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CREACIÓN DE MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


El señor MONTES (Presidente).- Informe de Comisión Mixta recaído en el proyecto de ley que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.101-19) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En primer trámite: sesión 83ª, en 24 de enero de 2017 (se da cuenta).
En tercer trámite: sesión 88ª, en 7 de marzo de 2018.
Informes de Comisión:
Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación: sesión 39ª, en 16 de agosto de 2017.
Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación (segundo): sesión 71ª, en 12 de diciembre de 2017.
Hacienda: sesión 71ª, en 12 de diciembre de 2017.
Mixta: sesión 20ª, en 30 de mayo de 2018.
Discusión:
Sesiones 46ª, en 13 de septiembre de 2017 (se aprueba en general); 74ª, en 20 de diciembre de 2017 (queda pendiente la discusión en particular); 75ª, en 20 de diciembre de 2017 (se aprueba en particular); 88ª, en 7 de marzo de 2018 (se rechazan las modificaciones de la Cámara de Diputados y el proyecto pasa a Comisión Mixta).
El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Las divergencias suscitadas entre ambas Cámaras derivan del rechazo por parte del Senado, en el tercer trámite constitucional, de las enmiendas recaídas en determinados artículos, que son el inciso segundo del artículo 9°, contenido en el número 4) del artículo 23, que ha pasado a ser artículo 24; y la incorporación de un artículo sexto transitorio, nuevo.
La Comisión Mixta, como forma de resolver las divergencias, adoptó los siguientes acuerdos:
1) Incorporar un artículo 9°, nuevo, referido a la creación de un Consejo Asesor Ministerial.
2) Introducir dos enmiendas al artículo 14, que ha pasado a ser 15.
3) En el artículo 24, que ha pasado a ser 25, sustituir su numeral 4) por otro que remplaza el artículo 9°, sobre financiamiento de los proyectos y programas.
4) Incorporar un artículo sexto transitorio, nuevo.
La Comisión Mixta adoptó este acuerdo por la unanimidad de sus miembros, Senadores señora Goic y señores Chahuán, Coloma, De Urresti y Girardi, y Diputados señora Hoffmann y señores Jackson, Mellado, Rosas y Torres.
Nada más, señor Presidente.
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El señor MONTES (Presidente).- Antes de iniciar el debate, quiero saludar a la delegación del 2° Nivel Medio del CEIA "Teresa Moya Reyes", de Puente Alto, que viene encabezada por la señora Susana Fuentes.
¡Sean bienvenidos!
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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El señor MONTES (Presidente).- En discusión el informe de la Comisión Mixta.
¿Señor Ministro, usted quería hablar en primer lugar?
No hará uso de la palabra.
¿Habría acuerdo de la Sala para abrir la votación?
Acordado.
En votación.
Tiene la palabra el Senador señor De Urresti.
--(Durante la votación).


El señor DE URRESTI.- Señor Presidente, estamos llamados a votar las propuestas de la Comisión Mixta recaídas en el proyecto que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en lo cual el Senado concurrió como Comisión Desafíos del Futuro.
Considero que se ha logrado un acuerdo sustancial.
Esta iniciativa fue debatida durante largos años. De manera inédita, en ello se contó con la participación del mundo científico. Y quiero saludar a todas y a cada una de las sociedades, instituciones, gremios, colegios profesionales, rectores, académicos, que han participado permanentemente en esta Comisión -lo consigna precisamente el informe- y que han permitido dar a luz un proyecto que, sin lugar a dudas, es único en nuestro país.
Muchos discutimos en relación con la necesidad de seguir creando o no una institucionalidad que se transformara en ministerios. Y, claramente, ha habido un consenso transversal para contar con un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que será un instrumento que ordene la gran dispersión existente principalmente en materia de centros de investigación, de políticas de investigación; que le dé un rol relevante a CONICYT y una articulación nacional a la ciencia, a la investigación y al desarrollo tecnológico.
Considero que los tres puntos consignados por el Secretario van en la línea correcta de definir lo que efectivamente nos convocó.
En primer lugar, respecto a la distribución regional de la representación, es importante que, junto con el Ministro Blumel, presente en la Sala, quien participó en la discusión -por su intermedio, señor Presidente-, entendamos que más que seremías necesitamos centros referenciales que ayuden a detonar y a potenciar la investigación en cada una de las regiones donde va a comenzar su instalación.
Claramente, hay regiones que tienen una mayor densidad en términos de cantidad de universidades, de centros de investigación en su territorio. Y ahí debiéramos tener una contraparte, no simplemente una seremía de turno, una instancia burocrática.
Eso es lo primero.
Quiero hacer una referencia al menos a aquellas regiones donde se ha avanzado en centros regionales y en universidades instaladas con capacidad. Lo que hemos hecho en Valdivia, en la Región de Los Ríos, creo que es señero no solo con la red de investigadores, la universidad y el centro de estudios científicos, sino también con la densidad que se va generando en torno a ese entramado.
En segundo lugar, en materia de patentamiento creo que se llegó a una instancia adecuada, que permite valorar los aportes estatales y también generar incentivos para la investigación y ese patentamiento.
Por último, lo relativo al Consejo Asesor de miembros que colaborarán con el Ministerio también es una medida relevante, en la cual pusimos el acento en que exista pluralidad, diversidad y representación regional de las distintas expresiones de la ciencia y la investigación de nuestro país.
Este es un paso importante: creo que es un buen día para la ciencia, para la tecnología.
Quiero reconocer, además de la labor desarrollada por el mundo científico, el trabajo de nuestra contraparte desde el Ministerio, especialmente Mario Hamuy -seguramente estará siguiendo esta discusión en algún lugar-, quien desde CONICYT fue tremendamente significativo a la hora de articular y llevar a buen puerto este Ministerio.
Vamos a votar absolutamente a favor, señor Presidente, como una política de Estado. Se trata de un Ministerio que debiera apalancar, dirigir y coordinar la ciencia, la tecnología, la innovación. Y este país tendría que atender, reconocer al mundo de los investigadores, de los científicos, de los innovadores con instrumentos efectivos, con instrumentos de respaldo y con una institucionalidad que no sea una maraña burocrática.
Ministro: a usted, como Ministro y como Gobierno, le corresponderá implementar esta política. Y ojalá que tengamos a los mejores y que demos una señal de modernidad a este país.
No me cabe duda de que el informe de la Comisión Mixta será apoyado por unanimidad, pero es clave la instalación: que los doctorados, que los posgrados, que la gente que hace ciencia, investigación, innovación no tenga que verse nuevamente expuesta a esa infinidad de oficinas, programas, proyectos o, a veces, a la desolación de retornar a Chile luego de importantes becas, sin tener trabajo.
Que también -y con esto termino, Ministro-, junto con el respaldo unánime que se le va a dar a este informe, cuando discutamos a final de año el proyecto de Ley de Presupuestos, otorguemos un incremento efectivo para que este país pueda tener futuro en la ciencia, en la tecnología y en la investigación.
Voto a favor.
El señor MONTES (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, estamos frente a un día histórico para la ciencia, un día histórico para Chile. Y es bueno recordar esta lucha persistente que se dio desde la Comisión Desafíos del Futuro para que, en definitiva, tuviésemos un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Es necesario también recordar el primer proyecto presentado por el Presidente Piñera durante su Gobierno, y la iniciativa propuesta por el Gobierno de la Presidenta Bachelet, que es la que estamos votando hoy día, y la movilización de los científicos en las distintas regiones de Chile.
Es el momento de pensar en que este es el chasis institucional que nuestro país necesita para cambiar el modelo de desarrollo que tenemos.
Nuestro país es extractivista, ha centrado su modelo de desarrollo en la extracción de materias primas y su exportación. Y hoy día, el gran llamado es a que, a través de este chasis institucional, seamos capaces de generar un proceso continuo de agregación de valor que nos permita dar un salto cualitativo y cuantitativo al desarrollo. Y los países que han decidido invertir en ciencia, tecnología e innovación son los que lo han hecho.
Quiero recordar que en la década del 70 Corea del Sur tenía un diagnóstico similar al nuestro: un país altamente concentrado, que no tenía desarrollo de sus territorios fuera de la región metropolitana y que no invertía en innovación.
Pues bien, ¡Corea del Sur dio el salto! Fue capaz de generar un modelo policéntrico, de invertir fuertemente en innovación, y hoy día es el país que ostenta la mayor inversión en el área, lo que le ha permitido tener un desarrollo sostenible y sustentable.
¡Ese es uno de los desafíos de nuestro país!
Chile tan solo invierte el 0,46 por ciento del PIB en innovación. Por tanto, nuestro gran desafío, aparte de este chasís institucional -este Consejo Asesor que se crea en virtud del acuerdo suscrito en la Comisión Mixta-, es aumentar la inversión en el futuro, aumentar la inversión en innovación.
Tal como sostuvo el Presidente Piñera en el anterior Congreso del Futuro, no se trata solo de invertir más, sino de apuntar en qué invertir.
Y, en ese contexto, lo que estamos viviendo hoy es un cambio -esperamos- estructural desde el punto de vista de cómo enfocamos nuestro modelo de desarrollo. No basta con ese chasís institucional nuevo. No basta tan solo con nuevos recursos. Se requiere también un cambio cultural en cuanto a poner en valor la innovación.
