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ESTABLECIMIENTO DE NUEVOS BENEFICIOS EN SISTEMA DE PENSIONES SOLIDARIAS


El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto de ley, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República, en segundo trámite constitucional, que mejora y establece nuevos beneficios en el sistema de pensiones solidarias, con informe de las Comisiones de Hacienda y de Trabajo y Previsión Social, unidas, y urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (13.091-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 80ª, en 4 de diciembre de 2019 (se da cuenta).
Informe de Comisiones:
Trabajo y Previsión Social y Hacienda (unidas): sesión 81ª, en 4 de diciembre de 2019.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Las Comisiones unidas dejan constancia de que aprobaron el proyecto de ley en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados, por la unanimidad de sus integrantes.
Cabe hacer presente que los artículos 1 y 2 permanentes y primero, segundo, tercero, cuarto y quinto transitorios revisten el carácter de normas de quorum calificado, por lo que requieren 22 votos para su aprobación.
Es todo, señor Presidente.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Muchas gracias, señor Secretario.
En discusión general y particular la iniciativa.
Tiene la palabra el Senador Ricardo Lagos Weber, Presidente de la Comisión de Hacienda.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, hace escasos minutos, en sesión conjunta, las Comisiones de Trabajo y de Hacienda votaron en general y en particular el proyecto de ley relativo a las pensiones básicas solidarias.
El objetivo de la iniciativa, en términos bien directos, es mejorar los montos de los beneficios de los actuales y futuros pensionados en el sistema de pensiones solidarias, asegurar una pensión de monto constante a los futuros pensionados bajo retiro programado con pilar solidario, y establecer un nuevo beneficio, el cual consiste en garantizar en el pilar solidario que la pensión por retiro programado no será inferior al valor de la pensión básica solidaria.
Para dar una dimensión de qué estamos hablando, se trata básicamente, entendiendo que se está haciendo referencia al pilar solidario y no al pilar contributivo -esta es una materia que se aborda en un proyecto presentado por el Gobierno, que todavía está en discusión, en trámite legislativo-, de introducir una mejora en el más corto plazo posible a la pensión básica solidaria, asimilándola a un nivel equivalente al de la línea de pobreza, conforme a una demanda que se planteó hace bastante tiempo.
Teniendo presente que acá hay esfuerzos razonables de mejoramiento de las pensiones, se intenta comprimir este aumento en el sentido de considerar una tasa de gradualidad en el menor tiempo posible.
A estos efectos, se determina en concreto un incremento del 50 por ciento para la pensión básica solidaria (PBS) y para la pensión máxima con aporte solidario (PMAS), desde diciembre de este año, respecto de los beneficiarios mayores de ochenta años.
Adicionalmente, para los pensionados de setenta y cinco a setenta y nueve años se incrementa la PBS y la PMAS en 30 por ciento en enero del 2020, y el aumento acumulado llega a 50 por ciento en enero del año 2021.
Y, finalmente, los pensionados menores de setenta y cinco años -este es el último tramo- van a recibir un incremento en la PBS y la PMAS de 25 por ciento en diciembre de este año, de 40 por ciento en enero de 2021 -es decir, en un año más-, para llegar posteriormente a un acumulado de 50 por ciento el 1 de enero del año 2022.
Los beneficiados por este sistema con edad menor a los setenta y cinco años, en el caso de la PBS, son más de 200 mil personas; en el rango de entre setenta y cinco y setenta y nueve años son más de 94 mil personas, y quienes están por encima de los ochenta años son más de 104 mil personas.
En cuanto al APS, las cifras van desde las 500 mil personas, en el caso de los menores de setenta y cinco años; sobre las 676 mil personas, tratándose del tramo de setenta y cinco a setenta y nueve años, y por encima de 226 mil personas en el caso de quienes superan los ochenta años.
Si a eso sumamos las pensiones por invalidez, que son alrededor de 300 mil, en total estamos hablando de un beneficio para más de 1 millón 560 mil pensionados en Chile.
Sin perjuicio de lo que señalará la Ministra del Trabajo en términos de beneficios específicos, quiero manifestar que, junto con el aumento de la pensión básica solidaria, que será del 50 por ciento al cabo de dos años, se establecen también beneficios para los pensionados de retiro programado, determinándose que, una vez acabado su fondo, el sistema de apoyo estatal va a seguir vigente y suplementará su pensión de por vida.
En el caso de la pensión por invalidez, la persona que la percibe corre severos riesgos de perder ese beneficio, parcialmente o del todo, en caso de percibir un ingreso adicional. Hoy se pone fin a eso. Y, además, se establece que aquellas personas que al momento de pensionarse o jubilarse no cumplan con los requisitos de la pensión básica solidaria, si con el devenir del tiempo pasan a cumplirlos, van a poder, con la ley nueva, beneficiarse de esa pensión, posibilidad de la que hoy estaban excluidas.
Estos son beneficios bien sustantivos que, en consecuencia, no solamente se traducen en el aumento de la pensión básica solidaria y del APS, que es significativo, de un 50 por ciento, sino que además, con las tres medidas que acabo de señalar, permiten que se expanda el universo de las personas favorecidas con esta iniciativa.
Señor Presidente, ese es el contenido del proyecto. Espero que estemos en condiciones de aprobarlo. Está con "discusión inmediata" y, como dijo el señor Secretario, contiene normas de quorum especial.
Eso es cuanto puedo informar.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra la Presidenta de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, Senadora Adriana Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señor Presidente, no agregaré nada más a lo expuesto por el Presidente de la Comisión de Hacienda, porque ha reflejado muy nítidamente cuál fue el debate que tuvimos en la Comisión.
Solo voy a puntualizar algunos temas, por cuanto lo que hemos logrado hoy día forma parte de un proceso de trabajo que iniciamos hace bastante tiempo, en el marco de la Ley de Presupuestos del año 2020 y a raíz de una indicación inadmisible que venía desde la Cámara de Diputados, que establecía un aumento de 50 por ciento para el 2020 de todo el pilar solidario sin gradualidad por tramos de edad, como se ha aprobado en esta ocasión.
Cabe puntualizar que, gracias a esa indicación inadmisible presentada en la Cámara Baja, se logró abrir acá un espacio de debate y de búsqueda de acuerdos para aumentar significativamente la pensión del pilar solidario. Y de un 10 por ciento inicial que propuso el Gobierno se pasó a un 20 por ciento y hemos llegado a un 50 por ciento, cuyo pago se va a iniciar para todos los tramos establecidos -ochenta años y más, setenta y cinco a setenta y nueve años y sesenta y cinco a setenta y cuatro años- a partir de ahora, vale decir, diciembre de 2019.
Considero que será una muy buena noticia para el millón 500 y tantos mil pensionados del pilar solidario recibir en diciembre este importante aporte que se ha logrado en el marco del debate de esta iniciativa.
Además, señor Presidente, como esto fue parte de un acuerdo que se trabajó en las Comisiones unidas de Hacienda y de Trabajo, quiero dejar constancia en el debate de la Sala para la historia de la ley -también lo señalé en la Comisión- que hubo elementos, tal como indicó el Presidente de la Comisión de Hacienda, que modificaron en algunos aspectos el pilar solidario, contenido en la ley No 20.255, del año 2008.
Creo que es importante dejar eso consignado, pues es la primera modificación sustantiva que se hace a dicho cuerpo legal.
Por otro lado, señor Presidente, me parece muy importante que los acuerdos se cumplan.
Yo me encontré con la sorpresa hoy día en el debate particular del proyecto de que se incorporaron disposiciones con relación al pilar contributivo, al decreto ley No 3.500, en circunstancias de que para dar el acuerdo yo había solicitado en las semanas anteriores no incluir en este debate el pilar contributivo del decreto ley No 3.500, pues esa es una discusión que debemos hacer en profundidad, de acuerdo con lo que muchos acá representamos, y no dar señales complejas al país.
Ello -y lo quiero dejar muy claramente establecido-, porque con esta buena noticia para los beneficiarios del pilar solidario no se va a dar respuesta a las expectativas que tienen muchos pensionados del país en el sentido de que sus malas pensiones, sus tan esmirriadas pensiones sean objeto de un cambio en estos días.
Me parece muy relevante que nosotros demos una señal de pedagogía en la línea de que este mejoramiento solo abarca las pensiones más bajas del pilar solidario.
Por lo tanto, señor Presidente, pienso que hay que tomarse en serio los acuerdos, la buena voluntad y la disposición para destrabar situaciones complejas, para no encontrarse posteriormente con sorpresas, como lamentablemente me tocó verlo en el día de hoy, tramitando una modificación al decreto ley No 3.500 con relación a las rentas vitalicias y al retiro de excedentes de libre disposición.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador Lagos Weber.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, no informé algo respecto a la forma de financiamiento del proyecto.
Esta iniciativa originalmente iba a incrementar las pensiones a partir de enero.
Lo que se hizo, producto del marco de entendimiento al que se llegó hace un par de semanas y que fue ratificado por la Cámara de Diputados, es que este aumento comenzará a ser pagado o enterado a partir de ahora, en diciembre.
Para esos efectos, el texto del proyecto venía con un artículo transitorio en el cual no quedaba clara -y esto lo hicieron ver la Senadora Muñoz y el Senador Letelier, con la plena coincidencia de todos- la fecha en que debía dejarse constancia del inicio del pago, aunque posteriormente se dilucidó que sería a contar de diciembre de este año.
Ese tema se conversó con la Dirección de Presupuestos, que va a hacer las precisiones correspondientes una vez que se asignen los recursos respectivos.
Muchas gracias.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Antes de darle la palabra a la señora Ministra del Trabajo y Previsión Social para que dé a conocer el marco del acuerdo, le solicito formalmente una explicación acerca de lo relativo al decreto ley No 3.500, tema al cual ha hecho referencia la Senadora Adriana Muñoz.
Somos muchos los que hemos entendido que el cambio al sistema debe ser bastante más de fondo, pues eso era parte del acuerdo.
Es difícil enterarse ahora de ello.
El señor NAVARRO.- ¿Y de quiénes es ese acuerdo?
El señor BIANCHI.- ¡De varios!
El señor CHAHUÁN.- ¡De la mayoría!
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Por eso, mejor escuchemos la explicación de la Ministra.
Tiene la palabra, señora Ministra.


La señora ZALDÍVAR (Ministra del Trabajo y Previsión Social).- Señor Presidente, comenzaré aclarando esas dudas a fin de despejarlas y luego voy a entrar al fondo del proyecto.
La razón por la cual se incorporó esa indicación, que se hizo a solicitud de algunos parlamentarios, responde a que en la actualidad para el retiro de excedentes de libre disposición se debe cumplir una serie de requisitos, uno de los cuales es recibir una jubilación -la actual ley así lo dice- superior a la pensión máxima con aporte solidario.
Como estábamos modificando, y de manera muy sustancial, la pensión máxima con aporte solidario, que hoy día es de 320 mil pesos pero que, producto del incremento en un 50 por ciento, estaba llegando a 488 mil pesos, casi 500 mil pesos, lo que nosotros de alguna manera estábamos haciendo, de seguir indexada la posibilidad de retirar excedentes de libre disposición a este valor mayor, era llevar a que menos personas pudiesen retirar excedentes de libre disposición y que aquellas que estaban en condiciones lo hicieran por un monto menor.
Por lo tanto, el objetivo de esta norma es mantener o garantizar ciertos derechos que hoy día se hallan establecidos en la ley, porque en ningún caso una normativa posterior puede afectar derechos que una persona ya tenía o ser más gravosa.
Entonces, la razón de la modificación dice relación exclusivamente con que ese retiro está vinculado exclusivamente con la ley del pilar solidario.
Ahora, con respecto al pilar solidario y la modificación a la ley No 20.255, ¿qué es lo que se busca con esta iniciativa? Lo que se persigue es que el millón y medio de personas que son hoy día beneficiarias del pilar solidario, ya sea por pensiones de vejez o pensiones de invalidez; personas que nunca en su vida cotizaron o que, habiéndolo hecho en el sistema antiguo, no tuvieron derecho a pensión; personas que, habiendo cotizado en el sistema antiguo o en las AFP, no lograron financiar pensiones por un monto superior a los 320 mil pesos -a 488 mil pesos a futuro con estas modificaciones-; personas que hayan optado por retiro programado o por renta vitalicia, o personas que reciban pensiones de sobrevivencia -y con esto estoy incorporando a la totalidad de los pensionados, esto quiero dejarlo muy claro-, puedan ver incrementado el monto de sus pensiones.
La ley No 20.255 establece un reajuste anual en el mes de julio sobre la base del IPC, pero ahora se estimó necesario incrementar los montos de esas pensiones hasta en un 50 por ciento.
Eso es lo que Sus Señorías están aprobando ahora. Es decir, que todas esas personas a las cuales me he referido obtengan un aumento de un 50 por ciento en el beneficio que el Estado les financia.
