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MODERNIZACIÓN DE CARRERA FUNCIONARIA EN GENDARMERÍA


El señor HARBOE (Presidente accidental).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que moderniza la carrera funcionaria en Gendarmería de Chile, con informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (12.431-07) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 39ª, en 7 de agosto de 2019 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento: sesión 55ª, en 15 de octubre de 2019.
El señor HARBOE (Presidente accidental).- Tiene la palabra la señora Secretaria.
La señora SILVA (Secretaria General subrogante).- Los principales objetivos de esta iniciativa son, por una parte, mejorar la carrera funcionaria de las funcionarias y los funcionarios de Gendarmería de Chile, posibilitando que aquellos que pertenezcan a las Plantas I y II y que cumplan con los requisitos accedan al cargo y grado final de su carrera, sin exceder en demasía los tiempos mínimos de permanencia en cada grado, y por otra, otorgar al personal no uniformado mayor estabilidad en el empleo.
La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento discutió este proyecto solamente en general y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros, Senadores señores Allamand, De Urresti, Harboe, Huenchumilla y Pérez Varela.
Cabe considerar que los artículos 7 y 8 tienen el carácter de normas orgánicas constitucionales, por lo que requieren 23 votos favorables para su aprobación. Por su parte, la letra b) del artículo 15 es de quorum calificado y debe ser aprobada con 21 votos favorables.
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en las páginas 24 a 42 del primer informe de la Comisión.
Es todo, señor Presidente.
El señor HARBOE (Presidente accidental).- En mi condición de Presidente de la Comisión de Constitución, me corresponde informar respecto del proyecto, razón por la cual pido autorización para que el Senador Ricardo Lagos presida momentáneamente la sesión.
El señor MOREIRA.- ¡Momentáneamente...!
El señor BIANCHI.- ¡Solo por un rato...!
El señor LAGOS.- ¡Decídanse...!
--Pasa a dirigir la sesión, en calidad de Presidente accidental, el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Agradezco el respaldo.
Aprovechamos de saludar a las distintas organizaciones gremiales de Gendarmería de Chile que nos acompañan.
Buenas tardes.
Tiene la palabra el Senador Felipe Harboe.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, quiero hacer una solicitud.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra, señor Senador.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, solamente quisiera pedirle que, una vez que termine el informe de la Comisión, se pudiese abrir la votación, porque tengo entendido que hay varios...
El señor BIANCHI.- No, señor Presidente.
El señor MOREIRA.- ¡Déjeme terminar, Senador Bianchi!
Hay varios Senadores...
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Diríjase a la Mesa, para no tener dificultades.
El señor MOREIRA.-... hay varios Senadores que están en Subcomisiones Mixtas.
El señor BIANCHI.- ¡Se quiere ir Moreira...!
El señor MOREIRA.- Yo me voy a quedar aquí hasta el final, ¡que quede claro!
Pero, como este es un proyecto de ley que requiere quorum especial, es importante que empecemos a llamar a los colegas lo antes posible, porque no tendríamos explicación si no lográramos la cantidad necesaria de Senadores para aprobar esta iniciativa tan ansiada por Gendarmería.
Por lo tanto, lo que pido en este caso es abrir la votación. Y le solicito -por su intermedio, señor Presidente- al Senador Bianchi que considere esta sugerencia.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Muchas gracias, Senador Moreira. Quedó clara su solicitud.
Senador Bianchi, usted ha sido mencionado en un par de oportunidades.
El señor BIANCHI.- Seré muy breve, señor Presidente.
Obviamente, deseamos que este proyecto sea votado hoy día, pues se ha postergado lata y largamente. Pero, precisamente, por el temor que tengo de que no se logren los quorum -lo que debemos hacer es llamar a las Senadoras y los Senadores que están en las distintas Subcomisiones-, si se abre la votación, como lo ha solicitado el Senador Moreira, podríamos correr un riesgo absolutamente innecesario.
Por eso quiero ser estricto y solicitar que vengan las Senadoras y los Senadores y, una vez que tengamos el quorum, abrimos de inmediato la votación y así no corremos un riesgo innecesario con las y los funcionarios de Gendarmería.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Se entendió perfectamente su planteamiento, Senador Bianchi.
Estaré viendo cómo va el proceso.
En este minuto tendríamos quorum, Senador Bianchi.
El señor BIANCHI.- Bien, abramos la votación.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Muy bien. Se abre la votación.
¿Les parece que escuchemos primero el informe del Presidente de la Comisión?
El señor PIZARRO.- ¡Y que hable el Ministro!
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Le daré la palabra al Presidente de la Comisión informante, luego al Ministro Larraín, y procedemos a abrir la votación.
Que se abra, mejor, la votación.
En votación general.
--(Durante la votación).


El señor HARBOE.- Me corresponde informar. No es que sea informante, señor Presidente. Son cosas distintas.
La señora ALLENDE.- Efectivamente, no es informante.
El señor HARBOE.- Son cosas distintas.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Adelante, Senador Harboe, tiene la palabra.
El señor HARBOE.- Señor Presidente, en mi calidad de Presidente de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, me corresponde informar acerca del proyecto de ley de la referencia, que cumple su segundo trámite constitucional y se origina en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República.
Se dio cuenta de esta iniciativa ante la Sala del Senado en sesión celebrada el 7 de agosto de 2019, disponiéndose su estudio por la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento y la de Hacienda. Posteriormente, por acuerdo de Comités, se modificó está resolución, determinándose que fuera discutido en general en la Sala con el solo informe de la Comisión que presido.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 36 del Reglamento del Senado, esta iniciativa se discutió solo en general. Para su análisis, se contó con la colaboración de representantes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, encabezados por el señor Ministro, don Hernán Larraín, y el señor Subsecretario de Justicia, don Juan José Ossa. Además, la Comisión escuchó el parecer de los personeros de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios y de la Asociación de Directivos Profesionales, Técnicos, Administrativos y Auxiliares de Gendarmería.
En términos resumidos, el proyecto persigue, por una parte, mejorar la carrera funcionaria de las funcionarias y los funcionarios de Gendarmería de Chile, posibilitando que aquellos y aquellas que pertenezcan a las Plantas I y II accedan al cargo y grado final de su carrera sin exceder en demasía los tiempos mínimos de permanencia en cada grado, y por otra, otorgar al personal no uniformado mayor estabilidad en el empleo.
Al fundar la iniciativa legal en informe, el Ejecutivo destaca que Gendarmería de Chile es un servicio público dependiente del Ministerio de Justicia que tiene por finalidad atender, vigilar y contribuir a la reinserción social de las personas que por resolución de autoridades competentes fueren detenidas o privadas de libertad y cumplir las demás funciones que le señale la ley.
En ese marco, la función de Gendarmería de Chile es esencial para nuestra sociedad, pues constituye un eslabón fundamental de la institucionalidad vinculada con la seguridad pública, no solo porque en ella ha depositado el Estado la confianza de vigilar el cumplimiento de las penas y de las medidas cautelares impuestas a personas formalizadas por la comisión de algún delito, sino porque uno de sus roles fundamentales es contribuir a la reinserción social de personas condenadas y, por ende, romper el círculo de las condiciones que las conducen a quebrantar la ley penal, para que vuelvan a la sociedad como un aporte, con nuevas oportunidades de educación y de trabajo.
El aumento de la población penal ha ido en paralelo con el incremento de la dotación del servicio. Así, pasó de 8.852 funcionarios el año 1999 a más de 21.000 en la actualidad. Este importante aumento ha generado un efecto significativo en las condiciones laborales del personal, pues unidades penales planificadas para determinado número de funcionarios han debido soportar también un evidente impacto en sus ahora insuficientes condiciones de habitabilidad.
En ese contexto, los funcionarios de Gendarmería también han visto mermada su carrera funcionaria. Tal es el caso, por ejemplo, de las Plantas I de Oficiales y II de Suboficiales y Gendarmes. Los funcionarios adscritos a ellas con dificultad alcanzan el grado superior de la carrera, aun cuando cumplen con todos los requisitos para hacerlo. Y en el caso de algunas promociones, las más grandes, esto se vuelve virtualmente imposible. Además, hay funcionarios que a la fecha han excedido el tiempo mínimo para ascender al grado superior, sin encontrar vacantes para que esto suceda. Lo anterior se traduce en un incremento inorgánico de las dotaciones a través de los años, lo que trae aparejada una consecuencia negativa desde el punto de vista de los ascensos en las plantas del Servicio.
Para solucionar este problema, el proyecto de ley regula tanto el ingreso a la carrera como el egreso de ella, con el objeto de no repetir el crecimiento inorgánico de las dotaciones y evitar que en la parte superior de la carrera se genere un estancamiento. En lo inmediato, se requiere hacerse cargo de los más de 15 mil funcionarios que hoy se desempeñan en dichas plantas.
Por su parte, en el caso de los funcionarios no uniformados, se presenta una desproporcionada relación entre planta y contrata, nuevamente producto de los aumentos progresivos de dotación que, desde el año 2003, no han tenido un correlato en la planta. Por esa razón, el proyecto propone un aumento de cargos de planta para dotar de mayor estabilidad en la carrera a funcionarios clave, que se desempeñan, entre otros ámbitos, en la ejecución de políticas de reinserción social.
Adicionalmente, se introducen otras medidas tendientes a generar movilidad en esta planta.
En otro orden de ideas, el proyecto acomete el problema de los funcionarios no uniformados adscritos al régimen previsional de la Dirección de Previsión de Carabineros de Chile (Dipreca), que tienen un trato asimétrico en relación con la aplicación de la bonificación por egreso establecida en la ley N° 19.998, respecto de los funcionarios de las Plantas I y II, lo que no se justificaría.
Con motivo de su exposición ante la Comisión, los personeros de Gobierno hicieron presente que este Servicio se encuentra desarrollando un proceso de planificación institucional que abarca diversas dimensiones, tales como las personas que integran la institución, sus procesos de trabajo y los sistemas tecnológicos y de información con que cuenta Gendarmería de Chile. El fin último de este trabajo procura una mejora relevante en la eficacia y eficiencia del Servicio, en las condiciones laborales de los funcionarios, en la infraestructura carcelaria y en los estándares de seguridad. Asimismo, se encuentra en ejecución la instauración de un plan integral de reinserción social, como uno de los principales ejes de la función institucional.
El informe financiero que acompaña a este proyecto de ley declara que las modificaciones propuestas irrogan un mayor gasto fiscal, de una vez, por 16.757 millones de pesos netos durante cuatro años por la bonificación de retiro; un gasto por las modificaciones a las plantas y la mayor cotización de Gendarmería que asciende a 4.560 millones de pesos en régimen, y un mayor gasto de régimen variable asociado al pago de la bonificación por egreso y asignación de grado superior.
