REGULACIÓN DE EMPRESAS Y SERVICIOS DE APLICACIONES DE TRANSPORTE
El señor QUINTANA (Presidente).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República, que regula las aplicaciones de transporte remunerado de pasajeros y los servicios que a través de ellas se presten, con certificado de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones y urgencia calificada de "simple".
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.934-15) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 8ª, en 9 de abril de 2019 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Transportes y Telecomunicaciones (certificado): sesión 31ª, en 9 de julio de 2019.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- El principal objetivo del proyecto es actualizar los marcos normativos vigentes aplicables al transporte remunerado de pasajeros, en un contexto de economía colaborativa.
Asimismo, se regula el trato entre los taxis tradicionales y las empresas de aplicaciones de transportes, estableciendo los requisitos que deben reunir estas últimas para el ejercicio de sus actividades, para lo cual se crea un registro a cargo del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.
De igual modo, se disponen determinados requisitos para los conductores asociados a tales plataformas, el principal de los cuales es que deban contar con licencia profesional. A su turno, se faculta a dicha Secretaría de Estado a fin de contemplar medidas para el acceso, la calidad y la cobertura de los servicios de transportes.
Por último, se pretende contrarrestar eventuales impactos en la congestión vehicular, mediante el establecimiento de un catálogo de infracciones y sus correspondientes sanciones, tanto para las Empresas de Aplicación de Transportes (EAT) como para los conductores, además de la creación de las herramientas administrativas de carácter regulatorio destinadas al mismo fin.
La Comisión de Transportes y Telecomunicaciones discutió este proyecto solamente en general, y aprobó la idea de legislar por mayoría de votos. Se pronunciaron a favor los Senadores señor Chahuán, señora Goic y señores Letelier y Soria, y en contra el Senador señor García-Huidobro.
Cabe tener presente que el artículo 11; el inciso cuarto del artículo 12, y el inciso segundo del artículo 13 del proyecto tienen el carácter de normas orgánicas constitucionales, por lo que requieren para su aprobación 25 votos favorables.
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en las páginas 26 a 34 del certificado de la respectiva Comisión.
Gracias, señor Presidente.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, algunos señores Senadores están pidiendo que se recabe el acuerdo de la Sala para abrir la votación.
El señor MOREIRA.- No.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- No hay acuerdo.
El señor CHAHUÁN.- Okay.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Puede continuar, Su Señoría.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, en mi calidad de Presidente de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, vengo en destacar que la iniciativa en discusión, ya aprobada por la Cámara de Diputados, tuvo su origen en un mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República, quien funda su presentación en la necesidad de regular las condiciones en que deberán operar las plataformas digitales de transportes.
En tal sentido, la iniciativa pretende considerar a dichas compañías como empresas de aplicaciones de transportes, entendiendo que la plataforma o aplicación forma parte de un servicio global cuyo elemento principal es una prestación de transporte.
Así, se propone que las empresas tengan la obligación de inscribirse en un Registro de Empresas de Aplicación de Transporte, a cargo del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en el que se consigne información de las empresas y también de los vehículos y conductores asociados. Lo anterior, con miras a garantizar la transparencia a los usuarios de este ámbito, facilitando la fiscalización de las exigencias fijadas en este contexto.
A su turno, para que las empresas de aplicaciones de transportes puedan prestar servicios de transporte remunerado de pasajeros, se establece la obligación de que deban estar constituidas en Chile, mantener un canal oficial para que los usuarios puedan efectuar consultas o presentar reclamos y contratar seguros de responsabilidad civil para los conductores y pasajeros.
En cuanto a su operación, deben entregar al usuario información suficiente que le permita optar por el mejor servicio disponible.
Asimismo, con el fin de velar por la seguridad de los pasajeros, se establece que los conductores han de contar con una licencia profesional. A su vez, se delegan en un reglamento los requerimientos técnicos, de antigüedad, de seguridad y de capacidad de los vehículos.
Además, el proyecto de ley busca promover el uso de las tecnologías por parte de los taxis, en cualquiera de sus modalidades, permitiéndoles, de ese modo, utilizar aplicaciones de transporte tanto para contactar pasajeros como para utilizarlas como mecanismo de cobro distinto al taxímetro.
Con esto se busca igualar el trato entre los taxis tradicionales y las empresas de aplicaciones de transportes, fijándoles a estas últimas exigencias sobre seguridad y calidad de los vehículos, pero también incentivando a los taxis para incorporarse a las tecnologías, de manera de internalizar sus beneficios.
De igual forma, para adoptar decisiones adecuadas en materia de movilidad y transporte, se establece la obligación de las empresas de aplicaciones de transportes de remitir al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones información adecuada para dichos objetivos. En la misma línea, se faculta a la referida Secretaría de Estado a consignar medidas para el acceso, la calidad y la cobertura de los servicios de transportes, así como para contrarrestar eventuales impactos de congestión.
Finalmente, se establece un catálogo de infracciones y de sus correspondientes sanciones, tanto para las empresas de aplicaciones de transportes como para los conductores, que busca incentivar la correcta prestación del servicio y el cumplimento de las normas sobre seguridad vigentes.
Sin perjuicio de lo anterior, se consiga que el debate de la iniciativa en la Comisión tuvo un carácter eminentemente público y transparente, bajo la modalidad de puertas abiertas, lo que posibilitó que cualquier organización gremial o empresarial que solicitara exponer en dicha instancia fuese efectivamente escuchada.
De ese modo, se recibió a más de cincuenta agrupaciones, las que señalaron sus diversos posicionamientos respecto del particular, posturas que deberán ser analizadas para que, eventualmente, sean tratadas mediante indicaciones durante el debate en particular de la iniciativa.
Cabe resaltar que muchas de las aprensiones manifestadas en la discusión dicen relación con la protección laboral en el rubro, en el sentido de evitar que las plataformas traspasen abusivamente sus costos de operación a los conductores, dejándolos en una significativa precarización.
Asimismo, se debe velar por que la promesa de igualdad de trato sostenida por el Presidente de la República efectivamente se materialice, por lo que se debe resguardar que las exigencias que el proyecto establezca a los vehículos y trabajadores adscritos a las plataformas ciertamente den cuenta de aquello.
En efecto, parece lógico, para tales propósitos, que se disponga de una regulación que al menos utilice los mismos parámetros y criterios a los que se sujeta el gremio de taxis, lo que será debidamente examinado en la discusión del articulado del proyecto.
En esa línea, cuestiones tales como la licencia profesional con la que deberán contar los conductores, la cilindrada y la calidad del vehículo, además de las formas de identificarlo como asociado a una plataforma, deberán ser aspectos de reflexión.
A su turno, es de vital importancia que las compañías respeten a cabalidad la normativa tributaria, laboral y administrativa aplicable a esta actividad, ya que, de lo contrario, no se estarán fijando reglas equitativas, sino que situando a las aplicaciones en una posición ventajosa que puede traer efectos negativos para el desarrollo del transporte y la movilidad de las personas.
De igual modo, y en palabras de la propia Ministra, se debe subrayar que el centro de la regulación debe estar en otorgar un servicio de calidad a los usuarios, cuestión que se debe conciliar adecuadamente con los intereses del gremio, respetando el notable esfuerzo que han desarrollado por décadas miles de taxistas a lo largo del territorio de nuestro país.
Para ello, y como declaración de principios, no se debe permitir que se establezca una competencia desleal con los taxis y taxis colectivos, ni posibilitar una especie de dumping de las aplicaciones a costa de los propios trabajadores, quienes, en muchas ocasiones, son explotados por ellas. En esta misma línea, no se debe permitir...
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Señor Senador, le hemos dado tres minutos extras. Ya ha concluido su tiempo.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, estoy informando como titular de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- ¿Cómo Presidente de la Comisión?
Perdón, Su Señoría, tiene la palabra para que nos siga informando.
El señor CHAHUÁN.- Decía que no se debe permitir que existan empresas dedicadas al transporte de pasajeros disfrazadas de compañías de aplicaciones, sino que se debe hacer que estas tributen y se constituyan legalmente en Chile, respetando integralmente la normativa laboral aplicable.
En tal sentido, debo destacar que impulsaré con fuerza el proyecto, del cual soy coautor junto con el Senador Alejandro Guillier, que regula la relación laboral que existe entre los conductores y las plataformas, las que, en este caso, son empresas de transportes.
