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OTORGAMIENTO DE INGRESO FAMILIAR DE EMERGENCIA. VETO


El señor QUINTEROS.- Gracias, Presidenta.
A pesar de que el Gobierno comprometió un fondo de 2 mil millones de dólares para ir en auxilio de los sectores más afectados por la crisis, el Ministro de Hacienda nos hizo saber públicamente que para este proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia solo existía una disponibilidad de recursos fiscales de 802 millones de dólares, que ahora se aumentan en 30 millones.
"El gasto fiscal está al límite", nos dijo el señor Ministro. Y no es posible aumentar las exiguas ayudas establecidas en este proyecto.
La Oposición ha llamado una y otra vez al diálogo. Sin embargo, a través del veto presidencial, se insiste en esta mirada restrictiva, que trata de vestirse como responsable, pero que no lo es, porque condena a millones de chilenos a salir a buscar el sustento diario a la calle, haciendo ineficaz las medidas de cuarentena, cuando las cifras de contagio han alcanzado un nuevo récord, cuando más se necesita un cumplimiento estricto de las medidas sanitarias.
La crisis ha hecho evidente, como ha dicho el rector de la Universidad de Chile, que una gran masa de personas depende de los recursos que consiguen en el día para poder comer en la noche. Estas personas no pueden pagar la luz, el agua, el arriendo y la comida con 2 mil pesos diarios, que además irán decreciendo.
¡No! ¡Esto no es posible! Deberán seguir saliendo de sus casas.
Pero estos montos que impone el Gobierno no solo atentan contra el objetivo sanitario; también son ineficaces desde el punto de vista económico. Cada peso que se deja de gastar hoy deberá gastarse el doble o el triple más adelante, porque la crisis será más larga y más profunda.
Parece que el Gobierno no ha tomado nota de la gravedad de la crisis y ha enfrentado esta discusión del ingreso de emergencia como una negociación salarial, pero no estamos negociando mejoramientos. Estamos definiendo el monto mínimo que requiere una persona para sobrevivir. ¡De eso estamos hablando: de la más grave crisis económica en un siglo o más, que arrastrará a millones de personas a la pobreza!
Algunas cifras.
El INE nos informa que en marzo de este año el índice de actividad del comercio al por menor anotó una caída mensual de 14,3 por ciento, y una baja de 14,1 por ciento en doce meses.
Según da a conocer el gremio inmobiliario, las promesas de compra de casas y departamentos han caído casi un 50 por ciento en doce meses, y se espera que esa caída se profundice, lo que se ha traducido en cien mil nuevos cesantes entre los trabajadores de la construcción.
La Superintendencia de Pensiones informa que al 8 de este mes se han presentado más de 550 mil solicitudes COVID-19 al Fondo de Cesantía.
Ante este dramático escenario, resulta incomprensible que el Gobierno no se haga cargo de la angustiosa situación de nuestros compatriotas y no acuda en su apoyo con los recursos con que cuenta.
No es tolerable que se les regateen ayudas que no alcanzan siquiera la línea de pobreza, porque es falso que el gasto está al límite. El país tiene recursos a los que puede echar mano sin "tirar la casa por la ventana", como engañosamente se busca desvirtuar desde el Gobierno.
En efecto, la deuda pública chilena es del 28 por ciento del PIB, una de las más bajas de la OCDE, donde el promedio de deuda sobre el PIB es del orden de 84 por ciento. También es de las menores entre los países latinoamericanos, cuyo promedio está en torno al 50 por ciento.
Hay, entonces, un amplio espacio para que Chile se endeude en el exterior. Por ejemplo, subir el 5 por ciento en la relación deuda a PIB permite obtener más de 13.300 millones de dólares, y llevar la deuda chilena a la mitad del promedio de la OCDE, es decir, a 24 por ciento del PIB, permitiría obtener 37 mil millones de dólares.
Además, Chile tiene importantes recursos en los fondos soberanos. Según el reporte de Activos Consolidados de la Diprés, al 31 de marzo de este año el Fisco tiene 32.595 millones de dólares en estos fondos.
En el Fondo de Estabilización Económica y Social hay 12.334 millones de dólares.
En el Fondo para Gastos de Defensa se estima que se guardan otros 4.500 millones de dólares.
Ayer nos informamos de que el Banco Central ha solicitado al Fondo Monetario Internacional una línea de crédito flexible de dos años, por un monto de más de 23 mil millones de dólares, para aumentar la disponibilidad de liquidez internacional. Paradojalmente, la autoridad monetaria está mostrando una actitud más comprensiva y expansiva que la autoridad fiscal.
Entonces, no hay duda alguna:nuestro país tiene recursos para enfrentar esta crisis y aliviar a las familias en esta penosa circunstancia, sin dejar a más de un millón de compatriotas en la indefensión. Siguen quedando excluidos de todo tipo de apoyo los pescadores, los algueros, los colectiveros e independientes que no califican según los requisitos de este proyecto. La iniciativa para trabajadores a honorarios que se está presentando es un chiste.
La actitud mostrada por el Gobierno no solo puede responder a un dogmatismo extremo. Nos habla de un Gobierno sordo que no solo no escucha a la Oposición, sino que tampoco oye a la población.
Espero que nuestra abstención en este proyecto sirva como una nueva señal, una más, de nuestra disposición al diálogo, porque estamos convencidos de que sin unidad ni este país ni ningún otro podrá superar los efectos de esta grave crisis mundial.
He dicho.