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NUEVO MECANISMO DE FINANCIAMIENTO PARA CAPACIDADES ESTRATÉGICAS DE DEFENSA NACIONAL


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, seré muy breve, pues no quiero ser reiterativo de lo que ya han manifestado la Senadora Allende y el Senador Insulza.
Solamente quiero recordar, porque me hizo mucho sentido lo que expresó el Ministro de Defensa Nacional hace un rato, que él mismo dijo algunos meses atrás en la Comisión de Hacienda lo siguiente (y leo a la letra): "existe voluntad para tratar el presente proyecto de ley como una política de Estado, pues son temas que requieren de un amplio consenso. Con dicho propósito, propuso a los parlamentarios formar equipos de trabajo, con el fin de buscar la fórmula más acertada y evitar así que este nuevo intento fracase".
Y creo que eso es lo que debe primar: tratar de que este proyecto de ley no fracase.
He escuchado acá varias intervenciones que representan puntos de vista razonables -para algunos; para otros seguramente no-, pero considero que llegó el momento de que pensemos que esta es una política de Estado y que debemos aunar todos los esfuerzos para legislar en buena forma.
Porque es verdad: en esta iniciativa confluyen asuntos tan complejos como el financiamiento de las capacidades estratégicas de nuestras Fuerzas Armadas y el control democrático que debe ejercer el Congreso Nacional. Es decir, el proyecto atañe a la política de defensa, como política de Estado, pero asimismo apunta a la normalización de nuestra democracia, que durante largos años ha estado ausente de este debate.
Sin duda, este constituye un paso necesario para nuestras Fuerzas Armadas y para nuestra democracia, y por ello voy a votar a favor de la idea de legislar. Pero existen aspectos que deben ser resueltos de mejor manera, ojalá antes de la discusión particular en la Sala. Por eso señalaba que sería deseable llegar a un acuerdo en los equipos o en las comisiones de trabajo que se estarían constituyendo afuera.
En particular, en cuanto a la asignación mínima y al Fondo de Contingencia Estratégico creado para administrar el superciclo del cobre, parece excesivo en el actual contexto mantener pisos y Fondo, tal como acá se ha manifestado. Se debería dejar el Fondo y eliminar los pisos. Si se optara por lo inverso, entonces parecería razonable mantener la gestión de estos recursos a cargo del Banco Central.
Pero lo más relevante para mí es fortalecer la voluntad de continuar con reformas estructurales adicionales; en primer lugar, en el traspaso de los procesos de compra desde las Fuerzas Armadas hacia el Ministerio de Defensa Nacional mediante la creación de una agencia especializada, responsable de la política de desarrollo tecnológico, de la industria militar y de las adquisiciones.
Para concluir, debo señalar que se requiere continuar el sistema integrado de evaluación de proyectos iniciado el 2017 y reponer el proyecto que reforma el gobierno corporativo de las empresas de la Defensa.
Acá se ha hablado mucho de la derogación de la Ley Reservada del Cobre. Sin duda, es un avance, pero se debe avanzar aún más en el fortalecimiento de Codelco y en la eliminación de los impedimentos que obstaculizan su desarrollo, en especial, como dijo la Senadora Allende, su plan de inversiones, necesario para mantener su posición relevante en la producción de cobre en el mundo y su contribución decisiva al erario.
Termino, señor Presidente, haciendo un llamado al Congreso Nacional a realizar todos los esfuerzos para sacar una buena ley, que favorezca tanto a nuestras Fuerzas Armadas como a nuestro país.
He dicho.