Ese es uno de los grandes desafíos que enfrentamos.
En la Comisión Mixta, con la generosidad de los Diputados y Senadores que intervinimos en dicha instancia legislativa, se logró llegar a un acuerdo para resolver algunos nudos críticos del proyecto, uno de los cuales era, por ejemplo, el que decía relación con las patentes.
En tal sentido, se estableció un sistema en el que el Estado pudiera aportar, pudiera aventurarse en una innovación. Pero, a la vez, se dispone que al Estado le sea posible hacer uso de una patente en caso de que, finalmente, el innovador decidiera no registrarla. En el fondo, se plantea una suerte de asociación entre el Estado y el innovador para generar las condiciones de apostar a la innovación.
Un segundo elemento interesante es el relativo a la creación de un Consejo Asesor ministerial. Se trata de un elemento nuevo en el proyecto, que no figuraba dentro de los temas en que hubo conflicto entre la Cámara de Diputados y el Senado. Pero entre los integrantes de la Comisión Mixta hubo disposición unánime para incorporarlo dentro del trámite legislativo.
¿Y qué nos va a permitir esto?
Tener un Consejo Asesor del Ministro, integrado por nueve miembros. Será presidido por el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, a quien lo acompañarán ocho miembros elegidos por parcialidades. Los primeros cuatro durarán dos años en sus cargos, y luego se van a ir renovando cada dos años por mitades, para los efectos de que haya continuidad en las políticas públicas.
Finalmente, deseo advertir lo siguiente.
Estamos ante un momento histórico, porque los países que han apostado a la innovación han sido capaces de generar, a partir de ello, una política pública.
Cabe mencionar de nuevo el caso argentino, donde se invierte el uno por ciento del PIB. Pero, además, el Presidente Macri fue capaz de mantener al Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Hubo un cambio de signo político y el nuevo gobernante transandino optó por mantener a dicho Secretario de Estado, porque apostó a que esta era una política pública de largo aliento. Asimismo, se estableció una política de migración dirigida a fin de generar doctores en ciencias, masa crítica en Argentina.
En definitiva, logró apostar en una de sus materias primas, el litio (cabe recordar que Argentina es uno de los países que poseen una alta concentración de reservas de ese mineral), para desarrollar en un mediano plazo baterías de litio y autos eléctricos que las ocupen.
Por tanto, hay que imitar los ejemplos exitosos.
Chile tiene la oportunidad de apostar a la innovación.
Chile tiene la oportunidad de apostar a un proyecto colectivo de nación con una mirada de largo plazo.
Chile tiene la oportunidad hoy día de consolidar un chasís institucional que le permitirá, a partir de los recursos que aportemos en las leyes de Presupuestos futuras, alcanzar un desarrollo increíble.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, esta es una muy buena noticia para Chile. Porque pienso que estábamos, y todavía estamos, autocondenándonos a ser rehenes del pasado y a no ser partícipes del mundo, no digo del que viene, sino del mundo actual.
Siempre sostengo que el futuro ya no está delante, sino que es contemporáneo y que va en paralelo al presente. Es más, el futuro está definiendo nuestro presente.
La sociedad que viene, no solo la economía, sino también la cultura, la sociedad, la política, vivirán un fenómeno totalmente disruptivo. La robótica transformará la empleabilidad de manera dramática: en los próximos 20 años desaparecerá la mitad de los empleos.
Los fenómenos de la inteligencia artificial van a poner en cuestión todo el chasís institucional, incluidos la política, los parlamentos, los diarios, las religiones, en fin. De modo que ese chasís institucional deberá reconvertirse a un mundo más horizontal, más colaborativo.
Asimismo, van a cambiar la manera de educar a los niños; los procesos educativos de las universidades, que siguen haciéndose desde las especialidades; las relaciones padre e hijo. El mundo entero se va a modificar. Muchos humanos serán económica y militarmente inútiles y serán remplazados por el ciberespacio, por la ciberseguridad, por los drones.
Sin embargo, en ese mundo a Chile se le presentan oportunidades únicas, que -como siempre señalo- jamás tuvo en el siglo XX y que muy pocas sociedades poseen en el siglo XXI. Ello, gracias a su geografía, a sus territorios.
Por eso, nuestro país ha de encauzar un proyecto desde los territorios y no desde una visión administrativa de las regiones. Son los territorios los que le dan a Chile -como les dieron a las naciones de la península arábiga la riqueza del petróleo- riquezas inconmensurables.
En tal sentido, tenemos la energía solar para toda la humanidad: la mayor irradiación solar está acá.
Aquí se encuentra la mayor ventana al universo cuando el desafío de la humanidad es la urgencia de explorar el espacio, no solo por la minería espacial, por la búsqueda de otros recursos, sino porque el ser humano está conminado a explorar en el breve plazo otras latitudes, otros planetas.
Asimismo, está el tema alimentario. En este sentido, Chile va a ser un eje central en la alimentación del futuro por sus concentraciones de EPA y omega 3.
Tenemos ventajas en todo lo que dice relación con la electromovilidad. En nuestro país se encuentra el único cobre que se puede procesar con fundiciones solares. Además, está el litio para fabricar las baterías requeridas en la electromovilidad.
También están en Chile los laboratorios naturales para estudiar las catástrofes del siglo XXI. El cambio climático será catastrófico, y nuestro país es el que tiene la mayor experiencia en resiliencia frente a catástrofes, por su sismología, por sus volcanes.
Se encuentra el laboratorio natural para estudiar el cambio climático en la Patagonia Subantártica. Y contamos con los recursos más importantes de agua pura del planeta.
Pero ¿qué requiere todo aquello?
Requiere que entendamos que Chile debe cambiar.
Se precisa otra educación. Las profesiones, la educación han de estar en función de la vocación de uso de los territorios. No puede aplicarse la misma educación, no pueden ser los mismos profesionales, los mismos técnicos, las mismas políticas, las mismas normas para el desierto de Atacama que para la Patagonia Subantártica. La única manera de expresar esas potencialidades es generando una visión de proyecto país, que es una sumatoria que parte de las vocaciones de uso de sus territorios.
El elemento central y la economía del futuro son las ciencias y los datos. Y a Chile le corresponde estar a la vanguardia de eso. ¡Y lo podemos hacer! ¡Ello depende de nosotros!
En consecuencia, es fundamental este primer paso, de tener una institucionalidad de ciencia. Pero esta debe venir acompañada de un presupuesto que se haga cargo de ello.
Aprovecho la presencia de los Ministros para advertir que todo esto será una cosmetología si mantenemos una inversión de 0,34 o 0,38 por ciento del producto interno bruto destinada a la innovación, al futuro. Debemos llegar a un punto porcentual, lo cual sigue siendo poco.
Los países de la OCDE gastan 2,5 por ciento en innovación. Y, como señaló el Senador Chahuán, Corea del Sur destina 4,3 por ciento.
Por nuestra sociedad, por nuestros jóvenes, por nuestras comunidades, no podemos ser rehenes del pasado. Porque hay oportunidades que no es posible desechar. De lo contrario, Argentina y Bolivia van a explotar el litio y no nosotros.
Por lo tanto, tenemos un inmenso desafío.
Quiero terminar mis palabras agradeciendo.
Los miembros de la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación, Senadora Goic y Senadores Coloma, Chahuán, De Urresti y el que habla, iniciamos esta aventura el año 2011, destinada a la creación de un Ministerio de Ciencia. Para ello nos reunimos con el Presidente Piñera, quien envió a tramitación un proyecto. Y lo continuó la Presidenta Bachelet.
Saludo a la Comisión Philippi. Y también a la Comisión dirigida por Gonzalo Rivas, que funcionó en el Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Saludo por su esfuerzo a María Teresa Ruiz, Presidenta de la Academia Chilena de Ciencias; a Juan Asenjo, ex Presidente de la misma entidad. Ellos fueron claves en esta iniciativa de ley.
Extiendo mi saludo a María Cecilia Hidalgo, Vicepresidenta de la Academia de Ciencias, que nos acompañó, luchó y entregó sus opiniones sobre la materia.
¡Cómo no rendirle un homenaje a Mario Hamuy, quien trabajó codo a codo con todos los parlamentarios para sacar adelante el proyecto!
Agradezco a Carola Muñoz; a Jorge Babul, Presidente del Consejo de Sociedades Científicas de Chile; a Roberto Bustos, Secretario de la Comisión de Desafíos del Futuro, y a muchos otros. Entre ellos, nombro a los rectores Ennio Vivaldi, Ignacio Sánchez, Juan Manuel Zolezzi y Aldo Valle.
Hubo mucha fuerza, mucho entusiasmo, muchas esperanzas depositadas en este proyecto, que recoge lo mejor de nuestro país.
Hay pocas comisiones en Chile en donde los acuerdos tomados con este y con el anterior Ejecutivo hayan tenido tales niveles de consenso como en la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación, desde la UDI hasta los sectores que hoy día somos de la Oposición.
Por tal razón, me felicito, pues se abren las puertas a la posibilidad de construir un proyecto país que nos una más de lo que nos divide.
¡Me felicito y felicito a todos quienes han hecho posible esto!
