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MODERNIZACIÓN DE SISTEMA DE RELACIONES LABORALES. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


El señor LAGOS (Presidente).- Conforme a lo resuelto por los Comités, corresponde tratar el informe de Comisión Mixta recaído en el proyecto de ley que moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo, con urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (9.835-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 30ª, en 30 de junio de 2015 (se da cuenta).
En trámite de Comisión Mixta, sesión 5ª, en 23 de marzo de 2016.
Informes de Comisión:
Trabajo y Previsión Social: sesión 43ª, en 12 de agosto de 2015.
Trabajo y Previsión Social (segundo): sesión 95ª, en 20 de enero de 2016.
Hacienda: sesión 95ª, en 20 de enero de 2016.
Trabajo y Previsión Social (complementario del segundo): sesión 104ª, en 9 de marzo de 2016.
Comisión Mixta: sesión 8ª, en 6 de abril de 2016.
Discusión:
Sesiones 44ª, en 18 de agosto de 2015 (queda pendiente discusión general); 45ª y 46ª, empalmadas, en 19 de agosto de 2015 (se aprueba en general); 104ª, en 9 de marzo de 2016 (queda pendiente la discusión); 105ª, en 9 de marzo de 2016 (queda pendiente la discusión); 106ª, en 10 de marzo de 2016 (queda pendiente la discusión); 107ª, en 10 de marzo de 2016 (se aprueba en particular).
El señor LAGOS (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Las divergencias suscitadas entre ambas Cámaras derivan del rechazo por parte de la Cámara de Diputados, en tercer trámite constitucional, de algunas de las enmiendas efectuadas por el Senado en el artículo 1o del proyecto, en lo que respecta al ejercicio de los derechos reconocidos por el Código del Trabajo de buena fe y en forma pacífica; a la obligación de desarrollar la negociación colectiva de manera pacífica entre las partes; a la negociación semirreglada; al derecho de información específica para la negociación colectiva en las grandes y medianas empresas, y a la negociación colectiva del sindicato interempresa.
La Comisión Mixta, como forma de resolver las diferencias entre ambas Cámaras, efectúa una proposición que comprende las normas en controversia y otras disposiciones de la iniciativa, así como las adecuaciones correspondientes a los ajustes formales requeridos por el texto contenido en la proposición.
Respecto de las divergencias, propone lo siguiente:
-Ejercicio de los derechos reconocidos por el Código del Trabajo de buena fe y en forma pacífica: rechazar la enmienda introducida por el Senado en el numeral 3), letra a).
-Obligación de desarrollar la negociación colectiva de manera pacífica entre las partes: rechazar la enmienda introducida por el Senado, consistente en la incorporación de un artículo 6o bis.
-Negociación semirreglada, artículo 315: aprobar el texto de la Cámara de Diputados para el encabezamiento del inciso primero, reemplazando la mención al artículo 362 por una al artículo 365; y aprobar la modificación introducida por el Senado respecto del inciso tercero.
-Derecho de información específica para la negociación colectiva en las grandes y medianas empresas, artículo 317: aprobar un artículo 317 con el texto propuesto por el Ejecutivo.
-Negociación colectiva del sindicato interempresa: aprobar la incorporación de un nuevo artículo 365, sobre negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa.
La Comisión acordó la proposición con las votaciones que consigna en cada caso en su informe.
Corresponde señalar que la Cámara de Diputados, en sesión de hoy, aprobó la proposición de la Comisión Mixta.
En el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición figuran, en la cuarta y en la quinta columna, la proposición de la Comisión Mixta y el texto que quedaría de aprobarse su informe.
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, ¿se puede abrir la votación?
El señor LAGOS (Presidente).- ¿Habría acuerdo para abrir la votación?
El señor PROKURICA.- Sí, señor Presidente.
El señor LAGOS (Presidente).- Ello, en el entendido de que los señores Senadores dispondrán de diez minutos para intervenir.
Acordado.
En votación el informe de la Comisión Mixta.
--(Durante la votación).
El señor LAGOS (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier, quien entregará un breve informe en su calidad de Presidente de la Comisión Mixta.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, estamos llegando al final de un debate de casi un año y cuatro meses para una reforma laboral que probablemente, en opinión de muchos, está pendiente desde hace más de cuarenta años.
