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ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL PARA PROYECTOS CON POSIBLE CONTAMINACIÓN LUMÍNICA


El señor QUINTANA (Presidente).- Corresponde tratar el proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley Nº 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, para exigir la elaboración de un estudio de impacto ambiental en los proyectos que puedan generar contaminación lumínica en las zonas que indica, con segundo informe de la Comisión de Minería y Energía y urgencia calificada de "simple".
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.912-12) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 58ª, en 10 de octubre de 2018 (se da cuenta).
Informes de Comisión:
Medio Ambiente y Bienes Nacionales: sesión 75ª, en 11 de diciembre de 2018.
Minería y Energía: sesión 15ª, en 8 de mayo de 2019.
Discusión:
Sesión 8ª, en 9 de abril de 2019 (se aprueba en general).
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- Esta iniciativa fue aprobada en general por el Senado en su sesión de fecha 9 de abril de 2019.
La Comisión de Minería y Energía deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no hay artículos que no hayan sido objeto de indicaciones ni de modificaciones.
Dicho organismo efectuó tres enmiendas al texto aprobado en general, todas las cuales fueron aprobadas por unanimidad.
Cabe recordar que las enmiendas unánimes deben ser votadas sin debate, salvo que alguna señora Senadora o algún señor Senador manifieste su intención de impugnar la proposición de la Comisión respecto de alguna de ellas o existieren indicaciones renovadas.
Sus Señorías tienen a disposición un boletín comparado que transcribe el texto aprobado en general, las enmiendas realizadas por la Comisión de Minería y Energía, y el texto como quedaría de aprobarse estas modificaciones.
El señor DE URRESTI (Vicepresidente).- En la discusión particular, tiene la palabra la Senadora señora Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, el día de hoy estamos despachando, en segundo trámite, el proyecto de ley que busca exigir estudios de impacto ambiental para los proyectos que generen contaminación lumínica en zonas de desarrollo astronómico.
Aprovecho de saludar a los Diputados que han estado impulsando esta iniciativa, que estamos convencidos de que constituirá un avance en materia de protección de un patrimonio invaluable que tenemos en nuestro país, particularmente en las regiones del norte, como lo es nuestro cielo.
Tal cual lo señaláramos en la discusión general, el proyecto toma en consideración la creciente relevancia del norte de nuestro país como zona de interés astronómico, planteando la necesidad de proteger dichas zonas de interés para el desarrollo del potencial de investigación científica y también turística (desarrollo turístico de intereses especiales y de interés astronómico), como se da de una manera tan importante en la Región de Atacama.
Lo anterior queda recogido en las indicaciones aprobadas en la Comisión de Minería y Energía, donde se precisó que los proyectos sometidos a estudio de impacto ambiental deberán analizar si ocasionan contaminación lumínica en áreas con valor para la observación astronómica con fines de investigación científica o turística. Con dicho objetivo, en el futuro se tendrán que establecer polígonos de importancia científica y turística desde el punto de vista astronómico que puedan ser protegidos con normas más restrictivas.
Durante la discusión de las indicaciones, la Comisión de Minería y Energía recibió a representantes del Telescopio Gigante de Magallanes, del Observatorio Europeo, de la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte y de la Dirección de Astronomía de Conicyt, quienes se manifestaron de acuerdo con las modificaciones y con el proyecto en general.
El creciente desarrollo minero en el norte de nuestro país ha significado un impacto no deseado desde el punto de vista de la contaminación lumínica atmosférica, el cual podría interferir en las inversiones científicas en materia astronómica, contaminación que ha aumentado en forma constante desde hace un par de décadas y que podría empeorar por la posibilidad de instalación de agentes contaminantes lumínicos como plantas fotovoltaicas, campos eólicos y otros proyectos.
En este punto debemos señalar con claridad que esta normativa no afectará a la pequeña minería, pues sus faenas se hallan exentas de la obligación de estudio de impacto ambiental en la ley ya vigente. En esto quiero ser clara y categórica: las disposiciones del proyecto no afectan a la pequeña minería, ni a la minería artesanal ni a los pirquineros.
Señor Presidente, estamos en un momento en que nuestro país será sede de fenómenos astronómicos de gran relevancia, como el eclipse solar que se registrará el 2 de julio de este año. Lo anterior, sumado a la fundamental colaboración de equipos de astrónomos nacionales e internacionales asentados en nuestro país para la obtención de la primera imagen de un agujero negro -el Senado les entregó un importante reconocimiento hace unas semanas-, pone a nuestro país en la vanguardia en materia astronómica. Y este proyecto de ley viene a ayudar a que Chile mantenga ese sitial en el concierto internacional.
Las dos indicaciones presentadas en la Comisión de Minería y Energía ayudan a mejorar su texto.
La primera, de autoría del Senador Rafael Prohens, porque agrega "áreas con valor para la observación astronómica con fines de investigación científica" a los bienes susceptibles de protección por medio del sistema de impacto ambiental.
Y la segunda, del Ejecutivo, porque entrega como nueva facultad al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación la de "Proponer al Presidente de la República las áreas con valor científico y de investigación para la observación astronómica, las que serán declaradas por decreto supremo expedido por el Ministerio".
Creemos que ambas indicaciones perfeccionan nuestra legislación ambiental y ayudan a tener en el norte una actividad astronómica activa, tanto para los aficionados como para los profesionales en la materia.
En consecuencia, llamamos a la Sala a aprobar los cambios y valoramos el despacho de este proyecto de ley a su tercer trámite.
Termino mis palabras felicitando nuevamente a los Diputados que nos acompañan, autores de la iniciativa.