El mayor gasto fiscal que representa la aplicación de esta ley durante su primer año se financiará con cargo al presupuesto del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. No obstante lo anterior, el Ministerio de Hacienda, con cargo a la partida presupuestaria del Tesoro Público, podrá suplementar dicho presupuesto en la parte del gasto que no se pudiere financiar con estos recursos.
Finalizo señalando que, en mi opinión, y como lo expresé en la Comisión, no ha existido hasta ahora por parte del Estado una visión integral y de diseño de Gendarmería. La institución aparece como un híbrido con una función celadora y otra rehabilitadora, con dos regímenes previsionales, tres plantas y diferentes escalas de remuneraciones. Si se observa el modelamiento de planta, prácticamente no existe carrera funcionaria, sino más bien un mero encasillamiento de funcionarios. Si la cantidad de años por grado impide que al finalizar la carrera se recorra la integridad del escalafón, quiere decir que no existe carrera funcionaria. Si se hiciera un modelamiento de abajo hacia arriba, estableciendo un número máximo de años por grado, y se garantizara un desarrollo de carrera que sea piramidal, estaríamos ante una realidad más favorable. No obstante, si el modelamiento de carrera impide que aquello ocurra, se está cercenando el desarrollo de carrera y, por consiguiente, las remuneraciones de miles de funcionarios.
En todo caso, el informe de la Comisión da cuenta de los principales aspectos que fueron debatidos con ocasión de la discusión en general de la iniciativa que nos ocupa.
Sometida a votación la idea de legislar en la materia, fue aprobada por la unanimidad de los miembros de la Comisión, Senadores señores Huenchumilla, De Urresti, Pérez Varela, Allamand y quien habla.
Es cuanto puedo informar, señor Presidente.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Muchas gracias, Senador Harboe, por su informe.
A continuación, le ofrezco la palabra al Ministro de Justicia, don Hernán Larraín.
Bienvenido.


El señor LARRAÍN (Ministro de Justicia y Derechos Humanos).- Gracias, señor Presidente.
En atención al tiempo y a la importancia de poder despachar esta iniciativa deseablemente hoy día, voy a ser breve. Me ayuda para dicho objetivo la explicación sobre el proyecto que ha hecho el Presidente de la Comisión, el Senador Harboe, y, por lo tanto, me voy a circunscribir a aspectos muy centrales.
En lo principal, quiero dar a conocer el contexto dentro del cual se inscribe este proyecto de ley.
Para el actual Gobierno del Presidente Piñera, Gendarmería es una institución extraordinariamente relevante, y no ha tenido, quizá en mucho tiempo, verdaderas prioridades en distintos sentidos. Por eso hemos querido trabajar en una modernización bastante completa de la institución, para que pueda cumplir con los importantes fines que tiene asignados por el ordenamiento jurídico.
En lo fundamental, una de las primeras áreas en donde hemos desarrollado un trabajo muy importante en conjunto con Gendarmería es la consolidación de la función de reinserción social como una función principal, de la misma naturaleza y envergadura que la de custodia, que siempre ha sido el objetivo central de la institución.
Es muy importante fortalecer la reinserción social. Para eso hemos desarrollado un proyecto, en una alianza público-privada, que esperamos que sirva en forma muy eficaz al propósito de lograr que cuando se reinserten quienes están privados de libertad, en el período pospenitenciario, puedan conseguir un trabajo, ser útiles a la sociedad y no volver a la delincuencia.
Esa iniciativa, señor Presidente, es clave. En intervenciones habidas en el proyecto anterior algunos se referían al problema de la seguridad. Y efectivamente, la reincidencia hoy día es muy alta, llega al 50 por ciento al poco andar de quienes egresan de los planteles penitenciarios. Si trabajamos la reinserción en forma seria, vamos a reducir ese porcentaje; y, por lo tanto, a sacar a delincuentes de la calle.
Eso es parte del objetivo y creemos que Gendarmería tiene una misión central en él. De ahí que estemos trabajando una iniciativa muy potente como pensamos que será el presente proyecto.
Estamos también conscientes de las malas condiciones de habitabilidad, de las condiciones inhumanas en que viven muchos, no solamente de los internos, sino también de quienes trabajan en los penales.
Por lo tanto, estamos elaborando un plan de infraestructura con el que esperamos, como objetivo primario, poder reducir la situación descrita y generar las condiciones adecuadas para desarrollar todo el trabajo que debe cumplir el personal penitenciario en beneficio de los objetivos de custodia y de reinserción.
Estamos conscientes, asimismo, de la situación difícil que provocan los cambios de los niveles de delincuencia y de peligrosidad que se han desarrollado en el país, que incluyen el incremento del narcotráfico y la presencia de bandas peligrosas, las cuales se hallan también presentes en distintos lugares de nuestros planteles penitenciarios. Y para combatirlas hemos desarrollado un plan anticorrupción muy completo, que busca, gracias al apoyo de todo el personal de Gendarmería, terminar con aquellos lugares -como los que había en Colina 2- que se estaban volviendo impenetrables para el funcionamiento de la propia institución y que se habían enquistado precisamente por los poderes que estas bandas habían logrado instalar.
Junto con una serie de medidas, que incluyen mecanismos tecnológicos, de prevención, esperamos dar vuelta la situación y ganar esta batalla.
Estamos trabajando también en la formación del personal. Como ustedes saben, la Escuela de Gendarmería adquirió el nivel de institución de educación superior para los efectos educacionales y, en lo sucesivo, una vez que se terminen los planes que se están trabajando, los oficiales pasarán de dos a cuatro años de formación, y los suboficiales, de uno a dos años, mejorando así su preparación, que va incluida dentro de los proyectos de formación general que se tienen para capacitarlos en lo que significa la función de reinserción social y en otros temas, por ejemplo, en materia de derechos humanos, para asegurar un trato más adecuado hacia quienes están privados de libertad.
Asimismo, estamos trabajando fuertemente en el mejoramiento de la gestión, como bien lo recordaba el Senador Harboe en su presentación, y esperamos con eso ayudar a que el funcionamiento de esta institución, el uso adecuado de sus recursos, de los sistemas de información, puedan servir a la finalidad que buscamos.
Pero todo esto, como siempre, es posible en la medida en que quienes son responsables del funcionamiento de la institución estén en condiciones adecuadas. Me refiero con esto al personal uniformado de Gendarmería, que está en las Plantas I y II; y al no uniformado, que está en la Planta III.
Hoy día son cerca de 21 mil personas: 15.500 uniformados; el resto, no uniformados.
Ellos hacen posible que esta institución cumpla su fin, con dificultades, como nos ocurre en general a todas las instituciones, pero cada vez preocupados de mejorar su situación.
Este personal, señor Presidente, ha estado en muchos sentidos muy dejado en aspectos que son muy anhelados por ellos, particularmente por los gremios, que son muchos y que están muy interesados en sacar adelante el mejoramiento de la carrera funcionaria como primera prioridad.
Esta iniciativa ha sido el logro de una conversación, de un diálogo que sostuvimos desde el Ministerio Justicia, particularmente con la presencia y participación del Subsecretario, Juan José Ossa, trabajando y llegando a acuerdos con los gremios para asegurar que realmente se cumpla la finalidad de tener una carrera funcionaria que rompa las limitaciones que se le han ido poniendo, que entraban su función y que tienen efectivamente los problemas que aquí ya se han destacado.
Hoy día, Gendarmería atiende cada año a más de 140 mil personas. Unas están en un subsistema cerrado, que en el año 2018 atendió a 51 mil y fracción, incluyendo los imputados. Pero hay 62 mil que están en un subsistema abierto y 27.600 en el subsistema pospenitenciario. En privación de libertad hoy, en una foto rápida, hay 27.500 que están condenados y 13.500 que están en condición de imputados.
La dotación del servicio se ha más que duplicado en diez años: de 8.852, hay cerca de 21 mil funcionarios en la actualidad.
Esta situación genera dificultades mayores, que son las que precisamente este proyecto pretende resolver.
En el caso de las Plantas I y II, lo que ocurre es que es muy difícil que los funcionarios puedan ir alcanzando los grados superiores. Por tanto, se van estancando en sus respectivos grados sin poder lograr no solo el reconocimiento a la jerarquía de sus cargos, sino también los recursos que van acompañados en esos casos, salvo algunas excepciones que lamentablemente son insuficientes.
Se excede el tiempo mínimo para ascender al grado superior sin encontrar vacante. Hoy día tenemos alrededor de 7 mil funcionarios en esa situación.
Por otra parte, en el caso de los funcionarios no uniformados se presenta una relación entre la planta y la contrata que no es óptima, ni conveniente para las necesidades del servicio. Estamos hablando de que en este ámbito hay un poco más de 5 mil funcionarios, de los cuales 4 mil son a honorarios, lo cual es ciertamente una situación anómala en un servicio público.
El proyecto que estamos presentando, que fuera aprobado por la Cámara de Diputados con algunos aspectos que quisiéramos revisar en esta circunstancia, busca, por lo tanto, asegurar que los funcionarios de las Plantas I y II que cumplan con todos los demás requisitos accedan a los grados superiores en tiempos razonables. Es decir, sin exceder aquellos tiempos de permanencia mínimos que se establecen en nuestra legislación.
En seguida, se trata de otorgar al personal no uniformado mayor estabilidad en el empleo, pasando a muchos de ellos a la contrata; incluir como beneficiarios de la bonificación por egreso al personal no uniformado adscrito a Dipreca -no es una cifra muy significativa, pero es importante-; y regular en forma objetiva los ingresos de los funcionarios a las Plantas I y II, a fin de no repetir el crecimiento inorgánico de estos últimos tiempos.
En lo fundamental, el gasto neto que tiene el proyecto hasta el año 2028 es del orden de los 50 mil millones de pesos, aproximadamente, de acuerdo al detalle que está incorporado en el informe que ustedes tienen.
Aquí, para resumirlo en claro, el efecto que buscamos producir en términos prácticos y concretos se puede reflejar en la siguiente información.
En el año 2019 va a haber 95 ascensos, pero los funcionarios con tiempo cumplido para este año (estamos hablando de la Planta I) son 557; y esto es lo que va produciendo el atochamiento, el estancamiento. No hay tiraje en la chimenea.
Si se aplicara este proyecto de ley para este año en la Planta I, habría 234 ascensos, dejando en calidad de funcionarios de tiempo cumplido a 411; y así, año a año, lo que va ocurriendo es que los funcionarios de tiempo cumplido van disminuyendo, hasta llegar a cero el año 2022.
Eso, en el caso de la Planta I.
En cuanto a la Planta II, de 4.074 funcionarios con tiempo cumplido que tenemos hoy día, al año 2022 se llega a 1.767. Es decir, se baja drásticamente su número, con lo cual realmente producimos el tiraje a la chimenea y el reconocimiento económico y a la dignidad de los cargos que corresponde.
Estamos, pues, por esta vía, generando una verdadera carrera funcionaria, que corresponde al reconocimiento que se requiere, dada la naturaleza del trabajo de este personal penitenciario.