Quiero partir haciendo alusión a un cartel que se encuentra en las tribunas y que dice: "La reforma laboral es un caballo sin cola; no es bonito, pero sirve para andar". Esto lo expresa una de las organizaciones sindicales que nos acompañan y permite contextualizar este debate. Porque la reforma laboral que se está discutiendo, ahora en trámite de Comisión Mixta, se relaciona con la conclusión de un proceso, de un cambio legal que persigue una finalidad: tener un caballo que ande.
En tal sentido, debemos recordar que esta reforma laboral busca nivelar la cancha a través de dos pilares esenciales.
Por una parte, la titularidad sindical y su vinculación con la extensión de beneficios, siempre respetando la libertad sindical.
Por otro lado, el establecimiento en nuestro Código Laboral de una institución, de un derecho fundamental: la huelga efectiva, sin remplazo interno ni externo.
Al final de esta discusión y en esta etapa de la Comisión Mixta, no tengo ninguna duda de que esta reforma permite nivelar la cancha y garantizar titularidad sindical y huelga efectiva como las dos instituciones fundamentales para avanzar.
Sin duda, más allá de los detalles que algunos quieran destacar (si el caballo tiene una cola larga o corta), este es un caballo que anda para los fines que fue propuesto, que es fortalecer el derecho de los trabajadores de nuestro país, para emparejar la cancha.
Quiero partir mis palabras indicando que considero que estamos frente a un paso histórico de fortalecimiento para los trabajadores a través de su sindicato, estableciendo un nuevo modelo de relaciones laborales, que esperamos sea colaborativo, de diálogo, que permita abordar no solo el ámbito de las remuneraciones, sino también los debates sobre condiciones de trabajo, productividad, capacitación, compatibilización con la vida familiar, entre otras materias.
La Comisión Mixta abordó un conjunto de materias que paso a relatar, por cuanto ya en los otros trámites varias de las instituciones que se propusieron en esta reforma fueron aprobadas.
Cuatro fueron los principales temas que se debatieron en la Comisión Mixta. Existen algunos de menor relevancia, pero quiero centrarme en los fundamentales. Ellos son:
-Información para la negociación colectiva.
-Negociación colectiva del sindicato interempresa.
-Definición, derivada de los debates, sobre práctica desleal con relación al uso de la fuerza en las personas o en las cosas.
-Práctica desleal relacionada con la subcontratación.
Ahora pasaré al detalle, señor Presidente.
La Cámara de Diputados rechazó la enmienda que el Senado introdujo en su momento en dos artículos, vinculada a establecer la obligación de ejercer los derechos reconocidos en el Código del Trabajo en forma pacífica.
Ese concepto -si no recuerdo mal- se introdujo tanto en el artículo 5° como en el artículo 6° bis, nuevo, en los que se planteaba que la negociación colectiva debía ser pacífica.
Ambas normas fueron rechazadas en la Cámara Baja.
En la Comisión Mixta se hizo presente que ya estaba definido que era una práctica desleal y, también, una práctica antisindical el uso de la fuerza física en las cosas, o física o moral en las personas. Es decir, esta materia, a juicio de la mayoría, estaba abordada.
Sí se complementó en un aspecto lo tocante a las prácticas desleales.
En consecuencia, la Comisión Mixta rechazó la propuesta de que el referido concepto se consignara en los artículos 5° y 6° bis; pero complementó lo relativo a la práctica desleal -reitero que ya se hallaba consignado el uso de la fuerza física en las cosas, o física o moral en las personas-, agregando una nueva acción que puede considerarse como tal. Hay que recordar que las prácticas desleales no constituyen un decálogo cerrado: es abierto, indicativo de las materias que posteriormente deberán resolver los tribunales. Así, se agrega que es una práctica desleal impedir durante la huelga, por medio de la fuerza, el ingreso a la empresa del personal directivo o de trabajadores no involucrados en ella.
El verbo rector de la práctica desleal es "impedir" el acceso por la fuerza.
Ese fue el primer capítulo general que abordó la Comisión Mixta, respecto del cual formuló la propuesta que señalé para resolver la divergencia surgida entre ambas Cámaras.
El segundo punto que se debatió -y no me quiero detener en cuestiones secundarias- tiene que ver con el derecho de información para la negociación colectiva.
Sobre el particular, se repusieron normas que el Senado había rechazado.