En la misma orientación, destaco enérgicamente que el transporte público debe ser seguro para el usuario, por lo que presentaré una indicación, recogiendo lo sostenido por la Fundación Emilia Silva Figueroa, que impida inscribirse como conductores de plataformas a los condenados por delitos de carácter sexual, siendo importante la relación del proyecto, en este punto, con los registros que actualmente existen para advertir tales situaciones. En efecto, ello solo vendrá a reponer algo incorporado originalmente en el mensaje.
Por último, estimo necesario que este proyecto dialogue directamente con la iniciativa, también aprobada en general por la Comisión que presido, que prorroga en cinco años más el congelamiento del parque de taxis.
Lo anterior, tomando en cuenta que los Senadores miembros de esta instancia han legislado estos tópicos, considerando el impacto vial de las medidas que se estudian, y que han concordado en estimar como inapropiada la existencia de un mercado completamente liberalizado.
Por tales razones, anuncio mi voto a favor del proyecto de ley en referencia, haciendo eco de las observaciones que han planteado distintos gremios del transporte público menor, de taxis y taxis colectivos, en términos de evitar la competencia desleal.
Del mismo modo, como he señalado, hago presente la idea de regular adecuadamente que estas empresas de aplicaciones de transportes deban estar legalmente constituidas en Chile y tributar como le corresponde a cualquier empresa en nuestro país, y que sus conductores han de estar sujetos a las mismas condiciones que los conductores de taxis o taxis colectivos.
Todas y cada una de las más de cincuenta agrupaciones que concurrieron a la Comisión de Transportes formularon aprensiones y propuestas, las cuales fueron recogidas en un apartado, que nos va a permitir, cuando se vote en particular cada uno de los artículos de la iniciativa, presentarlas como indicaciones.
Creemos que es inédito el proceso que se llevó a cabo en la discusión legislativa, no solo porque logramos que todas las sesiones fueran efectivamente publicitadas y, además, televisadas, sino porque adicionalmente conseguimos que todas las organizaciones pudieran incorporar propuestas para mejorar esta iniciativa legal.
De igual forma, la idea es que abramos, dentro del plazo para presentar indicaciones, la posibilidad de que la propia ciudadanía presente propuestas a fin de ir mejorando un proyecto de ley que es de la mayor importancia.
Por todo lo anterior, y haciéndonos eco de que -como señalé- también presentamos una iniciativa para la prórroga del congelamiento del parque de taxis básicos y colectivos (se votó conjuntamente con el proyecto que nos ocupa y fue firmado por todos los miembros de la Comisión y liderado por el Senador Juan Pablo Letelier), esperamos que el Gobierno, y el Ministerio en particular, finalmente entiendan que esta es una señal política para la tramitación de este proyecto de ley.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Me han solicitado abrir la votación.
¿Les parece a Sus Señorías?
Acordado.
En votación general el proyecto.
--(Durante la votación).
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, hoy estamos discutiendo y votando en general el proyecto que regula a las empresas de transportes que usan plataformas digitales. Algunos lo llaman "Ley Uber", pero también podría ser Ley Uber, Ley Cabify o Ley Didi.
Son empresas que han irrumpido en la vida colectiva no solo en Chile, sino también a nivel planetario, donde existen varias materias que requieren ser normadas, pues hoy día ellas operan en la más absoluta ilegalidad, e ilegalidad en varios planos.
Lo cierto es que, en el caso de las que vamos a hablar, se trata de empresas que intermedian en el transporte privado de pasajeros. Y lo que se busca con esta iniciativa es regular ese proceso de intermediación entre los ciudadanos que quieren transportarse y los vehículos que los trasladan.
El modelo de negocio que han desarrollado esas empresas ha llevado a que, por una parte -y esa es una de las cuestiones que aborda este proyecto-, se les establezcan las mismas condiciones a quienes van a ser conductores y operadores de sus vehículos que las que por ley se les exigen a quienes realizan transporte privado de pasajeros: taxis básicos, taxis vinculados al turismo o taxis ejecutivos.
¿En qué sentido se determinan las mismas condiciones? Mínimo de cilindraje de los automóviles, revisiones técnicas, licencia profesional para conducir. ¿Para garantizar qué? Seguridad en el vehículo, que es algo básico, pues aquí se cumple una función de naturaleza pública, pero que es realizada mediante contratos entre privados.
Por ende, señor Presidente, se plantea una serie de exigencias. Algunos eso lo consideran como barreras de entrada. Yo diría que son exigencias mínimas para garantizar que los que operan como socios -dicen ellos-, colaboradores con las plataformas, den garantías a los usuarios. A esto se une el hecho de que, como se ha dicho, las empresas que se constituyan en Chile van a tener ciertas exigencias básicas.
¿Dónde se fue generando una dificultad, que a mi juicio son tres y que vamos a tener que despejar en el debate en particular?
Primero, el modelo de negocio de las empresas de plataformas tiene una manera de irrumpir en el mercado donde las tarifas que se cobran, que son bajas, no garantizan necesariamente la reposición de la inversión del dueño del vehículo. A este le sirve para ganar ingresos mensuales. Estas empresas le cobran un porcentaje del valor de los viajes que realizan, pero no logra -esa fue una de las denuncias que se hicieron en la Comisión- recuperar lo invertido.
Existe el problema de si debe haber o no tarificación mínima para evitar un dumping en este sector de la economía y para que el día de mañana miles de chilenos no nos vengan a reclamar porque autorizamos el funcionamiento de estas empresas.
Lo segundo tiene que ver con las relaciones laborales.
En el mundo laboral hay una tremenda duda en el sentido de si el chofer o el dueño del vehículo tienen o no contrato con las plataformas, y si lo poseen, qué tipo de contrato es. ¿Es un contrato solo comercial o es de otra naturaleza? Esta inquietud es fundamental, porque estas empresas son las que autorizan quién puede entrar o quién no; cuándo son sancionados o cuándo no.
En esta nueva economía hay, en parte, una relación de subordinación y dependencia que se genera con las plataformas para que puedan operar.
Lo último se halla vinculado al conflicto con otros actores.
En particular existe un problema con respecto a las otras modalidades de transporte menor de pasajeros. Recordemos que hay dos divisiones: taxis colectivos versus taxis básicos, taxis para turistas y taxis ejecutivos.
En esta iniciativa hemos garantizado que en la acción de regular a estos nuevos tipos de taxis no se contamine la labor que realizan en todo el país los taxis colectivos, que tienen otro tipo de regulación. Por ende, se establece que no podrán hacer carpooling ni cambiarse de modalidad.
Finalmente, quiero señalar que hay muchos temas que debemos afinar en la discusión particular. Pero, evidentemente, es absurdo no regular. Porque entre hacerlo o no, es preferible establecer una regulación.
Mañana tendremos que ver en el Código Laboral muchas cuestiones relacionadas con el nuevo trabajo que va a surgir con las plataformas digitales.
Con el Senador Allamand y la Senadora Goic participamos en una gira para conocer la nueva economía que viene.
Necesitamos reflexionar más allá de nuestros cánones históricos sobre cómo entendemos las relaciones laborales. Eso no se aborda en este proyecto. Pero lo que sí es cierto es que la ciudadanía usa plataformas para moverse. Por ello debemos asegurarles a las personas que esta va a ser una oferta disponible, que tendrán conductores responsables y un sistema de empresa que les garantice transparencia.
Por eso, voto a favor.
El señor DE URRESTI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.
El señor GIRARDI.- Señor Presidente, considero muy interesante la discusión sobre las plataformas digitales, porque esta es la punta del iceberg. En el fondo, constituye un desafío para la democracia regular ámbitos, estructuras o capas en que no había ninguna experiencia.
Porque las plataformas tienen una característica: para funcionar no necesitan Estados, no necesitan leyes, no necesitan fiscalización. Actúan con relación a otro parámetro, que es una economía distinta, la de la reputación, que es virtual y que se construye en la representación digital que cada individuo tiene en la red.
Las personas están trabajando cada vez más, 24/7, su dimensión reputacional. De modo que hay un factor de exposición inmenso a través de los datos, donde todos somos autogestores de nuestra propia identidad, pues ese será el elemento de transacción más importante en la economía que viene.
Por eso Uber funciona: el chofer evalúa al pasajero y el pasajero al conductor.
¿Por qué es relevante esto? Porque lo que está ocurriendo con Uber va a ser la tendencia. Ya tenemos Airbnb, Booking, que han ido en cierta manera disruptando espacios de la economía tradicional muy importantes, como lo eran las agencias de viajes.
