Click acá para ir directamente al contenido
ESTABLECIMIENTO DE NORMAS SOBRE COMPOSICIÓN, ETIQUETADO Y COMERCIALIZACIÓN DE FERTILIZANTES


El señor QUINTANA (Presidente).-A continuación, corresponde ocuparse en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece normas sobre composición, etiquetado y comercialización de los fertilizantes, con informe de la Comisión de Agricultura y urgencia calificada de "simple".
--Los antecedentes sobre el proyecto (12.233-01) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 51ª, en 1 de octubre de 2019 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Agricultura: sesión 87ª, en 18 de diciembre de 2019.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- El principal objetivo de este proyecto es establecer disposiciones sobre parámetros de calidad, composición, clasificación, envasado, declaración, etiquetado y trazabilidad aplicables a la fabricación, formulación, producción, comercialización, tenencia, importación y exportación de fertilizantes.
La Comisión de Agricultura discutió este proyecto solamente en general, y aprobó la idea de legislar por tres votos a favor y uno en contra. Se pronunciaron a favor los Senadores señora Aravena y señores Castro y Elizalde, y en contra, la Senadora señora Rincón.
Cabe tener presente que la letra c) del número 3 del artículo 19 de la iniciativa tiene el carácter de norma orgánica constitucional, por lo que para su aprobación requiere 24 votos favorables.
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en las páginas 24 y siguientes del informe de la Comisión y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
Es todo, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Presidente).- Muchas gracias, señor Secretario.
En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Presidente de la Comisión de Agricultura, Senador Álvaro Elizalde.


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, voy a informar esta iniciativa, en segundo trámite constitucional, que establece normas sobre composición, etiquetado y comercialización de los fertilizantes (boletín N° 12.233-01), que tiene su origen en un mensaje del Presidente de la República y que busca mejorar los estándares de calidad, composición, etiquetado y trazabilidad de la producción e importación de fertilizantes en Chile. Asimismo, pretende modernizar la legislación que regula la materia, a fin de precisar su composición físico-química y mejorar los sistemas de información de los usuarios. Ello, en un contexto en que los fertilizantes representan hasta el 30 por ciento de los costos de producción en la agricultura.
Hoy los fertilizantes están someramente regulados en el decreto ley N° 3.557, que establece disposiciones de protección agrícola, y en la resolución N° 1.035, del SAG, de 2011, que en lo medular se limitan a consagrar los márgenes de tolerancia de los fertilizantes simples y compuestos.
Además, es dable consignar que actualmente el Servicio Agrícola y Ganadero no cuenta con facultades para regular los fertilizantes, ni para restringirlos por motivos de calidad, ni para determinar las exigencias y parámetros de control.
Por eso, este proyecto de ley entrega nuevas facultades a este Servicio respecto de los fertilizantes para los efectos de controlar el cumplimiento de la obligación de declarar los parámetros de calidad según las características particulares de cada fertilizante, además de la composición físico-química, y para regular en forma amplia este tipo de insumos, indicando las especificaciones de los parámetros de calidad, los que deberán estar informados en la correspondiente etiqueta o adjuntados a la boleta, factura o guía de despacho.
A su vez, se faculta al Servicio Agrícola y Ganadero para establecer los procedimientos de toma de muestras para el análisis de la composición de los fertilizantes al objeto de constatar que su contenido es el mismo que se indica en la etiqueta. Esto, en un contexto en que en los últimos cuatro años el 57 por ciento de las muestras no cumplieron con la normativa vigente.
Asimismo, se incorpora la obligación de inscripción en el Registro Único Nacional, que llevará el SAG, de los fabricantes, productores, comercializadores, importadores y exportadores de fertilizantes.
Cabe hacer presente que esta iniciativa, entre otros, define a los fertilizantes y a los biofertilizantes, lo que fue un requerimiento de los gremios del sector.
Con todo, se dispone que el fiscalizador del cumplimiento de esta ley será el Servicio Agrícola y Ganadero, el cual podrá, por resolución fundada, prohibir la importación, fabricación, distribución y comercialización de fertilizantes que constituyan un riesgo para la salud humana y vegetal.
Además, se consagra que podrá sancionar a quienes infrinjan esta ley con una multa a beneficio fiscal que va desde cinco a mil unidades tributarias mensuales, dependiendo de la falta que se configure.
Con respecto al informe financiero, debo señalar que este proyecto de ley irrogará un mayor gasto fiscal en régimen de 319 millones 740 mil pesos y supondrá un ingreso de 80 millones 160 mil pesos en el tercer año y de 113 millones 721 mil pesos en el cuarto año, los que se derivarán del cobro de tarifas por la inscripción en el registro de usuarios y por la autorización de los fertilizantes y biofertilizantes que se distribuyan en el país.