Ahora, la ley en proyecto no solo incorpora este beneficio -que es el gran beneficio, el que se ha dado a conocer-, que tiene una gradualidad de aproximadamente veinticuatro meses y que financiará a un millón y medio de chilenos, sino que además contempla tres nuevos beneficios que hoy en día no existen.
Para quienes no lo saben, las personas que gozaban de pensiones de invalidez y recibían ingresos laborales se veían expuestas, eventualmente, a perder los beneficios del pilar solidario.
Y eso nos parece muy contradictorio, sobre todo cuando tenemos una Ley de Inclusión mediante la cual lo que queremos hacer es incorporar en plenitud a aquellas personas con el objeto de que puedan desarrollarse cien por ciento.
Es por eso que en esta modificación legal estamos buscando que los ingresos laborales no se consideren para los fines de calcular su vulnerabilidad y solo se tomen en cuenta cuando ellos estén muy por encima de determinado parámetro, que hoy en día son 500 mil pesos.
Cualquier persona que perciba una pensión de invalidez y que reciba ingresos laborales por un monto inferior a los 488 mil pesos no va a perder los beneficios que actualmente tiene, pues esos ingresos no serán considerados.
En segundo lugar, existía un verdadero drama con aquellas personas que, perteneciendo al 60 por ciento más vulnerable, habían llegado al momento de pensionarse, a los sesenta y cinco años, y su pensión era 1 peso, 10 pesos, mil pesos superior al límite. Esa persona optaba por el retiro programado y veía que el monto de su pensión bajaba sustancialmente a lo largo de su vida y, dado que no había entrado a los sesenta y cinco años, nunca más obtenía los beneficios de parte del Estado. Esto se corrige.
Si la pensión de una persona, producto del retiro programado, baja y ella se encuentra dentro del 60 por ciento más vulnerable, el pilar solidario le va a garantizar al menos el monto de una pensión básica solidaria.
Y, en tercer lugar, todas las personas que acceden actualmente al pilar solidario, que será más elevado, porque llegará hasta los 488 mil pesos como pensión de corte, tendrán la posibilidad, si optan por retiro programado, de beneficiarse con una pensión vitalicia de monto garantizado.
Lo anterior quiere decir que no les va a bajar el monto de su pensión, que las pensiones de sobrevivencia se van a garantizar tal como corresponde, y que para poder acceder a eso la persona primero va a usar sus fondos y en caso de que falten los recursos, ya sea para pagar esta pensión de manera vitalicia o para financiar sus pensiones de sobrevivencia, el Estado será el que ponga la totalidad de los recursos.
De esta manera, corregimos tres situaciones sumamente injustas, muy complejas y que me imagino que ustedes las habrán visto a diario en sus territorios: personas con pensión de invalidez que trabajan informalmente para no perder los beneficios; personas que no accedieron al pilar solidario y que hoy día están en una situación más desmejorada que otras; y personas cuyas pensiones han bajado de manera sustantiva y que no tienen necesariamente los recursos para poder financiarse cuando llegan a una edad más avanzada.
Ese sería en resumen, señor Presidente, el contenido del proyecto de ley que se encuentra en este momento para consideración del Senado.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Muchas gracias, señora Ministra.
Tiene la palabra la Senadora Carolina Goic.
El señor PIZARRO.- Quiero hacer una propuesta, señor Presidente.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Disculpe, señora Senadora. Le daré primero la palabra al Senador Pizarro para que haga su planteamiento.
El señor PIZARRO.- Perdón, Senadora Goic.
Señor Presidente, obviamente, analizamos el proyecto en su compleja parte técnica y con todo lo que implica el acuerdo que habíamos adoptado, y se aprobaron por unanimidad todos sus artículos, después de las aclaraciones y el debate adecuado.
Tenemos citada, en estricto rigor, esta sesión hasta las 9 de la noche y nos queda por ver un proyecto más. Por tanto, mi sugerencia es, como están todos los artículos aprobados por unanimidad, hacer una sola votación en el entendido de que cada cual podrá fundamentar su voto.
Creo que eso nos podría ayudar.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- ¿Habría acuerdo para pronunciarse, en una sola votación, sobre los ocho artículos?
Acordado.
Senadora Goic, tiene la palabra.


La señora GOIC.- Señor Presidente, quiero partir señalando que lo que hacemos hoy día es una buena noticia para muchos pensionados. Pero además, tal como planteaba la Senadora Muñoz, Presidenta de la Comisión de Trabajo, ello es producto de un acuerdo, lo que debemos destacar, pues en un tiempo muy rápido, con mucha celeridad, le hemos dado cumplimiento. Es bueno cumplir los acuerdos, sobre todo cuando benefician a los adultos mayores.
Asimismo, debo señalar que esta no es la reforma previsional, que sigue pendiente, y espero que la podamos ver en el Senado prontamente. Pero sí es un paso, de alguna manera es un ladrillo, un cimiento fundamental en nuestro sistema previsional y en nuestro sistema de protección social.
Cuando en la reforma del 2008 se crea el pilar solidario, en la discusión efectuada instalamos como principio que en nuestro país las personas mayores, los hombres y mujeres de más de sesenta y cinco años, tenían derecho a sus ingresos, a su propia pensión. Por lo tanto, no debían ser carga de un hijo, no se les contemplaba ese ingreso, aunque vivieran con él. No eran castigados porque durante su vida activa tuvieran una casa. Eso no se considera en este caso para calcular si están dentro del 60 por ciento más vulnerable y, en consecuencia, tienen derecho al pilar solidario.
Era un piso de dignidad.
Eso fue lo que hicimos cuando se creó el 2008, en el Gobierno de Michelle Bachelet, el pilar solidario, que aprobamos varios de nosotros.
Hoy día damos otro paso. Es decir, ningún adulto mayor en nuestro país con su pensión va a quedar bajo la línea de pobreza. Me parece que eso es muy importante en términos de dignificar a nuestros adultos mayores.
Se implementa con una gradualidad. A todos -¡a todos!- nos hubiera encantado que se hubiera materializado altiro el aumento del 50 por ciento, para llegar a ese piso de dignidad. Pero esa gradualidad es bastante acotada. Se hizo un esfuerzo relevante, pero además con seriedad, con el respaldo de los recursos para tal fin.
Y no solamente lo hicimos respecto de nuestros adultos mayores. También se estableció un piso de dignidad para las personas con discapacidad, a quienes les dimos un margen, un respiro, para no perder su pensión si accedían a un trabajo, también cuando se creó el pilar solidario. Y hoy día decimos: "No van a ser castigados si ingresan al mundo del trabajo, porque queremos un mundo más inclusivo para las personas con discapacidad".
Creo que eso es muy importante.
Quiero agradecer a la Ministra por haber puesto el tema, porque esto no estuvo inicialmente en el acuerdo. Pero si podíamos hacerlo hoy día y dar esa señal, es fantástico. Y debo destacarlo: es una buena noticia, un paso. Lo importante es que sigamos avanzando.
Porque es cierto, hoy día se aumenta la cantidad de beneficiarios, que llegará a un millón y medio de pensionados, quienes van a recibir en un momento, dentro de veinticinco meses, un aumento de 55 mil pesos en su pensión. Pero también se incrementa la cantidad por el aumento del tope de la pensión a la cual se puede acceder con aporte previsional solidario.
Eso reviste mucha importancia.
Lo propuesto hoy día es para quienes no cotizan y tienen la pensión básica solidaria. Sin embargo, también es para un universo que sí ha cotizado pero que queda con pensiones bajo 488 mil pesos y está dentro del 60 por ciento más vulnerable.
Esos son los criterios, señor Presidente.
Pero creo que debemos tener la misma celeridad para aquellos pensionados de clase media y que son igual de pobres, pues tienen la misma necesidad de aumentar hoy día sus pensiones.
Ahí hay un compromiso, y es parte del acuerdo asegurar que estén los recursos fiscales para que eso pueda darse desde el primer día, a la par de ir aumentando la cotización que tenemos que usar en forma solidaria, para permitir también el aumento de las pensiones de aquellas personas de clase media hoy día, no solamente del 60 por ciento más pobre y vulnerable.
Junto con eso, y con la creación de un sistema mixto de pensiones de verdad, debemos ver cómo modificamos las actuales administradoras de fondos de pensiones. O sea, cada vez que uno habla de los 551 millones de dólares de utilidades que obtuvieron en los primeros nueve meses de este año, que representan un 70 por ciento más que las utilidades del 2018, resulta claro que la gente nos pida tener igual celeridad. Pongamos un límite a esas utilidades. Además, establezcamos que sobre ese límite se reparta entre los fondos de los trabajadores.
Por ello, quiero invitar a este Parlamento, a quienes estamos aquí, a los representantes del Ejecutivo, a los Ministros a que avancemos con rapidez, porque ahí también nos están esperando, porque también se trata de adultos mayores que requieren avanzar en dignidad.
Voto favorablemente, y destaco el trabajo que hicimos con mucha generosidad, tanto en la Comisión de Hacienda como en la de Trabajo; el impulso de los Diputados, y también la seriedad para sacar adelante hoy día este proyecto.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, este es un día muy importante para 1 millón 600 mil pensionados de nuestro país.
Por fin, el Congreso Nacional va a despachar un proyecto enviado por el Presidente de la República para concretar una promesa de mucho tiempo: el mejoramiento de las pensiones básicas solidarias de vejez, de las pensiones básicas solidarias de invalidez y de los aportes del pilar solidario.
Y digo que es importante porque, como bien lo señaló alguien que me antecedió, este ha sido un largo proceso, con encuentros y desencuentros. Y, finalmente, vamos a poder decirles a nuestros pensionados que se están reajustando sus pensiones, que estamos avanzando en materias tan importantes como las que señaló la Ministra del Trabajo, a quien aprovecho de felicitar. Hasta ahora se les decía que la pensión básica solidaria de invalidez no la podían mantener si estaban trabajando. Pero ahora el trabajo que debían ocultar lo podrán desarrollar transparentemente, porque los ingresos que obtengan por él no van a afectar el beneficio de la pensión básica solidaria de invalidez. Eso, qué duda cabe, es un gran gran avance. No es solo el reajuste de las pensiones; son estos avances a los que también se refería la señora Ministra del Trabajo.
Hay personas que a los sesenta y cinco años se pensionaron a través de la modalidad de retiro programado, fueron perdiendo o disminuyendo significativamente el monto de su pensión y, sin embargo, no podían ser tomadas por el pilar solidario a los setenta y cinco u ochenta años porque la ley no lo contemplaba. Ahora sí serán acogidas y tendrán asegurada una pensión mínima, lo cual me parece que también es otro avance significativo.
Lo mismo ocurre con la garantía de la pensión. A pesar de que los fondos en una AFP vayan disminuyendo, no se afectarán, finalmente, los beneficios por concepto de sobrevivencia.
Por eso creo que este es un día importante, un día en que por fin les vamos a poder dar a nuestros pensionados una muy buena noticia.
Por supuesto que tenemos desafíos pendientes. Todos nosotros sabemos que los pensionados a través del sistema de AFP están reclamando que nos hagamos cargo del bajo monto de sus pensiones. Y debemos hacerlo. En la Cámara de Diputados se encuentra un proyecto de reforma previsional y existe buena voluntad para subir la cotización y destinar un porcentaje prioritario de ella a tener un sistema de reparto y de esa forma poder mejorar las pensiones.
El Gobierno, durante la discusión del Presupuesto 2020 y también durante la discusión de estos proyectos de ley, ha manifestado su disposición a poner recursos fiscales para que durante el período de transición, mientras se vayan acumulando los recursos de la nueva cotización, pueda haber un mejoramiento de las pensiones.
Pero necesitamos construir un acuerdo político, necesitamos construir un acuerdo legislativo. Y tenemos que hacerlo con prontitud, con rapidez, porque no podemos transmitir el mensaje de que quienes han ahorrado -algunos por más años, otros por menos- pueden recibir pensiones incluso más bajas que las que estamos aprobando hoy día.
Eso, por supuesto, no es justo con personas que han dedicado toda su vida a trabajar y que también han hecho un tremendo esfuerzo por ahorrar para su pensión de vejez.
Debemos actuar con la mayor urgencia posible. Con el mayor rigor técnico, por supuesto, pero, a la vez, con la mayor urgencia posible.
Señor Presidente, termino expresando que los Senadores de Renovación Nacional concurrimos entusiastamente con nuestro voto favorable a la aprobación del proyecto, porque por fin vamos a poder decir que hemos cumplido con lo que nuestros adultos mayores nos han venido reclamando durante tanto tiempo.
Muchas gracias.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora Ximena Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, quiero partir por saludar y felicitar a los colegas que trabajaron este proyecto en las Comisiones de Hacienda y de Trabajo y, por cierto, tal como ya lo dijo el Senador Lagos Weber, también la labor que se realizó durante la discusión presupuestaria. Sin lugar a dudas, ha sido fundamental para llegar a este momento.
Quiero levantar el siguiente punto, señor Presidente.
