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REGULACIÓN DE ELECCIÓN DE GOBERNADORES REGIONALES


El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que regula la elección de gobernadores regionales y realiza adecuaciones a diversos cuerpos legales, con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (11.200-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite: sesión 22ª, en 13 de junio de 2017 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Gobierno, Descentralización y Regionalización: sesión 32ª, en 18 de julio de 2017.
Discusión:
Sesión 34ª, en 19 de julio de 2017 (queda pendiente la discusión en general).
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Cabe recordar que los nueve artículos permanentes y los artículos transitorios primero y segundo tienen el carácter de normas orgánicas constitucionales, por lo que requieren 21 votos para su aprobación.
A su vez, los números 18 y 47 del artículo 1° deben ser acogidos por las tres quintas partes de los Senadores en ejercicio, de conformidad con la disposición vigesimoctava transitoria de la Carta Fundamental, lo que hace necesarios 22 votos.
El texto propuesto se transcribe en el primer informe y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
Nada más.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Continúa la discusión general.
Puede intervenir el Honorable señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, me referí a la iniciativa en la sesión en que comenzó a ser tratada. Como había muy pocos Senadores presentes, no sé si es preciso dar cuenta nuevamente de lo que pasó en la Comisión.
Estimo conveniente avanzar, porque las regiones están esperando el proyecto hace mucho tiempo.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Puede hacerlo, Su Señoría.
El señor QUINTEROS.- Gracias.
El compromiso con la descentralización del país debe de ser una de las ideas que más se han repetido en la discusión pública durante los últimos veinte o veinticinco años.
Desde el retorno de la democracia se han materializado adelantos importantes en tal sentido, pero ha sido en el Gobierno actual donde se ha expresado con mayor nitidez la voluntad de operar cambios profundos para dar a las regiones una nueva dirección, con autonomía, recursos y capacidad de decisión real en sus autoridades.
La restitución de los comicios municipales; la creación de los gobiernos regionales, que permitieron aumentar la incidencia del gasto local; la Ley de Rentas Municipales, y la elección directa de los consejeros regionales son algunos de los hitos más relevantes en la paulatina y a veces demasiado lenta construcción de un Estado descentralizado.
Pero, más allá de todos los progresos institucionales, lo más relevante es el intenso cambio económico, social y cultural experimentado en estos años por las regiones.
Nuevas actividades y nuevos actores han dado lugar a una comunidad cada vez más diversa, compleja y poderosa, consciente del rol que debe cumplir en la construcción de su propio desarrollo y decidida a conquistar mayores espacios para la autonomía y participación.
Esas comunidades han estado esperando la elección que nos ocupa y requieren señales claras de parte del Congreso Nacional.
Ya no se podrá elegir en el presente año a los gobernadores regionales. La posibilidad de materializar los comicios respectivos en noviembre próximo había generado aprensiones por diversos motivos y, en los hechos, se convirtió en un obstáculo para el avance de la discusión, especialmente por la vinculación establecida entre la iniciativa en debate y la relativa a la transferencia de competencias, que actualmente es materia de análisis en una Comisión Mixta.
Al despejarse la inquietud, creo que existen las bases para establecer un acuerdo amplio que permita asegurar el total despacho del articulado, así como el relativo al fortalecimiento de la regionalización, dentro del actual período legislativo. La ciudadanía, en especial la de regiones, no entendería un nuevo retraso del proceso.
La fuerza y la autonomía de los gobernadores regionales elegidos popularmente constituirán una ventaja importante a la hora de ejercer el liderazgo político, avalado por el respaldo electoral del territorio. Ello, a su vez, hará posible llevar adelante un programa de trabajo en el que las materias propias de la Región jueguen un rol protagónico.
De hecho, al no ser un funcionario del Ejecutivo, el gobernador podrá impulsar ideas y defender posiciones en favor de la Región de una manera que hoy resulta impensable para los intendentes designados.
Hasta ahora hemos visto cómo estos últimos, en su calidad de funcionarios del Ejecutivo, no necesariamente hacen propias las causas, los problemas y las particularidades de sus regiones, ni privilegian siempre contenidos e ideas relacionados con el desarrollo de sus territorios y el bienestar de sus habitantes.
En más de un caso tampoco han logrado establecer una sintonía entre el Gobierno al que representan y la realidad regional. Muchos conflictos de nivel local no han sido previstos oportunamente debido a ello.
No es lo mismo determinar una política destinada a la agricultura en el norte que otra en el valle central o en la Patagonia. O delinear una estrategia para fortalecer la pesca artesanal en las regiones que solo poseen actividad en el mar abierto que hacerlo en relación con el sur, donde buena parte de la pesca y la acuicultura se realizan en aguas interiores.
Por eso, en la Región de Los Lagos he solicitado insistentemente la elaboración de estrategias propias para el desarrollo y la protección de algunas áreas específicas, como la agricultura, la pesca artesanal y la acuicultura. He planteado esa necesidad porque el territorio respectivo posee vastas extensiones de borde costero; exhibe una decidida vocación marítima, desarrollada mayoritariamente en aguas interiores, y cuenta con una importante cantidad de pequeños agricultores que comparten, en muchos casos, tareas de pesca y de producción agrícola de subsistencia. Se requieren, entonces, instrumentos específicos y focalizados que contribuyan a obtener el mejor de los provechos de ese conjunto de variables únicas.
Mas no es fácil para los actuales intendentes diseñar políticas y programas específicos dentro del marco nacional que los rige, aunque quieran hacerlo. La situación cambiará radicalmente con autoridades electas, que deberán comprometer un programa regional por el cual tendrán que responder después.
El que he expuesto es el espíritu de la reforma constitucional que aprobamos hace unos meses y que hoy estamos materializando a través del proyecto. En los hechos, con las normas en examen estamos construyendo otro piso de este edificio institucional.
Por eso, mi voto es a favor. Confío en que el Senado será capaz de demostrar que la descentralización es más que una bonita idea para engalanar nuestros discursos y que existe un compromiso real para dotar a las regiones de la autonomía que merecen, de los recursos que necesitan y del espacio de desarrollo que sus comunidades demandan.
He dicho.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- El Honorable señor Chahuán se encuentra inscrito a continuación, pero no se encuentra presente.
Tiene la palabra el Senador señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, nosotros estamos, no a partir de ahora, sino desde hace muchas décadas, por la elección de la autoridad regional y la transferencia de competencias.
La reforma constitucional se aprobó dentro de los tiempos para realizar esos comicios en el año en curso, y, con distintos argumentos en orden a que las facultades, las funciones y los servicios que se traspasarían eran insuficientes, se revirtió lo que se había votado a favor hace seis años, en esta misma Sala, con muchas menos atribuciones.
Pero eso, a estas alturas, ya es historia. Los plazos, por distintas razones, no dieron para que la elección se efectuara en 2017, a menos que excepcionalmente se estiren lo suficiente para que los independientes alcancen a juntar firmas y a participar en igualdad de condiciones, como lo exigen la ley y la Constitución. Creo que siempre cabe esa oportunidad.
Ahora, la iniciativa propiamente tal es un avance, desde luego, para el efecto de votar a favor y trabajarla rápido, pero algunos elementos son impresentables.
