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EJERCICIO DE VIOLENCIA CONTRA PERSONAS MAYORES COMO CAUSAL DE INDIGNIDAD PARA SUCEDER AL DIFUNTO


El señor BIANCHI (Presidente accidental).- En el primer lugar del Orden del Día figura el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica el artículo 1182 del Código Civil, declarando incapaz para suceder al difunto a quien ejerce violencia contra el adulto mayor, con informe de la Comisión Especial del Adulto Mayor y urgencia calificada de "simple".
--Los antecedentes sobre el proyecto (8.528-32) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 42ª, en 2 de septiembre de 2014 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Especial del Adulto Mayor: sesión 9ª, en 10 de abril de 2019.
El señor BIANCHI (Presidente accidental).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- El principal objetivo de la iniciativa es establecer la indignidad para suceder como heredero o legatario al condenado por delito de maltrato, maltrato habitual, delito de abandono de personas desvalidas o delito de abuso patrimonial perpetrado en contra del causante que fuere persona mayor.
La Comisión Especial del Adulto Mayor deja constancia de que, no obstante ser el proyecto de artículo único y haberlo analizado en general y en particular, acordó proponer a la Sala discutirlo solo en general.
Dicho organismo aprobó la iniciativa por la unanimidad de sus miembros, Senadores señoras Goic y Órdenes y señores Chahuán, Quinteros y Sandoval.
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en la página 14 del primer informe de la Comisión y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
El señor BIANCHI (Presidente accidental).- En discusión general el proyecto.
Vamos a escuchar al Presidente de la Comisión Especial del Adulto Mayor, Senador señor David Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, una vez más este Senado se pone a tono con un tema significativo, relevante, humano, social y que tiene que ver con un grupo vulnerable de nuestra sociedad, que no debería serlo en realidad.
Es una pena tener que legislar en materias de esta naturaleza, cuando se pretende castigar de alguna manera a quien, con sus conductas, ejerce violencia contra un adulto mayor. Y no tendríamos que hacerlo, pues debería estar en el corazón de cada uno de nuestros compatriotas ese sentimiento de afecto, de adhesión, de simpatía, de cariño, de amor, por quienes son sus progenitores.
Por eso, resulta de alguna manera contradictorio que estemos legislando en tal sentido, cuando en realidad debería ser un acto natural de toda la sociedad, cuando hablamos de valores de humanidad, de humanismo, de derechos humanos y de otros tantos más, el saber y darnos cuenta permanentemente, a través de diferentes actos, circunstancias y reportes de prensa, de que, por diversas circunstancias y razones, hay muchos adultos mayores que viven en condiciones de maltrato, de vejámenes en sus actos fundamentales de vida. Hay sociedades que nos dan ejemplo y son modelo de respeto y consideración, y creo que nosotros debiéramos necesariamente transitar también en esa dirección.
Por eso uno valora que el Senado de la República, desde la constitución de esta Comisión Especial, y los integrantes de este organismo, transversalmente hayamos entendido, todos, que aquí hay que poner a los adultos mayores en una prioridad evidentemente distinta, donde les demos ese sentido humano, ese sentido de respeto y valoricemos lo que ello significa.
Como alguien decía, cada uno de nosotros, antes o después, vamos rumbo a esa etapa de la vida, en la cual a lo mejor necesitemos atenciones especiales, en la cual quizás requiramos afectos distintos, en la cual tal vez, como sociedad, necesitemos construir los suficientes paraguas y adecuados mecanismos, instituciones y normas que nos permitan hacernos cargo de esta realidad.
Por ello me alegro, señor Presidente, de que esta moción haya sido objeto de discusión en la Comisión, en la cual participaron el Director Nacional del Servicio Nacional del Adulto Mayor, señor Octavio Vergara; el profesor de Derecho Civil señor Simón Saavedra Treuer; la profesora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso señora Andrea Montecinos, y otros invitados que realizaron sendas presentaciones sobre la materia.
Durante la tramitación del proyecto se realizó un debate amplio y se perfeccionó su contenido original. En definitiva, se agrega un numeral adicional al artículo 968 del Código Civil, que señala: "6° El que hubiere sido condenado por delito de maltrato, maltrato habitual, delito de abandono de personas desvalidas o delito de abuso patrimonial perpetrado en contra de la persona mayor, en los términos que prescribe el artículo 14 de la ley N° 20.066 sobre violencia intrafamiliar y los artículos 403 bis, 403 ter, 352 o 489, del Código Penal, respectivamente".
En ese sentido, lo que busca el proyecto es declarar indigno de suceder a quien, por diversas causas, haya ejercido precisamente alguna de tales conductas.
Muchas veces los adultos mayores sienten más vergüenza por la denuncia que por la vivencia misma de la violencia o la agresión, porque habitualmente esa agresión o maltrato proviene de personas muy cercanas o que pertenecen a su círculo familiar. En múltiples ocasiones, desgraciadamente, se trata de sus propios hijos o familiares, de los cuales dependen. Incluso más: a veces, cuando están institucionalizados, las entidades que supuestamente deben velar por sus condiciones de bienestar, por su calidad de vida, realizan todo lo contrario.
Por ello, este proyecto permite declarar indigno de suceder a quien haya cometido alguna de esas conductas: a quien cometa maltrato, en cualquiera de sus formas, ya sea corporal o psicológico; maltrato habitual, que es el ejercicio frecuente de violencia física o psíquica; el delito de abandono, etcétera.
Señor Presidente, este es un proyecto humano, un proyecto social, un proyecto que va al corazón de nuestra sociedad, a proteger a un grupo vulnerable. Sin embargo, muchos adultos mayores nos dicen permanentemente: "No queremos conductas asistencialistas; lo que deseamos es que nos muestren respeto, que nos valoren como parte integrante de la sociedad". También muchos nos señalan: "A veces jubilamos del trabajo, pero no jubilamos de la vida, ni jubilamos de la sociedad. Queremos seguir siendo parte de ella".
Por eso el Parlamento, y el Senado en particular, se ponen a tono hoy día para decir "sí" a una demanda que procura, fundamentalmente, a través de este acto, impedir el maltrato hacia los adultos mayores en todo nuestro país.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Presidente accidental).- A usted, Senador Sandoval, en su calidad de Presidente de la Comisión Especial del Adulto Mayor.
Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, no quisiéramos vernos en la necesidad de legislar en estas materias. Ya nos gustaría que el trato hacia nuestros adultos mayores fuese siempre el de la mayor consideración y respeto. Lamentablemente, estamos lejos de eso.
El maltrato hacia los adultos mayores es una realidad invisibilizada, de la que poco se habla y sobre la que no se ha hecho lo suficiente. Datos proporcionados por el Poder Judicial indican que, entre los años 2012 y 2016, más del 40 por ciento de las víctimas de violencia intrafamiliar fueron adultos mayores.
Este proyecto, como lo ha dicho el Presidente de la Comisión, apunta a una arista muy específica del problema, pues atañe a personas que cuentan con al menos un bien raíz.
Con la presente iniciativa se pretende establecer que aquellos familiares que ejerzan maltrato y/o abandono hacia sus adultos mayores y hayan sido condenados por ello, sean sancionados con la declaración de indignidad para suceder a la víctima de esa violencia. Sencillamente, no es aceptable que quien haya provocado daño a un adulto mayor, que además es parte de su familia, mantenga el derecho a sucederlo en sus bienes.
Ese es el punto de partida que ha motivado la presentación de este proyecto.
En el debate en general efectuado en la Comisión constatamos que existen otras situaciones que también ameritan una revisión. Por lo mismo, este proyecto solo se presenta para su aprobación general, pues, probablemente, será necesario modificarlo a la luz de diversas opiniones expresadas por expertos, partiendo por su nombre, referido a incapacidades en lugar de indignidades para suceder.
Asimismo, podría ampliarse el catálogo de delitos o situaciones que sirvan de base para calificar la indignidad. De hecho, hay que ajustar el texto de la iniciativa a modificaciones recientes introducidas en materia penal en este ámbito.
En cualquier caso, en la Comisión concordamos en que el delito contemplado en este proyecto justifica por sí solo establecer esta nueva norma.
Ser adulto mayor en Chile no es sencillo. A las bajas pensiones, a los problemas de atención de salud, tanto pública o privada, y las discriminaciones de todo tipo, muchas personas mayores deben además sumar la amenaza de verse expuestas a ser víctimas de violencia intrafamiliar o de sufrir el abandono y la pobreza, esta última ocasionada con frecuencia por los propios familiares mediante engaños y estafas.
En una sociedad como la chilena, que está envejeciendo y cuyas expectativas de vida van en aumento, se hace urgente definir un conjunto de medidas que garanticen la protección, la seguridad y la autonomía de las personas mayores.
Este es un proyecto que va por un buen camino.
Mi voto es a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- A continuación, tiene la palabra la Senadora señora Carmen Gloria Aravena.