Efectivamente, el acuerdo que se adoptó en las conversaciones fue no afectar el pilar contributivo para revisarlo en una ley específica. Pero aquí, al hacer esta modificación, se generaba un efecto indeseado que la Ministra explicó muy bien. Al subir el monto del aporte del Estado a la pensión de nuestros adultos mayores, se modifica uno de los requisitos para el retiro de excedentes de libre disposición. Y eso obviamente, desde el punto de vista del sistema, afecta los derechos de quienes ahorran, de quienes cotizan.
Por lo tanto, nos parecía fundamental que eso se tuviera en consideración al momento de legislar sobre la materia. Y agradezco al Ejecutivo que así lo hiciera.
Muchas veces varios de nosotros hemos reclamado por la titularidad de los fondos de pensiones. ¿De quiénes son? De los trabajadores. Y resulta que ahora, si la exigencia mínima de lo que debe tener ahorrado el trabajador aumenta, asimilándolo al cien por ciento de la pensión máxima con aporte solidario, lo que estamos haciendo es dejar retenidos en el sistema una mayor cantidad de fondos, lo que no parece justo.
Con el Senador De Urresti hemos hablado sobre esto. Él me dice: "Yo quiero un cambio y que abordemos el sistema en su conjunto". Y estamos de acuerdo: veámoslo, pero sin afectar, de manera indirecta, los ahorros de los trabajadores. Y eso es lo que el Ejecutivo, único titular en estas materias, hizo con la indicación.
Tenemos muchos más asuntos que discutir respecto de las pensiones y nuestro sistema previsional y, tal como indicó quien me antecedió en el uso de la palabra, debemos discutirlos acabadamente, precisando claramente su impacto.
Cuando las ganancias de las AFP, tal como señaló la Senadora Goic, superan los 500 millones de dólares y las pensiones que paga el sistema no son así de cuantiosas, obviamente que tenemos un tema que abordar. Pero no podemos, con normas indirectas, afectar los fondos o la titularidad de la propiedad de los fondos de nuestros trabajadores. Por eso era tan importante desacoplar la posibilidad del retiro de excedentes de libre disposición del aumento de las pensiones con aporte solidario del Estado.
Yo agradezco eso en esta discusión, así como a los colegas de Hacienda y de Trabajo, quienes recogieron ese planteamiento en la negociación y aprobaron la disposición pertinente. Los fondos son de los trabajadores y no podemos gravar la posibilidad de utilizarlos a través de esta normativa.
¿Quedan temas por discutir? Por cierto. ¿Es insuficiente la pensión? Sí, es insuficiente, pero aquello es lo que el Ejecutivo estuvo dispuesto a hacer y, obviamente, cuenta con el respaldo de esta Sala.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra, a continuación, el Senador Rabindranath Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Saludo, en primer lugar, a la señora Ministra, a quien le agradezco la buena disposición que siempre ha tenido para tocar diferentes temas.
Señor Presidente, cuando nos comparamos con los países de la OCDE, una de las principales diferencias que saltan a la vista se refiere al sistema de seguridad social.
En la mayoría de las naciones existe un robusto sistema de seguridad social que protege efectivamente a las personas en las diversas contingencias que deben enfrentar en la vida: en materia de salud, en el tema del desempleo o una vez que llegan a la edad de jubilar. Y la protección es responsabilidad primordial del Estado. Es lo que se llama "Estado de bienestar" que han construido países democráticos con niveles de desarrollo similares al nuestro.
Algo muy distinto es lo que ha imperado en Chile en las últimas décadas, en que han prevalecido soluciones individuales y privadas a problemas que son colectivos y públicos.
Esto es lo que hoy está cuestionando la ciudadanía, y por eso hablamos de la necesidad de reformas estructurales en estos ámbitos, que constituyen los tres pilares de la agenda social: salud, pensiones y salarios dignos.
En materia de pensiones, los chilenos tienen un juicio lapidario en contra del sistema de AFP, que es imposible de revertir.
Los chilenos piden pensiones justas para quienes han contribuido con su trabajo al desarrollo del país, cuyo monto no dependa únicamente del esfuerzo individual y la rentabilidad de las inversiones, y pensiones básicas que permitan satisfacer las necesidades esenciales de quienes por distintas razones no han cotizado.
El Gobierno planteó un mejoramiento del 20 por ciento, que en este Congreso, tan vapuleado, a través de la negociación sobre reforma tributaria y la Ley de Presupuestos, se logró mejorar sustancialmente hasta llegar al 50 por ciento, según rangos etarios.
Este es un primer paso para empezar a cambiar la realidad que viven millones de adultos mayores que deben seguir trabajando hasta avanzada edad o depender de la ayuda de sus hijos o de sus nietos para sobrevivir.
Los trabajadores no pueden pasar a ser pobres por el hecho de jubilar.
Celebro este avance. Hay que reconocerlo. Sin embargo, al mismo tiempo, hay que centrar la atención en los temas pendientes: temas sociales y también políticos, porque están íntimamente ligados; preocuparnos de la nueva Constitución, que debe ser la casa común, pero también de estos tres pilares de que he hablado: salud, pensiones y salarios dignos, que vienen a constituir el alhajamiento mínimo de esa casa de todos.
Naturalmente, todo esto requiere otro Estado, lejos del modelo subsidiario; otra cultura democrática, con mayor participación y control de los ciudadanos, y otra estructura tributaria, en que los que tengan más contribuyan también con más.
Como las pensiones son gastos permanentes, deben ser financiadas con ingresos permanentes, es decir, con mayores tributos.
De esta manera, señor Presidente, nos estaremos acercando al Estado de bienestar que se merece nuestro país.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, como todo en la vida, hay días buenos y días malos. Y creo que el de hoy, por lo menos hasta esta hora e independiente de otros temas que pueden ser más complejos, está siendo bueno.
Creo que todos debemos sentirnos parte de un proceso que, espero, culmine ahora con la aprobación del proyecto en debate y que responde a una necesidad social compartida durante décadas en este Congreso. No digo que tenga un final absoluto y totalmente feliz, porque, en este tipo de materias, uno siempre es más deudor que acreedor.
Esto tiene un significado muy profundo en la forma de hacer las cosas.
Quisiera valorar el esfuerzo económico que ha hecho el Gobierno, a nombre de todos los chilenos, porque, para darle un sentido económico, hay que decir que el primer año serán 750 millones de dólares, y al 2022, 1.500 millones de dólares. Estamos hablando de megacantidades, por así decirlo, que reflejan un esfuerzo fiscal inmenso, que, como todo en la vida, no es gratis. Va a suponer, obviamente, reasignaciones, dificultades o endeudamientos importantes que harán complejos los equilibrios económicos no solamente para este Gobierno, sino también para los que vengan.
Sin embargo, creo que había llegado el minuto en que había que dar el paso, y el Ejecutivo lo dio con decisión, con valentía.
Aunque, en general, no soy mucho de agradecer, quiero darle las gracias, señor Presidente, a la Ministra del Trabajo, no solo por su voluntad, sino también por su ánimo y su espíritu didáctico, porque los desafíos de quienes estuvimos en la Comisión fue entender las dificultades infinitas de los distintos sistemas previsionales que hay en Chile, que son completamente agobiantes de asumir, de comprender. Pero, cuando uno tiene buena voluntad, las asume. Aquello fue muy valioso y relevante, además, porque se realizó con un lenguaje simple de transmitir al ciudadano. E incluyo en mis agradecimientos al Ministro Ward, también aquí presente.
Asimismo, hay que considerar que esto obedece más a una lógica de entendimiento que de enfrentamiento. Porque es verdad: en la Comisión de Hacienda, a propósito de la discusión presupuestaria, y luego, en su momento, en la Comisión de Trabajo, hubo que tratar de ponernos de acuerdo en algunos niveles que no son fáciles, por cuanto este es el tipo de cosas donde las demandas son más bien infinitas, y las capacidades, muy complejas.
En todo caso, pienso que estamos generando un cambio muy importante: subir en 50 por ciento las pensiones de aquí al 1° de enero del 2022. Y en este punto reclamo por un problema comunicacional. La gente plantea: "¡A tres años!". ¡No! Es a dos años y veintiséis días, que es distinto. Por eso, creo que ahí tal vez cometimos una falta en la explicación.
El hecho es que, por gradualidad, habrá un incremento del 50 por ciento de las pensiones. Alguien me puede decir: "¡No es mucho!". Pero, oiga, cuando es el 50 por ciento, pasa a ser mucho. ¡Harto! ¡Significativo! ¡Mueve en algo la aguja! Claro, uno puede aspirar a cantidades mucho mayores, pero representa un esfuerzo histórico.
Creo que eso es extraordinariamente relevante y, a mi juicio, marca una forma de entenderse muy importante.
Por último, señor Presidente, dentro del escaso tiempo que me queda, no quiero dejar pasar un tema que el Gobierno abordó con mayor decisión el día de hoy, como es el cambio de la regla relativa a quien recibe una pensión de invalidez, ya que, a partir de la normativa en debate, esta última ya no será incompatible con un esfuerzo de trabajo remunerado formal. Según datos proporcionados por la señora Ministra, estamos hablando de más o menos 200 mil personas que tienen una pensión funcional a su discapacidad, pero obviamente, hay distintos grados y distintas oportunidades. A mí me ha tocado muchas veces, en la Región del Maule, hablar con personas a las que, por tener un porcentaje de pensión por invalidez, les resulta imposible, en la práctica, generar alguna actividad remunerada formal, lo que a veces genera frustración y a veces informalidad.
Creo que hay que poner cuidado en tener siempre reglas claras, porque por algo se da una pensión. Pero también es verdad -y le pido un último minuto, señor Presidente, para terminar- que, cuando uno habla de "Inclusión" (con mayúscula), de cambiar y mejorar las reglas, de brindar opciones, pocas cosas resultan más nobles que darle, a una persona que sufre una discapacidad, también la oportunidad de que se le abran las puertas para ejercer algún tipo de trabajo, cosa que hasta ahora era muy compleja, por la amenaza que implica respecto de la pérdida de su pensión.
Por eso, señor Presidente, pienso que este es un día importante, un día positivo; uno de aquellos de los que uno espera acordarse porque pasaron muchos años antes de que llegara. Generalmente, los chilenos somos malos para apreciar las cosas cuando se logran, y más bien buenos para oír a la gente cuando no se logran.
Bueno, ¡aquí estamos logrando algo!
Este un paso muy significativo, que valoro, aplaudo, y que ojalá marque, en esta materia, un antes y un después.
He dicho.
El señor QUINTANA (Presidente).- Senador Bianchi, tiene usted la palabra.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, creo que miles de adultos y adultas mayores nos están viendo en esta transmisión especial.
Parto aclarando un primer punto.
¿Es esta una reforma previsional? ¡No! ¿Se toca a las AFP? ¡No! Es más, con respecto al aporte solidario, constituido por platas que entrega el Estado, cabe señalar que los fondos son traspasados, mes a mes, a las AFP.
¿Es este proyecto un avance en cuanto a pensión básica solidaria y aporte solidario? ¡Sí! Es un importante avance. Y es lo que estamos discutiendo el día de hoy.
Hace algunos días, en la Región de Magallanes, hice un programa especial sobre esta materia, para intentar aclarar las dudas de personas que reciben pensión básica solidaria o aporte solidario del Estado acerca de cómo esta normativa producirá un efecto en sus pensiones.
Efectivamente, los mayores de ochenta años van a tener un incremento del 50 por ciento, pero también hay que decir que son los menos, desgraciadamente. Es un conjunto bastante menor. ¿Por qué? Porque la mayoría de los pensionados están entre los sesenta y cinco y los setenta y cinco años. Sin embargo, habrá un incremento en el tiempo, tal como lo han señalado la propia Ministra y las Senadoras y los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra.
Esto tendrá un efecto positivo en otras pensiones. Por ejemplo, toda persona que al día de hoy reciba una pensión de hasta 320 mil pesos va a tener un incremento de acuerdo con el monto que le paguen. Tanto es así que en un tiempo más el tope se elevará hasta las pensiones de 488 mil pesos.
Otra duda: aquellas personas que se pensionaron con aseguradoras, ¿van a tener también un aporte con este proyecto? Sí, van a tener un incremento en sus pensiones, tal como lo ratificó la señora Ministra.
¿Qué pasa con las viudas, con las montepiadas? ¿Van a experimentar un aumento? Sí, dependiendo, obviamente, del monto de sus pensiones.
Por eso, muchas Senadoras y Senadores han reclamado, con toda justicia, que acá se sumó un poco lo que tiene que ver con el decreto ley N° 3.500. Nosotros tenemos el profundo deseo de realizar un sincero y gran debate en esta materia, señor Presidente, por una sola razón: las pensiones en Chile no alcanzan para vivir en Chile. ¡Y es así!
¡Las personas pensionadas en nuestro país no pueden vivir en nuestro país con las pensiones que reciben!
Y por eso tenemos que entrar al debate de fondo, al debate de una reforma previsional que toque a las AFP. Estas hoy día miran desde afuera, desde arriba. ¡No han sido tocadas! Por lo tanto, todo sigue exactamente igual.
Aquí el esfuerzo lo ha hecho el Estado.
