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ADECUACIÓN DE REGLAMENTO DE SENADO A LEY N° 20.447


El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Proyecto de acuerdo, iniciado en moción del entonces Senador señor Escalona, que propone un conjunto de enmiendas al Reglamento del Senado con el objeto de adecuarlo a la ley N° 20.447, modificatoria de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, y que cuenta con informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
--Los antecedentes sobre el proyecto (S 1.500-09) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de acuerdo (moción del entonces Senador señor Escalona):
En primer trámite: sesión 37ª, en 31 de julio de 2012 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento: sesión 35ª, en 31 de julio de 2018.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo principal es justamente adecuar las disposiciones del Reglamento a los preceptos constitucionales y legales aplicables a esta Corporación.
La Comisión discutió la iniciativa solo en general, y, por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Allamand, Elizalde, Huenchumilla y Pérez Varela, la aprobó en general.
El texto que se recomienda acoger se transcribe en el primer informe y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
Nada más.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- En discusión general.
Puede intervenir el Honorable señor Huenchumilla.


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, el proyecto de acuerdo fue iniciado por una moción del entonces Senador señor Escalona presentada en julio de 2012.
Cabe señalar que en la exposición de motivos de la proposición se consignó que la ley N° 20.050, publicada con fecha 26 de agosto de 2005, introdujo importantes modificaciones a la Constitución Política de la República, algunas de las cuales incidieron especialmente en su Capítulo V, referido al Congreso Nacional.
Así, dicha reforma supuso, en el ámbito parlamentario, un reforzamiento de la potestad fiscalizadora o de control político de la Cámara de Diputados en los actos de Gobierno; eliminó la distinción entre legislatura ordinaria y extraordinaria, así como la figura de los Senadores designados y la de los correspondientes a derecho propio; reemplazó el mecanismo de provisión de vacante en un cargo parlamentario y permitió la renuncia a este por enfermedad grave impeditiva, y suprimió la residencia entre las exigencias de elegibilidad y estableció normas especiales sobre la incorporación de tratados al derecho interno y la participación del Congreso Nacional en la materia.
Con el fin de implementar todo lo anterior, el Congreso Nacional aprobó un conjunto de enmiendas a su Ley Orgánica Constitucional, las que se concretaron en la ley N° 20.447, publicada con fecha 3 de julio de 2010, en virtud de la cual se efectuaron adecuaciones de forma y fondo.
En ese contexto, la iniciativa que se somete a la consideración de la Sala postula que un número relevante de las modificaciones exigen una urgente adecuación del Reglamento del Senado, para que concuerde con lo dispuesto por el ordenamiento constitucional y legal vigente.
Con el propósito de lograr dicho objetivo, es indispensable realizar determinados ajustes al texto. Algunos de ellos tienen un carácter meramente formal, pues solo inciden en adecuaciones de nombre o de referencias normativas, mientras que otros, en cambio, apuntan a cuestiones de fondo y que dicen relación con la integración de la Corporación, los deberes de los parlamentarios, el funcionamiento de las Comisiones y, en especial, el desarrollo del procedimiento legislativo.
Entre las materias que se abordan en la proposición de acuerdo es posible destacar las siguientes: la distinción entre período legislativo y período de sesiones; la supresión de la referencia a los integrantes designados; la adecuación de la sesión de instalación; la obligación de los Senadores de efectuar sus declaraciones juradas de patrimonio e intereses, y su deber de asistir a las sesiones del Congreso Pleno, de Sala y de las Comisiones a las que pertenezcan, así como la obligación de comparecer ante la Comisión de Ética y Transparencia.
Asimismo, la moción propone normas específicas para regular la forma en que esta Corporación procederá cada vez que vacare un cargo de Senador.
Se refuerza, igualmente, la publicidad de las sesiones de Sala y se consagran las nuevas hipótesis que pueden dar lugar a la formación de una Comisión Mixta.
Por otra parte, se determinan las condiciones que se deben cumplir a fin de que la Sala autorice a una Comisión para refundir dos o más proyectos de ley.
Seguidamente, se sugiere adecuar las disposiciones reglamentarias relativas a la forma en que los parlamentarios pueden pedir informes o antecedentes a las entidades o empresas señaladas en los artículos 9° y 9° A de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional.
