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ANÁLISIS DE SITUACIÓN DE SISTEMA DE SALUD PRIVADO DE ISAPRES


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, se ha citado a esta sesión especial del Senado para debatir acerca del funcionamiento de las isapres en el marco de la emergencia sanitaria que está viviendo el país y que atraviesa el mundo.
Y la pregunta es: ¿han respondido las isapres a las necesidades de los usuarios? ¿Pueden garantizar las isapres, junto con los otros prestadores privados, cobertura, atención oportuna y completa a todos sus beneficiarios a lo largo del país con motivo de esta pandemia?
¿Podemos decir que en estas semanas dramáticas todas las decisiones de sus ejecutivos se han alineado con los objetivos fundamentales trazados por la autoridad sanitaria en función del interés general, o más bien han estado determinadas por la protección de sus rentabilidades, que no es sino el fin de sus sociedades y sus accionistas?
¿Se han articulado con el sector público para dar una respuesta integral y potente a esta amenaza?
Aún no está sellado el resultado final de esta crisis, pero me temo que hasta ahora la mayoría de las respuestas a estas preguntas dejan en evidencia los vacíos e insuficiencias del sistema y una gran preocupación en la población en momentos en que lo que más se necesita es seguridad y confianza.
Desde luego, las isapres no han desarrollado, como ya se dijo, ningún plan especial de prevención, nunca lo han hecho, no forma parte de su lógica. Durante las primeras semanas hubo limitaciones en el acceso al examen, producto de los altos valores que podía alcanzar y la cobertura variable de cada plan. No hubo proactividad de las isapres para enfrentar esta situación.
Hace pocos días se hizo público que 30 por ciento de las licencias médicas con diagnóstico de coronavirus han sido rechazadas o que se ha reducido el tiempo de reposo, pese al evidente interés público de promover el alejamiento de los trabajadores de su actividad normal.
¿Qué les queda a estos trabajadores: atochar las oficinas de la Compín, aumentando el riesgo de contagio, o es mejor agachar la cabeza y presentarse a trabajar agravando la situación sanitaria?
Por otro lado, la infraestructura privada, que ha sido más exigida en los primeros días porque el foco se concentraba en las personas que habían viajado al exterior, normalmente usuarios de las isapres, es absolutamente insuficiente en regiones y depende de la red pública, que es la única que cuenta con una estructuración en todo el territorio.
Y la guinda de la torta ha sido el anuncio de la mayoría de las isapres de aumentar unilateralmente los precios de sus planes, que ha generado un justificado escándalo en la sociedad y que solo ha dado pie a apelaciones de la autoridad a la buena voluntad de ellas.
¿Podemos entonces afirmar que las isapres han estado a la altura del más serio desafío que ha enfrentado la salud de los chilenos desde que fueron creadas hace cuarenta años? No, Presidenta. Lamentablemente, la respuesta es no. ¡Las isapres no han estado a la altura!
Pero eso no ocurre por la maldad, egoísmo o inconciencia de algunos ejecutivos. Esa es una caricatura. Las isapres no han cumplido su rol, porque el sistema sobre el cual están construidas no responde a los fines de seguridad social que deben atender. Se basan en una lógica de mercado y de ganancia, que es absolutamente incompatible con una emergencia como la que vivimos.
El sistema privado de salud, con las isapres como eje, no está construido para enfrentar una emergencia como esta. Algunos dirán que tampoco lo está el sistema público, que incluso en países desarrollados ha colapsado. Pero la gran diferencia es que, detrás de Fonasa y la red pública, está el Estado, que puede priorizar y movilizar los recursos necesarios y proporcionales a la magnitud de la tarea.
Y, lo más importante, solo una potente red pública puede asegurar igualdad en el acceso a las atenciones de salud para todas las personas, igualdad que no es solo un imperativo jurídico, sino también ético y político para una sociedad fragmentada y herida como la nuestra.
Por eso ha sido tan difícil hasta ahora llegar a un acuerdo en torno al proyecto de ley sobre isapres, presentado hace nueve años por el mismo Presidente y el mismo Ministro que hoy se encuentran a cargo de esta emergencia.
No ha sido posible avanzar, porque es evidente que no se puede reformar el sistema privado sin reforzar previamente al sector público, que atiende al 80 por ciento de la población.
Cada vez que alcanzamos algún acuerdo puntual, por ejemplo, sobre la eliminación de la declaración de salud o de las discriminaciones por sexo o edad, surgen brechas o contradicciones que amenazan la viabilidad del modelo de negocios y obligan a moderar o limitar esas medidas.
No ha sido posible despachar ese proyecto, porque el Ejecutivo se ha negado a aceptar un fondo mancomunado, público y privado, a cargo de cubrir ciertos problemas de salud (por ejemplo, esta epidemia) que no pueden ser abordados por separado.