Chile va a tener un mejor arsenal, un mejor instrumento para defenderse, para desafiar al futuro. Porque la mejor defensa de Chile no son las armas -debemos tenerlas-, sino el conocimiento, la educación, que justamente Chile sea líder en estos desafíos.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señor Presidente, quiero sumarme a la alegría que nos produce ver casi finalizadas la tramitación y la creación de este Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Me sumo a todas las menciones que ha hecho el Presidente de la Comisión; al reconocimiento al Ministro y a su equipo -que están también presentes-; a la valoración de un trabajo que ha ido más allá de una Administración. Y eso es fundamental.
Hemos dicho -quiero reiterarlo- que esto se trata de cómo llevamos a cabo e implementamos no solo un anhelo largamente esperado por el mundo científico, académico, sino sobre todo un imperativo de desarrollo para nuestro país. Esto tiene que ver con hacernos cargo de los debates de futuro, del Chile pensado a 25, a 50 años, y de cómo generamos las herramientas para aquello.
Uno espera, y así lo hemos tratado de cautelar en el diseño de la institucionalidad, que este sea un ministerio influyente; que no sea un ministerio más que ve en un departamento o en tal piso los asuntos científicos, de innovación o de desarrollo de tecnología. Debe ser transversal; debe ser un motor que de alguna manera se ponga por delante y obligue e interpele a nuestro país para avanzar en muchas materias.
En eso hemos cuidado los equilibrios de género, territoriales, en cada organismo colegiado, generando también acuerdos.
Sí me hubiera gustado avanzar más rápido en la implementación de este Ministerio en cada región. Son diez años, en dos bloques de a cinco, y todos nos quedamos con la sensación de que es insuficiente.
Es cierto que hay un marco de recursos que siempre es insuficiente. Pero parte de esta mirada de futuro se orienta a cómo descentralizamos; cómo desarrollamos la ciencia en cada territorio.
No es solamente una cuestión local. Potenciar un país tan diverso, con sus riquezas, sus diferencias, sus características, es también parte del objetivo de mirar hacia el futuro con los códigos actuales.
Quiero terminar esta intervención -junto con respaldar, por supuesto, el acuerdo de la Comisión Mixta- planteando una preocupación: una inversión tan baja en desarrollo, ciencia y tecnología no es casual, y tiene implicancia.
Hoy día sostuvimos una reunión para revisar la situación de las bases de la Fuerza Aérea en la Antártica. Y uno dice: "¿Cómo un país que posee una ubicación estratégica privilegiada, por su cercanía a ese territorio, pierde liderazgo por no destinar recursos?". Si pensamos en futuro, en cambio climático, en investigación, ¿quién duda de la importancia que tiene la Antártica?
Ahí tenemos un diamante en bruto, regalado por nuestra ubicación geográfica.
¿Esa es una preocupación de la FACH, del INACH, de la Región de Magallanes? ¡No! ¡Se trata del desarrollo del país; es una tremenda oportunidad!
Y uno observa que, en vez de tener un objetivo de política pública prioritaria, de Estado, en el desarrollo de la investigación en la Antártica, más bien vamos, dentro de una lógica de restricción presupuestaria, cortando nuestras posibilidades de mantener población allá, de realizar viajes.
Eso es lo que deseamos cambiar. Queremos que la ciencia no sea el pariente pobre para muchas cosas; que no sea solo la investigación de A y B, o de determinadas universidades, sino un objetivo país. Nuestro anhelo es que sea el motor que nos permita avanzar al desarrollo de un país mucho más inclusivo, en la lógica demostrada en la tramitación de esta iniciativa.
Señor Presidente, coincido con lo que se ha planteado, y vale la pena reiterarlo.
Aquí demostramos que podemos generar acuerdos; que cuando se trata de la mirada país efectivamente es posible llevar adelante un debate como el que esperan de nosotros los chilenos y las chilenas y efectuar avances sustantivos, como la creación de este Ministerio.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, quiso el destino que se diera este debate final sobre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación justo después de rendir un homenaje, a través de un minuto de silencio, a don William Thayer.
¿Qué relación hay entre una cosa y otra? Yo creo que algo tiene que ver.
Primero, quiero usar unos pocos segundos para testimoniar el aprecio a don William Thayer.
Fue un Senador acucioso, serio, trabajador. En la historia de algunas legislaciones uno puede apreciar su visión de país, la cual muchas veces fue traducida en artículos que han sido importantes para Chile.
Pero, sobre todo, si uno tuviera que definirlo, debería identificarlo como un hombre que buscó más el entendimiento que el enfrentamiento. Precisamente, en este Parlamento me tocó ver cómo se ponía de acuerdo en situaciones que parecían inviables.
En consecuencia, no deja de ser paradojal que estemos aprobando -supongo- por unanimidad un proyecto de ley que objetivamente era difícil de consensuar en sus orígenes, porque no solo implicaba un nuevo Ministerio (un asunto que se discute siempre en la administración pública). También tenía que ver con si éramos capaces de lograr una visión conjunta respecto de materias esenciales del futuro. Decía relación con si estábamos de acuerdo en que debe haber normas, planes en ciencia, tecnología e innovación; en cómo fomentar esa investigación, esa gestión de conocimiento; en qué hacer con el desarrollo tecnológico, la innovación científica, las capacidades humanas, el rol de los investigadores; en cómo coordinar los aportes de la comunidad científica y fomentar la transferencia de resultados de esas investigaciones. Tenía que ver con inventiva y con un sentido de lo público en su correcto desempeño.
Por eso yo reflexionaba que al final este es un triunfo de esa lógica de tratar de entenderse más que de enfrentarse en temas que de por sí daban -y siempre van a dar- para tener posiciones diversas.
Se discutió mucho el contenido de este Ministerio, que es una gran apuesta transversal al futuro. Y espero que todos seamos capaces -como deudores, no como acreedores del acuerdo del otro- de entender ese mundo que viene como una gran oportunidad, en la medida que nuestro país logre prepararse.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación preparará de mejor manera a Chile para lo que viene o está llegando (quizás algunos puedan decir que ya pasó). Pero como institución pública debemos afrontarlo de esa manera.
Ameritaba -es una discusión que se tuvo en mi sector, y lo debo decir- un desafío de esta naturaleza crear un nuevo Ministerio. Yo sé que eso conlleva un montón de complejidades, de dificultades.
Pero también tiene que ver con la modernidad.
Y no hay nada más complejo que usar un chasís antiguo para enfrentar un problema nuevo.
De alguna manera, eso es lo que se logró plasmar en esta propuesta legislativa.
En segundo lugar, quiero valorar -ya hablé tanto en la discusión general como en la particular- el rol de las discrepancias también para mejorar las cosas.
Este proyecto de ley estuvo a punto de ser aprobado hace alrededor de cuatro meses. Algunos de los Senadores actuales no estaban en esa instancia.
Pero en ese momento se produjo un debate -fue lo que al final generó la Comisión Mixta- respecto de un tema muy central sobre el financiamiento público de las investigaciones y que tenía que ver con lo que ocurriría si del proyecto pertinente -voy a leer- "resultaren inventos, innovaciones tecnológicas, diseños o procedimientos susceptibles de protección mediante derechos de propiedad industrial" y, por tanto, con el otorgamiento de los derechos consiguientes a la institución o a la persona, previo reporte a la Agencia, en las condiciones que determine el reglamento.
Y aquí venía parte de la discusión más de fondo: si ello era un derecho excluyente del Estado, tenía también un rol relevante...
¿Ya se acabó mi tiempo, señor Presidente?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Así es.
Puede redondear la idea, señor Senador.
El señor COLOMA.- Finalmente, se acordó que la licencia fuera "no exclusiva, intransferible, irrevocable y onerosa.".
Eso está bien, porque reconoce el derecho de propiedad en esta materia, que es tan significativo, pero también el derecho del Estado a hacer uso de determinadas instancias para beneficiar a la comunidad (estamos en la lógica pública) con este tipo de acciones.
Se establece todo un procedimiento para ponerse de acuerdo, y también hay una participación relativa en los beneficios que la investigación pueda generar.
Se podrá decir "Estoy cien por ciento de acuerdo" o "No estoy de acuerdo". Pero la Comisión Mixta tiene esa virtud: uno debe ceder para lograr acuerdo.
Señor Presidente, también quiero valorar -es justo hacerlo- el esfuerzo que desplegó el Gobierno anterior.
Y destinaré los últimos diez segundos a poner de manifiesto mi aprecio al Ministro Blumel, quien -lo sé- se inmoló con su equipo por este proyecto. Por tanto, puede decir "¡Misión cumplida con este Ministerio!".
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pugh.


El señor PUGH.- Señor Presidente, Chile necesita un Estado fuerte. Y la fortaleza se ve con el robustecimiento de su institucionalidad.
Precisamente, darles a los científicos, a los desarrolladores de tecnología y (más importante aún) a los innovadores la posibilidad de contar con un instrumento que multiplique las capacidades de nuestros talentos es algo que debe enorgullecernos a todos.
Nuestro país tiene gente talentosa. Y esa gente se prepara a edad temprana en institutos de educación superior o en las universidades.
La Región de Valparaíso, en particular, concentra a una gran cantidad de talentos.