Por todo lo anterior, en el entendido de que esta iniciativa sin duda constituye un avance en relación con la regulación que hoy existe respecto de los fertilizantes, y considerando también que mejorará la trazabilidad de los productos agropecuarios, la mayoría de los miembros presentes de la Comisión de Agricultura, Honorables Senadores señora Aravena, señor Castro y quien les habla, aprobaron la idea de legislar en la materia, con el voto en contra de la Honorable Senadora señora Rincón.
Es todo cuanto puedo informar, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Juan Pablo Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, estamos en el debate en general de una necesidad. Diría que el dato más brutal que demuestra esta necesidad es el que acaba de entregar el Senador Elizalde como informante del proyecto: que cerca del 50 por ciento de las muestras de lo que se comercializa en nuestro país no se condice con lo que señalan las etiquetas de los envases de los productos.
Es decir, aproximadamente la mitad de lo que nos venden como parte del paquete tecnológico de fertilizantes para un país que quiere ser una potencia agroalimentaria es etiquetada en forma inadecuada por los productores.
Y, probablemente, las distorsiones pueden ser mayores o menores -uno le puede conceder eso a algunos productores-, pero lo cierto es que, si efectivamente vamos a aspirar a ser un país que cumpla una función central en la producción de alimentos en el siglo XXI, lo debemos hacer de una manera en que la trazabilidad sea completa. Uno debe saber qué tipo de productos está comiendo, con qué se produjeron.
Señor Presidente, tenemos mucha necesidad de avanzar en esta materia. Hay varias cosas que a mí no me gustan del proyecto en particular, pero siento que caminar en esta dirección es importante, porque tiene que ver con la información que todo consumidor debe poder considerar y evaluar antes de tomar una decisión respecto a qué consume.
Muchos de los que representamos zonas rurales sabemos que hay productos o fertilizantes de diferente naturaleza. Y es positivo que uno pueda tener la información en ese sentido: saber cómo se produce, cuál es la trazabilidad y cuál, el alcance.
Si esto lo tuviéramos también para los diferentes tipos de agrotóxicos, daríamos otro salto.
Probablemente, esa debería haber sido la prioridad.
En definitiva, quiero señalar que este proyecto apunta en la dirección correcta. Puede tener -reitero- déficits y ser inadecuadas algunas de sus definiciones; pero todo lo que permita trazabilidad es muy importante. Deseo subrayar aquello.
Es cierto que los fertilizantes se usan no solo para alimentos, ¡es cierto!; también se utilizan para otras cosas. Sin embargo, en la medida en que afecten el medio donde vivimos, que afecten lo que comemos, que haya acumulaciones, creo que vale la pena avanzar en el debate de este proyecto, para ver si podemos llegar efectivamente a contar con un marco jurídico, como en otros casos, que nos permita cumplir nuestra meta de ser una potencia agroalimentaria y donde tengamos mejor trazabilidad de lo que le echamos a la tierra, con lo que ayudamos o debilitamos los procesos de crecimiento posterior de diferentes productos vegetales, muchos de los cuales consumimos a lo largo de nuestra vida o muchos de los cuales exportamos.
En ese espíritu, señor Presidente, voy a votar a favor del proyecto, entendiendo que tiene márgenes de perfeccionamiento, de orientación, de énfasis, que es lo que nos preocupa a algunos respecto de ciertas ideas generales que están en el texto propuesto por el Ejecutivo.
He dicho.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, en tiempos en que se habla mucho, una y otra vez, de la supuesta desconexión entre el Gobierno y las necesidades de la ciudadanía, bueno, este es un proyecto que viene a resolver una temática que hace bastantes años estaba en boca de los agricultores, en especial de aquellos que se dedican a la exportación de productos agrícolas, quienes manifiestan su preocupación por la calidad de los fertilizantes que se comercializan en el país.
Esta iniciativa de ley busca establecer disposiciones sobre parámetros de calidad, composición, clasificación, envasado, declaración, etiquetado y trazabilidad aplicables a la fabricación, formulación, producción, comercialización, tenencia, importación y exportación de fertilizantes.
Esta idea la quiero destacar, porque surge de una necesidad planteada por la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno y porque es un tema recurrente importantísimo para los agricultores. La SAGO es una organización en la que participan los agricultores de nuestra región y planteó esta idea en un seminario organizado por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA).
Es una necesidad altamente anhelada por el sector agrícola por varios motivos; pero esencialmente por la seguridad de que nuestros cultivos sean beneficiados con los productos que se aplican, de que son inocuos para el ser humano, de que no afectan el medio ambiente y, también, de que corresponden a las características ofrecidas.
El fertilizante puede llegar a representar el 30 por ciento del costo de los agricultores, cifra relevante pero es un gasto muy necesario para la producción agrícola.
