores de regiones, y a nuestro partido, que tiene presencia en todo el territorio nacional, este tema le parece fundamental.
Por eso creemos que es imprescindible...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Concluyó su tiempo, Senador.
Tiene un minuto más.
El señor ELIZALDE.- Decía que creemos que es imprescindible que se dé cuenta de lo que ha ocurrido con la red de TVN a lo largo del territorio nacional: cuál es la presencia que efectivamente se ha ido consolidando y en qué medida también se ha ido debilitando.
Y, por cierto, pedimos que se consagre el pluralismo y la objetividad, como señala la propia ley, pues hemos visto que, en materia de tiempos destinados a los distintos sectores políticos -¡para qué hablar de la diversidad en otros ámbitos de nuestra sociedad!-, lamentablemente la pantalla no ha sido distribuida de manera ecuánime. Por tanto, no se está garantizando la expresión de todas las corrientes de pensamiento en la misma dimensión y, por cierto, de acuerdo a su presencia en la sociedad chilena.
Por último, quiero expresar una idea que hemos conversado al interior de nuestra bancada.
Le pido treinta segundos más, Presidenta, y termino.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Muy bien.
El señor ELIZALDE.- Nos parece imprescindible el debate, como hemos señalado, respecto de un nuevo concepto para la televisión pública en nuestro país, y en esa discusión deben estar todos los actores de la sociedad civil: universidades, Colegio de Periodistas, asociaciones gremiales y, por cierto, todas las bancadas del Senado y de la Cámara de Diputados. Lo importante es que el mismo pluralismo que pedimos en las pantallas de TVN se vea reflejado en ese debate.
El PS respaldará siempre a Televisión Nacional de Chile en su función pública. Pero TVN debe cumplir con dicho rol, que es un compromiso en el que se garantiza el respeto al pluralismo y también a una televisión de calidad, cumpliendo con una deuda: la señal cultural, de la cual -insisto- hemos escuchado mucha discusión, pero no hemos visto un minuto siquiera en pantalla.
Gracias, Presidenta.