Aquello nos enfrenta a otro desafío: la precarización. Porque con Uber un chofer puede estar muy contento por su libertad y autonomía, lo cual es muy respetable; sin embargo, eso no se halla asociado a un elemento tradicionalmente significativo en el siglo XX: la seguridad social. Esas personas no tienen contrato de trabajo, no cotizan para salud, no cuentan con previsión para la vejez, y sienten que ello no es relevante.
Lo que viene es que el concepto de "plataforma" va a ser el gran suministrador de trabajo a través de tareas en el siglo XXI. Ya las empresas no necesitarán contratos de trabajo, porque los costos de transacción, que eran convenientes en el siglo XX, no lo serán en el siglo XXI. Entonces, tendremos que enfrentar una precarización desde el punto de vista de que a futuro cada vez menos las personas van a tener garantizados contratos de trabajo, cotizaciones de salud y previsionales. Y eso debiéramos incorporarlo a la hora de pensar, por ejemplo, en reformas del sistema previsional.
Las plataformas van a transformar profundamente el concepto de "trabajo". Y si uno lo asocia a la inteligencia artificial y a la sustitución de las personas por ella, verá que se presenta un escenario totalmente distinto.
Ahora, yendo al tema del sector que nos ocupa, creo que corresponde disminuir las exigencias que se aplican a quienes trabajan con los taxis convencionales y aumentárselas a aquellos que están laborando en las plataformas digitales de transportes, porque hay una asimetría allí. Porque concuerdo con el hecho de que acá debe haber un trato equivalente.
En segundo término, pienso que es un error mantener el sistema tradicional del taxímetro. Creo que debiera ser obligatorio que todos los modos de transporte funcionen con plataformas digitales, porque son más seguras, porque son más transparentes y porque permitirían contar con un sistema de gestión de ciudad.
Yo les pediría al Estado o a los gobiernos metropolitanos que operaran con plataformas tecnológicas. ¿Para qué? Para hacer gestión de transporte. Por ejemplo, que en una plataforma estuvieran contemplados no solo los taxis, sino también todos los medios de transporte.
Así, si salgo de mi casa podría saber, a través de mi aplicación celular, cuánto debo caminar hasta el Metro; o si voy en bicicleta, a qué hora va a pasar el tren metropolitano; o si necesito tomar un segundo transporte, cuándo va a pasar el bus, y si quiero hacer un último tramo en Uber o en un taxi, cuánto va a demorar en llegar. Tendría todo ello incorporado.
Ahora, si además el sistema central contara con todos esos datos, sería factible efectuar una excelente gestión de transporte público. Tal vez ese sea el sistema inteligente que alguna vez se habló en materia de transporte estatal. Pero esto no solo debiera ser para los buses: también tendría que contemplar a todos los modos de transporte.
Creo que aquí hay una oportunidad muy importante e interesante. Pero los que no tengan plataforma digital van a ser disruptados, como ocurrió con Kodak: dejarán de existir.
A mi juicio, ¿cuál es el único factor limitante? Yo estoy de acuerdo -y pondría atención en ello- con que hay que pagar impuestos y que deben existir restricciones de seguridad: por ejemplo, personas sancionadas por delitos sexuales.
Creo que lo relevante acá es el control de los datos.
¿Qué es una plataforma? Es un sistema de inteligencia artificial.
¿Dónde está el valor de la plataforma? No está en los taxis (no tienen ninguno) ni en los autos, sino en los datos.
Entonces, los datos...
El señor QUINTANA (Presidente).- Puede continuar, señor Senador.
El señor GIRARDI.-... constituyen la riqueza de los sistemas de plataforma: la inteligencia artificial y los datos. Y el Estado, señor Presidente, debiera garantizar ser usuario de esos datos, independientemente de que la plataforma sea de Uber o de los mismos taxis (hoy día no la usan), o que la provea, como yo pienso que tendría que ocurrir, el Gobierno regional, que podría ser proveedor de una plataforma integral precisamente para hacer gestión de ciudad.
El valor que está ahí presente lo constituyen los datos que generan las personas, y estos debieran ser un bien público que tendría que manejar la ciudad para realizar una buena gestión de transporte.
Pienso que a nosotros nos sería factible hacer mucho más eficiente el sistema; podríamos disminuir de manera muy importante la contaminación y la congestión vehicular si tuviéramos un sistema inteligente a partir de una supraplataforma o de la agregación de todas las plataformas, pero con la integración de los datos en un sistema de inteligencia artificial.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, en primer lugar, creo que debiéramos estar legislando para todas las plataformas y no solo respecto de las de transporte público y de transporte menor.
Me parece que el Ministerio de Transportes no ha cumplido con su misión de fiscalizar el transporte público, y ha permitido durante mucho tiempo que se perfore -y cada vez más- el congelamiento del parque de taxis y taxis colectivos.
En ello ha habido una responsabilidad de esa Cartera de muchos años, a través de distintos gobiernos.
Sin duda, también irrumpieron las plataformas digitales, lo que es parte de la realidad de hoy.
Por ello, pienso que se está llegando demasiado tarde al legislar solo sobre la plataforma de transporte público. Creo que hay que establecer una regulación respecto de todas las plataformas que hoy existen en nuestro país y que van a seguir apareciendo.
Asimismo, tenemos que pensar que luego habrá -y lo estamos viendo en otros países- vehículos sin conductores; buses autónomos, sin choferes. De modo que estamos frente a una realidad muy distinta de la tradicional.
Por lo general llegamos tarde. Y en este caso también. Porque aquí se va a crear un conflicto -lo advertí en la Comisión-, pues todos van a quedar disconformes: primero, quienes hoy día son regulados por la ley respectiva, los dueños y los choferes de taxis y taxis colectivos, porque se les perforó el congelamiento de su parque vehicular; en segundo lugar, quienes trabajan hoy día en Uber, porque las restricciones que habrá y las condiciones que se les exigirán serán prácticamente las mismas que se establecen para los taxis y taxis colectivos, por lo que un porcentaje muy importante de ellos quedará fuera del mercado. A raíz de eso, lo más factible es que quienes no puedan cumplir con esas exigencias y tengan un vehículo seguirán laborando en forma pirata.
Entonces, en vez de solucionar un problema, este se va a acrecentar.
La ley que establece el congelamiento del parque de taxis y taxis colectivos rige hasta noviembre del 2020. Pero estamos discutiendo un proyecto para perforar esa normativa el 2019. Y lo más probable, si están los votos necesarios en el Senado y en la Cámara, es que sea ley de la república.
En consecuencia, creo que se está dando una señal compleja, y a la larga no sé si en definitiva esto vaya a crear más conflictos que los que existen hoy día en nuestras calles, donde se ha generado violencia entre conductores de taxis y choferes de Uber.
Lo importante acá es que debemos legislar sobre todo lo relativo a aplicaciones ahora, para que paguen los impuestos pertinentes.
Otra de las cuestiones que se plantearon en la Comisión, fundamentalmente por parte de los conductores de Uber, tiene que ver con la falta de previsión, con la ausencia de contratos, es decir, con la situación laboral de inseguridad de estos trabajadores.
Eso no está regulado en este proyecto. Y es algo fundamental, pues resulta trascendente seguir avanzando en materia de seguridad laboral y en aquello que requieren quienes trabajan en este sector.
De otro lado, considero muy relevante tener en cuenta que estamos legislando sobre plataformas de transporte público, cuando hoy día tenemos el decreto N° 212, que fija el reglamento de los servicios nacionales de transporte público de pasajeros.
Entonces, nos vamos a encontrar con dos modalidades: con el decreto N° 212 y con una normativa superior al decreto, que es el proyecto de ley que ahora estamos votando. Y quienes estarán en desventaja serán los que se hallen regulados por el referido decreto.
Por lo tanto, señor Presidente, creo que esta iniciativa, en vez de solucionar los problemas que tenemos en materia de transporte público, incrementará los conflictos, y en definitiva quedará sin resolver la dificultad que existe hoy día.
Estamos pasando por encima de una legislación; estamos pasando por sobre quienes se han dedicado una vida entera a ser profesionales del servicio público de transporte. Sin duda que con este proyecto se los pasa a llevar.
No se ha cumplido con la normativa vigente en la materia. El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones ha actuado de manera absolutamente irresponsable al no fiscalizar el transporte público, cuestión que ha sido esencial. Acá se hizo la vista gorda.
