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SOLICITUD DE MEDIDAS PROTECTIVAS PARA PRODUCCIÓN PRIMARIA DE LECHE NACIONAL. OFICIO


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, quiero usar esta tribuna para alzar mi voz de alerta acerca de un serio problema que se vive en la Región que represento y que tiene repercusiones en todo Chile. Me refiero a la producción primaria de leche nacional, que hoy se encuentra gravemente amenazada.
La producción lechera de nuestro país se halla estancada. De acuerdo con las estadísticas de los propios productores, en el año 2016 se alcanzó a generar algo más de 2 mil millones de litros, producción equivalente a la registrada en 2008. O sea, en casi diez años los resultados no han experimentado ningún cambio.
A ello hay que sumar la concentración del poder comprador de leche fresca en manos de las multinacionales, que llegó a 70 por ciento, aproximadamente.
Señor Presidente, otro hecho preocupante es el de que en Chile el precio que reciben hoy los productores nacionales, en promedio, no supera los 220 pesos por litro.
Si comparamos con los países más competitivos, notaremos que, por ejemplo, en Nueva Zelanda el productor recibió en toda la temporada el equivalente a 230 pesos por litro. En Uruguay el precio ya va en 240 pesos por litro; en la Unión Europea, en 235; en Estados Unidos, en 270, y en Brasil, en 300.
Estamos enfrentando una compleja y triste realidad. En Chile los precios son arbitrados por las grandes compañías, que no solo compran enormes volúmenes, sino que también son importadoras y exportadoras. Y la mayor parte de las transacciones ocurren entre ellas mismas.
Por ejemplo, Soprole o Prolesur le compra a Fonterra de Nueva Zelanda y Prolesur le exporta a Fonterra de México, aprovechando los aranceles preferenciales y, de paso, ayudando a los productores neozelandeses, perjudicando a nuestra producción.
Eso se repite en Nestlé y en Emmi, y ahora, con Parmalat.
A todas luces, los acuerdos no escritos entre las grandes multinacionales lácteas -vale decir, Nestlé, Fonterra, Watt's, Parmalat y Emmi- tienen de rodillas a los lecheros locales, quienes en su mayoría son pequeños y medianos propietarios.
Señor Presidente, hay que buscar soluciones ahora, antes de que sea demasiado tarde. Y, para los lecheros de nuestra Región, demasiado tarde es ya la próxima primavera. Ellos perciben que existe la amenaza de una baja en producción y precios, la que terminará por arruinar a cientos de pequeños y medianos productores, obligándolos a vender sus tierras. Pero nadie quiere que eso ocurra.
Hemos conversado en múltiples oportunidades con los productores lecheros de Osorno y de la Región de Los Lagos. Ellos buscan respaldo y protección para su trabajo, que genera un alimento vital para nuestro país, y apuestan por la implementación de mecanismos de control, como la aplicación de una salvaguardia provisoria a las importaciones de lácteos. Esperan que, tal como ocurrió con la aplicación de una medida similar en el año 2010, de esa forma se impida que continúen acentuándose las bajas de precios impuestas por las industrias lácteas, que hoy en la práctica manejan el negocio de la leche.
La producción lechera es uno de los pilares de la economía de la Región de Los Lagos. Forma parte esencial de nuestro paisaje y de nuestra cultura.
Las políticas para dicho sector se concentran en promover el aumento de su productividad y competitividad. ¡Pero aquí estamos hablando de su supervivencia!
¡El Gobierno no puede permanecer pasivo frente a ese verdadero desastre para las regiones del sur! ¡No podemos dejar solos a miles de pequeños y medianos productores, a los trabajadores y sus familias, quienes viven en torno a la actividad lechera!
¡Urge adoptar medidas!
Para ello, señor Presidente, solicito que se oficie al Ministro de Agricultura a fin de que informe sobre la aplicación de medidas de salvaguardia en el referido mercado y de protección de la pequeña y mediana producción lechera de nuestro país frente a los abusos de que son objeto.
He dicho.
--Se anuncia el envío del oficio pertinente, en nombre del señor Senador, conforme al Reglamento.