El artículo 62 de la Ley Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional dispone que "Los secretarios regionales ministeriales serán nombrados por el Presidente de la República de entre las personas que figuren en una terna elaborada por el intendente respectivo," -ahora será el delegado presidencial regional- "y oyendo al efecto al ministro del ramo.".
La pregunta es qué grado de regionalización puede exhibir un representante ministerial que se tiene que ver en condiciones totalmente diversas, como ha planteado mi Honorable colega Quinteros. En el fondo, está bien que ejecute las políticas nacionales en coordinación con las regionales, pero la autoridad regional evidentemente debe tener al menos una sintonía con la autoridad electa.
A mi juicio, asuntos como estos van quedando pendientes. Por eso, hago una suerte de llamado de atención para que cuando los discutamos en particular, y como muchas de estas facultades son de iniciativa exclusiva del Ejecutivo, exista apertura para generar lo que se requiere: una participación regional efectiva, vinculante, con gradualidad y sintonía, a través de instrumentos concretos, como la planificación territorial, el ordenamiento territorial, la zonificación del borde costero y el manejo integrado de cuencas, de modo que nuestro país, de una vez por todas, incorpore no solo la planificación participativa, sino también la innovación social.
Estoy pensando en casos como el del puente que se cayó hace poco en la Región de Aisén, sometido a tres o cuatro veces su carga de diseño por camiones de la propia empresa que trabaja en el lugar.
Con un sensor strain gage -una cuerda vibrante y un monitor- se puede saber hoy día qué está pasando en una infraestructura como la ferroviaria. Cabe recordar la caída del puente Toltén. Y es posible contar no solo con un registro, sino también con una advertencia en tiempo real para que ello no ocurra. Porque las leyes se vulneran. Y la capacidad de fiscalización es limitada y se halla también amarrada, en alguna medida.
Entonces, la impronta regional que le da valor y sentido a nuestra diversidad tiene que verse reflejada en la ley en proyecto.
Desde luego, votaré a favor de la idea matriz, con las aprensiones que he señalado.
Les pido una apertura al Ejecutivo y a las Comisiones respectivas para que la regionalización efectivamente se haga presente en el articulado.
Gracias.
El señor GIRARDI (Vicepresidente).- Puede intervenir el Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, sin duda que la iniciativa es relevante.
Al escuchar a algunos colegas sostener que se trata de un hito en la descentralización y regionalización, los llamo a cuidar las expectativas. Me parece que este es un trabajo que tenemos que realizar con acuciosidad, con rigurosidad, para que quede bien. La gente está esperando que el país se descentralice y regionalice, pero en buena forma, con un trabajo coherente, con instituciones que funcionen, con autoridades a las que se dote de poder, de facultades y de recursos, y sin que se originen frustraciones, las cuales han sido muchas en ese ámbito. No basta con manifestar un interés o una voluntad por las regiones o la descentralización si no estructuramos cuerpos legales que en verdad den cuenta eficaz y eficientemente de los anhelos ciudadanos.
Pensemos en la realidad que viven muchas municipalidades, por ejemplo. Se tiende a creer que ya tenemos resuelto lo relativo a la participación de los habitantes y el desarrollo de las comunas. Sin embargo, muchos municipios están en dificultades, en cada una de las regiones, por hallarse endeudados, por problemas en el financiamiento de la educación y de la salud y por enfrentar demandas de los profesores, encontrándose absolutamente abandonados por el Poder central, de manera que no pueden ser actores del desarrollo local.
Por ende, para descentralizar el país y avanzar en la regionalización tenemos que fortalecer también el rol municipal. De lo contrario, vamos a estar dando pasos a lo mejor extraordinariamente lentos o pequeños para la inmensidad de la tarea por delante.
Ya se reformó la Constitución, que contempla un gobernador regional elegido por la ciudadanía, y el proyecto de ley que discutimos en general establece toda la estructura legal, jurídica, electoral. Por lo tanto, en la discusión particular tenemos que poner nuestros esfuerzos para avanzar en orden a que esta autoridad diga relación con una amplia participación ciudadana y disponga de facultades y elementos que le permitan usar su cargo en beneficio de la Región.
No podemos dejar de mencionar que el Congreso Nacional está trabajando paralelamente en la iniciativa sobre traspaso de competencias, tan importante como la que nos ocupa. Porque si vamos a contar con autoridades regionales elegidas por la ciudadanía a las cuales no se les entregarán competencias, atribuciones ni recursos, las expectativas que mencioné al principio serán sin duda el peor adversario y rival que enfrentaremos después de una legislación que tenemos que despachar de una manera adecuada para su eficacia.
No soy de los que creen que el asunto movilice a la ciudadanía regional. En verdad, ello lo hace el disponer de instrumentos legales eficaces y eficientes para poder ser actor del desarrollo regional y local.
Y aquí se encuentra el elemento central -un señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra ya mencionó el artículo 62 de la Ley Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional- que hemos ido cuestionando. ¿Dónde va a estar realmente el poder? El poder radicará en el delegado presidencial, quien nombrará a los secretarios regionales ministeriales. ¡Estos estarán subordinados a él!
Todos los planes y proyectos regionales estarán a cargo de dicho representante del Ejecutivo, junto con los distintos seremis, quienes son designados, en definitiva, por el Presidente de la República, oyendo a los Ministros respectivos.
Deberemos analizar esas normas durante la discusión en particular, ya que el gobernador regional, que será elegido por la gente, sin duda quedará absolutamente ajeno a esas tareas.
No es posible despachar una iniciativa de ley en la cual todas las atribuciones relativas a los temas más recurrentes -en la región que represento son vivienda y vialidad, tanto urbana como rural-, de acuerdo con el texto que se someterá a votación en general, queden en la esfera no del gobernador regional elegido, sino del delegado presidencial y de los secretarios regionales ministeriales. Reitero que estos últimos son elegidos por el Presidente de la República y estarán "subordinados" -lo dice expresamente la referida disposición- al delegado presidencial.
Por lo tanto, durante el debate en particular habrá que analizar qué hacer para que cuando una comunidad luche por alcanzar el anhelo de pavimentar un camino rural o mejorar una vía estructurante no tenga que acudir al delegado presidencial, sino al gobernador regional elegido.
Sin embargo, quienes deben decidir y manejan los recursos estarán subordinados al delegado presidencial. Nuestra tarea fundamental será cambiar eso.
Como la Constitución ya establece que los gobernadores regionales son elegidos, no queda otra que sacar adelante este proyecto. Pero no cabe duda de que durante la discusión en particular deberemos superar las falencias que se han señalado.
También habrá que ver lo relativo a las inhabilidades para ser candidato. ¿Los diputados, senadores o quienes ejercen actualmente el puesto de intendentes podrán postular al cargo de gobernador regional? Esos son temas más bien de carácter electoral.
A mi juicio, lo que debería ser el núcleo de nuestra preocupación es cómo romper el círculo que hace que el centralismo, el poder central, maneje los asuntos fundamentales de cada región.
La norma que mencioné (páginas 62 y 63 del boletín comparado) constituye un nudo gordiano, un amarre en el que se grafica el poder del delegado presidencial.
¿Queremos que esa autoridad cuente con tal cantidad de poderes?
Si se revisan las disposiciones relativas al gobernador regional, se observará que no es posible encontrar ninguna de tales atribuciones.
¿Qué capacidad técnica tendrá el gobernador regional para llevar adelante los planes de desarrollo de su región?