La señora ARAVENA.- Señor Presidente, coincido con todos mis antecesores en el uso de la palabra en que en una sociedad con mayor respeto y mayor humanidad no debiéramos estar legislando en esta materia. Pero no cabe duda de que prácticamente todos estamos vinculados a la situación de los adultos mayores en Chile y sabemos que es muy necesario legislar sobre un tema que hoy tanto daña a nuestras personas de la tercera edad.
Sin duda, el abandono y la violencia constituyen una de las formas de maltrato más recurrentes hacia los adultos mayores, que, lamentablemente, tiene lugar en las familias y que normalmente se vincula a considerarlos una carga potencial de gastos y un estorbo para las personas que deben hacerse cargo de ellos.
En este contexto, es común encontrar a adultos mayores solos, olvidados y marginados de toda actividad familiar, algunos institucionalizados en centros de larga estadía, otros abandonados en hospitales. De esta forma, en numerosos establecimientos de salud de comunas pequeñas, como es el caso de mi región, permanentemente hay adultos mayores internados en condiciones deplorables. Y muchas veces los equipos médicos no saben qué hacer con ellos. Otros están aún peor y se encuentran en situación de calle, con lo que se rompen los lazos comunicacionales, se pierde la afectividad, sin que los hijos, los nietos y la familia, en general, se hagan cargo de esta situación.
Solo para dar una cifra concreta sobre los adultos mayores en Chile, el Censo de 2017 reveló que hay alrededor de 2 millones 800 mil adultos mayores. Eso equivale aproximadamente al 16 por ciento de la población del país. Por cada cien menores de 15 años, hay alrededor de 81 personas mayores. Y esta cifra va en aumento.
En el caso de la Región de La Araucanía, únicamente en la comuna de Traiguén, que es pequeñita y cuenta con 17 mil habitantes, hay más de mil adultos mayores. De ellos, el 50 por ciento vive en condición de abandono. Y existen varias organizaciones sociales, religiosas y laicas que actualmente están dedicadas a apoyar el buen vivir de estas personas que no tienen familiares que se hagan cargo de ellas.
Lo complejo de esto es que, a pesar de la violencia que se da contra el adulto mayor (situación que, además, se incrementa y genera en la víctima daño físico, psicológico y, principalmente, emocional), en muchas oportunidades los nietos, los hijos y los familiares que maltratan a estos adultos mayores mantienen, por ley, sus derechos hereditarios sobre el patrimonio de la víctima. Esto es aún más complejo; porque, incluso, uno podría pensar que teniendo este adulto mayor algo que dejar en herencia no existe ningún interés en que mantenga una calidad de vida que prolongue su existencia, sino más bien todo lo contrario.
En ese sentido, por un lado, el que estemos tratando esta iniciativa es contradictorio, pues no debiéramos estar legislando sobre el particular. Pero, por otro lado, debemos hacerlo, pues es muy importante que restablezcamos la justicia respecto a un patrimonio formado, en muchos casos, gracias a la vida de trabajo de una persona, que debe heredarlo a quien jamás se hizo cargo de ella.
En ese contexto, establecer el concepto de la indignidad para suceder permite que el heredero no reciba lo que en Derecho le corresponde.
Por lo tanto, apruebo este proyecto y felicito el que hoy día estemos legislando sobre la materia. Porque, si bien no nos hacemos cargo de la situación de los adultos mayores, al menos generamos un grado de justicia para que quien no fue capaz de hacerse cargo en vida de un familiar que dio todo por él al menos no sea su heredero.
Muchas gracias.
El señor QUINTANA (Presidente).- Nos han pedido recabar la autorización de la Sala para que ingrese el Subsecretario señor Alvarado.
Acordado.
A continuación, tiene la palabra el Senador señor Iván Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, no hay duda de que todos llegamos a viejos. Los años no pasan en vano. De eso, como de la muerte, nadie se salva.
Es importante poner a disposición de la Sala un par de datos respecto a que en Chile el grupo de mayores de 60 años ha crecido en un 63 por ciento en menos de treinta años.
Junto con ello, 13 por ciento de los adultos mayores viven solos. Pero la cifra aumenta para los mayores de 80 años, de los cuales el 19 por ciento vive en soledad. Además, un 4 por ciento de los adultos mayores se encuentra en condiciones de grave aislamiento familiar asociado al abandono.
No hay duda de que este es un proyecto humano, un proyecto social en un país como el nuestro, que envejece cada día, como lo ha señalado nuestro colega experto en materias relacionadas con el adulto mayor, el Senador David Sandoval, quien viene siguiendo estos temas desde la Cámara de Diputados.
Sin embargo, hay un indicador que sí nos preocupa: la tasa de suicidios en adultos mayores, que es la más alta de todas, alcanzando a un promedio de 17,7 suicidios por cada 100 mil habitantes.
Ya en el año 2019 presenciamos el suicidio de una pareja, en que ambos integrantes declararon estar "cansados de vivir". Y muchas cosas tremendas como estas ocurren de forma permanente.
Por otro lado, en cuanto al delito de violencia intrafamiliar, de acuerdo a cifras del Poder Judicial, entre 2012 y 2016 hubo 31 mil afectados por el delito de violencia intrafamiliar, de los cuales 13 mil eran adultos mayores, lo que equivale al 41 por ciento de las víctimas de violencia.
Se trata de estadísticas. Pero representan una realidad y nos señalan que existe la necesidad de legislar respecto a una materia tan sensible.
La verdad es que no hay injusticia más grande que pagar con la traición a quien ha entregado todo a nuestra sociedad.
Nuestros adultos mayores no son un número más, son nuestro origen, nuestra historia, el soporte desde el cual nosotros hemos construido nuestro presente.
Y lo llevo a la Región de Los Lagos, que represento, en la que hay más de 90 mil adultos mayores, según el último Censo, y sobre 20 mil de ellos tienen más de 80 años.
Así como las sociedades rechazan de manera uniforme la violencia hacia nuestros niños por significar un atentado contra seres indefensos que representan el futuro, así también el nivel de educación de una sociedad se mide con la vara del trato que se da a sus ancianos.
Nuestro Código Civil establece un sistema de repartición de la herencia que designa ciertos herederos de carácter obligatorio con o sin testamento.
Pensado para el siglo XIX, cuando solo el hombre tenía patrimonio y su esperanza de vida era bastante menor, el Código buscaba cuidar el devenir de la cónyuge y de los hijos menores de edad por sobre otras personas.
En pleno siglo XXI, tales normas parecen anticuadas. Aun así, se mantienen vigentes y se producen muchos casos en que quienes tienen a su cuidado a los adultos mayores pervierten su obligación y transforman el deber de cuidado en maltrato habitual, agravado porque, en general, ellos mismos son sus herederos y beneficiarios en caso de fallecimiento.
La moción busca remediar esta situación, y estoy de acuerdo en que es un tema relevante.
Se podrá discutir si corresponde la incapacidad o la indignidad, o si basta con una sentencia en tribunales de familia, o si procede una sentencia penal o civil. Podremos argumentar si corresponde solicitar la declaración de indignidad en sede civil o de familia. Entiendo que la Comisión ya tiene un acuerdo al respecto, el que deberá plasmarse en el debate en particular del proyecto.
Pero, sin duda, lo que no podemos discutir es la necesidad de elevar el estándar de cuidado de nuestros adultos mayores. Como sociedad fallamos cada día. ¡Sí! Fallamos cada vez que un anciano muere por falta de cuidados; fracasamos como humanidad cada vez que uno de nuestros abuelitos es víctima de maltrato.
Como sociedad estamos al debe. Claramente lo podemos hacer mejor.
Por eso, quiero aprobar en general esta iniciativa, originada en moción de varios Diputados de la UDI, uno de ellos el hoy Senador Sandoval, que pretende precisamente entregar una herramienta de defensa y de resguardo para nuestros ancianos, para que tengan una vejez digna, en que el Estado y la sociedad los protejan.
Chile, como es sabido, avanza rápidamente por el camino de la vejez. Cada día se suma y suma gente a la etapa del adulto mayor, o de la tercera edad, o cómo se le llame. Así, más personas están próximas a jubilar o van a hacerlo; y es ahí donde este proyecto de ley es un complemento a lo que el Gobierno del Presidente Piñera quiere llevar adelante con una gran reforma de pensiones, para hacer compatibles una mayor dignidad y un mayor bienestar en nuestros ancianos.
Por eso, esta es una iniciativa de ley que se vota a favor con el corazón. No obstante, cuando se discuta en particular, presentaremos algunas indicaciones para perfeccionar y mejorar su texto.
He dicho.
El señor BIANCHI (Presidente accidental).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Francisco Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, este proyecto de ley, iniciado hace ya siete años en moción de varios Diputados, incluyendo al actual Senador Sandoval, cobra especial importancia hoy en día en que nuestra población se ha envejecido paulatinamente, por lo que, en algunos años más, los adultos mayores constituirán prácticamente el porcentaje más alto de los habitantes de nuestro país, dado que las expectativas de vida han ido aumentando vertiginosamente. De hecho, el año 2060 Chile será el sexto país del mundo con mayores expectativas de vida.