Efectivamente, luego de una negociación política entre parlamentarias, parlamentarios y el Gobierno, se llegó a un acuerdo final que produce un incremento -yo diría- algo más significativo que lo que se había propuesto en un comienzo, pero que claramente está muy por debajo de la línea de la pobreza, cuyo corte son los 420 mil pesos. Por tanto, la gran mayoría de las pensionadas y los pensionados en nuestro país está recibiendo mucho menos de lo que es la propia línea de la pobreza.
¡Y por eso, cuando uno se pensiona, comienza a ser pobre en este país, Presidente!
Cada persona adulta mayor, desde la puerta de su casa para adentro, vive otra realidad: donde ya no se alimenta como antes; donde no le alcanza para la calefacción; donde no le alcanza para los medicamentos; donde no le alcanza para los consumos básicos, ni menos para recreación. ¡Esa realidad es la que tenemos que enfrentar; esa realidad es la que debemos abordar!
¡Cómo hacemos para que las pensiones que se pagan en Chile alcancen para vivir en Chile y no sean una fábrica de pobreza para nuestros adultos mayores!
Voy a sumarme al voto favorable por esta propuesta que nos ha traído el Ejecutivo. Pero, sin duda alguna, llamo al Gobierno a abordar de una buena vez una profunda reforma previsional que toque a las AFP. ¡No le tengamos miedo a esa industria! ¡Toquemos a las AFP y generemos pensiones que sean dignas para nuestros adultos mayores!
El señor QUINTANA (Presidente).- Yo tengo el deber de informar a Sus Señorías que quedan diez Senadores inscritos y que hay un horario fijado para poner en votación el siguiente proyecto.
Entonces, no sé si habría acuerdo -simplemente lo pregunto- para reducir los tiempos de cinco a tres minutos.
El señor LAGOS.- ¡Después del próximo orador, que soy yo, no hay problema...!
El señor LETELIER.- ¡No, señor Presidente!
El señor BIANCHI.- ¡Es injusto!
El señor NAVARRO.- ¡No!
El señor QUINTANA (Presidente).- Bueno, no hay acuerdo.
Tiene la palabra el Senador Ricardo Lagos Weber.
El señor BIANCHI.- ¡Abra la votación, señor Presidente!
El señor NAVARRO.- No.
La señora ALLENDE.- Sí.
El señor LAGOS.- Yo no tengo problemas en que se abra la votación; total vamos a estar acá todo el rato.
El señor QUINTANA (Presidente).- Si le parece a la Sala, procedemos a votar.
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.


El señor LAGOS.- Seré breve, señor Presidente.
Me tocó informar el trabajo de la Comisión en esta materia, pero ahora quiero dar una opinión desde el punto de vista de la fundamentación de mi voto.
Deseo recordar el origen del proyecto que estamos discutiendo hoy día: era parte de la iniciativa global de reforma a las pensiones a la que hizo referencia el Senador Bianchi, pero que después se separó.
En ese proyecto original del Gobierno venía contemplado, como un gran atractivo a fin de incentivar el apoyo a la reforma más gruesa de las AFP, entre otras cosas, un aumento a la pensión básica solidaria. La amenaza era la siguiente: había que aprobar en diciembre la iniciativa porque, de lo contrario, no habría incremento para los adultos mayores en enero. El aumento era de 10 por ciento. Ese era el "candy", como se dice. ¡Era de 10 por ciento!
Vino el estallido social del 18 de octubre y, entre las primeras medidas que anunció el Presidente Piñera, estuvo el aumento de la pensión básica solidaria -dentro del mismo proyecto, obviamente- de 20 por ciento ahora.
Pero la crisis se extendió; el estallido social fue muy severo -no hace falta hablar mucho más de eso-, y el resultado de aquello fue que durante la discusión de la Ley de Presupuestos se acordó algo que no tiene que ver con ella: el compromiso de dividir el proyecto de pensiones del Gobierno y aprobar en una ley separada un aumento sustantivo de 50 por ciento.
¿Y por qué se buscó esa cifra? No fue fácil llegar a acuerdo con el Gobierno, porque ese porcentaje constituye un referente, que busca acercar la pensión básica solidaria a la línea de pobreza. Cualquier preferiría que el parámetro fuera, tal vez, similar al del ingreso mínimo o al de un ingreso mayor.
Pero hubo un sentido de urgencia: se acordó durante la discusión presupuestaria; luego fue a la Cámara de Diputados, y ahora estamos analizando dicho aumento acá.
Con todas las deficiencias que esto pueda tener, sin duda es un tremendo aporte para los adultos mayores que viven de la pensión básica solidaria.
Les quiero recordar que dicha pensión comenzó en el año 2008, en el Gobierno de la Presidenta Bachelet, cuando por primera vez se introdujo un concepto distinto en el sistema actual. Antes lo único que aportaba el Estado eran pensiones asistenciales básicas, y no alcanzaban ni siquiera para todos. Entonces, hubo algo más concreto, un cambio profundo.
Trato de ponerle mi mejor expresión corporal a esto, porque sí estoy satisfecho con el mejoramiento sustantivo que se alcanzó respecto del 10 por ciento que había. ¡Ahora es cinco veces eso!
Sin embargo, con la misma premura con que negociamos esto, con la misma premura con que están tratando de avanzar en el tema constitucional -la iniciativa debe estar aprobada a más tardar el 28 de diciembre para que el Servel pueda llevar a cabo el plebiscito en abril, y ojalá así ocurra-, yo sugiero que tengamos algún grado de compromiso entre nosotros y el Gobierno -y miren lo que les digo- para ponernos una meta en materia de reforma de pensiones. ¡Una meta!
Digan "abril", digan "mayo"; que esté promulgada para la Cuenta Pública presidencial. Vamos a discutir el contenido. Va a ser difícil, va a ser duro. Pero si no lo podemos sacar de aquí a junio, ya da lo mismo, porque eso significa que tenemos diferencias muy profundas.
Pongámonos esa meta, porque lo que nos están pidiendo las personas afuera son resultados concretos. La verdad es que este proyecto, una vez aprobado, va a ser el primer acuerdo concreto que no sea evitar el alza de 30 pesos en la tarifa del Metro -después de la "tendalá" que quedó, ¡quién lo iba a subir, obviamente!- o impedir un incremento en las tarifas eléctricas.
Creo que es desde el Senado, desde el Congreso, de donde podemos proveer estas soluciones, más allá de los cuestionamientos que hay sobre la clase política. Es desde acá.
Entonces, con la misma voluntad y disposición, pido que avancemos en el tema de pensiones, que es realmente un tema neurálgico para muchos chilenos, ¡neurálgico! Y si hay un compromiso formal de iniciar conversaciones pronto, con lo que sea necesario, saquemos un proyecto que esté promulgado para la Cuenta Pública del 1º de junio. Tal iniciativa va a ser discutida; va a ser peleada, pues habrá muchas diferencias. Pero fijemos esa meta con urgencia.
No puede ser que nos pongamos una meta urgente para la nueva Constitución porque se nos acaba el plazo y no hagamos lo mismo en materia de pensiones. Creo que podemos realizar las dos cosas simultáneamente, como lo vamos a hacer ahora: aprobamos esta iniciativa y después ver el proyecto relativo a los saqueos.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador David Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, sin duda, lo que ha señalado recién el Senador Lagos Weber grafica de mejor manera las voluntades e intenciones que nos animan desde el Congreso para avanzar en el cumplimiento de las demandas que nos ha puesto la comunidad.
Con frecuencia solemos ver el vaso medio vacío, pero aquí se ha hecho un cambio sustantivo en la atención de una necesidad que va a favorecer a poco más de un millón y medio de pensionados en diferentes ámbitos, quienes apreciarán este beneficio significativo, el cual se empieza a pagar a partir del mes de diciembre.
¿Cuántos pensionados trabajan en la informalidad para no perder, precisamente, sus pensiones solidarias, de vejez e invalidez? Son muchos adultos mayores los que se esconden para no perder tales beneficios. Pero a partir de hoy día no van a tener necesidad de ello.
Un millón de personas recibe el aporte solidario en nuestro país y casi 600 mil cobran la pensión básica solidaria. Y todas ellas verán incrementadas de manera sustantiva sus pensiones.
En las últimas semanas hemos hablado con diferentes gremios, asambleas y entidades. En nuestra Región de Aysén estuvimos, junto a la Senadora Órdenes, participando en una asamblea con adultos mayores. Y todos ellos nos planteaban la urgente necesidad de que se les mejoraran las pensiones y nos increparon para que actuáramos de manera consecuente con tal propósito.
Me reuní hace pocos días con la Asociación de ex Funcionarios Públicos, quienes planteaban sus necesidades respecto del pilar contributivo. Esperamos, como bien se dijo acá, que la reforma al sistema de pensiones, que hoy día se halla en tramitación en la Cámara de Diputados, avance en tal sentido.
Incluso más, recuerdo que, en el marco de entendimiento social, se suscribió también el compromiso de acelerar el proceso que permite mejorar los programas y las pensiones. Estamos hablando de una señal muy potente desde el punto de vista humano.
Solamente en el caso de mi Región de Aysén, son 6.803 las personas beneficiadas con aporte previsional solidario y pensión básica solidaria de vejez, y 1.501, con pensión básica solidaria y APS de invalidez. Estamos hablando, solo en el caso de mi región, de 8.304 beneficiarios. ¡Son 8.304 adultos mayores que nos están reclamando, nos están exigiendo, nos están planteando en esta disyuntiva su necesidad!
Creo que hoy día también nos hacemos parte de las demandas que han hecho presentes diversos gremios. Quiero destacar, entre otros, a la Unión Nacional de Pensionados, que preside don Francisco Iturriaga, la entidad de pensionados más grande de nuestro país.
Fundamentalmente, de lo que hoy día estamos siendo parte, dando una respuesta concreta, necesaria, anhelada y esperada a los adultos mayores, es de un aumento en las pensiones, independiente de su gradualidad. Ellos nos han expresado por diversos medios que es bueno que esto esté pasando. Agradecen el esfuerzo y el impacto.
Quisiéramos que fuese mucho más, ¡sin duda que sí!
En definitiva, los adultos mayores están con la mayor esperanza de que esta iniciativa sea una realidad en el menor tiempo posible y de que se apruebe, tal como lo hicieron recientemente la Cámara de Diputados y la Comisión que analizó esta materia en el Senado, de forma unánime.
Creo que aquí se da una respuesta concreta a una demanda social que por años se ha venido manifestando.
Vimos la "marcha de los bastones": adultos mayores que reclamaban en la calle un requerimiento por transporte. A Dios gracias, también tenemos una respuesta en ese contexto.
Estamos hablando, en definitiva, de personas que legítimamente hoy día nos reclaman una atención a sus necesidades, en un país que vive en otras condiciones.
Hay gente que no posee cotizaciones, por la informalidad en que laboraba o muchas veces por omitir formalizar sus propias fuentes de trabajo.
Creo que esos 8.304 adultos mayores de mi Región de Aysén, sin duda, tendrán un motivo más para esbozar una sonrisa en sus caras y decir: "Hoy día vamos a recibir una mejora".
Evidentemente, era una necesidad de la que había que hacerse cargo. Nos alegramos de todos los procesos que han terminado en esta instancia, de las correcciones que se hicieron al proyecto y de la respuesta concreta de mejora, que de todas maneras debemos apoyar.
Voto que sí, con el mayor y absoluto agrado.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Iván Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, quiero abordar este tema desde otra dimensión. Hay una frase que dice: "Todo el mundo quiere vivir mucho tiempo, pero nadie quiere llegar a viejo". Creo que ella refleja el temor que tiene la mayoría de la humanidad de llegar a esa edad en que algunos vuelven a ser niños: sin dientes, sin ganas, sin poder caminar.
Aunque se intente acomodar el concepto de "vejez" a los términos de "adulto mayor" o "tercera edad", ¡llegamos todos a viejos! Y hoy día en nuestro país se evidencia que hay millones de chilenos que viven su vejez en forma indigna. Esa es una deuda que mantiene el Estado de Chile.
Yo escucho muchos discursos; veo que golpean la mesa, y se expresa mucho populismo al proponer cómo resolver esta situación, en circunstancias de que durante treinta años no se ha solucionado.
Ahora, luego de la situación que estamos viviendo como país, yo valoro que todos hayamos aterrizado, porque aquí la Izquierda democrática, la Derecha y el Centro fueron lo mismo en muchas materias económicas.
Por eso, creo que vivimos, como todos han señalado, un momento especial, importante. Este proyecto de ley aumenta la pensión básica solidaria y el aporte previsional solidario, lo que es una gran noticia.
Es verdad que la gente va a recibir este aporte significativo durante los primeros meses con una sonrisa. Pero esa sonrisa se va a desdibujar cuando pase un año, dos años, si no somos capaces de ir mejorando las pensiones. No es fácil, porque se requieren recursos y hay otras necesidades. Lo importante es dar un paso adelante en serio.
Cuando hablemos de la previsión, ¡por favor!, no fundamentemos solamente en virtud y en contra de las AFP.
