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RECONOCIMIENTO Y PROTECCIÓN DE DERECHO DE IDENTIDAD DE GÉNERO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, antes de que empiece a contarse mi tiempo, quiero pedir a quienes nos acompañan hoy día en las tribunas que guarden silencio y, a todos los presentes en la Sala, que hagan un esfuerzo, por la importancia del asunto que nos convoca y porque merecen respeto quienes se ven afectados por este proyecto, que es tremendamente simple, pero que ha desatado pasiones a lo largo de su discusión.
Yo voy a hacer -con la venia de la Sala, señor Presidente- que durante mi intervención escuchemos algunos audios. Por eso, pido silencio a todos los Senadores y Senadoras y a quienes nos acompañan en las tribunas.
Queridas y queridos colegas, estimado Presidente:
Quiero dejar absolutamente claro que hoy, en esta Sala, estamos teniendo una discusión que irrespeta a los niños, niñas y adolescentes en su calidad de sujetos de derecho.
Seamos claros. Digamos la verdad. ¿Qué estamos discutiendo en este proyecto de ley? El derecho a la identidad de género.
¿Y qué significa aquello?
Dice el artículo 1°: "consiste en la facultad de toda persona cuya identidad de género no coincida con su sexo y nombre registral, de solicitar la rectificación de éstos" -el sexo y el nombre- en su partida de nacimiento.
¡Cambio del nombre y el sexo en la partida de nacimiento!
¡No otra cosa!
Digamos la verdad; no confundamos a los padres y madres de nuestro país.
Es totalmente falso que se esté aprobando el derecho a hacer operaciones quirúrgicas a los niños para cambiarles el sexo. ¡Eso es absurdo!
Mentir no es correcto. Menos, si lo que está en juego es el derecho de niños, niñas y adolescentes -de acuerdo a la Convención sobre los Derechos del Niño, son personas- que padecen de una disforia de género a tener un carné de identidad y un pasaporte que digan que se llaman como se sienten.
Señor Presidente, la disforia de género -es decir, la profunda disconformidad con la identidad masculina o femenina con la que se nace- ¡no se elige! ¡Se nace con ella! ¡Se padece en la vida, mientras no se obtenga un reconocimiento social y legal!
¡Quiénes somos nosotros los adultos; qué superioridad o poder tenemos para negar a otras personas, solo por ser niños, la simple facultad de solicitar al Registro Civil que su carné de identidad lleve el nombre y el sexo social con el que viven!
¡Quiénes somos nosotros para impedirles que la identidad social con la que viven sea también su identidad legal!
¡Eso es reconocer el género que sienten!
¡Es el respeto del género sentido!
De eso se trata esta iniciativa de ley, señor Presidente, no de permitir que se opere a niños para cambiar su cuerpo ¡por el simple capricho de "padres enfermos"!, como hemos leído en tantos correos que nos han mandado.
Cómo no votar a favor para evitar, por ejemplo...
--(Manifestaciones en tribunas).
La señora RINCÓN.- Pido silencio.
Cómo no votar, por ejemplo, para evitar a la concejala de Valparaíso señora Zuliana Araya que cada vez que asista a este Congreso y se identifique con su carné de identidad para ingresar tenga que explicar que es Zuliana, a pesar de que en su carné dice que es un varón y tiene otro nombre.
Debemos hacerlo por la dignidad de ella y de todas las personas que padecen disforia de género, más aún por los niños que desde mucho antes de los 14 años viven con esta disconformidad que no eligieron.
Lo contrario no solo sería inconstitucional por discriminatorio, no solo daría pie a sus padres a recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sino que nos haría muy difícil explicarles a cada uno de estos niños y niñaspor qué les negamos la posibilidad de que su carné de identidad diga lo que debe decir.
Señor Presidente, atendido el derecho que tienen los niños a ser escuchados en todas las instancias en las que se tomen decisiones que les afecten, pido a mis colegas que con respeto y silencio escuchemos a los niños que necesitan cambiar su nombre y sexo en el carné de identidad:
-"Hola, soy la Ema. Tengo 9 años y soy trans. Y me gustaría pedirles que por favor votaran por que la ley de trans saliera. Porque me gustaría tener mi nombre en el carné y que salga la ley para seguir ayudando a las demás personas trans. Y eso. Chao".
-"Hola, tengo 8 años y soy un niño trans. Quiero participar en los campeonatos de fútbol y de básquetbol. Y para eso en mi carné tiene que decir: "Eric"".
-"Soy Ariela Isabella. Tengo 10 años. Soy una niña trans. Nací en Chile pero vivo en Cochabamba, Bolivia, hace más de un año. Quiero pedirles su ayuda para que mi nombre aparezca en mi carné de identidad. Porque cuando viajo tengo que contarles a los policías que no soy Sebastián Eduardo. Y para estudiar tranquila mi mamá tuvo que hablar con muchas personas, explicándoles que no soy un niño como dice mi carné de identidad".
-"Hola, me llamo Alan. Tengo 13 años y soy un niño trans. Quiero que se apruebe la ley de identidad de género, porque estoy cansado de que cada vez que voy a un hospital tengo que explicarle a todo el mundo que no soy una niña, que soy un niño y que no soy Amparo y que soy Alan. Y nosotros tenemos derecho a ser reconocidos por nuestro género sentido".
-"Hola, soy Kira, una niña de 7 años y yo soy trans. Yo amo mi vida y me encanta ser libre. Y yo creo que todos los niños en Chile se merecen eso".
-"Hola, soy Ema y me gustaría que por favor supieran que lo que yo tengo no es una enfermedad, sino es una forma de pensar que yo tengo en mi corazón y en mi mente, y que solamente mi cuerpo nació no estando de acuerdo con mi mente y mi corazón. Y lo que para mí es ser trans es que tú tienes una forma de pensar distinta a tu cuerpo y que sigues luchando hasta que puedas".
Así como estos niños hay muchos más, señor Presidente.
Cuando estos chicos ya no pueden más, ¿saben lo que pasa? ¡Se suicidan! ¡Eso es lo que ocurre!
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- ¡Silencio, por favor, en las tribunas! Respetemos a la señora Senadora que está expresando su opinión democráticamente.
La señora RINCÓN.- Cuando estos niños no pueden decir lo que sienten, cuando no pueden identificar lo que son, muchas veces dan un paso más.
Yo, señor Presidente, no voy a cargar con las muertes de numerosos niños en mi conciencia...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- ¡Silencio, por favor! Este es un lugar donde se expresa la diversidad de puntos de vista y hay que hacerlo con respeto.
Continúe, señora Senadora.
La señora RINCÓN.- Yo espero, señor Presidente, que en este Congreso podamos debatir con altura de miras.
He escuchado bastantes testimonios como los de ellos durante la tramitación del presente proyecto de ley, y también antes. Hay numerosos menores como estos que merecen una oportunidad. No todos llegan a los 14 años.
Por ellos, y por muchos más, tenemos que legislar.
En consecuencia, hay que aprobar esta ley, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
El señor MONTES (Presidente).- ¡Silencio, por favor!
Debo decirles a quienes piensan de otra forma en las tribunas que tampoco pueden expresarse. La idea es que nadie lo haga con aplausos, con pifias, o de ninguna manera, para que sea posible escuchar los distintos puntos de vista.
¿Estamos de acuerdo en eso?
Mantengamos el silencio y el respeto, por favor.