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SEGURO PARA ACOMPAÑAMIENTO A NIÑOS ENFERMOS


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, no voy a repetir lo que aquí ya se expresó en forma muy importante.
Solo quiero destacar que cuando un proyecto es apoyado transversalmente uno dice "qué fácil es emparejar la cancha". Eso ocurre cuando se trata de iniciativas tan relevantes como esta que favorece a las personas.
Porque la situación actual de padres y madres trabajadores en Chile es que frente a la realidad de una enfermedad grave de uno de sus hijos muchas veces deben elegir entre renunciar al trabajo o continuar trabajando en condiciones dramáticas, sabiendo que sus hijos necesitan su apoyo y su cuidado.
Nuestro Código Laboral, si bien ha evolucionado y cambiado bastante a favor de los trabajadores de Chile, aún tiene pendientes varias situaciones, entre ellas la de los permisos por enfermedades graves de los hijos, que no se halla cubierta.
El proyecto que nos ocupa en este momento viene a llenar un vacío muy importante para los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país.
Sabemos que nadie está libre de enfrentarse alguna vez en la vida al terrible problema de un hijo que padece una enfermedad catastrófica o sufre un accidente grave.
Se plantea la existencia de un seguro social de cargo del empleador a través del pago de una cotización.
Recordemos que la legislación laboral vigente no establece para los trabajadores ningún mecanismo de compensación económica o subsidio por los días en que deben ausentarse para hacerse cargo del cuidado de sus hijos en cualquiera de aquellas situaciones.
Este proyecto, que crea un seguro de acompañamiento, será para los casos de niños o niñas -como se ha dicho- diagnosticados con cáncer, o que necesiten un trasplante de órganos sólidos, o que se encuentren en estado o fase terminal, o que hayan sufrido un accidente grave con peligro de muerte.
¡Qué difícil es ponerse en alguna de tales situaciones! Sin embargo, ¡nadie está ajeno a ellas!
En nuestro país casi un millar de niños y niñas son diagnosticados con cáncer cada año y los accidentes constituyen la principal causa de muerte de unos y otras.
Voy a votar a favor de este proyecto porque, además de reconocer, haciéndose cargo del problema emocional, que los niños y niñas que se encuentran en aquellas condiciones están mejor cuidados por sus padres, reconoce la importancia de establecer continuidad en el empleo, sobre todo tratándose de las mujeres, quienes -lo sabemos- enfrentan mayores barreras para entrar en el campo laboral.
Esta iniciativa busca eliminar las barreras al menos en dicho ámbito, ya que el permiso podrá ser solicitado por cualquiera de los padres, a su elección.
Empero, hay un aspecto no menor que vale la pena destacar.
En efecto, la mayoría de los países miembros de la OCDE consagran mecanismos para otorgar a los progenitores permisos laborales que les permitan cuidar a sus hijos menores enfermos.
Entonces, yo pregunto: si en otros aspectos nos queremos elevar a los estándares que nos entrega la referida Organización, ¿por qué en este caso no deberíamos hacer lo mismo?
La ley en proyecto constituye un gran aporte para nuestro país: cubre vacíos legales y avanza hacia una legislación laboral moderna, que considera tanto la responsabilidad de los padres frente al cuidado de sus hijos cuanto la significación de la continuidad en el empleo sin que ello afecte a la economía.
Por eso, voto que sí.