Hay mecanismos a través de los cuales esto se desarrolla.
Yo no sé, señor Presidente, cuánto quisiera usted que nosotros explicáramos esta materia, porque eso significaría entrar en un mayor detalle. Si le parece, dejo hasta aquí mi exposición y si hay inquietudes de cómo se logra esto; de cómo incorporamos, por ejemplo, el incentivo al retiro en forma significativa, con bonificaciones posteriores para estimular su mantención una vez que termine este período; así como respecto de otras medidas, estamos aquí, junto con el Subsecretario Ossa, a su disposición.
He dicho.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Muchas gracias, Ministro Larraín, por ese exhaustivo informe.
Se me ha solicitado abrir un plazo de indicaciones para este proyecto hasta el 15 de noviembre, a las 12 horas.
¿Le parece a la Sala?
El señor PÉREZ VARELA.- ¡Es mucho!
El señor BIANCHI.- Es mucho plazo.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Fue lo que pidió el Presidente de la Comisión.
Tiene la palabra el Senador Bianchi.
El señor BIANCHI.- Señor Presidente, hasta el 15 de noviembre me parece un plazo excesivo. Estamos absolutamente contra el tiempo, y lo deseable sería obviamente, en la medida en que sea posible, sacar adelante este proyecto cuanto antes.
¿Tal vez el 5 de noviembre? Diez días antes.
El señor PÉREZ VARELA.- Sí, el martes 5 de noviembre.
La señora ALLENDE.- Sí.
El señor MOREIRA.- De acuerdo.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- ¿Les parece el lunes 4 de noviembre?
El señor BIANCHI.- ¡Perfecto!
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Muy bien.
--Así se acuerda.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- ¡Servirá de regalo de cumpleaños para el Senador Bianchi...!
¡Venga ese día, sí...!
Puede continuar, señor Senador.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, lo primero es saludar con afecto y respeto a las funcionarias, a los funcionarios de Gendarmería, y a cada una de sus instituciones.
Ellos han vivido décadas de abandono por parte de nuestro Estado, ejerciendo su trabajo en condiciones precarias, con hacinamiento en las mismas infraestructuras penitenciarias, con dotación de personal insuficiente, entre otros muchos problemas que nos han hecho saber.
Gendarmería de Chile atiende, tal como lo ha dicho el propio Ministro Larraín, 140 mil personas, por lo que resulta de suma importancia poder velar hoy por el bienestar de los funcionarios, tanto uniformados como civiles.
Señor Presidente, ¿este proyecto de ley resuelve todas las falencias de esta institución? Claramente, no.
Y espero abordar en el más corto plazo las materias que quedan aún pendientes y que hemos venido conversando con los funcionarios, tanto uniformados como civiles, de esta institución.
¿De qué se encarga este proyecto? Ya lo han dicho el propio Ministro y quien preside la Comisión de Constitución -yo haré un resumen-: de la regulación del ingreso a la carrera, de la redistribución de cargos de plantas, de la lista anual de retiro, de la seguridad de los funcionarios, entre otras materias.
Pero, sin duda alguna, uno de los puntos más importantes que propone la iniciativa es terminar con el grave problema que viven los funcionarios y las funcionarias de Gendarmería al no poder ascender a los cargos de más alto grado dentro de la institución, no por falta de cumplimiento de los requisitos establecidos, sino por falta de movilidad en los funcionarios de las Plantas I y II.
Frente a eso, el proyecto propone una bonificación por retiro, que impulse a los altos cargos a dejar la institución cuando corresponda y así favorecer la subida de escalafón de quienes vienen tras ellos.
Este incentivo al retiro se aplicará para aquellos funcionarios que al 31 de diciembre del año 2019 hayan cumplido más de 20 años de servicio y que, a la misma fecha, no hayan cumplido más de 28 y que se encuentren calificados en lista 1 (de mérito) o lista 2 (buena). En ambos casos, la bonificación no será imponible ni tributable y no constituirá renta para ningún efecto legal, además de que se pagará por Gendarmería de Chile dentro del primer trimestre del año calendario siguiente al de la cesación de sus funciones.
Hay que agregar también, señor Presidente, que las bonificaciones por retiro serán todas incompatibles con cualquier otra de naturaleza homologable que se origine en una causal de similar otorgamiento y cualquier otro beneficio por retiro que hubiera percibido el funcionario o la funcionaria con anterioridad.
Esta es una de las grandes injusticias que no comparto en lo más absoluto, ya que las funcionarias y los funcionarios de Gendarmería de Chile son la única institución pública que tiene un sistema de ahorro para mejorar sus futuras pensiones y, ante este incentivo que se propone, ¡se les niega, se les quita, se les impide el retiro de sus propios dineros!
Esta tendría que ser, ojalá, una de las materias a tratar en la discusión en particular, cuando se presenten las indicaciones, que en este caso serán inadmisibles si las formula un Senador, por lo que habrá que ver la voluntad que exprese el Ejecutivo al respecto.
Señor Presidente, yo asistí al debate en la Comisión de Constitución. Allí expuso el Ministro y el Subsecretario. A lo menos, percibí un ánimo de intentar buscar un acuerdo, tanto con los funcionarios civiles como con los uniformados. Son ellos los que nos piden avanzar rápidamente en este proyecto de ley. En ese contexto, el Subsecretario señaló que, una vez aprobada la idea de legislar, está toda la voluntad del Ejecutivo para trabajar, en conjunto con los funcionarios y las funcionarias, las materias que no fueron incorporadas en el protocolo. No todas podrán ser acogidas -esa es una gran verdad-, pero se tratará de buscar algún consenso para mejorar las condiciones laborales de las funcionarias y los funcionarios.
Gendarmería de Chile necesita con urgencia la intervención de todos nosotros para mejorar su actual y precaria condición de trabajo, con falencias considerables de infraestructura y administrativas, con lo cual sus funcionarios quedan en el mismo nivel de aquellas personas que se encuentran privadas de libertad.
Funcionarios públicos como los de Gendarmería de Chile necesitan hoy ser considerados con la importancia que se merecen con un proyecto de ley que reconozca la fundamental labor que realizan en todo nuestro país.
Voto favorablemente, señor Presidente.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- A continuación, tiene la palabra el Senador Rabindranath Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, la verdad es que no voy a entrar en el detalle de este proyecto, pues ya hemos escuchado al señor Ministro de Justicia y también a los Senadores que me antecedieron.
La situación de Gendarmería no es distinta de la crisis que afecta a las otras instituciones que tienen un rol en la seguridad pública.
La encuesta de la Fundación Paz Ciudadana prácticamente refleja que, ante la opinión pública, las instituciones se encuentran superadas en su papel tanto de contener como de combatir a la delincuencia.
Los tribunales, el Ministerio Público, las policías y Gendarmería adolecen de falta de personal y de herramientas suficientes para enfrentar la realidad delictual de nuestro país.
Pero Gendarmería tiene una situación diferente. De todas las entidades mencionadas, su personal es el que enfrenta las condiciones laborales más desmedradas.
Por eso tiene pleno sentido este proyecto de ley.
El diagnóstico lo conocemos hace años. Es el momento de solucionar y de construir en serio. Los funcionarios no pueden seguir esperando.
Ellos han concurrido incansablemente hasta este Congreso. Muchas veces me he entrevistado con sus dirigentes en la Región de Los Lagos.
Debemos hacernos cargo de esta crisis de una vez por todas, que afecta a miles de funcionarios.
En síntesis, se observa que hay una insuficiente y derruida infraestructura carcelaria; una estructura organizacional que no corresponde a los fines institucionales; políticas de personal incoherentes y discriminatorias, como aquí se ha dicho; una dotación insuficiente para el cumplimiento de sus fines, y escasos programas de capacitación.
Lo dijo el Ministro: Gendarmería atiende cada año a más de 140 mil personas, 50 mil en el subsistema cerrado, un poco más de 60 mil en el subsistema abierto, y algo menos de 30 mil en el subsistema pospenitenciario.
El proyecto que hoy debatimos -con los trabajadores en las gradas escuchándonos-, como en todo proceso, busca resolver algunos de los puntos de deterioro de la institución. El más grave de ellos, según me lo han expresado, es el de su personal, tanto uniformado como no uniformado, que se han desempeñado por años en medio de muchas falencias, tanto estructurales como administrativas, de lo que da cuenta esta iniciativa.
El proyecto contempla una bonificación por retiro, una redistribución de los cargos de la planta, nuevas reglas para ascensos, mejoramiento de asignaciones, normas que regulan el ingreso y retiro de la carrera, así como nuevas reglas sobre la seguridad y defensa de los funcionarios.
¡Son normas mínimas y su costo es muy razonable!
En verdad, no son sino un paso, dentro un proceso necesario de reforma, que transforma esta institución y que le permita cumplir efectivamente el rol al que está llamada de asegurar el cumplimiento de las resoluciones que dicten los tribunales, que es la clave en un Estado de derecho; pero también, su función social de generar las condiciones para la rehabilitación y reinserción de los condenados, sin lo cual todo lo que se invierte en seguridad pierde su efectividad.
Por tal motivo, señor Presidente, voto a favor.
He dicho.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Senador Francisco Chahuán, tiene la palabra.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, este proyecto es fruto del acuerdo, es fruto del diálogo.
Y quiero valorar, por su intermedio, la persistencia de los dirigentes nacionales de Gendarmería, como también el esfuerzo que han hecho el Ministro de Justicia y el Subsecretario, para los efectos de llegar a un acuerdo, el que se suscribió el 8 de noviembre del año pasado. Con ello, el Frente de Trabajadores Penitenciarios, que agrupa a las principales asociaciones de funcionarios de Gendarmería de Chile, logró avanzar sistemáticamente en ese esfuerzo.
Se han planteado varios temas, que están contenidos en este proyecto: la bonificación por retiro, la redistribución de los cargos de planta, las nuevas reglas para ascensos, lo relativo a la asignación de grado superior, la regulación del ingreso a la carrera, la lista anual de retiro y la bonificación por egreso.
Sin lugar a dudas, uno de los asuntos -yo diría- más sensibles dice relación con las carreras al interior de la institución. Es el caso de las Plantas I, de Oficiales, y II, de Suboficiales y Gendarmes.
No son pocos los funcionarios que a la fecha han excedido el tiempo mínimo para ascender al grado superior, pero sin encontrar vacante para que esto suceda. Más de 4 mil funcionarios a la fecha.
En otros términos, se encuentran "topados", sin posibilidad de ascender.
En suma, atendido el crecimiento inorgánico de las dotaciones a través de los años, se ha generado un problema con los ascensos de los funcionarios de las Plantas I y II del servicio.
Para solucionar en régimen el problema, es necesario regular tanto el ingreso a la carrera como el egreso de la misma, con el objeto de no repetir el crecimiento inorgánico de las dotaciones, por una parte, y evitar que en la parte superior de la carrera se genere un estancamiento, por otra. Con todo, en lo inmediato, es necesario hacerse cargo de los más de 15 mil funcionarios que hoy se desempeñan en dichas plantas.