Sin embargo, no podemos desconocer que existe violencia hacia los adultos mayores, hacia las personas mayores -según la nueva nomenclatura-, y que son objeto de abandono, por lo que, al igual que se hace en algunas legislaciones europeas, se requiere incorporar una especial protección.
No cabe duda de que las personas mayores se encuentran en una situación de vulnerabilidad que amerita protegerlas frente al maltrato que se da en un contexto de violencia intrafamiliar.
Por ello, este proyecto de ley establece como sanción para quienes violenten a las personas mayores o las dejen sumidas en abandono cuando estén desvalidas que se los considere indignos para sucederlas como herederos o legatarios.
Después de escuchar en la Comisión Especial del Adulto Mayor tanto al Director Nacional del Servicio Nacional del Adulto Mayor como a dos destacados académicos que nos ilustraron sobre la materia, especialmente en los aspectos sucesorios, los integrantes de la Comisión presentamos una indicación, que se aprobó, mediante la cual se agrega un numeral 6° al artículo 968 del Código Civil, disposición que regula las indignidades, para que se considere como indigno para suceder "al que hubiere sido condenado por delito de maltrato, maltrato habitual, delito de abandono de personas desvalidas o delito de abuso patrimonial perpetrado en contra de la persona mayor, en los términos que prescribe el artículo 14 de la ley N° 20.066 sobre violencia intrafamiliar y los artículos 403 bis, 403 ter, 352 o 489, del Código Penal, respectivamente.".
Proponemos que ese texto sea aprobado en general, teniendo la plena certeza de que será objeto de indicaciones durante la discusión en particular, a fin de aclarar varios aspectos que fueron consignados por los profesores de Derecho Civil que concurrieron a la Comisión Especial del Adulto Mayor, quienes entregaron su valioso aporte.
Adicionalmente, nosotros hemos señalado con claridad que estamos frente a una situación dramática. No se trata solo del envejecimiento progresivo y sistemático de la población chilena, además de las bajas tasas de natalidad, sino que enfrentamos una situación dramática que dice relación con el aumento de los casos de suicidio, particularmente de las personas mayores. Estamos hablando de tasas cercanas al 17 por ciento por cada 100 mil habitantes.
Uno de los temas más dramáticos que está viviendo hoy día Chile, tocante a las personas mayores, dice relación con la soledad. Y, en ese contexto, creemos muy importante, muy potente, que el Parlamento chileno finalmente regule y establezca una causal de indignidad para suceder a aquellas personas que, finalmente, cometen maltrato en los términos que se han señalado -maltrato, maltrato habitual o delito de abandono de personas desvalidas o delitos de abuso patrimonial-, cuando además exista una relación de consanguinidad que los pueda habilitar, eventualmente, para ser herederos o legatarios.
Por tanto, pensamos que este proyecto de ley responde a una sentida necesidad.
Asimismo, estamos muy orgullosos de ser autores de la indicación que suscribimos todos los Senadores de la Comisión Especial del Adulto Mayor del Senado.
Por supuesto, valoramos la moción presentada por siete señores Diputados, incluido el actual Senador David Sandoval.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra, a continuación, la Senadora señora Isabel Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, quiero comenzar destacando la necesidad que tuvimos como Senado de crear la Comisión Especial del Adulto Mayor, de la que hoy día estamos viendo uno de sus primeros resultados. En realidad, este proyecto de ley tuvo su origen en una moción que venía de la Cámara de Diputados, pero me parece importante que la haya trabajado la Comisión Especial.
Esta materia es crecientemente relevante, porque cada vez hay más adultos mayores en nuestro país. Hoy día son el 16 por ciento de la población, pero ha habido un aumento del 72 por ciento en los últimos 25 años.
Claramente, somos un país que va envejeciendo, y esto se ve reflejado en la realidad.
Por eso mismo, como sociedad, como Estado, nos tenemos que hacer cargo de los desafíos de proteger a nuestros adultos mayores. Pero no solo de protegerlos, sino también de darles calidad y dignidad en su vida. Ello, por desgracia, debido a su alta vulnerabilidad, a los problemas de salud, de abandono, de maltrato.
Lamentablemente, debemos reconocer que no hemos estado a la altura de las circunstancias, y que como país estamos muy lejos de poder dar y garantizar todos los servicios que hoy día requiere la población de adultos mayores. Ello, más aún si vemos que esta vulnerabilidad se ve intensificada por los niveles de pobreza, dadas las bajas pensiones que existen en nuestro fracasado sistema de AFP, donde casi un 80 por ciento de nuestros adultos mayores reciben menos de un sueldo mínimo de pensión, especialmente en Valparaíso. Si uno recorre algunos sectores de esta ciudad, ve graves problemas por los escasos recursos que tienen los adultos mayores, muchos de los cuales incluso arriendan sus casas y se trasladan del plan a los sectores altos, lo cual les dificulta muchísimo su vida por problemas de conectividad, de acceso y de alejamiento de los centros de salud.
Por eso es muy importante que, dado que existe esta Comisión Especial, y considerando la mirada que debemos tener como país, de una vez por todas desarrollemos una verdadera agenda social para el adulto mayor, que incorpore numerosos temas que, obviamente, esta iniciativa, que es acotada, no toca.
Desde luego, somos partidarios de un subsidio al transporte público para el adulto mayor. Este no existe, por ejemplo, en la Región de Valparaíso, lo que constituye una verdadera discriminación. Aquí no está el Metro, existe Merval, pero en el resto del transporte público estas personas mayores no reciben ningún subsidio especial.
Asimismo, deseamos contar con una verdadera bolsa de remedios. Porque, si hay algo en que los adultos mayores se ven afectados, a medida que pasan los años, es en el aumento de las enfermedades y, por tanto, la necesidad de utilizar medicamentos.
Ese es uno de los aspectos que más golpea a sus familias.
Asimismo -tal como lo señala el informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos-, se le recomendó al Estado ampliar la cobertura de las residencias de larga estadía, las cuales hoy día, por desgracia, en su mayoría son privadas y extremadamente caras, por lo que resulta absolutamente imposible que los adultos mayores puedan acceder a ellas.
Además, las que no cuentan con los estándares que tienen dichas residencias no ofrecen las condiciones de garantía y seguridad para las personas mayores, y peor aún, muchas son bastante informales en su funcionamiento, por lo que falta una verdadera fiscalización, dado que prestan un servicio muy precario.
Con respecto a la moción, cabe señalar que muchos adultos mayores sufren abandono o incluso maltrato de parte de sus familiares. Por eso el proyecto, si bien es conciso, es bienvenido y resulta de plena justicia impulsarlo. Y, ciertamente, votaré a favor de él.
Para ello se propone que quien violenta, agrede o abandone a un adulto mayor no puede ser beneficiario posteriormente de la herencia que deje esa persona. Por eso, si por ejemplo un hijo maltrata a su padre, se declarará indigno para sucederlo.
Estamos muy de acuerdo con esto, y nos parece muy bien.
Pero claramente esta moción debe perfeccionarse, ya que no se hace cargo de todas las situaciones de violencia contra el adulto mayor.
Por ejemplo, se declarará indigno solo a quienes hubieren sido condenados por la Ley de Violencia Intrafamiliar cuando la víctima sea un adulto mayor. Sin embargo, únicamente se contemplan los casos de delito de maltrato habitual, el cual -lo sabemos- tiene un procedimiento muy engorroso y que es de difícil aplicación, ya que primero debe pasar por los tribunales de familia, los que dan cierta admisibilidad, para que posteriormente pueda ser investigado por el Ministerio Público. Y con esto dejamos de lado inclusive maltratos psicológicos.
Otro aspecto se refiere a que solo se hará indigno de suceder a quienes sean condenados por los delitos que señala el proyecto. Pero no nos hacemos cargo de que muchos de estos tipos penales terminan en salidas alternativas por las bajas penas que significan, no existiendo necesariamente una condena al victimario.
Entonces, ¿qué haremos frente a una situación como esa? ¿Tendría que haber una violencia sistemática, más grave y mayor contra un adulto mayor para declarar la indignidad?
Ciertamente, aquello no corresponde.
Por eso, señor Presidente, voy a apoyar esta moción. Sin embargo, reitero que ella debe perfeccionarse. En tal sentido, estoy segura de que está en el ánimo de todos avanzar hacia una mejor justicia para nuestros adultos mayores.
