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PROPOSICIÓN PARA NOMBRAR MINISTRA DE LA CORTE SUPREMA A SEÑORA MARÍA ANGÉLICA REPETTO GARCÍA


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, un día como hoy, en el siglo VIII antes de Cristo, murió Quinto Horacio Flaco o simplemente Horacio. Él decía carpe diem -no sé si ustedes recuerdan esto-: aprovecha el día y no confíes en el mañana.
El señor PIZARRO.- ¡No había nacido...!
La señora RINCÓN.- No. Efectivamente, no habíamos nacido, Senador Pizarro; pero más de alguno habrá leído a Horacio.
¿Y por qué hago alusión a él? Porque quizás hoy día no tenemos que aprovechar el día y confiar en el mañana, pues la historia de este último nombramiento ha sido de verdad una tragedia, no romana, sino probablemente griega.
Creo que acá hay que separar las aguas.
Una cosa es la jueza Repetto, con su trayectoria, con sus fallos, con su intachable conducta desde el punto de vista del dicho que nos enseñan cuando entramos a la Escuela de Derecho, de que la justicia es ciega, por lo que, obviamente, no podríamos rechazar su nombre; pero otra es el procedimiento, el cual, mirado desde la perspectiva de quién lo lleva a cabo (en este caso, el Ejecutivo), ha sido claramente una tragedia griega.
No podemos volver a repetir este tipo de situaciones.
Al poco tiempo de asumir su cargo, el Ministro -y tengo la mejor opinión de él; fuimos colegas en el Maule- habló de que el Poder Judicial estaba cargado hacia un ala del pensamiento. Luego vino lo relativo a la jueza que se propuso anteriormente y todo lo que ello significó. Y el Ministro nuevamente hace una declaración: esta vez señala que nunca más se consulta nada y que los nombres se envían. Y producto de todo lo que eso provoca en el Senado, se dice que en verdad se va a dialogar.
Señor Presidente, creo que esto le hace mal al Congreso; le hace mal al Senado; le hace mal al Poder Judicial, y, por cierto, le hace mal a quien Gobierna.
Debemos elevar los estándares; necesitamos que haya seriedad. No empañemos ni dañemos la imagen de las instituciones, ni tampoco la de las personas. Por eso decía hay que separar el nombre de la jueza del procedimiento utilizado acá.
Yo voy a respaldar este nombramiento. Pero creo que el carpe diem en esta reflexión debería ser que tendría que haber certezas de lo que va a pasar mañana.