Estamos en un escenario que colapsó el sistema, y a larga -y a la corta también- vamos a tener incrementado un conflicto que no se solucionará con esta iniciativa.
Por eso, la voy a votar en contra.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene a continuación la palabra la Senadora señora Allende.
La señora ALLENDE.- Señor Presidente, me resulta preocupante, como acabo de escuchar, la intervención del Senador García-Huidobro, en el sentido de que sería bien lamentable que no fuésemos capaces, en la discusión en particular, de generar los instrumentos necesarios para el objetivo que se persigue, que en definitiva es mejorar un servicio global de transporte que hoy día está instalado y que usa esta modalidad de aplicación, que llegó para quedarse. Por cierto, debemos avanzar en cuanto a regular las condiciones de trabajo, regular la seguridad para el pasajero, regular las condiciones para la gente que labora en este tipo de plataformas, a la cual, lamentablemente, como decía también el Senador Letelier, a lo mejor ni siquiera le alcanza para renovar su vehículo. Utilizan sus automóviles como una forma para acceder a un ingreso que requieren, pagan por la intermediación y no sé si consiguen reunir lo suficiente para renovar -reitero- su propio vehículo, lo que tampoco deja de ser.
Ahora bien, resulta fundamental que regulemos este sistema. Es cierto que estamos llegando bastante tarde, pero más vale que empecemos ahora, porque no hacerlo sí que sería mucho peor.
Y hemos visto en las calles algo muy lamentable, porque obviamente para el taxista básico, que toda su vida ha trabajado en el rubro del transporte, ha constituido una amenaza y ha significado merma en los pasajeros que puede capturar. Pero ello es evidente, porque en este tipo de servicios, a través de plataformas, existe una conexión directa con el usuario; hay distintas modalidades de pago; la persona sabe de antemano los minutos que se va a demorar, el recorrido que va a realizar. Es decir, el sistema muestra una serie de beneficios. Y lo que uno debería buscar, obviamente, es que nuestros taxis básicos y colectivos recibieran el suficiente apoyo y facilidades para que puedan implementar tecnología como la descrita, en el sentido de que se pudiera aplicar para todos el mismo tipo de trabajo y no seguir con el uso del taxímetro, que presenta además la serie de problemas que se han mencionado.
Es imposible no regular la situación. Resulta imposible desconocer las cifras que entregó -entiendo- la propia Ministra, en el sentido de que el 80 por ciento de los usuarios utiliza estas aplicaciones para trasladarse. Y solo Uber suma más de 2 millones de personas, y no es la única aplicación.
Entonces, claramente, el sistema muestra un crecimiento exponencial, pero con todos los problemas que aquí estamos señalando. Cabe pensar en las condiciones de trabajo de los conductores -sin previsión, sin un contrato formal- y en que las empresas no pagan impuestos. Entiendo que ahora, con la reforma tributaria, tendrán que pagar impuestos, pero no resulta suficiente. Necesitamos, obviamente, el registro que se va a implementar y la obligación de contar con licencia profesional, porque eso va a ayudar a que el sistema presente más seguridad.
Esta es una fuente de trabajo para muchas personas, pero no podemos ignorar la precariedad laboral. Un tercio de los conductores a veces trabaja más de cincuenta horas. Y con un ingreso de 500 mil pesos, como decíamos, les resulta imposible renovar sus vehículos.
Por otra parte, a veces quienes manejan no necesariamente son los que se hallan inscritos en la aplicación. Por lo tanto, no existe la certeza de una de las supuestas ventajas que presentaría el sistema, en el sentido de que habría una identificación y el usuario tendría la seguridad de que se cumplen los requisitos para manejar.
Finalmente, considero que debemos regular el sistema, exigirles que cumplan las condiciones básicas, pero también dar un salto cualitativo. Y ya lo he dicho: no quisiera ver el espectáculo que hemos estado presenciando en el último tiempo, en que se manifiestan dificultades, incluso peleas, entre conductores de taxis básicos y usuarios de este tipo de plataformas, cosa que no corresponde.
Por lo tanto, como país, lo menos que debemos plantearnos es dar un salto cualitativo para decir: "Ojalá que nos pongamos al día con esta tecnología; que regulemos el sistema; que podamos no solo instaurar el registro, sino también establecer las exigencias y las condiciones pertinentes". Al final, lo que queremos es un buen servicio global de transporte, algo de lo que todavía nuestro país carece.
Señor Presidente, aprovecho de saludar por supuesto a la Ministra, quien está presente en la Sala.
Y, además, quiero recordar que justamente en la Región de Valparaíso tenemos graves dificultades. Todavía no ha salido la postergada licitación del transporte público; estamos con carencias de conectividad, en que tenemos muchos lugares donde no hay acceso porque la única modalidad de que se dispone es el taxi colectivo y no siempre llega a los sectores más altos de la población. Piensen ustedes ahora en invierno lo que significa esa condición...
El señor QUINTANA (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señora Senadora.
Dispone de un minuto adicional.
La señora ALLENDE.- Estoy señalando hechos reales que ocurren en nuestra Región, y claramente debemos avanzar en su solución.
Por supuesto, voy a votar a favor del proyecto. Estamos pronunciándonos en general, y entiendo que en el debate en particular se podrán analizar muchos detalles en los cuales se puede mejorar el texto.
Evidentemente, quisiéramos ver un país que se pone al día en esta materia. La electromovilidad ha sido una gran noticia. Resulta algo gratificante ver esos buses eléctricos limpios, nuevos, recorriendo la ciudad. Solo que debemos mejorar mucho más y disponer de mucha más cantidad de buses, y ojalá no solo para la Región Metropolitana. Espero que el resto de nuestras regiones puedan acceder a un buen transporte público, que tanta falta nos hace. Particularmente, no contamos con el nivel de inversión que significa el Metro en la Región Metropolitana, que es cuantiosísimo. Entonces, ¿qué pasa en nuestras regiones?, ¿cómo mejoramos el transporte público?, ¿cómo hacemos que haya más calidad?, ¿qué hacemos con nuestros usuarios...
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene un minuto más, señora Senadora.
La señora ALLENDE.- No puedo dejar de mencionar, señor Presidente, algo que venimos diciendo hace mucho rato: esperamos una conducta proactiva en relación con nuestros adultos mayores.
En verdad, resulta injusto que, por lo menos en la Región de Valparaíso, solo cuenten con acceso subsidiado a Merval, en el caso de aquellos que reciben una pensión básica solidaria. No existe ningún otro tipo de beneficio para los adultos mayores que necesitan y deben transportarse.
Creemos que eso es tremendamente injusto y que ha llegado la hora de tomar medidas. Y espero que esto sea una realidad y que podamos hacernos cargo de la necesidad de generar algún tipo de apoyo o de subsidio para los adultos mayores en relación con el transporte público.
Voto a favor.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene a continuación la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, el 13 de junio del 2018 Chile entero y la comunidad internacional vieron cómo un carabinero disparaba dos veces contra un conductor de Uber en el aeropuerto internacional de Santiago. Eso pudo haber terminado de la peor manera.
En verdad, ese fue un llamado de atención para decir "algo está mal, algo ha fallado, tenemos un problema", problema que nadie había enfrentado hasta ese momento. Es decir, cuando se llega a que un carabinero dispare sobre un conductor de Uber en el principal aeropuerto internacional de Chile es porque algo anda mal.
La plataforma Uber se instaló y desformalizó absolutamente el transporte público, compitió y compite deslealmente con los taxis, con el sistema de transporte regulado y público, y se ha convertido en una forma de empleo alternativo sin ningún riesgo para el dueño de la plataforma y con todos los riesgos para los conductores.
Es decir, el peor de los escenarios: competencia desleal para los taxistas, que tienen en su vehículo un medio de subsistencia y deben cumplir con todos los requisitos de la ley; e inseguridad absoluta para el conductor de Uber, que pone su vehículo al servicio de una plataforma que no le garantiza, por cierto, una adecuada remuneración, pero sí un ingreso inmediato o de corto plazo.
Está claro que debe haber regulación. La verdad es que todavía me pregunto -no he sido parte de la Comisión- cómo vamos a pretender que esa plataforma internacional se inscriba como una empresa jurídica en el país, que es la exigencia que impone el proyecto de ley. ¿Cómo vamos a obligar a esa plataforma a conformar una personalidad jurídica empresarial en Chile, de tal manera que se ajuste a la legalidad vigente?