Muchas gracias.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, solo quiero respaldar esta iniciativa, que a mi juicio será ampliamente apoyada, pues uno de los principales patrimonios científicos que posee Chile es su cielo. Esta es, tal vez, la ventaja más relevante que tenemos sobre cualquier otro lugar del planeta, pero además le impone a nuestro país una cierta responsabilidad: debemos abordar el asunto no solamente desde la perspectiva de cuidar nuestra astronomía, sino también de cuidar uno de los principales vectores de la ciencia del siglo XXI.
Ustedes ven que hoy todas las grandes plataformas -Facebook, Google, Amazon, y lamentablemente solo ellas, pues tienen el monopolio de la ciencia del futuro; ojalá pudieran hacerlo también Estados, universidades, etcétera- están planteando la posibilidad de establecer las primeras colonias en Marte, en la Luna. E incluso están planteando procesos de terraformación: transformar la atmósfera de Marte en una equivalente a la terrestre. Ya se están desarrollando extremófilos, como plantas, bacterias -muchos de ellos provenientes de Chile-, que son capaces de generar metano y oxígeno, justamente para poder cambiar el clima y la atmósfera de ese planeta. Marte también tuvo, miles de millones de años antes que la Tierra, una atmósfera parecida a la terrestre. Había agua y, aparentemente, seres vivos. Existen muchas teorías, particularmente las de Paul Davies, un anticipador y el primero en aseverar que había agua en Marte, según las cuales la vida en la Tierra proviene de dicho planeta.
Pero, más allá de eso, desde Chile se van a descubrir los planetas habitables, que es, tal vez, el principal desafío que tendrá la humanidad a futuro. Y desde Chile también se va a descubrir la vida en el universo.
Por lo tanto, tenemos una responsabilidad mayor.
Yo pienso que estar jugando con la contaminación lumínica, que puede impedir esta maravillosa e inmensa oportunidad y este espacio fundamental para la sobrevivencia de la especie humana, es un grave error. Y Chile tiene que reparar aquello no solo por nosotros, sino también por la responsabilidad que tenemos para con todo el planeta.
Naciones Unidas ya afirmó que estamos viviendo un proceso de extinción masiva, que en las próximas décadas se extinguirá por lo menos un millón de las cerca de siete a diez millones de especies que viven en la Tierra. ¡Un desastre! Estamos viviendo un fenómeno de extinción masiva equivalente al que ocurrió hace 65 millones de años, cuando se extinguieron los dinosaurios. Los dinosaurios no tenían programas espaciales, no pudieron salir de la Tierra y, en consecuencia, desaparecieron.
El destino del ser humano se halla hoy día en cuestión, y una de las opciones que va a tener la humanidad es migrar hacia otros planetas. Yo diría que toda la ciencia, toda la biología, toda la bioquímica están dirigidas a eso; también todas las modificaciones corporales de los seres humanos.
A este último respecto, quiero recordar que al Congreso del Futuro vino Floyd Romesberg, uno de los científicos más relevantes de Estados Unidos, quien está cambiando el patrimonio genético, las bases del ADN, que son cuatro, para agregarle dos más con el objeto de que el ser humano tenga la capacidad de adaptarse para poder viajar por el universo y vivir en otra atmósfera, ya que la atmósfera de la Tierra forjó aquellas cuatro bases y nosotros somos la expresión y el resultado de todos los aspectos evolutivos de nuestra química, de nuestra atmósfera, de la temperatura, de las presiones que fueron forjando y tallando a todos los seres vivos de nuestro planeta. Por lo tanto, para sobrevivir en otros lugares del universo tenemos que modificar nuestro genoma.
Bueno, todo eso hoy día ya no es ciencia ficción; es parte de una prioridad en la ciencia de frontera de todos los países desarrollados. Y Chile aporta de manera fundamental yo diría que a través de dos vías: por la vía de la astronomía, pero también por la vía de que nuestro país tiene el mayor laboratorio de la Tierra para especies extremófilas -las únicas que podrían sobrevivir en otros planetas- en el norte, en el Desierto de Atacama, el más seco del planeta, y en la Antártica.
Entonces, Chile tiene oportunidades tan potentes, tan maravillosas y que pueden ser tan relevantes para el futuro de la humanidad, que no las debemos poner en riesgo. Y no lo hagamos para defender algo que es pan para hoy y hambre para mañana.
Tenemos que hacer compatible el futuro con la minería. Pero no puede ser que terminemos siendo rehenes de una minoría mediocre que quiere, en función de ese objetivo, impedir que aprovechemos estas oportunidades y dañar los tremendos potenciales y los laboratorios naturales que tenemos.
Lamento mucho que hayamos enviado el proyecto en debate a la Comisión de Minería y Energía. ¡Es una vergüenza! ¡Minería no tiene nada que hacer en esto! Sin embargo, estoy muy contento de que podamos aprobarlo y felicito a todos los que lo han hecho posible, fundamentalmente al Diputado que lo lideró.
Gracias.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Prohens.


El señor PROHENS.- Señor Presidente, en primer lugar, me gustaría agradecer a los autores del proyecto, en especial al Diputado José Miguel Castro, por poner un tema tan relevante en el debate, en particular para mi región, la Región de Atacama, como es la contaminación lumínica.
Todos debiéramos estar conscientes de la importancia que tiene la astronomía en nuestro país, el cual es considerado la capital mundial de dicha ciencia. Actualmente contamos con el 40 por ciento de la infraestructura para la observación astronómica profesional, cifra que podría aumentar 30 por ciento más para el año 2025, cuando se concluya la construcción de tres megaproyectos: el Telescopio Europeo Extremadamente Grande, el Telescopio Gigante de Magallanes y el Gran Telescopio de Rastreos Sinópticos.
