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MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA PARA REGULACIÓN DE CAPTURA DE JIBIA


El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Corresponde tratar el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura con el objeto de regular la captura de la jibia, con segundo informe de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura.
--Los antecedentes sobre el proyecto (9.489-21) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 30ª, en 4 de julio de 2018 (se da cuenta).
Informes de Comisión:
Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura: sesión 55ª, en 2 de octubre de 2018.
Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura (segundo): sesión 77ª, en 12 de diciembre de 2018.
Discusión:
Sesión 57ª, en 9 de octubre de 2018 (se aprueba en general).
El señor ELIZALDE.- Abramos la votación, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Si le parece a la Sala, abriremos la votación inmediatamente después de que el señor Secretario haga la relación de la iniciativa.
¿Habría acuerdo?
La señora RINCÓN.- ¡Por favor!
El señor ALLAMAND.- Es una sola votación.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Y es de quorum calificado.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Se acuerda, entonces.
La señora MUÑOZ.- Habría que tocar los timbres, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Sí, se procederá a ello.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La iniciativa fue aprobada en general en sesión de 9 de octubre de 2018 y cuenta con segundo informe de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura, que deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no hay artículos que no hayan sido objeto de indicaciones ni de modificaciones.
La señalada Comisión consigna, asimismo, que la totalidad de las indicaciones formuladas a la iniciativa fueron rechazadas, retiradas o declaradas inadmisibles, por lo que el proyecto de ley conserva el texto aprobado en general.
El órgano técnico hace presente, además, que la propuesta legislativa es de quorum calificado, por lo que requiere, para su aprobación en particular, 22 votos favorables.
El texto que se propone aprobar en particular se consigna en la página 12 del segundo informe de la referida Comisión.
Nada más, señor Presidente.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- En votación particular.
--(Durante la votación).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, este proyecto se estructura en un artículo permanente y otro transitorio.
La iniciativa procura disminuir el esfuerzo de la pesca del recurso jibia o calamar gigante, mediante el favorecimiento a aparejos más selectivos, como son la potera o línea de mano y la prohibición de todo arte o aparejo de pesca.
El proyecto se fundamenta en que, en los últimos años, la pesquería de la jibia ha venido a reemplazar a otras que se encuentran en crisis, afectando especialmente a los pescadores artesanales. Según el registro respectivo, ello involucraría a un universo que el sector artesanal cifra en alrededor de 500 mil personas, considerando empleos directos e indirectos.
Respecto del arte o aparejo de pesca, la Resolución Exenta N° 3.115/13, que establece la nómina de pesquerías nacionales, dispuso para el recurso jibia que el aparejo de pesca en todo el territorio nacional será la potera.
Sin embargo, las inscripciones anteriores a dicha resolución mantienen su vigencia y se trata de las que permiten la pesquería con cerco y las industriales de arrastre de media agua.
Este proyecto elimina la posibilidad de hacer la captura con pesca de arrastre, lo que significa un avance en los desafíos medioambientes que impone el mundo en materias de las artes y aparejos de pesca más selectivos. No solo en la pesca objetivo, sino también en lo tocante a las tallas de lo que se puede extraer.
Señor Presidente, yo quiero aprovechar estos minutos para justificar mi voto a favor en particular.
Hoy estamos ratificando la necesidad de regular la captura del calamar gigante o jibia de forma sustentable y de manera ambientalmente responsable.
Esto es particularmente importante debido al panorama actual de nuestras pesquerías, dentro de las cuales el 62 por ciento se encuentra sobreexplotada y varias de ellas con la pesca de arrastre como factor determinante.
La señal que estamos dando con este proyecto es muy potente para miles de familias de la pesca artesanal en caletas emblemáticas, como Guayacán, en la Región de Coquimbo; Portales y Quintero, en la Región de Valparaíso; Duao y Maguillines, en la Región del Maule; muelle de San Vicente y el puerto pesquero de Lebu, en la Región del Biobío; las caletas de la Región de Los Ríos; Dalcahue, en la Región de Los Lagos; entre otras, las cuales se aprontan, ojalá, a un mejor año de pesca para 2019.
Mientras se ha tramitado y debatido este proyecto, muchos pescadores mejoraron su embarcación, compraron un motor fuera de borda con más capacidad, renovaron las poteras, accedieron a la lista de espera y tienen sus permisos; pero, sobre todo, tienen la esperanza de que, a partir de fines de enero e inicios de febrero, la jibia retorne a nuestras costas y con ella vuelva un poco más de tranquilidad y bienestar a sus hogares.
La jibia se ha transformado en una oportunidad tremenda para el desarrollo de las comunidades locales. Y, créanme, la pesca artesanal tomó esa oportunidad de forma muy seria y responsable hace mucho tiempo.
Fue la pesca artesanal la que comenzó a solicitar que se regulara de forma más clara la extracción de la jibia, hace ya muchos años.
Fue la pesca artesanal la que dijo que la jibia debía ser solo para consumo humano y no para hacer harina de pescado.
Fue la pesca artesanal la que comenzó a entender que de forma asociativa iban a comercializar mejor este recurso.
Fueron los pescadores artesanales quienes conformaron cooperativas en distintas regiones del país.
Fue la pesca artesanal la que visualizó que si le agregaba valor a la comercialización tendría mejores precios.
Fueron también los pescadores artesanales los que comenzaron a abrir los mercados de exportación.
Fue la pesca artesanal la que cimentó el rol de Chile en la extracción de la jibia.
Sí, fue la pesca artesanal la que nos da la historia para ir a la Organización Regional del Pacífico Sur para señalar que tenemos una captura importante que resguardar y, de esta manera, obtener una cuota importante de extracción para el país.
Asimismo, nos dio un ejemplo de que las oportunidades en la pesca se toman de manera responsable, con sus compañeros de pesca, de manera colectiva, con respeto al medio ambiente y con una mirada de futuro que sigue proyectándose.
Por otro lado, fue a la pesca industrial a la que no le gustó el 80-20 en las cuotas de captura y lo observó en Contraloría, capturando más del 20 por ciento que le correspondía como buen vecino
Fue la pesca industrial la que pidió hacer harina con el "desecho" de jibia.
Fue la pesca industrial la que dijo que la jibia era una plaga, la que culpó a este recurso de la desaparición de la merluza.
Fue la misma la que no quiere discutir sobre los efectos ecosistémicos de la pesca de arrastre, y se ha escudado en argumentos de constitucionalidad para obstaculizar este proyecto y cualquiera reforma de la Ley General de Pesca y Acuicultura.
Yo espero, y lo digo en cuanto a este proyecto y a las modificaciones de la Ley General de Pesca y Acuicultura, que haya una industria innovadora que tenga otra forma de relacionarse con sus vecinos, los pescadores artesanales, y con el medio ambiente y sus ecosistemas.
Yo espero que la jibia sea el comienzo de una discusión profunda de la relación que tenemos con el ecosistema marino y el daño que estamos provocando a las generaciones futuras.
Finalmente, señor Presidente, quiero dejar establecido para la historia de la ley algo que me han señalado muchos pescadores, tanto de CONAPACH, CONFEPACH, CONDEPP y otras federaciones, respecto a la determinación de fauna acompañante para las otras artes de pesca.
En la actual Ley de Pesca, artículo 3º, letra f), dicha facultad está radicada en la Subsecretaría del ramo, por lo que, a mi juicio, no corresponde en esa materia hacer cambios al proyecto que estamos votando hoy.
Es la Subsecretaría la que, teniendo la facultad, debe dar respuesta a lo planteado por los pescadores de cerco de San Vicente, de Valdivia y de otras localidades respecto a la determinación de porcentajes de fauna acompañante y así no caer en infracciones.
Por lo tanto, solo cabe confirmar sin mayores dilaciones este proyecto, que fue aprobado por una amplísima mayoría en la Cámara de Diputados y que miles de pescadores artesanales y sus familias esperan ver concretado.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, la FAO insta a los Estados a realizar una gobernanza responsable del mar, la cual exige que el acceso y la explotación de los recursos hidrobiológicos se regulen con un enfoque ecosistémico.
La Ley General de Pesca, a través del artículo 1° B de la ley N° 19.080, que la modificó, mandata el cumplimiento de este enfoque.
¿Qué es el enfoque ecosistémico?
Es el que demanda que los Estados, en la regulación de los recursos naturales, tengan en cuenta siempre las tres dimensiones implicadas en el acceso y uso de los recursos: la dimensión ecológica, la dimensión económica y la dimensión social. Esta última se refiere al consumo humano y al respeto de los derechos fundamentales de los pescadores artesanales, de los pueblos originarios y de quienes pescan para subsistir.
La dimensión ecológica abarca la cuestión de la sustentabilidad de los recursos, la selectividad con la que se captura una especie y la calidad del recurso que se extrae.
Desde el punto de vista ecológico, el arrastre produce daño; la potera, no. Por ello, Nueva Zelanda tipifica el uso del arrastre como un delito.
Se ha sostenido que la jibia es un recurso "plaga", con gran capacidad de reproducción, de modo que en su arrastre no existiría riesgo de sustentabilidad. Sin embargo, se olvida que no se cumple el enfoque ecosistémico si no atendemos también a la selectividad. Con relación a ello, la ciencia establece que la pesca de arrastre no discrimina respecto del tamaño de la jibia, arrastrando tanto a las adultas como a las de talla mínima, mientras que la potera o línea de mano siempre logra mayor selectividad.