También existe otro tema que debemos abordar: el estrés producido básicamente por las condiciones en que trabajan los funcionarios de Gendarmería.
Nosotros hemos venido trabajando largamente en esta materia, y hemos luchado por dignificar la función de los gendarmes: desde crear el Día Nacional de Gendarmería, que fue un proyecto de nuestra autoría, junto con el Senador Bianchi, hasta lograr finalmente visibilizar su labor y generar las condiciones que permitieran resolver los temas que dicen relación fundamentalmente con la planta.
Por su parte, en el caso de los funcionarios no uniformados, se presenta una desproporcionada relación entre planta y contrata, nuevamente producto de los aumentos progresivos de dotación que, desde el año 2003, no han tenido un correlato en la planta. Por esa razón, se efectúa un aumento en los cargos de planta para dotar de mayor estabilidad en la carrera a funcionarios clave, entre otros ámbitos, en la ejecución de políticas de reinserción social, y se introducen otras medidas tendientes a generar movilidad en dicha planta.
En efecto, en la actualidad la planta autorizada de 1.132 cargos se encuentra ocupada solo en un 64 por ciento, o sea, por poco más de 700 funcionarios, mientras que en la contrata hay más de 4.000.
Claramente, estamos ante una situación compleja, de la cual hay que hacerse cargo.
Por otra parte, los funcionarios no uniformados adscritos al régimen previsional de la Dirección de Previsión de Carabineros de Chile (Dipreca) tienen un trato asimétrico en relación con la aplicación de la bonificación por egreso establecida en la ley N° 19.998, respecto de los funcionarios de las Plantas I y II, lo que no se justifica.
El objetivo central de esta iniciativa, como ha señalado el Ministro, es introducir mejoras en la carrera funcionaria del personal de Gendarmería de Chile. Para tal efecto se busca principalmente:
1. Posibilitar que los funcionarios de las Plantas I y II que cumplan con todos los demás requisitos accedan al cargo y grado final de su carrera en tiempos razonables; es decir, sin exceder en demasía los tiempos mínimos de permanencia en cada grado, y, de esta manera, satisfacer una legítima aspiración de ascensos periódicos durante el transcurso de la carrera.
2. Otorgar al personal no uniformado mayor estabilidad en el empleo.
Estamos hablando de una función esencial.
Los propios funcionarios de Gendarmería, a quienes hemos acompañado muchas veces en las movilizaciones para generar puentes con el Ejecutivo, con el Ministerio de Justicia, que posibiliten el diálogo necesario, señalan que se siente parte de la población penitenciaria, porque están encerrados.
Se encuentran en una situación de riesgo, que es inherente a su labor, y ello, por supuesto, se relaciona con el estrés permanente en el que viven, producto de la actividad que desempeñan.
Quiero felicitar al Presidente Piñera; al Ministro y al Subsecretario de Justicia, quienes han tenido la voluntad de sentarse a la mesa a conversar y generar puntos de encuentro, y también a los funcionarios de Gendarmería de Chile, quienes estuvieron siempre dispuestos a mejorar esta propuesta.
No todos los temas se encuentran resueltos. Confiamos en que el trabajo posterior que se realice en la Comisión, tras la presentación de indicaciones, que requerirán, por supuesto, el patrocinio del Ejecutivo, permita resolver las materias pendientes, solución que siguen esperando los gendarmes de Chile.
Ciertamente, este proyecto es una mejora para Gendarmería y también el cumplimiento de la palabra empeñada por parte del Presidente Piñera, del Ministro de Justicia y del Subsecretario.
He dicho.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Senadora Isabel Allende, tiene la palabra.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, como se ha expresado en la Sala esta tarde, los gendarmes tienen una labor importante, muy importante, que pocas veces es reconocida en nuestro país.
También se ha dicho que en las cárceles se encuentran más de 40 mil personas privadas de libertad: 27 mil condenados, 13 mil en prisión preventiva.
Es cierto que algo ha disminuido el hacinamiento, pero aún existen altos niveles de sobrepoblación en esos recintos.
A principios de año, el Instituto Nacional de Derechos Humanos elaboró un informe que dejó en evidencia la falta de camas; el hecho de que la mitad de la población penal no tiene un lugar privado donde estar, y que en el 90 por ciento de las cárceles existían deficiencias estructurales.
Esto obviamente trae consecuencias en la labor que tiene Gendarmería, la que no da abasto, pese al aumento de personal -también se ha dicho esta tarde en la Sala-, de los más de 8.200 a 21.000 funcionarios en los últimos veinte años.
Este proyecto tiene por objeto mejorar la carrera funcionaria de Gendarmería, entre otras cosas, reduciendo los tiempos de permanencia en un grado; estableciendo una bonificación por el retiro; reasignando las plantas; generando reglas para el ascenso; permitiendo el acceso a la carrera; fomentando la capacitación profesional.
Se otorga, además, al personal no uniformado una mayor estabilidad. Esto viene a solucionar problemas que presentaba este sector, los que eran bastante dramáticos, porque se le impedía avanzar en su carrera funcionaria: solo ha habido tres concursos de promoción en los últimos diecisiete años.
La falta de movilidad, por cierto, es un gran problema, que, desde luego, desincentiva al personal, al no contar con opciones de mejora, incluso, en sus remuneraciones.
Por último, el proyecto tiene normas relacionadas con el incentivo a retiro, para que en cuatro años cien funcionarios de la Planta I y mil de la Planta II puedan adelantar su salida. Esperamos que dicho beneficio sea una compensación para estos por sus años de servicio.
Hago presente que, por cierto, vamos a apoyar este proyecto de modernización.
Aprovecho la oportunidad para saludar a las agrupaciones que nos acompañan y que se han acercado a la oficina a hablar con nosotros: a la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes, y a la Asociación de Directivos, Profesional, Técnicos, Administrativos y Auxiliares de Gendarmería de Chile.
Creemos que han hecho un trabajo de diálogo persuasivo, gracias al cual se ha logrado un acuerdo. No ha sido fácil; les ha tomado tiempo. A veces, ha sido frustrante por las expectativas y por el tiempo que llevamos ocupados en lo mismo.
El problema no es solo el hacinamiento en las cárceles, sino también las condiciones en que trabaja nuestro personal de Gendarmería.
La labor de los gendarmes es compleja, es una tarea difícil. Claramente no se encuentran en las mejores condiciones.
Me alegra haber escuchado al Ministro decir que va a haber un plan de infraestructura, porque las condiciones de habitabilidad en las cárceles no son dignas. Y es fundamental que los gendarmes tengan las mejores condiciones para ejercer su rol.
Por lo tanto, espero que efectivamente esto avance, sobre todo respecto de las condiciones de infraestructura necesarias, como las de mayor seguridad.
También se ha mencionado, por desgracia, que la delincuencia que existe dentro de las cárceles es muy agresiva; está mejor organizada; dispone, incluso, de armamento o de teléfonos, lo que no corresponde, todo lo cual pone en riesgo la seguridad que existe al interior de los recintos.
Quiero señalar que quizás es el momento para discutir una reforma a Gendarmería mucho más integral, como lo indicó el propio Ministro en la Comisión. Es urgente, por el crecimiento que ha tenido la población penal.
Por eso se necesita este plan de infraestructura con enfoque en los derechos humanos y una mayor formación y capacitación para el personal.
Además, hay que enfrentar los nuevos problemas que hay dentro la población penitenciaria, como la existencia de grupos organizados, como ya señalé.
Creo que es importante que demos este paso, y lo vamos a apoyar. Pero debemos seguir pensando en todo lo que se va a requerir para realmente entregar las condiciones de infraestructura que son esenciales, más todo lo que hemos mencionado con relación a la carrera funcionaria en Gendarmería.
Voto a favor, señor Presidente.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Felipe Harboe.


El señor HARBOE.- Señor Presidente, es de común ocurrencia escuchar discursos en los que se señala que resulta importante meter presos a los delincuentes. Y muchas veces la señora o el señor que lo dice en su casa no tiene conciencia de lo que significa aumentar exponencialmente la población penal.
Chile tiene hoy día una población penal un poco superior a las cien mil personas, entre internos, cautelares y medidas en libertad (en medio libre).
Y estas se encuentran sometidas al control de una institución: de Gendarmería.
Pero esa señora o ese señor que a la hora de almuerzo exige mano dura, más represión, más presos, no está dispuesto por ningún motivo a que la cárcel esté cerca de su casa, ¡por ningún motivo!
Y tampoco tiene conciencia de que esos penales son cuidados por más de veinte mil personas, que ofician de gendarmes o de funcionarios de la institución y que muchas veces se encuentran en condiciones extremadamente adversas para cumplir sus funciones.
Cuando la sociedad le encomienda a una persona una labor tan difícil como la de un gendarme, tiene el deber ético de establecer condiciones jurídicas de protección, condiciones sociales de protección y condiciones logísticas de protección.
Y la verdad es que, frente al aumento de la población penal, los diferentes gobiernos han ido incrementando la dotación de Gendarmería, para pasar -me puede corregir el Ministro- de cerca de nueve mil novecientos funcionarios, en 1999, a más de veintiún mil, hoy día. Pero ese crecimiento de la dotación, que tenía por objetivo dar adecuada cobertura a las demandas de la población penal, no fue acompañado necesariamente de las mejoras en infraestructura para garantizar, no digo un hotel, sino una habitabilidad digna.
¿Por qué cuando un trabajador llega a su oficina esta se encuentra aseada y es segura, pero cuando llega un gendarme a la suya no está en las mismas condiciones? Porque en el momento en que se diseñaron las obras de infraestructura no se pensó en quiénes iban a cumplir funciones ahí y en la necesaria dignidad de sus espacios. Pero, a su vez, en el diseño del aumento de las dotaciones tampoco se pensó en los impactos que, desde el punto de vista social, iban a tener los incrementos reiterados de dotación. El primero de ellos fue abordado y discutido en la Comisión, y tiene que ver con la carrera funcionaria.
Yo me atrevo a decir que en Gendarmería de Chile no existe carrera funcionaria, porque la carrera funcionaria supone, como su nombre lo indica, un proceso en virtud del cual los funcionarios van pasando determinados grados hasta llegar a la cúspide de la pirámide. Y la verdad es que, cuando uno mira el modelamiento, ve que eso ya no es pirámide: se halla bastante deformado. Pero, asimismo, no está garantizado que un funcionario o una funcionaria que cumpla de buena forma su labor, que tenga un buen desempeño, buenas calificaciones, pueda llegar a la cúspide de su carrera desde el punto de vista del grado.
Ahora, la Ley Orgánica Constitucional de Carabineros, que muchas veces sirve de espejo para estas cosas, establece lo que se llama el "mayor sueldo", que consiste en que si un funcionario ha pasado más de nueve años en un grado, tiene derecho automáticamente a que se le pague el mayor sueldo aun cuando no se materialice el ascenso.