Estas administradoras han existido durante años, y entiendo que todos los parlamentarios que están aquí cotizan en ellas. Puede que alguno tenga muchos años en otro tipo de caja, que ya prácticamente no existen, y reciba pensiones por esa naturaleza. Pero, en términos generales, la gente está en las AFP. Y aquí se tiende a demonizarlas.
Se habla mucho de la transparencia, ¡está bien! Quizás nos equivocamos en no haber generado en nuestro país una AFP estatal. A lo mejor eso hubiese solucionado el problema. Sin embargo, no lo corregimos a tiempo.
Señor Presidente, los adultos mayores no requieren de nuestra pena ni de nuestra misericordia. Ellos exigen justicia; nos demandan poner nuestros mejores esfuerzos para lograr hacernos cargo de sus necesidades, y hoy día, en forma transversal, el Congreso lo está haciendo.
Lo vamos a repetir una y mil veces: este es un esfuerzo muy importante, pero no puede ni debe ser el último proyecto que beneficie a los adultos mayores. Debemos entender que no podemos construir futuro sin hacernos cargo de nuestro pasado.
Es imperativo hacernos responsables de sus necesidades de salud, del precio de los medicamentos -en ello está trabajando con mucho afán el Gobierno del Presidente Piñera-, de las facilidades para su desplazamiento, de cosas tan simples como las veredas y las áreas verdes para su distracción y disfrute, de su esparcimiento, de los espacios para la interacción social.
En Chile aumentan cada vez más los adultos mayores que se sienten solos.
A algunos no les interesa este discurso, pero tarde o temprano llegarán a viejos y no sé si tendrán acumulados recursos para disponer de una jubilación justa.
Debemos ser comunidad, contención, apoyo y respeto. Nuestros adultos mayores lo merecen y lo necesitan ahora.
Nuestra tarea hoy es vencer el pesimismo, ¡vencer el pesimismo!
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Juan Pablo Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, este es un buen acuerdo.
La Oposición le pidió al Gobierno hace un año que dividiera su proyecto de reforma previsional en dos. Hoy vamos a discutir dos iniciativas de ley separadas: una es la que nos ocupa, sobre pensión básica solidaria, ley que impulsó la Presidenta Bachelet, que se relacionan con un sector no contributivo esencialmente, y, posteriormente, veremos un proyecto sobre el sistema contributivo de pensiones.
Este es un buen acuerdo, porque, a diferencia de lo que proponía el Gobierno inicialmente, que era un reajuste parejo de 10 por ciento, ahora se establece un alza con un piso superior: de 25 por ciento este año para las personas entre sesenta y cinco y setenta y cinco años; de 30 por ciento para las personas entre setenta y cinco y ochenta, y de 50 por ciento para los mayores de ochenta años. En veinticinco meses se logrará un reajuste del 50 por ciento, lo cual representa en términos prácticos más de 50 mil pesos para cada uno de ellos.
Es un paso positivo, sin duda.
No olvidemos que el sistema de las AFP es un sistema fracasado, que no ha sido capaz de dar pensiones dignas. El 70 por ciento de los que jubilan por dicho sistema reciben una pensión por debajo del sueldo mínimo.
Este proyecto hace, adicionalmente, algo que propusimos como Oposición. Valoramos que el Gobierno haya acogido nuestra propuesta de que la pensión básica solidaria, que entrega el Estado, a lo menos esté al nivel de pobreza: 165 mil pesos.
Sin embargo, señor Presidente, faltan muchos temas.
Aquí no nos hemos hecho cargo de otras pensiones que no son parte de la pensión básica solidaria. Y quiero referirme a los exonerados, que son más de cien mil, quienes están con sus pensiones congeladas en 160 mil pesos, a los que les siguen descontando el 7 por ciento para Fonasa, que se encuentran castigados, y es evidente que ellos deberían estar dentro de esta ley en proyecto porque están financiados con recursos públicos. Muchos de ellos tenían cotizaciones, pero el Estado, con su lenguaje, las transformó en pensiones no contributivas, a pesar de que el requisito para obtenerlas era haber cotizado. Espero que esto lo veamos en la siguiente iniciativa.
Este paso que hemos dado es gracias a las calles, es gracias a las manifestaciones que ha habido en nuestro país, es gracias a la falta de aceptación de las inequidades en nuestro país. ¡Es un gran y buen paso!
Y yo recojo lo que planteaba un Senador del frente, el Senador García, en cuanto a que tenemos la responsabilidad de construir un acuerdo sobre el segundo proyecto.
Nosotros somos partidarios de un sistema mixto donde exista una capitalización del esfuerzo, del ahorro del trabajador, por cierto; pero no en el esquema de las AFP, no en el esquema del lucro con la plata de los trabajadores que están afectos a previsión. Queremos asegurar que ninguna pensión contributiva esté bajo el sueldo mínimo. Esa es nuestra meta en la reforma.
De la misma manera, señor Presidente, entendemos que el aporte del empleador, ese 5 por ciento, tiene que ser destinado a crear un sistema de seguridad social.
Y, disculpen, quiero ser muy claro sobre cuál es la opinión de los Senadores socialistas.
Nosotros vamos a batallar y a luchar para que todo el aporte empresarial vaya a la solidaridad, para que el cien por ciento del aporte vaya a la creación de un pilar universal para todos los chilenos y chilenas que lleguen a ser adultos mayores; y para que exista reparto de hombres a mujeres, a fin de hacer justicia con las mujeres que tienen pensiones más bajas que los hombres, y de quienes tenemos más hacia las personas que disponen de menos ingresos durante su vida laboral.
Y la prueba de fuego será cómo la reforma estructural del sistema con solidaridad arregla, adicionalmente, las pensiones que hoy reciben el aporte previsional solidario, donde existe un efectivo incentivo para cotizar.
Señor Presidente, repito que este es un buen paso. Y lamento que en la Cámara de Diputados no lo hayan comprendido. Chile necesita un acuerdo de este tipo, y más significativo será el relativo al sistema de AFP.
El señor QUINTANA (Presidente).- Senadora Isabel Allende, tiene la palabra.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, quiero, en primer lugar, reconocer que este es un importante avance, pero no debemos olvidar nunca cómo se ha alcanzado. Y para definirlo hay dos palabras: "movilización social". La gente salió a la calle porque está cansada del abuso, de la desigualdad, de la injusticia y, sobre todo, de las miserables pensiones que, desgraciadamente, entregamos en este país con el sistema actual de AFP.
Por lo tanto, esto tiene un origen muy claro: si no hubiese habido estas tremendas manifestaciones que se han dado en la calle, no habríamos llegado jamás a esto. Hay que recordar, como aquí se ha dicho, que inicialmente el Presidente Piñera había considerado un incremento de 10 por ciento, de 20 por ciento, y yo creo que fue la presión de la calle y la voluntad que demostramos Cámara y Senado lo que permitió elevarlo al 50 por ciento.
Quiero decir algo más. La verdad es que tiene que reconocerse que en este Senado se llegó a un acuerdo para elaborar esta "Ley corta", porque todos sabíamos que la Cámara puso el énfasis en el 50 por ciento, pero también que eso era inadmisible en términos de nuestra ley orgánica. Y, así, accedimos a la presentación de una "Ley corta", porque entendíamos la urgencia de partir con la pensión básica y el aporte previsional solidario.
Este es un primer paso y, sin lugar a dudas, lo valoramos. Pero también me quiero hacer cargo de lo que aquí se ha dicho.
Lo que a mí me preocupa es que la gente se confunda o no entienda que nosotros todavía no hemos tocado el tema de las pensiones en el pilar contributivo, no hemos tocado el sistema de las AFP, que ha tenido rentabilidades, una vez más, enormes, y los trabajadores ven con tremenda impotencia y frustración el monto tan bajo de sus pensiones.
Por eso, de una vez decimos: "Sí, queremos un acuerdo, estamos disponibles". Y, como muy bien acaba de señalar el Senador Letelier, pongámosle un plazo. Pero seamos claros. Nosotros queremos entrar al fondo del sistema actual contributivo porque genera pensiones muy bajas. Francamente, a la gente la engañaron, la obligaron a cambiarse, le dijeron que tendrían una tasa de reemplazo de 70 por ciento, de cien por ciento, y hoy sienten una frustración gigantesca. Por ejemplo, profesores que han trabajado buena parte de su vida, algunos hasta cuarenta años, jubilan con 230 mil pesos luego de haber ganado un millón.
¡Cómo podemos tener cara para no entender que esto no da para más! Tenemos que tocarlo de una vez por todas, al igual que el sistema único de salud que garantice la universalidad y el aumento de los salarios. Eso es lo que significará hacernos cargo en lo más inmediato de la agenda social indispensable que la gente reclama con toda legitimidad.
Pero quiero agregar dos cosas: me alegro de que se haya considerado no hacer incompatibles las pensiones de invalidez con la posibilidad de trabajar.
Esto lo vimos hace muchos años en la Cámara de Diputados, cuando en la Comisión Especial de la Discapacidad se acordó que las personas que tenían una pensión de invalidez no la perdieran al firmar un contrato de trabajo. Eso lo planteamos y no habíamos logrado que finalmente fuera aceptado.
Yo creo que esto es muy importante porque a las personas discapacitadas hay que darles no una política de beneficencia, sino la oportunidad de poder insertarse laboralmente. Pero, obviamente, en muchos casos ello es insuficiente, y por eso es bueno que no se termine esta pensión.
Y digámoslo de una vez por todas: no solo queremos llegar a un sistema mixto, solidario de verdad, con aportes de jóvenes a viejos, de hombres a mujeres, de quienes tienen más a quienes tienen menos, sino que alguna vez tendremos que abordar el tema de las Fuerzas Armadas, porque en este país hay un grupo absolutamente privilegiado, minoritario en relación con la gran masa de la población, y resulta que el gasto es enorme. Nosotros nunca hemos podido analizar esto con seriedad, y debemos decir que no corresponde, que no puede seguir manteniéndose, que no debe perdurar en el tiempo un sistema completamente privilegiado en comparación con el resto de la población.
Queremos una verdadera reforma a las pensiones. Y en algún momento, con seriedad, con altura de miras, hay que tocar este tema porque, definitivamente, significa una enorme injusticia.
Por eso, señor Presidente, valoro este paso, voy a votar a favor, pero queremos dejar constancia claramente de que no podemos seguir con el actual sistema de pensiones, no el solidario, sino el contributivo, ¡porque ha generado pobreza y una tremenda impotencia!
Por eso, voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador Francisco Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, por supuesto que es motivo de satisfacción el gran acuerdo alcanzado en la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos, donde un grupo transversal de parlamentarios logramos que el Gobierno respaldara una temática que era parte de su programa de Gobierno: subir las pensiones y dignificarlas.
Estamos hablando de la mayor inversión enfocada en las pensiones básicas solidarias después del pilar solidario de la Presidenta Bachelet. Y esto implica hacer un esfuerzo sustantivo. Y quiero felicitar la labor de la Ministra del Trabajo y Previsión Social, de los respectivos Subsecretarios, quienes han hecho un gran esfuerzo para que estos acuerdos finalmente se puedan cumplir.
Hoy día estamos en aquello. En régimen vamos a tener un costo fiscal de 1.500 millones de dólares para la pensión básica solidaria, y de cerca de 858 millones de dólares, el 2022, para los efectos de subir significativamente las pensiones.
Pero, además, el Gobierno se abrió a una discusión de fondo, que dice relación con que el 5 por ciento del aporte patronal, el aporte del empleador, respecto de lo cual hay justamente un proyecto en discusión en la Cámara de Diputados, pueda también generar una solidaridad intergeneracional que nos permita mejorar sustantivamente las pensiones con un apoyo extra de recursos del Estado, y en que donde ciertamente hay otros temas que están pendientes.
Yo le planteaba a la Ministra lo siguiente.
Hoy día 90 mil pensionados no saben que tienen derecho a pensión básica solidaria, y hay que incrementar las comunicaciones para los efectos de llegar a beneficiarios que hoy día carecen de la necesaria información. O bien, establecer un límite a las utilidades de las AFP, a fin de que sobre esa base paguen un royalty que permita que los fondos de los trabajadores, sus cuentas de capitalización individual, se vean mejorados y, fundamentalmente, se vean incrementadas sus pensiones.
Por su intermedio, señor Presidente, deseo hacerle otra propuesta a la señora Ministra. Se trata de un tema que nosotros propusimos, incluso, a través de una reforma constitucional junto con el Senador Carlos Bianchi, que dice relación con la posibilidad de abrir una cuenta de ahorro individual a cada nacido vivo, depositándole cerca de 1 millón 500 mil pesos, lo cual significaría un costo de 550 millones de dólares anuales. Ello permitiría resolver el tema de las pensiones no solamente a corto y mediano plazo, sino en el largo plazo, tomando en cuenta el aumento sostenido del envejecimiento de la población, de lo cual hay que hacerse cargo.