Se precisan, además, los distintos aspectos que se deberán considerar en los informes que elaboran las Comisiones y en la oportunidad en que un proyecto o una determinada indicación pueden ser declarados inadmisibles.
Luego, en materia de urgencias, se adecuan los plazos correspondientes a las calificaciones de "suma" y de "discusión inmediata". Asimismo, en concordancia con la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, se establece que el término del período de sesiones dará lugar a la caducidad de las urgencias.
En lo referente a votaciones y elecciones, se reitera el principio de publicidad, salvo respecto de aquellos pronunciamientos que la propia Ley Fundamental define como secretos.
Finalmente, la moción propone modificar el Título XVIII del Reglamento con el fin de precisar la forma en que se elige a los miembros de la Comisión de Ética y Transparencia, la manera en que se dará publicidad a sus decisiones definitivas y el deber de los Senadores de comparecer ante ella al concurrir determinados presupuestos.
La Comisión de Constitución analizó el proyecto y registró un consenso en cuanto a la pertinencia de concordar las disposiciones reglamentarias con las preceptivas de rango superior, particularmente por el significativo tiempo transcurrido desde que se introdujeron las modificaciones constitucionales y legales que atañen a la organización y funcionamiento de esta Corporación.
Se hizo notar, asimismo, que las enmiendas propuestas reflejan un importante nivel de coincidencia y responden, en su mayoría, a cambios de orden formal.
Se puso de relieve, además, la conveniencia de avanzar decididamente en la tramitación de la iniciativa, sin perjuicio de los aportes que se puedan formular, por la vía de indicaciones, en el curso de la fase reglamentaria de discusión particular, entre los cuales se cuenta la necesaria adecuación de algunas normas del proyecto a las disposiciones contenidas en la ley N° 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos de interés, preceptiva sancionada con posterioridad a la presentación de la moción.
En consecuencia, la Comisión, por la unanimidad de sus miembros presentes, Honorables señores Allamand, Elizalde y Pérez Varela, además de quien habla, aprobó en general la iniciativa y recomienda a la Sala proceder de igual forma, de manera de poder fijar un plazo, que sugerimos que sea de unos treinta días, para presentar las proposiciones de enmienda que sean pertinentes a fin de perfeccionar los aspectos del proyecto que lo ameriten.
Es cuanto puedo informar.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Desde ya, me parece del todo razonable la petición de un plazo para indicaciones de al menos treinta días. La iniciativa data de 2012, lo que implica un largo análisis.
El señor COLOMA.- ¡Es preciso votar primero!
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Por supuesto.
¿Le parece a la Sala abrir la votación?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, coincido, en general, con la urgente necesidad de adecuar nuestro Reglamento a muchas modificaciones legales, incluso de carácter orgánico constitucional, que dicen relación con el Congreso. Eso es bastante obvio.
Sin embargo, estimo que deberían incluirse dos aspectos, uno de los cuales se vincula con el establecimiento de principios básicos de derecho, en tanto que el otro se refiere a la actualización de materias.
Por lo pronto, cabe una reforma del artículo 11, de manera de permitir que un Senador independiente eventualmente constituya por sí solo un Comité, lo que hoy no ocurre, en tanto que ello sí es posible para un Senador perteneciente a un partido político. Lo anterior atenta contra el principio de igualdad.
Eso implica, además, un montón de consecuencias prácticas, como he podido comprobarlo personalmente a la hora de negociarse la conformación de las distintas Comisiones legislativas, a lo que se agrega la asignación de tiempo para las intervenciones y el ejercicio de otros derechos.
Me parece que un Senador independiente no tiene por qué contar con menos garantías que otro que milita en un partido político, institución que valoro, por cierto.
En seguida, creo que los hechos que hemos conocido en el último tiempo en materia de vulneración de sistemas de seguridad de bancos y otras instituciones hace esencial que la Comisión de Defensa actualice áreas prioritarias vinculadas con la seguridad y la defensa nacional. Ello dice relación con el concepto de ciberseguridad.
Hemos conversado con algunos Senadores acerca de la necesidad de contemplar el punto, sobre todo por sus consecuencias económicas, financieras, de seguridad y, eventualmente, bélicas. Conviene dar más relevancia a la ciberseguridad y agregar el término a la denominación de la Comisión de Defensa.