En tiempos de cambio climático, donde cada gota de agua cuenta y cuando los terrenos sufren de estrés hídrico, los fertilizantes son un componente vital para los miles de chilenos que día a día viven esforzadamente de la agricultura.
Determinar sus componentes y que el etiquetado corresponda a lo que se entrega constituyen elementos mínimos de información que debe constar en el producto. A esto se agrega el establecimiento de un registro que va a permitir tener en línea las características de cada producto aprobado y que sea comercializado en nuestro país, lo que, sin duda, ayudará a la transparencia y la calidad de la información.
Pero nada de esto sería útil sin la adecuada fiscalización. Esperamos que el Estado tenga en este sentido una herramienta adaptable, pero firme, para sancionar las infracciones a esta normativa, la que esperamos que entre en vigencia a la brevedad.
Por eso, señor Presidente, apruebo este proyecto de ley.
El señor QUINTANA (Presidente).- Senadora Carmen Gloria Aravena, tiene usted la palabra.


La señora ARAVENA.- Señor Presidente, quiero valorar al Ministerio de Agricultura, a nuestro Gobierno por haber generado un proyecto de este tipo.
Si bien concuerdo con varios señores Senadores en que es imprescindible hacer mejoras -la mayoría de ellas son de carácter técnico-, me parece muy muy importante que se regule esta materia en un país que hoy día tiene gran parte de su producción en el extranjero; que es líder agroindustrial, principalmente en el rubro de las frutas, y donde casi el 40 por ciento del costo de la producción agrícola está vinculado a los fertilizantes.
Por un lado, existe una gran preocupación de los productores agrícolas del país, principalmente de los pequeños, en el sentido de que los insumos que están adquiriendo correspondan efectivamente a lo que se señala en los envases. Y no cabe duda de que el registro y la mejor supervisión que hará el SAG van a contribuir a que los gramos de nutrientes especificados en las etiquetas tengan mayor certeza.
Por otro lado -esto es algo no menor-, toda incorporación de fertilizantes, de productos químicos, de los ingredientes que van en estos elementos queda en el suelo y también -por qué no decirlo- va lixiviándose y pasa a ser parte constituyente de los cursos de agua en las diferentes zonas agrícolas. Por lo tanto, es importante evaluar la capacidad que tengan el suelo y el agua para degradar con mayor rapidez estos productos, con el propósito de que disminuyamos la contaminación por los efectos de una agricultura que es necesaria, que da mucho empleo y que produce alimentos para el país, pero que debe ser cada día lo más inocua posible.
En ese contexto, me parece que medir parámetros de calidad, realizar los muestreos que correspondan, definir los bioestimulantes y hacer los análisis bioquímicos respectivos es sumamente necesario.
Creo que la atribución que le estamos dando al Servicio Agrícola y Ganadero es indispensable. Espero que dicho organismo tenga, poco a poco, los presupuestos que ello requiere, porque de una u otra manera se necesitan profesionales calificados, laboratorios especializados y, sin duda, dado que nuestro país es muy extenso, muchas zonas agrícolas requieren que esta fiscalización no se centralice solo en Santiago y que los laboratorios puedan tener permanencia en cada una de las regiones de Chile. De lo contrario, la aplicación de la ley se tornará muy compleja.
En consecuencia, doy mi voto a favor del proyecto, señalando simplemente que desde hace mucho tiempo debimos haber provisto de esta función al Ministerio de Agricultura.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora Ximena Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, considero importante intervenir en este proyecto de ley, que estudiamos en distintas sesiones de la Comisión de Agricultura.
En dicha instancia yo señalé que valoraba esta iniciativa, no obstante que esperaba hacer algunas precisiones y solicitar cierta información al Ejecutivo.
Entre esas precisiones estaba el reclamar por que no pudiéramos avanzar en el proyecto de ley que prohíbe el uso de plaguicidas peligrosos para la salud humana, correspondiente al boletín Nº 6.969-01, de cuya moción soy autora; y por que no se le pusiera urgencia.
La verdad es que pasa el tiempo y no tenemos respuesta del Ejecutivo -debo decirlo: ni del actual ni de los anteriores-, en circunstancias de que vamos sumando informes de universidades y de organismos especializados, los cuales dan cuenta de envenenamientos e intoxicaciones producto del uso de plaguicidas.
Además, consulté al Ministerio del ramo sobre las atribuciones que tenía el Servicio Agrícola y Ganadero en materia de fertilizantes según la legislación vigente, y especialmente las razones por las cuales se establecía que el SAG iba a poder y no deber, mediante resolución fundada, prohibir la importación, fabricación, formulación, producción, distribución, tenencia y comercialización de fertilizantes que sean nocivos para la salud de las personas.