En cuanto a la calidad del recurso capturado, la potera y la línea de mano permiten extraer jibia más íntegra, sin desgarros o notorias mermas físicas y, por ende, de mayor calidad. El arrastre y el cerco, en cambio, capturan gran cantidad de recursos, que se despedazan al chocar y aplastarse entre sí.
En cuanto a la dimensión económica, este proyecto de ley cambia el modo de entender la actividad económica extractiva de recursos marinos, mutando desde la "extracción a gran escala" a una "captura de menor volumen, pero con mayor valor agregado".
De ello da cuenta el Comité Científico de la Organización Regional del Manejo de la Pesca del Pacífico Sur cuando rebate que este proyecto afectaría la capacidad de abastecimiento del mercado.
El Comité informó que en Chile el año pasado las embarcaciones inscritas en la pesquería de jibia fueron 1.408 artesanales y solo 16 naves industriales, y que, no obstante, el 98 por ciento de las capturas se realizó por embarcaciones menores de 12 metros de eslora y con el aparejo potera, mientras que la flota industrial con arrastre de media agua hizo solo el 2 por ciento de las capturas.
Lo certifica también la estadística del SERNAPESCA, período 2015 a 2017, que dice: "del promedio de 158 mil toneladas de jibia, 119 mil toneladas fueron desembarcadas por la flota artesanal y sólo 39 mil por la industrial".
Por lo tanto, riesgo de daño económico tampoco existe.
Por el contrario, la jibia de mejor calidad, que se obtiene mediante potera, tiene ventajas económicas: aumenta su valor, mejora su exportación, y permite la elaboración de productos derivados como filetes, hamburguesas o anillos de calamar, tanto en el mercado nacional como en el internacional.
Finalmente, señor Presidente, está la dimensión social de la pesca, que siempre es la gran ausente en la política pesquera de nuestro país.
Este proyecto de ley responde a una necesidad social:proteger la captura de la jibia en menor escala, más selectiva y de mayor calidad, como un sustento que hoy es imprescindible para la pesca artesanal frente a la baja sostenida de cuotas de capturas de otras especies que constituían su sustento tradicional, principalmente en las Regiones Cuarta, Quinta y Octava.
Con ello, esta iniciativa resguarda el factor humano de la pesca y cuida los derechos fundamentales de los pequeños pescadores, y protege el uso igualitario y el beneficio para todos. Si en Chile el sector industrial tiene las más altas cuotas de fraccionamiento en la mayoría de las pesquerías en plena explotación, es justo que se privilegie en la explotación de un recurso a quienes realizan pesca en menor escala y de mayor selectividad y calidad, máxime si fue este sector social el que ha realizado el esfuerzo histórico de pesca de jibia y abrió el camino para la creación de toda una cadena productiva ligada a su explotación.
En cuanto al riesgo social de desempleo de trabajadores de las plantas procesadoras, levantado como un fantasma en contra del proyecto, debo decir, señor Presidente, que ello no es efectivo.
La pesca artesanal realiza el 90 por ciento de la captura y surte y seguirá surtiendo a las plantas procesadoras, de modo que si esos trabajadores son despedidos de las plantas no será por falta de jibia para procesar, sino, muy probablemente, porque el proyecto de ley obliga al sector industrial a invertir recursos en la transformación de naves de arrastre a poteras o a invertir en nuevas naves poteras, gasto que tal vez la industria no quiere asumir, pues para ella solo importa el volumen y no la calidad del recurso.
Por todo lo anterior, voto a favor del proyecto.
--(Aplausos en tribunas).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Aravena.


La señora ARAVENA.- Señor Presidente, voy a comenzar haciendo una breve introducción de lo que significa la jibia.
En Chile, este molusco puede alcanzar tamaños bastante importantes, los que, según los registros, probablemente son los más grandes del mundo. Llega a medir entre 115 y 150 centímetros de longitud y puede pesar entre 30 y 50 kilogramos.
Los países que más la explotan son Perú, con 550 mil toneladas; China, con 300 mil toneladas, y Chile, con 180 mil toneladas.
La cuota internacional con la que hoy día cuenta nuestro país es de 200 mil toneladas.
Los registros históricos informados por SERNAPESCA indican que el 80 por ciento de la cuota les pertenece a los pescadores artesanales, y el 20 por ciento, a la industria. En los últimos años, el promedio de extracción efectivo de los pescadores artesanales ha sido cercano al 85 por ciento (alrededor de 135 mil toneladas), por lo que han alcanzado la cuota original. La industria, evidentemente, ha logrado extraer el total del 20 por ciento que tiene permitido extraer.
Mis preocupaciones, que he fundamentado permanentemente en la Comisión de Pesca, dicen relación, primero, con que no hay experiencia internacional ni tampoco en Chile respecto de que una potera mecánica sea capaz de sacar jibia en buenas condiciones, por su tamaño. Esto, en el sector industrial. No hay que olvidar que el proyecto en ninguna parte señala que la jibia no podrá pescarse en forma industrial. Lo que estamos estableciendo es que será necesario cambiar el arte de pesca.
Lo segundo es que originalmente la pesca de jibia se concentraba en la zona centro norte. Esto ha ido cambiando porque esta especie ha ido trasladándose hacia el sur, y hoy día, estadísticamente, existe mayor cantidad de la que había antes en la Regiones Octava, Novena y Décima.
En ese contexto, dado que el clima sureño es bastante complejo, me asiste la preocupación de que efectivamente exista la capacidad de ingresar al mar con mal tiempo y poder cumplir con el cien por ciento de la cuota artesanal.
¿Por qué me preocupa? Porque nuestros vecinos también cuentan con tratados internacionales y, por tanto, debemos mantener un registro de pesca que permita mantener las cuotas iniciales. De no cumplir con las cuotas de pesca vinculadas a la extracción de jibia que nosotros mismos nos hemos impuesto ante la comunidad internacional, necesariamente tendremos que disminuirlas.
Por otro lado, me preocupan también los pescadores de cerco.
Me parece que no es tan fácil pedirle hoy día a la Subsecretaría que se haga cargo de la pesca de cerco, bastante abundante e importante en algunas regiones del país, luego de haberle quitado la facultad de definir cuáles son las artes de pesca.
Y con eso me voy a un último punto, que tiene que ver con un tema que yo igualmente defendí en la Comisión, relacionado con una inconstitucionalidad de forma del proyecto, debido a que trata materias de iniciativa que, en mi opinión, son exclusivas del Ejecutivo, ya que hacen referencia a las facultades generales de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.
En ese contexto, más que estar cercanos o no a la pesca artesanal -bien saben los pescadores que todos los miembros de la Comisión estamos trabajando para poder ser más justos, más equilibrados y desarrollar en buena forma la pesca artesanal-, me parece, sinceramente, que no hay mérito, por todos los antecedentes que he expuesto, para dejar la normativa tal como está, sin medir las consecuencias de lo que va a implicar el desempleo de los pescadores cerqueros y la falta de abastecimiento que pudiera proyectarse en situaciones de climas adversos en las zonas donde hoy día existen plantas en que se desempeñan muchas familias, principalmente mujeres que obtienen una remuneración no menor.
En ese sentido, pido respeto por la forma en que cada uno va a votar.
Aquí no se trata de ser amigo o enemigo de los pescadores artesanales, sino de saber que cada uno de nosotros emite un voto en función de los fundamentos y el mérito del proyecto.
En ese contexto, señor Presidente, rechazo la moción.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, finalmente la moción que ahora estamos votando en particular no sufrió modificaciones. Todas las indicaciones propuestas fueron rechazadas en la Comisión y, por lo tanto, su texto se mantiene en los mismos términos que cuando se aprobó la idea de legislar, lo cual, en mi opinión, es una gran noticia, especialmente para los pescadores artesanales, que podrán seguir resguardando, como lo han hecho hasta ahora, la jibia, para que su explotación sea realizada de una manera sustentable y se eviten las prácticas depredatorias que se utilizan hasta el día de hoy.
Ahora la única forma de pescar será la potera o línea de mano, impidiéndose la pesca de arrastre, que tanto daño ha causado a los recursos hidrobiológicos al no discriminar cuáles explota y cuáles no, arrasando con el ecosistema marino.
Como país, más que nunca debemos entender el objetivo de desarrollo sustentable de las Naciones Unidas, que nos habla de la necesidad de preservar nuestros ecosistemas marinos y los recursos hidrobiológicos.
Quiero saludar especialmente en esta ocasión a la Federación Nuevo Amanecer y a los pescadores de las caletas Portales, El Membrillo y de las demás de la Región de Valparaíso, así como a los de aquellas que existen en distintos lugares del país, porque estoy convencida de que se verán beneficiados con esta nueva regulación.
Sabemos que ella tiene opositores y que algunos parlamentarios desean declararla inconstitucional, pero recordemos que el informe de la Secretaría de la Comisión, en su análisis del proyecto, declaró que este era completamente admisible y que era facultad de los legisladores regular un modo de adquirir el dominio como vía para realizar esta adquisición.
Me parece que lo importante acá es poder ofrecer alternativas de pesca sustentable a miles de pescadores artesanales para que puedan explotar el recurso, ya que en los últimos años, lamentablemente, se han visto afectados por la escasez o por las prohibiciones de pesca de otros recursos, siendo la jibia la que les ha permitido y les seguirá permitiendo mantener sus ingresos.
Recordemos, además, que a nivel mundial en la mayoría de los países se pesca con potera. Es el caso de Japón, de China y de Perú.
Igualmente, esta iniciativa sigue las recomendaciones de la FAO, que señala que la pesca debe ser selectiva. Y las poteras tienen un 75 por ciento de efectividad, a diferencia de la pesca de arrastre, que claramente produce daño, como ya lo señalamos, a nuestros recursos hidrobiológicos.