Son dos ideas que estimo que deberían incorporarse al Reglamento, que se está adaptando a las nuevas necesidades.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Si no hay objeciones, se abrirá la votación.
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Puede intervenir el Honorable señor Elizalde.


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, en el extremo inferior derecho de la portada del Reglamento -todos contamos con una copia en nuestras mesas- se lee: "Edición revisada a enero de 2018".
Acto seguido se dice: "Actualización: última modificación aprobada en sesión 49ª, del 2 de septiembre de 2015.".
Uno podría entender, por lo tanto, que el Reglamento está actualizado al año 2015. Efectivamente, se han incorporado todas las modificaciones que se le han hecho de forma directa.
No obstante, el Reglamento ha sido modificado tácitamente en virtud de las enmiendas constitucionales, de las recaídas en la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional y de otras reformas legales durante los últimos años.
Aun así, su texto no es concordante con normas de un mayor nivel jerárquico.
Eso podría generar, al momento de su aplicación, problemas no en cuanto a qué normas se aplican, sino por el hecho de que, de la mera lectura del Reglamento, podría creerse erróneamente que algunas disposiciones contenidas en él permanecen vigentes, en circunstancias de que han sido reformadas.
Por tanto, me parece imprescindible dar curso a esta modificación, que fue presentada el año 2012 por el entonces Senador Camilo Escalona, en su condición de Presidente de esta Corporación, con el objeto de que el texto de nuestro Reglamento tuviera total concordancia con las disposiciones constitucionales y legales vigentes.
Ese es el sentido, básicamente, de la aprobación general del proyecto de acuerdo.
El Presidente de la Comisión de Constitución, Senador Francisco Huenchumilla, planteó algo de toda lógica, que es abrir un plazo de indicaciones que permita aprovechar el impulso de la necesaria actualización formal del Reglamento, al objeto de que sus disposiciones tengan plena concordancia con las normas de mayor rango jerárquico, para debatir las eventuales modificaciones que propongan los Senadores, de manera de contar con un Reglamento que responda a los tiempos actuales.
Lo anterior nos posibilitaría ir más allá de la mera concordancia del Reglamento con las disposiciones vigentes e introducir otro tipo de cambios y reformas.
En tal virtud, me parece del todo razonable aprobar en general el proyecto de acuerdo, pero, al mismo tiempo, fijar un plazo para la presentación de indicaciones que nos permitan actualizar el Reglamento en otras materias.
De esa manera, podremos aprovechar el impulso, pues lo que indica la tradición del Senado es que pasa demasiado tiempo para que se vuelva a actualizar el texto reglamentario, de acuerdo a las necesidades que dictan los tiempos.
No voy a hacer referencia a algunas propuestas específicas que estamos trabajando, las cuales serán presentadas en el plazo destinado a las indicaciones, pero me parece que, además de aprobar el proyecto de acuerdo en debate, se hace necesario abrir, como propuso el Presidente de la Comisión de Constitución, un plazo para que tengamos muy pronto un Reglamento acorde con las necesidades de los tiempos actuales y, lo más importante, que tenga plena concordancia con las disposiciones constitucionales y legales vigentes, para que no se vayan a cometer errores al momento de su aplicación.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, a mí me parece que esta iniciativa apunta en el sentido correcto y, obviamente, considero razonables los treinta días que se han propuesto como plazo para indicaciones.
Yo quiero hacerme cargo, nada más, de un comentario que hizo el colega que me antecedió en el uso de la palabra, para no entenderlo de una manera diferente.
Una cosa es que algunas reformas tácitas no figuren en nuestro Reglamento; otra es que tengan o no vigencia.
Por ejemplo, en lo que respecta a las urgencias, si uno mira el texto reglamentario, se da cuenta de que estas no se han modificado, pero, como se cambió la ley respectiva, hoy día los plazos se aplican conforme a la lógica de los nuevos diseños y la nueva ley orgánica constitucional que se planteó en su momento.
Digo esto para que se entienda que el hecho de no haber cambiado el Reglamento no significa que no se respete la reforma tácita -como bien se ha dicho- que sí se ha producido en el texto legal.
El Reglamento es una especie de compendio que hace las normas más entendibles.
Por lo tanto, a mí me parece correcto -y también lo hemos hecho en otras oportunidades- revisar si hay otros aspectos de funcionamiento que sean susceptibles de modificar.