Se fijaron criterios respecto a la información que debe ser puesta a disposición durante una negociación colectiva, diferenciando, sí, qué tipo de información debe garantizarse para trabajadores y empleadores.
Aquí tuvimos una controversia con la Oposición.
Se reincorpora la norma que establece que tanto el sindicato como el grupo negociador existente en las empresas donde no hay un sindicato, para los efectos de preparar la negociación colectiva, pueden solicitar al empleador la planilla de remuneraciones pagadas a los trabajadores afiliados a la organización, desagregada por haberes y con el detalle de ingreso a la empresa y cargo o función desempeñada.
Se entiende, y está explícito, que los trabajadores autorizan al sindicato para pedir dicha información.
Con el objeto de mantener la reserva de la información personal de los trabajadores, se dispone que la información relativa a la planilla de remuneraciones solo podrá ser solicitada por los sindicatos que hayan sido autorizados expresamente en sus estatutos o cuando su entrega haya sido autorizada de manera explícita por cada trabajador. Ello, para no violentar normas sobre información personal existentes en otros cuerpos legales.
Adicionalmente, respecto de la información de remuneraciones para los distintos cargos y funciones de la empresa, se establece la obligación de entregar la información innominada cuando se trata de negociaciones en medianas y grandes empresas. La empresa entregará esta información solo cuando existan cinco o más trabajadores en cada cargo o función, se asegure la reserva de información individual de cada trabajador y no se infrinja el deber de reserva de la información personal del trabajador que la ley impone al empleador.
Sobre esta materia hubo una segunda discrepancia significativa, señor Presidente.
Por un lado, algunos entendemos que la información es esencial.
Ello quedó demostrado con el caso de Canal 13. Y excúsenme el ejemplo.
Cuando se conocieron los sueldos de los cuerpos directivos de dicha estación televisiva y el sindicato pudo actuar en función de esa información, sin duda se logró llegar a mejor puerto en esa negociación. Porque no hay que olvidar que las negociaciones colectivas muchas veces tienen como propósito cerrar la brecha salarial que existe al interior de una empresa.
En resumen, se repusieron los derechos de información.
Se introdujo una diferenciación entre lo que han de entregar las empresas por regla general. Pero también se reincorporó la norma que establece la obligación de proporcionar la información específica relativa a la planilla de remuneraciones pagadas a los trabajadores (acá hubo discrepancia entre el Senado y la Cámara de Diputados) y la información tocante a las remuneraciones del cuerpo directivo, la que deberá ser entregada innominadamente.
El tercer gran tema de discusión fue la negociación colectiva del sindicato interempresa: artículo 365.
Señor Presidente, estimados colegas, se propone una nueva fórmula que permite a los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa negociar con su empleador conforme al procedimiento de negociación colectiva reglada. Y se establecen los procedimientos que señalaré en seguida.
A mi juicio, acá se garantiza algo fundamental: que los trabajadores que formen parte de un sindicato interempresa siempre podrán negociar. La cuestión es cómo hacerlo y quién es su contraparte (el empleador) al negociar.
La fórmula establecida considera:
Primero, que los sindicatos interempresa deberán agrupar a trabajadores que se desempeñan en empresas del mismo rubro o actividad económica.
Segundo, que la negociación se realizará en la empresa (esto lo discutimos en el Senado, pero fue rechazado).
Tercero, que el sindicato interempresa deberá tener un número de afiliados en la empresa en que se negocia igual al que se establece para el sindicato de empresa. Es lo que en la jerga común se conoce como "doble quorum": quorum para establecer el sindicato interempresa y al interior de la empresa en que se negocia debe haber tantos afiliados como los que se requieren para establecer un sindicato de empresa.
Con esos requisitos se negocia como sindicato interempresa (regla general).
En las medianas y grandes empresas es siempre obligatorio para el empleador aceptar el pliego que presenta el sindicato interempresa.
En las pequeñas y microempresas es facultativo para el empleador decidir con quién negocia.
El empleador de una pequeña empresa o de una microempresa puede resolver que no quiere negociar con el sindicato interempresa.
Si esa es su voluntad -es facultativo, como indiqué-, está obligado a negociar con los trabajadores de su empresa que están afiliados al sindicato interempresa como si fueran un sindicato.
Por ende, se garantizan dos principios muy importantes en la referida fórmula: la libertad sindical, esto es, la manera en que se organizan los trabajadores, y el derecho de los trabajadores a negociar siempre.