Por lo tanto, se requiere crear este ecosistema, para permitirles a las personas talentosas ser prósperas. Y esto, no solo en el mundo académico, con los papers, que son una forma de medir la capacidad de un país para generar conocimiento, sino también a base de patentes.
Quizás ese es el desafío que tenemos como país: ser capaces de traducir la ciencia, la tecnología, la innovación en patentes.
Por eso, está muy bien que en la Comisión Mixta se haya acordado la forma de resolver tal cuestión.
Este ecosistema, entonces, genera prototipos, los que, si son escalables, permiten finalmente crear una industria.
Por intermedio de la Mesa, felicito al Senador Girardi por los temas que ha tratado en materia de desafíos del futuro y de ciberseguridad.
Sin embargo, la Política Nacional de Ciberseguridad, en su objetivo número 5, habla precisamente de este ecosistema, en que el Estado solicita la realización y el desarrollo de productos de aquella área por nuestros investigadores, por el mercado chileno, para con posterioridad ser demandados por el mismo Estado, al que de ese modo se le garantiza la obtención de la independencia que requiere en materia tecnológica.
Hay que reconocer, asimismo, que ciertos organismos no están considerados en la actual institucionalidad como desarrolladores de ciencia y tecnología, como lo han sido históricamente los entes de investigación y desarrollo de las Fuerzas Armadas.
Se ha hablado mucho de Internet. Internet nació como una iniciativa para las Fuerzas Armadas norteamericanas. Y, en el mundo, eso ha permitido que grandes adelantos producidos en el ámbito de la Defensa lleguen a otras áreas -medicina, comunicaciones-, favoreciendo a millones de personas.
Por lo tanto, además del ecosistema que se crea, hay que incorporar toda la capacidad tecnológica de nuestra nación.
Chile es un país de innovadores. Y por eso me enorgullece representar a la Región de Valparaíso, que ha sido innovadora siempre.
Solo colocaré algunos ejemplos.
-28 de abril de 1852 -mediados del siglo XIX-: el Presidente de la República debe venir a Valparaíso a presenciar las pruebas del telégrafo. En Chile, el telégrafo nace aquí, en Valparaíso.
-1879, Guerra del Pacífico: nuestros innovadores estaban en Nueva York con Thomas Alva Edison buscando la patente del teléfono. Y, en nuestro país, el primer teléfono se prueba acá, en Valparaíso.
-25 de noviembre de 1904: frente a las costas de Valparaíso, a cincuenta millas, se verifican las primeras comunicaciones radiales.
-5 de octubre de 1957: en nuestra Universidad Católica de Valparaíso (aquí, al lado), un grupo de investigadores electrónicos de la Escuela de Electrónica -esto es muy importante- dio inicio a los primeros enlaces para la transmisión inalámbrica de televisión.
¿Qué quiero decir con aquello? Que la ciencia, la tecnología y la innovación son posibles en regiones. Las hemos hecho siempre.
Por lo tanto, debemos creer en las regiones y otorgarles recursos adecuados, para que después los talentos que se desarrollan en ellas se queden donde están y no tengan que irse a Santiago.
Señor Presidente, concluyo resaltando la importancia de contar con institucionalidad en esta materia y, al mismo tiempo, la responsabilidad que debe tener nuestro país -no solo el Ejecutivo- para destinar -¡ojalá!- un 10 por ciento más de recursos, no solo a la investigación, sino también al mundo académico, al objeto de ser capaces de concretar todas estas iniciativas e ideas en patentes, en prototipos escalables que finalmente le den a Chile el sitial que siempre ha ocupado y le garanticen prosperidad a toda la nación.
Por eso, voto a favor.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Ebensperger.


La señora EBENSPERGER.- Seré muy breve, señor Presidente.
Estimo que nadie podría restarse a la aprobación de la propuesta de la Comisión Mixta.
Sin duda, la ciencia, la tecnología y la innovación aportan de manera significativa al desarrollo de nuestro país, al conocimiento, a la educación, que terminan siendo los factores tal vez más importantes de la movilidad social.
Como se ha expresado aquí, es muy relevante crear esta institucionalidad pensando no solo en la Región Metropolitana, en Santiago, sino además en las demás regiones de Chile, para que los talentos puedan desarrollarse en ellas y, como muy bien señaló recién el Senador Pugh, no deban seguir emigrando hacia la Capital.
Dicho lo anterior, señor Presidente, únicamente quiero manifestar que espero que tanto el actual Gobierno como aquellos que lo sucederán hagan un esfuerzo significativo al objeto de que las secretarías ministeriales que, conforme a este proyecto, se establecerán en un plazo máximo de diez años en todas las regiones -recordemos que se partirá con solo cinco- sean instaladas con la mayor brevedad.
Es muy difícil decidir qué regiones sí y cuáles no, aunque se instalen como macrozonas, pues, obviamente, las primeras secretarías ministeriales se dedicarán a la región donde estén instaladas.
A mí no me parece justo que las regiones en que no se creen secretarías ministeriales dentro de los primeros cinco años tengan por ese solo hecho un retraso en su desarrollo en materia de ciencia, tecnología e innovación.
Alabo el establecimiento -me agrada mucho- de la Agencia de Investigación y Desarrollo y, asimismo, el hecho de que mediante este proyecto se pueda consolidar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Si queremos ser pronto un país desarrollado, es muy importante y fundamental que el desarrollo sea equilibrado e igualitario para todas las regiones, sin que unas prevalezcan sobre otras.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Insulza.


El señor INSULZA.- Señor Presidente, en vista de lo que voy a decir, quiero declarar desde la partida que votaré a favor.
Muchos distinguidos colegas y destacados hombres de ciencia y de otras áreas han trabajado durante mucho tiempo en el desarrollo de esta institucionalidad.
En mi caso, ni siquiera estuve en la Comisión Mixta. Prácticamente, vengo conociendo la iniciativa casi por primera vez; tuve oportunidad de verla de paso hace algunas semanas.
Ahora llega el informe de la referida Comisión, sobre el cual debemos pronunciarnos.
Creo, pues, no contar con antecedentes suficientes para hacerlo. Pero confío en lo que han dicho acá las señoras Senadoras y los señores Senadores.
Tengo, sí, algunas dudas. Y quiero dejarlas registradas solo para que, cuando se diga que la aprobación fue unánime, se sepa al menos que alguien planteó interrogantes.
Primero, yo no sé -creo que esta duda no es válida, pero igual la voy a plantear- a cuántos ministerios llegaremos con el que se está creando.
En verdad, yo preferiría eliminar Secretarías de Estado (por cierto, no la que se establece ahora), porque estamos haciendo crecer cada vez más la maquinaria estatal. Y con los nuevos ministerios generalmente se crean cargos, seremías, agencias, comisiones (al parecer, en este caso la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica se mantiene).
¡No sé si con todo eso vamos a gastarnos el 0,46 por ciento de dinero que se destina a ciencia y tecnología en nuestro país...!
En seguida, no hay aquí ningún proyecto, ninguna propuesta.
El Senador Girardi mencionaba la energía solar.
Creo que en alguna parte habría que decir al menos, para empezar, que con esto vamos a investigar tales y cuales cosas.
De lo contrario, simplemente estaremos dando lugar a una nueva burocracia. Y eso me preocupa.
Me preocupa también, señor Presidente, el hecho de que las experiencias que tenemos en cuanto a la creación paralela de ministerios y agencias indican que aquellos terminan peleados con estas.
Miremos Deporte, Mujer y otras instituciones (podría nombrarlas).
Por último, quiero decir que, a mi juicio, el sistema de asignación semicondicionada de patentes a los innovadores no es garantía suficiente de que la innovación se va a producir.
Yo no soy fanático, ni mucho menos -todos lo saben-, del libremercado, en fin. Pero, sí, creo que cuando la gente es dueña de la patente inventa más que si le ponen setenta condiciones para hacerlo.
Esas son mis dudas, señor Presidente.
Voto a favor.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Señor Senador, si lo desea, incluso puede pedir que se oficie al Ejecutivo para que le señale cuáles van a ser los proyectos que en definitiva tendrá el nuevo Ministerio.
Ahora, en el Presupuesto de Educación está todo lo que es ciencia y tecnología. Imagino que de ahí van a derivar los proyectos que deberá priorizar el Ejecutivo.
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor INSULZA.- Señor Presidente, yo quisiera al menos una garantía en el sentido de que vamos a llegar al 1 por ciento de inversión y de que el Estado se va a hacer cargo de eso.
El último estudio que conozco del Banco Interamericano de Desarrollo señala que entre todos los países de América Latina -¡entre todos!-, incluido el nuestro -por lo que se ha dicho acá, puede ir por debajo de Argentina, de Brasil-, en 2006, me parece -se renovó el estudio hace un par de años-, gastaron en ciencia y tecnología tanto como la República de Corea.
En otras palabras, allá por el año 1950 la República de Corea, gran ejemplo del gigantesco desarrollo tecnológico que se ha registrado, tenía un ingreso per cápita equivalente a un tercio del chileno: ¡hoy día tiene dos veces más...!
La República de Corea -repito- gasta tanto como toda América Latina en ciencia y tecnología.