Considero importante que como país, como sociedad, y no solo como Gobierno, nos hagamos cargo de la situación de nuestros adultos mayores. No queremos que la violencia y los abusos puedan significar que terminemos viviendo un nuevo Sename. Y a propósito de ello, creo que a todos nos golpeó el último reportaje de Ciper en que se da a conocer un informe de la PDI, cuya existencia denunció el Diputado Saffirio, y lo que este implica, cuestión realmente dramática, pues evidencia que prácticamente en el cien por ciento de los hogares del Servicio Nacional de Menores, públicos o privados, existen abusos y maltratos contra nuestros niños.
Eso es algo totalmente inaceptable.
Por ello es el momento de avanzar; es el momento de decirnos como sociedad: "¡Ya no más violencia ni maltrato! ¡Ya no más la condición de esa persona mayor que no tiene cómo defenderse!".
Necesitamos generarles a nuestros adultos mayores una mejor calidad de vida.
En tal sentido, anuncio mi voto a favor de este proyecto. Me parece significativo el paso que estamos dando. Pero, claramente, hay que tener presentes todas estas observaciones, que permitirán mejorarlo y hacerlo más eficiente y eficaz para el objetivo que perseguimos.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, yo no puedo más que felicitar al Senador Sandoval, quien cuando fue Diputado dio origen a este proyecto, y luego, a los integrantes de la Comisión Especial del Adulto Mayor del Senado, quienes le introdujeron una profunda modificación a través de una indicación a fin de perfeccionarlo aún más.
Ahora lo estamos discutiendo en general, y posteriormente, lo haremos en particular, instancia en que podremos efectuar las indicaciones correspondientes.
Entonces, felicito tanto al autor de esta iniciativa como a quienes hemos tomado, en el ejercicio de la actividad pública, un compromiso desde siempre precisamente con nuestros adultos mayores.
En algún momento, una amiga de 86 años en ese entonces me decía: "Mira, Carlitos," -y no `Senador', sino `Carlitos'- "yo crié seis hijos, y hay veces en la vida en que seis hijos no son capaces de cuidar a una madre".
Esa es una realidad. Aquella es una situación que quizás no todos van a vivir.
Pero, efectivamente, existe maltrato al interior de hogares en que se encuentra una persona adulta mayor desvalida (hombre o mujer), una persona adulta mayor en soledad, una persona adulta mayor a la que el propio Estado castiga con las pensiones, con los valores de los remedios, con la vivienda, con la alimentación -esto es un castigo, ¡sin lugar a dudas!-, y otras tantas cuestiones que debe enfrentar en el diario vivir.
Señor Presidente, este proyecto puede parecer extraordinariamente simple. Algunos Senadores han dicho que ni siquiera debiéramos legislar sobre esta materia. Sin embargo, es necesario hacerlo, pues se trata de una realidad que muchos adultos mayores enfrentan día a día a lo largo de nuestro país.
Esta es una iniciativa -para volver a recordar de qué se trata- que se halla en segundo trámite constitucional y que modifica el artículo 1182 del Código Civil, declarando incapaz para suceder al difunto a quien ejerce violencia con el adulto mayor.
Por eso hoy día, con toda seguridad, se producirá una votación unánime, con la participación de todo el Senado, que de alguna manera está volviendo a dignificar a nuestros adultos mayores dándoles la debida protección.
Señor Presidente, a riesgo de salirme del objetivo de este proyecto de ley, es imposible no referirse a la violencia que a diario viven miles y miles de adultos mayores.
Me voy a centrar fundamentalmente en el trato que reciben mensualmente las personas mayores con pensiones que son de hambre, que hacen que desde la puerta de su casa hacia dentro vivan en condiciones casi de pobreza, habiendo trabajado toda una vida.
Entonces, obviamente los resguardos que plantea la iniciativa que ahora estamos discutiendo en general hacen que no tan solo centralicemos la discusión en su contenido, sino que podamos abrirla hacia otras cuestiones que deben enfrentar los adultos mayores y que son absolutamente abusivas: la salud; los medicamentos; los gastos de la vida diaria; la alimentación; la vivienda, en fin.
Me tocó hace tres años, a propósito de lo que señaló la Senadora Isabel Allende, quien legítimamente reclama por el transporte público para el adulto mayor en su zona, con la suerte de la vida, lograr en la única región de Chile un valor especial en los pasajes para el adulto mayor. Y ello lo discutimos en la Ley de Presupuestos de la época.
Conseguimos que hubiera una excepción especialísima en el caso de Magallanes, donde la empresa pertinente se allanó a fijar una tarifa especial para nuestros adultos mayores. Y eso les ha permitido desplazarse sin problemas para realizar sus actividades diarias. Pero también les ha posibilitado generar un pequeño ahorro, que en algo incrementa sus pensiones.
Yo me felicito de estar discutiendo este proyecto. Felicito al hoy día Senador Sandoval, pues su iniciativa aborda una situación que vivimos a diario, pues sin duda todos los que estamos acá, sin excepción, tenemos un vínculo permanente, un trabajo constante con nuestros adultos mayores.
Ellos nos demuestran que son plenamente activos.
Lo señaló un Senador aquí, en la Sala: se jubilaron de su actividad, de su trabajo, ¡pero no se han jubilado de la vida! Al revés: ¡quieren seguir viviendo!, a pesar de las muchas precariedades económicas que deben enfrentar todos los días.
Por lo tanto, con mucha alegría voy a votar a favor de este proyecto de ley. Asimismo, contribuiremos en su momento con indicaciones con el fin de mejorarlo y perfeccionarlo.
He dicho.
El señor QUINTEROS.- Abra la votación, señor Presidente.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Durana.


El señor DURANA.- Señor Presidente, me sumo a las felicitaciones al Senador Sandoval, ¡nuestro querido adulto mayor de la bancada...!
El proyecto que ahora nos ocupa a mi juicio responde a una gran necesidad, porque permitirá crear una causal de indignidad de herederos y legatarios para suceder, aplicable a quienes sean condenados por delito de maltrato habitual, delito de abandono de personas desvalidas o delito de abuso patrimonial realizado en contra de adultos mayores.
De acuerdo al Informe de Difusión "Soledad en la tercera edad: una respuesta institucional", el grupo de mayores de 60 años ha crecido en Chile un 163 por ciento en menos de 30 años. Y de ellos, más del 4 por ciento viven en condiciones de aislamiento familiar severo asociado al abandono.
Lo peor de la situación descrita es que los tribunales han definido que las tasas de suicidio y de maltrato en adultos mayores son las más altas.
Por lo tanto, el problema de la violencia contra las personas mayores lamentablemente está muy presente en nuestra sociedad.
Señor Presidente, se está produciendo la vulneración de los derechos de nuestros adultos mayores. Y por más que existan medidas cautelares, como prohibición de acercamiento a la víctima, o la implementación de rondas de vigilancia por parte de Carabineros, o la obligación del agresor de abandonar el domicilio, muchas personas de la tercera edad (algunas con movilidad reducida) están sufriendo violencia y maltrato.
Señor Presidente, esas preocupantes estadísticas son más graves aún si consideramos que la mayoría de los casos, dada la vulnerabilidad de estas personas, no llega ni siquiera a la denuncia.
En ese contexto, el proyecto de ley es consecuente con la necesidad de complementar la decisión de política criminal con esta causal de indignidad.
No es posible que nuestros adultos mayores permanezcan en la más absoluta indefensión y, más todavía, que las personas que los maltratan sean sus herederos o legatarios.
Creo que efectivamente estamos ante un gran proyecto, que debe ser complementado al objeto de que pueda ser una ley que de verdad dé tranquilidad y paz a los adultos mayores, a quienes todavía les queda mucho por entregar a nuestro país.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- ¿Puede abrir la votación, señor Presidente, manteniendo los tiempos?
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- ¿Les parece a Sus Señorías?
Acordado.
En votación general el proyecto.
--(Durante la votación).
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, hay un dicho muy popular que reza: "Un padre puede criar a diez hijos, pero diez hijos no pueden cuidar a un padre".
Menciono aquello porque durante nuestra vida hemos conocido muchos casos de adultos mayores que no solo son maltratados, sino que además se ven absolutamente abandonados.
El proyecto de ley que estamos votando -nos sentimos orgullosos de estar participando en su discusión y votación; y felicitamos a su autor, al Senador Sandoval- hace sentido particularmente en el momento en que nos encontramos como país, cuando estamos discutiendo una reforma de pensiones no solo necesaria sino que urgente.
Hoy día en nuestra Región del Maule, el titular de uno de los medios de circulación física decía que más de 32 mil adultos mayores de la zona se hallaban en morosidad respecto de créditos que no estaban sirviendo por falta de recursos. La noticia salió en virtud de un estudio que, entre otras instituciones, había realizado la Universidad San Sebastián.
Cuando uno leía la información se daba cuenta de que las razones por las que ellos pedían esos préstamos (estamos hablando de un promedio de 1 millón 800 mil pesos; lo conversamos en la Comisión de Economía, que preside el Senador Durana) tenían que ver con la compra de medicamentos, con la obtención de recursos para vivir, no con la adquisición de cosas lujosas o innecesarias.