Por estas razones, considerando que el proyecto será de gran ayuda tanto para nuestros pescadores artesanales, que por años se han preocupado de los recursos, que son su forma de vida, su sustento y su proyección, como para nuestro medio ambiente, voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- Ofrezco la palabra a la Senadora señora Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señor Presidente, la situación de la captura de la jibia es quizás la que mejor grafica la realidad de la pesca artesanal en nuestro país.
Como ya se ha planteado, se trata de una especie cuyas capturas eran prácticamente inexistentes hasta el 2001. Con posterioridad, producto de la disminución dramática de las cuotas, particularmente en el mundo artesanal, este recurso empieza a ser importante, alcanzando su peak en los años 2005 y 2006. Últimamente, dado que es una especie migratoria, ha ido avanzando hacia otras regiones y su presencia ha oscilado en nuestros mares.
A partir del fraccionamiento de la cuota (80 por ciento, artesanal; 20 por ciento, industrial) se ha provocado -han estado presentes en el debate y se han insinuado en algunas intervenciones- el malestar y la preocupación de la industria por estas medidas.
Como algo recurrente en estas discusiones, cuando queremos proponer y provocar un cambio sustantivo en la forma como se lleva a cabo la captura de un recurso, en este caso introduciendo elementos y aparejos de pesca que van a resguardar su sustentabilidad y la de nuestros mares, en la misma línea de lo que ha planteado la FAO, surge la cuestión del desempleo.
Cuando hemos anunciado las votaciones, la industria, de manera bastante suculenta, ha hecho ver a través de la prensa e incluso de videos que circulan en las redes que esta iniciativa significará una hecatombe para el empleo en el sector. Y en realidad debemos acostumbrarnos, como país, a tener debates sobre la construcción de procesos decentes en la actividad económica y productiva; decentes, porque nosotros tenemos el deber de resguardar nuestra pesca artesanal, así como el de resguardar la sustentabilidad de nuestros mares y nuestros recursos.
Es sabido que la pesca de arrastre en todo el país -ya lo han señalado varios colegas- ha ido eliminándose, por la amenaza depredadora que significa para los mares.
Y lo que se está proponiendo es algo obvio.
La pesca artesanal ha realizado la captura de la jibia con potera o línea de mano durante muchos años. Desde el fraccionamiento, entró la industria con redes y mallas, por lo que en dos o tres meses capturan más allá de la cuota que le corresponde y, de paso, depreda nuestros recursos.
Yo respaldo esta iniciativa, señor Presidente, Honorables colegas, porque concuerdo plenamente en que debemos tomar la decisión de llevar a cabo estos cambios. No podemos seguir construyendo una sociedad de la forma en la que lo estamos haciendo.
Tanto la pesca artesanal como los recursos del mar deben ser resguardados. Hay que descartar la depredación, como elemento, en los procesos económicos y productivos.
Lamento que se haya instalado en el debate la inadmisibilidad o la inconstitucionalidad del proyecto. Sabemos que hay una "tercera cámara" o "cuarto poder" que es el Tribunal Constitucional, para el cual las mayorías parlamentarias no cuentan. Este organismo está ahogando cada vez más los debates y las decisiones democráticas en el país. Es bien fácil para un Gobierno que no tiene mayoría en el Congreso Nacional perder la propuesta y después decir: "No me importa porque tengo el poder de siete votos que me obedecen en el Tribunal Constitucional".
Al respecto, quiero señalar, en primer lugar, que la iniciativa es absolutamente admisible y no posee ningún vicio de inconstitucionalidad, tal como lo estableció -ya lo indicó la Senadora Allende- la propia Secretaría de la Comisión, a la cual consultamos antes de iniciar la tramitación del proyecto. Una cosa es la facultad que la ley le entrega a la Subsecretaría para fijar las dimensiones y características de las artes y aparejos de pesca, y otra, muy diversa, la de prohibir determinadas artes, señalando, por el contrario, otros que sí están permitidos, como ocurre en este caso.
Más aún, las prohibiciones a que se refiere la Ley General de Pesca y que se entregan a la discrecionalidad de la Subsecretaría se refieren exclusivamente a áreas geográficas y no a pesquerías, como lo hace este proyecto.
Por eso, señor Presidente, en la Comisión concordamos en que la iniciativa es absolutamente admisible, porque crea una regulación específica, sin referencia a áreas geográficas.
Considero fundamental aprobar este proyecto. Significa reconocer la importancia que tiene, en pleno siglo XXI, desarrollar artes y aparejos de pesca que sean absolutamente concordantes con el resguardo de la sustentabilidad de nuestros mares y, sobre todo y lo más importante, cuidar y proteger a nuestros pescadores artesanales.
Es un deber del Estado invertir, cuidar y proteger a esta familia de pescadores, que hoy día se ven empobrecidos en sus caletas por las irregularidades contenidas en nuestra legislación, que este es el momento oportuno de modificar.
Por tanto, voto a favor de este proyecto con mucho agrado y felicidad.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- Le ofrezco la palabra a la Senadora señora Von Baer.


La señora VON BAER.- Señor Presidente, quiero plantear un tema distinto, que va más allá de los planteamientos realizados hasta ahora.
En ese sentido, hago presente que no estoy tan segura de lo manifestado por el Senador Rabindranath Quinteros respecto a que esta regulación -que al parecer hoy será aprobada- no va a generar una problemática incluso para los pescadores artesanales, en relación con la fauna acompañante.
Y deseo explicar por qué tengo tal preocupación.
Quiero dejar constancia en la historia de la ley de que el Presidente de la Comisión de Pesca del Senado planteó que el problema que relataré ahora no se va a presentar. Ello, porque entiendo que no tendré la unanimidad de la Sala para formular una indicación tendiente a solucionar la problemática en cuestión, que tampoco se pudo corregir en la Comisión.
Me explico.
El proyecto de ley en discusión establece una prohibición absoluta para pescar la jibia con un aparejo distinto a la línea de mano o potera.
Podría ocurrir que los pescadores que se dediquen, por ejemplo, a la pesca objetiva de la reineta con red de enmalle o de congrio dorado con espinel capturaran jibia como fauna acompañante y, en ese caso, estarían incumpliendo la prohibición dispuesta, incurriendo en una alta sanción, a pesar de que su objeto era pescar una especie distinta.
Lo anterior sería particularmente grave, dado que actualmente la jibia se encuentra como fauna acompañante en la gran mayoría de las pesquerías.
Por otro lado, es correcto lo señalado por el Presidente de la Comisión de Pesca en el sentido de que actualmente el Ministerio, mediante decreto fundado, con informe técnico de la Subsecretaría y previa comunicación al Comité Científico Técnico, tiene la facultad de establecer porcentajes de desembarque de especies como fauna acompañante.
Por su parte, la Subsecretaría, mediante resolución fundada, previa consulta al Consejo Zonal de Pesca que corresponda y comunicación previa al Comité Científico Técnico, tiene la facultad de regular artes y aparatos de pesca, cosa que hoy día cambia con este proyecto, porque el asunto se regula a través de la ley.
A su vez, actualmente, cuando la Subsecretaría regula artes y aparejos, de estimarlo pertinente, dispone que lo anterior es sin perjuicio de lo resuelto en cuanto a la fauna acompañante.
Sin embargo, con el texto del proyecto de ley tal situación cambia -es la primera vez que regulamos por ley el arte o aparejo de pesca-. La facultad del Ministerio, en cuanto a la fauna acompañante, no permite regular el arte o aparejo con que se pescará la jibia, en este caso. Por su parte, el Subsecretario no podrá autorizar un arte o aparejo distinto a la potera y línea de mano -o sea, está impedido de hacerlo- pues contravendría el texto expreso del proyecto que sustrae a la jibia de sus atribuciones.
Lo que quiero poner acá en discusión es que hoy nosotros introducimos un cambio en la legislación respecto de lo que tenemos. Ahora en el texto expreso de la ley en proyecto se dice que no se puede pescar la jibia con un aparejo de pesca distinto al que en él se establece.
Por lo tanto, puede suceder que el camino que planteaba -por su intermedio, señor Presidente- el Senador Quinteros no sea correcto y, en consecuencia, haga imposible contravenir la ley a través de un decreto de la Subsecretaría de Pesca.
O sea, es probable que el Subsecretario de Pesca no pueda determinar una excepción para la fauna acompañante en cuanto a la jibia cuando no sea capturada con potera. ¿Por qué? Porque por ley no se va a poder pescar con otro aparejo distinto a la potera.
Yo entiendo que nadie quiere que eso suceda. De verdad lo comprendo. Creo que ese es el ánimo que hubo también en la Comisión de Pesca. Pero, claramente, tengo una duda al respecto, pues es la primera vez que tal prohibición se contempla en el texto expreso de la ley.
En ese sentido, lamento que no haya existido la voluntad para permitir la presentación de una indicación que simplemente dijera que lo propuesto no corre para la fauna acompañante. ¿Por qué? Porque con esto podemos afectar también a los pescadores artesanales.
Por lo tanto, señor Presidente, yo espero que en la historia de la ley quede con claridad establecido que, en su espíritu, no se buscaba que los pescadores artesanales, por capturar jibia como fauna acompañante, terminaran sancionados.
No era eso lo que queríamos, y entiendo que nadie tampoco lo deseaba.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Ebensperger.


La señora EBENSPERGER.- Señor Presidente, todos concordamos en la necesidad de proteger la pesca artesanal.