Entonces, un tema dice relación con cuentas de capitalización individual por cada nacido vivo. Otro, con la necesidad de establecer un límite a las utilidades de las AFP. Y, un tercero, con la creación de un sistema mixto de pensiones.
Adicionalmente, hay otras ideas sobre la mesa que es preciso poner en discusión. Por ejemplo, la posibilidad de que un órgano público genere las condiciones para licitar la administración de los fondos previsionales de los trabajadores.
También se deben efectuar correcciones a las AFP. Que las comisiones sean contingentes al aumento de los fondos de los trabajadores, a lo cual también nos hemos referido, al igual que las llamadas "comisiones brujas", vale decir, las comisiones de intermediación, que también las termina pagando el trabajador. Esos son temas que deben ponerse sobre la mesa.
Otro asunto que quiero proponer a la señora Ministra dice relación con el seguro de sobrevivencia, para los efectos de acortar la tabla de sobrevida que hoy día afecta a los trabajadores. Y si bien las pensiones no tendrán un aumento -como era la expectativa- de 50 por ciento, sí puede haber un incremento sustantivo de al menos 20 por ciento promedio, dependiendo del monto de las pensiones.
O sea, hay muchas ideas sobre la mesa.
Por tanto, valoro que acá estemos resolviendo un tema urgente y necesario: el aumento de la pensión básica solidaria. También tenemos la posibilidad de disminuir el 50 por ciento de las tarifas del transporte para el adulto mayor. De manera que yo diría que este acuerdo es "la reforma para el adulto mayor".
Pero, ciertamente, la reforma previsional debemos enfrentarla y generar un plazo...
El señor QUINTANA (Presidente).- Senador Alejandro Navarro, tiene la palabra.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, todo este debate me hace recordar una reflexión de nuestro premio nacional Nicanor Parra: "Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona".
Este no es un buen acuerdo: es el posible.
Es un acuerdo miserable, porque la gente en la calle pide pensiones dignas, pensiones para sobrevivir. Y aunque se aumente en un 50 por ciento, la pensión no alcanza para sobrevivir. ¡No alcanza!
Y si alguien en esta Sala cree que este 50 por ciento de aumento va a cambiarles la vida a las personas, se equivoca completamente. No ha entendido nada, no ha escuchado nada, no ha visitado a ningún pensionado, no ha ido a un hogar de ancianos. Esa pensión no alcanza ni siquiera para vivir en un hogar de ancianos.
Sin embargo, aquí las AFP pasan piola. El Estado sigue poniendo recursos para resolver un problema que el sistema, con José Piñera, hermano de Sebastián Piñera, prometió solucionar en 1980. Se van a cumplir cuarenta años de cuando ofreció cien por ciento de tasa de reemplazo, y la verdad es que ha sido un completo fracaso. Y el Estado sigue subsidiándolo.
La Derecha neoliberal aplaude que el Estado ponga plata para las pensiones, cuando el sistema que ellos crearon debió resolver este problema. Pero papá Estado sigue poniendo plata para que vivan un poco menos miserables nuestros ancianos, nuestros abuelos.
Es más. La gente pidió y sigue pidiendo "No más AFP". ¿Y qué hace este Senado? Con mi voto en contra aprobó que dos millones cien mil afiliados nuevos, todos los trabajadores fiscales, todos los municipales, todos los trabajadores independientes, ingresaran al sistema de AFP sin negociar una coma, ¡sin negociar nada! Se los entregaron libre y gratuitamente.
Ahora hablamos de la pensión básica solidaria, creación de la Presidenta Bachelet. Era lo que entonces se podía. ¿Y qué pasa hoy día? Que el aporte al pilar solidario se incrementa de 110.210 pesos a 165.302. De modo que los pensionados de setenta y cinco a setenta y nueve años recibirán 33 lucas más, y los menores de esa edad, 27.500 pesos más.
El Senador Coloma -por su intermedio, señor Presidente- decía que el Gobierno ha dado un paso con valentía, con decisión.
¡No hay ni valentía ni decisión en este tema! La gente ha impulsado que hoy día el Presidente Piñera mande este proyecto.
Esta iniciativa no es mérito de ninguno de los que están en la Sala. No es mérito de la Comisión de Hacienda. No es mérito de los negociadores. No se pongan estrellitas que no merecen. ¡Este es un mérito de la calle! Si no hubiera habido movilización ciudadana, todavía estaríamos mendigando un aporte miserable a la pensión básica solidaria.
No nos engañemos: hay 235 mil millones de dólares en el fondo de las AFP ¡y los manejan como quieren!
He presentado una acción legal -y la Ministra del Trabajo lo sabe muy bien- para que la AFP Cuprum deje de robarle al Fisco con Argento, una AFP fantasma, como lo ha declarado la Contraloría General de la República, y que Provida deje de robarle al Fisco con Acquisition 420 millones de dólares, otra administradora de fondos de pensiones fantasma.
¿Y saben a quién tengo al frente peleando en la Corte de Apelaciones y en la Corte Suprema? Para que Chile lo sepa: al Consejo de Defensa del Estado, porque la Superintendencia de Pensiones defiende a las empresas: defiende a Cuprum y a Provida.
Señor Presidente, son espantosas las utilidades de estas administradoras. Acá tengo el listado, y la gente lo puede ver:
Habitat subió en 56 por ciento sus utilidades y obtuvo 113 mil millones de pesos; Planvital, 23 mil millones; Provida, 98 mil millones; Modelo, 34 mil millones; Capital, 71 mil millones, y Cuprum, mil millones. O sea, las utilidades de todas las AFP subieron sobre el 50 por ciento.
En este sentido, solo cabe decir que me siento miserable al votar a favor. Voto con dolor, voto con pena, voto con frustración.
Lo digo porque hay una iniciativa de ley que nos cayó encima desde la Cámara de Diputados, la que nos va a reducir el sueldo en un 50 por ciento. De 6 palos bajamos a 3. Nos disminuyen el 50 por ciento y quedamos en 3 millones de pesos. A la gente le aumentamos la pensión solidaria en 50 por ciento y queda en 165 lucas para poder llegar a fin de mes. Pero no les alcanza.
Por eso, señor Presidente, algo aquí tiene que cambiar. Y si el Presidente Piñera no lo cambia, lo va a hacer la ciudadanía en marzo, ¡con un súper marzo!, que nos va a exigir que terminemos con las AFP.
¡No más AFP, señor Presidente! Esa es la base para empezar a hablarle con verdad a la ciudadanía.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
Voto a favor, con pena, con dolor.
La señora ALLENDE.- ¿Y para qué vota a favor?
El señor NAVARRO.- Porque 50 lucas les sirven a los viejos.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora Ximena Órdenes.


La señora ÓRDENES.- Señor Presidente, coincido en algunos aspectos con lo que han dicho mis antecesores. Y, efectivamente, estamos en esta conversación porque las personas en Chile se movilizaron.
A mi juicio, ha habido acuerdos importantes con el Ejecutivo. Y quiero destacar el rol que han cumplido Senadores y Senadoras para llegar a un acuerdo respecto a una nueva Constitución, a una reforma tributaria que permita ampliar la recaudación y sostener los cambios que estamos impulsando. Y en el marco de la tramitación del proyecto de Ley de Presupuestos para el año 2020, sin duda que el tema de las pensiones tuvo un lugar estratégico en la discusión.
Pero eso no construye una agenda social. Y en eso quiero ser bien honesta.
Lo que hemos hecho es responder, a través de ciertas medidas urgentes, para dar señales de que estamos escuchando. Y los cambios nunca han sido sencillos. Pero cuando el Ejecutivo y el Congreso dan una señal, corresponde a una de Estado. Sin embargo, extraño el rol que deben cumplir los privados en los futuros acuerdos de carácter más estratégicos y permanentes.
En cuanto al tema de las pensiones, yo creo que un primer gran cambio se ejecutó el año 2008, cuando se creó el pilar básico solidario. Y hoy día estamos en una transición respecto a si vamos a tomar esa oportunidad y a efectuar los cambios o no.
Sin duda que el aumento de la pensión básica solidaria y de la pensión máxima con aporte solidario son significativos, pero no le hemos dado respuesta a la gran mayoría que cotiza en AFP, a quienes, en el marco de la década de los ochenta, se les obligó a cambiarse a un sistema que no conocían: las administradoras de fondos de pensiones. Les impusieron cotizar de manera obligatoria. Y, claramente, la promesa que les hicieron, que se traduce en la tasa de reemplazo, no se ha cumplido.
En países OCDE, la tasa de reemplazo es de 65 por ciento; en Chile está en el 31 por ciento. Alguien habló de los profesores, que para mí es un ejemplo icónico: de un millón de pesos que recibían bajaron a 250 mil pesos, que es más o menos lo que están percibiendo los educadores en nuestro país por concepto de jubilación. Es una tasa de reemplazo inferior al 30 por ciento.
Por lo tanto, si no nos hacemos cargo de esa demanda, creo que no vamos a responder de manera adecuada al contexto actual, porque lo que ha ocurrido en estos cerca de cincuenta días es una inflexión en la historia de Chile. Y quien no lo entienda así, creo que comete un error.
Ahí tiene que salir nuestro rol, con todo el compromiso que aquello exige para tocar el modelo. Lo podemos llamar "mixto", "no más AFP", en fin. Pero, claramente, a partir de la cotización individual obligatoria este asunto no va a tener salida.
La población en edad de jubilar crecerá significativamente el año 2050. No quiero decir que se trate de una relación causa-efecto; sin embargo, llama la atención que en nuestro país la tasa de suicidios en mayores de setenta y cinco años sea tan significativa con respecto a otros grupos etarios.
Ahora bien, son seis las AFP; es decir, efectivamente estamos hablando de un mercado muy concentrado y que debemos entrar a regular, porque al final el miedo al envejecimiento se está traduciendo en una amenaza a la calidad de vida de todos los chilenos y las chilenas.
Señor Presidente, voy a votar a favor de este proyecto, pues creo que los acuerdos deben honrarse; no obstante, quiero hacer esta distinción: la agenda social no está en el Congreso de Chile, no la hemos construido nosotros.
Adhiero a las propuestas que han hecho varios Senadores en el sentido de ponernos como meta que, de aquí hasta la próxima Cuenta Pública que el Presidente de la República les debe entregar desde este espacio a los chilenos y a las chilenas, seamos capaces finalmente de decirles: "Vamos a cambiar el modelo de AFP".
Por último, debemos tocar también -lo mencionó la Senadora Allende- lo relativo a Capredena y a Dipreca (Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública): corresponden al 10 por ciento de los cotizantes del sistema de AFP. Entonces, es nuevamente el Estado el que ha realizado el esfuerzo. Lo que hicimos en el proyecto de Ley de Presupuestos fue dar una señal desde el Estado. No obstante, algunos ya están hablando de una nueva reforma tributaria, porque para hacer esto permanente y concretar todas las señales que se han entregado se requiere revisar aún más para tener mayor recaudación.
Entonces, creo que es el minuto de invitar a la mesa a los privados, en este caso, del sector de las AFP, porque efectivamente el modelo fracasó y no está dando cuenta de la tasa de reemplazo que se prometió, y menos de la calidad de vida que se mostraba en las imágenes de la publicidad de ese tiempo.
Así que, señor Presidente, me voy a pronunciar favorablemente respecto de esta iniciativa.
Tengo confianza en que vamos a ser capaces de crear este nuevo acuerdo para una verdadera agenda social en Chile.
Voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora Luz Ebensperger.


La señora EBENSPERGER.- Señor Presidente, seré muy breve, pues considero que ya se ha dicho casi todo en este Hemiciclo sobre la materia.
Solo quiero relevar que, en medio de esta profunda crisis que viven Chile y todos los chilenos, hoy día hay una buena noticia, que ciertamente no soluciona todos los problemas -y está lejos de hacerlo-, pero que constituye un avance importante.
Asimismo, deseo resaltar la forma como se llega a este acuerdo, en particular en el Senado, en el marco del Presupuesto, y la manera en que los demás acuerdos se han ido gestando.
También destaco el trabajo de las Comisiones que llegaron a estos acuerdos y el de los señores Senadores y de las señoras Senadoras que han intervenido en ello, así como la labor que ha llevado cabo el Gobierno, especialmente por parte de la Ministra del Trabajo, María José Zaldívar, y del Ministro Hacienda, Ignacio Briones, todos quienes se han desempeñado activamente junto a los miembros de esta Corporación para sacar adelante este proyecto.
Sin duda, esto es para estar tranquilo; sin embargo, no podemos quedarnos contentos con algo así, pues todavía hay mucho que hacer para delante. Acá no hay ganadores ni perdedores; ni vencidos ni victoriosos: aquí simplemente han ganado los pensionados, que son 1.563.824 personas, quienes a contar de diciembre y en forma gradual tendrán este aumento en sus pensiones. De ellos, relevo también a los más de 17.583 pensionados de la Región de Tarapacá, los cuales se verán beneficiados de esta iniciativa.
Creo que esa es la forma de avanzar; esa es la manera de enfrentar una crisis: con acuerdos de esta naturaleza.
