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FORTALECIMIENTO DE JUNTAS DE VECINOS Y DEMÁS ORGANIZACIONES COMUNITARIAS


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, este proyecto contiene innovaciones muy importantes y largamente esperadas por las organizaciones comunitarias: mayor incidencia en la discusión de proyectos que afectan su territorio; habilitación para actuar judicialmente en representación de los intereses de la comunidad; nuevas normas para evitar los conflictos de interés entre dirigentes y autoridades municipales; juntas territoriales que fortalezcan la capacidad de acción de juntas de vecinos hoy dispersas dentro de una misma unidad vecinal; acceso más fluido y justo a la infraestructura comunitaria disponible en los territorios, y posibilidad de financiamiento de los gastos de funcionamiento de las organizaciones dentro de los fondos que reciben para la ejecución de proyectos.
Todas estas son demandas que vienen planteando los dirigentes vecinales desde hace muchos años y que este proyecto recoge acertadamente. El diagnóstico es muy conocido: debilidad de las organizaciones, dificultades para su financiamiento, pocas atribuciones, desconfianza y baja participación.
A pesar de esto, las juntas de vecinos siguen presentes y activas en la vida comunitaria, tanto en el mundo urbano como rural, constituyendo una contraparte fundamental para la acción de los municipios.
Es cierto que, en forma paralela a ellas, existen muchas otras organizaciones que han ido surgiendo alrededor de demandas específicas o agrupando segmentos particulares. En los últimos años han crecido los clubes de adulto mayor, los comités de seguridad vecinal y las organizaciones de usuarios de la salud, ambientalistas y culturales. También han nacido colectivos de todo tipo para impulsar o rechazar determinados proyectos. En el mundo rural, y producto de la megasequía que afecta al país, ha aumentado el número de comités de agua potable rural.
Pero las juntas de vecinos son las únicas organizaciones sociales que logran agrupar el conjunto de las preocupaciones, intereses y demandas de la comunidad, permitiendo canalizarlas con una perspectiva más general.
Esto es particularmente relevante en el marco de la realidad política actual, marcada por la debilidad de las instituciones en general y hasta del propio sistema democrático, que ha desembocado en un estallido social.
La movilización de la gente, especialmente de los jóvenes; los centenares de cabildos realizados; la gran convocatoria que tuvo la reciente consulta organizada por la Asociación Chilena de Municipalidades; la masiva participación que se espera para el plebiscito del 26 de abril, son todos signos, señales evidentes de que se ha abierto un nuevo ciclo.
Por lo tanto, este proyecto es completamente pertinente. Incluso, es posible que se quede corto, puesto que el actual marco constitucional constituye una limitación para avanzar más allá en varios de sus objetivos.
Por estas razones, votaré a favor de la idea de legislar.
Señor Presidente, se autorizó abrir la votación, pero con el tiempo adecuado.
Me voy a permitir tomarme un par de minutos en esta, la última sesión del año 2019, para compartir una breve reflexión.
Este ha sido, sin lugar a dudas, un año inusual y complejo, marcado por la molestia de la ciudadanía frente a la profunda desigualdad generada por el modelo económico vigente, por la desconfianza hacia las instituciones y por el desprestigio de la actividad política y de nosotros, los políticos.
Este año que termina hemos atestiguado, con dolor e impotencia, cómo el respeto por los derechos humanos es todavía, para un sector de nuestra sociedad, una cuestión relativa, su violación justificable y su responsabilidad omisible.
Confío, sin embargo, en que el año que está por comenzar traerá consigo la oportunidad de impulsar los cambios que el país reclama.
Desde la bancada socialista, estamos totalmente disponibles para avanzar durante el 2020 en reformas profundas que den respuesta efectiva a las demandas que, con tanta fuerza, claridad y valentía, la ciudadanía ha expresado en estos meses.
Reformas profundas en pensiones, que resuelvan las carencias de los adultos mayores de hoy y que aseguren el bienestar a los jubilados del futuro, sobre la base de un sistema solidario y equitativo y, sobre todo, alejado de las manos de quienes solo buscan lucrar con los recursos de todos.
Reformas en salud, que garanticen una atención de calidad a partir de un seguro universal que no deje a nadie en el desamparo, en el que las isapres sean solo un seguro complementario y las farmacias, especialmente las grandes cadenas, cobren un precio justo por aquellos medicamentos que el Estado no pueda garantizar.
Reformas en educación, que definitivamente devuelvan a la educación pública las cualidades de calidad, inclusión y excelencia que perdió a manos de los privados que, al igual que en la salud y la previsión, convirtieron la enseñanza en un negocio, y que garanticen a los estudiantes universitarios que nadie quedará sin estudiar por falta de recursos o endeudado por décadas con instituciones financieras.
Reformas al empleo, que aseguren estabilidad, salarios dignos y un trato laboral adecuado, con tiempo libre para la familia y el descanso, con movilidad laboral y opciones de perfeccionamiento y capacitación.
El año 2019 pasará a la historia como un punto de inflexión en el que ha quedado instalada la idea de que Chile debe ser distinto. Estoy seguro de que desde este Senado sabremos estar a la altura de lo que la ciudadanía nos exige. Pocas veces en la vida tenemos la oportunidad de mirar de frente a la historia y menos todavía la opción de incidir en el curso de esta.
Hoy nosotros estamos enfrentados a ese momento. El 2020 debe ser el año de los cambios profundos, reales y positivos. Y es también la oportunidad de que demostremos que la actividad política es un aporte y no un obstáculo para el desarrollo del país.
Quiero saludarlos y desearles lo mejor en este año que ya comienza: que sea un espacio de crecimiento para el país y un tiempo que nos permita restituir la confianza y la dignidad de la política como una buena herramienta para cuidar la democracia y garantizar el bienestar de Chile y de cada uno de sus habitantes.
He dicho.