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CONFORMACIÓN DE PACTOS ELECTORALES DE INDEPEDIENTES Y PARIDAD DE GÉNERO EN INTEGRACIÓN DE ÓRGANO CONSTITUYENTE


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, siempre he creído que la modernidad no tiene que ver con la tecnología, sino con las relaciones sociales, y que los avances civilizatorios se miden en cuán simétricas, cuán igualitarias somos capaces de establecer las relaciones entre los seres humanos.
Los chilenos se han alzado durante todas estas semanas ante las injusticias. Pero si hay una injusticia que ha acompañado toda nuestra historia, no solo la de Chile, sino también la universal, es la discriminación de que son víctimas permanentemente las mujeres.
Por tanto, el principal desafío que tenemos es generar una verdadera igualdad de género con un importante cambio cultural, en que los hombres aprendamos a estar al lado o detrás de las mujeres.
Ese es el desafío.
Por eso lo que se vota hoy no es secundario. Da cuenta de la forma en la cual vamos a desarrollar un proceso constituyente para garantizar que la diversidad de Chile se exprese de la mejor manera en la Convención Constitucional, y que, por tanto, la ciudadanía, todas y todos, seamos protagonistas de la elaboración de una nueva Constitución, que deje de ser un factor de división como ocurre con la Carta actual y se transforme en un elemento de unidad.
Cuando Lucila Godoy Alcayaga, Gabriela Mistral, fue reconocida con el Premio Nobel de Literatura en 1945, no tenía derecho a voto en su propio país, en Chile.
En 1934 se aprobó la normativa que concedió, para las elecciones municipales, el derecho a voto de las mujeres. Se realizó por primera vez su participación en 1935, y tuvieron que pasar casi dos décadas para que recién en 1952 las mujeres pudieran votar en la elección presidencial, en la elección parlamentaria y, lo más importante, para que fueran candidatas. Y la iniciativa respectiva fue patrocinada por Senadores de un amplio espectro político: Arturo Alessandri; Marmaduke Grove, fundador del Partido Socialista; Horacio Walker, falangista, y, por cierto, Salvador Allende Gossens.
Aquel constituyó un salto civilizatorio fundamental, que si bien tuvo que ser suscrito solo por hombres -porque hasta ese entonces solo hombres conformaban el Congreso Nacional-, fue el resultado de la organización de las mujeres que se movilizaron por el derecho a sufragio. Y por eso conviene y vale la pena recordar a Elena Caffarena y a Amanda Labarca.
Hoy ha acontecido lo mismo: las mujeres se han organizado, se han movilizado; han generado el orgullo nacional, de todas las chilenas y de todos los chilenos, de ver cómo han clamado y reclamado por sus derechos y porque tengamos una convención paritaria, desafío fundamental para lo que tenemos por delante.
Señor Presidente, lamento que este proyecto no sea aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados y en el Senado.
Y lo digo con mucha humildad: aquellos que se han opuesto sistemáticamente a este tipo de iniciativas tendrán que dar cuenta ante la historia, porque cuando hace siete décadas se reconoció el derecho a sufragio a las mujeres también hubo quienes se opusieron.
Por ello quiero hacer un especial reconocimiento a todas las organizaciones de mujeres que se han movilizado: a la Red de Politólogas, quienes tuvieron un rol activo en la elaboración de este proyecto, y a todas las parlamentarias, de Gobierno y Oposición,...
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
... que empujaron porque este se hiciera realidad.
Insisto: un paso civilizatorio, un salto para establecer relaciones sociales sobre la base del respeto a la dignidad de todas y de todos y, también, del respeto a la diversidad.
Son muchas las tareas que quedan pendientes. Pero en este día histórico al menos no deberemos dar explicaciones de por qué Chile no tiene una convención constitucional paritaria.
Con la Primavera Árabe, Túnez, país musulmán del norte de África, eligió a quienes redactaron su nueva Constitución a través de un sistema paritario. Por eso resulta francamente absurdo que haya quienes se opongan todavía a que en pleno siglo XXI Chile no tenga paridad en el proceso constituyente.
Y digámoslo con toda claridad: si el proceso constituyente va a ser paritario, resulta imposible, afortunadamente, que el próximo Congreso Nacional...
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Su Señoría dispone de un minuto adicional para finalizar su intervención.
El señor ELIZALDE.- Decía, señor Presidente, que si el proceso constituyente y la convención constitucional van a ser paritarios -y lo señalo con toda fuerza-, será imposible, afortunadamente, que los congresos nacionales que se elijan en el futuro por votación democrática no lo sean.
¡La paridad llegó para quedarse!
Voto a favor del informe de la Comisión Mixta.
--(Aplausos en tribunas).