Asimismo -y también argumenté en ese sentido-, llamé la atención acerca del efecto de la ley sobre el presupuesto fiscal, porque, según el informe financiero que acompañó el Ministerio, el proyecto de ley irroga un mayor gasto fiscal en régimen de 319 mil millones de pesos, con un mayor ingreso de solo 113 mil millones de pesos para el cuarto año. Vale decir, hay mayores gastos que ingresos.
Pedí al Ejecutivo que fundamentara qué significaba esta medida y cómo impactaba en el país.
En la sesión siguiente hice presente que las respuestas dadas por el Ejecutivo eran insatisfactorias en virtud de los argumentos que paso a señalar:
-Primero, el personal que consideraba el informe financiero del proyecto de ley es insuficiente para asumir las nuevas tareas que se conceden al Servicio Agrícola y Ganadero, y no se precisa si los nuevos funcionarios se destinarán a funciones de fiscalización en terreno o a la implementación y administración del registro único de fertilizantes.
-Segundo, en lo que respecta a las facultades que se entregaban al SAG para prohibir la importación, fabricación, formulación, producción, distribución, tenencia y comercialización de fertilizantes, me manifesté en contra de que esta atribución fuera redactada en términos meramente facultativos, por considerar que debía ser imperativa para los funcionarios del Servicio.
-Finalmente, señalé que el proyecto de ley estaba mal formulado, porque no se indicaban los beneficios económicos que traía aparejada su aprobación.
Hago esta relación, señor Presidente, porque me parece importante que queden en actas los motivos por los cuales yo rechacé esta iniciativa.
Si bien es cierto que cabe la posibilidad de compartir una iniciativa de esta naturaleza, cuando el Ejecutivo no se hace cargo ni eco de estos planteamientos durante la discusión legislativa que se lleva a cabo en las Comisiones pertinentes, uno se enfrenta a la disyuntiva de aprobar, rechazar o abstenerse.
Por eso, cuando hemos visto que en otras mociones o en otras iniciativas del Ejecutivo -puedo citar lo que ocurrió con el pago a treinta días y la guía de despacho electrónica- en que muchos le hemos hecho presentes los peros o puntos de reparo y al final el tiempo nos da la razón, creo que uno debe tomar una decisión. Y en el caso del proyecto sobre las guías de despacho, mi decisión fue aprobar lo que el Ejecutivo estaba proponiendo.
Finalmente, el tiempo nos dio la razón cuando hicimos presente el problema que teníamos en ese ámbito. Sin embargo, el Ejecutivo insistió con indicaciones que no ayudan y en ese proyecto nos veremos embarcados en una discusión de Comisión Mixta, con todos los productores del mundo agroindustrial reclamándonos por una medida que no es posible aplicar.
No quiero que nos pase lo mismo en esta iniciativa, señor Presidente, que reconozco como necesaria pero que claramente resulta insuficiente desde el punto de vista de cómo está planteada.
Esa fue la razón por la cual me negué a respaldarla.
En esta oportunidad voy a abstenerme, y creo que necesitamos introducirle mejoras durante la discusión particular.
Gracias, señor Presidente.
El señor MOREIRA.- ¿Puede abrir la votación para que bajen los colegas que están en Comisiones?
El señor QUINTANA (Presidente).- La propuesta que queremos hacer, dado que hay tal vez doce a quince Senadores en las Comisiones unidas que están viendo el proyecto sobre paridad, es fijar un horario de votación una vez que terminemos el proyecto que nos ocupa y probablemente el siguiente, que está en el número 3 de la tabla.
El señor COLOMA.- ¿Pero a qué hora?
El señor QUINTANA (Presidente).- A las seis y media o a las siete.
El señor LETELIER.- ¡Seis y media, señor Presidente!
El señor QUINTANA (Presidente).- ¿Habría acuerdo?
Lo que pasa es que la sesión de hoy está citada hasta las 19:30.
Entonces, tampoco la idea es adelantar su término. O sea, la sesión termina cuando corresponde.
Por eso...
El señor QUINTEROS.- La podemos alargar.
El señor PIZARRO.- ¡A esa hora vamos a tener mayores problemas que ahora!
El señor QUINTANA (Presidente).- Así es.
Entonces, terminamos esta discusión y hacemos la votación acumulativa al final.
Muy bien.
Tiene la palabra el Senador Alejandro Navarro.


El señor NAVARRO.- ¡Jorge Mateluna es inocente y lo vamos a probar!
Señor Presidente, creo que hay un tema que aún no se ha saldado y, si eso es así, los miembros de la Comisión de Agricultura van a estar en la obligación de asumirlo.
Resulta que el virus ISA, la anemia infecciosa que afectó al salmón a partir del 2007, destruyó gran parte de la producción nacional de dicho cultivo.
De ser Chile el gigante mundial, un gigante con pies de barro, la producción se vino abajo: 40 mil empleos perdidos y millones de toneladas de salmón se dejaron de producir.