Sin embargo, la diferencia puede estar en que algunos creemos que hay que fomentar la pesca artesanal, sin que eso signifique perjudicar el empleo de trabajadores de otros sectores, como ocurriría en el caso del proyecto en debate, el cual, a mi juicio, tiene bastantes deficiencias técnicas y de fondo.
Acá, en primer lugar -y reitero lo señalado por otra Senadora anteriormente-, hacemos reserva de constitucionalidad, porque efectivamente esta iniciativa limita la facultad de la autoridad administrativa en cuanto a la tutela de las pesquerías, yendo en contra de lo establecido en el artículo 4° de la Ley General de Pesca y Acuicultura, precisamente en su letra d).
Además, creo que dentro de los efectos negativos, como ya señalé, esto va a afectar precisamente el empleo de trabajadores de otros sectores, como los de las plantas procesadoras o algunos pertenecientes al ámbito semiindustrial.
También creo que este proyecto, de ser aprobado, tendrá una repercusión en la fijación de la cuota de la captura de la jibia, que se determina internacionalmente.
Además, en el marco de la ORP del Pacífico Sur la discusión sobre la administración del recurso jibia está recién a nivel del Comité Científico, el cual debe analizar los enfoques que se utilizan en la evaluación de este recurso, así como la data que se requiere para el levantamiento de su estrategia de manejo.
Actualmente, Chile es el tercer país de la OROP-PS con mayor extracción de dicho recurso, después de Perú y China.
El proceso de adopción de una cuota de pesca de la jibia y su consecuente asignación, por lo tanto, todavía es incierto.
En cuanto a lo que se hizo hace un tiempo respecto de la fijación de la cuota del jurel, el principal aspecto que se tomó en consideración fue la captura histórica, y aquí sin duda esta iniciativa la va a afectar grandemente.
En consecuencia, considero que este proyecto -reitero- adolece de una serie de problemas, tanto de carácter técnico como de fondo, por lo que resulta necesario contar con mayor información, especialmente científica, fidedigna, porque hoy día la que existe es contradictoria y no determinante para inclinarse en uno u otro sentido.
Por tanto, es preciso que se pueda trabajar conjuntamente con los órganos competentes, a fin de que logren balancear el empleo y los intereses de los distintos actores del proceso y el desarrollo sustentable de la actividad, lo cual, a mi juicio, no se cumple con este proyecto.
Por ello, señor Presidente, en virtud de lo expuesto, voy a votar en contra de la iniciativa.
--(Aplausos en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, tenemos una tarea inconclusa: la Ley de Pesca, la corrupta Ley de Pesca.
Todo lo que estamos padeciendo obedece a que no fuimos capaces de elaborar una normativa de pesca propia del siglo XXI, una institucionalidad pesquera que posea un centro de investigación autónomo, superando al Instituto de Fomento Pesquero (IFOP).
Asimismo, ¡no tenemos un ministerio del mar! Un ministerio del mar en un país que tiene 4 mil 500 kilómetros de costa y un millón 250 mil kilómetros cuadrados de Territorio Antártico. ¡No tenemos una institucionalidad para enfrentar una ventaja comparativa, extraordinaria, por sobre muchos países del océano Pacífico! Y, entonces, pagamos los costos.
Este proyecto de ley busca justicia; busca racionalidad; busca protección; busca moderación; busca el principio precautorio.
Lo que estamos cambiando es el arte de pesca. ¡Queda bastante por modificar en la ley!
La jibia era calificada antes por los industriales como "la depredadora de los jureles". ¿Por qué? Porque el año 95 había cinco millones de toneladas de pesca declarada -¡eran mucho más: siete u ocho!, porque había subreportes, porque había descarte-; y luego, ante la crisis del recurso pesquero, ¡culparon a la jibia! Y se preguntaban: ¿Por qué desapareció el jurel? ¿Por qué la crisis? "Porque la jibia se come al jurel". Es decir, la culpable no era la sobrepesca que hacían los industriales, sino la jibia.
Hoy día, la niña bonita de la pesca en Chile es la jibia. Y debemos cuidarla, protegerla. Y la manera de hacerlo es mediante un arte de pesca que regule de manera adecuada su captura y no con la pesca de arrastre.
Este proyecto tiene un problema que asusta a la industria. Porque dicen, estableciendo el arte de pesca de la potera o línea de mano, lo que viene después es terminar con la pesca de arrastre de media agua de la merluza, en definitiva, del jurel. Y allí, lo que hay es un problema.
Quiero decir que esta dosidicus gigas, la jibia, se ha convertido en un recurso que ha salvado la pesca, la artesanal y también la industrial.
Quiero despejar dos puntos de conflicto.
Primero, los cerqueros.
Señor Presidente, he tenido la oportunidad de estar arriba de los barcos de la pesca artesanal y ver las maniobras de cercos y captura. ¿Cuánto es el porcentaje de jibia que sale?
La ley autoriza un 5 por ciento. Jamás -¡jamás!- me ha tocado ver una captura a este nivel, ni el reporte de 5 por ciento de jibia, señor Presidente. La fauna acompañante de la sardina y de la anchoveta no es la jibia. La de otras especies, por ejemplo la merluza común, no es la jibia. Si sale jibia es fauna acompañante que se mete en el cerco. ¡No la pescan!
Por lo tanto, la autoridad fiscalizadora tiene claro su criterio. SERNAPESCA sabe que no es pesca dirigida con arte de pesca, sino que se suma.
SERNAPESCA no tiene botes en todo Chile, ¡los arrienda! Es un organismo debilitado, integrado por grandes funcionarios, pero debilitados.
Por lo tanto, el tema de los cercos, despejémoslo. El porcentaje de fauna acompañante de la jibia está garantizado en la ley, y la autoridad deberá cumplir con su deber: garantizar que este porcentaje no se sobrepase.
Segundo, la Organización Regional de Pesca (ORP).
Se dice que vamos a disminuir la cuota en la ORP cuando se nos asigne una cuota global. Perú, 609 mil toneladas; Chile, 200 mil.
Señor Presidente, la manera de establecer que no perdamos cuota de la ORP es pescar la jibia. Hoy día, hay 80-20 -¡80-20!-. Y este proyecto de ley no altera esta regla, sino que la forma de pesca.
La industria podría poner barcos con líneas de pesca, como los coreanos, como los chinos. Podría invertir. Pero no lo va a hacer, señor Presidente. ¡No lo va a hacer!
Yo digo, entonces, que hay dudas sobre el tema de la ORP.
El segundo punto vital también para la región que represento, la Región del Biobío, se refiere a las plantas que producen jibia para consumo humano y también para harina.
Señor Presidente, ¡aumentemos la capacidad de pesca de los jibieros! ¡Abramos los registros de manera regulada y temporal para que se pueda aumentar la captura! De tal modo de garantizar que la cuota respectiva se va a pescar para que Chile tenga historia y para que las plantas estén alimentadas y abastecidas de jibia de manera permanente. Así, eliminamos de una sola vez los dos grandes temores que ha planteado el Gobierno (la Derecha): uno, bajar nuestra calificación de cuotas, y dos, generar cesantía.
¡Yo no quiero cesantía en las plantas pesqueras de la Región del Biobío ni en ninguna parte del país!
¿Cómo garantizamos que haya una adecuada transferencia de la jibia? Bueno, al igual que con la sardina y la anchoveta, que son capturadas dentro de las cinco millas por la pesca artesanal y vendidas por esta a la pesca industrial: haciendo una ampliación. Y los pescadores, los jibieros de Chile, presentes en las tribunas, están de acuerdo con el tema de la fauna acompañante. Había voluntad de parte de ellos para ampliar y hacer extensivo lo anterior mediante una indicación que pusiera claridad sobre la fauna acompañante.
En segundo lugar, hay consenso en que la manera de evitar que la cuota no se pesque y haya trabajo en las plantas es aumentar, abrir de manera temporal -cosa que ya se hizo-, hacer correr la lista...
¿Me concede un minuto más, señor Presidente?
El señor MONTES (Presidente).- Puede continuar, Su Señoría.
El señor NAVARRO.- El SERNAPESCA tiene facultad para ello. ¡La tiene!
Este proyecto de ley no consagra una arbitrariedad. Esto de ir al Tribunal Constitucional es una invención.
Señor Presidente, mediante la ley se regulan las facultades. Y en este proyecto se establece con claridad una facultad.
La jibia se pesca con potera y línea de mano. Y la autoridad fiscalizadora tiene que obedecer la ley. ¿O es el reglamento el que manda la ley? La ley manda al reglamento.
En ese sentido, yo planteo, señor Presidente, que si la autoridad percibe que no vamos a pescar toda la cuota de jibia, abra temporalmente el registro de los jibieros. Existe la voluntad de los jibieros -¿cuántas embarcaciones y botes menores de doce metros hay? ¿800 mil?-, de los dirigentes, que están en las tribunas, a lo largo de todo Chile, para garantizar el abastecimiento a las plantas y evitar que no se pesque toda la cuota.
Y respecto a las ORP, sigamos sumando cuota para competir con Perú, para competir con el resto de los países integrantes.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra el Ministro señor Blumel.


El señor BLUMEL (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, se han escuchado diversos argumentos en cuanto a esta moción.
Por supuesto que hay puntos que el Ejecutivo comparte. Están en el programa de Gobierno cosas tan importantes como fortalecer el sector pesquero, en particular, el sector artesanal, la pesca sustentable. Esos son objetivos compartidos.