¿Por qué señalo esto? Porque considero pertinente que nos hagamos cargo de la realidad que vive Chile.
De hecho, el titular de la referida Comisión pidió más informes a los organismos responsables sobre lo que pasa en nuestro país en ese ámbito.
Señor Presidente, imagínese a un adulto mayor que no recibe una pensión suficiente para sobrevivir, que debe endeudarse y que no cuenta con los medios para responder por un crédito que le otorgan muchas veces cajas de compensación o instituciones de crédito, o derechamente prestamistas, y luego pregúntese cómo esa persona enfrenta tal situación cuando además es abandonada.
Entonces, la violencia no solo es física, sino también psicológica.
Creo que no solo hay que felicitar esta iniciativa, pues los datos que arroja la discusión en la Comisión respectiva son de verdad relevantes, sino que además debemos enriquecerla. Y ello, desde la responsabilidad para la cual fuimos mandatados como legisladores, como Senadores de la República.
Yo concurro con mi voto a favor de este proyecto. Y, obviamente, haremos los aportes pertinentes en la discusión particular.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene a continuación la palabra la Senadora señora Órdenes.


La señora ÓRDENES.- Señor Presidente, el Censo del 2017 reveló que más del 16 por ciento de la población chilena es adulto mayor. Ello hace que estemos abocados al desafío de contemplar mayores y mejores políticas públicas orientadas a dicho grupo etario, fundamentalmente para garantizar que las personas de la tercera edad tengan una buena vejez, como asimismo una mejora estructural en su calidad de vida.
Este proyecto de ley permite que como sociedad tomemos un rol activo en la protección de la dignidad y derechos de personas mayores. Dado que Chile está envejeciendo de manera progresiva, estamos ante un grupo etario que está creciendo significativamente. Esto nos permite concientizar sobre la situación de abandono en que se encuentran muchos adultos mayores, donde sus familias no se hacen cargo de ellos en vida, pero que al morir sí disponen de sus bienes.
Señor Presidente, a lo anterior quiero agregar que el pasado 15 de junio se conmemoró el Día Mundial de la Toma de Conciencia contra el Maltrato a las Personas Mayores.
Las estadísticas de violencia intrafamiliar muestran que sobre el 40 por ciento de las víctimas son adultos mayores. Por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad. La tercera edad es un grupo invisibilizado, y el maltrato y la violencia contra este sector de la población a veces incluso pasa por la omisión o el abandono.
Felicito al autor de este proyecto de ley, al Senador Sandoval.
Voto a favor.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pugh.


El señor PUGH.- Señor Presidente, debemos entender que la demografía está cambiando rápidamente por una situación particular: los indicadores de salud de Chile han permitido que las personas puedan vivir más. Y eso es un muy buen antecedente. De hecho, en materia de baja de tasas de mortalidad infantil Chile tiene récores históricos.
Pero no solo se debe vivir más, sino que se ha de vivir mejor. Y vivir mejor no es solo un asunto de salud, no es solo haberse preocupado de alimentarse bien, de hacer ejercicio: también implica haber desarrollado una red de apoyo familiar.
La familia, entonces, constituye el elemento de soporte esencial, especialmente en los procesos de vida más complejos: la tercera y hoy ya la cuarta edad.
Por lo tanto, se deben reforzar todas las medidas que tiendan a permitir que ese tejido social se mantenga bien.
Hoy vemos que nuestra sociedad es individualista, que las personas deciden a edad temprana sus destinos y que se desentienden de sus responsabilidades en particular con los mayores.
Las culturas ancestrales no han perdido ese sentido, y algunas veces gente que miramos con ojos muy particulares posee una sabiduría increíble y saben respetar a sus ancianos.
En ese contexto, quiero reconocer a una comunidad, chilenos polinésicos, los rapanuís, que tienen precisamente como principal elemento a su Consejo de Ancianos.
Respetar al anciano, a la persona mayor, que es el sabio, es algo que quizás se pierde. Y por eso deben existir algunas normas que permitan que en situaciones extremas eso se cautele.
En tal sentido, señor Presidente, deseo felicitar al Senador Sandoval, que nos trae esta propuesta para que con algo tan práctico y material aquellas personas que no demuestran la condición de comprender el valor de respetar a sus procreadores lo hagan, por último, por una razón práctica. ¿Por qué? Porque, si no, se quedan sin nada.
Eso sí, este proceso ha de ser debidamente regulado, pues hay que entender que las familias viven diferentes períodos, donde pueden estar muy peleadas y utilizando todos los procedimientos judiciales para resolver una situación puntual. Pero las familias también se recomponen, el amor es más fuerte, y son capaces de superar y encontrar espacios que permiten generar instancias mejores.
Por lo tanto, tenemos que reflexionar bastante sobre esto, que significa dar la posibilidad de que aquellos que vayan a heredar, a suceder, tengan la posibilidad de retractarse y de cambiar su parecer. Porque, finalmente, lo que se busca es eso: una mejor sociedad, una sociedad en que se respete hasta el último minuto. Y si esto es un camino y ayuda, ¡qué bien!, ¡qué bueno que sea así!
En consecuencia, y como estamos viendo el proyecto en general, debemos tener la precaución de buscar los mecanismos de reversibilidad, de tal manera de que la medida se pueda dejar sin efecto. ¿Por qué? Porque es posible que las familias se recompongan, y eso no lo sabemos. No podemos a ciencia cierta decir en algún minuto: "Esto va a ser permanente". Reitero: los seres humanos somos personas complejas, con nuestra naturaleza y con nuestros momentos de encuentro y desencuentro.
El respeto al adulto mayor ha de ser la esencia, y es lo que buscamos. Y ojalá estos instrumentos ayuden.
Sin embargo, aquellos que no lo demuestren y se expongan a las instancias que se están proponiendo deben tener la posibilidad de recapacitar en el futuro, de reencontrarse. Porque esperamos que haya respeto para quienes lo dieron todo. De partida, nos dieron la vida; la lengua materna se llama así porque la enseña la madre; la capacidad de aprender de la naturaleza y de todo lo que las familias conllevan es algo que se transmite de padres a hijos; esa tradición, esa cultura las familias las van creando.
Por lo tanto, si las familias se pierden, efectivamente tienen que tratar de recomponerse.
Esa mediación posterior, esa capacidad de acuerdo es quizás el éxito de una legislación de este tipo. Porque si vemos que a pesar de todas las diferencias las familias son capaces de ponerse de acuerdo y de llegar, en el bien entendido, hasta el último minuto, vamos a lograr el efecto que buscamos, que es que los adultos mayores en la última etapa de su vida lo pasen realmente bien.
Señor Presidente, hoy veía con gran entusiasmo cómo un alcalde en la Comisión de Zonas Extremas, que presido, presentaba el caso de una mujer, una adulta mayor que fue capaz de recibir finalmente, con ayuda de donaciones de privados, una casa de 70 metros cuadrados. Ella pudo morir con dignidad en un lugar que ni siquiera su familia le podía dar. Porque lo que buscamos es al final eso: que las personas entiendan que la solidaridad existe, y ojalá la solidaridad parta en la familia.
El prójimo es el próximo, el que está al lado de uno, no es el lejano, el distante. Y si logramos que nuestras familias se entiendan, que es lo más esencial, y por eso así está establecido en nuestra Constitución, bueno, valoraremos lo que tenemos.
Hoy estamos discutiendo acerca de esta necesidad, que es práctica, que es concreta. Pero entendamos que lo que buscamos a la larga es que no se requiera su aplicación, que no tenga que usarse. Y en la eventualidad de que se deba emplear este mecanismo, que se permita optar a la retractación para que las familias se reencuentren.
En tal sentido, señor Presidente, me parece extraordinaria esta iniciativa. Creo que es relevante que nuestros adultos mayores que son dejados, que son abandonados y, lo más importante, a los que se les ha perdido el amor, puedan encontrar la forma de recuperarlo y puedan ver que habrá una sociedad que los acompañará, porque si su familia falla, habrá otros que se harán cargo de ellos.
Finalmente, felicito al Senador Sandoval y a todos los que están apoyando esta moción, porque creo que es muy importante para nuestro país.
Voto a favor.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra la Senadora señora Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, esta iniciativa legislativa originada en una moción, que ha seguido desde la Cámara de Diputados y ahora acá, en el Senado, el colega Sandoval, permite que hagamos una discusión mucho más profunda respecto de la toma de conciencia acerca del abuso y del maltrato en la vejez, porque en Chile debemos ser capaces de mantener un compromiso superior con nuestras personas mayores.
Iniciativas legislativas como esta permiten impulsar de manera mucho más permanente y en serio el buen trato a las personas.