¡Tenemos que fortalecer ese aspecto!
Una vez superado el obstáculo de que la elección se llevara a cabo en noviembre de este año -algunos lo querían de este modo sí o sí-, hay un margen de tiempo suficiente para hacer bien las cosas. ¡Trabajemos de buena manera en esta materia!
Esa debiera ser una prioridad para nosotros en el Senado, a fin de evitar frustraciones y expectativas no cumplidas con relación al fortalecimiento de las regiones.
Por ello, señor Presidente, vamos a ser coherentes con lo preceptuado por la Constitución Política de la República en cuanto a que se debe elegir a los gobernadores regionales. Pero no podemos dejar de expresar nuestra preocupación por algunas normas de esta iniciativa -a partir de mañana seremos llamados a trabajar en la discusión en particular-, a las cuales hay que poner especial atención e interés, ya que de ellas dependerá verdaderamente la posibilidad de fortalecer nuestras regiones.
Si no lo hacemos, estaremos legislando para elegir lisa y llanamente al presidente del consejo regional, quien manejará el FNDR, cuyos recursos representan un porcentaje ínfimo en relación con el total de fondos de que dispone una región.
Por el contrario, estoy absolutamente convencido de que debemos dotar a las autoridades que son elegidas por la gente de la máxima capacidad y entregarles coetáneamente la responsabilidad de rendir cuenta y ser coherentes con la estrategia nacional de desarrollo.
Aquí no se trata de que las autoridades regionales vayan por un lado y el gobierno central por otro, sino de establecer una descentralización, una desconcentración, una regionalización consistente que permita al país avanzar de verdad.
Al finalizar, no puedo sino insistir en la situación de nuestras municipalidades. Su grado de endeudamiento, de falta de financiamiento en áreas esenciales hace que debamos abordar con especial interés y dedicación el tema de cómo fortalecer el rol municipal.
Si nos abocamos a efectuar un buen trabajo político legislativo en esas dos materias, estaremos cumpliendo con lo que se ha dicho en este Hemiciclo. De lo contrario, estaremos vendiendo humo y generando expectativas que, a la larga, no se alcanzarán.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para abrir la votación, que contiene normas de quorum especial.
¿Habría acuerdo?
El señor WALKER (don Patricio).- Sí.
La señora ALLENDE.- Por supuesto.
La señora MUÑOZ.- Sí.
El señor MOREIRA.- No.
El señor WALKER (don Patricio).- ¿Por qué?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Reitero: ¿existe acuerdo y buena voluntad para abrir la votación?
¿Senador señor Moreira?
El señor MOREIRA.- Está bien.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Acordado.
El señor MOREIRA.- ¡Lo hago solo por usted, señor Presidente...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Gracias, señor Senador.
En votación la idea de legislar.
--(Durante la votación).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, tal como hemos señalado en forma insistente, esta es la reforma a la Administración del Estado más importante de los últimos treinta años.
Yo celebro el impulso dado en esta materia por el Congreso (por las bancadas regionalistas, por las bancadas descentralizadoras) y la voluntad de la Presidenta de la República para seguir adelante con una reforma estructural. Espero que seamos capaces de avanzar en descentralización administrativa, descentralización política y descentralización fiscal.
En primer término, quiero lamentar que al final no se dieran las condiciones ni se contara con los votos y apoyos necesarios para que este año se realizara la elección de los gobernadores regionales.
Mientras tanto, se está haciendo un esfuerzo importante para que el proyecto de ley sobre transferencia de competencias culmine su proceso legislativo.
Por otro lado, llamo la atención sobre un compromiso del Gobierno respecto de una materia que me parece relevante.
En tal sentido pido al Subsecretario -por intermedio de la Mesa- que el Gobierno presente una iniciativa sobre descentralización fiscal. Ello está pendiente y se materializaría mediante una futura ley de rentas regionales, que permita que parte importante de los tributos que generan las actividades productivas con claro sello regional quede precisamente en las zonas donde se producen las externalidades negativas. Me refiero, en particular, a la actividad portuaria en Valparaíso, San Antonio y Quintero; a la actividad minera, y a la actividad forestal.
Reitero: es necesario que buena parte de los impuestos recaudados por actividades con claro sello regional quede en zonas donde se generan externalidades negativas.
Claramente nos hallamos frente a un cúmulo de proyectos con una visión descentralizadora. Sería relevante que las propias regiones pudieran buscar su norte, su propio destino, para no estar mirando en forma permanente hacia las cuatro cuadras del poder, las que se aglutinan alrededor de La Moneda, y que la masa crítica regional tomara iniciativa respecto de su desarrollo.
Por supuesto, estamos ad portas de culminar el análisis de una iniciativa de ley emblemática. Lamentablemente, la fecha en la que deseábamos que se produjera la elección de gobernadores regionales no se cumplirá. Con todo, igual vamos caminando en una sola dirección y estamos dando un paso irreversible.
Las regiones están comenzando a visibilizarse. La masa crítica regional empieza a generar la presión necesaria.
En efecto, este asunto preocupa a la gente de regiones, ¡a nuestra gente!, aunque algunos creen que, con la alta concentración del poder político, económico y social en cuatro comunas de la Región Metropolitana, finalmente ni siquiera Santiago es Chile; que nuestro país estaría compuesto por esas cuatro esquinas del poder alrededor de La Moneda o esas cuatro comunas donde la élite transversalmente está coludida para generar la visión de un Chile distinto.
Por eso se requiere urgentemente que las regiones asuman con fuerza que de ellas depende su futuro.
La OCDE señaló que uno de los impedimentos para que nuestro país acceda al desarrollo es, precisamente, que las regiones no alcanzan completamente el potencial de su crecimiento.
Corea del Sur, en la década del setenta, tenía un diagnóstico, una diagnosis, muy similar al del Chile actual. Los países altamente concentrados claramente logran un umbral de progreso que toca un techo. Tuvo que surgir un líder regional en dicha nación para generar un modelo de crecimiento policéntrico capaz de desplegar todas las potencialidades, con lo cual Corea del Sur dio el salto al desarrollo.
Por lo tanto, insto a aprobar con fuerza este proyecto de ley, que forma parte de un cúmulo de iniciativas, de un tramado que, sin lugar a dudas, va a ser la reforma a la Administración del Estado más importante de los últimos treinta años.
Sin embargo, señor Presidente, le solicitamos al Subsecretario presente en la Sala que cumpla la palabra empeñada respecto a la ley de rentas regionales, porque, de no haber recursos, esta reforma no es viable.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, en verdad, han sido varias las oportunidades en esta Sala para señalar nuestra disposición a votar favorablemente este proyecto específico, que ahora estamos viendo en general, relativo a la elección de los gobernadores regionales, lo cual es consecuencia de la reforma constitucional que consagró dicho proceso eleccionario.
Independiente de eso, obviamente todos sabemos -no por ello hay que dejar de mencionarlo- que, mientras tanto, la Comisión Mixta respectiva está abocada a resolver las discrepancias surgidas entre ambas Cámaras respecto a la iniciativa sobre transferencia de competencias, que naturalmente es el complemento fundamental para que el proyecto en estudio sea viable.
Hoy día nos corresponde pronunciarnos en general respecto de la propuesta legislativa sobre elección de los gobernadores regionales.