En ambos casos, sea a través del sindicato interempresa directamente, sea con los trabajadores afiliados al sindicato interempresa como si fueran un sindicato, cuando el empleador de la pequeña o microempresa no quiere negociar con la directiva del sindicato interempresa, esto se realizará de acuerdo a los principios de la negociación reglada, con los fueros, con los plazos, con los derechos que ahí se determinan.
Adicionalmente, resulta importante consignar -esta materia también se discutió en el Senado- que la comisión negociadora sindical estará integrada por los directores y los delegados sindicales que trabajen en la empresa donde se negocia. Es decir, en la comisión negociadora el empleador negocia con los trabajadores propios, pero que estén o hayan estado afiliados al sindicato interempresa.
Además, se plantea una norma general: el sindicato interempresa siempre puede negociar en forma no reglada; o sea, la negociación es voluntaria o no reglada.
Por tanto, señor Presidente, respecto del sindicato interempresa, en la Comisión Mixta -formas más, formas menos- se restableció el principio de la libertad sindical en virtud del cual, para los efectos de negociar, los trabajadores pueden organizarse de diferentes maneras: una, sindicato de empresa; la otra, sindicato interempresa.
Entonces, se repuso lo que planteó la Cámara en el sentido de que el sindicato interempresa existe como mecanismo. Y el agregado es para que se hagan en particular sindicatos interempresas de un mismo rubro o actividad económica.
El cuarto tema abordado en la Comisión Mixta, señor Presidente, tiene que ver con la subcontratación.
Como recordarán Sus Señorías, en el trámite del Senado se agregó un artículo para determinar las facultades de la empresa mandante en el caso de que, habiendo contratado a una empresa contratista, esta y sus trabajadores vivan un proceso de negociación colectiva que termine en huelga porque ambas partes no se pusieron de acuerdo.
Ese fue uno de los puntos de desencuentro que se llevaron a la Comisión Mixta. Esto, porque la Cámara de Diputados mantuvo la norma de que, en caso de huelga en una empresa subcontratista, durante ella el mandante pudiera (porque se trata de un contrato de carácter civil) proveer los servicios con un tercero.
Sobre el particular, la idea es establecer como precedente que los mandantes sí tienen responsabilidad en lo que ocurre durante la huelga.
Por ello, se incorpora una regla en virtud de la cual se dispone que la contratación directa o indirecta de los trabajadores en huelga de una empresa contratista o subcontratista por parte de la empresa principal se considera una práctica desleal sancionable con multa.
Se consagra el criterio de que la empresa mandante, aunque tiene atribuciones para contratar servicios si se interrumpen sus actividades a raíz de una huelga en una empresa subcontratista, podría incurrir en prácticas contrarias al proceso de negociación colectiva de su contratado (la empresa contratista) y de los trabajadores involucrados.
Por último, señor Presidente, más allá de esos cuatro puntos, se estableció una cuestión -quedó planteada; y es importante consignarlo, si bien se trata de algo menor- relacionada con los instrumentos colectivos suscritos por los grupos negociadores.
Al respecto, hay que marcar el precedente.
Si existe un contrato colectivo suscrito por un grupo negociador, al promulgarse la ley en proyecto, ¿hasta cuándo dura?
Hubo aprobación en el sentido de que los afectos al contrato colectivo se mantienen hasta el término de la vigencia de este instrumento.
Eso es muy importante para los efectos de dar certeza jurídica.
Es una cuestión complementaria. Y se trata de un precepto que reproduce la misma regla aprobada para los trabajadores sindicalizados.
Señor Presidente, tales fueron los principales temas que abordamos en la Comisión Mixta y que ahora se someten a la consideración de esta Sala.
No he querido mencionar disposiciones más bien formales: títulos, aspectos complementarios, en fin.
Como Presidente tanto de la Comisión de Trabajo del Senado cuanto de la Comisión Mixta, les agradezco a todos los parlamentarios que participaron en el debate de este proyecto, que ha sido muy largo, muy intenso. Pero tengo la convicción de que estamos dando un paso histórico al adecuar nuestras normas laborales y, en el fondo, devolverles a las trabajadoras y a los trabajadores chilenos derechos que tuvieron en el pasado.
He dicho.
El señor LAGOS (Presidente).- Muchas gracias, señor Senador, por el informe que entregó como Presidente de la Comisión Mixta que analizó el proyecto de reforma laboral.
