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EJERCICIO DE VIOLENCIA CONTRA PERSONAS MAYORES COMO CAUSAL DE INDIGNIDAD PARA SUCEDER AL DIFUNTO


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, no quisiéramos vernos en la necesidad de legislar en estas materias. Ya nos gustaría que el trato hacia nuestros adultos mayores fuese siempre el de la mayor consideración y respeto. Lamentablemente, estamos lejos de eso.
El maltrato hacia los adultos mayores es una realidad invisibilizada, de la que poco se habla y sobre la que no se ha hecho lo suficiente. Datos proporcionados por el Poder Judicial indican que, entre los años 2012 y 2016, más del 40 por ciento de las víctimas de violencia intrafamiliar fueron adultos mayores.
Este proyecto, como lo ha dicho el Presidente de la Comisión, apunta a una arista muy específica del problema, pues atañe a personas que cuentan con al menos un bien raíz.
Con la presente iniciativa se pretende establecer que aquellos familiares que ejerzan maltrato y/o abandono hacia sus adultos mayores y hayan sido condenados por ello, sean sancionados con la declaración de indignidad para suceder a la víctima de esa violencia. Sencillamente, no es aceptable que quien haya provocado daño a un adulto mayor, que además es parte de su familia, mantenga el derecho a sucederlo en sus bienes.
Ese es el punto de partida que ha motivado la presentación de este proyecto.
En el debate en general efectuado en la Comisión constatamos que existen otras situaciones que también ameritan una revisión. Por lo mismo, este proyecto solo se presenta para su aprobación general, pues, probablemente, será necesario modificarlo a la luz de diversas opiniones expresadas por expertos, partiendo por su nombre, referido a incapacidades en lugar de indignidades para suceder.
Asimismo, podría ampliarse el catálogo de delitos o situaciones que sirvan de base para calificar la indignidad. De hecho, hay que ajustar el texto de la iniciativa a modificaciones recientes introducidas en materia penal en este ámbito.
En cualquier caso, en la Comisión concordamos en que el delito contemplado en este proyecto justifica por sí solo establecer esta nueva norma.
Ser adulto mayor en Chile no es sencillo. A las bajas pensiones, a los problemas de atención de salud, tanto pública o privada, y las discriminaciones de todo tipo, muchas personas mayores deben además sumar la amenaza de verse expuestas a ser víctimas de violencia intrafamiliar o de sufrir el abandono y la pobreza, esta última ocasionada con frecuencia por los propios familiares mediante engaños y estafas.
En una sociedad como la chilena, que está envejeciendo y cuyas expectativas de vida van en aumento, se hace urgente definir un conjunto de medidas que garanticen la protección, la seguridad y la autonomía de las personas mayores.
Este es un proyecto que va por un buen camino.
Mi voto es a favor.