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CREACIÓN DE SUBSECRETARÍA DE LA NIÑEZ


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, tal como lo indicaba la Presidenta de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización, la Administración de la Presidenta Bachelet se ha propuesto el desarrollo de una nueva institucionalidad en materia de políticas públicas sobre la infancia.
Esta se sustenta sobre tres pilares: en primer lugar, un nuevo sistema de garantías de derechos de los niños; en segundo término, una defensoría de los derechos de la niñez, y por último, el proyecto que otorga atribuciones al Ministerio de Desarrollo Social y crea la Subsecretaría de la Niñez.
Se trata de una estructura que apunta, con un enfoque de derechos, a la situación integral del conjunto de la población infantil y adolescente.
No se limita, en consecuencia, a los niños vulnerables o en "situación irregular", como se los denominaba hasta el día de hoy. Pero es la condición necesaria -sostiene el Gobierno- para acometer el objetivo urgente y ampliamente compartido de reorganizar el Servicio Nacional de Menores, separando la atención de los niños vulnerados que son infractores de ley respecto de los que no lo son.
Justamente, para dar este paso se requiere previamente definir nuevas competencias para el Ministerio de Desarrollo Social y crear así la Subsecretaría de la Niñez, de los cuales dependerá la nueva entidad encargada de la atención de niños vulnerados no infractores de ley, mientras que el organismo especializado en los menores infractores de ley dependerá del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Hay, en consecuencia, una visión global e integral de este problema.
Algunos Senadores de la Comisión de Gobierno plantearon dudas sobre la nueva estructura que se propone, la dependencia respecto de la cartera de Desarrollo Social o el orden en que se hacen las reformas.
Todas estas aprensiones fueron debidamente respondidas por el Ejecutivo y el proyecto, como se ha relatado, se aprobó por unanimidad.
Se planteó que era necesario que fuera un Ministerio exclusivo y no una Subsecretaría el que se hiciera cargo de esta función, pero hubo acuerdo en que el Ministerio de Desarrollo Social cuenta con las capacidades para asumir estas nuevas tareas, junto con el papel que le corresponde respecto del conjunto de políticas sociales de nuestro país.
En esta línea, propusimos modificar el epígrafe de la presente iniciativa de ley para enfatizar el papel de la Cartera. Incluso, pienso que se podría ir más lejos y plantearnos el cambio de su denominación por el de "Ministerio de Desarrollo Social y de la Niñez", de la misma manera como se hizo con ocasión de la creación de la Subsecretaría de Derechos Humanos, que dio lugar a un cambio en el nombre del Ministerio de Justicia, que pasó a llamarse "Ministerio de Justicia y Derechos Humanos".
Otro punto debatido fue el rol rector del Ministerio sobre el área de la infancia, el que se proyecta a los diversos organismos del Estado con atribuciones en esta materia.
Hoy tenemos una infinidad de programas, ya sea en los colegios, los servicios de salud, los municipios, la JUNJI, la JUNAEB, el SENDA, el SENAME, además de entidades del sector privado, que se hacen cargo parcialmente de las vulneraciones de derechos que sufren nuestros niños, pero ello no garantiza la integralidad y la eficacia de esta atención.
El Ministerio estará en condiciones, con la información socioeconómica disponible, de focalizar la acción pública, orientando a las demás Secretarías de Estado en sus propios planes y programas.
En cuanto al orden en que deben ejecutarse las reformas, todos compartimos la necesidad acuciante de enfrentar la realidad que afecta a los niños que se encuentran internados en centros públicos o privados de la red del SENAME. Ellos requieren respuestas urgentes y eficaces.
Con el despacho de los proyectos en actual tramitación, esperamos el pronto envío de aquel que reorganiza el Servicio Nacional de Menores. Chile tiene una deuda con estos niños.
Entre los niños hay más pobres, hay más violencia y hay más desigualdad.
El país ya ha dado pasos importantes por la inclusión en la educación y por la atención preferente de salud de los menores a través de los programas de control del niño sano.
Esto mismo debe extenderse a todas las prestaciones sociales básicas a que tienen derecho los niños, incluyendo la cultura, la entretención, el deporte y, muy especialmente, su seguridad; es decir, el derecho a vivir en un entorno que los proteja.
Esta es la tarea a que están llamados el Ministerio de Desarrollo Social y la nueva Subsecretaría de la Niñez, y por ello, con mucho entusiasmo, voto a favor.
He dicho.