El problema que tenemos con este proyecto, señor Presidente, es más bien de forma, que no es menor, sino importante. Básicamente, me refiero a que en él se establecen limitaciones a la facultad de la autoridad correspondiente en la administración de las pesquerías.
Adicionalmente, la iniciativa en comento puede tener otras consecuencias negativas. Por ejemplo, en el marco de una futura cuota internacional y otros aspectos que se discutieron en el debate legislativo en la Comisión.
Pero, fundamentalmente, el tema que preocupa y que genera dudas respecto a la constitucionalidad de este proyecto, como lo han planteado algunos Senadores y Senadoras, señor Presidente, tiene que ver con la limitación de las atribuciones de la autoridad pesquera. Esta, además, toma decisiones técnicas variables en el tiempo. Porque, dependiendo de las condiciones, la autoridad pesquera tiene que ir revisando cuáles son las mejores alternativas en materia de artes de pesca, que es lo que estamos discutiendo en este caso.
Pero, en particular, el proyecto dispone limitaciones sobre las dimensiones y las características de las artes y los aparejos de pesca.
Yo quisiera recordar que el artículo 4° de la Ley General de Pesca y Acuicultura señala que, en definitiva, independiente del régimen de acceso, la Subsecretaría de Pesca, mediante resolución fundada, previa consulta al Consejo Zonal de Pesca, "podrá establecer una o más de las siguientes prohibiciones o medidas de administración de los recursos hidrobiológicos.".
Y en su letra b) dispone: "La fijación de las dimensiones y características de las artes y los aparejos de pesca.".
Lo que hace el proyecto, en definitiva, es limitar las facultades actuales de la autoridad administrativa, regulando legalmente una materia eminentemente técnica que la ley otorga a la autoridad pesquera.
De hecho -como ustedes bien saben- en el número 2° del artículo 65 de la Constitución se señala, como iniciativa exclusiva del Ejecutivo, la creación de nuevos servicios públicos, suprimirlos y determinar sus funciones y atribuciones.
Entonces, ahí tenemos un problema respecto a la forma en que se origina esta norma, que establece una limitación absoluta a la facultad de la autoridad pesquera, materia que desde la perspectiva del Ejecutivo corresponde a sus facultades exclusivas, sin perjuicio de que uno pudiese debatir, legítimamente, los objetivos de fondo del proyecto.
Lo segundo que quería mencionar tiene que ver con una cuestión curiosa y particular que se da en el tratamiento de esta iniciativa: en la Cámara de Diputados fue calificada con quorum simple y en el Senado con quorum especial, lo cual plantea una contradicción en la interpretación de la norma. Ello también podría producir alguna dificultad.
En definitiva, nos parece, como Ejecutivo, que en esta materia hay cuestiones de fondo serias, relevantes, y que el proyecto podría adolecer de problemas de constitucionalidad -esto lo queremos dejar consignado-, como lo dijeron previamente algunos Senadores y Senadoras.
Por esa razón, señor Presidente, pensamos que hay que mirar con especial atención lo que se está votando, pues, desde la perspectiva del Gobierno, se trata de atribuciones que son de la autoridad pesquera.
El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, tenemos una situación bien paradójica en Chile: el Estado, el Poder Ejecutivo en particular, es muy buen espectador y comentarista de los problemas sociales, pero no toma decisiones. Porque lo que estamos viviendo acá es algo que está afectando a los trabajadores del mar, tanto a los pescadores artesanales como a los industriales, por falta de resolución y carencia de políticas en la materia. Y no hablo solo de este Gobierno, sino también del anterior.
La actividad pesquera ha registrado una evidente merma en el volumen de captura, en parte por sobreexplotación; en parte, por los métodos que se utilizan para extraer los recursos marinos, y, también, por el cambio climático, que empieza a afectar claramente la temperatura del mar, lo cual provoca alteraciones en los ecosistemas. Por ejemplo, la destrucción de microambientes en los bordes costeros donde muchas especies marítimas se desarrollan.
Entonces, existe un problema global que lo pagan los trabajadores, pues tanto los pescadores artesanales como los industriales están viendo que sus empleos se menoscaban; que los ingresos de sus familias caen, mientras la autoridad sigue haciendo comentarios sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad frente a un intento de resolver el problema, sin tomar medidas que, por lo demás, podrían ser complementarias.
Resulta claro que aquello tiene el origen que estoy señalando. De manera que también hay que comprender a las partes involucradas. Por lo mismo, uno se va a sentir inclinado a decir: "Bueno, a quién beneficio más y a quién perjudico menos".
Eso es inevitable.
Señor Presidente, esta situación se podría haber mitigado con un fondo de estabilización respecto de una actividad esencialmente irregular (la explotación de los recursos marinos).
Además, se debe enfrentar el cambio climático y, por lo tanto, ser más proactivos en políticas alternativas relacionadas con nuevas especies que se puedan explotar. Alguna experiencia tuvimos con repoblamiento de algas, desarrollo de caletas pesqueras, etcétera.
Pero también existen problemas previsionales.
En la pesca artesanal en Chile hay un drama en esta materia. Los industriales salvan un poco más; pero los pescadores artesanales no tienen respuesta para ello. No existe una plataforma social que les dé una mínima estabilidad a sus familias. Ni hablar de los seguros, que son meramente ornamentales, pues no le van a resolver ningún problema a un pescador que cae en desgracia (o pescadora, porque también las hay).
Entonces, nos vemos enfrentados a este tipo de discusión, en que, en el fondo, se confrontan los intereses del trabajador de las plantas procesadoras, de la industria pesquera con los del pescador artesanal, y nosotros terminamos haciendo de árbitro.
Obviamente, debemos tomar una decisión.
Yo voy a apoyar la ley en proyecto. Pero creo que quedan vacíos enormes que afectarán injustamente a otros sectores involucrados.
Pienso que ya es hora de comentar menos la realidad y de proteger más nuestros recursos, porque se van deteriorando año tras año y, además, no contamos con una política sistemática clara, de largo plazo que les permita a las plantas procesadoras, a la propia industria adaptarse al futuro o buscar alternativas. Lo mismo sucede respecto de los pescadores artesanales y del otro sector que apareció, que no existe en lo formal pero sí en los hechos y que algunos llaman "semiindustrial".
Señor Presidente, creo que estamos aprobando esta iniciativa prácticamente por una cuestión social inmediata, dramática. Hay pescadores artesanales que se están refugiando en la jibia porque no les queda otra alternativa. Y no les vamos a quitar el pan. ¡No podemos hacerlo!
Sin embargo, se nos abre otro frente: no les estamos resolviendo en nada el problema a los trabajadores industriales y de las plantas procesadoras. Para eso se requiere una política de Estado y menos comentaristas. Porque, en verdad, los problemas son objetivos y afectan a todos esos sectores. Pero la ley en proyecto favorecerá solo a uno de ellos, y los otros van a sentirse perjudicados.
En fin, debemos actuar en la urgencia, entendiendo que esta no es la mejor solución, pues se necesitan políticas más proactivas. ¡Y ellas brillan, pero por su ausencia...!
--(Aplausos en tribunas).
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El señor MONTES (Presidente).- Solicito la autorización de la Sala para que me remplace en la testera el Honorable señor Navarro por algunos minutos.
Acordado.
--Pasa a presidir la sesión el Senador señor Navarro, en calidad de Presidente accidental.
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El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Latorre.


El señor LATORRE.- Señor Presidente, en la sesión de hoy podemos aprobar este proyecto de ley, el cual genera un cambio que, aunque sencillo, es muy importante para muchas y muchos pescadores artesanales a lo largo de nuestro país y, también, para nuestro medioambiente, al proteger la sostenibilidad de un recurso de amplia extracción en nuestras costas como la jibia.
El cambio que se propone es la limitación del arte o aparejo de pesca para extraerlo a la potera y/o línea de mano a fin de excluir la pesca de arrastre que se utiliza en el sector industrial.
Cabe hacer presente que en la discusión particular que se realizó en la Comisión de Pesca el proyecto se mantuvo sin cambios, cuestión que celebramos, pues nos parece que el texto aprobado en general cumple con los objetivos propuestos en la iniciativa.
Esta pequeña modificación a la ley vigente traerá un gran cambio social para la pesca artesanal, ya que estos métodos son usados principalmente por los pescadores y las pescadoras artesanales de nuestras costas. En consecuencia, ello implicará un rediseño de esta actividad económica, generando consecuencias positivas para el medioambiente, puesto que tales métodos son menos dañinos para el ecosistema y los recursos hidrobiológicos, consagrándose así el principio de conservación.
Asimismo, esta iniciativa, a diferencia de lo que señala el sector industrial, no dañará la economía -es una amenaza y, de alguna manera, una campaña del terror la que han instalado-, toda vez que fomentará al sector artesanal, y, por otra parte, con la debida inversión, los barcos de mayor capacidad podrán adaptarse al uso de poteras como pasa en Japón, en China, en Corea y recientemente en Perú.
Un informe de Chile en el último comité científico realizado en Shanghái en septiembre del 2017 dio cuenta de que el 98 por ciento de las capturas que se efectuaron en nuestro país fueron hechas por embarcaciones menores de 12 metros de eslora y con el aparejo potera durante el año 2016.
Pero más allá de las consecuencias prácticas de la ley en proyecto, es necesario llevar a cabo una reflexión sobre el rol del Congreso, del Senado y del movimiento social.
Si estamos discutiendo esta iniciativa es por la movilización y el activismo de los trabajadores y trabajadoras del sector artesanal en nuestro país, quienes han luchado para ser escuchados. Es deber del Senado oír el llamado de las grandes mayorías y dejar de legislar escuchando preferencialmente a los grupos económicos más poderosos, a las famosas siete familias que controlan el mar en Chile.