¿Y qué pasa con la remuneración? Esta no es acorde al riesgo, porque sepan ustedes, por ejemplo, que cuando se dispone la realización de un partido de fútbol de alto riesgo y se manda a fuerzas especiales a resguardar el evento, ese equipo de fuerzas especiales recibe una asignación de riesgo especial. Pero la verdad es que en el caso de Gendarmería se entendió que la remuneración incluía el riesgo. ¿No será mucho más riesgosa la función de un gendarme, que debe cuidarse permanentemente en su lugar de trabajo de no ser acuchillado, de no ser agredido, o de no ser lo que sea?
Bueno, ahí hay un elemento que se debe discutir en algún minuto.
¿De qué manera nosotros asumimos como sociedad que a ese funcionario le estamos encomendando una labor muy difícil y riesgosa, que debe ser debidamente compensada? Claro, una reforma de remuneraciones puede ser extremadamente onerosa; pero hay mecanismos conforme a los cuales uno puede ir generando ciertas compensaciones -como dije, con habitabilidad, con carrera funcionaria-. Porque, evidentemente, si cada funcionario estuviese los años que corresponde en cada grado, podría ascender y ver con perspectiva de futuro cómo sus remuneraciones van aumentando en un tiempo normal. Pero eso tampoco ocurre.
En consecuencia, hay que mirar a esta institución más bien estratégicamente y pensar cómo nosotros logramos crear un incentivo a la permanencia en el tiempo, al mejoramiento de la gestión y, por supuesto, al respeto de los derechos no solo de los gendarmes, sino también de los internos, porque una cosa es que los mandemos presos, pero otra muy distinta es que, por el hecho de estar recluidos, sean vejados y violados en sus derechos fundamentales.
Este proyecto que estamos discutiendo hoy día en general es producto de un proceso de conversaciones, de negociaciones, no exento de tensiones, y llega a un punto de encuentro en varias materias que aquí se abordan, pero hay otras en las que no ha habido acuerdo y que tendremos que analizar en la discusión en particular. Por de pronto, el modelamiento; también, la compatibilidad del bono de retiro con la asignación, que son algunos de los elementos que uno debiera empezar a mirar en la discusión en particular.
Pero, igualmente, hay que hacerse cargo de una situación muy compleja. A este respecto, debo decir que en un diálogo que tuvimos en Ñuble con nuestro dirigente Cristián Montesinos comentábamos justamente la necesidad de enfrentar esos otros temas, que son más estructurales y en los que es preciso hacerse cargo de esa realidad.
Quisiera preguntar lo siguiente.
Cuando decimos que vamos a tener gente en el medio libre, ¿cuál es el presupuesto que tienen asignado hoy día los funcionarios que se dedican a esa parte de la función?
Cuando decimos que debe haber una función de reinserción social, seamos honestos: ¿qué capacidad real de reinserción social tiene un preso en Chile si la infraestructura carcelaria, incluida la de concesiones, está completamente sobrepasada en cantidades, metro cuadrado versus cantidad de internos?
Entonces, este es un debate más profundo, que se vincula con lo que estamos observando hoy día. Actualmente, vemos una crisis en materia de seguridad, la que no se había visto en años: se trata de las cifras más altas de los últimos nueve años en materia delictual. Y esto no es casualidad, ¡no es casualidad, pues!, porque, cuando un delincuente es condenado a una pena menor -uno o dos años-, no hay nadie, ¡nadie!, que piense que ese delincuente saldrá reformado y que tendrá muchas ganas de insertarse en la sociedad. Probablemente, aspira a eso, pero su relación con un delito más grave dentro de la cárcel le puede haber generado a lo mejor un escalamiento en sus redes. Y, al final del día, puede salir más peligroso de lo que entró.
Por lo tanto, ahí hay un punto.
Ahora bien, al funcionario de repente se le exige diciéndole: "Oiga, bueno, ¿y usted por qué no rehabilita?". Y su respuesta es: "¿Cómo voy a rehabilitar yo si con suerte puedo salvar mi vida, mi integridad física?".
Se dice que hay sectores en las cárceles a los cuales no entra Gendarmería. ¿Cómo es posible eso? Pero, también, ¿cómo le exijo yo al funcionario que ingrese ahí si no tiene las condiciones de seguridad necesarias? ¿Cómo ese gendarme le explica a su hijo o a su hija, cuando sale de su casa en la mañana, que a lo mejor no volverá, por el riesgo?
Planteo esta reflexión, señor Presidente, porque este proyecto, probablemente, sea el punto de partida. Pero Chile necesita dar una discusión de verdad. Estas discusiones tal vez son impopulares.
Señalo eso porque hay gente a la que no le gusta que se invierta en cárceles, que se destinen recursos a estos fines. Pero si no somos capaces de tomarnos este tema en serio, mi percepción es que el fenómeno del delito no lo podremos resolver y la gente va a seguir viviendo en condiciones de inseguridad. Y cuando digo que "la gente va a seguir viviendo en condiciones de inseguridad", es porque hay muchas personas que viven en inseguridad transversalmente desde el punto de vista social. Pero vive más insegura la gente más pobre, porque no tiene elementos para conseguir su propio mecanismo de seguridad.
En consecuencia, este es un debate ético.
Y yo valoro que estemos dando este debate, iniciando esta discusión. Sin embargo, insto a que esta sea profunda y enfrentando lo que necesitamos: ¡una institución de Gendarmería de cara a los nuevos desafíos y no solo mirando el pasado!
Muchas gracias.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Víctor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, no abordaré el proyecto en materia técnica puesto que tanto el informe del Presidente de la Comisión de Constitución como lo expresado por el Ministro de Justicia y otras intervenciones han dado cuenta en detalle de una iniciativa que es relevante.
Lo que yo quisiera destacar es que ella nace de una profunda discusión y de un acuerdo entre Gendarmería y el Gobierno.
El 8 de noviembre del año pasado, el Frente de Trabajadores Penitenciarios, que agrupa a las principales asociaciones de funcionarios de Gendarmería de Chile, suscribió un acuerdo con el Ministro Larraín. Ese fue un trabajo intenso, y seguramente muy debatido, en que tuvo también una importante participación el Subsecretario de Justicia, don Juan José Ossa.
Creo que eso demuestra que hay una voluntad de hacerse cargo de los problemas, de saber que existe una institución que, lamentablemente, durante muchos años no tuvo por parte de la autoridad pública la relevancia que requería y respecto de la cual todos en verdad hoy día expresamos que es absolutamente indispensable.
Cuando uno conversa con los gendarmes se da cuenta del grado de sacrificio con que ellos desarrollan su tarea, del grado de incomprensión con que la realizan, del grado de riesgo con que la ejecutan.
Debo decir que nunca había visto que las propias asociaciones de funcionarios pudieran sentarse con la autoridad y llegar a un acuerdo. Y eso quiero relacionarlo con mi vivencia en la discusión en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
Fueron dos dirigentes. Uno en representación de los funcionarios penitenciarios uniformados, y otro, de los no uniformados, quienes expresaron con toda nitidez sus anhelos y sus pretensiones.
Por lo menos de lo que recuerdo, el presidente de los gendarmes uniformados nos pidió dar luz verde al proyecto. Y, si mi memoria no me engaña, él nos señaló que, de diez temas, estaban de acuerdo con nueve; y que, por lo tanto, era absolutamente necesario darle impulso a la iniciativa, porque significaba poder caminar y avanzar.
Por eso en la Comisión de Constitución se tomó la decisión de aprobar el proyecto en general, incluso en esa misma sesión, para que se tratara en la Sala y pudiéramos discutir con las mismas asociaciones y dirigentes las normas en particular y así perfeccionarlo.
Aquí hubo un acuerdo que nació el 8 de noviembre de 2018. Y, en ese sentido, deseo valorar el esfuerzo de las organizaciones de los trabajadores, pero también la actitud y el trabajo del Ministerio de Justicia.
Sin el trabajo de ambos a lo mejor hubiéramos tenido una iniciativa o una situación mucho más conflictiva. Pero con la concurrencia de estas dos voluntades actualmente tenemos un proyecto que, sin temor a equivocarme, la Sala aprobará unánimemente. Es decir, una realidad absolutamente distinta.
Eso constituirá una primera base que nos permitirá mirar a la institución de manera más normalizada, en que sus plantas, carrera funcionaria y ascensos sean mucho más racionales que ahora, en que se perjudica fuertemente a sus propios trabajadores.
No hay duda de que requerimos mejores cárceles e infraestructura. Los gendarmes son los primeros que saben que cada vez que se intenta hacer un nuevo proyecto, y lo estamos viviendo ahora en Ñuble, existe una oposición muy fuerte por su ubicación o por cómo se trata el tema. Porque a lo mejor hay una visión de la ciudadanía absolutamente desfasada de lo que debiera ser el régimen penitenciario. Y nosotros tenemos una labor que hacer al respecto.
Por eso, y teniendo presente que hay un acuerdo importante, significativo, no sé si llamarlo "histórico", no sé si llamarlo un acuerdo sobre el cual hace mucho tiempo que no teníamos conocimiento de que existiera división al interior de Gendarmería con el Ministerio de Justicia, es que por lo menos expresamos nuestro voto favorable en la Comisión de Constitución. Y queremos expresarlo también en la sesión de la Sala pidiendo unánimemente que demos luz verde a la iniciativa, como han pedido los funcionarios de Gendarmería, para seguir trabajando por esta institución, que requiere, merece y necesita lo que su texto está expresando en todos y cada uno de sus artículos.
He dicho.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Francisco Huenchumilla. Y, a continuación, la Senadora Yasna Provoste.


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, la iniciativa de Gendarmería se inserta en un problema sistémico mayor: la delincuencia y la seguridad de las personas.
Este tema no es solo del país, sino también del mundo, respecto de los riesgos de la vida y de las incertidumbres que nos rodean como sociedad. Entonces, uno se da cuenta de que en todas las encuestas que se hacen algunas de las principales preocupaciones de la gente son la delincuencia y la seguridad.
Y resulta que después de tanto discutir en democracia sobre el tema, después de los noventa, uno se encuentra con que sale hoy una encuesta de una institución que se dedica específicamente a estas materias, en que se señala que la delincuencia ha aumentado.
Entonces, uno dice: "Bueno, ¿qué hemos hecho como sociedad y en los distintos gobiernos para enfrentar este tema tan crucial, importante y que está en la preocupación de la gente?".
Por eso digo que el proyecto de Gendarmería se inserta dentro de algo más integral, más sistémico. Porque en los últimos años tuvimos distintas crisis en organismos relacionados con la seguridad.
Tuvimos la crisis de Carabineros, con todo lo que ese proceso significó en una institución con tanto prestigio en Chile, en que se cayó un ídolo, como lo era Carabineros de Chile, con todo lo que pasó en materia de probidad, de controles internos, de altos mandos que incurrieron en faltas de probidad y en delitos. Y, como consecuencia de ello, hubo que reestructurar esta institución mediante una ley específica.