Creo que el debate en particular va a arrojar mayores luces sobre aquello. Pero lo que sí está claro es que si queremos establecer igualdad de condiciones y los taxis básicos quieren competir, ellos no pueden financiar la plataforma pertinente ni la pueden crear, por lo que debe haber apoyo del Estado.
Si al Transantiago le metemos 1.100 millones de dólares y es un mal servicio, mal diseñado, mal implementado, durante décadas, no veo por qué el Estado no puede poner recursos para el transporte público conformado por los taxis básicos.
Tenemos subsidio para los taxis colectivos, forma parte de la chatarrización; existe subsidio para los taxibuses en las regiones; hay subsidio para las empresas internacionales, que no solo hacen mal la pega, sino que demandan al Estado de Chile, como lo ha hecho Alsacia por 360 millones de dólares (y ahí estamos compitiendo en los tribunales internacionales para salvarnos de una demanda millonaria).
Entonces, cabe preguntarse: ¿Este es un proyecto en el cual el Estado va a asumir responsabilidades o solo se trata de regulaciones?, ¿va a apoyar a los taxistas y también a los conductores de Uber, a fin de que puedan competir lealmente?
¡Yo estoy por la competencia leal!
Muchos de los hijos, nietos de quienes están aquí, jóvenes, usan Uber. Yo pregunto: ¿Quién llega a la casa a buscar a tu hija, a tu sobrina, a tu nieta a bordo de un Uber? ¿Sabemos quién es?
Llegan jóvenes de 21 años que recién aprendieron a manejar, con licencia clase B, en vehículos en donde no hay nada que pudiera establecer la seguridad para el usuario ni para el conductor del Uber: los asaltan al igual que a los taxistas. Tampoco tienen seguro para accidentes contra terceros.
Entonces, uno dice: "La regularización que proponemos tiene que establecer medidas de seguridad para todos". Pero no se puede abandonar el hecho de que, si queremos una adecuada participación en el mercado, el Estado tiene que administrar una plataforma pública, en la que puedan estar los taxistas. Es la única manera de equiparar la desventaja, la deslealtad, la competencia internacional que viven estos pequeños empresarios en Chile.
Se habla de un máximo de dos vehículos: me parece muy bien.
¿Hay que poner recursos del Estado para regular? ¡Pongámoslos!
Por otro lado, ¿hay investigación de mercado que establezca cómo se comportan los Uber?
Lo único que señalo es que la situación de Uber en cualquier momento va a estallar, porque efectivamente hay graves irregularidades. Por ello, les hemos dicho a los gremios de taxistas: "¡Renovarse o morir!".
Esa es la base. Yo espero que lo hayan entendido. Y veo que lo están entendiendo, porque quieren participar. Pero hasta ahora no hay una oferta del Estado que les garantice esa adecuada competencia.
Voto a favor. Y en el debate en particular discutiremos paso a paso este proyecto de ley.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Castro.
El señor CASTRO.- Señor Presidente, el Senado debe legislar sobre un asunto que, sin duda, lo necesita.
Ahora bien, este es un mal proyecto, porque todos sabemos cómo los taxistas -los queremos y apreciamos mucho- operan y cómo son responsables de su desprestigio.
Hoy, para mí, el servicio de taxis es una actividad que está un poco obsoleta.
Esa es la verdad, y hay que decirlo por su nombre.
Luego, aparecen las plataformas digitales, y señalamos: "Hay que regular".
Sin duda, es muy fácil conseguir que una plataforma digital se transforme en una empresa que tribute en Chile y que genere recursos para el Estado. ¡Esto se puede hacer!
Los autos que trabajan de Uber tienen revisión técnica por obligación; cuentan con seguro de daños contra terceros; muchos de ellos tienen seguros totales. También se les puede exigir algún seguro adicional. ¡Esto se puede hacer!
La aplicación Uber es una de las más exitosas que existen. Ha llegado a modificar el transporte en nuestro país.
¿Por qué creo que el Estado de Chile tiene una obligación de aceptarla? Porque la tecnología va creciendo más rápido. Cada día que pasa se transforma en una necesidad.
Y también hay una necesidad social. Debemos entender que hay mucha gente -la conocemos- que no tiene trabajo, y sabemos lo desesperante que eso es. Ante ello, aparece el papá diciéndole a su hijo, casado y con dos o tres hijos: "Anda, usa el auto y gánate unas lucas".
¿Por qué el Estado de Chile puede cuestionar eso? El Estado debe garantizar que todos los chilenos tengan una actividad económica.
Y Uber hoy día ayuda mucho a padres a que alimenten a sus hijos; a jóvenes a hacer unas lucas para seguir estudiando; a mujeres jefas de hogar, que también lo hacen. Ninguno de ellos está buscando renovar su auto, porque muchas veces -como dije- es un auto prestado, o es su propio auto y al quedar sin trabajo igual deben pagar una cuota y tienen que ganarle a la vida. Y esta aplicación tecnológica ayuda a eso.
¿Por qué el Estado se podría negar? Lo que el Estado debe hacer es regular. Y regular esta actividad es demasiado fácil.
Pero no les podemos colocar exigencias a estas personas para que tengan una licencia de conducir un poco más cara; para que tengan un auto regulado, lo que puede ser muy difícil, porque quedar sin trabajo significa que no poseen los recursos para comprarlo.
Esta tecnología llegó para quedarse; y si no la regulamos, va a seguir funcionando de la misma forma.
Esta aplicación seguirá rentabilizando con el trabajo que hacen muchos chilenos.
Por lo tanto, hay que regular. Y cobrar impuestos me parece superrazonable. Pero también hay que dar una oportunidad a muchas personas que quieren sacar a sus familias adelante, y esta es una de las mejores herramientas que existen hoy cuando no se tiene trabajo.
Por eso, estoy de acuerdo en que legislemos, en que regulemos, pero no en que vengamos a cambiar un destino que ya está escrito, porque la tecnología no la vamos a parar nosotros. Al contrario, hay que subirse a este carro.
Es importante legislar para hacer las cosas bien y ayudar a muchos chilenos.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente, de los proyectos que estamos tratando en el Senado, este debe de ser el más complejo sobre el que nos tocará legislar. Y lo es porque, curiosamente, lo que busca es regular el funcionamiento de las aplicaciones de transporte de pasajeros.
Y eso es lo más raro que hay, porque el transporte de pasajeros ya está regulado en el país. Existe una decisión en cuanto a entregar el servicio de taxis básicos a operadores que tienen una serie de normas, de obligaciones y también algunos derechos establecidos por el Estado de Chile.
Sin embargo, nos vemos obligados a legislar respecto de otros operadores que están dando el mismo servicio, pero que no tienen ninguna regulación ni exigencia.
No es fácil armar esta ecuación, porque todos los argumentos que se han entregado hacen mucho sentido.
Las plataformas, aprovechando las tecnologías, contactan a un usuario que requiere un servicio de transporte con un operador, que en este caso es el dueño de un vehículo. Entonces, unen la necesidad del servicio por parte del usuario con la posibilidad de entregar dicho servicio por parte del operador.
Eso es lo que hace la plataforma. Es lo que hoy día está operando en nuestro país y que ha significado un cambio fundamental en relación con el servicio de transporte de pasajeros.
¿Por qué ha tenido éxito? Algo se ha dicho acá: por la responsabilidad de los propios operadores del sector regulado. Porque el servicio otorgado -o que el Estado pretendía garantizar entregándoselo a operadores que debían cumplir determinados requisitos- no era suficiente, pues la demanda quizás era mayor que la oferta que se podía brindar. ¿Por qué? Porque el sector regulado tiene un parque limitado y fórmulas o mecanismos a través de los cuales se da el servicio que lo hacen mucho más rígido.
Estas plataformas, en definitiva, otorgan este servicio al usuario y le dan, por lo que indican los estudios, mayor seguridad, una tarifa más baja -al final, es lo que le interesa al pasajero- y un menor tiempo de espera y de desplazamiento, lo que es muy importante.
Curiosamente, esos son tres de los elementos que el sector regulado debería garantizarles a los usuarios.
Esto ha revolucionado completamente el mercado y su funcionamiento, y hay una distorsión evidente.
¿Y por qué digo que esto es lo más complejo para nosotros hoy día? Porque se trata de equilibrar los derechos que tienen los operadores, a los cuales el Estado les ha entregado la operación de un mercado -llamémoslo así- "cautivo", en donde deben cumplir con una serie de exigencias que van desde el tipo de vehículos, los años, las licencias de conducir de los choferes hasta materias de seguridad. Además, se les establece y garantiza una tarifa mínima que opera a través de los sistemas de taxímetros.
