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CREACIÓN DE MINISTERIO DE PUEBLOS INDÍGENAS


El señor QUINTEROS.- ¿Podría abrirse la votación, señor Presidente, ya que se autorizó el funcionamiento simultáneo de una Comisión?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Es mejor esperar un poco, Su Señoría, para ver si tenemos el quorum correspondiente.
El señor QUINTEROS.- Conforme.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede intervenir, Su Señoría.
El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, el proyecto sobre creación del Ministerio de Pueblos Indígenas está íntimamente ligado al que crea los Consejos y el Consejo Nacional de Pueblos Indígenas, que esta Sala aprobó en general la semana recién pasada.
Ambas iniciativas se justifican por la deuda histórica que tiene nuestro país con sus pueblos originarios.
Ambas fueron objeto de un amplio proceso de consulta indígena.
Ambas apuntan a que Chile pueda disponer de políticas públicas más pertinentes y con mayor adhesión.
El proyecto sobre creación del referido Ministerio permitirá contar con un liderazgo claro en la formulación de dichas políticas. El relativo a los Consejos de pueblos indígenas les dará mayor legitimidad a las políticas públicas establecidas.
Las dos iniciativas son necesarias, y no se entiende la una sin la otra. Por lo tanto, si aprobamos en general la atinente a los Consejos, lo propio debiéramos hacer con la que crea el Ministerio de Pueblos Indígenas.
Desde la recuperación de la democracia nuestra institucionalidad ha tenido un progresivo desenvolvimiento, comenzando por la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, que ha cumplido un importante papel.
Sin embargo, con el tiempo, han quedado en evidencia las limitaciones de la CONADI.
Por una parte, su carácter de organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Social no le ha dado la preeminencia suficiente para coordinar diferentes políticas con marcado sello intersectorial.
Ese vacío ha sido llenado de distintas maneras por los sucesivos gobiernos. Se ha designado a subsecretarios, coordinadores y delegados, pero ninguno de ellos ha tenido continuidad ni ha logrado resolver el problema.
Se requiere un ministro que pueda liderar efectivamente las políticas públicas concernientes a los pueblos originarios, con capacidad real para influir sobre las múltiples políticas sectoriales que les afectan, como las de educación, salud, vivienda, cultura y medio ambiente, entre otras.
Por otro lado, el actual Consejo Nacional de la CONADI no reúne las características requeridas para cumplir un rol representativo de nuestras etnias, tanto porque no cuenta con representantes de todos los pueblos como porque contempla también la participación de funcionarios públicos en su seno.
En definitiva, es necesario avanzar hacia un nivel superior de organización, con rango de ministerio, encargado de diseñar las políticas, y hacia un Servicio Nacional de Pueblos Indígenas, el que remplazará a la actual Corporación, el cual estará a cargo de ejecutar las políticas establecidas.
Asimismo, existirá un Comité Interministerial, cuya función principal será coordinar las diferentes políticas públicas que afectan a los pueblos indígenas.
Señor Presidente, son muy pocas las personas que niegan la deuda histórica que tienen la sociedad y el Estado chileno con sus pueblos originarios. El mismo Papa ha hecho referencia esta mañana a las injusticias de que ellos han sido objeto a lo largo de la historia.
Si queremos de verdad saldar esa deuda, debemos comenzar por entregar las herramientas necesarias: el Estado, con un Ministerio y un Servicio Nacional que aseguren el liderazgo y la pertinencia de las políticas públicas; y los propios pueblos indígenas, con un Consejo Nacional y nueve Consejos que doten de legitimidad y adhesión a dichas políticas.
Por supuesto, estas iniciativas son instrumentales y no resuelven por sí solas conflictos que se arrastran desde hace tantos años. Sin embargo, constituyen pasos necesarios para recuperar o establecer la confianza, aquella que ha sido quebrada en tantas oportunidades, pero sin la cual no podremos construir la paz y el desarrollo que se merecen los habitantes de esta tierra: ¡todos sus habitantes, de una, cinco, diez o cien generaciones!
Voto a favor.