Si Sus Señorías ven el Reglamento del Senado de 1989 -tengo la suerte de conservarlo-, advertirán que tiene grandes diferencias en torno al uso de los tiempos, los cuales eran completamente distintos. Las intervenciones podían durar el doble que las actuales, y existían también los primeros y segundos discursos, por lo cual las sesiones eran bastante más largas.
Hoy día eso es mucho más restringido, lo cual tiene que ver quizá con el mejor uso de los tiempos, y me parece bien evaluarlo siempre.
En consecuencia, apoyo esta propuesta, pero quiero dejar claro que el Reglamento tiene que ser modificado específicamente, porque, de lo contrario, no es posible incorporar enmiendas tácitas -así dice la norma- que se hayan planteado, sin perjuicio de lo cual se aplican.
Eso es lo importante: no por el hecho de que ciertas normas no estén en el Reglamento dejan de aplicarse.
Y el ejemplo que puse acerca de las urgencias es la mejor forma de entender esta realidad.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, me parece oportuno iniciar un proceso de perfeccionamiento de todo el sistema vinculado al Reglamento del Senado.
En lo personal, quiero referirme, fundamental y esencialmente, al TÍTULO IV, de las COMISIONES, que se refiere a la regulación y al funcionamiento de tales órganos técnicos y que va desde el artículo 27 al 53.
Particularmente, en el Reglamento del Senado hoy día se consultan 22 Comisiones permanentes, todas ellas vinculadas a materias propias de su correlación con las instancias ministeriales y otras áreas específicas que esta Corporación ha estimado oportuno establecer, entre ellas, por ejemplo, una que reviste especial significación durante el último tiempo por poner temas relacionados con el futuro, como es la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Quiero hacer mención a este tema en particular, pues el artículo 28 del Reglamento señala que "El Senado podrá encargar el examen de un asunto a dos o más Comisiones unidas, y nombrar Comisiones especiales o promover la designación de Comisiones mixtas".
Cuando me refiero a las Comisiones especiales -y me parece muy bien el plazo de treinta días para los efectos de ingresar indicaciones-, debo recordar que, de repente, emergen problemas que requieren de parte de esta rama legislativa reacciones oportunas.
Un grupo de Senadores planteamos hace bastante tiempo la idea de constituir una Comisión especial en torno a las temáticas del adulto mayor. Y hablábamos de una Comisión especial para destrabar una serie de materias de orden legislativo que se encuentran en las diferentes Comisiones y que no tienen la prioridad que corresponde.
Sin embargo, hoy día esos 3,5 millones de chilenos nos están demandando permanentemente por diferentes circunstancias. Todos en nuestras circunscripciones hemos sostenido constantes reuniones con grupos de personas que legítimamente nos exigen planteamientos más concretos.
No quiero que vuelva a ocurrir lo que les pasó a don Jorge Olivares, de 84 años, y a la señora Elsa Ayala, de 89, el pasado 21 de julio, lo que originó sendas notas de prensa: la muerte de la mujer a manos de su marido y, posteriormente, el suicidio de don Jorge.
Este incidente, protagonizado por ambos adultos mayores -él de 84 años y ella de 89-, generó grandes notas de prensa, comunicaciones, reportajes, demandas, en fin.
Nuestra sociedad y nuestro país están, progresivamente, avanzando en esta dirección.
Hace pocos días vimos lo acontecido con don Daniel Castillo, de 93 años, y la señora Inelia Miranda, de 87, ambos habitantes de la Región de Coquimbo. La señora fallece por una falla sistémica y, probablemente a consecuencia de ello, el marido muere de un ataque cardíaco.
¿A qué quiero referirme, señor Presidente, y qué tiene que ver la reforma al Reglamento con los adultos mayores?
Fundamentalmente, creo que nosotros debiéramos tener cierta flexibilidad para ver cómo reaccionamos, como institución, frente a una realidad que el país nos muestra en forma cotidiana, pues cada uno de nosotros se ha visto demandado en su circunscripción por muchos adultos mayores que, legítimamente, plantean sus requerimientos.
Por lo tanto, presentaremos las indicaciones pertinentes para determinar en cuánto tiempo el Senado debe pronunciarse, a raíz de lo dispuesto en el artículo 28, cuando señala que podrá encargar el examen de un asunto a dos o más Comisiones unidas o crear Comisiones especiales.