Entonces, la respuesta a esas cosas es que creamos una institucionalidad.
Señor Presidente, hace un rato la Senadora Goic expresaba que no había plata para el Instituto Antártico.
¡Eso es una vergüenza!
¡Pero tenemos recursos para seguir creando instituciones y reparticiones...!
Esas son todas mis dudas.
No estoy cuestionando nada: solo quiero registrarlas.
Reitero: si todos los parlamentarios, Senadores y Diputados, consideraron que esto era lo válido, no seré yo un obstáculo para la creación de la nueva institucionalidad. Pero, sí, tengo la obligación de manifestar las dudas que me provoca.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Terminada la votación va a intervenir el señor Ministro, quien podrá contestar las preguntas hechas en esta Sala.
Tiene palabra el Senador señor Sandoval.


El señor SANDOVAL.- Señor Presidente, recién comentábamos con la Senadora Ebensperger lo que significa la ley en proyecto, que sin duda es absolutamente necesaria cuando hablamos de ciencia, tecnología, innovación y conocimiento en nuestro país.
Sabemos que, más que nada, existen esfuerzos, a veces heroicos, de aquel mundo para realizar en Chile aportes en las áreas antes individualizadas, respecto de las cuales hoy día prácticamente no hay forma de eludir la responsabilidad de impulsar este tipo de iniciativas.
De acuerdo al Presupuesto del año 2017, y con relación al gasto del Gobierno central, nuestro país destinó 1,5 por ciento a Ciencia, Tecnología e Innovación.
¿Qué significa aquello con respecto al producto interno bruto? Un aporte de 0,36 por ciento.
Ese es el esfuerzo que hace nuestra nación en un área tan relevante, que nos conecta no solo con el presente, sino también con el futuro.
¿Cómo somos capaces, a través de la institucionalidad diseñada en virtud de este proyecto, de enfrentar esta realidad con un esfuerzo de esa magnitud?
¡0,36 por ciento fue el aporte del PIB a Ciencia y Tecnología en nuestro país el año recién pasado...!
Por eso, obviamente, nos parece significativa la aprobación de un proyecto de esta naturaleza, que crea la institucionalidad en comento.
A propósito de lo que señaló el Senador Insulza, debo decir que CONICYT desaparece con la creación de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo.
El señor COLOMA.- Así es.
El señor SANDOVAL.- Por lo tanto, desaparece la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica que conocimos por tantos años. Ello, en un esfuerzo dirigido a permitir que Chile enfrente con más herramientas los desafíos que le impone el mundo de hoy.
En consecuencia, como bien señaló el Senador Coloma, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo remplaza al antiguo y reconocido CONICYT.
También se crean el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Comité Interministerial de Ciencia, Tecnología e Innovación.
De otra parte, hay un punto -lo señalaba la Senadora Luz Ebensperger- relacionado con el desplazamiento del nuevo Ministerio en el ámbito territorial.
Se dispone la existencia de cinco seremías, a modo de macrozonas, y se fija un horizonte a diez años para la implementación de las otras once a lo largo de nuestro país.
Yo entiendo que las cinco macrozonas se van a desarrollar pensando primero en los grandes centros académicos de Chile.
En tal sentido, me alegro por los esfuerzos que realizó la Comisión Mixta para introducir la modificación pertinente en el proyecto original, que contemplaba la existencia de enormes macrozonas, lo que, probablemente, iba a dejar en gran desventaja a las regiones más alejadas.
A mi entender, señor Presidente, esta iniciativa se hace parte de un déficit significativo que afecta a nuestro país.
Espero sinceramente que en la discusión presupuestaria se entienda que con el 0,36 por ciento del producto interno bruto el mundo de la ciencia, la tecnología y la innovación hace más bien actos heroicos y que necesitamos dar una señal potente no solo en la nueva institucionalidad sino también en los recursos requeridos para poner a Chile -nuestro país no puede quedar marginado del esfuerzo que debe hacerse- en el concierto mundial frente a los grandes desafíos que tiene.
Voto a favor.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Aravena.


La señora ARAVENA.- Procuraré ser muy breve, señor Presidente.
Más bien, quiero sumarme a este proyecto, por la importancia que reviste para nuestro país.
Felicito a quienes lo promovieron, por la visión de futuro que evidenciaron (muchos se hallan en esta Sala).
Asimismo, valorar la continuidad de gobierno.
Me parece muy relevante rescatar el hecho de que, más allá de quien haya iniciado la discusión, finalmente hoy día estemos aprobando la ley en proyecto, que tiene tanta significación para el futuro de Chile.
Quiero, señor Presidente, expresar mi gratitud a la Comisión Mixta.
Como Senadora por La Araucanía, debo subrayar, al igual que mi antecesor en el uso de la palabra, la importancia que las regiones le atribuyen al desarrollo de la investigación.
En tal contexto, solo quiero agregar un punto: las Regiones de Atacama, de Aisén y de Magallanes son las que menos investigación realizan en nuestro país.
Esa no es una cuestión menor. Porque, finalmente, gran parte de los problemas de desarrollo y pobreza están vinculados a la escasa productividad y competitividad de las empresas, lo que también se relaciona con la investigación y el desarrollo.
Señor Presidente, quiero detenerme en un punto, en el cual coincido por completo con el Senador Insulza: la institucionalidad, si bien es importante y necesaria, no asegura que efectivamente aumente la investigación.
Por lo tanto, estimo muy relevante incorporar a los privados. El país no exhibe en este ámbito muy buenos estándares atinentes a ese otro objetivo y creo que es preciso promoverlo. No todo tiene que ser responsabilidad del Estado. Las empresas que desarrollan actividad productiva también tienen que abocarse a la tarea.
Y un último punto -sé que no será tratado ahora, pero me interesa resaltarlo- se refiere a la investigación aplicada. Quienes hemos trabajado en universidades haciendo investigación nos percatamos de que una gran parte de ella y de los papers no guarda relación alguna con las problemáticas de la sociedad tanto en el área humanista como en la científica, en la más tecnológica.
En ese contexto, juzgo muy importante avanzar en la investigación aplicada y asignar más valor y presupuesto a las problemáticas en sectores productivos, sociales, de salud, etcétera.
Ello, además de que las empresas se vinculen derechamente -reitero- con la investigación, porque pueden ser un tremendo aporte para el desarrollo del país y de las futuras generaciones.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Puede intervenir la Honorable señora Provoste.


La señora PROVOSTE.- Señor Presidente, quiero consignar mi alegría por una iniciativa que ha permanecido durante tantos años en el anhelo de muchos y en la esperanza de multitudes de dar un salto muy significativo en el crecimiento y desarrollo de nuestro país.
El informe de Comisión Mixta sobre el proyecto que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es conocido, además, en un momento especial en la vida de la Región de Atacama, pues la universidad estatal ha iniciado precisamente en estos días su primer doctorado en astronomía y ciencias planetarias.
Lo expresó el Senador señor Girardi: Chile es un laboratorio natural en distintos ámbitos. ¡Qué decir de las energías alternativas en esa zona: la solar, la eólica; de las riquezas vinculadas al cobre, al litio, al cobalto! Pero también esperamos que el Ministerio sea capaz de apoyar los procesos de desarrollo productivo, lo que requiere una política de Estado mucho más orientadora hacia este propósito.
Cuando hacemos referencia a los temas de la ciencia, la tecnología y la innovación, asimismo nos hacemos cargo de la creatividad presente como una actitud favorable para la investigación y para poder entender que hoy día la ciencia igualmente tiene que considerar los cambios sociales en curso.
No se trata de pensar solo en cómo avanzamos, lo que es requerido con mucha fuerza, por cierto, en relación con la electromovilidad, las energías renovables o el calentamiento global, sino también en la gran transformación y movilización sociales que hacen falta en el país.
Por eso, ojalá el proyecto, que ya está a pocas horas de convertirse en ley, asuma demandas hoy día presentes de manera tan transversal en nuestra sociedad.
A nuestro juicio, debiera ser una exigencia el establecimiento por el nuevo Ministerio de la necesidad de abordar investigaciones en materia de género.
Durante la tramitación se ha apuntado a garantizar que en los grupos de estudio, en los consejos, no más del sesenta por ciento de la representación corresponda a un mismo género, para no ponerlo en términos de hombres o de mujeres. Pero, claramente, surgen dificultades. A las mujeres que desarrollan experiencias científicas les cuesta mucho más acceder a fondos. Porque golpea una realidad lacerante. La duración del prenatal, el posnatal y la asignación de salas cunas tienen que ser contempladas por la nueva estructura en ciencia y tecnología.
Estoy segura de una alta sensibilidad frente a estos temas en quien dirige hoy la institución existente, a través del cual deseo expresar nuestro cariño y reconocimiento a todos los equipos que durante muchos años trabajaron en el proceso. Me refiero al doctor Mario Hamuy.
Abrigamos la convicción de la necesidad de iniciativas para que instituciones patrocinantes de proyectos de investigación hagan un mayor esfuerzo por la incorporación de mujeres en los distintos programas, como el de atracción e inserción de capital humano avanzado, a fin de asegurarles la contratación en la academia, en los centros de investigación. Ello, para abordar un aspecto que también es parte de aquello en que se requiere avanzar.