Siguiendo con el acuerdo de Comités, les otorgaré diez minutos tanto a los Senadores que están a favor cuanto a los que están en contra. Luego de ello, cada cual podrá fundamentar su voto por cinco minutos.
Hay ya una lista de oradores.
Antes de eso, tiene la palabra el Senador señor Allamand.


El señor ALLAMAND.- Señor Presidente, Honorables colegas, como señaló el Presidente de la Comisión Mixta, estamos llegando al final de un debate extraordinariamente largo. En consecuencia, parecería inoficioso reiterar argumentos que hemos expuesto durante varios meses.
Simplemente, me interesa informar a la Sala, de manera muy breve, sobre los cambios introducidos a partir de la Comisión Mixta, que no son menores y no carecen de importancia.
Señor Presidente, tal como expresó el Senador Letelier, la primera enmienda dice relación con lo que se ha denominado genéricamente "tema de la fuerza o de la violencia".
En sesión anterior del Senado tuvimos un largo debate, tras el cual se incorporaron dos principios y dos preceptos -artículos 5° y 6°- que (podríamos decir), globalmente, establecían el concepto de que los derechos consagrados por el Código del Trabajo siempre debían ejercerse de buena fe y en forma pacífica.
Fue una votación dividida, y finalmente se instalaron esos dos conceptos, que, por quedar en la parte general del referido Código, inspiraban el conjunto de la legislación.
A mi juicio, aquí hay que decir las cosas como son.
En virtud de un acuerdo político que se alcanzó en la Nueva Mayoría, todo lo definido en esta Sala con relación a tales materias, simplemente, se borró de una plumada. Y se ha pretendido señalar que eso no tiene importancia, pues se agregó una práctica antisindical que significa exactamente lo mismo.
Señor Presidente, yo quiero hacer presente, de manera responsable, que eso no se ajusta ni remotamente a la verdad.
Una cosa es lo que resolvió esta Sala en el sentido de consagrar un principio general para toda nuestra legislación, y una completamente distinta, remplazar un principio general simplemente por una cláusula antisindical que, como señaló el Senador Letelier, era del todo innecesaria. Y era innecesaria porque las cláusulas antisindicales y desleales no son taxativas.
De consiguiente, lo que se hizo aquí fue sustituir una norma que le daba una inspiración global a nuestra legislación por otra que ya existía.
En segundo lugar, en materia del sindicato interempresa, la discusión es la que hemos tenido siempre.
Algunos, como nosotros, creen que el sindicato interempresa tiene que poder negociar voluntariamente, cualquiera que sea la contraparte. Otros, por el contrario, consideran que en algunos casos debe negociar obligatoriamente.
¿Qué se acordó en la Cámara de Diputados?
Voy a poner un solo ejemplo.
Las empresas muy chiquitas y las pymes bajo 50, como señaló el Senador Letelier, negocian voluntariamente. Y las otras negocian con el sindicato interempresa obligatoriamente.
¿Qué significa eso? Por ejemplo, que un local comercial para venta de electrodomésticos que cuenta con 51 trabajadores puede verse obligado a negociar con el sindicato interempresa de la cadena DIN, que debe de tener cien locales y miles de trabajadores, o con algunos de los sindicatos que están representados en las tribunas (entiendo que varios sindicatos de las cadenas del retail hacen muy bien las cosas).
Aquello puede significar que, en una provincia, un pequeño supermercado de 51 trabajadores se vea obligado a negociar, por ejemplo, con el sindicato interempresa de Unimarc.
Algunos estiman que eso está muy bien. Yo considero que es un profundo error.
No habría inconveniente mayor en que en el ámbito del sindicato interempresa, como ya ocurre -por ejemplo, en el caso de los multirrut-, negociaran los grandes con los grandes.
Pero si a ustedes les parece razonable que una cadena de supermercados que tiene 80 mil empleados negocie en el mismo sindicato con un local comercial o con un supermercado que tiene 51 trabajadores, estamos viendo las cosas de modo muy distinto.
En tercer lugar se halla lo concerniente a la privacidad.
Señor Presidente, digamos las cosas como son.
Yo considero que las remuneraciones forman parte del derecho de las personas a la privacidad y la reserva.
Y no me estoy refiriendo en este minuto a los ejecutivos.