Por lo tanto, la idea es tratar de establecer algunos pronunciamientos, por la vía reglamentaria, sobre este particular.
Creo que el ejemplo que estoy dando respecto de la situación de los adultos mayores y de sus demandas es pertinente.
Sobre este tema, quiero destacar el permanente trabajo que han realizado la Unión Nacional de Pensionados, una institución muy antigua y la más grande de Chile en esta materia, y otras tantas más que se han ido activando a lo largo del país, lo que también habla de la necesidad de que nosotros, como Senado, encontremos respuestas a este problema.
Como he señalado, presentaremos indicaciones a objeto de lograr que estas decisiones se construyan en los plazos apropiados, para que, en definitiva, las Comisiones especiales -que, junto a las permanentes, generan una gran agenda de trabajo- se constituyan de manera oportuna, contando con las voluntades de parlamentarios de todas las bancadas, que ya han manifestado estar absolutamente disponibles para estos esfuerzos cuando se trate de materias tan acotadas.
Nuestras indicaciones, señor Presidente, tendrán el propósito de resguardar en el Reglamento el pronunciamiento del Senado cuando existan estas formales peticiones respecto de Comisiones especiales, más aún cuando tenemos tan presentes situaciones como las que he señalado respecto de los adultos mayores y que he graficado con estos lamentables y dramáticos hechos que involucran a un sector de la población que crece progresivamente en nuestro país.
Por todo lo anterior, nos parece muy bien el proceso de presentación de estas modificaciones.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- ¡Jorge Mateluna es inocente y lo vamos a probar! Señor Presidente, una de las primeras medidas que voy a proponer es que la impresión del Reglamento del Senado esté acorde con la Ley de Inclusión, que ya lleva un año, como se lo comentaba recién a la Senadora Provoste, porque el tamaño de la letra es ínfimo y dificulta mucho su lectura, aun con el auxilio de lentes.
¡Debiéramos tener un Reglamento acorde a aquellos que en esta Sala ni aun con lentes pueden leer esta letra tan minúscula!
En segundo lugar, creo que las Comisiones especiales a las cuales se ha referido el Senador Sandoval, mencionadas en el artículo 28 del Reglamento, pueden ser modificadas y ampliadas.
Hoy día tenemos una Comisión especial encargada de tramitar proyectos de ley relacionados con los niños, niñas y adolescentes. Y está, asimismo, la Comisión Especial de Zonas Extremas y Territorios Especiales.
Me parece muy necesario adecuar, no el número de Comisiones, sino las temáticas a las cuales dichos órganos técnicos deben abocarse: los temas ciudadanos.
Uno de ellos se relaciona con las personas con condiciones especiales o con discapacidad.
El 10 por ciento de los chilenos posee una condición de discapacidad -es decir, cerca de 2 millones de personas-, y no hay en esta Corporación, a diferencia de la Cámara de Diputados, una Comisión que permita abocarse al tratamiento de los proyectos de ley relacionados con esta materia y que demuestre preocupación de un órgano representativo de la ciudadanía, como es el Senado de la República, por los ciudadanos y ciudadanas que enfrentan condiciones especiales.
Además, existe un reclamo permanente respecto al retraso de las iniciativas que hoy día se encuentran en el Senado, lo que revela la necesidad de incorporar una Comisión encargada de tratar los asuntos de discapacidad y que lleve adelante la discusión de la creación de un servicio nacional o una subsecretaría específica.
En nuestro país la tasa de envejecimiento indica que los adultos mayores sobrepasan los 2,6 millones, y todavía no contamos con una política pública destinada al envejecimiento masivo y progresivo de la población. No hay ergonometría adecuada para ellos, ¡para qué decir médicos geriatras!
Chile, señor Presidente, cuenta con ochenta y tres médicos geriatras para atender a esos 2,6 millones de adultos mayores, lo que revela una falta de política pública, un descuido y la nula proyección hacia el futuro que, de manera responsable, se debe construir: un país acorde a las condiciones de estos casi 3 millones de chilenos que hoy, no mañana, poseen requerimientos especiales debido a su edad.
Y algo similar ocurre respecto de la discapacidad.
Espero que podamos discutir -por cierto, entiendo que el Reglamento está abierto a recibir otras enmiendas, al margen de las planteadas en el proyecto de acuerdo- la creación de Comisiones permanentes sobre estos temas.