Quisiera detenerme en el Telescopio Gigante de Magallanes, que será el observatorio óptico más grande del mundo, el cual estará instalado en la comuna de Vallenar, Región de Atacama, dentro del Observatorio Las Campanas. Este permitirá capturar imágenes hasta diez veces más nítidas que las que se pueden capturar el día de hoy.
Pero ¿por qué Chile es ideal para el desarrollo de la astronomía? El Desierto de Atacama, que abarca las Regiones de Antofagasta, de Atacama y de Coquimbo, tiene un promedio de 330 noches despejadas al año, con montañas sobre los 3 mil metros de altura y un clima seco. Esto último es fundamental, ya que la sequedad de la atmósfera permite que el cielo sea muy transparente.
Por lo tanto, debemos considerarnos afortunados y tomar todas las medidas necesarias para estimular el desarrollo de la astronomía, a fin de potenciar esta ventaja que tenemos sobre otros países. Pero, además, no nos podemos olvidar del importante impacto económico que genera la ejecución de proyectos astronómicos, debido a la generación de empleos en su construcción y mantenimiento.
Por otra parte, y no menos relevante, existe mucho potencial en el llamado "turismo astronómico", el que, acompañado de las políticas públicas adecuadas, puede ser una significativa fuente de ingresos para el país.
Es más, el próximo 2 de julio, como ya se indicó, se producirá un eclipse que dejará en la oscuridad total a una zona que va desde la localidad de Domeyko, en la Región de Atacama, hasta la de Guanaqueros, en la Región de Coquimbo. El Gobierno de Chile lanzó la semana recién pasada la temporada de eclipses, invitando a todos los chilenos a mirar nuestros cielos. Se espera a cerca de 500 mil turistas, lo que significa un gran empuje para la economía de nuestras regiones.
Como se puede observar, las grandes ventajas de la astronomía son múltiples. Sin embargo, la actividad astronómica en Chile enfrenta un gran peligro: la contaminación lumínica. Esta, básicamente, aumenta el brillo natural del cielo, evitando que los telescopios cumplan su función. Por eso, señor Presidente, nosotros debemos hacernos cargo de esta situación antes de que nuestro país desaproveche sus cielos prístinos.
A mi juicio, este proyecto de ley soluciona en gran medida los problemas de la contaminación lumínica, primero, al incorporar la luminosidad artificial como un contaminante de aquellos contenidos en la letra d) del artículo 2° de la ley N° 19.300, y segundo, al someter a estudio de impacto ambiental las actividades que se realicen en la proximidad de las áreas con valor científico para la observación astronómica.
El proyecto pasó por las Comisiones de Medio Ambiente y de Minería, las que le dieron el visto bueno e incorporaron, además, como una de las funciones del Ministerio de Ciencia, la proposición de áreas de valor científico para la observación astronómica.
Por último, señor Presidente, no me queda más que invitar a todos los Senadores a aprobar la iniciativa, que sin duda constituye un avance en la protección de nuestro capital natural y que va en directo beneficio de las regiones que he mencionado.
Anuncio mi voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.
El señor BIANCHI.- ¿Podría abrir la votación, señor Presidente?
El señor QUINTANA (Presidente).- ¿Habría acuerdo en tal sentido?
La señora ALLENDE.- Sí, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Presidente).- Entonces, en votación particular el proyecto.
--(Durante la votación).


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, es bien conocida la calidad de los cielos chilenos para la investigación astronómica. De hecho, durante la próxima década, cerca del 70 por ciento de la capacidad de observación del mundo se concentrará en Chile. Se puede decir, entonces, que la investigación espacial, vital para el futuro de la humanidad, tiene una base fundamental en nuestro territorio.
El efecto en nuestra actividad científica es notable, producto de las horas de investigación reservadas a instituciones y profesionales nacionales. Asimismo, supone la materialización de una importante inversión. Se calcula que en las últimas décadas se han invertido más de 7 mil millones de dólares en la infraestructura que se requiere para el desarrollo de esta actividad.
Todo lo anterior trae aparejados efectos positivos en la imagen país y en el turismo.
Pero esta fantástica proyección se pone en riesgo debido al creciente fenómeno de la contaminación lumínica. Por ella, años atrás, los observatorios de Estados Unidos y Europa debieron emigrar y concentrarse en Hawai y las Islas Canarias, en el hemisferio norte, y en Chile y Sudáfrica, en el hemisferio sur. Y lo mismo nos puede ocurrir a nosotros si no detenemos y controlamos este tipo de contaminación.
El país ha dado pasos, como la aprobación de una norma de emisión a través del decreto N° 43, de 2013, del Ministerio del Medio Ambiente, que solo entrará en vigencia en mayo de este año. Pero, mientras tanto, ya sea por el crecimiento de las ciudades o por el aumento de la actividad minera e industrial, y especialmente por la masificación del uso de luz de tecnología led blanca fría, de tonalidad azul, que es la más perjudicial para la observación astronómica, la calidad de nuestros cielos ha disminuido, lo cual ha traído como consecuencia que algunos sitios chilenos hayan sido bajados de categoría por organismos internacionales.
Es necesario, por tanto, reforzar las medidas para mantener este verdadero patrimonio ambiental con el que contamos, de manera que Chile pueda seguir ocupando posiciones de liderazgo en esta materia.
Ese es el sentido de la presente moción, que busca que todo proyecto de inversión que potencialmente afecte esta capacidad de observación deba ser objeto de un estudio de impacto ambiental y someterse, en consecuencia, a un estándar más riguroso para su análisis y aprobación.
