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FINANCIAMIENTO FISCAL PARA PROTECCIÓN DE INGRESOS DE CLASE MEDIA


El señor QUINTEROS.- Está abierto.
Ahí está.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Está bien. Ahí se escucha.
El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, este debate se viene repitiendo, como decía, desde hace más de cuatro meses. Siempre, en todas estas iniciativas, el debate es el mismo. Y, en síntesis, se reduce a que el Gobierno llega mal y tarde, pero se nos presenta como la gran panacea. El dogma, la focalización, que excluye a muchas personas que necesitan de ayuda; fondos insuficientes que no permiten a las familias solventar sus gastos básicos y respetar la cuarentena; excesiva burocracia, que se transforma en una barrera que impide el acceso; más créditos, que no se hacen cargo de la realidad de sobreendeudamiento; beneficios decrecientes mientras los perjuicios son crecientes; y, finalmente, tardanza que no se debe a un largo debate en el Congreso, sino a la demora en la presentación de los proyectos y al regateo a que recurre el Gobierno para escatimar recursos.
Todos estos temas vuelven a reflotar en este debate. Y como ha ocurrido en los proyectos anteriores, lo aprobaremos, pero no nos cansaremos de denunciar los vacíos, errores e insuficiencia que detectamos.
Se anuncia que es para toda la clase media. Pero en nuestro país este sector abarca a más del millón y medio de personas que se calcula podrán acceder a este programa. Solo un dato: hoy día existen 3.284.000 personas desmovilizadas, que se desagregan en 1.256.000 expulsados, vale decir despedidos en este período; 879.000 personas que ya eran cesantes, y 1.149.000 suspendidos, formalmente ocupados, pero muchos de los cuales no volverán al trabajo.
En la Comisión de Hacienda, como lo dijo su Presidente, se avanzó en rebajar el límite inferior de los 500.000 a los 400.000 pesos, pero aún quedan personas bajo ese umbral, que pueden quedar fuera de toda ayuda, pues han sido también excluidas del IFE.
Se deja fuera a los informales, reconociendo que en Chile la clase media también incluye a muchos de ellos, sobre todo en el transporte y los servicios personales.
Uno de los requisitos para obtener apoyo es demostrar una disminución del 30 por ciento de los ingresos, aunque ello solo provocará más burocracia y demora.
El aporte para muchos será una burla.
Una persona, por ejemplo, que recibía ingresos promedio de 1.800.000 el 2019 y que hoy ha perdido todos sus ingresos solo podrá obtener un aporte de 100.000 pesos por única vez.
En cuanto al préstamo blando, que se llama ahora "mecanismo de financiamiento y liquidez", por más que se esfuercen en cambiarle el nombre, seguirá siendo un nuevo pasivo sobre la ya pesada mochila de una población ya sobreendeudada. El Gobierno olvida que la deuda de los hogares ya alcanza a un 75 por ciento de sus ingresos disponibles.
Se anuncian condonaciones para los que no pueden pagar y todos sabemos que la mayoría no podrá pagar. Es como fijar una pena y simultáneamente establecer el indulto para la misma pena. Es perfectamente inútil, una angustia que se agregará al drama de miles de familias...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Dele un minuto, por favor, señor Secretario.
El señor QUINTEROS.-... hace más de tres semanas, pero todavía no ingresan a este Congreso algunos de los proyectos, como el que establece garantía estatal para la prórroga de cuotas de los créditos hipotecarios.
Curiosamente, el primer anuncio exigía una mora no superior a los veintinueve días en el dividendo. Pero es el Gobierno el que ahora está en mora: veintidós días desde el anuncio y más de ciento veinte días desde que se requiere el apoyo.
Con todo, como dije, concurriremos a aprobar este proyecto, aunque muy probablemente en los próximos treinta, sesenta y noventa días seguiremos discutiendo estos mismos temas.
He dicho.