También estamos preocupados de los problemas que afectan a la infancia.
Personalmente, cuando presidí la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía, y luego de nueve sesiones especiales realizadas en este Hemiciclo, propuse la creación de una Comisión permanente de infancia, que tuvo como resultado la Comisión especial encargada de tramitar proyectos de ley relacionados con los niños, niñas y adolescentes, antes mencionada.
Si bien fue una buena iniciativa, no es una Comisión permanente, por lo que creo oportuno discutir cómo hacemos para dejar de manera estable Comisiones encargadas de infancia, de discapacidad y de los adultos mayores, que puedan abordar temas muy específicos, tal como se ha planteado en la Sala.
Por cierto, como hay varios Senadores que asienten y han demostrado su preocupación, me parece que podemos ponernos de acuerdo y presentar una indicación colectiva en esa dirección. ¡Esta es la oportunidad! El Reglamento se reforma muy de vez en cuando. Por lo tanto, no podemos dejar pasar la posibilidad de crear Comisiones en estos ámbitos y en otros que hubiere. Pero creo que el problema se acota en esas temáticas, que considero insoslayables.
Por eso, señor Presidente, me parece bien el plazo de indicaciones propuesto. Y espero que no surja en el debate la idea de que ya existen muchas Comisiones. Las hay de acuerdo a las necesidades que el país manifiesta, sobre las cuales hay que legislar y hacer un trabajo con profesionalismo, detención, profundidad, responsabilidad y atención especial. Los tres grupos que he señalado -infancia, discapacidad o personas con condiciones especiales, más los adultos mayores- nos lo van a agradecer.
Hemos asistido a la creación de la Federación Nacional de Adultos Mayores de Chile. Es el rango etario que está más organizado. Los chilenos se están reuniendo en los clubes de adultos mayores. Y como han dicho muchos especialistas, ellos ya no quieren una torta o que se les visite: quieren que se les enseñe, volver a estudiar, tratar su condición actual en materia social, en materia sexual, en materia previsional, en los temas de plenitud y desarrollo de esa etapa de la vida, a la cual ineludiblemente todos avanzamos.
Por tanto, yo espero que tengamos consenso a la hora de hacer esas propuestas y que esta reforma al Reglamento constituya no solo una modernización del Senado, sino una socialización ciudadana. La idea es contar con un Senado más cercano a los ciudadanos.
Ojalá pudiéramos incorporar la obligación de que las Comisiones vayan a regiones, porque cada vez que queremos ir a ver un tema que es nítido...
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
Tiene un minuto para concluir.
El señor NAVARRO.- Gracias, señor Presidente.
Es necesario incorporar la obligación y el deber de que las Comisiones, tratándose de temas de carácter regional, visiten distintas zonas del país, porque para hacerlo hay que pedir autorización a la Sala.
El Senado en regiones, el Senado junto con la ciudadanía va a ser más respetado.
Creo que también debería existir una Comisión de audiencias públicas, pues no hay quién atienda a la gente cuando visita el Congreso.
A mi juicio, los Senadores podríamos tener una vez al año la oportunidad de destinar tres horas de nuestro trabajo a conformar una Comisión especial de audiencias públicas, para que la ciudadanía venga y plantee sus problemas y estos se deriven a las Comisiones especializadas.
Más cercanía con la ciudadanía les va a hacer muy bien al Senado, al país y a la política, señor Presidente.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- En este momento tenemos en la Sala la cantidad precisa de señoras y señores Senadores para tomar acuerdos.
¿Les parece si fijamos como plazo de indicaciones el lunes 3 de septiembre?
--Así se acuerda.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Finalmente, tiene la palabra el Senador señor Huenchumilla.


El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, creo que la importancia de un Reglamento en un órgano del Estado, como es el Senado, radica en que las democracias toman decisiones colectivas obligatorias, que en este caso se transforman en leyes a través de un sistema bicameral, donde nuestra Corporación juega un rol fundamental en los acuerdos colectivos que se producen a lo largo de la tramitación de un proyecto.
Ahora bien, regular el funcionamiento de un órgano colegiado no es una tarea fácil en ninguna organización social.