El Honorable señor Sandoval expuso un punto en la discusión. Esperamos que en cada una de las regiones se pueda acelerar la puesta en marcha de una estructura que permita el desarrollo de la ciencia y la tecnología con un criterio de distribución, de regionalización, y haga posible desplegar las capacidades y los talentos presentes.
Voto a favor, y felicito a todos quienes han contribuido en el debate.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Estamos en votación y, por lo tanto, el señor Ministro no puede usar de la palabra salvo que medie un acuerdo, pero se han formulado algunas consultas. No sé si la Sala accederá a que intervenga. Todavía quedan cuatro o cinco inscritos.
¿O el señor Ministro prefiere quedar para el final?
El señor BLUMEL (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Así es.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Entonces, proseguimos.
Tiene la palabra el Senador señor Castro.


El señor CASTRO.- Señor Presidente, me sumo a la felicitación de todos mis Honorables colegas a la Comisión Mixta que ha informado el proyecto sobre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Siento que la Secretaría de Estado generará un ambiente propicio para emparejar la cancha entre las regiones y Santiago. La capacidad humana se halla en todos los rincones de nuestro querido Chile, sin duda; pero, para poder contar en ellos con la mejor ciencia, la mejor innovación, debemos disponer de la mejor tecnología digital, desde luego muy importante.
Como representante de la Región del Maule, quiero dejar en claro que su realidad en ese aspecto es una de las peores. Al igual que señores Senadores que intervinieron con anterioridad, espero la asignación de aportes para que esta tecnología pueda llegar a todo el país. Si es posible acceder a ella en Punta Arenas, en Arica, en el Maule, florecerán las aptitudes correspondientes.
Por esta razón, es preciso pedir al Gobierno, con la misma fuerza con que estamos aprobando la creación del Ministerio, que asigne los recursos necesarios para que la carretera digital diga relación con los más altos niveles y, de esa forma, podamos obtener el resultado que todos esperamos.
A la vez, me parece que deben funcionar secretarías regionales ministeriales en todas las regiones. Si no es así, algunas van a empezar a quedar atrasadas en subir a este carro, tan importante para el progreso y el crecimiento.
La cuestión también me preocupa por tener entendido que nuestra conexión de Internet pasa por otros países. No es directa desde el origen. Ello se vincula con inversión del Estado, la que asimismo debe concurrir.
Por eso, es relevante que el Gobierno proporcione fondos suficientes para que el desarrollo en este ámbito y el emparejamiento de la cancha sean iguales para todos los habitantes de nuestro querido Chile.
Gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Puede intervenir el Honorable señor Galilea.


El señor GALILEA.- Señor Presidente, tal como expresa el artículo 1 del proyecto, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación debe coordinar y promover "las actividades de ciencia, humanidades y desarrollo tecnológico".
Deseo detenerme en un aspecto que me parece sumamente importante, cual es el método científico. Dicha Cartera debiera ser la gran promotora de este en todo el quehacer de nuestra vida republicana, civil, pública, de organismos del Estado o de organismos privados.
¿Qué es el método científico? Es el conjunto de pasos ordenados y rigurosos que permiten el progreso de la ciencia. Suponen rigor, lógica, demostración.
A mi juicio, todos tenemos una idea un poco distorsionada de cómo se verifican los avances en ese ámbito. Cuando vemos la figura de Einstein y su melena, acompañada de un modo de ser algo excéntrico, consideramos que las cosas ocurren en parte por magia. Creemos en la leyenda de que a Newton se le ocurrió la ley de la gravedad por caerle una manzana en la cabeza. Pero nada más lejano que eso. Para el desarrollo de sus ideas geniales, en cada uno de ellos tuvieron que mediar rigor, análisis y una demostración enorme.
Probablemente, muchos de los presentes saben que la teoría de Newton no lograba explicar la órbita de Mercurio respecto del Sol. Y se inventaba todo tipo de explicaciones. Pero Einstein y varios otros, sobre la base de estudio, disciplina y una secuencia de etapas ordenadas, finalmente aclararon por qué fallaba.
Por eso es que a mí me parece que el método científico tiene que motivar y constituir una labor trascendente del Ministerio. Es necesario contemplarlo en la educación de todos nuestros niños.
Doy un salto hacia nuestro quehacer legislativo, que también lo demanda. Mucho se ha discutido y poco se ha avanzado en cómo son elaboradas nuestras leyes.
Hay países que ya dieron un paso adelante y cada proyecto es objeto de un informe. Este debería ser elaborado por una parte de la institucionalidad de nuestro Congreso. Constituye la fase ex ante. Es decir, cada iniciativa tiene que ajustarse al mismo rigor. ¿Cuál es el beneficio buscado? ¿Cuál es el costo? ¿Cuáles son las externalidades? Al contarse con tales antecedentes, se puede llevar a cabo mucho mejor, transcurrido un tiempo de la aprobación de la ley, la parte ex post. ¿Se logró todo lo que se tuvo en cuenta? ¿No se logró? ¿Se registraron, en fin, externalidades negativas distintas de las buscadas?
El método científico, como digo, tiene que ser parte del quehacer trascendente del Ministerio.
Deseo terminar mis palabras brindando un sencillo tributo a gente que promueve la ciencia para todos los que somos más ignorantes en la materia: el señor Nicolás Luco, quien escribe continuamente en torno al tema en el diario El Mercurio de Santiago; el señor Francisco Claro Huneeus, autor de un libro maravilloso denominado "A la sombra del asombro", y el señor Andrés Gomberoff, quien ha publicado un montón de textos, entre los cuales quizás alguien ubica el titulado "Física y berenjenas: La belleza invisible del universo". Todos ellos hacen un gran favor al conocimiento y a la divulgación de la ciencia en Chile.
Finalmente, subrayo la labor de las mujeres que han hecho ciencia. Nombraré al ícono mundial de la historia de la ciencia femenina, Marie Curie, quien obtuvo dos premios Nobel: primero, el de Física, con su marido, y después -ella sola-, el de Química.
Se dio una situación absolutamente increíble, pues su hija Irene Curie también obtuvo con posterioridad el Premio Nobel de Química. O sea, se trata de una familia dominada por mujeres que ha obtenido más premios Nobel que cualquier otra en la historia de la humanidad.
Voto a favor y espero que el Ministerio se haga cargo de la divulgación del método científico.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Elizalde.


El señor ELIZALDE.- Señor Presidente, como país, nuestra situación es desmedrada, sin duda, en el desarrollo de las ciencias y de la investigación aplicada al progreso tecnológico.
A pesar del trabajo duro, constante y silencioso de numerosos investigadores talentosos, su esfuerzo no es acompañado de los recursos y apoyos institucionales necesarios. Su labor, muchas veces, es como una prédica en el desierto.
La institucionalidad actual es débil e insuficiente. Directivos y funcionarios de CONICYT hacen todo lo posible, pero carecen del peso y de las facultades para lograr más.
Por eso, resulta imprescindible ponerse al día y elevar los estándares en el ámbito de las ciencias y la investigación. No podemos aspirar a alcanzar altos niveles de desarrollo con la estructura vigente. Ello motivó al Gobierno de la Presidenta Bachelet a presentar la iniciativa que estamos prontos a aprobar.
El proyecto en discusión hace tres cosas fundamentales, como ya se ha dicho de algún modo:
1° Ordena la institucionalidad actual en torno a fines coherentes, la dota de más eficacia y mejora la coordinación intersectorial.
2° Aumenta la capacidad de negociación política y presupuestaria del sector dentro del conjunto del Estado.
3° Encadena de mejor forma la promoción de la investigación básica con innovación y desarrollos tecnológicos.
Es decir, no se trata solo de crear un Ministerio, sino también de configurar una institución y unos fines de política pública que doten a nuestra ciencia básica y aplicada de mejores herramientas, propias del siglo XXI. Eso determina que el texto supere la institucionalidad existente, débil y atrasada, y dé paso a otra moderna y robusta.
Es cierto que se necesita hacer más. Es efectivo que el aporte de los privados es demasiado bajo y que con el del Estado no basta. Pero contamos con un comienzo, con una nueva organización pública para conducir a una política global en la materia.
En seguida, deseo consignar que Chile debe avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo. Nuestro crecimiento económico se ha basado en la explotación y exportación intensivas de materias primas. Debemos invertir más y de mejor forma en ciencia, tecnología e innovación, para garantizar un progreso sostenido, más allá del ciclo de los commodities y, particularmente, del cobre.
Creo que todo lo anterior proporcionará mejores frutos en la medida en que vaya acompañado, obviamente, del mejoramiento de los estándares de calidad de nuestro sistema educativo.
Por eso, lamento que no se le haya dado realce a la entrada en vigencia de la Ley sobre Educación Superior, instrumento fundamental para garantizar la educación como un derecho. Se trata de que el acceso de jóvenes talentosos y esforzados a ese nivel no dependa de la capacidad de pago de sus padres, pero, además, de generar incentivos para mejorar los estándares de calidad de todo el sistema.