Por último, quiero señalar que es frustrante que se haya tenido que producir una movilización social para que Gobierno y Parlamento lleguen a este tipo de acuerdos, en vez de haberlos sacado adelante sin mediar un estallido social.
Voto muy contenta a favor de esta iniciativa.
El señor QUINTANA (Presidente).- Le agradezco a la Senadora Luz Ebensperger por sus palabras y, además por autolimitarse en el uso del tiempo que le correspondía.
Solicito la autorización de la Sala para que, una vez que finalice su intervención, me reemplace en la testera el Senador señor Elizalde.
Acordado.
Tiene la palabra Su Señoría.


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, el proyecto que estamos discutiendo en este Hemiciclo ha sido posible, con sus perfeccionamientos, gracias a la movilización de los ciudadanos, la cual ha generado las condiciones para que lo que antes se veía como lejano y difícil se haga realidad.
La ciudadanía movilizada ha permitido correr el cerco de lo factible y avanzar en distintas áreas. Todavía hay otros ámbitos donde nos queda mucho por avanzar. Y uno de ellos, sin duda, tiene que ver con el fortalecimiento del pilar solidario del sistema de pensiones.
Hace mucho tiempo le solicitamos al Gobierno, incluso al Presidente de la República directamente, que separara el proyecto sobre pensiones en dos, pues en lo que respecta al fortalecimiento del pilar solidario siempre hubo voluntad de la Oposición para concurrir a un entendimiento: mientras mayor fuera el aumento del monto de las pensiones y mayor el aporte público, más valoraríamos una iniciativa de esta naturaleza.
Sin embargo, tenemos diferencias en otro aspecto, que es el del sistema contributivo; pero eso no obsta a que debemos trabajar en la búsqueda de un entendimiento que permita resolver esas discrepancias para mejorar las pensiones de aquellos que han cotizado -y lo siguen haciendo- durante mucho tiempo.
En cuanto a esta iniciativa, creo también que el cambio de gabinete ha contribuido a generar un clima distinto.
Por eso valoro la actitud que han tenido particularmente los nuevos Secretarios de Estado: el Ministro de Hacienda y la Ministra del Trabajo, quienes nos acompañan en esta sesión y han posibilitado un acuerdo para que las pensiones del pilar solidario aumenten en un 50 por ciento en el plazo acotado de dos años.
Hay pensiones que van a aumentar en ese porcentaje para los mayores en forma inmediata, y otras lo harán a través de un procedimiento escalonado. Pero ello va a permitir, efectivamente, un salto significativo, que se enmarca dentro de los esfuerzos que ha hecho nuestro país por generar pensiones dignas para aquellos que o no han cotizado o su densidad de cotizaciones es tan menor que reciben pensiones extremadamente bajas en su monto.
Se trata de una iniciativa que se aprobó el año 2008 durante el primer Gobierno de la Presidenta Bachelet, que ha experimentado mejoras en los sucesivos gobiernos y respecto de la cual ahora se da un nuevo salto que, sin duda, es importante valorar.
No olvidemos que el 2008 existían las Pasis; había incompatibilidad entre marido y mujer y entre convivientes de hijos no matrimoniales; el monto era muy bajo, y había cupos disponibles. Y se dio un salto sustantivo al establecer un pilar solidario como parte del sistema previsional precisamente para ir en ayuda de los adultos mayores más necesitados.
Hoy se da un paso adicional muy significativo, y por eso vamos a votar a favor de esta iniciativa.
Con respecto al pilar contributivo, quiero reiterar la disposición de la bancada del Partido Socialista para dialogar en la búsqueda de un entendimiento.
Nuestro punto de vista -y en eso hemos sido muy explícitos- tiene que ver con que la lógica de la capitalización individual y del ahorro obligatorio que existe en el actual sistema de pensiones no es suficiente para construir un verdadero sistema de seguridad social que les garantice pensiones dignas a los adultos mayores.
Lo hemos señalado: el destino de la cotización adicional que provendrá de los empleadores, tan solo bajo la lógica de la capitalización individual, hará que las pensiones aumenten en igual porcentaje; sin embargo, dicho incremento se va notar en las pensiones en muchas décadas más. Ello no da cuenta de la demanda que hoy plantean los chilenos para que sus pensiones sean mayores.
Por eso consideramos imprescindible abordar el debate vinculado con pasar de un sistema bajo la lógica del "sálvese quien pueda" a un sistema mixto que contribuya efectivamente a introducir un elemento importante de solidaridad que permita aumentar las pensiones ahora y no en varias décadas más.
Cada punto porcentual de la cotización adicional que se destine a solidaridad posibilitará aumentar las pensiones ahora.
A mi juicio, ese es el reclamo que plantean los chilenos.
Las movilizaciones en las calles dan cuenta de situaciones de abuso inaceptables. Y una de ellas, probablemente la principal, tiene que ver con los bajos montos de las pensiones del sistema de AFP, que no garantizan la dignidad que merecen los adultos mayores.
Por ello reiteramos nuestra disposición para conversar respecto de esta materia, sobre la base de nuestras convicciones, respetando ciertamente las distintas miradas, pero entendiendo que tenemos un desafío común como país: dar respuesta inmediata al drama de las pensiones.
¿Me concede un minuto más, señor Presidente?
El señor QUINTANA (Presidente).- No le hemos dado a nadie tiempo adicional, señor Senador.
El señor ELIZALDE.- Voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Entendemos que Su Señoría vota favorablemente esta iniciativa. Le recuerdo, asimismo, que debe pasar a presidir la sesión a continuación.
Tiene la palabra la Senadora Yasna Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, el régimen previsional que rige en Chile desde noviembre de 1980 es un modelo de capitalización individual reñido con el mandato constitucional y con las convenciones internacionales que consagran el derecho a la seguridad social.
Es un régimen que desde su instauración autoritaria ya ha condenado al desamparo a millones de chilenos y chilenas, para cuyos padecimientos no hubo ni habrá nunca reparación.
No deseamos perpetuar esta lacerante realidad. Y por eso no podemos ceder en el diagnóstico de nuestra historia reciente.
La seguridad social, a diferencia del reconocimiento a los pueblos originarios, que aún está pendiente, es un derecho que está consagrado en la Constitución Política de la República, y al Estado le corresponde el deber de garantizarla y de cautelar su pleno ejercicio.
La finalidad de la seguridad social es la justicia social que debe gobernar sobre el régimen de pensiones, la salud, la maternidad, los riesgos del trabajo, la seguridad laboral, la cesantía y, en general, todo tipo de prestaciones sociales y familiares.
Siempre en la previsión social hay un bien común que es superior al de los grupos e individuos y que se prolonga desde el pasado de una sociedad constituida para proyectarse hacia el futuro de ella misma.
Porque cuando el Estado entrega la administración de cotizaciones obligatorias a corporaciones privadas, no está renunciando a su deber de protección de recursos generados mediante el trabajo asociado. No son seguros privados los que se gestionan, sino prestaciones sociales administradas por privados. La diferencia entre una y otra radica en el control democrático que la ciudadanía puede ejercer sobre el destino de estos recursos.
Un cambio al sistema de pensiones pasa por una decisión política, y se requiere voluntad para expresarla.
Por eso me parece importante no eludir el debate de fondo y ser capaces de tener propuestas al respecto.
Como humanista cristiana, tengo una concepción de sociedad: una sociedad que vive en comunidad, una sociedad que cree en la solidaridad.
Personalmente, creo en el establecimiento de un órgano público, una corporación solidaria de pensiones sin fines de lucro encargada de administrar las cotizaciones obligatorias del empleador, que no es lo mismo que una AFP estatal, porque la diferencia es como el día y la noche.
El sistema solidario debe destinar las cotizaciones a aquello para cuyo fin se recaudan: esencialmente, pagar pensiones dignas.
Una AFP estatal seguiría haciendo lo mismo que las demás AFP, las que han terminado pagando pensiones de miseria, invirtiendo las cotizaciones en las bolsas de comercio del mundo para que los grandes grupos económicos se enriquezcan con los fondos previsionales de las trabajadoras y los trabajadores.
Adoptar esta decisión abre la puerta a un sistema mixto de pensiones que, en un plazo razonable, permita a las personas el derecho a optar entre mantenerse en el sistema privado de capitalización individual administrado por las AFP, o bien, incorporarse a un sistema público y solidario de pensiones administrado por una Corporación sin fines de lucro. Las chilenas y los chilenos tendríamos ¡por fin! la libertad de elegir entre uno u otro sistema, lo que fue arrebatado por la dictadura. ¡Nada más propio de la democracia!
Estamos ciertos de que la creación de un sistema solidario de pensiones, alternativo a las administradoras de fondos de pensiones y que posibilite ejercer el más importante derecho de la democracia, la libertad de elegir, debe ser parte de este debate.
Ponemos esta propuesta a disposición de todos quienes tenemos la misión de legislar; obviamente, del Ejecutivo, quien posee la iniciativa en materia previsional, y, muy especialmente, de los trabajadores y sus organizaciones para que se pronuncien y discutamos sobre ella.
Aspiramos a pensiones dignas y decentes para todos, a pesar de encontrar absolutamente insuficiente esta iniciativa.
Entonces, confiando en lo que ha dicho la Ministra -y me lo ha ratificado personalmente-, esto es, que pagarán este incremento a partir de diciembre de este año, no tengo otra opción más que votar favorablemente este proyecto.
--Pasa a presidir la sesión el Senador señor Elizalde, en calidad de Presidente accidental.
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Alfonso de Urresti.


El señor DE URRESTI.- Señor Presidente, Honorable Sala, en primer lugar, quiero saludar a los integrantes del Ejecutivo que están presentes.
Nos encontramos avanzados en esta discusión. Y, por lo que hemos escuchado, lo que vamos a votar hoy día es el gatopardismo; es la contribución nuevamente de un Gobierno y de un sector dominante de este país que no quieren darse cuenta de que tenemos un nefasto sistema de capitalización individual.
El sistema que existe es de ahorro obligatorio; no es un sistema previsional. El que tenemos no es un sistema que les asegure a los chilenos y a las chilenas acceder a pensiones dignas, estructuradas sobre la base de lo que la persona ha trabajado: simplemente es un sistema de ahorro forzoso.
A partir del decreto N° 3.500, en 1980-1981, se establece la obligación de cotizar en ese sistema.
Ahora este país se cansó, y por eso vemos tremendas movilizaciones, las que sin duda continuarán, pues esto no se ha resuelto.
Quienes se están jubilando ahora son precisamente aquellas personas que comenzaron con este sistema y ahora están realizando el proceso final con las AFP.
Hasta aproximadamente el 2010 todavía gran parte de la gente que se jubilaba lo hacía a través del sistema del Servicio de Seguro Social y del sistema de cajas.
Ahora prácticamente estamos en régimen con jubilaciones única y exclusivamente provenientes del sistema de las AFP.
El hermano del Presidente Piñera prometió, al momento de hacer ese proyecto, que habría jubilaciones con una tasa de reemplazo del cien por ciento de las últimas remuneraciones.
Uno puede decir: "Está bien; puede haber un margen: setenta por ciento".
Hoy día las personas están jubilando con la gran cantidad de 220 mil pesos, que equivalen al 22 por ciento de las últimas remuneraciones.
A propósito de las movilizaciones -y qué bueno que estén presentes el Ministro del Interior, el Ministro Secretario General de la Presidencia, la Ministra del Trabajo-, tengo que decir que los directivos de las AFP, a quienes imagino que Sus Señorías conocen, pues deben frecuentarlos, duermen tranquilos -esto lo he señalado en reiteradas intervenciones-, pues no les han tocado su negocio.
¡Ustedes no lo quieren tocar! ¡Ustedes les siguen cuidando el negocio y el bolsillo a los dueños de las AFP, a los poderosos de este país!
Porque no seamos hipócritas: ¡cómo no vamos a votar a favor de este proyecto -es lo que nos están pidiendo que hagamos-, si son 50 mil pesos! ¡Para las personas que ganan 130 mil pesos, 50 mil pesos más es una fortuna!
¡Sería imposible no votarlo favorablemente!
Yo le pregunto a la Ministra: ¿Dónde están los dueños de las AFP? ¿Dónde están esos señores? ¿Con qué han contribuido a resolver esta crisis social?
¡Están calladitos y escondidos! ¡Están cuidando sus privilegios!
Le consulto, Ministra: ¿Les van a tocar el bolsillo a los dueños de las AFP: sí o no? ¿Van a seguir permitiendo que sigan percibiendo utilidades vergonzosas, de 500 millones de dólares, mientras quienes están en el fondo E ven bajar casi en 8 por ciento sus recursos, por las inclemencias y turbulencias del mercado?
Quienes están a punto de jubilar y se encuentran en el fondo E perdieron dinero. ¡Y el Gobierno impávido nos pide que apoyemos este proyecto con plata del Estado!
O sea, en las crisis, cuando hay problemas para pagar las pensiones, que son bajas, tiene que estar el Estado pagando, y al momento de ganar utilidades, ¡topón pa'dentro para la empresa!