Reitero una vez más la importancia de que demos este paso para viabilizar la reforma constitucional en esta materia y permitir que la ciudadanía escoja a su máxima autoridad regional. Ello significa que habrá opciones y miradas diferentes y que el ciudadano en cada región, con su voto, podrá elegir al gobernador regional de su preferencia.
Ello me parece importante.
Sin embargo, hay un espacio que me deja cierta duda: no sé si están suficientemente diferenciadas las funciones del delegado provincial respecto de las del regional. Espero que sí. Aquí separamos la responsabilidad del gobernador regional de las funciones que, más bien, serían de seguridad o las de algunos organismos desconcentrados, que igual existen pese a ser el nuestro un país tan altamente centralizado y unitario.
Reconozco -lo vuelvo a reiterar- el compromiso de la Presidenta Bachelet al respecto: ella se ha esforzado y esmerado por salir adelante con este proceso.
Nosotros valoramos la creación de la Comisión Asesora Presidencial en este ámbito y el hecho de que esta haya propuesto la elección de autoridades regionales. Es más, la posición de la Primera Mandataria, que manifestó en más de una ocasión -en su minuto yo también lo planteé-, era que esta futura ley se hubiese podido aplicar en 2017. Sé que hubo distintas circunstancias -algunas fueron excusas y otras, reales- que lo impidieron. Hoy pretendemos que la elección de gobernadores regionales vea la luz al menos en el año 2020.
Ello nos obliga a ser serios en cuanto a revisar las atribuciones y competencias, para que no haya dualidades de funciones, para que no generemos expectativas que después se vuelvan en nuestra contra, cuando la ciudadanía sienta que estas no se cumplen.
Y, de una vez por todas, digamos las cosas como son: ¡hay que comenzar con este proceso!
Recuerdo que, cuando recién retornó la democracia, ni siquiera los alcaldes eran electos. Nosotros fuimos capaces de legislar para que fueran elegidas democráticamente las autoridades municipales. En un principio se votaba por alcaldes y concejales al mismo tiempo. También fue un logro separar esa elección.
Más adelante, se aprobó la elección de los consejeros regionales, y ahora -como señalé- en una Comisión Mixta se está trabajando lo relativo al traspaso de competencias.
Entonces, aquí se trata de generar condiciones para que el proceso electoral del gobernador regional se desarrolle adecuadamente. Sabemos que este deberá obtener al menos 40 por ciento de los votos para ser electo, que durará cuatro años en el cargo y que podrá ser reelegido por una vez.
Además, habrá que revisar en este proyecto -no ahora, sino durante el debate en particular- una serie de otros aspectos: inhabilidades, incompatibilidades, subrogación, vacancia, causales de cesación en el cargo. En fin, obviamente son muchísimos los elementos que forman parte de esta iniciativa.
La elección del gobernador regional se debe celebrar simultáneamente con la de los consejeros regionales, por supuesto en cédulas separadas. A eso estamos llamados a votar en este momento.
A mi juicio, no podemos dejar de dar este paso necesario.
Avancemos en lo que conocemos como "proceso de descentralización" y no sigamos dándole vueltas al asunto de si son suficientes las competencias. Esta es una experiencia que hay que ir desarrollando, por cuanto se les deben dar a las regiones cada vez mayores posibilidades para que vayan teniendo voz y autonomía a la hora de ejercer sus decisiones.
¡Pero es más que eso!
No será posible un verdadero desarrollo para el país si no existe un elemento equitativo entre sus regiones. Resulta fundamental para un proceso de desarrollo, ¡un desarrollo sostenible!, que queden incorporadas las regiones.
Estimo que es legítimo plantearle a la autoridad del Ejecutivo -en este momento se encuentra en la Sala el Subsecretario General de la Presidencia, señor Gabriel de la Fuente- que somos muchos los que esperamos que las regiones cuenten con recursos reales y la administración de estos. En el caso de la actividad portuaria y otras, ojalá parte de los tributos que generen quede en la región y no todo vaya al Tesoro Público, lo cual nos provoca una tremenda frustración.
Desde ya levantamos la voz para decir que es hora de que se tome en consideración lo que ocurre en muchas regiones, por ejemplo, con relación a la actividad de los puertos, cuyos impuestos van todos al Erario, y nada queda en la zona. En realidad, un porcentaje de estos al menos debiera destinarse a la región donde se recauda.
¡Por lo tanto, desde ya levantamos la voz!
Señor Presidente, voto a favor del proyecto en general, pero admito que me hubiese gustado que la elección de gobernadores regionales se realizara este año. Lo he dicho no una, sino muchas veces. Sin embargo, hoy me atengo a la realidad.
Lo único que cabe pedir ahora es que trabajemos con rigor, con seriedad, con claridad en lo que nos estamos proponiendo.
Es legítimo que las distintas partes del territorio aspiren a ser reconocidas en su identidad. Ese fenómeno se da incluso en la Región de Valparaíso, donde la gente de Aconcagua quiere constituirse como Región. La misma situación ya se vivió con Ñuble. ¡No podemos desconocer esa realidad!
En cada zona hay justamente una identidad cultural, social, geográfica, económica, que la diferencia enormemente del resto del país.
También hay que tener un sentido de responsabilidad para visualizar a futuro si existen condiciones para generar ciertas divisiones al interior de una región, pero con sustentabilidad en el tiempo, con proyecciones, con responsabilidad suficiente. Es esencial tomar ese tipo de decisiones no por cumplir con una promesa electoral, sino por recoger lo más profundo e íntimo de una zona, que es la identidad que emana de su gente.
Nos han manifestado esa identidad muchas veces las personas del Aconcagua, quienes sienten que son parte de un submundo y que no necesariamente se ven reflejadas en el Gran Valparaíso.
Por eso, voto favorablemente la idea de legislar.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Senador señor Moreira, agradeciéndole su buena voluntad, tiene la palabra.
El señor MOREIRA.- Señor Presidente, en honor a la verdad, no había dado el acuerdo para abrir la votación porque quería demorar el despacho de este proyecto.
¡Esa es la verdad! ¡Para qué voy a andar con rodeos!
¿Por qué?
Perdón, una cuestión reglamentaria previa: si estamos en el análisis en general, ¿por qué me asignan solo cinco minutos?
El señor PÉREZ VARELA.- Porque ya se abrió la votación, Su Señoría.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Exacto.
El señor MOREIRA.- ¡Ah, perfecto! Tienen toda la razón.
La verdad, señor Presidente, es que solo estamos ante palabras, palabras y palabras. Yo no creo en esta regionalización. ¿Sabe por qué? No solo porque no se hallan determinadas con mayor amplitud las transferencias de competencias.
Yo soy un hombre de terreno, al igual que muchos de los señores Senadores, y les mentiría si dijera que alguna persona me preguntó por la importancia de la elección del gobernador regional.
¡Ninguna lo hizo!
Por supuesto, me han consultado qué pasa con la autonomía de las regiones, qué pasa con la regionalización, qué pasa con el hecho de que el Estado, independiente del gobierno de turno, nunca tiene voluntad real para entregar o ceder poder a las regiones.
La regionalización y la descentralización serán exitosas en la medida en que haya recursos, autonomía y poder para la autoridad que represente al gobierno regional. Pero lo que hoy día vemos es que solo se está creando una suerte de autoridad decorativa.
¡Para qué nos vamos a enredar con los distintos argumentos que cada uno tiene!
