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PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN DE EMBARAZO ADOLESCENTE


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, me llama la atención la oposición que hay respecto de este artículo, porque significa estar en contra de extender la educación en afectividad y sexualidad, por ejemplo, a séptimo y octavo básico.
Tenemos que hacernos cargo de los cambios culturales que han ocurrido en Chile y generar una legislación que efectivamente prevenga el embarazo adolescente.
Al parecer, en nuestro país todavía hay quienes creen que no conversar sobre el asunto -y quieren que sea un tabú, esconderlo bajo la alfombra- es la forma de prevenir el embarazo adolescente. Algunos buscan desconocer la importancia de la sexualidad y la afectividad y -lo más preocupante- se oponen a toda forma de educación para que los jóvenes ejerzan su sexualidad de manera responsable, con conocimiento de causa, conscientes de lo que ello representa.
Si se ocultan esos temas, ¡no podrán ser abordados!
Desafortunadamente, en Chile existen problemas de embarazo adolescente y también de enfermedades de transmisión sexual. Los casos han crecido de manera significativa en las nuevas generaciones, producto de que estos asuntos no se tratan, no se conversan.
Veo una profunda inconsecuencia cuando se plantea la necesidad de avanzar en el ejercicio de una sexualidad responsable, que sea expresión de la afectividad, pero se propicia no hablar de tales materias.
Pero aún, hay un profundo desconocimiento respecto de cómo han cambiado la cultura y las formas cómo los adolescentes se aproximan a la sexualidad. La sociedad hoy día es mucho más liberal, y eso exige, obviamente, más conversación, que estos temas se traten explícitamente y que se contribuya a una educación adecuada.
Por ello, creo que se genera una enorme contradicción entre quienes se están oponiendo al artículo 18 y el sentido y objetivo de esta iniciativa de ley.
He dicho.