Sabemos de la génesis de la Ley de Pesca, en que hubo cohecho y pagos irregulares a parlamentarios para favorecer los intereses de aquellas. Y también sabemos que el Congreso está en deuda con una normativa en materia de pesca democrática y transparente, que mire al siglo XXI y que democratice la economía y el mar en nuestro país.
Con respecto a la constitucionalidad de este proyecto, debo señalar, a modo de ejemplo, que el 2003 se promulgó la ley N° 19.907, que prohíbe el arrastre en las primeras cinco millas para la pesca artesanal. Dicha normativa tuvo origen en una moción presentada por Senadores, y se votó con quorum simple, a diferencia de lo que ocurre respecto de este proyecto -el Ministro Blumel señaló que en la Cámara de Diputados se tramitó con quorum simple y en el Senado con quorum calificado-, y fue totalmente constitucional.
Lamentablemente, en Chile tenemos una tercera cámara legislativa antidemocrática, como es el Tribunal Constitucional, que en muchos casos no permite que se expresen con claridad las mayorías parlamentarias.
Esperemos que este no sea un nuevo caso.
Por eso, quiero hacer un llamado a los pescadores que están en las tribunas -sabemos que otros no pudieron venir hoy- y que se encuentran movilizados en distintas regiones, para que sigan luchando, para que no bajen las manos, pues otro Chile es posible, uno que cuide el medioambiente para las futuras generaciones y que permita a todos los trabajadores y trabajadoras y sus familias tener una justa recompensa por su sacrificada labor.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor De Urresti.


El señor DE URRESTI.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero saludar a los pescadores que se hallan hoy día en las tribunas y también a muchos otros que se encuentran en las diversas caletas y ciudades de Chile y que con seguridad están siguiendo este trascendente debate, cuya virtud es que comienza a reivindicar y valorar el trabajo de los pescadores artesanales.
A mi juicio, ese es un punto importante de la discusión.
Hoy día hay siete familias que están nerviosas en Chile; hoy día los dueños de la industria están preocupados. Ello es evidente, pues aquí viene un cambio, una modificación, un reconocimiento al trabajo que efectúan los pescadores artesanales, al prohibir la pesca de arrastre y dejar de manera exclusiva como arte de pesca la línea de mano o potera.
Ese es un avance.
Cuando fui Diputado presenté proyectos en 2006 y 2007 para prohibir la pesca de arrastre. Pero ahí estaban los poderosos para impedir que aquello ocurriera.
Hoy día escuchamos también intervenciones en el sentido de que vendrá la cesantía, de que no habrá abastecimiento en las plantas procesadoras. ¡La misma campaña del terror de siempre!
Debemos modificar el privilegio que se consagró en la Ley de Pesca respecto de siete familias.
Creo que la ley en proyecto va en el camino correcto. Por eso la vamos a respaldar. En tal sentido, quiero felicitar a la Comisión de Pesca, presidida por el Senador Quinteros, por el esfuerzo y urgencia que han puesto para sacarla adelante.
Pero también hago un llamado a la reflexión. Porque la pelea no es contra los industriales; tampoco es entre trabajadores o pescadores. La cuestión estriba en tener sostenibilidad en materia de extracción de nuestros recursos, particularmente la jibia; en prohibir la pesca de arrastre con el fin de evitar que se siga depredando el mar.
Aquí hay gente que ganó mucho dinero. ¡Y no me digan que fueron los trabajadores! Las empresas, los grandes consorcios son los que se consolidaron.
Y cuando la actividad esté mal, por la ley vigente, por la corriente de El Niño, en fin, los primeros afectados van a ser los trabajadores. Porque ahí las empresas no se acuerdan de ellos.
Ahora sí lo harán, pues les están tocando sus intereses.
Esa es la discusión que hemos de realizar.
Debemos establecer una nueva política en la materia. Tenemos que modificar la Ley de Pesca.
Creo que aquí avanzamos en fortalecer a los pescadores artesanales, en robustecer al comité científico precisamente para tener una posición. Pero no vengamos con estas argucias de si contamos o no con facultades en la ley.
Que no les quepan dudas. Ojalá que los pescadores artesanales estén activos y vean cómo votan sus parlamentarios. Revisen la votación y vean la diferencia entre quienes están con los pescadores artesanales y votan a favor de sus intereses y los que señalan estar con ellos pero registran una votación diferente.
Porque, sin duda, aquí se presentará un requerimiento ante el Tribunal Constitucional, cuyos miembros no fueron propuestos por la gente. Ustedes nos eligieron a nosotros; estamos acá por la voluntad de muchos de sus compañeros de las caletas de Corral, de Niebla, de Valdivia, de Mehuín. ¡Y uno orgullosamente representa a esos territorios!
Lo dijimos en la campaña y lo sostenemos ahora: ¡vamos a apoyar a los pescadores artesanales! Ahí está nuestro compromiso. Al menos yo, como Senador socialista, voy a respaldarlos.
Por eso vamos a aprobar este proyecto.
Reitero: entendamos que este no es un conflicto entre trabajadores, pues la industria cuando tenga problemas, por la ley en proyecto o por cualquier otra razón, a quienes primero despedirá será a sus empleados.
Y que no los enfrenten a otros compañeros pescadores artesanales, quienes seguirán ahí en las buenas y en las malas, pues llevan pescando durante decenas de años. Muchos de ustedes son hijos, nietos de pescadores artesanales. Y también sus hijos trabajan en la pesca artesanal.
Entonces, fuerte y claro: ¡Vamos a apoyar esta iniciativa! ¡No a la pesca de arrastre! ¡A reivindicar y fortalecer la pesca de la jibia mediante la utilización de la potera o línea de mano! ¡Y a avanzar en modificar la Ley de Pesca!
Ese es el gran desafío: terminar con las concesiones eternas para esas siete familias. El mar es de todos los chilenos, principalmente de nuestros pescadores artesanales.
Voto a favor.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Señor Secretario, ¿hay quorum para resolver sobre una solicitud de la Comisión de Transportes, que presido, tendiente a ampliar el plazo de presentación de indicaciones al proyecto que modifica la Ley General de Telecomunicaciones para regular el tendido de cables aéreos?
El señor LABBÉ (Secretario General).- No, señor Presidente.
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Apenas tengamos quorum para adoptar acuerdos someteré ese asunto a la consideración de la Sala.
Tiene la palabra el Senador señor Pugh.


El señor PUGH.- Señor Presidente, valoro las intervenciones de las Senadoras y Senadores que me antecedieron, y, en especial, el trabajo realizado por los miembros de la Comisión de Pesca.
Cuando se fijó plazo para presentar indicaciones a este proyecto tratamos de mejorar la comprensión que teníamos de este inciso -porque es un inciso, no un artículo el que estamos votando- y su redacción.
El problema radica en entender qué estamos definiendo.
Una de las primeras indicaciones que presentamos fue para aclarar que el término Dosidicus gigas o jibia tiene también otro nombre común: calamar gigante. La palabra latina "gigas" significa gigante. Eso hace que esta especie sea diferente a otros calamares.
¿Por qué? Porque tenemos una zona de pesca que alimenta a los calamares gigantes que es especial, distinta.
La experiencia de los pescadores peruanos tiene que ver precisamente con lo que señalo. Por eso, los términos "tota" o "pota" los hemos heredado de ellos.
Esos pescadores se especializan en la jibia baby, que le da un valor bastante grande a esa industria.
Pero también, la pota o tota está presente en los barcos calamareros. Estos ingresan a lugares donde existe el recurso jibia, y en la noche generan a veces largas extensiones iluminadas. Esos pescadores trabajan con focos a fin de atraer al calamar gigante para, después, usando las totas o potas, izarlo.
Lamentablemente, las indicaciones que tendieron a hacer de este aparejo selectivo el más adecuado no fueron aceptadas.
La pesca es un arte. Pero el arte de pesca es una red. Y aquí muchos, probablemente, no han entendido la diferencia entre cada uno de esos elementos.
La utilización de la línea de mano como aparejo de pesca indica, conforme señala este inciso, que no solo queremos selectividad: también pretendemos darle seguridad a los pescadores.
En este caso, los estamos condenando de por vida a tener que izar estos calamares gigantes a mano, sin darles siquiera la posibilidad de ayudarlos y entregarles mayor tecnología.
Los calamares gigantes pueden producir accidentes. Y tal como quedó redactada la norma, no es factible conciliar elementos que protejan a estos pescadores.
Así, hombres y mujeres de mar están obligados a extraer ese recurso a mano, en condiciones a veces difíciles, con botes pequeños. ¿Por qué? Porque la jibia normalmente no se halla donde a uno le gustaría encontrarla: está en lugares de difícil extracción.
Entonces, debemos combinar la selectividad de este aparejo para tratar de extraer ojalá a los machos y no a las hembras.
¿Qué quiero decir con esto? Que es muy difícil tratar de especificar la forma técnica en una ley. Por eso debemos preocuparnos por despachar buenas leyes, con calidad.
Eso es lo que me preocupa: no tener el conocimiento suficiente para establecer en este inciso un instrumento que sirva, algo de lo cual podamos sentirnos todos orgullosos.
Entonces, yo apelo a la calidad de las leyes, a la forma como estamos desarrollando este proceso, para que lo aprobado pueda ser utilizado de buena manera. De lo contrario, no habremos entendido lo que se requería, porque no tuvimos la suficiente información o porque no fuimos capaces de resolver este asunto.
