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NUEVA UBICACIÓN PARA AERÓDROMO DE PUERTO MONTT ANTE FATAL ACCIDENTE AÉREO. OFICIO


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, en primer término, quiero expresar mis condolencias a las familias de las seis víctimas fatales del dramático accidente aéreo ocurrido ayer martes en Puerto Montt.
No hay explicación razonable que pueda reparar el dolor de tales pérdidas.
Como es lógico, tras estos lamentables sucesos, la atención pública se ha volcado a la discusión sobre el riesgo que implica que un terminal aéreo se ubique en una zona cada vez más densamente poblada.
El aeródromo de Puerto Montt comenzó a funcionar hace 71 años en el sector denominado "La Paloma", en ese entonces una zona rural considerablemente alejada del área urbana de la ciudad.
Durante décadas, el aeródromo ha contribuido a facilitar la conectividad con la zona sur austral del país y ha prestado un invaluable servicio a la comunidad.
Sin embargo, con el paso de los años la ciudad fue creciendo, sus límites se expandieron y ya en el curso de los últimos treinta años el sector de La Paloma fue poblándose de viviendas, servicios y comercio. Así, el aeródromo quedó inserto en el tramado urbano de la ciudad.
Este no es un fenómeno nuevo. Por el contrario, no son pocos los casos similares que se registran en diferentes comunas del país, en las que el crecimiento ha dejado en medio de las zonas urbanas aquellos servicios que históricamente habían estado fuera de esos límites.
En los últimos once años, tres accidentes aéreos han ocurrido en la zona del aeródromo, dos de ellos -incluido el de ayer- con víctimas fatales.
De acuerdo con lo señalado por el Club Aéreo de Puerto Montt, que administra el aeródromo, este funciona en concordancia con toda la normativa vigente en la materia.
Se asegura que no incumple ninguna legislación y que desarrolla alrededor de 22 mil operaciones al año, incluso algunas de tipo militar, con parámetros de seguridad que exceden hasta los parámetros de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
Por cierto, ninguno de estos datos y hechos sirve de consuelo para las familias que han perdido a sus seres queridos y tampoco aporta, en este momento, tranquilidad a los vecinos que atestiguaron los trágicos hechos de ayer y que experimentan cotidianamente el temor a un nuevo accidente.
El aeródromo La Paloma ha cumplido por más de siete décadas una labor determinante para el desarrollo y la conectividad de la zona sur austral del país, razón por la cual no podemos sino manifestar nuestro reconocimiento.
No obstante, hoy es necesario abordar el tema de una nueva ubicación para este centro de operaciones aéreas.
Debemos enfrentar esta tarea de manera colaborativa y sin caer en el voluntarismo ni en el populismo propio de situaciones como la que estamos viviendo por estos días.
No es razonable plantear el cierre inmediato del aeródromo y tampoco lo es sostener que este debe seguir indefinidamente en esa zona solo porque estaba allí antes de que esta se poblara.
Puerto Montt es una ciudad de servicios y es el principal punto de conexión con el territorio sur austral. No puede, por tanto, prescindir de un aeródromo.
El desafío, entonces, pasa por establecer las mesas de trabajo que sean necesarias para alcanzar una solución beneficiosa para todos. Aquí la responsabilidad no es solo de una institución, sino del conjunto de la sociedad puertomontina y de la Región, porque el aeródromo de Puerto Montt le sirve a toda la comunidad regional.
Por tanto, la ubicación del aeródromo debería ser materia de análisis obligado tanto en el plan regulador comunal como en el plan regional de ordenamiento territorial establecido en la Ley de Fortalecimiento de la Regionalización.
Sobre esta base, solicito oficiar a la Dirección General de Aeronáutica Civil a fin de que informe acerca de la situación actual del aeródromo Marcel Marchant, de Puerto Montt, el nivel de cumplimiento de las normativas vigentes, las implicancias que contemplaría un eventual cambio de ubicación de este terminal y las zonas recomendables, si es que las hubiera, para su nuevo emplazamiento.
--Se anuncia el envío del oficio solicitado, en nombre del señor Senador, conforme al Reglamento.