La Senadora Aravena señaló que si estuviésemos hablando de una sociedad que se moviera con otros valores, tal vez un proyecto de este tipo sería innecesario. Pero, claramente, cuando hoy día vemos cifras que nos avergüenzan respecto del maltrato que sufren nuestros adultos mayores, del abandono, del maltrato psicológico, del maltrato patrimonial, entre otras formas de abuso, se hace necesario que la legislación intente colocar freno y ser, además, una herramienta motivadora de un cambio cultural que asegure el respeto que se merecen nuestros adultos y nuestras adultas mayores, por la contribución que han hecho con su trabajo dentro o fuera del hogar, por el amor que han dedicado a sus familias para sacarlas adelante, por el compromiso que han puesto en la crianza de sus propios hijos, y muchas veces siguen en la tarea de hacerse cargo de las nuevas generaciones.
Debemos ser capaces de generar como sociedad un mejor trato hacia nuestros adultos mayores, con más respeto.
En esto se inscribe una iniciativa recientemente discutida y aprobada en el Parlamento, respecto del trato preferencial, de mejorar nuestra convivencia entre generaciones, aumentando la conciencia sobre los problemas que afectan a muchas personas mayores por la escasez de medicamentos, por lo que significa para ellos llegar a fin de mes con las bajas pensiones que hoy día reciben. Y si a eso le agregamos el maltrato que ellos sufren, realmente habla de una sociedad que es vergonzosa.
Lo importante es que esta iniciativa permite resituar a los adultos y a las adultas mayores como sujetos que deben ser objeto de protección, y también permite centrar el debate sobre la dignidad, que está pensada como un requisito moral y ético de las sociedades.
Actualmente, quien abandona o violenta a un familiar adulto mayor no pierde su capacidad para suceder al causante, no obstante la gravedad de estos hechos. Por lo tanto, una vez abierta la sucesión podría participar libremente de ella.
Atendiendo al inmenso dolor que genera para el adulto mayor tanto el abandono como la violencia por parte de sus familiares, se estima procedente considerar ambas situaciones como causales de pérdida de una aptitud legal para suceder al causante o de su calidad de legitimario. Por eso se propone una modificación legal en orden a incluir como incapacidad relativa y excluir como legitimario a quien hubiese ejercido violencia o abandono al causante.
El proyecto tiene por objeto establecer indignidad para suceder como heredero o legatario al condenado por delito de maltrato, de maltrato habitual, de abandono de personas desvalidas o de abuso patrimonial perpetrado en contra del causante que fuera persona mayor.
Hemos visto, señor Presidente, realidades dramáticas, en donde son principalmente los familiares quienes llevan a los adultos mayores para que firmen compromisos crediticios que después los dejan en una situación aún de mayor complejidad frente a las cajas de compensación.
Y, por lo tanto, no podemos más que estar de acuerdo con una iniciativa que busca modificar las causales de indignidad, agregando que "Ni los hijos ni el cónyuge, que hubieren abandonado o maltratado física, moral o patrimonialmente al causante" puedan reunir las condiciones para recibir su herencia.
Por lo tanto, nos parece que estas iniciativas -tal como la otra que ya discutimos en el Parlamento- nos permiten ir generando una transformación cultural importante. Hay muchas personas que se mueven por los valores del dinero y, tal vez, iniciativas como la que nos ocupa les puedan hacer mayor sentido a fin de avanzar en un buen trato.
Para quienes pensamos que las personas deben estar siempre en el centro de nuestra atención y preocupación, claramente, proyectos como este nos permiten poner a nuestros adultos y a nuestras adultas mayores como sujetos claros de protección. Asimismo, creemos que iniciativas de este tipo limitan el ejercicio de la violencia y, realmente, nos permiten acercarnos a una vida en donde intergeneracionalmente seamos capaces de avanzar con mayor respeto.
Voto a favor del proyecto de ley.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Huenchumilla.


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, yo creo que el legislador fue muy sabio al distinguir entre la discusión general y la discusión particular de los proyectos de ley.
En la carrera de Derecho el derecho sucesorio es una de las materias más complicadas, más difíciles, y produce en los alumnos un nerviosismo muy comprensible, porque las normas son muy complejas.
Este proyecto de ley -entiendo que está en su segundo trámite constitucional-, ya pasó por la Cámara de Diputados, según me dice el Senador Sandoval.
Como estamos en la discusión general, hago presente que comparto la idea matriz de la iniciativa. No obstante, quiero plantear cinco observaciones, porque me parece que es conveniente que esa idea matriz no se pierda por algunos problemas que he detectado en la redacción del proyecto.
La Constitución, señor Presidente, establece la libre disposición y circulación de los bienes durante la vida de las personas y, por tanto, estas tienen el derecho de transferirlos. Y cuando se produce la muerte, la ley establece el derecho de transmisión, en virtud del cual aquella persona que falleció les transmite sus bienes a los herederos que determina la ley.
Sin embargo, la ley también se coloca en aquella situación excepcional que establece el artículo 968 del Código Civil, en virtud de la cual ciertas categorías de personas y de conductas son indignas de suceder.
Este proyecto de ley pretende agregar un numeral 6° al artículo 968.
Y digo que comparto la idea matriz del proyecto porque, evidentemente, está colocando el tema de la violencia intrafamiliar, concepto nuevo en nuestra legislación que no estaba presente en los términos establecidos hoy día al momento de dictarse el Código Civil, que como todos sabemos data del siglo XIX. Hasta ahí estamos bien.
Sin embargo, quiero hacer cinco observaciones a esta normativa.
Mi primera observación apunta a que se hace referencia al artículo 403 bis del Código Penal.
Yo pedí un ejemplar del Código Penal a Secretaría y me pasaron el texto que les estoy mostrando, que es de propiedad del Senado. Es una versión del año 2015. No sé si habrá otra más nueva. Pero de acuerdo con la versión que tengo aquí, en mis manos, que me proporcionó la Secretaría, el artículo 403 bis fue eliminado por la ley N° 20.813, de febrero de 2015.
Esa es la primera observación que hago para que la Comisión la tenga presente y examine el punto, si existe un Código Penal más actualizado que este que me proporcionó Secretaría.
La segunda observación dice relación con que el proyecto se refiere al artículo 403 ter, pero de acuerdo con este mismo Código Penal el artículo 403 ter no existe. Insisto en que a lo mejor hay una versión más nueva de este texto.
En tercer lugar, se señala como referencia el artículo 352 y, curiosamente, dice "ó 489". O sea, uno u otro. El artículo 352 del Código Penal se refiere específicamente a un delito y el 489 dice relación con una exención de responsabilidad. Entonces, me parece curioso que se aplique un artículo u otro en circunstancias de que no guardan mucha relación. Habría que examinar ese punto para ser precisos.
En cuarto lugar, es muy importante que en la redacción se establezca quién es el legitimado activo para alegar la indignidad.
De acuerdo con el Código Civil, quienes pueden alegar la indignidad son los interesados, con exclusión del heredero que cayó en las causales de indignidad. Pero aquí he escuchado muchos discursos que señalan que esto se aplica a los adultos mayores abandonados. Entonces, cuando alguien va y abandona a un adulto mayor por ahí, como sucede de manera lamentable en la vida, ¿quién es el legitimado activo para alegar la indignidad en contra de aquellos herederos que fueron a dejar a este adulto mayor, simplemente, tirado por ahí? ¿No será necesario ver la posibilidad de establecer un legitimado activo respecto de la casa, pública o privada, que se hizo cargo de este adulto mayor en los últimos instantes de su vida? Lo dejo planteado para que la Comisión lo revise oportunamente.
Finalmente, señor Presidente, el Senador Kenneth Pugh hizo una prevención, a mi juicio, bastante atendible, en el sentido de decir: "Han ocurrido todas estas cosas, todas estas indignidades, pero esto es algo de familia. ¿No será posible que los hijos se reconcilien con sus padres, por muy malos que hayan sido, y que el padre diga: `Mire, me trataron mal, pero al final mi amor es tan grande...'?". Como señala el Senador Bianchi, ocurre muchas veces que en el momento de la muerte o cuando una persona se acerca a esta los cariños se expresan y se vienen los perdones.
El Código Civil, mi estimado Senador Kenneth Pugh -por su intermedio, señor Presidente-, es muy sabio, por eso ha durado tanto tiempo, y no solo en Chile, sino también en Francia con el Código de Napoleón y en otros tantos países del mundo. La inquietud del Senador la resuelve el artículo 973 del Código Civil, en el sentido de que no se puede alegar la indignidad cuando hay un testamento posterior a los hechos. El anciano que fue maltratado hace un testamento con el cual está perdonando a los herederos que lo castigaron. Ello se aplica siempre que el testamento sea posterior a los hechos. Entonces, se supone que hay una reconciliación. Si no hay testamento y la sucesión es ab intestato, naturalmente se supone que la persona mayor no dio su voluntad para perdonar a las personas que la maltrataron. Pero esa manifestación de voluntad se hace mediante el testamento, como señala el artículo 973 del Código Civil.