¡Esto es miserable! ¡Es miserable!
¡Y qué bueno que la población se haya movilizado! ¡Qué bueno!
Creo que todavía tiene que movilizarse mucho más y apuntar a que el problema de la desigualdad acá son las AFP, ¡la fábrica de pobres!, ¡la fábrica de adultos mayores que tienen que languidecer en sus casas!, ¡la fábrica de adultos mayores que necesitan vivir con un hijo o con la red familiar!
Pero de eso no se hacen cargo. Yo no he escuchado a la señora Ministra del Trabajo referirse a ese tema.
Técnicamente, ella maneja muy bien las cifras. Incluso, pasaron "entre gallos y medianoche" una última indicación que no estaba en el acuerdo, para seguir fortaleciendo a las AFP.
¡Pero dónde está la propuesta para avanzar en un proceso de eliminar las AFP! Entendemos que esto no puede ser automático. Por supuesto. Uno no es irresponsable.
¡Que no sean miserables las pensiones, señora Ministra! ¡Tóqueles un poquito el bolsillo a las AFP!
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Jorge Pizarro.


El señor PIZARRO.- Señor Presidente, yo recuerdo que hace unos cinco años la Presidenta Bachelet convocó a una Comisión especial de alto nivel, de expertos en materia previsional, para plantearle al país una propuesta de reforma que pudiera corregir el mal funcionamiento y lo que todos entendíamos eran los resultados negativos del sistema de ahorro individual.
¿Me permite hablar el señor Vicepresidente de la Corporación? Yo lo escuché con todo respeto.
Es bueno recordar en qué terminó esa Comisión de alto nivel, de expertos, que planteó la Presidenta Bachelet, con el mandato de elaborar una propuesta que significara un cambio estructural del sistema de AFP: lamentablemente, terminó con dos informes, en un empate, con dos visiones totalmente contrapuestas de cómo solucionar el grave problema que teníamos con las pensiones en nuestro país.
A partir de ahí, la Presidenta hizo su propia propuesta, al final de su mandato. Pero este Gobierno la dejó de lado y planteó otra propuesta. Sin embargo, tal como dijimos desde que ella ingresó, solo buscaba aumentar el ahorro individual y mantener el actual esquema.
Si alguien dice acá que el tema de las pensiones no había estado en el debate público y en las prioridades nuestras en este Senado, o en los Gobiernos nuestros, desde hace más de diez años, creo que comete un error. Porque no es un tema que se esté planteando ahora o que se haya puesto en el debate hace un año o dos, cuando se crearon algunos movimientos y se hicieron manifestaciones masivas frente a la necesidad de modificar este sistema. Muchas veces acá mismo advertimos lo que podía significar esa bomba de tiempo, que podía traducirse en un estallido social.
Por eso, quiero decirles con franqueza a todos los colegas que han hablado como si este tema hubiese aparecido recién, como si nunca nos hubiéramos dado cuenta de esto, como si nunca lo hubiéramos conversado o como si nunca hubiéramos planteado alternativas a este respecto, que la verdad es que no había -ni hay todavía, creo yo- suficiente conciencia en la sociedad chilena en cuanto a la necesidad, que nos parece fundamental, de hacer cambios estructurales en el esquema actual.
Parte de lo que estamos implementando hoy con esta propuesta de aumento de pensiones al pilar básico solidario tiene que ver con los acuerdos que adoptamos hace unos días en este Senado para modificar el Presupuesto y ponerle un énfasis en lo social. También tiene que ver con los acuerdos relacionados con la modificación tributaria, donde hicimos ver la necesidad de una reforma tributaria que tuviera más ingresos y no disminución de los recursos, tal como se venía planteando.
Por lo tanto, claramente aquí hay un giro también, que es producto de la búsqueda de acuerdos que hemos hecho acá y, por supuesto, de las movilizaciones. Porque el país cambió.
Esa es la razón por la cual el Gobierno ha accedido también a irse abriendo a una nueva agenda, a una agenda política, a una agenda económica, a una agenda social, como también a una agenda de seguridad, en el buen sentido de la palabra.
Entonces, señor Presidente, creo que hay que perseverar en esta línea y avanzar todo lo que se pueda.
Respecto al tema de las AFP y del proyecto que está en la Cámara de Diputados, forma parte de lo acordado en el sentido de que de aquí a marzo debemos tener una nueva ley en materia previsional, ¡una nueva ley! Y por supuesto que, en nuestra opinión, debe incorporar grandes cambios, introducir solidaridad, introducir reparto y, por cierto, meterse en la gestión de lo que hoy día es la administración de los fondos de pensiones.
Es parte de nuestra responsabilidad y obligación avanzar en todos los acuerdos políticos que sean necesarios hacia una nueva Constitución. Y por eso hemos exigido que los presidentes de partido se pongan de acuerdo ¡ya! en el itinerario que les dé garantías a los chilenos de que en abril tendremos un plebiscito y que en octubre elegiremos democráticamente a quienes formarán parte de esa convención constituyente o asamblea constituyente.
Reitero: eso es parte de nuestra responsabilidad.
Por tanto, lo que aquí hagamos lo tenemos que hacer conscientes de que nuestro rol es avanzar todo lo que podamos en la medida en que ello signifique que la sociedad chilena va a cambiar.
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Huenchumilla.


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, yo creo que el país tiene una tremenda oportunidad histórica de dar un giro en el modelo y el tipo de sociedad que hemos construido en los últimos cuarenta años. Y es una oportunidad en la que la responsabilidad primera es del Gobierno, porque él es el conductor del Estado, tiene las facultades constitucionales y legales, la iniciativa para los efectos de aprovechar esta coyuntura de crisis, en donde la gente salió a la calle, se movilizó y dijo: "Mire, nosotros no queremos vivir como estamos viviendo".
Entonces, este proyecto, que es fruto de la realidad, de las arcas fiscales y de un acuerdo, pero que está motivado por la movilización, porque antes de eso estábamos en el 10 por ciento, al mismo tiempo que es un avance relativo, constituye la mejor demostración del fracaso del sistema de capitalización individual que alguna vez se implantó en este país por la fuerza. Porque ese sistema estaba basado en una ideología, en una filosofía del ¡individualismo! Como señalaba la señora Thatcher, "La sociedad no existe; existe solamente el individuo".
Era la ideología que tenía el Gobierno del general Pinochet y que consistía, en decir: "Mire, usted arréglese en la vida directamente, ahorre y en la vejez viva como fue capaz de ahorrar; y como no habrá intervención del Estado ni solidaridad ni colaboración entre los miembros de la sociedad, entonces usted va a caminar solo por la vida, y cuando llegue a viejo se las arreglará como quiera, de acuerdo con la libreta de ahorro que tenga o con el ahorro forzoso que obtuvo".
¡La demostración de ese fracaso es que sin la intervención del Estado esto no sería posible! Y no porque yo sea estatista, sino porque el sistema individualista no funciona en las sociedades, pues todos vamos en un mismo barco navegando; no podemos vivir cada uno por su cuenta; vivimos en sociedad. Y, por lo tanto, debemos tener un mínimo de colaboración entre nosotros. Porque, si a mí el Estado no me ayuda en la salud, no me ayuda en la educación, no me ayuda en la vejez, entonces ¡de qué me sirve el Estado!
Señor Presidente, para el Gobierno, para nosotros, para la Oposición, para los que estamos conduciendo hoy día el país esta es una tremenda posibilidad de dar un giro, de hacer las cosas de otra manera, de realizar los cambios profundos que el país necesita, concretamente en materia previsional.
Quiero decirles al Gobierno y a los empresarios: "Miren, ¡no estamos por echar la estantería abajo, por destruir el país! Queremos hacer las cosas bien, responsablemente". ¡Pero que no se equivoque el Gobierno si piensa que con estos paliativos, con estos remedios para los síntomas la situación se va a resolver! De esta crisis profunda que estamos viviendo vamos a salir en la medida en que hagamos los cambios que el país necesita, los cambios que la gente espera. Porque, de lo contrario, chutearemos el problema para más adelante y esto va a renacer con más fuerza.
Por eso, tenemos la tremenda responsabilidad de darle estabilidad y gobernabilidad a Chile, no con paliativos, sino con medidas profundas que vayan a la vena de la injusticia que significa un régimen de capitalización individual, o de las necesidades que tiene la gente en virtud de un sistema en que un grupo de privilegiados hace negocios con la salud, con la previsión y con la educación.
Apuntar al fondo nos permitirá salir airosos en la oportunidad histórica que tenemos por la profunda crisis que estamos viviendo.
En ese marco, señor Presidente, voto a favor del proyecto.
Muchas gracias.
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Finalmente, tiene la palabra el Senador José Miguel Insulza.


El señor INSULZA.- Señor Presidente, cuando nació el nuevo sistema de pensiones, hace ya varias décadas, durante la dictadura militar, se hicieron tres promesas. La gente olvida a veces que fueron tres las cosas que se prometieron.
La primera era que todos íbamos a ganar mejores jubilaciones que las que se recibían entonces, hasta el punto de que alguien saludó este nuevo sistema -en broma, por cierto, en alguna publicación que salió en ese entonces- diciendo que no entendía por qué si iban a ser tan buenas las pensiones los creadores del sistema, los militares, eran excluidos de él, y exigió que ellos también pasaran a disfrutar de sus beneficios.
Es claro que esto no ha sido así. Las pensiones son mucho más bajas de lo que prometió José Piñera y, más aún, hay que subsidiarlas de alguna manera con contribuciones estatales.
La segunda promesa consistía en que este modelo iba a significar un ahorro para el país y que el Estado de Chile iba a disponer de más recursos para invertir en otras cosas, pues no tendría que pagar pensiones.
Bueno, ahora parte importante del costo de las pensiones es de cargo del Estado. De hecho, todo este proyecto es de cargo fiscal, como han señalado varios Senadores. No hay ni un peso aquí de las AFP. Estamos subsidiando pensiones para la gente más pobre que no ha tenido acceso a ningún beneficio de este sistema.
Pero hubo una tercera promesa que sí se cumplió: que el sistema iba a acumular capital para la inversión en Chile. Y, como sabemos hoy, los dueños de las AFP tienen 270 mil millones de dólares en sus cuentas. Esa es la acumulación que han hecho con el salario, con el sueldo y, tal cual se ha dicho acá, con la capitalización obligatoria individual de la mayoría de los chilenos.
Y ese es un riesgo importante para nuestra economía también. Las AFP son cada vez más de capital extranjero, forman parte de consorcios internacionales y se hacen, por lo tanto, más intocables y más inamovibles, dando lugar a un sistema financiero que va haciendo que cada vez tengamos menos empresas.
Miremos a fin de año los resultados de las empresas para ver cuántas AFP realmente determinantes quedan.
Miremos cómo están distribuidos el retail y las empresas. Estas se hallan cada vez más concentradas en el país. La concentración económica, permitida entre otras cosas por el sistema de AFP, es probablemente una de las grandes amenazas para nuestra democracia, sobre todo para la distribución que queremos hacer de la riqueza.
Creo, señor Presidente, que es importante poner este asunto en el contexto.
Estamos celebrando -no creo que haya que ser tan pesimista al respecto- que gente a la cual este país le ha dado muy poco y que percibe pensiones muy miserables hoy día está recibiendo una cantidad importante de dinero más al mes. Esa es una gran cosa, una buena cosa para estas personas, sobre todo en este momento y en una fecha en que se acercan las fiestas de fin de año.
Pero no olvidemos que el sistema de pensiones solidarias es una creación posterior, es un intento por arreglar un poquito las cosas, es costeado por el Estado y no saca a la gente de la pobreza por sí solo. Tampoco resuelve los grandes problemas de desigualdad que este país tiene, que parten desde los salarios, se transmiten a las capitalizaciones y terminan con pésimas pensiones.
Yo espero que realmente nosotros cumplamos nuestro compromiso, de aquí a marzo, como se ha dicho. Hagamos algo al respecto. No podemos dejar que un sistema o que un grupo de empresas, cada vez más trasnacionales, se apoderen así de la riqueza del país, a vista y paciencia de todos los chilenos.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador aún no ha emitido su voto?
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general y en particular el proyecto (39 votos favorables), dejándose constancia de que se cumplió con el quorum constitucional exigido, y queda despachado en este trámite.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Ebensperger, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Harboe, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Latorre, Letelier, Moreira, Navarro, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prohens, Pugh, Quintana, Quinteros, Sandoval y Soria.
El señor GARCÍA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Por supuesto, señor Senador.
El señor GARCÍA.- Señor Presidente, yo tengo un pareo con el Senador Carlos Montes, pero el Senador Juan Pablo Letelier, jefe del Comité Socialista, me autorizó a incorporar mi voto en este proyecto.
Si fuera tan amable, le solicito que se consigne mi pronunciamiento favorable.
El señor ELIZALDE (Presidente accidental).- Así es, Su Señoría. Fuimos informados del pareo.
En consecuencia, se deja constancia de la intención de voto favorable del Senador José García.