Nos sucedió con el Sename, en que nos dimos cuenta de manera dramática de la situación de los niños, de las residencias y de lo que pasaba con los menores infractores de ley.
Nos pasó con los servicios de inteligencia, que montaron verdaderas máquinas fraudulentas con lo que pasó en la región que represento.
Sucedió con el Ministerio Público, que también está cuestionado en muchas de sus actuaciones.
Entonces, cuando hoy estamos viendo un proyecto de Gendarmería de Chile, digo que esta lucha debe ser integral, sistémica, pero la verdad de las cosas es que resulta difícil que alguien tenga una receta para ello.
Pero yo pediría al Gobierno, y a todos, que fuéramos más humildes. Porque tal como aquí se levantaron expectativas respecto de la economía, como diciendo "mira, aquí llego yo, y todo esto se arregla", también en materia de seguridad oímos discursos en que se señalaba que la fiesta se acababa, que a los delincuentes se les había terminado la puerta giratoria.
Entonces, seamos más humildes como sociedad. Es un tremendo problema el que tenemos, que no es del Gobierno, no es de la Oposición, es de nosotros como sociedad, y necesitamos determinar cómo lo enfrentamos. Y resulta que el último eslabón de la cadena es una institución que hemos tenido abandonada por muchos años: Gendarmería de Chile.
Existen informes de la Corte Suprema y de la Fiscalía que indican que se confunden los presos con los funcionarios porque viven una vida horrible, estando encarcelados en condiciones miserables.
Por lo tanto, es lógico que los funcionarios de Gendarmería se hayan organizado, que hayan dado una lucha y que por muchos años hayan pedido que se les tomara en cuenta.
Así como critico una primera parte, expreso que me parece bien lo que aquí se ha hecho, porque vi que en la Comisión de Constitución había un diálogo entre el Ministerio de Justicia y los dirigentes de Gendarmería, pues su situación amerita que tomemos medidas.
Por eso hoy estamos discutiendo la iniciativa en general; o sea, aprobando sus ideas matrices, como resaltó el señor Presidente de la Comisión de Constitución, en el sentido de ver las carreras funcionarias, las distintas plantas, el ingreso, el egreso, la situación de los funcionarios no uniformados, el sistema de planificación institucional, un plan de reinserción, financiamiento, etcétera. Esas son las ideas matrices de la iniciativa.
Pero esto debemos aterrizarlo en la discusión en particular, donde tendremos que entrar al detalle, donde deberemos, de nuevo, volver a escuchar a los dirigentes de los funcionarios de Gendarmería para que ojalá en esta larga cadena de errores que hemos cometido de manera sistémica podamos despachar un buen proyecto, que permita avanzar en esta tarea.
Porque resulta que a los chilenos y chilenas que visten el uniforme de Gendarmería de Chile o que son civiles y que trabajan en esta institución les toca lidiar con compatriotas, también chilenos y chilenas, que se alzaron contra la sociedad, contra sus hermanos de país, a quienes probablemente mataron, les robaron por distintas razones: psicológicas, culturales; de desprecio y de alzamiento contra una sociedad injusta que no les da oportunidades, que es desigual, humillante, consumista, individualista y que los relega a una vida sin sentido.
¡Quién soy yo para juzgar eso!
Pero la sociedad se ha dado una organización para enfrentar esa situación. Entonces, a esos funcionarios les corresponde tratar con esas personas. ¿En qué condiciones? En condiciones miserables, como las que describió el Senador Rabindranath Quinteros, quien se refirió exactamente a las carencias que tenían, que yo naturalmente las hago mías.
Por eso digo que tenemos una deuda pendiente con un eslabón, probablemente el más débil, del sistema para combatir la delincuencia.
Por ello me alegra mucho que el señor Ministro de Justicia y los dirigentes hayan trabajado este proyecto, conjuntamente con el señor Subsecretario y sus asesores. Y en la discusión particular seguiremos profundizando sobre estos temas, de tal manera que ojalá en el curso de estos años podamos avanzar sistémicamente en el largo, difícil e inacabado territorio de la lucha contra la delincuencia, un mal que nos acompaña a los seres humanos tal vez por nuestra naturaleza; no sé, no quiero hacer filosofía. Pero esa es la realidad que nos toca vivir como sociedad.
Por las razones expuestas, voto a favor.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra la Senadora Yasna Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, quiero saludar al Ministro de Justicia y a los dirigentes que han estado acompañando este debate y que se han desplegado en cada una de las regiones para conversar con los parlamentarios.
En el caso nuestro, saludo a la distancia a Hugo Carmona, quien nos manifestó el interés, que hacemos nuestro también, de apoyar una iniciativa que además se enmarca dentro de la organización que los funcionarios y funcionarias de Gendarmería se han dado.
Como aquí han señalado algunos Senadores y Senadoras, este proyecto de ley surge de un protocolo de acuerdo, tras una intensa movilización en donde el diálogo en determinado momento no había sido una herramienta que hubiera estado al alcance del personal de Gendarmería para hacer escuchar sus demandas. Y tuvieron que llegar a la movilización más dura para, finalmente, entablar el referido protocolo, que se traduce en buena parte en esta iniciativa.
Y digo en buena parte, pues no todos los elementos consignados en el protocolo de acuerdo fueron incorporados estrictamente en el mensaje que el Ejecutivo acompañó a este proyecto de ley para su discusión en el Parlamento.
Estamos de acuerdo en que a través de los años las dotaciones de Gendarmería han experimentado un crecimiento inorgánico. Además, todos quienes integran esta familia -hablo del personal uniformado y no uniformado- han enfrentado situaciones complejas derivadas del crecimiento inorgánico en sus dotaciones, de la poca claridad en los mecanismos de ingreso, de mejora de carrera y, sobre todo, de acceso a mayores grados de estabilidad funcionaria.
Y aquí me refiero fundamentalmente a la realización de un análisis mucho más adecuado en cuanto a lo que deberían ser actualmente las plantas y las contratas dentro de Gendarmería de Chile.
Señor Presidente, quiero poner mi foco particularmente en los trabajadores penitenciarios no uniformados de Gendarmería, respecto de los cuales esta realidad es aún más dramática.
Son cerca de 4 mil trabajadores que están en calidad de contrata; y solo un número muy inferior, cerca de setecientos, ha alcanzado el régimen de planta.
Esta iniciativa de ley subsana un déficit estructural que impide al personal penitenciario no uniformado avanzar en su carrera funcionaria. En los últimos diecisiete años se han realizado solo tres concursos de promoción y únicamente para quienes pertenecen a la planta; y solo el 2003 los funcionarios a contrata o las personas que vienen de fuera del servicio pudieron participar en el concurso pertinente.
Lo planteó muy bien el Senador Francisco Huenchumilla, quien integra la Comisión de Constitución en representación de la bancada de la Democracia Cristiana, porque el Estado les encomienda a los funcionarios y a las funcionarias de Gendarmería una tarea muy delicada, en particular al personal no uniformado: la rehabilitación y la reinserción de las personas que han cometido algún tipo de infracción.
En conversaciones que hemos sostenido con dirigentes de la Región de Atacama, nos plantearon las dificultades que han debido enfrentar para llevar a cabo estas labores de reinserción, en que su integridad física ha corrido riesgo. Es decir, acá es importante mirar el propósito de la tarea y no solo si ella se desempeña dentro de recintos carcelarios. Esto, porque muchas veces las labores que tienen que realizar quienes están fuera de los recintos carcelarios -básicamente, las unidades o centros de reinserción social- generan riesgo para su integridad física, lo cual también es necesario cautelar en este proyecto de ley.
Señor Presidente, tal como lo señaló el Senador Huenchumilla, nuestra bancada va a apoyar positivamente esta iniciativa en general. Sin embargo, esperamos que en la discusión particular se puedan recoger las preocupaciones que se han planteado y que el protocolo que se suscribió tras deponerse la movilización de Gendarmería sea traducido íntegramente en el trabajo llevado a cabo en el ejercicio legislativo.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador David Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, me ha correspondido interactuar en diferentes ocasiones con funcionarios de Gendarmería de Chile y con dirigentes de las diversas organizaciones que existen al interior de esta institución.
Quiero destacar aquí a Fredy Letelier, a Luis González, a Pedro Mancilla, de la Región de Aysén, a través de los cuales uno se ha ido adentrando en la realidad del mundo penitenciario, del mundo de Gendarmería de Chile.
Conozco cuatro de los cinco centros penales que tenemos en nuestra Región (Coyhaique, Aysén, Chile Chico y Cochrane), en los cuales uno constata regular y permanentemente las condiciones en que los funcionarios uniformados y no uniformados desarrollan sus labores.
Por años hemos escuchado las demandas y requerimientos que han planteado los gendarmes para mejorar sus condiciones de vida; para mejorar su situación institucional y de infraestructura. Y hoy día, efectivamente, con toda precisión podemos decir que se está dando un paso adelante en la materia.
Al respecto, quiero destacar en la persona del Ministro de Justicia, don Hernán Larraín, el que se hayan podido sentar en una mesa de trabajo para los efectos de fijar tareas a desarrollar.
¡Cómo no recordar el drama acontecido en la cárcel de San Miguel hace algunos años, con todo el dramatismo que ello tuvo!
En verdad, creo que este es un paso adelante, y aquí hay coincidencia en el sentido de que debe construirse una mirada más integral hacia el futuro acerca del significado de Gendarmería.
Muchas veces, en nuestra condición de parlamentarios, vienen dirigentes a plantearnos la necesidad de corregir materias en torno a la actividad: perfeccionamiento de los sistemas de control interno; cómo separar el problema derivado de las influencias políticas.
Al respecto, muchos dirigentes me han señalado que hay períodos en los cuales la institución se halla capturada por determinados partidos políticos, los cuales utilizan la institucionalidad de Gendarmería.
Me consta en algunos casos haber visto en la Región de Aysén la contratación en Gendarmería de periodistas con altos niveles de remuneraciones, en circunstancias de que sus funcionarios andaban en precarísimas condiciones en materia de implementación básica.
Creo que estamos frente a un desafío que va a requerir el diseño y la construcción de una estructura mucho más amplia. Y me alegro de que hoy día estemos resolviendo problemas de índole remuneratoria, de mejoramiento en la escala de sueldos, de sistema de incentivo al retiro, de establecimiento de bonos tanto para el personal de las Plantas I y II como para los funcionarios no uniformados.
Sin embargo, considero que tenemos una tarea pendiente en cuanto a avanzar hacia la construcción de una institucionalidad distinta.
Es curioso, Carabineros de Chile depende de una autoridad política formal; pero cuenta con una construcción institucional, con un estatuto que lo define y que le ha dado claridad. Y más allá de las dificultades que ha debido enfrentar en materia de manejos internos, en que los responsables tendrán que pagar con las sanciones que ello amerita, no podemos decir lo mismo respecto de Gendarmería.