¿Por qué razón la remuneración de un trabajador, contra su voluntad -y voy a ir a esto-, tiene que estar en manos del sindicato?
Si una persona es demandada en un juicio de familia, la información sobre su remuneración es reservada para las partes.
Cuando discutimos esto acá, el Presidente de la Democracia Cristiana de ese entonces, Senador Jorge Pizarro, argumentó por qué motivo la norma planteada era inconveniente para los propios sindicatos y lesiva para la reserva y privacidad que deben tener las remuneraciones.
¿Qué se hizo en la Comisión Mixta?
Se reconoció el principio que discutimos en esta Sala, y se dijo: "¡Ah! De ahora en adelante, para que los sindicatos puedan tener acceso a las remuneraciones, deben darse dos condiciones. Una," -era la que planteábamos nosotros- "que haya una autorización expresa del trabajador".
¿Pero dónde está la segunda, que, desde mi punto de vista, es tramposa?
Se expresa: "salvo que el estatuto del sindicato así lo establezca".
¿Alguien me va a decir que cuando un trabajador se incorpora a un sindicato revisa exhaustivamente las cláusulas de sus estatutos a fin de saber si a esa organización se la autoriza o no para tener acceso a sus remuneraciones?
¡Nadie lo hace!
Señor Presidente, consideramos que esas tres cosas están mal.
Queremos dejar constancia de nuestro punto de vista.
Ahora, para que no haya equívocos en esta materia, debo manifestar que durante la discusión que tuvimos en la Comisión Mixta salió a relucir muchas veces el tema del Tribunal Constitucional. Y el Presidente de aquella señaló en varias oportunidades que en cuestiones de procedimiento se seguía exactamente la doctrina de ese Tribunal: Tribunal Constitucional para acá y para allá.
Bueno: nosotros vamos a recurrir a ese Tribunal.
Y estamos en nuestro derecho.
Ese Tribunal Constitucional es el originado en la Constitución del Presidente Ricardo Lagos, del año 2005.
¡Ninguno de los miembros de ese Tribunal Constitucional ha sido nombrado por dictadura alguna!
¡Todos los miembros de ese Tribunal Constitucional han sido nombrados por este Congreso Nacional, por Presidentes de la República democráticamente electos y por miembros de la Corte Suprema!
Por lo tanto, ese Tribunal Constitucional tiene plena legitimidad...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- ¡Silencio!
El señor ALLAMAND.-... para conocer de estas y otras materias. Y nosotros, le guste a quien le guste, vamos a ejercer nuestro derecho.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Pido silencio en las tribunas.
Le corresponde intervenir al Senador señor Ignacio Walker.
El señor WALKER (don Ignacio).- Hablaré cuando funde mi voto, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señor Presidente, el Senador que me antecedió en el uso de la palabra señalaba que en esta discusión había que decir la verdad.
Mi propósito es hablar en términos más generales. Sin embargo, primero deseo clarificar algunos de los aspectos que abordó Su Señoría, para después entrar a la verdad de la discusión de este proyecto, el que ha sido objeto de una larga tramitación, como puntualizó el Senador informante y Presidente de la Comisión de Trabajo y de la Comisión Mixta.
Señor Presidente, aquí nadie ha querido amparar una práctica violenta. Y eso queda salvaguardado con claridad.
Lo cierto es que se está tratando de confundir el debate.
Nosotros establecimos como práctica desleal tanto de los empleadores cuanto de los trabajadores durante la negociación colectiva el ejercicio de fuerza física en las cosas o física o moral en las personas, y fijamos las sanciones correspondientes.
Además, complementariamente, en la Comisión Mixta se determinó que se considera práctica desleal de los trabajadores el uso de la fuerza para impedir que ingresen a la empresa el personal directivo o los empleados que no estén involucrados en la huelga.
¡Qué mejor muestra!
Más aún: con todos los votos de la Nueva Mayoría, se llegó a un acuerdo. Y entiendo que ello le duela a la Derecha, que se negó a legislar sobre la materia. Porque esta es la verdad: rechazaron incluso la idea de discutir aquí, en este Congreso, un proyecto para actualizar la negociación colectiva.
Puede no gustarles. Pero quién puede dudar de que es necesario remozar las modalidades de la negociación colectiva y capacitar a los trabajadores para sentarse a la mesa y discutir cómo se distribuye el fruto del trabajo en que ellos participan, de qué manera se establecen relaciones más modernas.
