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REAJUSTE DE MONTOS DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL Y DE DIVERSOS BENEFICIOS


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, la verdad es que me habría encantado que no hubiésemos llegado a esta sesión y que el proyecto anterior se hubiera despachado hace dos semanas. Esta sesión no debió ser necesaria.
Muchas de las cosas que se expresaron durante esta semana no debieron haberse dicho. No voy a repetirlas. Creo que hemos vivido la posverdad a lo largo de estos quince días.
Y lo lamento, sobre todo considerando que la posverdad la escuchamos de boca del Presidente de la República. Y no sé si lo manifestó porque tuvo mala asesoría o porque quiso.
Señor Presidente, si nosotros como parlamentarios hubiésemos rechazado la discusión del reajuste del salario mínimo, hoy día no estaríamos votando esta nueva propuesta legislativa.
Nosotros aprobamos el salario mínimo y lo hicimos en un monto que probablemente a ninguno de nosotros nos gusta, pues desearíamos tener un reajuste bastante mayor que el que estamos votando en esta Sala y el que votamos hace dos semanas.
Pero las cosas son como son y quien fija el monto es el Ejecutivo. Lo digo por experiencia propia. Me tocó ser parte de la Administración anterior.
A lo imposible nadie está obligado.
Un primer punto que debe quedar claro, señor Presidente, es que este Parlamento, Oposición y Gobierno, había aprobado un reajuste al ingreso mínimo.
Y el Ejecutivo, por tozudez, a través de un veto, pese a no contar con la mayoría, ¡insistió en su propuesta e imposibilitó que el proyecto fuera ley de la república y se promulgara!
Y aquí estamos.
Es cierto, Senador García -veo que acaba de salir de la Sala-, que muchos, de uno y otro lado, hicieron esfuerzos para construir acuerdos. Pero no fue posible.
Hoy día estamos discutiendo por segunda vez, gracias a un acuerdo que se ha construido entre todos, un reajuste al salario mínimo un poco mejor.
Creo que debemos hacernos cargo de lo señalado por la Senadora Provoste en su intervención y recoger en la próxima discusión sobre esta materia, que va a ser en dos años más -aquí hay varios colegas de la Comisión de Hacienda-, el problema respecto de nuestros adultos mayores, porque no podemos discriminar.
Tenemos que recoger el desafío que nos ha planteado la Senadora Provoste.
Asimismo, debemos hacernos cargo de otra afirmación que han expresado varios de mis colegas aquí.
Más de 800 mil trabajadores reciben el salario mínimo. Es verdad que muchos de ellos son remunerados por pequeños y medianos emprendedores, quienes hacen un tremendo esfuerzo. Pero también es cierto que un gran número de esos trabajadores labora en grandes empresas, y muchos de ellos son adultos mayores.
No sé si le ha pasado a alguno de los presentes que se les acerquen adultos mayores un fin de semana en un supermercado para decirles: "Yo trabajo aquí por el sueldo mínimo".
Entonces, no es cierto que solo los emprendedores remuneren con el ingreso mínimo.
Por lo tanto, enfrentamos grandes desafíos y deberemos hacernos cargo de ellos.
Hoy día yo voto que sí, pero hay muchas cosas que nos podríamos haber ahorrado si no hubiera habido tozudez.