El plazo para presentar indicaciones y las discusiones no permitieron sacar un inciso mucho más preciso, más seguro.
La selectividad, sin duda, es la forma de mantener la sostenibilidad del recurso. En ello no hay discusión. Pero aquí hay que entender que debe haber seguridad para los pescadores artesanales.
Acá se puso el ejemplo de la flota china. Ella opera con barcos que tienen la capacidad de procesar. Entonces, ¿estaremos dispuestos a colocar esos barcos en nuestras aguas también?
Esas son las cuestiones que hay que discutir.
En lo personal, fui apoyando esta iniciativa para establecer un arte selectivo, pero bien redactado.
Creo, sinceramente, que no fuimos capaces de redactarlo en la forma que correspondía. El texto no ha quedado bien, pues está condenando a los pescadores artesanales, de por vida, a extraer a mano un calamar gigante cuyo peso puede producirles problemas en los tendones, en fin. De manera que no estoy dispuesto, con una votación a favor, a que arriesguen su vida.
Con una redacción mejor creo que podríamos haber concluido una norma que estuviera a la altura de las circunstancias. Pero, tal como viene su texto, no la puedo aceptar.
Voto en contra.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra la Senadora señora Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, no soy experta en biología marina, por lo que para este proyecto de ley me reuní en Chañaral con los diferentes sindicatos de pesca artesanal de la zona que represento.
Hice lo mismo en Caldera con las demás organizaciones de pescadores artesanales que de fauna acompañante claramente saben más que lo que alguno de nosotros podría decir en este Hemiciclo.
Entiendo que nuestro rol es ser agente activo de cambio y aportar al desarrollo sustentable de nuestro país.
Sin embargo, también me interesó ver lo que había más allá de los límites de Atacama. Por eso fui a conocer la realidad de una organizada caleta, ubicada muy cerca de aquí, en Quintay. Y aprovecho de saludar a sus representantes.
También me interesó saber de la opinión expresada por escrito de los estudiantes de Biología Marina de la Universidad de Valparaíso, quienes han aportado con elementos técnicos a la discusión de las temáticas ambientales y marinas.
Y por eso comprendo que la pesca de arrastre de media agua es claramente poco selectiva, mientras que la pesca con potera es bastante específica, tanto para la captura de jibia como para las tallas de los especímenes.
Internacionalmente, la pesca de la jibia con potera ha sido la preferida por países como China, Japón, México, Perú, por lo cual deberíamos seguir los estándares internacionales de los últimos 50 años y mantener como único arte de pesca la línea de mano o potera.
Debemos recordar, además, que esta especie no ha estado siempre presente en nuestras costas, manteniendo intermitentes poblaciones, que en algunos años han llegado a cero. Una pesca de arrastre con una mayor explotación podría disminuir las poblaciones y provocar una desaparición de la especie por la mayor captura y por el abandono de las otras variedades de calamares, que migrarían a otras costas.
El año 2016 se crea el Informe País sobre el Estado del Medio Ambiente. En el artículo 6 se habla del rotundo fracaso del manejo de especies comerciales. Esto quiere decir el colapso y sobreexplotación atribuida a la pesca industrial. Entonces, ¿cómo esperamos, lógicamente, que no suceda lo mismo para la jibia dentro del mismo marco normativo?
Aquí lo expresó con mucha claridad el Senador De Urresti: hoy tenemos nuestra mirada puesta en cómo somos capaces de preservar y, por cierto, de generar un apoyo claro y contundente a los pescadores artesanales. Lo peor que puede pasar es que agentes externos comiencen a animar una confrontación entre trabajadores de distintos sectores.
Por lo tanto, creemos que debemos ser capaces de garantizar que no vuelvan a ocurrir las desapariciones de poblaciones de jibia que se han registrado a lo largo de la historia en las costas de Chile. En este sentido, la línea de mano o la potera puede aportar a esta mayor selectividad, con lo cual se puede permitir un correcto control y, a su vez, una constante abundancia de la jibia o calamar gigante, como lo ha llamado el Senador que me antecedió en el uso de la palabra.
Si consideramos las experiencias internacionales y si permitimos que la pesca sea únicamente con línea de mano, con potera, podremos garantizar un manejo inteligente, sustentable del recurso jibia.
Por eso, voto a favor, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
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El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Solicito autorización de la Sala para que se establezca un nuevo plazo, hasta el 7 de enero, para presentar indicaciones al proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley N° 18.168 a fin de regular el tendido de cables aéreos (boletín Nº 9.511-12). Este proyecto se encuentra en la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones.
--Así se acuerda.
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El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, se ha sostenido en el Hemiciclo que este proyecto es inconstitucional -cuestión que no comparto en absoluto- porque modifica las atribuciones de la Subsecretaría pertinente para determinar el arte de pesca. Es decir, se estaría vulnerando la iniciativa exclusiva del Presidente de la República para determinar las atribuciones de los servicios públicos.
De acuerdo con el artículo 4° de la Ley de Pesca, la Subsecretaría de Pesca, bajo el cumplimiento de ciertos requisitos, "podrá establecer una o más de las siguientes prohibiciones o medidas de administración de los recursos hidrobiológicos". Y en el literal b) se menciona: "Fijación de las dimensiones y características de las artes y los aparejos de pesca".
Sin embargo, esta atribución facultativa de la Subsecretaría ("podrá") no impide que la ley establezca prohibiciones o regulaciones directas respecto del arte de pesca.
Así acontece con ciertas artes de pesca, como la prohibición de redes y sistemas de arrastre de fondo en las áreas reservadas a la pesca artesanal, establecida en el inciso segundo del artículo 49 de la ley. Del mismo modo, el artículo 5° prohíbe el uso de artes de pesca que afecten el fondo marino dentro de una franja de una milla marina, medida desde la línea de base.
En suma:
Primero, lo que persigue la moción es introducir una norma general propia de una ley, de acuerdo con el artículo 63 de la Constitución Política de la República.
Segundo, se trata de una regulación de fondo y una prohibición que no modifica atribuciones de la Subsecretaría de Pesca.
Tercero, la propia Ley de Pesca contiene prohibiciones legales similares a la propuesta en esta moción.
Por ello, podemos afirmar que no se invade la iniciativa exclusiva del Ejecutivo y, por lo tanto, el proyecto se ajusta a la Constitución Política de la República.
Un segundo punto que se ha debatido dice relación con cuál debiera ser, finalmente, el quorum de aprobación.
Acá, básicamente, ha habido un cuestionamiento acerca de si la iniciativa correspondía a una ley de quorum simple o de quorum calificado.
Yo comparto el criterio que ha sostenido la Secretaría de la Comisión de Pesca en el sentido de que se trata de una ley de quorum calificado.
Pero, más allá de ese tema, quiero argumentar cuál es la razón y la dirección de mi votación.
La jibia se ha transformado en una bendición para las caletas de pescadores artesanales. La jibia, que antes fue una maldición, hoy día se presenta como la posibilidad de generar sustento a los pescadores artesanales de mi Región y de nuestro país.
Pero cada vez tenemos menos jibia en la zona central, pues se está trasladando al sur.
Y atravesamos otra dificultad: la jibia, que era el sustento para los pescadores artesanales, en la actualidad, aun con esta regulación, se está perdiendo.
Soy de aquellos que empujaron -y bien lo saben los pescadores artesanales presentes en las tribunas- el principio de "las caletas de pescadores para los pescadores artesanales". Y logramos que se entregaran las concesiones correspondientes.
Yo estoy trabajando, además, con innumerables caletas de pescadores para que cumplan aquel sueño. Así lo hicimos con Quintay, San Pedro de Cartagena y tantas otras con las que ya hemos logrado el objetivo.
Pero para lo anterior tiene que haber sustento, que es la pesca artesanal. Y también debe haber cuidado por la biomasa.
En ese contexto, reconocemos que acá hay mucho más por hacer en términos de agregarle valor a nuestra pesca artesanal y a la jibia. Perú, por ejemplo, ha hecho un esfuerzo muy importante y ha sido capaz de generar productos asociados a la jibia. Porque los precios que hoy día se pagan por la jibia son escuálidos.
Señor Presidente, porque voto representando a los electores que me eligieron ¡siempre!, porque siempre he creído que hay que fomentar la pesca artesanal y porque he sido coherente ¡siempre!, voto a favor de este proyecto de ley.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Castro.


El señor CASTRO.- Señor Presidente, voy a fundamentar mi voto de una manera muy básica, porque cuando me hablan de la Ley de Pesca recuerdo -y he visto muchas noticias y he leído mucha información- que dicha ley es una de las peores que este Senado haya aprobado.
Y quiero ser responsable en decir lo siguiente: los Senadores de los períodos anteriores, de todas las corrientes políticas (Izquierda, Derecha) fueron responsables del despacho de esta Ley de Pesca.
Los Gobiernos tampoco han tenido esa responsabilidad que la sociedad espera con el fin de tener una buena Ley de Pesca.
Hoy día nos encontramos con la situación que afecta a la jibia y con este pequeño proyecto que modifica un poco la Ley de Pesca.
Sin duda, lo que uno debe hacer, y creo que hoy día la voluntad existe, es poder introducir una gran modificación para sacar una buena Ley de Pesca.
Y en una buena Ley de Pesca debemos ser capaces de cuidar el recurso que hoy día está agotado. ¡Todos sabemos que el recurso está agotado!
¿Y qué hace el Gobierno y qué hacemos nosotros?