En la medida que dispongamos de una institucionalidad fuerte en ciencia y tecnología, que el sector privado realice una mayor contribución y que invirtamos en ciencia, tecnología e innovación para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo de carácter inclusivo y no basado tan solo en la exportación de nuestros commodities, particularmente del cobre, acompañado todo lo anterior, por cierto, de un sistema educacional de calidad, creo que estaremos sentando las bases para un desarrollo sostenido e integral de la sociedad chilena.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Puede intervenir la Honorable señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, anuncio mi voto a favor de la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, compromiso asumido por la Presidenta Bachelet en el Gobierno pasado.
Me parece importante sacar adelante el proyecto. A veces, la creación de un Ministerio, de una institucionalidad, ha permitido generar una sensibilidad política, fomentar programas, en fin, como ocurrió en el caso del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. El solo hecho de establecer la referida Cartera posibilitó concentrar distintas miradas, iniciativas y propuestas que, sin duda, dieron un paso significativo.
Eso se llevó a cabo durante el Gobierno pasado.
Hoy día estamos hablando del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Yo estoy de acuerdo con su creación, y por eso voy a votar a favor el informe de la Comisión Mixta.
Pero no nos equivoquemos -y quiero recalcarlo esta tarde-: no basta solo con establecer este Ministerio.
Chile, por desgracia, invierte únicamente el 0,39 por ciento del PIB en investigación, ciencia y tecnología.
Solo cinco países de la OCDE gastan menos del 1 por ciento del producto interno bruto en ese ámbito: Polonia, Eslovaquia, Grecia, México y Chile.
El promedio de la OCDE es de 2,34. El de nuestro país es el más bajo.
Aquello nos muestra que todavía estamos muy lejos de generar recursos suficientes que permitan avanzar de verdad en innovación, ciencia y tecnología.
Por otro lado, esta materia tiene una ligazón muy fuerte con las mallas curriculares en educación.
A veces en ciertas escuelas hemos visto a jóvenes que desarrollan un invento, una creación tecnológica, por lo cual luego son premiados, lo que constituye un tremendo estímulo para ellos. Sin embargo, desgraciadamente, todavía es una situación bastante minoritaria en nuestro país.
Debiésemos abrir más espacios para estimular en las nuevas generaciones de estudiantes el gusto por la ciencia, la innovación, la tecnología.
¡Cuánta falta nos hace eso!
Aprovecho la oportunidad para felicitar al Alcalde de Calle Larga, comuna muy pequeña, más bien rural, por lograr la instalación de un observatorio científico, un planetario 3D. El edil consiguió financiamiento regional para la construcción de dicho espacio, que en el futuro será de primer nivel. No digo que sea comparable a los observatorios del norte, pero les permitirá a los niños y las niñas aprender, conocer sobre el universo y acercarse a la observación astronómica.
Con ello se producirá una relación entre astrónomos y estudiantes de una comuna muy rural. Sin embargo, la idea, por supuesto, es que el planetario sea visitado por jóvenes de todas las localidades.
Este es un ejemplo de cómo es posible motivar a los alumnos con cuestiones que, aunque parecen sencillas, son tremendamente necesarias.
En tal sentido, pienso que el sector privado debiera ser mucho más proactivo y financiar bastantes más proyectos de esa índole.
Asimismo, surgen nuevas realidades, como la electromovilidad o los proyectos estructurales que pretende llevar a cabo CODELCO, que son tremendos desafíos de ingeniería y de desarrollo tecnológico tendientes a lograr una minería que esté a la altura del siglo XXI.
Cada vez más estamos hablando de "la minería verde". Si somos un país que se considera minero, debemos caminar con una minería que vaya de la mano con la protección del medio ambiente: por ejemplo, para resguardar nuestro escaso recurso hídrico.
Estamos avanzando de manera incipiente todavía en materias como la desalinización de los mares, que va a ser fundamental si queremos encontrar formas para hacer más eficiente la utilización de ese recurso tan escaso.
Entonces, señor Presidente, si bien vamos a aprobar la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y del Consejo Asesor para que haya una relación más estrecha entre todos los actores, quiero insistir en que ello no es suficiente.
Aquí se requieren recursos; se precisa una educación mucho más proactiva tendiente a motivar a nuestros jóvenes en el conocimiento de estas materias; más aún, cuando nuestro sistema educativo se basa más bien en la memoria, en las repeticiones y no incorpora tanto la tecnología, aunque debemos reconocer que en el último tiempo ha sido extraordinariamente valiosa la entrega de computadores a alumnos de séptimo básico. Ello ha implicado un salto cualitativo en este ámbito.
Eso necesitamos para nuestros jóvenes, para nuestras mujeres: que no queden atrás en la brecha digital. Esto implica que hay que ponerlos al día y darles acceso a la información, al conocimiento, etcétera.
Señor Presidente, estoy de acuerdo con el establecimiento del referido Ministerio. Pero ello no basta: debemos dar un salto cuantitativo en presupuesto y en otros temas.
Voto a favor.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Rincón.


La señora RINCÓN.- Señor Presidente, sin lugar a dudas, hoy tenemos que celebrar este contundente avance.
¡Por Dios que nos hemos demorado! ¡Por Dios que costó llegar a este día!
Y detrás de este día hay muchos y muchas.
Digo "muchas" porque, luego de escuchar a mi colega del Maule, el Senador Galilea, quien hizo un merecido homenaje a Marie Curie, no pude evitar la tentación de buscar a otras mujeres pioneras recurriendo al apoyo de la computación, que, dicho sea de paso, debemos agradecer a otra gran mujer, Ada Lovelace (nació en 1815), considerada la primera programadora del mundo al crear el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, lo que después dio origen a los computadores.
Así como ella, en el año 355 nació Hipatia de Alejandría, quien fue la primera mujer matemática y astrónoma.
En 1776 nació Sophie Germain, matemática, física y filósofa, y pionera en la teoría de la elasticidad.
En 1867 nació Marie Curie; en 1878, Lise Meitner; en 1902, Barbara McClintock.
¡Y así como ellas son tantas y tantas mujeres!
Y muchas veces han sido invisibilizadas. Probablemente, el caso más emblemático fue el de Lise Meitner, quien permitió que su colega Otto Hahn recibiera el Premio Nobel de Química en 1944, con lo cual se invisibilizó el trabajo que ella desarrolló en ese ámbito.
Señalo aquello a raíz de lo que se discute el día de hoy en nuestro país: cómo lograr que las mujeres sean reconocidas.
El proyecto que ahora nos ocupa -lo mencionó mi colega Yasna Provoste- genera una diferencia, como otras que hemos ido estableciendo en nuestra legislación: en algunos casos, de manera audaz; en otros, de manera tímida.
Como decía Andrés Oppenheimer en su libro ¡Crear o morir!: o nos atrevemos o vamos a sucumbir; o nos atrevemos a innovar o nos vamos a quedar en el intento.
Creo que el principal desafío del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es ese: o nos atrevemos a hacerles espacio al territorio, a las regiones, a la diversidad, a las mujeres, a los jóvenes o nos vamos a quedar en el intento.
La nueva Cartera debiera apostar a reconocer la innovación, la creación, los espacios que nos permitan desarrollarnos de manera efectiva.
Señor Presidente, tenemos que establecer mínimos éticos.
Sin lugar a dudas, uno de ellos se vincula con el conocimiento. No podemos seguir exportando materia prima. Para lograrlo, debemos innovar, y en ello el referido Ministerio ha de jugar un rol decisivo.
Esta Cartera no puede dejarnos satisfechos -"¡por fin lo logramos!"- solo por establecer su institucionalidad. Tiene que forzar y empujar los cambios.
Desde este Senado, además de lograr su materialización, debemos ser transformadores desde nuestros territorios para que aquello ocurra.
Por lo tanto, voto a favor del informe de la Comisión Mixta.
Hago un homenaje a los hombres y, sobre todo, a las mujeres invisibilizadas que han ido innovando a lo largo de la historia del mundo y de la de nuestro país.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, el que estamos dando es un paso.
Cuando Neil Armstrong pisó la luna, dijo: "Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad".
Parafraseando esa cita, señalo que crear el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es un pequeño paso para el Estado, pero un gran salto para Chile.
Sin embargo, hago presente que partimos en grave desventaja.
Esta nueva Cartera surge en determinado contexto, el cual da cuenta de la propia contradicción en que nos hallamos.
¡Estamos en el subsuelo!
De las treinta y cinco naciones que forman parte de la OCDE, solo cinco invierten menos del 1 por ciento del PIB en ciencia y tecnología: Chile, Polonia, Eslovaquia, Grecia y México.
Nuestro país es el peor: 0,39 por ciento del producto interno bruto.
La VI Encuesta Nacional sobre Gasto y Personal en I+D, que elabora el Ministerio de Economía y que es llevada a cabo por el INE, arroja que el gasto en 2015 fue sustantivamente mayor: 607 mil millones de pesos. El promedio de la OCDE es de 2,38 por ciento del PIB versus el 0,39 de nuestro país. Corea del Sur e Israel lideran con algo más del 4 por ciento.
En materia de cantidad de investigadores, también encontramos una seria deficiencia: en Chile hay un investigador por cada mil trabajadores -¡uno por cada mil!-; el promedio de la OCDE es de 7,96 investigadores por cada mil trabajadores.