Yo no creo en cómo se han planteado las cosas. Es cierto que se han planteado de una manera muy bonita, muy altruista, pero, en la práctica, no veo que se pueda llegar a satisfacer verdaderamente las aspiraciones de cada una de las regiones.
Yo represento a Los Lagos, tal como mi colega Quinteros. Sin embargo, tengo una visión distinta de la suya. A mí me interesa la regionalización, pero no creo que ella se base en elegir en forma democrática a un gobernador regional. Primero tiene que haber competencias reales.
Si va a haber elecciones, ¡que las haya! ¡Yo no les tengo miedo! Toda mi vida he competido, aun en las circunstancias más adversas, y afortunadamente, gracias a Dios y a la gente, siempre he ganado, hasta en las peores condiciones.
Con respecto a la fecha de las primeras elecciones -me lo está preguntando un regionalista como el Senador Carlos Bianchi-, mi opinión es que se realicen junto con las presidenciales y las parlamentarias. Yo no estoy dispuesto a acompañar una iniciativa legislativa de otra naturaleza, con el objeto de hacerles un traje a la medida a determinados candidatos a gobernadores regionales.
Si se ha de aprobar el proyecto de ley que nos ocupa, la elección de los gobernadores regionales deberá llevarse a cabo con ocasión de la elección presidencial del 2021. De esa manera, tendremos dos o tres años, durante el próximo Gobierno del Presidente Piñera, para sacar adelante una buena legislación en lo que respecta a la transferencia de las distintas competencias.
Por lo tanto, en esta oportunidad, como no creo mucho en este proyecto, me voy a abstener, con mayúsculas.
El señor BIANCHI.- ¡Juéguesela, señor Senador...!
El señor MOREIRA.- Repito: me abstengo...
El señor BIANCHI.- ¡Eso es amarillo, señor Senador...!
El señor MOREIRA.-... porque, a pesar de la presión que estoy teniendo en este minuto de parte de algunos parlamentarios que tratan de imponer sus ideas,...
El señor BIANCHI.- ¡Vote "sí" o "no"...!
El señor MOREIRA.- ¡Me abstengo por respeto a usted, señor Senador...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, solo intervengo para recordar que lo que estamos discutiendo hoy día es el proyecto de ley que regula la elección de gobernadores regionales y realiza adecuaciones a diversos cuerpos legales. ¡Nada más!
He escuchado preocupación por el nombramiento de los seremis, por las facultades que van a tener los gobernadores y los gobiernos regionales, etcétera, etcétera, pero la verdad de la milanesa es que todas las facultades se están viendo en una Comisión Mixta en la que todos quienes participamos deseamos que los gobiernos regionales tengan verdaderas atribuciones, tengan autonomía y tengan financiamiento adecuado.
Al colega que ha sostenido que las primeras elecciones de gobernadores deberían realizarse junto con la elección presidencial, le quiero decir que, desgraciadamente, por orden de un conocido suyo, la Cámara de Diputados se opuso a que ellas se llevaran a cabo el año 2017, por lo que debieron postergarse, atendido que esta ley entrará en vigencia cien días antes de las elecciones parlamentarias. Y, para que ello ocurra, primero deben entrar a regir como ley las normas del proyecto relativo al fortalecimiento de la regionalización del país, que fija el sistema de transferencia de competencias a los gobiernos regionales.
Por lo tanto, si bien es cierto que ahora estamos viendo la normativa que regula la elección de los gobernadores regionales, esta no se va a realizar hasta que tengamos la ley sobre traspaso de competencias.
Entonces, ¡por favor!, no adelantemos la discusión de esa materia, que ahora está llevando a cabo la respectiva Comisión Mixta.
Yo ya fundamenté mi voto a favor de este proyecto, porque realmente creo que las regiones necesitan autonomía, más facultades y contar con financiamiento.
También se ha dicho que los seremis serán designados por el gobierno en ejercicio -por el delegado presidencial-, previa consulta al ministro de turno. ¡Pero por supuesto! Hoy tenemos un Estado unitario y un país presidencialista. Los seremis van a ir desapareciendo a medida que los gobernadores y los gobiernos regionales vayan adquiriendo mayor potencialidad y mayores conocimientos, hasta que dejen de existir totalmente. Pero eso -repito- ocurrirá en forma paulatina, conforme los gobiernos regionales vayan adquiriendo mayores facultades.
Señor Presidente, creo que a veces nos ahogamos en un vaso de agua al tratar de dilatar esta iniciativa.
Chile no va a llegar nunca al desarrollo si primero no nos preocupamos de desarrollar las regiones.
Las regiones son todas diversas. Cada cual tiene potencialidades y debilidades. Dejemos que sean los regionalistas los que determinen hasta dónde quieren llegar con sus regiones.
Por mi parte, creo que, aun cuando el proyecto a lo mejor presenta algunas deficiencias, debemos iniciar desde ya, a partir de este año, la descentralización que el país necesita y darles facultades a las regiones.
Reitero mi voto favorable.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, nosotros mismos muchas veces, en nuestras intervenciones públicas, cometemos el error de señalar que este proyecto va a permitir la elección de los intendentes regionales por parte de la ciudadanía. Y yo creo que es bueno decirle a la opinión pública que lo que en realidad estamos haciendo es dividir la actual autoridad del intendente en dos grandes funciones: por un lado, la función de representante del Presidente de la República, encargado, entre otras materias, del orden público, que va a quedar radicada en la figura del delegado presidencial regional, y por el otro, la función de ejecutivo del gobierno regional, hoy también a cargo del intendente y que ahora recaerá en un gobernador regional electo por la ciudadanía.
En mi caso, comparto el diseño de este proyecto, asumiendo que de por medio hay grandes desafíos. Y lo comparto porque siento que una autoridad elegida por cuatro años para, principalmente, administrar el Fondo Nacional de Desarrollo Regional y hacerse cargo de los proyectos y las iniciativas de inversión, es muy necesaria para no entorpecer el crecimiento de nuestras regiones.
Señor Presidente, La Araucanía, bajo la segunda Administración de la Presidenta Bachelet, ya lleva cuatro intendentes: uno por año. Y todos estamos de acuerdo en que así resulta imposible avanzar.
Al separar las funciones y tener un gobernador regional que durará cuatro años, se establece un horizonte absolutamente conocido por él y por la ciudadanía para impulsar y sacar adelante las distintas iniciativas de inversión que requieren las regiones.
Por eso, este diseño es mejor que el que existe hoy día. Protege mucho más el desarrollo y el crecimiento de las regiones, además porque una autoridad elegida le debe rendir cuenta de su gestión a la propia ciudadanía, que es de donde emana su poder y autoridad.
¿Vamos a tener problemas? Por supuesto. ¿Vamos a enfrentar desafíos? También.
Si ambas autoridades (el delegado presidencial regional y el gobernador regional) no se llevan bien y son fuente permanente de conflictos, no hay ninguna duda de que la ciudadanía las castigará. Se requerirá que las dos hagan un esfuerzo generoso por llevarse bien y ponerse de acuerdo en cuestiones fundamentales. No olvidemos que el poder central, el gobierno central, seguirá actuando a través de los seremis y del delegado presidencial regional. Y en algún momento también deberemos potenciar los recursos de inversión de entre aquellos que destinan los ministerios y los establecidos y dirigidos por los gobiernos regionales.