Pienso que en eso tenemos una deuda no solo con los pescadores, sino con el país entero. Somos responsables de cuidar el recurso de nuestros mares. Y, sin duda, la jibia aparece hoy como la vedete; a todos les interesa.
¿Por qué voy a votar a favor?
Porque en este proyecto de ley se colocan las palabras "se prohíbe" respecto de la pesca de arrastre. Ese es el mayor sentido que tiene. Porque me parece que el arrastre es el culpable de que se hayan depredado todos los recursos de nuestro mar.
Deseo que este sea el inicio de una buena ley. Porque todos sabemos que lo que estamos aprobando hoy día es una mala ley, pero representa un inicio. Y espero que sea el comienzo para tomar en serio la Ley de Pesca y transformarla en una normativa que permita cuidar nuestros recursos y que esté a la altura de los países que han erradicado el arrastre.
Ojalá que con este voto se apruebe el proyecto y que esto sea el comienzo para el mejoramiento de esta mala Ley de Pesca que tenemos en nuestro país.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, lamento que el Ministro Blumel ya no esté presente en la Sala. Porque su argumento fue cuestionar nuestras atribuciones como Congreso para abordar el proyecto de ley.
Yo simplemente lo invito a que lea bien lo que señala la Constitución, a que lea bien lo que dispone la Ley de Pesca y a que no esté contando los votos que tiene en el Tribunal Constitucional.
A través de esta normativa no se les están dando nuevas atribuciones a ningún funcionario público y tampoco se les despoja de atribuciones. Lo que se hace, porque el Congreso es el que las entregó, es limitar las atribuciones.
Y tal como en la Ley de Presupuestos uno puede aprobar, reducir o rechazar, el Congreso cuenta con facultades en este ámbito.
El argumento del Ministro Blumel es lo que tiene a nuestra democracia en muy malas condiciones. Este presidencialismo exacerbado, este presidencialismo que -y esto es lo más patético- no quiere hacerse cargo de los problemas de la gente.
Yo represento a una región que padece todos los males de la Ley de Pesca: tenemos gran cantidad de recursos pesqueros, pescadores disponibles, pero ninguna cuota. Porque en las regiones de O´Higgins y de La Araucanía, por la forma como se dispusieron las cuotas, donde los industriales agarraron la mayor parte de la torta, se estableció un criterio de pesca histórico. ¡Y ello ha causado una perversión dramática! ¡Dramática!
Los pescadores no estarían preocupados de la jibia si hubiera otros recursos disponibles, si las otras doce pesquerías fueran sanas. Probablemente, muchos de los que están aquí prefieren la merluza. Y estarían mejor capturando pescada y no pensando en la jibia, que es más peligrosa que otras actividades. ¡Claro que es más peligrosa! Pero uno tiene que comer y trabajar.
En cuanto a si tenemos atribuciones, lo único que digo es que gozamos de la facultad de prohibir un arte de pesca, de limitar cómo se opera en una pesquería.
Y el Ministro Blumel, más que sostener lo que señala, si estuviera tan convencido de que es una atribución, ¡por qué no patrocina el proyecto! No lo hace porque, en última instancia, está amparando otros intereses: que se mantenga la pesca de arrastre. Y se esgrimen argumentos como los que escuchamos de otros, respecto a la fauna acompañante. Hay normas sobre fauna acompañante, para los que pescan con cerco. Por tanto, ese no es el asunto.
Aquí lo importante es generar las condiciones para que un grupo de personas, de trabajadores, pueda tener una fuente laboral. Existe un compromiso en el sentido de que este recurso va al consumo humano. Si la mayor parte de lo que se extrae del mar fuera al consumo humano, probablemente tendríamos bastante más trabajo, lo que nos haría tremendamente bien.
Votaré a favor de la iniciativa. Este es un proyecto chico. Hay una serie de otras cosas asociadas, que dicen relación con el registro de pescadores artesanales, con quiénes serán autorizados y quiénes no.
Reitero que en la Región de O´Higgins padecemos la peor de las realidades. Y con todo el respeto que le tengo a la Región de Valparaíso, les digo: estamos muy cerca de ustedes y muy lejos de Dios en esto. Porque en los 107 kilómetros que existen en mi región, logramos sacar la cuota de merluza que nos dan de enero a marzo, con apenas 64 embarcaciones. ¡Esto es un chiste! Un armador extrae en una semana lo que sacan todos los pescadores artesanales de la Sexta Región, que son puros boteros.
Por lo expuesto, votaré a favor.
Tenemos que revisar la Ley de Pesca; debemos asegurarles a los pescadores artesanales el derecho al trabajo y no limitarles ese derecho por defender los intereses de los grandes industriales, que usan una industria de transformación no para alimentar a los chilenos, no para darles trabajo.
Señor Presidente, termino diciendo que la Comisión de Pesca ha sido muy responsable. Y deseo agradecerles a todos sus integrantes por haber promovido esta iniciativa, que estén forzando las situaciones. Porque el Gobierno se había comprometido en una revisión de la Ley de Pesca.
No soy de los que señalan que toda la Ley de Pesca es mala. Y me parece lamentable que algunos lo afirmen. Yo, que he estado en las discusiones de la Ley de Pesca en diferentes instancias, no puedo pensar que el Comité Científico Técnico que existe hoy sea malo. Limita la extracción, pero es la única posibilidad que tenemos de salvar el recurso. Porque si no existiera ese Comité científico, los industriales habrían arrasado hace tiempo con lo poco que nos queda.
Voto a favor, pues deseo defender este esfuerzo y a los pescadores artesanales. Y espero que este sea el inicio para modificar la Ley de Pesca, a fin de darles más derechos de pesca a los trabajadores de Chile.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Elizalde.


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, por su intermedio, quiero saludar a todos los representantes de los pescadores artesanales que nos acompañan en las tribunas. Ayer se retiraron bastante molestos porque no alcanzamos a votar, y ni siquiera a discutir, la iniciativa en la Sala. Espero que en pocos minutos más se vayan con una buena noticia.
Saludo especialmente a quienes representan a los pescadores artesanales de mi región, la Región del Maule.
Se ha discutido respecto de la constitucionalidad del proyecto.
El Senador Chahuán, que me antecedió en el uso de la palabra, se refirió a ese punto. No profundizaré en los argumentos que él planteó, que comparto.
Pero cuando se indica que se están afectando o modificando atribuciones propias de un servicio público, eso no obsta a que una materia pueda ser regulada de manera directa por la ley. En caso contrario, bastaría con regular algo, con otorgar una atribución a un servicio público y generar una veda -por decirlo de alguna manera- para legislar sobre la materia.
Por tanto, me parece que el proyecto no es inconstitucional. Y espero que ni el Gobierno ni un grupo de Senadores o Diputados recurran al Tribunal Constitucional, que se ha transformado, en los hechos, en el guardián del abuso en Chile. Y en este caso podría ser el guardián del abuso que se produce en la pesca de nuestro país.
Por cierto, se ha planteado que esta materia es propia de una ley de quorum calificado, pero tengo la convicción de que superaremos con creces esa votación, tal como ocurrió en su momento cuando el proyecto fue aprobado en la Cámara de Diputados.
Y al aprobarse el texto sin modificaciones, quedaría en condiciones de ser promulgado por el Presidente de la República, para convertirse en ley y entrar en vigencia.
La reflexión de fondo es cómo generamos condiciones para una pesca sustentable, pues el arte de pesca, la forma como se pesca, no es irrelevante para evitar la depredación de los recursos marinos.
La jibia en su momento fue considerada una amenaza, ya que obviamente tiene un carácter depredador para otras especies. Sin embargo, fue la depredación realizada por la pesca indiscriminada la que transformó a este recurso en la tabla de salvación de los pescadores artesanales.
¡No cometamos el mismo error!
Si no ha funcionado la legislación existente en materia de pesca de manera adecuada para la preservación de los recursos marinos, hoy estamos haciendo un cambio sustantivo en el paradigma regulatorio a través del establecimiento de una restricción en la forma como se pesca.
La línea de mano o potera es utilizada en países que tienen una enorme capacidad en este ámbito y una industria bastante consolidada, como Japón, China y, aquí al lado, Perú.
Por lo tanto, la reflexión consiste en si vamos a fortalecer la pesca selectiva o la de arrastre, toda vez que esta última es de carácter indiscriminado y genera un efecto depredador.
Yo me he reunido con representantes de los pescadores artesanales de mi región y de otras regiones. Y también he concedido audiencias -lo señalo con toda claridad, pues me las han solicitado en virtud de la Ley del Lobby- a personas que se oponen a este proyecto de ley, porque me parece que es de la esencia de la democracia escuchar las distintas visiones.
Me he formado la convicción de que esta es una buena iniciativa para nuestro país y, producto de ese convencimiento, concurriré a su aprobación.
Muchas gracias, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- No hay más inscritos.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor NAVARRO (Presidente accidental).- Terminada la votación.
--Se aprueba en particular el proyecto (27 votos a favor, 7 en contra, una abstención y un pareo), dejándose constancia de que se cumple con el quorum constitucional exigido, y queda despachado en este trámite.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste y Rincón y los señores Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Elizalde, Girardi, Guillier, Harboe, Huenchumilla, Insulza, Lagos, Latorre, Letelier, Montes, Navarro, Ossandón, Pérez Varela, Quintana, Quinteros y Soria.
Votaron por la negativa las señoras Aravena, Ebensperger y Von Baer y los señores Durana, Kast, Prohens y Pugh.
Se abstuvo el señor Sandoval.
No votó, por estar pareado, el señor Galilea.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).