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MODERNIZACIÓN DE GESTIÓN INSTITUCIONAL Y FORTALECIMIENTO DE PROBIDAD Y TRANSPARENCIA EN FUERZAS DE ORDEN Y SEGURIDAD PÚBLICA


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, en una sociedad democrática, respetuosa del Estado de derecho, es esencial que la ciudadanía confíe en las instituciones llamadas a arbitrar las diferencias que se producen entre las personas con el objeto de mantener la paz social y una armónica convivencia.
Durante los últimos años hemos visto que el prestigio de las principales instituciones del país se ha deteriorado progresivamente debido a causas de diversa índole.
En el caso de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, el prestigio y la confianza que tradicionalmente las personas depositaban en ellas se vieron fuertemente dañados con ocasión de los denominados "Caso Fraude", "Operación Huracán" o la muerte de Camilo Catrillanca.
Con relación al millonario fraude que conocimos con pudor e indignación, que afectó a Carabineros de Chile en los últimos años, resulta evidente que la legislación nacional no contemplaba las herramientas necesarias de control y trasparencia para resguardar el correcto comportamiento de sus miembros, cuestión que derivó en abusos e ilicitudes cometidos por su oficialidad y por un contingente acotado y minoritario de funcionarios activos y en retiro de Carabineros.
Diversas instituciones y organismos internacionales han señalado en sus informes y estudios que nuestra región mantiene deudas en materia de controles y transparencia de sus instituciones, debido a que los países del continente latinoamericano no han desarrollado capacidades para responder eficazmente a los desafíos que se les presentan en el ámbito de la seguridad ciudadana, mediante acciones de prevención y de represión legítima al crimen y la violencia.
Esta situación es preocupante, ya que en varios países de la región la corrupción y la impunidad han permitido a organizaciones criminales desarrollar y establecer verdaderas estructuras de poder, paralelas a las democráticamente constituidas.
Todos estos problemas contribuyen a aumentar la sensación de inseguridad de la población y los niveles de violencia.
Es en este marco que se nos presenta el proyecto de ley que actualmente discutimos, el cual aborda de manera muy parcial los problemas y desafíos institucionales que deben enfrentar nuestras Fuerzas de Orden y Seguridad Pública para cumplir con los estándares que demanda una sociedad moderna, democrática y respetuosa de los derechos humanos.
Esta ley en proyecto, que busca modernizar algunos aspectos del quehacer de las instituciones policiales, particularmente sus estándares de transparencia y probidad, incorpora sistemas y protocolos de estrategia y gestión operativa, debidamente transparentados, a través de la generación de mayores controles institucionales, gubernamentales y ciudadanos.
Lo esencial de esta iniciativa es que materializa de mejor manera el necesario control que debe existir sobre la acción policial, a través del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, que debe ser parte activa en la elaboración de las estrategias de seguridad y de control de las acciones de las Fuerzas de Orden y Seguridad.
Se incorporan, además, mecanismos de reclamos y denuncias en caso de acciones abusivas y arbitrarias de parte de los funcionarios policiales, cuestión que contribuye a orientar con principios democráticos la labor policial.
En fin, esta iniciativa constituye un avance necesario en el desafío de modernizar a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, con miras a dar cumplimiento a las demandas por mayores niveles de seguridad.
Pero seamos claros: el desafío es mayor y no se agota con este proyecto.
Los resultados entregados hoy, contenidos en el estudio de la Fundación Paz Ciudadana, que reflejan un aumento del índice de victimización y una disminución de la confianza en las instituciones policiales, nos indican que ni la "mano dura", ni el "fin de la puerta giratoria", ni el "se acabó la fiesta", ni ninguno de los eslóganes que el Gobierno ha reiterado hasta el cansancio alcanzan para constituir una política robusta, integral y efectiva de seguridad pública, como la que reclama con fuerza y urgencia la ciudadanía.
He dicho.