Por lo tanto, lo que más vamos a necesitar es generosidad para construir entre todos una mejor región. Si las regiones se llenan de conflictos por tener dos autoridades con funciones relativamente parecidas, esto será un completo fracaso. Sin embargo, señor Presidente, confío en que la fuerza y el ánimo de las regiones por querer tener una autoridad elegida ayudarán a superar muchas de las dificultades que estamos señalando.
Por eso, con convicción, y tal como ya lo hice a propósito de la reforma constitucional que autoriza la elección de los gobernadores regionales, hoy voto a favor la idea de legislar respecto de este proyecto, que permite operativizar dicha reforma constitucional.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, con esta iniciativa de ley se inicia un camino que empodera a las regiones de nuestro país y que, por lo tanto, será uno de los pilares fundamentales para lograr el desarrollo de territorios sustentables y sostenibles, en el que cada habitante podrá contribuir, a través de la elección de las autoridades locales, a determinar el destino de su respectiva región.
Ya se aprobó la reforma constitucional correspondiente. Por ende, esta iniciativa, de carácter más técnico, debe hacer efectivas las normas que establecen el principio de que las autoridades regionales han de ser electas por voto popular, así como el principio fundante de un estado unitario pero descentralizado, como ocurre en la inmensa mayoría de los países desarrollados, donde la toma de decisiones se lleva a los territorios para poder planificar, desde la ciudadanía y la realidad de cada uno de ellos, reformas en materia de infraestructura, desarrollo sustentable, políticas sociales y administración de servicios básicos.
En consecuencia, lo que estamos discutiendo es parte de una pieza más amplia, más sistémica, ya que la elección de los gobernadores regionales está relacionada con la aprobación de la presente normativa, pero también con la promulgación de la ley que regulará el traspaso de competencias (hoy el proyecto respectivo se encuentra en Comisión Mixta) y de la futura ley de rentas regionales, que esperamos que haga justicia con los territorios y establezca criterios de asignación de las riquezas que genera cada región para su propio desarrollo.
Tales aspiraciones son de larga data en nuestro país y representan un sueño de muchas décadas.
Por lo tanto, estamos ante un proyecto básicamente técnico, por cuanto implementa lo que ya está plasmado en la reforma constitucional que dispone la elección de los gobernadores regionales, pero que empieza a concretar la descentralización del país.
De hecho, dejamos constancia de que falta una iniciativa sobre financiamiento regional y otra sobre responsabilidad fiscal regional, la que en ningún caso debe confundirse con la ausencia de una ley que asegure el financiamiento de los gobiernos regionales, para que se responda por el correcto uso de los recursos en beneficio de todos los habitantes.
Además, la reforma que regula la elección de los gobernadores regionales exige adecuar diversos cuerpos legales. Y es lo que viene a hacer el proyecto en discusión, donde se aclara que, en virtud del nuevo artículo 111 de la Constitución, el gobernador regional será el órgano ejecutivo del gobierno regional; que dicha autoridad será elegida por sufragio universal en votación directa, resultando electo el candidato que obtenga una mayoría equivalente al menos al 40 por ciento de los votos; que, en caso de no ocurrir aquello, se procederá a una segunda votación, y que el gobernador regional durará cuatro años en su cargo.
Este mecanismo asegura que dicha autoridad será representativa de la mayoría que exista en cada región del país y que tendrá legitimidad para conducir a las regiones hacia un desarrollo que haga justicia con las demandas, necesidades y aspiraciones de los habitantes de los distintos territorios.
Por consiguiente, apoyamos el proyecto, pues va en la dirección de lograr un Estado unitario pero descentralizado, y pone nuestra institucionalidad en línea con la modernización del país y con un Chile más democrático pero, al mismo tiempo -y lo repito-, más descentralizado.

El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Para no quedarnos sin quorum, quiero aprovechar de pedir la autorización de la Sala con el objeto de fijar plazo para presentar indicaciones hasta el lunes 7 de agosto, a las 12, tal como me lo ha planteado el Presidente de la Comisión.
El señor ESPINA.- ¿Por qué no se da un plazo más amplio, hasta el 14 de agosto, por ejemplo?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- No tengo inconveniente.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
--Se fija como plazo para formular indicaciones el lunes 14 de agosto, a las 12.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Al mismo tiempo, pido autorización a la Sala para que pase a presidir la Senadora señora Adriana Muñoz.
Acordado.
--Pasa a presidir la sesión la Senadora señora Muñoz, en calidad de Presidenta accidental.
La señora MUÑOZ (Presidenta accidental).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor De Urresti.


El señor DE URRESTI.- Señora Presidenta, Honorable Sala, hoy estamos dando un paso importante con la aprobación general de este proyecto, el que, como su propio título indica, regula la elección de gobernadores regionales y realiza adecuaciones a diversos cuerpos legales.
Se ha discutido en abundancia acerca de la necesidad de avanzar en la descentralización -en la descentralización política, en este caso- con la elección democrática de las autoridades regionales, lo cual nos parece correcto. Se ha establecido un procedimiento. Luego, en la discusión particular, veremos si la mejor fórmula es, efectivamente, un umbral de 40 por ciento, con segunda vuelta en caso de que ningún candidato obtenga dicho porcentaje.
Creo que son aspectos que tenemos que analizar.
Pero cruza esta discusión algo que se está estudiando en paralelo en la Comisión Mixta relativa al traspaso de competencias, que es, en definitiva, el gran esfuerzo para tener, junto a la descentralización política, un conjunto de descentralizaciones administrativas, con facultades precisas para cada una de las futuras gobernaciones regionales, actuales intendencias.
Considero importante definir -y lamento que no esté presente el Subsecretario, porque este es un punto que vamos a tener que seguir analizando en la discusión particular- cómo juegan, interactúan, se relacionan o dialogan el gobernador electo (expresión clara de la soberanía popular, victorioso en primera o segunda vuelta, pero manifestación de una mayoría regional), los consejeros regionales (también electos desde las elecciones pasadas y que este año deben renovarse en cada una de las regiones de acuerdo a las respectivas circunscripciones provinciales) y el delegado presidencial.
Me parece que todavía hay que afinar algunos aspectos fundamentales de esta relación virtuosa -al menos de acuerdo al modelo español, como legislación comparada, que me ha tocado estudiar y que nos sirve de referencia-, como las normas base y de desarrollo, en definitiva, disposiciones del ámbito regional o nacional, estatal, en relación con los preceptos que, por facultad delegada o por competencia directa, se hallan radicados en cada una de las regiones.
Ese sería un juego equilibrado, pues se conocerían las competencias, las atribuciones, el mando que tendría en cada territorio el gobernador, y qué injerencias habría desde el nivel central.
Y lamento -reitero- que no estén las autoridades relacionadas con la descentralización, o de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, para debatir -imagino que ocurrirá en la Comisión- la forma en que dialogarán esas competencias.
Yo aspiro a que de ninguna manera haya una superposición de competencias, o una sobrerrepresentación estatal en el ámbito de los servicios regionales, en que todo el andamiaje o estructura administrativa siga dependiendo del nivel central, en materia agrícola, de fomento, de vivienda. No quiero un INDAP, por ejemplo, palanca fundamental en el desarrollo agropecuario, dirigido desde Santiago con respecto a nuestras regiones.