Creo que, con los mismos objetivos, es factible emprender también otras iniciativas. Por ejemplo, el Gobierno puede establecer, como condición para el apoyo de proyectos de alumbrado público, el que su tecnología sea la más adecuada para evitar la contaminación lumínica y no solo la más barata. Es perfectamente posible conciliar el legítimo interés de las comunidades por mejorar la iluminación de los espacios públicos con la necesidad de evitar la contaminación lumínica.
Hoy día existe una norma para las Regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, pero esta podría extenderse a otras zonas del territorio, ya no solo para proteger la observación astronómica, sino también como resguardo frente a los efectos nocivos que tiene para la salud la exposición a la iluminación artificial, especialmente de la luz blanca fría, que inhibe la producción de melatonina, hormona que ayuda a regular el sueño.
Ello contribuiría, además, al ahorro energético y al normal desarrollo de la mayoría de las especies que tienen actividad fundamentalmente nocturna.
Señor Presidente, aparte de fundamentar mi voto a favor, deseo aprovechar la oportunidad para hacer un pequeño acto de justicia con Taltal. Esta comuna, con Paranal, inaugurado hace más de 20 años, y próximamente, con la entrada en operación del ELT, que significa Telescopio Extremadamente Grande, de Cerro Armazones, concentrará la mayor capacidad de observación del país.
Sin embargo, esto no se sabe, entre otras cosas, porque tales centros no hacen referencia a la comuna donde se encuentran emplazados.
Haría justicia a Taltal y a su gente, que tanto Paranal como Cerro Armazones, ambos de propiedad del Observatorio Europeo Austral, incluyeran también en su denominación la referencia a Taltal.
Se trata de nombres conocidos en todo el mundo científico, y creo que ligarlos a la comuna que los acoge permitiría generar una mayor identificación de la comunidad taltalina con estos vecinos, que a veces se ven muy distantes, casi tanto como los objetos celestes que se observan desde su territorio.
¿Me concede diez segundos, señor Presidente?
El señor QUINTANA (Presidente).- Dispone de un minuto adicional, Su Señoría.
El señor QUINTEROS.- A su vez, Taltal debiera ser la comuna líder mundial en materia de descontaminación lumínica, como prueba de su sensibilidad con el patrimonio ambiental que posee.
Con gestos como estos potenciamos nuestros territorios más alejados.
En el pasado, antes de la Guerra del Pacífico, Taltal fue la frontera norte de Chile. Ahora, con sus dos ojos gigantescos que miran al cielo, es nuestro límite con el espacio sideral y frontera del conocimiento de la humanidad.
Espero que siga siéndolo por mucho tiempo más.
Voto a favor.
He dicho.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pugh.


El señor PUGH.- Señor Presidente, la astronomía, efectivamente, es el conocimiento del más allá.
Hace un par de semanas estuvimos aquí, en este hemiciclo, premiando a aquellos científicos que lograron descubrir lo imposible: un agujero negro, el lugar que nos comunica con un espacio de dimensión que no conocemos.
Y ¿cómo lo lograron? Con un trabajo colaborativo en red, porque hoy en día es imposible que un solo observatorio sea capaz de obtener la información que se requiere.
El observatorio ALMA, que está en un lugar privilegiado y usa energía de ondas electromagnéticas, fue capaz de llegar con sus radares a gran distancia, hasta el infinito, para presentarnos esa huella que un hombre como Albert Einstein fue capaz de esbozar en su imaginación. Y esos científicos tuvieron la capacidad de crear a través de métodos matemáticos. Porque la observación astronómica hoy en día no consiste solo en la imagen fotográfica que estábamos acostumbrados a ver.
Por eso Chile tiene un sitial en el mundo -por su intermedio, señor Presidente, se lo digo a los Senadores y Senadoras que me han antecedido-, y se ha reconocido a nuestro país como potencia astronómica mundial: 70 por ciento de los datos van a ser procesados aquí.
Es por ello que el Ministerio de Economía, a través de una iniciativa del Presidente Piñera, llamó a licitación para, precisamente, crear el Data Observatory, el Observatorio de Datos mundiales, y así poner a disposición de la humanidad esta gran cantidad de información: estamos hablando de petabytes.
¿Cómo se va a hacer? A través de una universidad que nació aquí, en Valparaíso: la Adolfo Ibáñez, y a través del gigante de la computación, Amazon Web Services, en el cloud computing, en la nube.
Ese Data Observatory, obviamente nos va a dar una capacidad privilegiada.
Pero ¿dónde parte la astronomía en Chile, aparte de la precolombina? La astronomía con telescopios -y esa es la pregunta que me hago- comenzó aquí, en Valparaíso. En 1842, un escocés, John Mouat, instala el primer telescopio, que permite hacer las primeras observaciones, para ver los cometas que estaban pasando. Él también realiza los primeros registros de clima, dándose cuenta de la importancia de este cambio climático que queremos enfrentar.
Valparaíso, entonces, es un testimonio excepcional de la fase temprana de globalización por lo que ocurrió, y la observación del espacio comienza aquí.
Y, para la historia de la ley, quiero que quede registrado el hecho de reconocer a Valparaíso como un lugar único y excepcional, ojalá donde el Data Observatory tenga su oficina principal, e invitamos a Amazon Web Services a venir a nuestra región.
Por tanto, debemos cuidar nuestro entorno. Y ¿cómo lo hacemos? Reduciendo la contaminación visual y lumínica, es decir, las luces en la noche.
Pero aquí viene la segunda observación, materia que quizás se puede analizar en las Comisiones especializadas.