Bueno, ese sistema claramente está siendo superado por la realidad. Pero, a diferencia de lo que dijo recién un colega, me parece que el Estado tiene una responsabilidad con esos operadores, porque no en vano se les entrega una suerte de concesión y de la noche a la mañana se cambian las reglas del juego o se permite que otros operen sin ninguna regla del juego.
Eso es lo complejo.
Lo que nos va a pasar aquí, señor Presidente, es que vamos a estar legislando -como alguien también señaló- desfasados en el tiempo, desfasados por la realidad que significan estas aplicaciones.
Estas aplicaciones, además, no tributan de manera clara ni transparente, porque, si bien se trata de empresas que brindan un servicio de transporte, no son empresas de transporte, no tienen una relación laboral con quienes realizan la operación, que en este caso -y en forma voluntaria- son dueños de vehículos o gente que cumple un trabajo parcial, así como también operadores que creyeron que se trataba de un buen negocio y se metieron en inversiones: compraron vehículos, armaron flotas de transportes, y hoy día se hallan endeudados porque la operación no les resulta rentable...
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Terminó su tiempo, señor Senador.
La señora ALLENDE.- Dele más, Presidente.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene un minuto adicional.
El señor PIZARRO.- Seré breve, señor Presidente, pues no quiero abusar de la paciencia.
Pero me interesa plantear acá, con toda claridad, que debemos ser capaces en este Senado de construir con los operadores que hoy día están regulados por parte del Estado: en este caso, las organizaciones, los gremios de taxis básicos y también los de taxis colectivos.
Yo quiero hacer aquí una aclaración. Esto está pensado o planteado solamente para los taxis básicos que transportan pasajeros. Pero en las regiones son los taxis colectivos los que cubren, en algunos casos, el 50 o 60 por ciento del servicio de transporte de pasajeros de la locomoción pública.
Entonces, vamos a necesitar mucha objetividad, mucha frialdad, mucha creatividad para poder buscar un cierto equilibrio que, francamente, veo difícil de lograr. Pero, al menos, debemos llegar a acuerdos a fin de tener pisos mínimos que den garantías a quienes hoy día operan y ya están regulados. Asimismo, habrá que darles la posibilidad de acceder a estas tecnologías que operan en el país -y lo van a seguir haciendo, pues cada día la modernización avanza más en esa línea que hacia la regulación- y garantizar que existan los tributos adecuados y que se establezcan las relaciones comerciales, al menos, entre las plataformas y sus operadores.
A través de esa relación comercial habrá que plantearse de qué manera también hay un mínimo de protección, desde el punto de vista laboral-previsional para esos operadores, porque ese es uno de los reclamos que han formulado. Del mismo modo, hay que entrar a ver el tema de las licencias de conducir y de quiénes están en condiciones de desarrollar esta actividad.
Señor Presidente, hemos recibido a mucha gente y todos tienen argumentos válidos. Por tanto, vamos a requerir de una buena dosis de inteligencia para hacer algo razonable que garantice los derechos de todos.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Durana.
El señor DURANA.- Señor Presidente, las plataformas digitales llegaron a nuestro país y la verdad es que tendremos que ser muy acuciosos e inteligentes para poder legislar en función de la modernidad.
El proyecto de ley en debate intenta regular en Chile una actividad económica que se ha masificado a nivel global, poniendo de relieve la necesidad de legislar respecto de las actividades de servicios y de comercio que se realizan sobre la base de plataformas digitales, que son, en la práctica, de muy difícil fiscalización por los mecanismos públicos tradicionales.
La iniciativa se refiere a "vehículos de transporte menor de pasajeros", en circunstancias de que hoy las plataformas digitales que permiten la prestación de este tipo de servicios cuentan con vehículos de las más variadas características y condiciones o deficiencias de seguridad.
El proyecto plantea la creación de un registro de estas plataformas, de la nómina de conductores que prestarán el servicio, de la vigencia de los seguros de responsabilidad civil para vehículos y pasajeros y de vida para el conductor, además de los requisitos técnicos, de seguridad y de antigüedad que se determinen.
Asimismo, se exige que los choferes cuenten con licencia profesional y se abre la posibilidad de que los actuales taxis puedan adscribir a dichas plataformas digitales.
Yo voy a aprobar en general este proyecto, pero, obviamente, hay dudas que resulta necesario resolver durante la discusión en particular. Entre ellas están:
-La situación en que quedan los actuales taxistas, quienes con mucho sacrificio y a través de la contratación de créditos han invertido en sus patentes de taxis, y que hoy verán, en la práctica, cómo la creación de un nuevo registro permitirá que cientos, incluso miles de vehículos se incorporen al transporte público de pasajeros.
-Cuál será el sistema de tributación para la presentación de este tipo de servicios, fundamentalmente en lo que significa la regulación impositiva de las plataformas digitales.
-La suspensión de la licencia por seis meses para quienes sean sorprendidos sin estar registrados, junto con el retiro de sus vehículos, aparece como una medida menor frente al impacto que estos tendrán en el comercio del transporte formalizado.
-La forma en que, como Estado, podemos garantizar que estas plataformas digitales, no obstante esta norma, sigan proliferando al margen de la ley.
Son temas que tendremos que definir con mucha cautela, porque, efectivamente, hoy día la gente está con el servicio Uber porque puede pagar con tarjeta de crédito, sin necesidad de tener efectivo; porque puede conocer o identificar si el conductor tiene una buena evaluación, y le quedan los antecedentes de la patente del vehículo, la cual incluso puede ser monitoreada desde la misma familia. Es decir, hay sistemas de seguridad que, a mi juicio, son importantes en nuestra Ley de Uber y que, lamentablemente, los taxistas no los desarrollaron. En muchos reportajes se los ha visto adulterando los taxímetros o, a veces, realizando paseos muy largos.
La verdad es que este proyecto de ley es muy necesario, porque tenemos la responsabilidad, el Gobierno y los legisladores, de ofrecer todas las seguridades. Ya no solo estamos legislando para los taxistas, para los conductores, para este tipo de actividad económica, sino, fundamentalmente, para los usuarios, para darles seguridad a los chilenos y las chilenas que se movilizan permanentemente a través de un medio de locomoción.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra, a continuación, el Senador señor Latorre.
El señor LATORRE.- Señor Presidente, este proyecto define qué se entiende por empresa de aplicaciones de transportes; crea un registro de ellas y los requisitos para inscribirse como conductor; limita el número de vehículos que una persona puede inscribir y obliga al conductor a contar con una licencia profesional; regula que las empresas estén constituidas en Chile y que cuenten con el giro de empresas de transporte remunerado de pasajeros; añade la obligación de contar con un seguro de vida para el conductor y otro de accidentes para los pasajeros, y agrega especificaciones técnicas para el funcionamiento de los vehículos y su mantención.
En principio, estos son algunos de los aspectos positivos del proyecto de ley.
Sin embargo, no contiene una regulación tope del mercado, tanto de vehículos como de conductores que puedan inscribirse, lo que producirá un incremento descontrolado y desregulado en la oferta de plataformas digitales, introduciendo una suerte de competencia desleal con los taxis, puesto que el parque automotor y de patentes en aquel mercado está debidamente regulado.
En seguida, la iniciativa no contempla regulación de tarifa por el servicio y alguna forma de determinarlo, lo que habría constituido un elemento positivo antidumping.
El proyecto no se hace cargo del aspecto laboral que implican las relaciones a través de aplicaciones. No regula condiciones laborales, remuneraciones, condiciones de salud e higiene en el trabajo, cotizaciones para la salud y seguridad social, vínculo de subordinación y dependencia, derecho a sindicalización y duración de la jornada laboral, entre otros.
Obviar aquello no es menor, puesto que supone una forma de explotación moderna, bajo el eslogan de la economía colaborativa, en la cual se trasladan todos los costos de las relaciones laborales a los trabajadores, pasando estos a entenderse como "trabajadores independientes" o "pequeños empresarios", cuando en verdad siempre han sido y serán trabajadores que prestan servicios bajo una relación de subordinación y dependencia. No debemos confundir incorporación de tecnologías a las relaciones económicas y al mercado laboral con desregulación y precarización laboral.