Y el debate que dimos en ese instante en Puerto Montt, en Aysén, se centró en que toda la legislación al respecto radicaba en el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, pero las vacunas y los antibióticos para combatir el ISA los tenía que aprobar el Servicio Agrícola y Ganadero. Además, el Ministerio de Salud y el Código Sanitario, particularmente la autoridad sanitaria, no podían intervenir porque, entre otras cosas, el ISA no afecta al hombre y, por tanto, se generaba un interdicto entre tres instituciones que no podían abordar un solo tema, que era el de la calidad o la condición de un virus que afecta a la naturaleza, a los peces y que, independientemente de que no afecte al hombre, implica una problemática de salud.
El proyecto de ley que se nos ofrece hoy día, como ha señalado Iván Vidal, en representación del Consejo de Decanos de las Facultades de Agronomía de las Universidades del Cruch, busca establecer la eficacia agronómica y la ausencia de efectos secundarios o perjudiciales para la salud y el medio ambiente.
Y en relación con este último aspecto, el profesor Vidal expresa que "está débilmente tratado en este proyecto de ley, puesto que únicamente señala que los fertilizantes no generen daño a la sanidad vegetal". ¿Y el medio ambiente? Porque todos sabemos que los fertilizantes van a parar a los ríos, ya que la lluvia lava los campos, arrastra los sedimentos, llegando a los ríos y, luego, al mar. Entonces, ¿por qué el tema medioambiental queda excluido?
Me parece que lo propuesto no concuerda en absoluto con lo que Chile ha proclamado en la COP25 ni con nuestra preocupación ambiental. O sea, cuando legislamos para establecer el alcance del contenido de los fertilizantes, no solo su etiquetado, sino el análisis preventivo a fertilizantes nacionales e importados, señalamos que el servicio evaluará si analiza o no los fertilizantes importados, es decir, dejamos a criterio del Director del SAG si se hacen o no los exámenes.
Leía recién la literatura disponible en internet sobre la agencia norteamericana que certifica el ingreso de productos agrícolas. ¡Nada más feroz, nada más terrible, nada más duro que el control que hace Estados Unidos para los alimentos y para todo producto que ingrese desde el exterior a su territorio! Son revisados, probados, analizados en su origen. No solo examinan los productos cuando ingresan a sus fronteras, sino que también van al punto de origen, ponen inspectores norteamericanos que examinan cómo se producen. Esa es la trazabilidad. No solo les interesa lo que llega, sino dónde se origina y cómo se produce.
Está muy claro que en esta materia los fertilizantes tienen problemas en Chile. El DDT hace treinta, cuarenta o cincuenta años por cierto que causó graves problemas de deformaciones en fetos, y miles de niños nacieron con deformaciones. Y se trataba de un producto que no tenía dificultad de salud pública.
Por tanto, señor Presidente, creo que la voluntad del Ejecutivo está clara, pero la ausencia del efecto del fertilizante en materia ambiental es inaceptable, al igual que este control aleatorio para productos importados y nacionales.
Respecto del costo, los representantes de las empresas de fertilizantes señalan que no habrá costo asociado para ellas. Pero a mí me preocupa eso, porque no puede la industria plantear como argumento que el control no va a traer mayor costo a la empresa.
Me parece que este proyecto debe ser revisado.
Yo me voy a abstener, señor Presidente, porque considero que en estas circunstancias tan especiales un producto de esta naturaleza debe tener un mejor informe preliminar.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
He dicho.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, este proyecto de ley tiene por finalidad, por si no se han dado cuenta algunos, fortalecer las facultades fiscalizadoras del SAG en materia de fertilizantes, sobre todo en lo referente a su composición y etiquetado.
Me parece oportuno y necesario avanzar en este aspecto, tal como ha sido planteado no solo por los ambientalistas, sino también por los propios productores, como la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno.
El país ha efectuado un enorme progreso al mejorar la información y etiquetado de los alimentos, persiguiendo con ello que su consumo no afecte la salud de las personas.
En ese contexto, un mal etiquetado de estos fertilizantes puede generar efectos en los alimentos producidos y también sobre el medio ambiente, en especial en los suelos y el agua.
Digámoslo con claridad: el uso de productos -de origen natural o no- para estimular el crecimiento de las plantas o para eliminar patógenos que lo inhiben está en directa relación con la calidad de los productos alimenticios.
Y este es el objetivo del proyecto.
Sin embargo, hay un segundo aspecto que la iniciativa en cuestión no toca -y acá lo ha mencionado el Senador Navarro-: su impacto sobre el medio ambiente.
¿Cómo se comportan los fertilizantes sólidos al entrar en contacto con el agua pluvial?
¿El arrastre de los fertilizantes hacia los cursos de agua tiene impacto sobre la calidad de estos?
¿Cómo afecta a la fauna el consumo de agua con alto contenido de nutrientes?