Hoy la tecnología permite que la iluminación pública incluso sea controlada y atenuada por momentos. Por ende, pueden coexistir específicamente actividades que requieren iluminación con aquellas que necesitan de observación espacial. No son incompatibles, y pueden perfectamente, si así los estudios lo demuestran, actuar al mismo tiempo.
Eso es lo que la tecnología nos permite: entender el entorno, entender la realidad. Es decir, puede haber faenas que requieren iluminación y también actividades que precisan observación astronómica de calidad, coexistiendo al mismo tiempo. Y ¿cómo se logra eso? Midiendo ese grado de luminosidad y viendo si efectivamente afecta o no.
Chile entonces puede ser una potencia de datos. Los datos, que se ha dicho que son el petróleo en la actualidad, pueden convertirse en el oro que tendrá la humanidad a futuro. Y, si Chile parte con ese proceso en todas sus actividades, podrá liderarlo.
La Región de Valparaíso fue elegida para iniciar ese desarrollo, que va a permitir tener una sociedad digital segura.
Yo espero que el norte de Chile, donde se halla esa mayor riqueza, sea capaz de hacer lo mismo.
No me queda sino felicitar a quienes hicieron esta propuesta. Pero a quienes deben pronunciarse les advierto sobre la necesidad de considerar la coexistencia de diferentes actividades desde el conocimiento, entendiendo que se requiere capacidad para observar, pero también para iluminar, porque la generación eléctrica es la que de cierta forma ayuda a la productividad.
Ambas actividades pueden coexistir. Por eso, ¡qué mejor que preservar nuestros cielos limpios para convertirnos en la capital mundial de la astronomía!
Voto a favor.
He dicho.
El señor QUINTANA (Presidente).- Muchas gracias, Senador señor Pugh.
Recogeremos sus propuestas y advertencias.
A continuación, tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, como aquí se dijo, esta moción fue presentada por el Diputado José Miguel Castro, que está en la Sala y que nos acompañó en varias oportunidades durante su tramitación en la Comisión de Medio Ambiente, donde por cierto la aprobamos por unanimidad y apoyamos entusiastamente, porque nos pareció muy atinado reconocer que la luminosidad artificial es contaminante. Y, por lo tanto, se requiere someter a estudio de impacto ambiental aquellos proyectos que se ubican en la cercanía de los puntos más significativos para la observación astronómica.
No está de más señalar cuán privilegiado ha sido nuestro país por haber recibido enormes inversiones destinadas a la instalación de los observatorios más importantes del mundo, que nos permiten acaparar en este momento el 40 por ciento de la infraestructura astronómica del planeta, y en el 2024 esperamos llegar incluso a 60 o 70 por ciento de toda la capacidad astronómica de observación instalada en el mundo.
Es un hecho que muchos turistas nos visitan porque buscan la naturaleza, los paisajes -respecto de los cuales también somos bastante privilegiados-, pero también van al norte interesados en conocer esos observatorios y las posibilidades de sus instalaciones, que, entre otras cosas, nos llevaron a lo que aquí mencionó el Senador Pugh, que me antecedió en la palabra: a entregar un reconocimiento a los científicos que lograron en un trabajo colectivo, en línea, detectar un agujero negro, algo inédito en la ciencia.
Todo eso está claro.
El problema es que si no tomamos medidas, como ya estamos contaminando, se producirán determinados efectos en la observación astronómica.
Por eso era tan importante apoyar esta iniciativa.
Además, también celebro que haya pasado a la Comisión de Minería, para despejar la inquietud que había en cuanto a que lo propuesto podría afectar eventualmente a proyectos de pequeños mineros, cosa que quedó completamente descartada, porque obviamente ellos producen menos de 5 mil toneladas y no existe ninguna posibilidad de que sus emprendimientos vayan a ser sometidos al sistema de evaluación ambiental.
Lo que sí lamento es que en ese trámite en dicha Comisión se haya sacado lo relativo a las áreas de interés científico y también turístico, porque, obviamente, como el turismo tiene potencial, muchas veces genera la asistencia de gente que le interesa conocer tales instalaciones más bien desde ese punto de vista.
Por eso, me parece que dicha determinación no fue positiva.
En todo caso, está claro que más del 80 por ciento de la humanidad vive bajo cielos iluminados por luz artificial, y un tercio de ella incluso no logra ver ni siquiera la vía láctea.
De ahí que resulta tan importante que seamos capaces de avanzar. En esta materia hay un decreto del Ministerio del Medio Ambiente, que se dictó en el 2013, pero todavía estamos atrasados. Por eso tenemos que regular esto y actualizar las cifras al día de hoy.
En el 2013 se tomaron medidas como la instalación de la luz horizontal; la reducción en un 15 por ciento del uso de luces contaminantes; el evitar la sobreiluminación; la regulación de algunos letreros luminosos, etcétera, etcétera.
Pero, claramente, tenemos que avanzar. Y existe la necesidad de someter los nuevos proyectos, que sí pueden contaminar, a una evaluación de impacto ambiental.
En ese sentido, en la Comisión de Medio Ambiente vimos que el norte es privilegiado, como aquí se ha explicado, y está muy bien que tenga regulaciones, como ocurre en Antofagasta, en Atacama e, incluso, en Coquimbo, pero no son los únicos lugares en que se da esta actividad.
De hecho, no se puede olvidar que existen sectores en que se desarrolla la astronomía por la vocación, por el interés de sus autoridades comunales.