¿Vamos a transferir esas competencias para que sea la región la que tenga la capacidad de hacer, a través de sus programas, de sus funcionarios, de sus equipos, una apuesta y focalizar el trabajo efectivo en el mundo del agro?
Y ¿qué sucederá con el turismo?
La reflexión que hemos hecho permanentemente es que no podemos duplicar una administración regional desconcentrada del nivel central, en paralelo con una supervisada directamente por el gobernador, y una suerte de tercera administración para coordinar.
Eso podría ser francamente un error, una burocracia excesiva, ineficaz, de no resolverse positivamente.
Creo que ahí es donde debemos avanzar.
Insisto: doy todo el respaldo a la descentralización política que permita fijar un procedimiento de identificación de las autoridades de cada territorio, electas democráticamente, pero previa resolución de la forma en que jugarán los recursos y las competencias.
Por último, quiero reiterar algo que he mencionado en todas mis intervenciones: es fundamental que la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo genere una instancia de formación de capital profesional, técnico, para ayudar a la configuración de la nueva administración regional.
La señora MUÑOZ (Presidenta accidental).- Tiene la palabra la Senadora señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señora Presidenta, siendo coherente con lo que he dicho todos estos años, voy a votar a favor de la elección directa del máximo representante de una región: el intendente o el gobernador regional, como ahora se denomina en la ley en proyecto.
Creo que es un paso adelante.
Otra cosa es el traspaso de atribuciones, de recursos; la descentralización de carácter fiscal, lo cual es demasiado relevante.
Pero ahora estamos pronunciándonos sobre la elección de gobernadores regionales, la cual, obviamente, comparto. Porque ¡pucha que es diferente tener un gobernador regional -o intendente, como estamos acostumbrados a llamarlo- que represente las necesidades, los sueños de una región, o un funcionario designado por el gobierno de turno!
Es muy distinto. Un funcionario designado por el Gobierno de turno, por muy buena persona que sea, no batallará con pasión por los problemas de su región. Porque si le bajan el presupuesto no irá a pelear a La Moneda, pues su Gobierno lo puso en el cargo. Si hay un incendio en Valparaíso tampoco va a ir a pelear a La Moneda por la mala construcción o la no edificación de las casas, porque su Gobierno lo puso ahí. O si hay una catástrofe acá, en la región, y le bajan los proyectos de embalse no concurrirá a pelear a La Moneda, porque su Gobierno lo colocó en el cargo.
Por lo tanto, ¡claro que resulta importante que la región elija su máxima autoridad, pues ella va a luchar con dientes y uñas por lo que su región quiere!
Y eso es válido para todas las regiones.
Hace pocos días leí que un exintendente de nuestra Región señaló que no tenía ninguna relevancia sacar adelante la creación de la Región de Aconcagua. ¡Obvio que no, pues con suerte habrá ido dos veces a la zona! ¡Cómo le va a importar!
Entonces, resulta claro que lo que necesitamos aquí es tener autoridades regionales que se la jueguen de verdad por sus territorios.
La Región de Valparaíso, que es un espejo de lo que pasa en Chile, hace cuatro años tenía el mayor presupuesto regional, después de la Capital. Hoy día estamos en el séptimo lugar, después de las Regiones del Maule y de Atacama, que son respetables, pero mucho más pequeñas que la nuestra.
Sin embargo, ¿están nuestras autoridades regionales peleando por su presupuesto? ¡No, pues! ¡Cómo van a pelear con su Gobierno!
Por lo tanto, para mí, claro que esto es importante.
Además, debo hacer honor a algo que realicé siendo Diputada: firmé el proyecto de ley, con el entonces Diputado del PPD Víctor Barrueto, para que hubiese elección directa de intendentes, pues entendimos que una de las cosas importantes en política era la pérdida de poder y que la regionalización solo sería posible en la medida que los partidos políticos perdieran poder, para que así las regiones y sus dirigencias definieran las candidaturas de sus máximos representantes.
Así, la Administración Central perdería poder en favor de las regiones, en la medida que hubiera elecciones directas de representantes populares de las regiones.
De ahí la relevancia que tiene para mí este proyecto. Y por eso lo voto a favor.
He dicho.
La señora MUÑOZ (Presidenta accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señora Presidenta, la descentralización es un proceso que requiere la realización de varias medidas en forma simultánea para que sea exitosa.
La más importante de ellas es el traspaso de competencias, porque al darle poder a la región podrá tomar las decisiones relevantes para sus vecinos, las cuales obviamente deben ser siempre compatibles con las políticas de desarrollo nacional, por cuanto Chile es un estado unitario, o sea, elige un Presidente de la República, quien tiene que responder a la ciudadanía por su programa de Gobierno.
De tal manera que lo primero que debemos tener es un buen traspaso de competencias, el cual, por ser un hecho novedoso en nuestro país, que se realiza por primera vez, ha de hacerse responsablemente para no provocar un conflicto evidente entre el delegado presidencial -sería como el equivalente al intendente de ahora- y el gobernador regional, que se elegirá por la ciudadanía.
Por tanto, si se legisla bien puede ser un avance trascendente para la regionalización, pero en caso contrario significará un daño ¡gigantesco! para el país.
Ahora, junto con el traspaso de competencias, que es fundamental, hay que dar el paso para que las autoridades de la región sean elegidas democráticamente por la ciudadanía.
Asimismo, hay una tercera materia que resulta de tanta importancia como las anteriores: el financiamiento de las competencias que se traspasan, que se ha denominado "Ley de rentas regionales", en la cual no se ha avanzado nada, ¡absolutamente nada!
Luego, existe un cuarto asunto: la fiscalización, porque los gobiernos regionales electos tienen que responder por los recursos que se les otorgan. Hay ejemplos a nivel mundial en los que autoridades regionales elegidas democráticamente gastan más de lo que tienen y, al final, el Gobierno central es el que debe salir a responder.
Por lo tanto, se trata de cuatro etapas: traspaso de competencias, rentas regionales (recursos), elección de autoridades, y fiscalización de dineros entregados o rendición de cuentas.
Hoy estamos votando un proyecto que tiene por objeto regular la forma de elegir a los futuros gobernadores regionales -ya aprobamos la reforma constitucional respectiva-, el cual debe corregirse en muchos aspectos, ¡en muchos!
Por ejemplo, y quiero decirlo con toda claridad, hay que eliminar el número mínimo de sesiones que debe realizar el Consejo regional, pues se podría dar el absurdo de que se reuniera una vez cada dos meses.
Asimismo, hay que definir con claridad cuál será la fecha de la elección. Una alternativa es realizarla junto con las elecciones municipales y otra llevarla a cabo con las presidenciales.
Existen buenos argumentos para ambas tesis. Yo tiendo a inclinarme por la última. Porque, de lo contrario, la elección del gobernador terminará siendo una previa de la presidencial y no se mirará desde la perspectiva del interés regional, sino desde la perspectiva de la candidatura presidencial del año que viene. Recordemos que las elecciones municipales son aproximadamente un año antes de las presidenciales.
La Comisión debe resolver si las elecciones se efectúan junto con las municipales y se adelantan las de cores, lo que significa acortar el período de los actualmente en ejercicio; o bien con las presidenciales, lo que implica que el Primer Mandatario asuma con nuevas autoridades regionales electas, iniciando un período que no interrumpa la gestión (lo que sí ocurriría si la elección fuera intermedia).