¿Qué ocurre con el uso de los fertilizantes líquidos y cómo reaccionan en el ambiente?
Las preguntas son variadas y cubren un amplio espectro.
El etiquetado de los fertilizantes debiera detallar, junto con la información de las propiedades del producto y la manera de utilizarlo, la forma en que reacciona el fertilizante en contacto con el agua, el aire y el suelo. El proyecto no menciona estos aspectos, y creo que es fundamental tratarlos por su importancia y relevancia medioambiental.
No puedo dejar de mencionar en esta etapa de la discusión del proyecto lo relacionado con la contaminación de los ríos en la Región de Los Lagos y en otras regiones por el alga didymo, cuyo origen todavía se encuentra en estudio, pero que ha alterado la vida de la fauna acuática y de aquellas especies que se encuentran en los alrededores.
El uso de productos químicos para las labores agrícolas y el alto contenido de nutrientes que arrastran las aguas por el uso de fertilizantes están bajo estudio y observación en el desarrollo del didymo.
En tal sentido, es probable que el uso de ciertos fertilizantes sea incompatible con las características ambientales de las regiones del sur austral de Chile, lo que debería ser mencionado en el etiquetado para, en consecuencia, impedir su comercialización.
Hoy más que nunca debemos ser precavidos en el uso de fertilizantes para estimular el desarrollo de los cultivos.
El proyecto también deja fuera de sus normas lo referente a los plaguicidas, que son productos de origen químico o biológico que atacan microorganismos u hongos que afectan el crecimiento vegetal. Plaguicidas y fertilizantes muchas veces se confunden, sobre todo cuando son de origen biológico, y aquí debemos efectuar una discusión en cuanto a si es necesaria la incorporación de los primeros al proyecto en discusión. Algunos técnicos así lo mencionan.
Cada vez estamos más conscientes y alertas sobre el cuidado del medio ambiente. Solo la Región de Los Lagos posee importantes acuíferos que es necesario proteger de patógenos, de metales pesados y contaminantes. La vida de las aves migratorias, de una importante fauna terrestre, de mariscos filtradores y de peces depende de que podamos garantizar la calidad del agua, de que esté libre de agentes contaminantes.
Nos hemos preocupado de la contaminación que producen las grandes concentraciones de la población -de hecho, durante el año 2019 la contaminación del lago Llanquihue llegó a los tribunales de justicia-, sin embargo, la contaminación por fertilizantes y plaguicidas sigue siendo una materia oculta, pero que ya no podemos soslayar.
He dicho, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, la verdad es que las últimas intervenciones se han ido refiriendo a distintas aristas del tema de fondo, pero escabullen una pregunta central y que, a mi juicio, es la que tiene que motivarnos respecto de esta votación, que es en general, tal como ha dicho el Presidente: ¿Es necesario o no establecer normas sobre composición, etiquetado y comercialización de fertilizantes?
Ahí está la pregunta. Esa es la idea. Ese es el concepto. Yo sé que hay otros temas que uno puede asociar, y que obviamente están vinculados a discusiones que no son nuevas, pero que han sido complejas en la historia de Chile y de este Parlamento.
Pero creo que la médula, la raíz de este proyecto está bien inspirada. O sea, a mí me parece bien que haya fiscalización de los fertilizantes, con parámetros claros de calidad, como su granulado, la dureza, la solubilidad, el pH, la composición físico-química; o que la etiqueta contenga la composición hasta centesimal de los elementos nutrientes; que mejoren las capacidades del SAG en términos de fiscalización y de conocimiento exacto sobre cómo se está usando ese tipo de fertilizantes; que este organismo lleve el registro respecto de los participantes de la cadena productiva -claro, podremos llegar con el tiempo a la trazabilidad total, pero obviamente es un avance que hoy día no existe-; y que se incorporen los bioestimulantes, que es un tremendo tema en la biología, y no solo respecto de los productos agrícolas, sino de la ciencia en general. A mi juicio, todo esto apunta en un sentido correcto: dar mayor transparencia, mayor información con relación a un elemento que es vital en el mundo actual y en el futuro.
Si alguien cree que la sociedad moderna no puede usar fertilizantes, está equivocado. Son parte de la productividad, del desarrollo de zonas en las que de otra manera sería imposible hacer agricultura. Todos los pronósticos maltusianos probablemente cayeron y todas las políticas antinatalidad que se basaron en que el mundo no tendría capacidad de alimentación han ido cayendo estrepitosamente por el avance del ingenio del hombre, de la ciencia. Y, obviamente, los fertilizantes cumplen un rol muy decisivo.
Ahora bien, nuestro deber es ver cómo podemos utilizar ese elemento, propio de hace varios siglos, de una manera más informada, que claramente no genere perjuicios indeseados en la agricultura y, mucho menos, en la salud de las personas.
Pero esto es un avance muy importante, muy significativo.