Para mí es un ejemplo el caso de Calle Larga, una pequeña comuna rural ubicada en la Región de Valparaíso, en donde se imparte educación astronómica sobre la base de un telescopio que recibieron en donación, lo cual permite que los alumnos puedan interesarse, y conocer esta actividad. De hecho, reciben muchísimas visitas y turistas interesados en la materia.
Y creo que otro ejemplo es el de San Vicente de Tagua Tagua.
Así que no hay que olvidar que existe un interés turístico, pero también educacional, como tampoco que estamos hablando de una contaminación lumínica que no solo puede provocar daño a la observación astronómica, sino también a la salud humana y a la biodiversidad.
De esto se habla menos, pero es tremendamente importante.
El señor QUINTANA (Presidente).- Terminó su tiempo, señora Senadora.
Tiene un minuto adicional.
La señora ALLENDE.- Ya están comprobados los efectos en la salud y la biodiversidad, con las aves migratorias, respecto de lo cual no me voy a extender.
Por eso es tan relevante que aprobemos este proyecto, que demos este paso. Medio Ambiente debe estar pendiente de que regulemos y de que no sigamos avanzando en la contaminación lumínica, que nos afecta de manera tan importante -repito- no solo en materia de observación astronómica, sino también de salud y biodiversidad.
Por eso, voto a favor.
Apoyo con entusiasmo esta iniciativa y felicito nuevamente a su autor, como también el que haya concitado un acuerdo tan transversal que no dudáramos en acogerla unánimemente en la Comisión de Medio Ambiente.
He dicho.
El señor QUINTANA (Presidente).- Le ofrezco la palabra al Senador señor Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, sin duda, quiero sumarme a las palabras que se han señalado respecto de este proyecto.
Quiero destacar a quien fue el motivador de esta iniciativa, junto con su acompañante. Me refiero al Diputado José Miguel Castro, quien estuvo auscultando la realidad de un problema que está viviendo una zona particularmente rica por su condición prístina en materia de sus cielos.
Chile posee los cielos más limpios del mundo. Tal atributo requiere ser resguardado y conservado, especialmente por los eventuales efectos negativos que tiene también otro componente, que muchas veces tiene que ver con la seguridad, con el interés de muchos municipios por mejorar las condiciones de iluminación en sus respectivas ciudades.
Este proyecto apunta a una modificación precisamente para hacerse cargo de ello, teniendo especial consideración en cuanto a lo que signifiquen los estudios de impacto ambiental cuando se trate de este tipo de iniciativas.
Todos quienes fuimos alcaldes vimos pasar nuestras comunas desde la luz incandescente al mercurio, luego al sodio y hoy día al led. Ha sido un proceso centrado fundamentalmente en la ciudad.
Sin embargo, a veces se dan efectos colaterales.
Por eso la iniciativa del Diputado Castro tiene absoluto sentido al hacerse cargo de una realidad que para el país, además, no solamente implica mantener una actividad.
Lo digo, porque hoy día Chile concentra el 40 por ciento de la capacidad astronómica a nivel mundial. Y el 2024 va a llegar a cerca del 70 por ciento. O sea, los ojos del universo están fundamentalmente instalados en la zona norte de nuestro país. Y no solo estamos hablando de su capacidad científica, sino también de lo que la propia labor científica genera como externalidad complementaria: el turismo astronómico. Esta es una actividad que ha provocado un impacto enormemente significativo en las comunidades.
Por ello, un proyecto de esta naturaleza nos parece bien.
En su paso por la Comisión de Minería se presentaron algunas indicaciones por parte del Ejecutivo, que, de alguna manera, acotan y especifican aún más su texto.
Primero, la declaración de zona de protección específica para el observatorio y su entorno estará radicada en el Ministerio de Ciencia, lo cual obviamente le corresponde al Ejecutivo, dado que se le asigna una función adicional a esa Cartera.
Segundo, el asegurar los impactos significativos sobre la calidad de los cielos será evaluado mediante un estudio de impacto ambiental. Nos parece que esto va en la misma dirección que el contenido del proyecto.
Tercero, la reducción de la emisión lumínica en las zonas de interés, para lo cual se deben actualizar las normativas del Ministerio del Medio Ambiente, porque hay un decreto muy antiguo, del 2013, que establece precisamente una norma lumínica para resguardar la condición de calidad de estos cielos.
Y, por último, el asegurar la calidad de los cielos nocturnos en las zonas de interés, fundamentalmente para la observación astronómica, que va en la dirección correcta del perfeccionamiento de la norma.
También quiero hacerme parte del tema astronómico y de la condición del país para la observación del universo.
Aquí se han planteado varias iniciativas de comunidades e identidades.
En tal sentido, no puedo dejar de mencionar que en mi región, cerca de una localidad al sur de Coyhaique, en El Blanco, hay un grupo de profesores entusiastas del Liceo Josefina Aguirre Montenegro, quienes, junto con Francisco Mardones, un profesional de la zona, están motivados con la observación astronómica. Esta, sin duda, debe estar encarnada en todo lo que significa nuestra idiosincrasia cultural, científica, por la condición de nuestro país. Que Chile sea el centro de la observación del universo -como han señalado varios Senadores- obviamente no puede estar sujeto a eventuales efectos negativos.
En consecuencia, es evidente que el proyecto va en una dirección absolutamente adecuada.
Conversaba recién con la Senadora Ebensperger al respecto, y nos señalaba que también en la zona norte hay que resguardar las condiciones de la calidad lumínica de los cielos para la observación astronómica no de Chile, sino del mundo. Eso ya está instalado en nuestras regiones.
Por ello, vamos a votar a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Le ofrezco la palabra al Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, a estas alturas, por las intervenciones, está más que claro que hay unanimidad para aprobar este proyecto, que no solo es de sentido común, sino que tiene una enorme repercusión.