En fin, no hemos podido convencer al Gobierno de que eliminemos la facultad de las isapres, escandalosamente ejercida, para rechazar o limitar las licencias médicas o la atribución, declarada inconstitucional por numerosos fallos del Tribunal Constitucional y la propia Corte Suprema, para aumentar unilateralmente los precios de sus planes.
Señora Presidenta, esta discusión se parece mucho a la que realizamos esta mañana sobre el sistema de las AFP.
Ni las AFP ni las isapres son, en verdad, instituciones de seguridad social. No brindan protección a las personas, que es a lo que están llamadas.
La señora MUÑOZ (Presidenta).- Ha concluido el tiempo. Pero el Senador Quinteros, quien solicitó esta sesión, tendrá hasta diez minutos.
La señora GOIC.- ¡La pedí yo!
La señora MUÑOZ (Presidenta).- ¡Usted también! ¡Los dos!
Continúe, señor Senador.
El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, se necesita un cambio radical, entonces, que siente las bases para avanzar a un seguro único, público y universal.
Hay un amplio espacio para la participación privada, sobre todo para los prestadores y también para las isapres, pero como aseguradores de segundo piso.
Asimismo, existe voluntad para hacerlo de manera gradual, de acuerdo a nuestra realidad.
Pero no estamos dispuestos -y así lo ha demostrado esta crisis- a seguir parchando un sistema que, como se ha visto, no cumple los objetivos de seguridad social que requieren los chilenos y las chilenas.
He dicho.
¡Los minutos que restan se los dejo a los colegas que están reclamando...!
La señora MUÑOZ (Presidenta).- ¡Gracias por su generosidad, Senador Quinteros...!


El señor QUINTEROS.- Señora Presidenta, ocurre que el señor Superintendente dijo que ha solucionado los problemas sobre la base de circulares. Pero yo le quiero recordar a él que las circulares solo tienen efecto para el futuro; no solucionan ningún tipo de problema actual. Y para eso se halla el estado de catástrofe.
¡Ahí radican las facultades!
Por ello, hemos reclamado que en las circunstancias que estamos viviendo no se haya hecho uso de las atribuciones que otorga el estado de excepción. ¡Las circulares de que habla el Superintendente -insisto- tienen efecto para el futuro!
Asimismo, la gente no sabe que los planes van venciendo mensualmente. Entonces, se habla de que se postergaron por tres meses las alzas de los planes base de salud, claro, pero ello al plan de junio, después al de julio; o sea, no es que en un solo paquete se haya solucionado el problema. Es muy diferente.
Por lo tanto, hay que explicarles esto muy bien a los usuarios para que entiendan correctamente el problema. No es que aquí se haya resuelto nada.
De otro lado, aquí se habla mucho de la obstrucción de la Oposición. Y es verdad: durante el Gobierno pasado no avanzamos en salud. Yo fui uno de los que más reclamaron, porque las prioridades eran otras, y la Administración de esa época dijo cuáles eran las suyas: reforma laboral, reforma tributaria, reforma educacional, etcétera.
Esas eran las prioridades, y se concretaron.
Pero el actual Gobierno se comprometió a solucionar estos problemas. Eso está en el programa del actual Presidente.
Por eso que reclamamos.
Nosotros de verdad queremos avanzar. Lo dijo muy bien el Senador Chahuán: hay una buena predisposición de la Comisión de Salud.
Entonces, no le echemos la culpa a un supuesto obstruccionismo, porque no hay tal.
Tengo la relación de cuando este proyecto ingresó, el año 2011. Es verdad que no avanzó en el Gobierno pasado, pero cuando llegó el Gobierno actual, el anterior Ministro de Salud lo reactivó. Hubo cambio de Ministro y sacaron el proyecto.
Esta iniciativa está detenida porque el Ejecutivo, después del 18 de octubre, no le ha puesto urgencia en nada; ni siquiera ha dado respuesta a los requerimientos que le hicimos los Senadores, en forma transversal, cuando se presentó. Se demoraron tres meses. Y todas las respuestas fueron negativas.
Entonces, no digamos que existe obstruccionismo y que no queremos avanzar.
En lo personal, y le consta a los miembros de la Comisión de Salud, tengo la mejor predisposición para avanzar en estos proyectos. ¡La mejor predisposición!
Incluso habíamos llegado a acuerdos con el Ministro de Salud, cuando fui Presidente de esta Comisión, para que viéramos juntos el proyecto de Fonasa y el de isapres. Porque tienen que ir paralelos. No sacamos nada con que uno entre en una Cámara y el otro en la otra, porque se van a cruzar, se van a contradecir. Deben ir los dos de la mano.
Nada más, señora Presidenta.