Aquí existe un esfuerzo en serio por generar normas respecto de tres elementos claves.
En primer lugar, la composición. Se llega hasta la identificación centesimal de cada elemento que posee un fertilizante. Muchas veces cuando uno compra -estamos hablando de productos complejos en su organización, que no son simples- no siempre sabe exactamente lo que puede contener. Y a veces, obviamente, el conocimiento puede impedir un uso equivocado o excesivo que genere un efecto negativo, no solo desde la perspectiva de la salud, sino también desde el punto de vista de la productividad.
En segundo término se aborda el etiquetado. Este debe ser el reflejo exacto de cómo se han ido generando los fertilizantes, que hoy día poseen orígenes muy diversos.
Y también se considera la comercialización. Se establecen obligaciones para contar con más información, mayor transparencia. Adicionalmente, en un mercado moderno, uno puede ir comparando si los componentes son los adecuados, son los equivalentes respecto de otros productos, y sesgar de buena manera, porque el sesgo puede ser positivo en la medida que haya información más precisa y correcta.
Por su naturaleza, este es un proyecto de ley exigente en cuanto a su quorum, y está bien que así sea, porque este es un cambio de estructura muy profundo.
A aquellos que han planteado eventuales rechazos o abstenciones, por temas ajenos o anexos al asunto mismo, les pediría que lo reflexionaran, porque creo que lo que corresponde es tratar de apoyar la idea de legislar -por algo es discusión en general-, pues habrá espacio para incorporar indicaciones más adelante.
Chile, su agricultura, su mundo rural requieren una nueva ley en esta materia. Por eso, a lo menos nosotros, vamos a votar a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora Carmen Gloria Aravena.
La señora ARAVENA.- No, señor Presidente. No he pedido la palabra.
El señor QUINTANA (Presidente).- Puede intervenir el Senador Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, este proyecto, que corresponde a un mensaje presidencial, está bien inspirado y busca establecer un aumento en las facultades que hoy día posee el Servicio Agrícola y Ganadero.
Estamos hablando de la posibilidad cierta de fiscalizar los fertilizantes, que inciden en un 30 por ciento en el costo de la producción agrícola.
Este es un tema que en su oportunidad fue levantado por la Sociedad Agrícola de Osorno y Agrollanquihue, que manifestaron la necesidad de poder fiscalizar en forma adecuada los fertilizantes y generar su trazabilidad.
Pero hay un tema adicional, que planteó el Senador Quinteros, que dice relación con el impacto no solamente en el medio ambiente, sino también en la salud. Por ejemplo, es positivo realizar estudios epidemiológicos que nos permitan generar un perfil a nivel del país respecto a determinadas patologías que se producen, y en que pudiera haber eventualmente un impacto de los fertilizantes. Es útil y oportuno tener una trazabilidad de los fertilizantes.
Por tanto, es necesario contar con un etiquetado en que estén los parámetros de calidad, la composición centesimal; establecer el conocimiento de la autoridad fiscalizadora respecto de determinados temas, por ejemplo, si los fertilizantes se comercializan a granel o envasados, o en estado sólido o líquido, o la eficacia agronómica de los insumos; establecer un registro; determinar una fiscalización de los bioestimulantes. Por supuesto, todo ello hoy día adquiere una importancia fundamental para poder vender la marca país.
En ese contexto, y teniendo en cuenta que nuestro modelo exportador está basado fundamentalmente en un sistema en que los productos derivados de la tierra generan un impacto determinante, es absolutamente necesario contar con una trazabilidad.
En consecuencia, creo que el proyecto está bien inspirado.
En la Comisión de Hacienda se discutió respecto de los plazos para tener efectivamente el reglamento de la ley. Este es un tema que se ha debatido largamente. El proyecto establece un año; el Diputado Lorenzini señaló en su oportunidad que deberían ser nueve meses. El Ejecutivo está dispuesto a realizar un esfuerzo importante. Pero para ello es útil, es conveniente despachar rápidamente esta iniciativa.
Por eso, aprobaremos este proyecto de ley, que va en la dirección correcta.
El señor QUINTANA (Presidente).- Se encuentra de cumpleaños la Senadora Carmen Gloria Aravena. ¡Muchas felicidades, señora Senadora!
El señor DURANA.- ¿Y el regalo?
El señor CHAHUÁN.- ¡El regalo!
La señora ARAVENA.- Muchas gracias, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador José Miguel Durana.


El señor DURANA.- Señor Presidente, el proyecto tiene como principal objetivo regular los parámetros de calidad, a través del conocimiento del ciclo de vida de un fertilizante, y establecer su trazabilidad aplicable a la fabricación, comercialización, tenencia, importación y exportación de fertilizantes.