Primero, quiero felicitar a los Diputados Álvarez, Castro, Cid, Eguiguren, Flores, González, Jürgensen, Ossandón, Rey, Schalper, por la iniciativa.
Además, es evidente que un país como Chile, que se ha transformado hoy en el más importante referente mundial de la astronomía y en el que radica el 70 por ciento de toda la infraestructura de observación del universo, debe tener en consideración la necesidad de generar y mantener las garantías de un cielo despejado, como lo planteamos cuando discutimos en general este proyecto.
Chile es la capital mundial de la astronomía. Hoy alberga el 40 por ciento de la infraestructura, pero hay tres megaproyectos, con inversiones del orden de los 7 mil millones de dólares, que nos van a llevar a un 70 por ciento de infraestructura de observación astronómica en el 2025.
Eso implica, además, la formación de capital humano, oportunidades de educación y de difusión del pensamiento científico-tecnológico, el crecimiento de la industria del astroturismo y el diseño de planes regionales estratégicos de desarrollo. Y, al mismo tiempo, contribuye fundamentalmente al posicionamiento internacional de nuestro país y de nuestra imagen en el mundo de la ciencia.
Pero eso está en riesgo. El aumento de la contaminación lumínica en algunas ciudades, particularmente en las regiones de Antofagasta, Coquimbo y Atacama, está llevando a la pérdida de la capacidad de realizar observaciones astronómicas.
Por esa razón, ciudades como La Serena, Vallenar, Copiapó, Antofagasta tienen que adaptarse a las necesidades que exigen estas actividades.
Las normas existentes (porque las hay), como la Norma de Emisión para la Regulación de la Contaminación Lumínica, del Ministerio del Medio Ambiente, que data del año 2013, es hoy absolutamente insuficiente. Esta tiene otros criterios: buscaba prevenir la contaminación lumínica, pero la verdad es que no ha tenido los resultados esperados.
Por lo tanto, este proyecto es necesario y, por supuesto, lo aprobamos.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Durana.


El señor DURANA.- Señor Presidente, este proyecto, que modifica la ley N° 19.300, referida a las Bases Generales del Medio Ambiente, y que ahora estamos votando en particular, acoge varias de las indicaciones que formulamos en la fase correspondiente.
De esta forma, la nueva redacción del artículo respectivo es clara al señalar que las áreas protegidas, en el marco de esta ley, son aquellas que cuentan con valor para la observación astronómica con fines de investigación científica. Es decir, no solo se protegen aquellas áreas que actualmente son escenario de labores investigativas, sino también las que tienen la potencialidad para el desarrollo de estas tareas, que posicionan a nuestro país en un sitial de privilegio en el contexto internacional.
Ahora bien, la protección del valor de estas áreas implica una labor preventiva frente a la contaminación lumínica, de forma tal de proteger este valioso patrimonio a tiempo, puesto que su afectación es irreversible e impediría el desarrollo de futuras labores científicas.
Esta iniciativa cuenta con los principales pilares que ha de tener el desarrollo sustentable, como la libre iniciativa económica, de la mano con la protección del medio ambiente y la salud de sus habitantes.
Es de esperar que este proyecto sea objeto de una normal aprobación debido a su aporte a un punto tan relevante y consolidado a nivel mundial, como lo es el estudio de la astronomía en tierras chilenas, en especial en nuestra zona norte.
En cuanto a las áreas con valor para la observación astronómica, durante la discusión de esta iniciativa se consideró abordar esta materia en la zona norte, donde se concentran los observatorios astronómicos en Chile. Entonces, siendo la instalación de telescopios un hito importante, el desarrollo de la astronomía es un valor agregado a la ciencia en nuestro país. De modo que es menester la protección de los cielos para el funcionamiento de los observatorios astronómicos.
No obstante el avance que implica la indicación aprobada en la Comisión, debo señalar que lamento la exclusión como objeto de protección, dentro del texto del proyecto de ley -así lo han planteado otros Honorables colegas-, de aquellas áreas aptas para el desarrollo de actividades de turismo de intereses especiales que se relacionan con la observación astronómica, puesto que la protección de las condiciones de oscuridad, exentas de contaminación lumínica, puede constituir para algunas regiones del norte de Chile una fuente de actividad turística de gran significación, poniendo en valor la observación de nuestros cielos.
Sin embargo, toda vez que en la Comisión de Economía nos encontramos tratando el proyecto de ley sobre turismo, manifiesto mi compromiso en el sentido de que ese tipo de turismo de intereses especiales sea incorporado dentro de esa normativa y no quede excluido de una necesaria protección legal.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Órdenes.


La señora ÓRDENES.- Señor Presidente, quiero valorar esta iniciativa, que discutimos largamente en la Comisión de Medio Ambiente.
La propuesta específicamente modifica la ley N° 19.300, que Aprueba Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente: por un lado, establece como contaminante la luminosidad artificial, y, por el otro, define que los proyectos o actividades que puedan generar contaminación lumínica deben someterse a un estudio de impacto ambiental.
Sin embargo, considero que lo más interesante de esa medida, además de mejorar la referida normativa y de reconocer la luminosidad artificial como una amenaza para el cuidado de nuestros cielos, es que nos permitió hablar de varias potencialidades que ha ido desarrollando nuestro país desde hace bastante tiempo.
Una de ellas es la capacidad astronómica. Muchos de los Senadores y las Senadoras que me han antecedido en el uso de la palabra se refirieron al valor de la astronomía como ciencia para el desarrollo de nuestra nación. Se mencionó que al año 2025 Chile albergará el 70 por ciento de las capacidades mundiales de observación astronómica.