En consecuencia, comparto plenamente la idea matriz y el objetivo que persigue este proyecto, mi estimado Senador Sandoval -por su intermedio, señor Presidente-, pero creo que hay que afinarlo para que hagamos bien las cosas, porque estamos, ni más ni menos, modificando el Código Civil.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Senador señor Huenchumilla, nos informa la Secretaría que hay una versión del Código Penal del año 2017. El número 5 del artículo 1 de la ley N° 21.013, de 6 de junio de 2017, introdujo modificaciones y agregó, precisamente, este artículo que está en la versión actualizada.
En ese sentido, no habría inconveniente respecto a esa referencia, la que creo que es tremendamente importante. Por ello, solicitamos a los integrantes de la Comisión, obviamente, y a los autores de la iniciativa poner atención en la discusión en particular.
El señor HUENCHUMILLA.- ¡Hay que modificar los textos que están acá, señor Presidente!
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- ¡Los enviaremos al baúl del recuerdo!
A continuación, tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, seré breve.
En primer lugar, quiero felicitar a los autores de la iniciativa.
En segundo lugar, me interesa acotar de qué se trata el proyecto. Este pretende evitar que los familiares de un adulto mayor que han sido autores de violencia contra él puedan heredar bienes de la persona violentada. Es decir, la normativa en estudio deja en claro que cualquiera que haya ejercido violencia contra un adulto mayor será incapaz para sucederlo.
Ese es el alcance del proyecto.
Pero, junto con aquello, creo que es muy importante que podamos encargarle a la Comisión -tengo una iniciativa que apunta en esa dirección- que precise y defina mejor qué es delito de maltrato al adulto mayor.
Fui de los autores de la propuesta legislativa que años atrás logró definir el maltrato como algo que se sanciona. Pero hoy sabemos que el maltrato contra los adultos mayores no es solamente el físico, no es solamente el psicológico: es también el económico.
Una de las cosas tremendas -y está asociada a este proyecto, señor Presidente- se da cuando familiares presionan a un adulto mayor, más aún cuando tiene ciertos niveles de demencia senil, para alterar la voluntad natural de lo que son los derechos sucesorios de una familia.
A veces, personas que son cuidadoras o semicuidadoras tienden a distorsionar y ejercen una violencia económica tremenda contra los adultos mayores. Y por eso es tan importante que junto con establecer esta norma que propone la iniciativa, que declara incapaz para suceder a un adulto mayor difunto en parte de su patrimonio a quien ha ejercido violencia contra él, podamos ir precisando de mejor forma los conceptos. Porque hoy existe mayor conciencia respecto de qué es delito de maltrato habitual, delito que debemos identificar mejor.
En estas últimas generaciones la situación de abandono es notoria. La falta de acompañamiento es tremenda; forma parte de un fenómeno mayor sobre cómo la familia se adecúa o trata de enfrentar este mundo nuevo en que vivimos.
Antes era normal que los hijos y las hijas cuidaran a sus padres, los acompañaran. Hoy no es así. Hoy lo habitual es la distancia, el no acompañamiento.
Por ende, es necesario definir en un nuevo proyecto de ley lo que es maltrato. Estoy seguro de que todos los integrantes de la Comisión del Adulto Mayor, junto con los miembros de la de Constitución, Legislación y Justicia, podremos precisar de mejor forma qué entendemos en el siglo XXI por maltrato, el que -reitero- no es solamente físico; es psicológico y también económico.
Aquí tenemos harto paño que cortar. Estamos hablando de un país en que el promedio de edad ha avanzado mucho. Todo chileno y chilena puede llegar a ser un octogenario; todos vamos a vivir más de ochenta años, en promedio. Somos una de las sociedades que han envejecido a ritmo más rápido, no solo en América Latina, sino a nivel mundial.
Por ello es tan importante no solo este proyecto o la Comisión del Adulto Mayor, que hemos constituido como Senado; también es importante ir actualizando las normas legales y, en particular, el alcance del delito de maltrato, sobre todo el habitual, hacia los adultos mayores.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, la verdad es que, como la vida es cíclica, cada vez más los ancianos se parecen a los niños.
En el silabario El ojo, con el que aprendí a leer, había un cuento -yo pensaba que era un cuento- que decía: "El anciano que volvió a ser niño". Eso hoy día claramente lo hemos clasificado como alzhéimer.
Los ancianos se vuelven niños. Piensan como niños, se comportan como niños y el alzhéimer los transforma en niños.
Por tanto, creo que debe existir un correlato, una simetría entre la protección de los niños y también la protección de los adultos mayores.
Existe una Declaración Universal de los Derechos del Niño. Hemos propuesto hace mucho tiempo -y aprovecho de planteárselo al Senador Sandoval-, en la Cámara cuando éramos Diputados, la creación de la declaración universal de los derechos del adulto mayor, que requiere el reconocimiento de las Naciones Unidas y ser una carta fundamental para que exista igual respeto a esos derechos.
La Ley de la Protección de la Infancia Desvalida data de 1912, señor Presidente. Y, claramente, en relación con el abandono y el cuidado es tremendamente severa, al igual que el Código Civil.
Cuando los padres abandonan a sus hijos, sea por un descuido en el supermercado, sea porque los dejan solos en la casa para salir a bailar o por otro motivo, lo que existe es un descuido en la crianza y ello está severamente sancionado.
Cualquier persona puede denunciar si unos padres no envían al colegio a sus hijos; o si los dejan encerrados en su vivienda, en su auto y no les brindan el apoyo ni las condiciones básicas necesarias.
Ahora, ¿quién tiene las facultades para denunciar? ¿La propia familia, los responsables del abandono? Porque en el caso de los niños puede ser cualquier vecino quien realice la denuncia.
Yo he dicho -y espero concretarlo y presentar el proyecto de ley ahora que tenemos Comisión del Adulto Mayor- que debe haber una simetría entre aquellos padres que abandonan a sus hijos, que pueden ir a la cárcel, y aquellos hijos que abandonan a sus padres y que debieran merecer un castigo similar. O sea, si se sanciona severamente cuando los padres abandonan a sus hijos, no veo ningún impedimento para sancionar a los hijos cuando abandonan a sus padres.
En ese sentido, esta iniciativa nos ofrece la posibilidad de profundizar en todo aquello.
Para quienes no lo saben, Gabriela Blas, una pastora aymara, en el año 2007 fue condenada a 12 años de cárcel porque abandonó -comillas- a su hijo, mientras pastoreaba a las llamas.
¡Le fue quitada la tuición de su hija, quien fue entregada en adopción fuera del país!
Y fue el Presidente Piñera -hay que señalarlo- quien la indultó.
Porque en la cultura altiplánica el que los hijos acompañen a sus padres al pastoreo de las llamas es algo cotidiano y, en este caso, ocurrió un descuido. Esa pastora fue condenada a doce años, le quitaron su hija y hoy día está en libertad por un indulto.
Entonces, en esta materia va a haber que avanzar no solo en aquellos aspectos que establecen la indignidad.
El proyecto original venía con la incapacidad para suceder. Luego la Cámara de Diputados incluyó los artículos 1182 y 464 del Código Civil, como aquí se ha planteado, y estableció aquello de la indignidad.
¿Qué es la indignidad? La falta de mérito de un sujeto para suceder al causante debido a que no cumplió con los deberes que tenía con el fallecido o porque le faltó respeto a su memoria en vida o con posterioridad a su fallecimiento.
Señor Presidente, siempre los términos legales son muy complejos.
Tuve oportunidad de acudir al accidente de los mineros del año 1995 -yo era Diputado- y vi lo que pasa con el tema de los matrimonios y de las familias que se separan. Un minero había vivido 25 años con su pareja, pero al momento de fallecer llega su exmujer, saca el ataúd de la casa y se lo lleva en presencia de todos.
Lo que quiero decir es que hay personas que se dedican al cuidado de un anciano, pero de pronto aparecen los hijos o la exesposa después de muchos años de que lo tenían abandonado y la ley dice que son los herederos legales,...
El señor BIANCHI.- Así es.
El señor NAVARRO.-... a pesar de que en vida él haya manifestado permanentemente que quienes lo habían cuidado y salvado fueron aquellos que lo acompañaron; no los hijos, que se fueron; no la exesposa. O sea, su voluntad siempre fue expresa en cuanto a que quienes debían sucederlo, recibir la herencia eran las personas que efectivamente lo habían cuidado.
Así que no solamente está el tema del maltrato intrafamiliar, sino también, claramente, lo relacionado con las condiciones de la justicia.
En ese sentido, este proyecto nos permite profundizar en la indignidad o en el maltrato intrafamiliar, el cual además, como lo señala la iniciativa, debe ser comprobado y condenado. Pero hay personas que maltratan intrafamiliarmente, que nunca son denunciadas y que jamás son sancionadas.
Entonces, yo pregunto: ¿Debe ser sancionada la persona? ¿Tiene que haber un proceso? ¿Solo si hay condena ella va a caer en indignidad?