La normativa en estudio viene a solucionar los problemas derivados de las discrepancias existentes entre lo señalado en los envases de los fertilizantes y su contenido y, además, establece una obligación de declarar para todos quienes los utilizan, sea con fines agrícolas u otros, a través de la inscripción en un registro único nacional.
La iniciativa dispone que el Servicio Agrícola y Ganadero, entre otras facultades, podrá, mediante una resolución fundada, prohibir la importación, fabricación, formulación, producción, distribución, tenencia y comercialización de fertilizantes que constituyan un riesgo para la salud humana o animal o para la sanidad vegetal. A la vez, obliga a los mismos sujetos a informar respecto de la calidad y composición, actualizando la normativa de acuerdo con los avances técnicos que se vayan introduciendo en materia de fertilizantes y con las necesidades del sector agrícola, sin perjuicio de las facultades que asistan a los demás órganos de la Administración del Estado.
Estas disposiciones de control son bienvenidas, sobre todo para una región como la de Arica y Parinacota, donde la importación ilegal de fertilizantes desde Bolivia y Perú y su consecuente uso generan efectos nocivos en la erosión de los suelos de los valles de Azapa y de Lluta.
Por ello, la implementación de esta normativa se debe enmarcar en una política de cuidado de nuestra tierra cultivable de forma sustentable. Y quienes trabajan seriamente y apegados a las normas se van a ver beneficiados, porque se reconocerán las facultades del país de origen para eximir de este proceso a los fertilizantes importados.
También valoramos que se establezcan normas especiales en materia de requisitos para los productos destinados únicamente a la exportación, de manera que se dé cumplimiento a los estándares internacionales exigidos, aprovechando la condición bifronteriza que tiene nuestra región.
Señor Presidente, anuncio mi voto a favor del proyecto de ley.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador José García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, lo que hace este proyecto del Ejecutivo es ampliar las facultades del Servicio Agrícola y Ganadero en una materia tan importante y sensible como es la administración y buen uso de los fertilizantes, el establecimiento de normas para su adecuada comercialización, de tal manera que se sepa exactamente qué se está aplicando a la tierra o a productos determinados. Esto, por supuesto, en la perspectiva de tener una agricultura cada vez más desarrollada y que se internacionalice cada vez con mayor fuerza.
En tal sentido, señor Presidente, resulta bien curioso, por decir lo menos, que el SAG, en el cumplimiento de esta misión, solo posea facultades respecto de fertilizantes sólidos y no sobre fertilizantes líquidos. Es algo bien sorprendente y, por lo tanto, ampliar las facultades de este Servicio, que es lo que propone este proyecto de ley, resulta estrictamente indispensable en estos tiempos.
Anuncio mi voto favorable.


El señor QUINTANA (Presidente).- No hay más inscritos.
El acuerdo es dejar pendiente esta iniciativa para votarla entre las 19 y las 19:30 horas, antes del término del Orden del Día.
En consecuencia, pasamos al siguiente asunto de la tabla.
--Queda pendiente la votación del proyecto.
ESTABLECIMIENTO DE NORMAS SOBRE COMPOSICIÓN, ETIQUETADO Y COMERCIALIZACIÓN DE FERTILIZANTES
El señor QUINTANA (Presidente).- Señor Secretario, entiendo que el primero de esos proyectos es el que analizó la Comisión de Agricultura, el cual, además, contiene normas de quorum especial, ¿verdad?
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Así es, señor Presidente.
Corresponde votar en general la iniciativa que establece normas sobre composición, etiquetado y comercialización de los fertilizantes, con informe de la Comisión de Agricultura.
Efectivamente el proyecto contiene normas de rango orgánico constitucional, por lo que requiere para su aprobación 25 votos favorables.
El señor QUINTANA (Presidente).- En votación general.
El señor LAGOS.- ¿Cuántos votos son?
El señor QUINTANA (Presidente).- Son 25.
Reitero: estamos votando el proyecto que establece normas sobre composición, etiquetado y comercialización de los fertilizantes, con informe de la Comisión de Agricultura. Además, contiene normas con quorum especial. La discusión general ya se hizo.
Les rogaría a Sus Señorías que permanezcan en la Sala. Les repito que se harán las votaciones de cinco proyectos, una tras otra.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
El señor QUINTANA (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba el proyecto en general (29 votos a favor y 2 abstenciones), dejándose constancia de que se reunió el quorum constitucional requerido, y se fija plazo para presentar indicaciones hasta el lunes 27 de enero, a las 12 horas.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Ebensperger, Muñoz y Órdenes y los señores Araya, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García, García-Huidobro, Guillier, Harboe, Huenchumilla, Insulza, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prohens, Pugh, Quintana, Quinteros y Sandoval.
Se abstuvieron la señora Provoste y el señor Navarro.
El señor QUINTANA (Presidente).- Se deja constancia de la intención de voto afirmativo de la Senadora señora Aravena.