En tal sentido, creo que la discusión de un proyecto de esta naturaleza nos plantea varios desafíos.
En primer lugar, es necesario seguir ampliando la infraestructura astronómica de nuestro país. Esto significa ir consolidando una red de observatorios a lo largo del territorio nacional.
En seguida, desde el punto de vista de la academia, se debe continuar avanzando en la generación de conocimiento desde Chile acerca del universo. Este es un tema que tiene un sentido de futuro y una urgencia que me parecen relevantes, cuestión que se halla contenida también en la discusión de este proyecto.
Y también habrá que definir claramente -porque creo es un asunto vinculado con ordenamiento- cuáles son los polígonos de importancia astronómica.
Todo ello pone en valor la capacidad de investigación de nuestra nación. No es casual que nombres como los de José Maza y de María Teresa Ruíz no solo sean conocidos dentro de Chile, sino también a nivel internacional, por el aporte que han realizado al desarrollo científico y al de la astronomía.
Por otro lado, efectuamos una serie de audiencias de distinto giro. Al respecto, deseo relevar una que mencionó la Senadora Isabel Allende, la del Alcalde de la comuna de Calle Larga, Nelson Venegas, quien expuso la experiencia de un observatorio, pero con un propósito educativo. Muchas veces, el futuro científico se forma a partir de su experiencia como niño o niña. Y lo que está ocurriendo en Calle Larga bien merece ese reconocimiento.
También se halla lo relativo al astroturismo, que probablemente va a ser la puerta de entrada de muchos futuros científicos. Porque con respecto al incremento del conocimiento en Chile, me parece que tenemos un gran capital que desarrollar. Por eso también cito el rol que le cabe a la academia en este sentido.
Señor Presidente, esta es una moción que nace en la Cámara de Diputados. En tal sentido, quiero reconocer el trabajo de quien nos acompaña en la Sala, el Diputado Castro. Creo que esta iniciativa se elaboró bien, pues nos ha permitido hoy día efectuar un avance relevante.
Al iniciar mi intervención señalé que puede parecer acotada una modificación a la normativa que aprueba la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente. Pero ello nos permitió poner en valor la capacidad astronómica de nuestro país y los desafíos que tenemos a futuro, sobre todo para que desde Chile se conozca el universo.
Voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, considero que los Honorables colegas que me antecedieron en el uso de la palabra han dado cuenta de la trascendencia de esta moción.
Junto con sumarme a las felicitaciones a sus autores, solo quiero plantear que esta iniciativa, que modifica la ley N° 19.300, que Aprueba la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente, para exigir la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental en los proyectos que puedan generar contaminación lumínica en las zonas que indica, significa un importante avance.
Y ello, porque, sin lugar a dudas, la contaminación lumínica es una amenaza en múltiples ámbitos.
Dije eso cuando discutimos este proyecto en general y lo reitero hoy día. Lo mismo han sostenido y explicitado de manera clara Sus Señorías con relación a la actividad astronómica.
Desde el punto de vista económico, supone una energía eléctrica malgastada dado que se emite luz en diversas direcciones y que no es utilizada eficientemente.
En tal sentido, el señor Miguel Roth, representante legal del Observatorio Europeo, señaló que el lema de su organización predica que "no quieren apagar la luz, sino que quieren que se ilumine bien". Asimismo, consideró que sería embarazoso explicar a las generaciones futuras que no pudimos detectar la existencia de actividad biológica en otros planetas porque las condiciones del cielo se deterioraron sin que nadie planteara una solución.
El punto de vista ambiental -lo manifesté en el debate en general- también es trascendental. Como es de todos conocido, la contaminación lumínica afecta a muchas especies y también la salud de las personas, incidiendo en el síndrome metabólico; en enfermedades cardiovasculares; en desórdenes cognitivos y emocionales; en envejecimiento prematuro, y en algunos cánceres, como el de mama, de próstata y el colorrectal, entre otros.
Señor Presidente, lamento que no se hayan incorporado estándares que consideramos importantes en esta discusión. Pero, sin lugar a dudas, este es un paso más en la dirección correcta.
También habría sido relevante establecer que esta normativa fuera para todo el territorio nacional. De modo que espero que podamos avanzar en tal sentido.
Más allá de ello, considero significativas las indicaciones que planteó el Ejecutivo. Y quiero destacar la segunda que presentó, que confiere al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación la facultad de "Proponer al Presidente de la República, las áreas con valor científico y de investigación para la observación astronómica, las que serán declaradas por decreto supremo expedido por el Ministerio, que deberá ser suscrito, además, por el Ministerio del Medio Ambiente".
Sin lugar a dudas, en la senda de ir mejorando la legislación en la materia, debemos apoyar esta moción y dar los pasos siguientes que se requieren para esos efectos.
Por ello, voto a favor.
El señor QUINTANA (Presidente).- No hay más inscritos.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor GUZMÁN (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor QUINTANA (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en particular el proyecto (39 votos a favor), y queda despachado en este trámite.
Votaron las señoras Aravena, Ebensperger, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste, Rincón, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García, Girardi, Guillier, Harboe, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Latorre, Letelier, Moreira, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prohens, Pugh, Quintana, Quinteros, Sandoval y Soria.
El señor QUINTANA (Presidente).- Se deja constancia de la intención de voto favorable del Senador señor Montes.
Quiero saludar a los Diputados autores de este proyecto que se encuentran en la Sala y que han seguido permanentemente su tramitación, señor José Miguel Castro, señora Sofía Cid, señor Francisco Eguiguren, entre otros.