Hay que recordar que la interrupción genera inestabilidad, y en este país sobran las incertidumbres y faltan las certezas.
En consecuencia, este proyecto debe mejorarse considerablemente, e incorporar cambios sustantivos.
Obviamente, también necesita estudiarse detenidamente y con responsabilidad la iniciativa de traspaso de competencias. No es llegar y decir: "Vamos a traspasarlas al lote" o "sin haber medido bien los efectos que producirá".
Señor Presidente, por todas estas consideraciones y aprensiones votaré a favor de la idea de legislar, insistiendo en lo fundamental: la necesidad de estudiar los puntos que he descrito rigurosamente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, a lo largo del año pasado y del actual, hemos abordado esta materia en distintas instancias. Ahora estamos más allá de la reforma constitucional: en la discusión general de la ley que regula la elección de gobernadores regionales propiamente tal.
Lo único que quiero dejar asentado es que ciertamente concurriré con mi voto favorable a aprobar este proyecto, que establece los mecanismos y las formas en que se elegirán en el futuro los gobernadores regionales y se determinarán sus atribuciones.
Más adelante discutiremos el tema de las fechas de elección. Pero quiero reiterar algo que se ha dicho antes. Lo hemos discutido muchas veces y me interesa que quede constancia de ello en la historia de la ley.
Cuando en este Senado debatimos la reforma constitucional para permitir la elección directa, algunos de nosotros ejercimos fuerza a fin de reponer una idea que, en su minuto, se había desechado en distintas Comisiones, en cuanto a la disposición de un vínculo entre la elección de los gobernadores regionales y la existencia de atribuciones claras para ellos.
Esto venía en un proyecto original de reforma constitucional, que fue rechazado por diversas consideraciones. Pero logramos reponerlo, y creo que el paso del tiempo nos ha dado la razón.
Ya aprobamos la reforma constitucional, y hoy día acordaremos en general el proyecto de ley que regula la elección de los gobernadores regionales, actualmente intendentes. Sin embargo, todavía no tenemos luz verde acerca de la iniciativa que establece atribuciones y competencias.
Entonces, cuando hicimos el esfuerzo de vincular lo anterior, sujetos a mucha presión y crítica, algunos colegas manifestaron la necesidad urgente de establecer la elección sin contar con atribuciones ni ley de rentas regionales. Pero nosotros señalamos que eso podía llevar eventualmente al populismo y, en consecuencia, a tener personas electas con gran entusiasmo, con gran expectativa regional, sin atribuciones claras, pues no estaba determinado cómo se iba a distinguir el rol de estas autoridades respecto del delegado presidencial, y, además, no iban a contar con los recursos necesarios.
Y pusimos miles de ejemplos.
Para mencionar solo uno acerca de esta región, quiero señalar que por años se ha hablado de que el puerto de Valparaíso deje recursos a la Región de Valparaíso, y a esta comuna en particular, en un símil de lo que hacen los casinos en Chile: entregar recursos a los municipios y a las regiones en que se encuentran.
Pues bien, con el proyecto de atribuciones y competencias no era claro, por no decir que era imposible, que el futuro Gobierno elegido por todos nosotros tuviera esa facultad. ¿Por qué? Porque esa propuesta legislativa no lo permitía.
Por lo tanto, hoy concurriré a aprobar esta iniciativa contento de que haya quedado amarrado, concadenado y sujeto a la condición de que para elegir a alguien en mi Región de Valparaíso deban estar definidas sus atribuciones.
De otro lado, ser regionalista es bueno. ¡Todos van a apoyar a un regionalista...! ¡Quién se inclinaría por un centralista...! ¡Nadie! Salvo un Senador por Santiago. Y ni siquiera en ese caso.
Sin embargo, una cosa es ser regionalista de verdad, otorgando atribuciones y recursos, y otra distinta, solo eligiendo ciudadanos.
Y esto último está muy bien, pero significa una democracia imperfecta. Porque si no otorgamos atribuciones claras ni recursos, la ley será letra muerta y únicamente generará falsas expectativas.
Ahora, puedo entender que algunos quisieran hacerlo pues consideraban que era un primer paso y que con esto se iría avanzando. No obstante, mi experiencia es que cuando las cosas no se hacen bien desde el principio, o al menos con una mirada integral -no digo de golpe y porrazo-, nunca resultan de la manera adecuada.
¡Que se definan las atribuciones! ¡Que se limiten! ¡Pero que se diga claramente cuáles son!
Que se establezca un calendario decreciente de entrega de atribuciones, un calendario de recursos.
No obstante, nada de eso había acá. En consecuencia, íbamos a implementar algo sabiendo que traería un costo.
Algunos dirán que se oponían al inicio so pretexto de querer ser perfectos. Yo sostenía que elegir personas sin atribuciones es populismo: significa elegir a gobernadores que tendrán que marchar a Santiago a solicitar recursos, de manera desordenada, y las regiones más grandes, más fuertes o con más recursos propios podrían exigir un tratamiento distinto a una mirada integral.
En consecuencia, creo que esta iniciativa requiere mucho trabajo para distinguir qué hará el delegado presidencial y qué el gobernador regional que elijamos, y determinar las fechas de las elecciones.
Asimismo, no olvidemos que están pendientes dos proyectos relacionados con esta materia.
Respecto a las rentas quiero señalar una cosa más.
Leí con bastante preocupación una entrevista a la Presidenta Michelle Bachelet -mi Presidenta- en El Mercurio, donde señaló que la Ley de rentas regionales no ingresaría al Congreso durante su Gobierno. Esa entrevista se publicó varios meses atrás y fue la razón de que algunos nos preocupáramos, ya que era un reconocimiento explícito de que las rentas regionales no eran prioridad.
No quiero caer en el populismo de afirmar que podemos imprimir dinero en las regiones. Pero tampoco quiero que caigamos en vender atribuciones y descentralizaciones que no serán tales.
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Terminada la votación.
--Por 30 votos favorables y una abstención, se aprueba en general el proyecto, dejándose constancia de que se cumplió el quorum constitucional exigido.
Votaron afirmativamente las señoras Allende, Muñoz, Lily Pérez y Von Baer y los señores Allamand, Araya, Bianchi, Chahuán, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Matta, Ossandón, Pérez Varela, Prokurica, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Se abstuvo el señor Moreira.
El señor LAGOS.- ¡Placilla comuna!
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- En este momento ha llegado a la Mesa el siguiente documento:
Mensaje
De Su Excelencia la Presidenta de la República, con el que da inicio a un proyecto de ley que regula la declaración de un día como feriado regional (boletín N° 11.349-06).
--Pasa a la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización y a la de Hacienda, en su caso.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el señor Subsecretario.


El señor DE LA FUENTE (Subsecretario General de la Presidencia).- Señor Presidente, en nombre de la Primera Mandataria y de su Gobierno, queremos agradecer la votación casi unánime del Senado al proyecto. Este marca un nuevo paso en un proceso de descentralización que comenzó hace más de dos décadas y que ha tenido hitos muy importantes.
Con esta aprobación en general estamos cumpliendo una parte significativa del Programa de Gobierno de la Presidenta de la República en materia de descentralización y, particularmente, desde la perspectiva de dotar con más poder a las regiones.
Muchas gracias.