En consecuencia, hoy día existe un retraso que obliga a que este nuevo Ministerio comience a funcionar con recursos suficientes, ojalá en una alianza estratégica público-privada. Si no se cuentan con los fondos necesarios para hacer despegar dicha Secretaría de Estado, nos encontraremos con la realidad que han vivido muchas Carteras que hemos creado, que han tenido un arranque lento para cumplir los objetivos de su fundación y su quehacer.
Señor Presidente, yo he dicho: "Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo de todos los chilenos".
La tendencia que se observa en el sector privado cuando desarrolla ciencia y tecnología es transformar su investigación en maximización de utilidades para sí mismo. El combate contra el sida, por ejemplo, ha sido producto de la innovación de laboratorios privados. Al final del día, generan innovación y grandes descubrimientos, pero les ponen un precio inalcanzable que atenta contra el bien común.
Si la ciencia, la tecnología, la innovación no están al servicio de la sociedad en su conjunto, no tiene ningún sentido ni valor el fundamento que determinemos para impulsarlas.
Yo quiero ciencia y tecnología al servicio y desarrollo de todos los chilenos, no al de unas cuantas empresas privadas que efectúan investigaciones para obtener, legítimamente, mayores utilidades.
Ante ello, hay que establecer cuál va a ser el rol de las universidades públicas y el de las privadas y cómo va a actuar esta nueva Cartera en torno a lo que debe hacer.
¡La regulación del Estado versus el desarrollo del mercado!
Yo espero que el referido Ministerio interactúe con los dos actores: el mercado y, por cierto, el Estado. De tal manera que la fórmula en Chile no sea la que opera en Estados Unidos, donde la industria militar y la farmacéutica investigan para sí, sino que sea una alianza estratégica en la que los beneficios de la investigación y la ciencia se compartan.
Pocos jóvenes en Chile quieren ser científicos. Se conoce poco sobre qué es ser científico.
Hay cosas claras: muy pocos jóvenes en nuestro país quieren estar en la política; muchos jóvenes populares quieren ser carabineros; algunos quieren estar en las Fuerzas Armadas; muchos legítimamente quieren ser profesionales.
Uno de los elementos claves del Ministerio va a ser cómo logra orientar a la juventud a dar un paso decisivo para ser científicos, para elegir carreras científicas, considerando que nuestra educación entrega una pésima base en ese ámbito. Muchos estudiantes saben poco de Física, poco de Biología, poco de ciencias, porque el sistema educativo fracasó en inspirar dichos contenidos.
Señor Presidente, respaldo la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Pero creo que la prueba de fuego va a estar en la Ley de Presupuestos para 2019, que se votará a partir de tres meses más. Si no se asignan recursos suficientes, habremos creado una Cartera que será un gigante con pies de barro.
Voto a favor.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba el informe de la Comisión Mixta (37 votos favorables) y queda despachado el proyecto en este trámite.
Votaron las señoras Allende, Aravena, Ebensperger, Goic, Muñoz, Órdenes, Provoste, Rincón y Van Rysselberghe y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Castro, Chahuán, Coloma, De Urresti, Durana, Elizalde, Galilea, García, García-Huidobro, Girardi, Harboe, Huenchumilla, Insulza, Kast, Lagos, Latorre, Montes, Navarro, Pérez Varela, Pizarro, Prohens, Pugh, Quintana, Sandoval y Soria.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Ha pedido hacer uso de la palabra el señor Ministro.


El señor BLUMEL (Ministro Secretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, muchas gracias por concederme la posibilidad de intervenir.
Quiero agradecerles a cada uno de ustedes, Senadores y Senadoras, por este momento que, como Gobierno, sinceramente creemos que es histórico. Se trata de un cambio institucional importante.
Sin embargo, consideramos que este no es un Ministerio más, por cuanto deberá asumir un desafío que quizá es el de mayor envergadura que enfrenta nuestra sociedad en muchísimo muchísimo tiempo.
Y ello se da no solo en Chile, sino a nivel global, con todo lo que significa el cambio que está experimentando la humanidad: vivimos en la sociedad del conocimiento y la información, la cuarta revolución industrial, la revolución de los datos, la revolución de la inteligencia artificial, los avances en Biología, etcétera.
Hoy día existe un cambio de paradigma.
Y este primer esfuerzo -porque no es la meta, sino el punto de partida-, que se inicia hace mucho tiempo, constituye una demanda transversal muy sentida con el fin de preparar a nuestro querido país para los desafíos del siglo XXI.
Tenemos un Estado bastante obsoleto, que necesita modernizarse. Y dentro de las materias de modernización que se requieren, contar con una institucionalidad para hacerse cargo de los desafíos de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación era un paso fundamental.
Tal como señalé, este nuevo Ministerio obedece a una demanda histórica.
Estamos a un solo paso (ratificar el proyecto en la Cámara de Diputados) de concretar tal institucionalidad, que queremos celebrar como Gobierno por varias razones. Quizá haya una -ya se ha mencionado- más de fondo: esta iniciativa surge como una política de Estado. Nadie puntualmente podría apropiársela, porque surge de la sociedad civil, de la academia, del mundo científico hace muchísimo tiempo.
Como se dijo en el debate, la génesis del presente proyecto de ley está en una propuesta legislativa del año 2014, durante el primer Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, fruto del trabajo de la Comisión Philippi. Posteriormente, la Presidenta Bachelet, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Asesora Presidencial, envió la iniciativa al Congreso, y, finalmente, ahora nos toca, haciendo la analogía futbolística, chutear la pelota cuando estamos en la línea del arco.
Gran parte del trabajo se ha hecho de buena manera y entre muchas personas. Ha sido un esfuerzo bien colectivo y muy valioso en las distintas instancias parlamentarias.
Me tocó participar en la Comisión Mixta, donde vi un ánimo de colaboración, de diálogo, de acuerdo por parte de los Senadores Chahuán, Coloma, De Urresti y Girardi y la Senadora Goic, además de los Diputados que la integraron. Dicho espíritu a uno le vuelve el alma al cuerpo y me hace creer de nuevo con mucha fuerza en la capacidad de la política para trabajar en pos del bien común.
Quiero destacar y reconocer esa actitud, pues desde el primer momento en que, como Ejecutivo, vinimos a presentar una propuesta para despejar este proyecto y concretarlo a la brevedad -porque es parte de nuestro Programa de Gobierno, de los compromisos que hemos asumido- notamos un ánimo extraordinariamente positivo para aprobarlo y despacharlo.
Estamos a punto de lograrlo.
Aprovecho de agradecer a quienes fueron fundamentales en este proceso: a Mario Hamuy, Presidente de CONICYT, quien sin duda es el alma de esta iniciativa; a la gente de la academia; a la sociedad civil; a los asesores de los distintos Gobiernos; a los parlamentarios, y a todos quienes hicieron posible esta propuesta legislativa.
No voy a extenderme respecto a las innovaciones que incorpora el proyecto. Ustedes las conocen: se crea el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; una institucionalidad para el diseño de políticas públicas con el fin de pensar el futuro a mediano y largo plazo; la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, que reemplaza a CONICYT; el Comité Interministerial, etcétera.
Lo más importante es que en la Comisión Mixta pudimos despejar las discrepancias que surgieron de la tramitación entre la Cámara Baja y el Senado.
El nuevo Ministerio va a tener un despliegue territorial armónico y gradual. Quizá a futuro, además de contar con las tradicionales seremías, sería bueno pensar en cómo lograr ese despliegue de manera más innovadora.
También se establecen obligaciones de coordinaciones macrozonales, porque la ciencia no se puede restringir a un territorio o a una región específica. En ese sentido, la ciencia no tiene fronteras.
Adicionalmente, se disponen normas de propiedad intelectual. Creemos que estas van a permitir fomentar el patentamiento y la transferencia de tecnología, de conocimiento. La regulación actual constituye una enorme barrera; es una camisa de fuerza para el patentamiento, el conocimiento, la innovación.
¿Sabían ustedes que en treinta y siete años, de los 16 mil proyectos FONDECYT presentados, solo se han patentado 32? ¡Solo 32 de 16 mil! Ello, porque las normas sobre la materia han sido una restricción al patentamiento, a la innovación y al conocimiento.
Por eso agradezco el respaldo al proyecto de ley.
Como señalaba, este es un primer paso. Queda un montón de desafíos por abordar como país. Hay que analizar la inversión en innovación, investigación y desarrollo, que, como se precisó en el debate, es muy baja; cómo fortalecemos nuestros laboratorios naturales -varias cosas que se han dicho en ese sentido-; la inserción de los becarios y el capital humano avanzado en la relación entre las ciencias y los ámbitos productivos; la articulación y la coordinación entre los distintos actores públicos, etcétera.
Como dijo el Senador Coloma -recojo y valoro lo que Su Señoría planteó-, este es el triunfo de la lógica del tratar de entenderse, el triunfo de la construcción de políticas de Estado sobre la base del diálogo y los acuerdos.
Como he señalado en todas las instancias, espero que esta sea la penúltima vez que me toque hablar en representación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Mañana espero hacerlo por última vez en la Cámara de Diputados para poder despachar este proyecto de ley y tener, a partir del más breve plazo, una Ministra o un Ministro del ramo.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Gracias, señor Ministro.