Click acá para ir directamente al contenido
PROTECCIÓN DE INGRESOS DE TRABAJADORES INDEPENDIENTES ANTE PROPAGACIÓN DE COVID-19


El señor ELIZALDE.- Gracias, Presidenta.
Estamos viviendo no una crisis, sino "la" crisis más importante del último siglo en materia sanitaria en el mundo, y probablemente, en el caso de Chile, la más grande de nuestra historia. Por tanto, obviamente se requiere una respuesta audaz para proteger adecuadamente a las personas, tanto en materia sanitaria como en materia social.
Y yo creo que hay que hacerlo con humildad, porque probablemente nadie podía saber con antelación la dimensión que esto iba a tomar en el mundo entero. Pero eso no obsta a que tengamos una visión crítica respecto de lo que ha hecho el Gobierno, tanto en materia sanitaria como en materia social. Nosotros creemos que se debió actuar con mayor celeridad y decisión para proteger de mejor forma a las personas, y hoy día estamos viviendo las consecuencias.
Respecto de las materias sociales, creemos que lo que hasta ahora se ha acordado ha sido insuficiente. Las iniciativas del Gobierno -todas han sido aprobadas por el Congreso Nacional- han sido insuficientes, lentas, y ha habido tardanza en su implementación, pese a que se pretendió culpar de ello a la tramitación legislativa. Eso no ha sido así. Al contrario, el Gobierno se ha demorado en implementarlas.
Además, ha habido una lógica de segmentación, de acuerdo a la naturaleza del vínculo contractual -el carácter formal o informal de los trabajadores, si boletean o no a honorarios-, pero no de acuerdo a las necesidades de las familias, lo que no contribuye a que exista un marco de protección que sea equitativo, ecuánime y más fuerte ante lo que estamos viviendo.
En ese contexto, nosotros hemos señalado que tenemos disposición de diálogo para buscar una mirada integral, porque las iniciativas han sido todas parceladas, pero aquí se requiere una mirada más completa, con un plazo mayor, que permita efectivamente que nos pongamos de acuerdo en cuál es la protección social que se requiere para enfrentar esta emergencia, cuáles son las políticas de reactivación imprescindibles para el futuro y cuál es el marco fiscal, cuánto vamos a gastar.
Al respecto, hemos dicho que se puede y se debe gastar más, que Chile tiene espaldas, tanto ahorros como capacidad de endeudamiento, y es hoy el momento para gastar esos recursos. Por cierto, hay que hacerlo en un marco de responsabilidad fiscal.
Mire, nosotros gobernamos y se nos puede criticar y señalar muchos errores, pero hay un error que no cometimos, que es haber sido irresponsables fiscalmente. Por eso, es lamentable que cuando planteamos hacer un esfuerzo mayor para proteger de mejor forma a las personas se descalifique con un argumento infundado de la supuesta irresponsabilidad fiscal.
Porque lo sanitario y lo económico van de la mano. En algún momento el Gobierno tomó la decisión de proteger solo la economía y anunció esta normalización de actividades como si no hubiera pasado nada. Y eso tuvo un impacto sanitario. Y al tenerlo, genera un daño en la economía y, por tanto, tiene un impacto social.
Por eso hemos dicho que la salud es la prioridad, porque si evitamos que se propague el COVID-19, va a ser más fácil recuperar la actividad económica y el costo social será menor.
En ese contexto, nos parece imprescindible proteger a las familias de manera adecuada para algo muy simple: que puedan quedarse en sus casas cumpliendo las instrucciones de la autoridad, con un ingreso suficiente para subsistir, para sobrevivir, porque, en caso contrario, van a salir a las calles a buscar comida, las medidas sanitarias no se van a cumplir, eso va a tener un impacto en la economía y el daño social va a ser mayor.
Esa es la lógica con la cual hemos planteado nuestras propuestas, y estamos concurriendo a este diálogo de buena fe, con un ánimo constructivo. Por tanto, nos hubiera gustado que este proyecto en particular se hubiera enmarcado dentro de la visión integral que se requiere respecto de las políticas públicas para enfrentar la emergencia. Lamentablemente, el Gobierno insistió en que se aprobara con celeridad, con una propuesta que nos parece a todas luces insuficiente y que no va a dar respuesta a lo que realmente necesitan las personas.
Hemos señalado que aquí se tiene que rectificar. Nosotros queremos aportar, pero el Gobierno debe rectificar.
Quiero señalar que nosotros no hemos sido un obstáculo para que se aprueben estas iniciativas. Lo he dicho: todas las propuestas del Gobierno han sido acordadas y aprobadas por el Congreso Nacional. Pero no se puede impedir que manifestemos nuestras críticas; no se puede pretender silenciarnos respecto de nuestros cuestionamientos, que -reitero- los hacemos en un ánimo constructivo, porque nuestro único interés es que las cosas se hagan bien para que las personas estén protegidas de mejor forma. Así de simple.
En ese sentido, hemos manifestado críticas a lo que ha planteado el Gobierno, porque creemos que estamos muy lejos de lo que los chilenos necesitan para ser protegidos adecuadamente y de lo que el Estado está en condiciones de hacer. Nos parece imprescindible, por tanto, una mirada distinta. Queremos aportar, pero obviamente el Gobierno debe rectificar.
Ahora, quiero hacer referencia a la forma de votar, porque lamentablemente aquí dos Senadores que me han antecedido en el uso de la palabra...
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Tiene un minuto más, Senador.
El señor ELIZALDE.-... han... (falla de audio en transmisión telemática)... que a mí nunca me ha gustado, les quiero decir. Porque uno puede justificar cómo vota, pero cuando empieza a calificar a los demás, no me parece adecuado.
Quiero recordar tan solo que la Oposición decidió en su conjunto, liderados por los integrantes de la Comisión de Hacienda, abstenerse respecto de un proyecto que votamos la semana pasada. Ahí la abstención no tenía problemas, ¿y hoy día se la cuestiona?
En segundo lugar, nuestro Reglamento es claro: la abstención no implica que un proyecto no se apruebe, ya que se suma a la mayoría. Y es evidente que los votos del oficialismo van a ser suficientes. Pero la pregunta es cómo sentamos un precedente para señalar que no queremos ser un obstáculo para que estas iniciativas se implementen, pero, no obstante, nos parece que están lejos de lo que el país y los chilenos necesitan.
Afortunadamente, el Reglamento del Senado lo permite, con toda claridad.
Yo lo quiero decir: no hemos sido un obstáculo, no lo vamos a ser, ¡que el Presidente lo tenga claro! Pero eso no significa que nos quedemos callados cuando consideramos que las medidas que se están adoptando son claramente insuficientes. Y este es el caso. Y en un tiempo más van a tener que ser corregidas, como se están corrigiendo todas las iniciativas que hasta ahora se han aprobado, porque están lejos de lo que esta crisis demanda, y de lo que podemos hacer.
He dicho.