MEJORAMIENTOS EN INFRAESTRUCTURA DESTINADA A RECOLECCIÓN DE AGUAS LLUVIA EN REGIÓN DE LOS LAGOS. OFICIO

El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, quiero dejar de manifiesto una preocupación que he recogido en la Región que represento en distintas reuniones con la comunidad, la cual dice relación con la necesidad de realizar avances en la infraestructura destinada a la recolección de aguas lluvia en las distintas ciudades de ese vasto territorio.

Es cierto que el altísimo costo de ese tipo de obras, sumado a la falta de una planificación adecuada, ha decantado en un escenario complejo de resolver.

Pero también es necesario reconocer que la disposición de aguas lluvia, en todas las ciudades del país, debe constituir un objetivo estratégico en materia de desarrollo urbano y calidad de vida.

De acuerdo a datos recogidos por la Cámara Chilena de la Construcción a partir de información proporcionada por la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas, al año 2025 podría estar cubierto recién el 50 por ciento de la demanda por sistemas de recolección de aguas lluvia a nivel nacional.

Se trata de un avance demasiado lento en comparación con el nivel de crecimiento poblacional e inmobiliario que evidencian muchas ciudades, especialmente en el sur de Chile, lo cual impone un notorio freno al desarrollo de los centros urbanos.

En el caso de la Región de Los Lagos, varias ciudades han experimentado un importante crecimiento en los últimos años (Puerto Montt, Osorno, Puerto Varas, Ancud, Castro, Quellón, por nombrar solo algunas), tanto en lo que respecta a su población como a su extensión urbana.

La demanda por vivienda también es creciente. Sin ir más lejos, el Ministerio de Vivienda ha generado miles de soluciones habitacionales durante estos años, a lo que se suma también la oferta del sector privado.

Pero los nuevos barrios imponen también nuevas obras de infraestructura, especialmente en aquellas zonas donde las abundantes e intensas precipitaciones obligan a contar con sistemas adecuados para la recolección y disposición final de las aguas lluvia.

Cada vez que se levanta una nueva obra se produce un impacto en el uso del suelo, lo cual altera el funcionamiento de los sistemas de recolección, provocando inundaciones y colapsos.

Más grave se torna el problema cuando se hace un mal uso del sistema. Un claro ejemplo de ello lo constituyen las situaciones recientemente registradas en los lagos Panguipulli y Llanquihue, donde las descargas irregulares terminaron impactando los sistemas de aguas servidas, lo cual redundó en una contaminación flagrante del entorno.

Antiguamente no existía un tratamiento especial para las aguas servidas. Todas las descargas recaían en un mismo y único sistema, con todos los efectos negativos que ello acarreaba. Esa realidad cambió, y hoy las empresas sanitarias deben hacerse cargo del tratamiento y la disposición final de esas aguas.

Existe, por tanto, una responsabilidad de las sanitarias, hoy en manos privadas, en cuanto a entregar los servicios efectivamente demandados por la población en materia de aguas servidas.

Pero también tienen un rol importante que cumplir las instituciones públicas: la Superintendencia de Servicios Sanitarios en lo que respecta a la fiscalización; los Ministerios de Vivienda y de Obras Públicas, que deben hacerse cargo de proveer los sistemas de recolección de aguas lluvia, y los gobiernos regionales y municipios, que deben gestionar las inversiones correspondientes.

Se trata de obras de alto costo -claro está-, pero que constituyen también una infraestructura de primera necesidad.

En un país que trabaja por alcanzar el desarrollo y que aspira a ofrecer estándares aceptables de calidad de vida a sus habitantes, esta materia debería ser prioritaria, al igual que otros servicios e infraestructura básica, como la vialidad y la energía.

Sobre la base de esa necesidad, señor Presidente, solicito que se oficie al Ministerio de Obras Públicas a fin de requerir detalles sobre la situación de las comunas de la Región de Los Lagos en materia de recolección de aguas lluvia, los estados de los proyectos en marcha y en evaluación, y la proyección de la inversión para los años siguientes.

He dicho.