Por eso esta institución ha estado sometida permanentemente a los vaivenes de las circunstancias políticas. Y ello no es bueno para Gendarmería, que no solo cumple la fundamental tarea de custodia, sino también la de llevar a cabo procesos de rehabilitación.
Entonces, me parece importante que hoy día se esté dando un paso en esa dirección. Sin embargo, también tenemos necesidad de avanzar en la construcción de un marco regulatorio, de una carrera funcionaria, de un estatuto, de una institucionalidad que se haga parte de modo mucho más integral de los grandes desafíos que tiene Gendarmería, institución que, como aquí muy bien se dijo, cumple un rol esencial en el desarrollo de la gran tarea que realiza.
Por ello, no me cabe la menor duda de que este proyecto va a ser apoyado unánimemente. Y habrá que avanzar en la discusión particular con relación a los aspectos que deben estudiarse con más detalle.
Pero además quiero señalar que esto nos abre una ventana, una puerta quizás, para avanzar en la construcción de un marco regulatorio general que permita profesionalizar a Gendarmería en su globalidad; fijar con claridad los requisitos de ingreso y de salida; establecer la secuencia que tendrán los funcionarios durante su carrera en la institución, en que se valore y reconozca el tremendo papel que desempeñan.
Sinceramente, valoramos el paso que se está dando en esta ocasión. Nuestra bancada evidentemente va a apoyar este proyecto, porque sabemos que es de justicia y, asimismo, de reconocimiento a la labor que lleva a cabo Gendarmería. Nos alegramos por sus funcionarios, quienes se verán beneficiados con esta iniciativa.
Esperamos sinceramente que esta apertura signifique también el inicio de un proceso a través del cual podamos hacer de Gendarmería de Chile la verdadera institución que nuestro país necesita.
Voto a favor.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- A continuación, tiene la palabra el Senador Alejandro Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, lo hemos dicho y reiterado a lo largo de muchos años: la tríada de oro de la seguridad pública la conforman el Poder Judicial, nuestras policías y Gendarmería, y es la que nos permite enfrentar la seguridad ciudadana, la seguridad pública de manera ordenada, eficiente e institucional.
Pero hasta hace poco (y todavía ocurre), renovación en el Poder Judicial; nuestras policías cada día con más recursos. Y Gendarmería, ¡el patio trasero de esta tríada de la seguridad pública!
Hoy día se hace en parte justicia respecto de una postergación incalificable, inaceptable y también histórica. Quienes trabajan en Gendarmería no tienen por qué ser funcionarios de segunda dentro del plan para enfrentar la delincuencia, en circunstancias de que les corresponde llevar adelante una parte muy compleja de él, como aquí ya se ha señalado.
Esta lucha no es solo de ahora: tiene muchos años. Me acuerdo de que en su momento marchamos desde la Penitenciaría hasta la Moneda, en distintos gobiernos, de diferente signo. Entonces, ha habido una lucha constante a través de las diversas organizaciones de Gendarmería, que para mi gusto son muchas. Pero hoy día, de manera responsable, los gremios han enfrentado de modo austero y serio un acuerdo, un protocolo con el actual Gobierno para tener este proyecto de ley de planta.
¿Resuelve esta iniciativa todas las dificultades de Gendarmería? No lo hace. Sin embargo, es un avance significativo.
Gendarmería, del año 1999 al 2019, pasó de 8.800 funcionarios a 21.000. Y las cárceles se hicieron estrechas no solo para los reos, sino también para los gendarmes.
Por tanto, esto de incorporar las Plantas I y II a un proceso de ascenso postergado no va a ser fácil. En la Planta I, de oficiales penitenciarios, y en la Planta II, de suboficiales y gendarmes, van tener posibilidades de ascender quienes han esperado diez a quince años.
Esto durará cerca de diez años, y espero que sea respetado por la institucionalidad; que cualquiera que sea el Director de Gendarmería honre el protocolo y proceda a efectuar los ascensos de la forma como se determina en la ley en proyecto.
Hay más de cuatro mil ascensos pendientes. Yo me pregunto cuántos funcionarios van a ascender, porque la ley pertinente tiene mucho retraso.
Eso significa que habrá que proceder con cautela, con transparencia, con decisión. Y si la ley es insuficiente, habrá que revisarla, pues la acumulación es mucha: los ascensos se detuvieron, se estancaron.
Señor Presidente, vale la pena señalar que Gendarmería no solo está integrada por personal con uniforme: también hay funcionarios no uniformados, quienes, adscritos al régimen de Dipreca, tienen un trato asimétrico en cuanto a la aplicación de la bonificación por egreso, que fue establecida en la ley N° 19.998 para los funcionarios de las Plantas I y II.
Ello carece de justificación, pues tienen las mismas tareas dentro de un proceso integral. Y si se trata de un tema pendiente, no lo vamos a perder de vista.
Los funcionaros no uniformados tienen los derechos y también las responsabilidades inherentes a una institución como Gendarmería.
En el proceso de mejoramiento y de modernización destacan clasificación de nuevas unidades penales, tecnología de seguridad, control de visitas. Hay que darle dignidad al control de visitas. Y espero que así sea. Para eso hay que tener inversiones adecuadas, a fin de evitar el roce entre gendarmes y visitas. Todos sabemos lo que allí sucede, y hay que cautelar que no ingresen elementos indebidos.
Gendarmería requiere ser parte de un Sistema de Inteligencia del Estado, lo cual me parece extraordinario. Por cierto, ello eleva la dignidad, pero también la eficiencia de un sistema de inteligencia estatal.
Asimismo, hay un Plan Anticorrupción en marcha y escuelas de formación. Ojalá tuviéramos muy buenas escuelas de formación. Las tenemos; no obstante, todo indica que hay que aumentarlas, protegerlas y financiarlas debidamente.
Los gremios -lo dije y lo reitero- han planteado propuestas realistas.
Sin embargo, un punto de controversia sigue siendo lo relativo al fondo solidario, cuestión que no se resuelve en este proyecto. ¿Se pueden recuperar los recursos del fondo solidario? Hay pocas instituciones que tengan un fondo de esta índole. Si el asunto se halla pendiente, tenemos que abordarlo. No sé si eso forma parte de los acuerdos, pero lo que percibo es que si hay plata de los gendarmes, esta les pertenece a ellos.
Esto es como lo que sucede con las AFP: ¿de quién es la plata? Nos dicen que de los trabajadores, pero estos no pueden tomar un solo peso. Si los recursos en este caso son de los funcionarios, estos pueden y deben tener acceso a ellos. El fondo solidario y el retiro de los aportes de los funcionarios son cuestiones que no pueden ser eludidas.
Señor Presidente, el sistema de asignación de incentivo al retiro es un parche. Digámoslo francamente.
Hemos venido utilizando ese mecanismo con los profesores, en el ámbito de la salud, en fin, pues ha fallado el sistema previsional.
Creo que Gendarmería y muchos otros gremios del Estado no se merecen tener un incentivo al retiro, sino que requieren un sistema previsional capaz de darles dignidad a décadas y décadas de trabajo; un sistema previsional que dé garantías para una jubilación digna. Y eso debe hacerse con transparencia y también sin discriminación.
Señor Presidente, Gendarmería sigue teniendo, a pesar de este esfuerzo, dos regímenes previsionales, tres plantas y diversas escalas de remuneraciones, que forman parte del sistema de transparencia que necesariamente todas las instituciones han de cumplir, incluso el Congreso, cuestión en la que se está trabajando tan arduamente.
Señor Presidente, hay un tema que ha quedado pendiente, que tiene que ver con que los funcionarios, para acceder al sistema de Dipreca, deben tener veinte años de servicio en la planta.
Sin embargo, muchos funcionarios no tienen los veinte años de planta, pero sí muchos años en Gendarmería, porque tardaron en ingresar a la planta. Esto va a provocar, por cierto, un problema de discriminación y es un problema que también debemos abordar.
El diseño de las plantas, el diseño de la modernización, es bueno, es un avance. Se peleó por mucho tiempo y fue necesaria mucha movilización. Estuve presente en la Penitenciaría un par de veces. Creo que los gobiernos de todos los signos no le temían a Gendarmería y sentían que con ella podían hacer y deshacer.
Me parece que diversas generaciones de dirigentes, en las diversas asociaciones, moldearon un proceso que ha terminado en este proyecto de ley.
Yo siempre les he dicho -y se los reitero- a los dirigentes que nos acompañan en las tribunas: ¡la unidad, la unidad, la unidad de los funcionarios para poder enfrentar los buenos y los malos momentos!
Este es un buen momento; no es lo definitivo.
Lo mismo hemos dicho cuando aprobamos el estatuto de los asistentes de la educación y muchos otros, como el de los funcionarios de la salud: siempre quedan demandas pendientes. Lo importante es no abandonarlas, no olvidarlas y jamás pensar que esto cierra el ciclo de demandas de Gendarmería.
¡Es un avance!
Nos permite respirar; nos permite dar dignidad; nos permite sentarnos a pensar cómo mejoramos Gendarmería para darles dignidad a sus funcionarios, uniformados y no uniformados.
Por eso voto a favor con alegría, señor Presidente.
Siento que Gendarmería tiene que cumplir un rol de custodiar las cárceles, pero también de reintegrar y de rehabilitar.
Se lo he dicho al Ministro señor Hernán Larraín, presente en esta Sala: la rehabilitación forma parte de una tarea asignada a Gendarmería, pero sin recursos no se hace nada. Así no se puede rehabilitar y reinsertar, que es el elemento esencial para combatir la delincuencia. No nos interesa tener las cárceles llenas, sino que la persona que cometió un delito lo pague y se reintegre a la sociedad.
Si le queremos exigir a Gendarmería que se preocupe de rehabilitación y de reintegración, debe haber recursos para eso, recursos para lo más importante, que no es tener presos, sino evitar que cometan delitos.
Ello lo vimos durante la discusión de la Ley sobre control de Armas.
A mí no me interesa la trazabilidad de la bala, sino la trazabilidad de la vida del que disparó esa bala, a ver si podemos interrumpirla y corregirla. Es el caso de los niños del Sename, porque más del 53 por ciento de quienes están hoy día en las cárceles provienen de esa institución. ¡La muestra más evidente del fracaso del Estado!
Yo espero que no nos equivoquemos.
Confío en que este estatuto, este protocolo, esta modernización y esta nueva planta funcionaria, que va a provocar los ascensos necesarios y muy postergados, sirvan para avanzar y podamos tener, a corto plazo, una evaluación de cómo ha funcionado. Y si no ha funcionado como lo esperamos, lo debemos corregir.
Ese tiene que ser el compromiso de este Senado, del Ministro y del Gobierno que sea.
Voto a favor, señor Presidente.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador Alejandro Guillier y, a continuación, el Senador Latorre.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, el Senador Navarro, que me antecedió en el uso de la palabra, ha dicho una gran verdad: que el pariente pobre de nuestro sistema judicial es Gendarmería de Chile.