Los órganos unipersonales cuentan con un sistema mucho más simple en la toma de decisiones. Y la pregunta es cuál es el procedimiento que debe existir en un órgano colegiado para compatibilizar los intereses de los órganos unipersonales que concurren a la voluntad colectiva para tomar una decisión, en este caso como Senado de la República.
Nosotros tenemos un paraguas constituido por: primero, la Constitución Política de la República, donde se encuentran señaladas las normas generales que regulan nuestro funcionamiento; segundo, la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, y finalmente, una serie de otras leyes que inciden en distintos ámbitos. Pero, básicamente, el núcleo central son la Constitución, la Ley Orgánica y, por supuesto, el Reglamento, que entra al detalle de la manera como funcionamos.
Entonces, el reglamento tiene que ver con una cuestión de procedimiento relacionada con el modo en que funciona este órgano colectivo para resguardar los derechos de cada uno de los Senadores y que se traduce en que sea respetado, tratado en forma igualitaria y que las decisiones se adopten de manera transparente, de tal modo que pueda desarrollar su labor evitando los conflictos que pueden suscitarse en un órgano integrado por 43 parlamentarios.
Por lo tanto, a mí, como Presidente de la Comisión de Constitución, y al resto de sus miembros, nos pareció que era necesario sacar adelante este proyecto, que estaba ahí desde el año 2012 pero que se refiere a cambios introducidos en nuestra legislación por la reforma constitucional del 2005, para poner al día el reglamento, sobre todo cuando estamos pasando por situaciones difíciles desde el punto de vista de la fiscalización de la opinión pública en cuanto a lo que son nuestras actuaciones. Por consiguiente, hay ciertas materias que ameritan ser incorporadas en nuestro estatuto interno para evitar la conflictividad que se puede producir entre nosotros mismos respecto de determinadas materias o acciones. El Senado no es una institución jerarquizada porque aquí somos todos pares: no hay un jefe de los Senadores.
En consecuencia, es preciso establecer adecuaciones que nos permitan una buena convivencia. Y para ello los procedimientos son claves.
Por eso, en todos los órganos que deben tomar decisiones son muy importantes tanto la legislación sustantiva como la legislación procesal. Es lo que ocurre, por ejemplo, en los tribunales de justicia, donde el derecho procesal es igual de relevante que el derecho sustantivo. Y esto, porque los procedimientos permiten saber que cada miembro está siendo respetado en sus derechos y que entre todos se pueden evitar colisiones. No hay zonas opacas.
Ciertamente, el Senado se prestigia si tenemos claridad en nuestros procedimientos. De ahí que, en estos cuatro meses que llevo como Senador, haya concluido que resulta necesario entrar en este tema.
Los colegas tendrán treinta días para presentar indicaciones que reflejen sus puntos de vista, para que podamos contar con un reglamento del siglo XXI que, ojalá, se haga cargo de todo lo acaecido en estos últimos quince años, lapso en el que hemos estado en el tapete de la opinión pública por distintas razones.
En definitiva, si perfeccionamos nuestros procedimientos internos y nuestra convivencia y resolvemos los puntos críticos que estamos viviendo hoy día en muchas materias -los señores Senadores saben a cuáles me estoy refiriendo-, tendremos la oportunidad de disponer de un estatuto que nos permita tomar decisiones colectivas obligatorias en el ámbito de la legislación, en el ámbito de nuestras distintas atribuciones constitucionales, y en el ámbito de nuestra función parlamentaria, que prestigie al Parlamento y que nos permita decirle a la opinión pública que nos hemos puesto al día y ahora nos hallamos regulados por un cuerpo reglamentario que da cuenta del nuevo mundo que estamos viviendo, con claridad, con transparencia, con democracia interna y con respeto para todos.
Eso, al final, va a redundar, creo yo, en un mejor trabajo del Senado de la República.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Sin duda, tenemos por delante una gran labor, que deberá realizarse dentro de los plazos acordados.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (22 votos a favor y un pareo).
Votaron por la afirmativa las señoras Aravena, Ebensperger, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste y Rincón y los señores Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, Guillier, Huenchumilla, Insulza, Letelier, Navarro, Ossandón y Sandoval.
No votó, por estar pareado, el señor Quinteros.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Les recuerdo a Sus Señorías que ya se fijó plazo para formular indicaciones, el cual se estableció hasta el lunes 3 de septiembre.