Esta iniciativa solo viene a solventar una parte del gran problema de operación desregulada que ha significado la incorporación de aplicaciones de transporte de pasajeros, introduciendo algunas disposiciones para normalizar la relación. No obstante, es completamente insuficiente.
Además, cabe destacar el tremendo lobby que hacen algunas empresas de comunicación estratégica que han contratado Uber y otras empresas multinacionales para introducir su negocio en nuestros mercados, generando, en el fondo, una competencia desleal con el taxi.
Por esta razón, creo que es imperativo regular, pero el proyecto, así como está, me parece absolutamente insuficiente, por lo que prefiero abstenerme.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Galilea.
El señor GALILEA.- Señor Presidente, a mí me parece que este proyecto, llamado "Ley Uber" -aunque, como se decía, va mucho más allá de esa empresa, pues se aplica a Cabify, Didi y otras más que puedan venir-, resulta interesante de abordar, porque aquí estamos frente a un cambio de paradigma en un rubro específico, como lo está viviendo la hotelería a través de Airbnb y otras aplicaciones.
Son cambios de paradigma que afectan a sectores enteros de la economía y, por lo tanto, resulta particularmente interesante concentrarse e intentar hacer una buena legislación al respecto.
Y el cambio de paradigma, a mi juicio, obedece a varias cosas. Lo primero es que hay bajísimas barreras de entrada para este servicio. Habitualmente, el mundo del transporte ha sido un sector hiperregulado: en recorridos, en tarifas, en condiciones de los conductores, en medidas de seguridad, etcétera. Y acá nos enfrentamos, repentinamente, a un sistema de transporte con bajísimas barreras de entrada.
Hay otro cambio de paradigma relevante, que es la evaluación. Nosotros estamos muy acostumbrados, particularmente en el mundo hispano, a que lo que es bueno es lo que la autoridad dice que es bueno. Si usted tiene un carné que dice que es profesional, entonces es bueno, suficiente. Si usted tiene un hotel que logró calificar con determinado número de estrellas, ¡ah!, entonces es bueno.
Pero el cambio de paradigma viene por una completa democratización de la definición de quién es bueno y quién es malo. Cada usuario de cada vehículo de estas plataformas, califica. Y, además, cada usuario recibe la información del conductor: edad, foto, tiempo que lleva manejando en esa plataforma, cómo lo han calificado los antecesores, qué auto usa, de qué año es. Uno puede elegir un modelo de auto más baratito, uno un poco más caro o de lujo, en fin. Es un cambio de paradigma absolutamente total. Por eso, plantea desafíos que, para mi gusto, son relevantes.
En primer lugar, habría que legalizar esto, porque, en principio, el transporte de pasajeros en Chile es una actividad que está regulada, tiene una ley específica, y acá estamos como en una tierra de nadie. Así que me parece muy buena idea legislar sobre la materia, para que esta duda de legalidad o ilegalidad, que más bien se cargaba para la ilegalidad, quede definitivamente sancionada y esta sea una actividad legal.
En seguida, tenemos que resolver los temas tributarios. Hace algún tiempo conversábamos con el Presidente de la República, con el Ministro de Hacienda -parte de eso está recogido en la reforma de modernización tributaria-, quienes nos decían: "Bueno, todas estas plataformas finalmente, si no las regulamos de manera adecuada, van a terminar causando un tremendo forado en las arcas fiscales, ¡tremendo!".
Yo he sido usuario de algunas de estas plataformas: a uno le cobran desde cualquier país del mundo y de eso por Chile no pasa nada. Por lo tanto, para preservar los ingresos fiscales es necesario que exista la obligación de que se constituyan en el país, paguen impuestos en Chile, etcétera. Me parece que eso también es relevante.
Otra cosa que hay que abordar es la relación con los conductores, que no creo que vaya por el lado de la subordinación y dependencia, como señalaba un Senador que me antecedió en el uso de la palabra. Porque así como en Airbnb uno no podría, de ninguna manera, considerar que existe subordinación y dependencia de nadie, acá pienso que ocurre algo similar: no hay horarios, no hay nada.
Pero, siguiendo la ruta de lo que hemos hecho en temas de seguridad social, sí me parece que debiera establecerse que cuando una de estas plataformas le ha de pagar a uno de sus conductores, tenga la obligación, por ejemplo, de destinar una retención para la seguridad social de ese mismo trabajador, para no dejar a la persona en la inopia cuando llegue a la vejez.
También hay que analizar el modelo tarifario. El proyecto de ley establece correctamente que se debe informar cuál será el trayecto y más o menos el precio que se va a cobrar. Hoy día, como hay un algoritmo que maneja a la perfección cuánta gente está pidiendo un vehículo Uber y, además de ello, sabe exactamente cuántos vehículos Uber andan en un perímetro determinado, es muy fácil manejar de manera, no solo arbitraria, sino que quizá abusiva, el precio que finalmente se cobra. Son muchos los testimonios de personas que, para un mismo trayecto, han llegado a pagar tres veces el valor.
Un algoritmo se puede manejar abusivamente. Por lo tanto, el hecho de que se tenga que informar antes del viaje cuánto va a salir, me parece también una alternativa correcta.
Lo del registro, lo de la exigencia de la patente profesional, creo que se debe fundar en la evidencia empírica de si la medida efectivamente trae seguridad a este nuevo uso de plataformas. Me decía la Ministra de Transportes que la evidencia es muy concluyente en ese sentido, así que yo no puedo más que apoyar algo que resulta evidente en la experiencia práctica.
Por lo mismo, señor Presidente, voy a votar a favor del proyecto, sin perjuicio de presentar las indicaciones que me parecen pertinentes, pero creo que es un gran avance, algo muy importante, que debemos aprobar.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Por último, tiene la palabra el Senador señor Allamand.
El señor ALLAMAND.- Señor Presidente, varios señores parlamentarios han señalado que estas plataformas tecnológicas vinculadas al transporte llegaron para quedarse. Yo no solamente estoy de acuerdo con ese concepto, sino que creo que hay que decir: llegaron para quedarse y van a seguir creciendo.
Si uno le da una rápida revisada a las cifras, advierte que estas plataformas hoy día mueven más de tres millones de personas mensualmente, que están disponibles en lugares donde no hay cobertura de locomoción colectiva, que tienen un tiempo de espera promedio de cinco minutos. Como algunos señores Senadores han destacado, desde el punto de vista de los precios y del servicio que prestan, son incluso más convenientes para la ciudadanía que lo que podríamos denominar "el transporte tradicional".
Por otra parte, no hay que dejar de tener en cuenta que estamos hablando de ¿cuánto?, ciento veinte, ciento treinta, ciento cuarenta mil conductores activos, entre los cuales hay una gran diversidad: mujeres, personas de tercera edad, estudiantes, profesionales y un porcentaje de desempleados o de personas que obtienen, a través de estas plataformas, ingresos complementarios.
Entonces, frente a una realidad tan maciza, creo que no corresponde ninguna de las dos posiciones extremas que de alguna manera se insinuaron en esta sesión. Hay algunos a los que les gustaría, más o menos solapadamente, detener este fenómeno y, de alguna manera, prohibirlo o restringirlo. Y, por otra parte, hay quienes quisieran dejarlo en completa libertad, sin ninguna regulación.
Por mi parte, creo que el camino del equilibrio y de la regulación es, sin duda, el que tiene que adoptar este Congreso, teniendo en cuenta, como han señalado diversos señores Senadores, de que es una materia particularmente compleja: estamos frente a paradigmas nuevos; estamos frente a realidades emergentes; estamos frente a la necesidad de equilibrar sectores tradicionales, que de alguna manera parecen irse quedando atrás, con estos sectores emergentes tan pujantes.
Pero también es cierto que la experiencia internacional nos muestra que todos los países -estas plataformas existen hoy día en más de cien naciones- están avanzando hacia la regulación.
Dicho lo anterior, señor Presidente, creo que hay que pensar en cuál debiera ser la tendencia de esta regulación.
Esto podría ser mirado bidireccionalmente. Es posible decir, por ejemplo: "Intentemos que las plataformas de transporte a las que nos estamos refiriendo se parezcan al transporte tradicional". O, al revés, se podría señalar: "No, el camino es el inverso: hay que generar incentivos, ayudas, respaldos para que precisamente el transporte tradicional se vaya moviendo hacia los parámetros y los paradigmas de estos servicios emergentes".
Está claro cuál es la tendencia del mundo y cuáles son las preferencias de los consumidores.