Yo solo quiero recordar, para efectos de la historia de la ley, que en la Región de Antofagasta se creó una cárcel de alta seguridad. Se trasladó allí a los reos y la edificación antigua quedó para los gendarmes.
En el caso de Calama había un proyecto, hace mucho tiempo, de una nueva cárcel, pero, además, la construcción de viviendas para el personal de Gendarmería, lo cual no se ha podido concretar -me imagino- por problemas de presupuesto.
Lo cierto es que los funcionarios de Gendarmería, muchos de ellos, viven en la cárcel, pero ni siquiera en la edificación antigua, sino en los techos, en unas piezas de madera que en invierno tienen varios grados bajo cero y en verano un calor insoportable.
Esa es la realidad del personal de Gendarmería en muchas regiones de Chile.
¡Y no me digan que la Región de Antofagasta es pobre y que no le aporta al país como para no poder darles dignidad a los trabajadores de Gendarmería!
No conozco ningún servicio público que viva esta realidad.
Aún más, estamos ahora mejorando el recinto de Calama, pero ya no se va a construir la nueva cárcel. Y todavía seguimos con problemas de alojamiento, que es muy grave en muchas regiones de Chile, sobre todo en el norte, porque más del 98 por ciento de los funcionarios provienen de otras regiones, son enviados a Antofagasta y, por las condiciones en que viven, su trabajo es un verdadero castigo.
No necesito hablar de la imposibilidad práctica de formar familia o de vivir con la dignidad que merece un funcionario del Estado.
Por esa misma razón, me parece que este proyecto de ley algo arregla las cosas -¡algo!- y, además, tiene el mérito de que surge de un acuerdo entre el Frente de Trabajadores Penitenciarios y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
A mi juicio -y si no me equivoco-, es la primera vez que se otorga un incentivo al retiro en Gendarmería de Chile.
Objetivos:
Primero, que la carrera funcionaria vaya permitiendo acceder a grados en tiempos razonables para que los funcionarios no se queden pegados largos períodos en su respectivo grado.
Segundo, que el personal no uniformado tenga más estabilidad en el empleo, pues muchas veces algunos son más precarios.
Tercero, incluir como beneficiario de la bonificación por egreso al personal no uniformado adscrito a Dipreca para evitar las injusticias dentro de los propios trabajadores, que están unos al lado del otro.
Además, regular los ingresos de funcionarios a las Plantas I y II de Gendarmería de Chile para no repetir ese crecimiento inorgánico de las plantas, que ha generado tantos reproches.
Se promete que, producto de este proyecto de ley, se duplicará el número de ascensos en cinco años; se disminuirá sustancialmente el número de funcionarios con tiempo cumplido; se aumentará la planta del personal no uniformado -más de mil cargos-; se incorporará al personal no uniformado no adscrito a Dipreca como beneficiario a la bonificación por egreso, y se incrementará el monto de la bonificación por egreso, creando mayores incentivos para mover la carrera funcionaria.
Sin embargo, hay temas que están pendientes y no han quedado bien resueltos.
En primer lugar, la compatibilidad entre la bonificación por retiro, que es transitoria y cuyo objetivo es mover los ascensos y darle más dinamismo a la planta, y la bonificación por egreso. Es decir, son dos cosas distintas.
La bonificación por egreso, que es una medida permanente, tiene por finalidad mejorar las pensiones, porque todos sabemos el drama de Chile en ese ámbito. En cambio, la bonificación por retiro es para incentivar la renovación de la planta. Sin embargo, como tienen el mismo nombre, aparecen incompatibles entre sí y, por tanto, lo que se ofrece por un lado se quita por otro.
Me parece que eso no corresponde y es necesario hacer los acopios financieros para que esta situación no resulte en el juego de que "lo que te pongo en un bolsillo, te lo saco del otro".
También es necesario definir un mejor mecanismo para financiar parcialmente la bonificación por retiro. Esta materia ha estado en discusión en la Cámara de Diputados e implica, por cierto, mayor gasto o inversión -si ustedes prefieren mirarlo de esa manera-, lo cual hay que abordar.
Además, debemos hablar sobre el plazo para la dictación del decreto con fuerza de ley, que regula la creación de los cargos de planta y los procesos de encasillamiento. Para ello hemos establecido el período de un año, pero la Cámara de Diputados optó por hacerlo más corto.
Evidentemente, eso genera una mayor presión -el Ministerio lo ha advertido-, pero creo que, dada la gravedad de la situación que están viviendo los funcionarios de Gendarmería tanto en regiones cuanto en los centros carcelarios de más alto riesgo, un año es demasiado y en muchos casos -perdonen que sea franco- ello puede significar, incluso, la seguridad, la vida o la muerte de los propios trabajadores.
Por esa razón, valorando lo que se avanza, pienso que Gendarmería sigue siendo el pariente pobre.
Opino que llegó la hora de, a simple vista, mejorar la escuela de formación. Basta comparar la Escuela de Carabineros, la de la Policía de Investigaciones y las condiciones de la Escuela de Gendarmería.
¡Eso tiene que ver con la formación, con la dignidad del trabajador!
No es admisible que exista ese nivel de discriminación en nuestro país con los propios funcionarios públicos. Y además, como digo, hay un sentido de urgencia. Por eso tenemos que hacer todos los esfuerzos por mejorar y aplicar este proyecto de ley.
Y, por último, no puedo dejar de recordar que en regiones tenemos graves problemas habitacionales, problemas sociales y que se hace necesaria una atención más integral para darle a Gendarmería el valor, el reconocimiento y la dignidad de ser funcionarios del Estado de Chile.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor LAGOS (Presidente accidental).- A continuación, le ofrezco la palabra al Senador Juan Ignacio Latorre.


El señor LATORRE.- Señor Presidente, seré muy breve.
A propósito de este proyecto de ley, resulta casi imposible no referirse a la crisis carcelaria que existe en Chile.
Muestra de lo anterior lo hallamos en el trágico incendio ocurrido en la cárcel de San Miguel, el 2010. Lo mismo sucedió en la cárcel de Quillota, el 2013.
Asimismo, informes del Instituto Nacional de Derechos Humanos indican que, a partir de la visita a cuarenta recintos penitenciarios, los derechos vulnerados corresponden al derecho a la vida, la integridad personal, las atenciones médicas y la reinserción social.
Además, advierten una enorme discrecionalidad en la toma de decisiones de la autoridad, aplicaciones de sanciones administrativas y determinaciones de traslados.
Del mismo modo, el informe de la Fiscalía Judicial de la Corte Suprema, de febrero del 2018, estableció que veinticinco de los cincuenta y tres recintos penitenciarios revisados el 2017 evidenciaban diferentes grados de sobrepoblación.
También alertó que en muchos casos el hacinamiento es tal que muchas personas privadas de libertad pasan recluidas más de quince horas al día en celdas abarrotadas, sin servicios higiénicos, sin luz ni adecuada ventilación.
Este informe advierte también serios déficits de infraestructura en recintos penales, en términos de sistemas eléctricos, red húmeda, falta de comedores y servicios higiénicos.
Estos ejemplos han develado la profunda precarización de las cárceles, lo cual tiene como lamentable consecuencia la vulneración de derechos humanos no solo de las personas privadas de libertad, sino también de los trabajadores y las trabajadoras de Gendarmería.
La gestión de este servicio público corresponde al Ministerio de Justicia. Por ende, este organismo es el responsable de solucionar esta grave situación, que es finalmente un problema país que nos rebota como sociedad.
Se percibe un gesto en esta iniciativa del Ejecutivo, la cual se presenta como una oportunidad para mejorar el respeto a los derechos laborales de las y los gendarmes, lo que valoramos, al igual que los de aquellos trabajadores que nos acompañan en las tribunas.
Aprovecho este momento para saludar a la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes de Chile, especialmente a sus representantes de la Región de Valparaíso, quienes nos acompañan en el día de hoy.
Me preocupan, eso sí, al menos dos puntos de este proyecto que viene de la Cámara de Diputados.
Primero, el que los funcionarios que quieran acceder al incentivo por retiro perderán la bonificación por egreso, que se logró ganar en 2005. Y segundo, la supresión de cargos, la cual ascendería aproximadamente de 290 a 300 en forma anual, por cuatro años.
Votaré a favor de la idea de legislar.
Valoro los avances en materia de derechos laborales y de condiciones de trabajo, pero me preocupa que se estén perdiendo conquistas anteriores por un reemplazo y una selección de nuevos beneficios.
Las condiciones laborales dignas de los funcionarios son muy importantes para implementar políticas efectivas de resocialización de las personas privadas de libertad.
Ese debería ser el foco.
La cárcel no debería ser pensada solamente como un castigo penal, que lo es para aquel que comete un delito, sino también como un espacio de resocialización, de humanidad y de dignidad.
Y para eso es fundamental que las personas que trabajan en las cárceles de Chile tengan condiciones laborales dignas, puedan acceder a una carrera funcionaria moderna y se eleven los estándares en derechos humanos tanto para los internos como para los funcionarios que se desempeñan en estas -y lo hemos conversado con ellos-, quienes muchas veces también se sienten encarcelados.
Dicho esto -reitero-, votaré a favor de la idea de legislar.
Muchas gracias, señor Presidente.


El señor LAGOS (Presidente accidental).- Muy bien.
No hay más inscritos.
Cerrado el debate.
No me queda más que valorar la participación de quienes han intervenido y de los dirigentes que nos acompañan en las tribunas.
Me voy a tomar solo veinte segundos, literalmente, para agradecer la disposición de aprobar este proyecto y también al Gobierno, pues se trata de una iniciativa de ley largamente esperada, que tendrá que ser sustantivamente mejorada durante su tramitación en particular.
En lo que respecta a mi persona, si bien en estos momentos me encuentro presidiendo la sesión desde la testera, solo quiero agradecer las múltiples reuniones que hemos sostenido con muchos representantes de Gendarmería y señalar que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para despachar este proyecto con prontitud, de la mejor forma posible, entendiendo que esta es una deuda muy grande que tenemos con la institución.
Esperamos que este sea un primer paso y que logremos subsanar, como muchos han dicho acá, las deficiencias que todavía tiene el sistema.
Por ello, felicito a quienes nos acompañan y esperamos pronto ver resultados muy positivos.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Tiene la palabra la señora Secretaria.
La señora SILVA (Secretaria General subrogante).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor LAGOS (Presidente accidental).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (35 votos favorables), dejándose constancia de que se cumplió con el quorum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Ebensperger, Goic, Órdenes, Provoste, Rincón y Von Baer y los señores, Allamand, Araya, Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, Durana, Elizalde, Galilea, García, García-Huidobro, Guillier, Harboe, Huenchumilla, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Moreira, Navarro, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prohens, Quintana, Quinteros y Sandoval.
--(Aplausos en tribunas).