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LÍMITE A REELECCIÓN DE SENADORES, DIPUTADOS, CONSEJEROS REGIONALES, ALCALDES Y CONCEJALES


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, la sesión que estamos realizando grafica muy bien la tragedia de este país.
Estamos discutiendo poner límite a la reelección de las autoridades con un problema diagnosticado una y otra vez durante años. Conocemos sobradamente la opinión de la gente y, sin embargo, estamos llegando tarde.
A estas alturas, ¿alguien valorará este avance?
Es la expresión nítida de lo que ocurre en Chile.
Las tensiones sociales se han acumulado hace años y hace cuatro semanas se han tomado las calles, sumiendo al país en la mayor crisis de los últimos treinta años. Pero no bastan las millones de personas reclamando sus demandas.
Adicionalmente, el orden público está sobrepasado por las expresiones de violencia aguda y delincuencia pura y simple a niveles nunca vistos. Y, sin embargo, escuchando anoche las palabras del Presidente de la República, siento que una vez más llegaremos tarde.
Pero, en este caso, la responsabilidad es exclusiva del Presidente de la República. De él depende destrabar este conflicto que está desgarrando al país; de él depende tomar decisiones para llegar a un acuerdo concreto y sin ambigüedades para una salida política entre todos los sectores. Pero lo más importante, de él depende enviar una señal clara a la ciudadanía respecto de que efectivamente se ha escuchado su voz y se cambiará el rumbo, posibilitando que se imponga el camino de la paz.
Algunos colegas, con mucha buena disposición, tratan de leer entre líneas para encontrar voluntad para el acuerdo en las palabras o en el silencio del Presidente.
¡Pero la ciudadanía es la que necesita un mensaje claro! Es la gente la que no encuentra respuesta, la que no ve una salida y se debate entre la angustia de que las cosas no cambiarán, mientras que la violencia y el descontrol seguirán aumentando.
Señor Presidente, estamos debatiendo una reforma constitucional que necesita de un alto quorum para ser aprobada. Se nos ha achacado acá que gobernamos durante muchos años y no hicimos los cambios necesarios. ¡Y precisamente no se hicieron por los altos quorum que nunca logramos!
No es fácil alcanzar un quorum elevado. Confío en que hoy día lo lograremos. Sin embargo, ante la gravedad de la crisis que vivimos, esta reforma parece casi intrascendente.
El proyecto tomó casi seis años en la Cámara de Diputados para ser aprobado y lleva siete más en este Senado. En el intertanto, varias autoridades han sido una vez más reelegidas en sus cargos. Y seamos francos, si hoy no estuviésemos en la situación de cuestionamiento y crisis en que nos encontramos, probablemente este proyecto seguiría congelado.
Podría mantener íntegramente mi intervención de hace cuatro años, la primera vez que debatimos esta iniciativa en general. En aquella oportunidad señalé que la limitación de la reelección permitía prevenir focos de caudillismo que, lamentablemente, están instalados en todas las regiones y en todos los partidos, incluidos mi región y mi partido.
Tal vez lo único que tendría que cambiar es que en aquella oportunidad me referí a la necesidad de hacernos cargo de la "crisis de confianza ciudadana en el sistema político". Hoy esa crisis es general, política y social, la más grave que hemos vivido en los últimos treinta años.
Por cierto, no habríamos desactivado este estallido si hubiésemos aprobado este proyecto en su tiempo.
Pero esta crisis, que tiene múltiples responsables, es el resultado de una sumatoria de muchos errores, de muchas omisiones, en los planos político, económico, ambiental y social. Y este es uno de ellos.
El elemento común que exhiben todas estas fallas es que, al momento de tomar las decisiones políticas, económicas, ambientales o sociales, muchas veces no se ha considerado la voluntad de la mayoría, y hace mucho tiempo que esa mayoría es partidaria de poner límites a la reelección.
En la actualidad,...
El señor PIZARRO (Presidente accidental).- Les pido silencio a los señores Senadores, por favor.
El señor QUINTEROS.- Que me deje terminar el Presidente de mi partido.
En la actualidad, no hay explicación que justifique este desfase de las instituciones con el sentir ciudadano.
Los altos quorum que establece la Constitución, que supuestamente aseguraban la estabilidad del país, al transformarse en un tapón para los cambios, han sumido a Chile en la inestabilidad.
Este proyecto requiere para su aprobación tres quintos de este Senado. Confío en que contaremos con esos 26 votos para resolver este aspecto puntual.
Pero esta no es una solución definitiva ni mucho menos. Esa solución de fondo para devolverle la legitimidad al sistema político la hará un plebiscito y una nueva Constitución. Para ello se requieren dos tercios: 29 votos. Espero que no nos demoremos otros cuatro años, ni siquiera cuatro meses o cuatro días, para llegar a un acuerdo. La situación del país demanda reaccionar con responsabilidad y con urgencia.
He dicho, señor Presidente.