Por supuesto, habrá que buscar un equilibrio razonable entre esos dos impulsos; pero no cabe duda de que es necesario poner arriba de la mesa la orientación que debe tener esta propuesta legislativa. Si yo tuviera que escoger una orientación, me inclinaría por una que, preferentemente, tienda a la modernización del sector tradicional, hacia estas nuevas formas de funcionar, y no a la inversa.
Pretender que los sectores emergentes, que tienen todas esas características y ventajas, retrocedan hacia modalidades de funcionamiento que se van quedando atrás es simplemente ser poco realista. Pareciera que hay que avanzar en la línea contraria.
Dicho lo anterior, señor Presidente, quiero señalar un par de cosas en forma muy breve.
El proyecto, que establece, por ejemplo, la imposibilidad del carpooling, que es una cosa absolutamente correcta, me genera enormes dudas en cuanto a la exigencia de licencia profesional para los conductores de estas plataformas. No sé si hoy día se justifican las diferencias entre las licencias Clase B y Clase A1 desde el punto de vista de sus requisitos. Pero lo que sí tengo claro es que bajo ninguna circunstancia esa exigencia puede transformarse en una barrera de entrada que, en la práctica, termine por hacer imposible que estas plataformas funcionen.
Hoy día se observa una enorme cantidad de dificultades para obtener esas licencias.
Por lo tanto, ahí surge un punto crucial que deberá ser abordado durante la discusión en particular.
Por supuesto que puede haber mecanismos distintos, como considerar una fórmula de certificación que resulte adecuada. Pero, como expresó el Senador Girardi, también es posible pensar, más que en ampliar las exigencias para los conductores de estas plataformas, en reducir los requisitos para los choferes tradicionales.
Deseo reiterar, señor Presidente, que el tema de las licencias no puede transformarse en una barrera de entrada para el funcionamiento de estas aplicaciones.
Por último, hago presente que me merece muchas dudas otro aspecto que de alguna manera se plantea en el proyecto. Me refiero a una suerte de congelamiento del parque desde el punto de vista de las licencias y, en definitiva, la imposibilidad de que nuevos partícipes accedan a estas plataformas.
En consecuencia, voto favorablemente.
En la discusión en particular presentaré indicaciones en la línea de las preocupaciones que he manifestado.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- No hay más señores Senadores inscritos.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (31 votos a favor, uno en contra y 3 abstenciones), dejándose constancia de que se cumple el quorum constitucional exigido, y se fija el 30 de agosto, a las 12 horas, como plazo para presentar indicaciones.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste, Rincón y Von Baer y los señores Allamand, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García, Girardi, Guillier, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Letelier, Navarro, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prohens, Pugh y Sandoval.
Votó por la negativa el señor García-Huidobro.
Se abstuvieron los señores Latorre, Quinteros y Soria.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la señora Ministra.
La señora HUTT (Ministra de Transportes y Telecomunicaciones).- Muchas gracias, señor Presidente.
Quiero partir agradeciendo la votación y el respaldo al proyecto y a su discusión, que dice relación probablemente con uno de los temas más candentes que tiene el Ministerio en este momento para modernizar su política pública.
Solo quiero reforzar algunos objetivos que a nosotros nos motivan para llevar adelante esta iniciativa.
En primer lugar, están el bienestar, la libertad de elección y la seguridad de los pasajeros.
En esta materia hay fuerzas encontradas. Uno observa, por ejemplo, que existe bastante argumentación, la cual se expresa con mucha pasión y dedicación, por parte de los gremios de taxis, que ven alteradas las condiciones en las que han operado durante largo tiempo. Y se ve la misma pasión e igual dedicación desde las empresas, lo que revela que vamos por buen camino, porque nosotros estamos defendiendo el interés de los usuarios y no el de algún gremio en particular.
Creemos, además, que este proyecto nos abre una oportunidad importante para enfrentar los nuevos desafíos de la tecnología.
Si hay un sector que se va a beneficiar de las oportunidades que ofrece el mundo digital, es el del transporte. Recolectar información en este ámbito ha sido siempre costoso, lento, difícil y con muchos errores. Contar con datos directos de viajes, por ejemplo, nos cambiará completamente el escenario de planificación y la posibilidad de reaccionar y de gestionar mucho mejor los sistemas de transporte.
Con este proyecto estamos respondiendo a una necesidad evidente de la población.
Sobre el particular, hay un estudio realizado el año 2018, en el que participó la Universidad Católica, que indica lo siguiente: frente a la pregunta "¿Qué espera usted que el Gobierno haga respecto a los servicios que se proveen por plataformas?", un 87,1 por ciento responde que espera que se regulen y un 0,6 por ciento, que se prohíban.
Es evidente la voluntad mayoritaria de las personas, porque es clara la forma en que desean viajar. Cuando uno mira las generaciones más jóvenes, ve que esa es la manera en que organizan sus desplazamientos.
Creemos también que esta modernización, tan necesaria, tan oportuna y tan contundente en materia de regulación de transporte, que cambia completamente el modo en que hemos llevado adelante la planificación en el sector, no puede concretarse sacrificando lo avanzado.
En este caso, la intención es proteger el interés de los usuarios a través de las normas regulatorias que estamos imponiendo con este proyecto de ley.
En muchos sectores los usuarios tienen a alguien que protege sus intereses, una entidad encargada de supervisar que se preste el servicio de manera adecuada. Pues bien, en esta iniciativa también se considera tal aspecto.
Ahora, respecto de las exigencias de seguridad, consideramos que hay suficiente evidencia que respalda el hecho de que la seguridad ha sido un avance difícil en el caso de Chile. Seguimos estando penúltimos en el ranking OCDE en cuanto a fallecidos en accidentes de tránsito. Ha habido leyes importantes, como la denominada de "Tolerancia Cero al Alcohol", que muy marginalmente han logrado cambiar esa situación. Seguimos en los últimos lugares.
En este sentido, cabe señalar que para todo el mundo la exigencia de licencia profesional está asociada al transporte de pasajeros. No conozco casos en que se haya retrocedido en esa dirección. En general, el requisito de una conducción con experiencia y con una buena capacitación es necesario para proteger el interés de los usuarios.
Uno de los desafíos más importantes que enfrentamos en este proyecto es cómo mantener la flexibilidad que caracteriza a estos servicios con una regulación que proteja el interés de los usuarios y sin usar la misma forma con que se ha regulado durante muchos años. Es muy claro que la regulación vigente, de la manera en que se ha producido y ejecutado, no ha sido consistente con las necesidades nuevas.
No queremos sobrerregular, pero sí reconocer los cambios sociales.
También nos importa utilizar adecuadamente la información que se genera producto de este tipo de viajes. Es algo que nunca habríamos tenido disponible.
La cantidad de datos, su precisión, la posibilidad de segmentar y contar con información sobre los horarios, por ejemplo, y la forma en que se mueven las personas en la ciudad nos permiten hacer un uso mucho más eficiente de la infraestructura y una mejor planificación de todos los demás servicios.
Podemos mejorar la movilidad con una integración digital de muy alto nivel.
Quiero dedicar unos pocos segundos a describir que en los países más desarrollados -en particular, en la ciudad de Viena- los sistemas de integración para la planificación de los viajes son totales. Están conectados, incluso, a la agenda electrónica de las personas. El sistema automáticamente vincula todos los tipos de viajes; selecciona la mejor combinación; compra los tickets, y entrega la ruta.
Estamos caminando hacia una dirección de mayor vanguardia. Es hacia donde queremos avanzar.
Las relaciones laborales no se consideran en este proyecto. En realidad, estas no se cubren en ninguna de las normas regulatorias del Ministerio de Transportes. Ellas están incorporadas en el Código del Trabajo, ámbito que no le corresponde revisar a esta Cartera. Me parece que esa es una materia importante, pero no cabe resolverla a través de esta iniciativa.
Vuelvo a recalcar el interés del Ministerio por modernizar la gestión de transporte y su planificación; usar las nuevas tecnologías; favorecer el interés de los usuarios, y diversificar la oferta: que las personas tengan muchos modos de viaje para elegir; que ellas mismas determinen qué servicio es mejor, más eficiente y más seguro.
Vuelvo a agradecer el apoyo entregado al proyecto en su discusión general y espero que en el debate en particular lleguemos a acuerdos y brindemos a los usuarios las mejores condiciones, que es lo que todos queremos.
Muchas gracias.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A usted, señora Ministra.