Siento que debería existir la posibilidad de testigos frente al juez u otras condiciones que garanticen que efectivamente ha sucedido aquello. Porque, en general, las familias son reacias a denunciar.
Participo también de la idea del arrepentimiento, de que las personas puedan perdonar, y del reencuentro familiar.
Este proyecto de ley nos brinda muchas oportunidades para plantear eso que he dicho: si los hijos abandonan a sus padres, debe existir sanción, tal como ocurre a la inversa.
Por eso, voy a votar a favor de esta iniciativa.
Señor Presidente, ha sido una idea extraordinaria la creación de la Comisión del Adulto Mayor, que preside el Senador Sandoval y que nos permite tener este debate. Pero, tal como lo planteaba el Senador Huenchumilla, desde el punto vista legal la herencia, la sucesión es una de las materias más complejas y hay que tener un cuidado extremo porque con un buen abogado se puede echar abajo una ley algo descuidada o no específica. Aquí se trata de cumplir con la justicia. Lo que la gente reclama no es el cumplimiento de la ley, sino que haya justicia para el adulto mayor.
Creo que en esto vamos a tener que profundizar, y tal vez lo más acertado -no sé; es una sugerencia- sería invitar a los integrantes de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia a exponer en la Comisión de Adulto Mayor y no mandar el proyecto a esa instancia, porque ahí va a morir: ¡tienen trescientos proyectos de ley pendientes! Pero, si hay aportes como el realizado por el Senador Huenchumilla, ellos se pueden recibir en el seno de la Comisión del Adulto Mayor, para no retardar de manera indefinida la aprobación de la iniciativa.
Quisiera señalar que, aunque haya algún interés directo por parte de los que van a participar en la Comisión -¡son todos mayores de 60 años...!-, espero que se pronuncien pensando no solamente en su condición personal -¡porque nadie está libre de que lo abandonen alguna vez en su vida!-,...
El señor LETELIER.- Así es.
El señor NAVARRO.-... sino también en los casos reales y concretos, los cuales se dan en los estratos socioeconómicos bajos, medios y altos. Porque las disputas de las herencias destruyen a las familias.
El señor BIANCHI.- Exacto.
El señor NAVARRO.- ¡La herencia destruye a la familia! ¡Destruye años de amor la disputa de un bien material!
Siento que en esto no podemos equivocarnos y que efectivamente se debe contribuir a resolver el problema de fondo, a hacer justicia con quienes se portaron mal, para que paguen, y premiar a los que se portaron bien.
Voto a favor.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
He dicho.


El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Senador señor Navarro, recogiendo su inquietud -y se lo planteo al Presidente de la Comisión del Adulto Mayor-, creo que en algún momento podríamos ponernos de acuerdo y realizar una sesión unida entre dicha instancia y la Comisión de Constitución, en un horario especial, con la idea de ayudar y reforzar una visión en conjunto.
Me parece que ese es el sentido de lo que se ha señalado.
Tiene la palabra la Senadora señora Ebensperger.


La señora EBENSPERGER.- Señor Presidente, seré muy breve porque me parece que aquí ya se han dicho la mayoría de las cosas, y en casi todas concordamos.
Por tanto, no es necesario volver a hacer hincapié en que los adultos mayores son hoy día una de las poblaciones más grandes de nuestro país, y sigue creciendo; en que también hay una alta tasa de suicidios entre ellos; en que, de todas las personas que han denunciado violencia o agresiones, ellos están entre los porcentajes más altos.
De ahí que considere que este es un muy buen proyecto, como acá se ha dicho. Y efectivamente, al igual que sucede con todos, es absolutamente perfectible en su estudio en particular.
Pero quisiera señalar que es imposible obligar, mediante una ley, a querer a las personas: el amor no puede establecerse por medio de una norma legal. Por eso, esa falta de amor, esa falta de cuidado o, incluso más, el que esa falta de respeto y de cariño lleve a la violencia, a la agresión y al abandono, no solamente deben recibir un castigo como un delito que se tipifica, sino también tienen que ser objeto de una sanción pecuniaria al crearse una nueva causal de indignidad en el artículo 968, número 6°, del Código Civil, lo que me parece a mí que va en la dirección correcta.
Por último, señor Presidente, simplemente deseo felicitar a los autores de este proyecto y manifestar asimismo mi disposición a colaborar en mejorarlo en algo que, como dijo el Senador Huenchumilla, es muy importante: establecer una legitimación o un legitimador activo que sea capaz de determinar que esta nueva causal de indignidad produzca el día de mañana un efecto real y no sea letra muerta, en fin.
Es una gran idea. Así que, señor Presidente, de todas maneras votaré a favor del proyecto y estoy absolutamente disponible para colaborar también en mejorarlo en su discusión en particular.
Gracias.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Por último, tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, brevemente, deseo formular tres sugerencias respecto del articulado de esta iniciativa, con cuya idea de legislar uno concuerda en lo fundamental.
La primera ya se ha dicho: se debe cambiar el título del proyecto porque lo que jurídicamente corresponde es una indignidad para suceder, no una norma que declare una incapacidad para suceder, ya que el Código Civil habla de "inhabilidades", y lo hace detenidamente.
Esto forma una parte extensa de las materias que se tienen que estudiar cuando se da la licenciatura. La diferencia a estos efectos es que la indignidad constituye una sanción legal por falta de mérito para suceder.
Ese es el contenido y el sentido de la indignidad. Por eso corresponde el uso de esta expresión.
La segunda sugerencia, señor Presidente, también para la Comisión, me la hace el profesor Williams Valenzuela, quien tiene toda la razón, porque al final es bien rara la disposición que se propone.
Digo lo anterior porque el artículo 968 tiene cinco números, y aquí, como bien sabemos, se trata de agregarle un número 6°. Pero, curiosamente, si uno sigue leyendo el Código Civil, ve que el siguiente artículo es el 969, que corresponde al número 6° -esto es bien extraño, es como la continuación de lo anterior-; que el artículo 970 es el número 7°; que el artículo 971 es el número 8°; que el artículo 972 es el número 9°.
O sea, podemos establecer aquella norma mediante un número 10°. Pero me parece más prudente -así lo sugiere la Senadora Ebensperger- que se agregue ese número 6° y que los otros se cambien. Porque, si no, va a quedar una cosa rara jurídicamente.
Lo propongo por cuanto eso es lo que procede desde el punto de vista legal.
Por último, señor Presidente, una tercera sugerencia tiene que ver más bien con un tema de fondo, con la expresión "la persona mayor". Porque la norma propuesta señala que es indigno de suceder al difunto quien "hubiere sido condenado por delito de maltrato, maltrato habitual, delito de abandono de personas desvalidas o delito de abuso perpetuado en contra de la persona mayor".
Considero que tiene dos problemas la expresión "la persona mayor". Primero, es "la" persona mayor: puede ser cualquiera. Entonces, ¿qué pasa si se produce algún maltrato -Dios no lo quiera-? ¿Significa eso que el culpable no podrá suceder a nadie más?
Debe esclarecerse bien aquello, tiene que hacerse un sujeto respecto de la inhabilidad.
Y, segundo, si uno se pone un poco más creativo -le encuentro razón al Senador que me antecedió en el uso de la palabra- y cambia la expresión "la persona mayor", podría incluir el abuso a los menores. En esto cabe también una expresión un poco más amplia, dada su naturaleza.
Sé que lo que se propone nace del maltrato al adulto mayor, pero en una de esas, con una expresión más de causante, podríamos abordar además la realidad que se ha planteado.
Hago esas tres sugerencias, señor Presidente, dentro de la discusión general de este proyecto.
Y felicito al Presidente de la Comisión Especial del Adulto Mayor, quien le ha puesto sangre, sudor y lágrimas a esta iniciativa.
He dicho.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la señora Secretaria.
La señora BELMAR (Secretaria General subrogante).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (32 votos a favor y 2 pareos) y se fija plazo para presentar indicaciones hasta el jueves 18 de julio, al mediodía.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Aravena, Ebensperger, Goic, Órdenes, Provoste, Rincón, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Araya, Bianchi, Castro, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García, García-Huidobro, Girardi, Huenchumilla, Kast, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Navarro, Ossandón, Pugh, Quinteros, Sandoval y Soria.
No votaron, por estar pareados, los señores Chahuán y Moreira.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, yo estoy pareado con el Senador Alejandro Guillier, pero, considerando que este proyecto tiene amplio acuerdo y consenso, quisiera pedir autorización para manifestar igual mi voto, si fuese posible.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Ha quedado consignado su pareo.
El señor CHAHUÁN.- Por lo menos, deseo señalar que tenía la voluntad de...
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- Señor Senador, creo que, no estando presente el Senador Guillier, no influyendo en la votación su intención de respaldar la iniciativa y no habiendo normas de quorum especial, es mejor mantener consignado su pareo.
El señor CHAHUÁN.- Muy bien.