Aquí se ha intentado convencer de que se trata de entregar información en contra de la voluntad del trabajador.
¡Si afiliarse a un sindicato y asumir lo que disponen sus estatutos es parte de la libertad de asociación! ¡Nadie está obligado a ello!
Probablemente, entre los argumentos que van a utilizar figure el de que para obtener los beneficios pertinentes el trabajador estará obligado a afiliarse al sindicato.
¡Pero si es factible que haya distintos sindicatos! ¡Y el trabajador puede elegir si se afilia o no!
Incluso, establecimos que la extensión de beneficios tiene que ser materia de la negociación colectiva y que debe priorizarse el acuerdo.
¡Eso es lo que buscamos con este proyecto!
Nosotros no pretendemos reeditar la lucha entre los trabajadores y los empleadores, ficción que se ha tratado de colocar en este debate.
Nuestro propósito es instalar relaciones más modernas, de respeto. Pero también procuramos que haya equilibrio entre las partes.
¡Qué duda cabe de que no es lo mismo un trabajador negociando solo frente a su empleador!
Por eso, se necesita fortalecer el sindicato. Y es justamente lo que hace esta reforma.
Señor Presidente, quiero destacar que hoy día estamos dando un paso importante.
¿Quedarán debates pendientes en materia laboral? ¡Sin duda!
Sin embargo, acá tenemos aprobada la titularidad sindical.
Hay derecho a huelga efectiva. Y este es un cambio significativo, que además está en línea con legislaciones que funcionan en otros países. Porque se trata de una huelga, no para hacer desgaste, sino para incentivar el acuerdo.
Avanzamos incluso en una materia en la que inicialmente había diferencias: los pactos de adaptabilidad; y resguardamos que ello sea con los trabajadores organizados.
Además, incorporamos el Consejo Superior Laboral. Porque entendemos que en esta materia deben generarse instancias tripartitas, donde trabajadores, empleadores y representantes del gobierno sean capaces de sentarse y mirar hacia delante para buscar la forma de mejorar las relaciones laborales.
Estimados colegas, me alegra que hoy día estemos terminando esta etapa de la tramitación de la reforma laboral.
Lamento que la Derecha haya amenazado constantemente con el Tribunal Constitucional.
Yo siento que se trata, no de cuidar que nuestras normas estén dentro del ordenamiento constitucional -podemos dar latamente argumentos al respecto; y lo hicimos durante el debate-, sino más bien de torcer una voluntad que se expresa en este Congreso Nacional, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Yo espero que frente a eso estén las explicaciones ante el mundo de los trabajadores, ante un país que hoy día espera avanzar en productividad. Pero eso se hace con todos los que contribuyen sentados a la mesa.
Un país que crece deber ir de la mano con relaciones más equitativas y de justicia social.
Por eso, respaldamos con entusiasmo -y en la bancada de la Democracia Cristiana existe unanimidad al respecto- el informe de la Comisión Mixta.
He dicho.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Senador señor Larraín, ¿va a hacer uso de sus tres minutos ahora?
El señor LARRAÍN.- Sí, señor Presidente.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra Su Señoría.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, por más que se insista y por más que se use la retórica para señalar que esta es una reforma histórica, lo cierto es que, a nuestro juicio, no lo es.
Se trata de una reforma bastante circunscrita, porque, a decir verdad, solo está referida a los trabajadores formales del sector privado, regidos por el Código del Trabajo, que presten servicios en empresas con más de ocho empleados, pues con menos no es posible constituir sindicatos.
Esta reforma excluye a todos los trabajadores públicos; a todos los trabajadores a honorarios; a todos los trabajadores por cuenta propia, y, desde luego, a los desocupados.
De consiguiente, estamos hablando de una reforma que solo puede abarcar al 30 por ciento que no está incorporado en ese primer grupo. Y de ellos, incluso, solo se está refiriendo a los trabajadores que se encuentran sindicalizados, que sabemos son el 15 por ciento del total de la fuerza laboral, la que se mide mediante encuesta del INE.
En consecuencia, estamos circunscribiendo el ámbito de esta reforma a una materia muy específica.
Segundo, respecto de su espíritu, le escuché a la señora Senadora que me antecedió en el uso de la palabra plantear que esta es una modernización de las relaciones laborales para lograr un mejor entendimiento al interior. Pensamos que no es así. Por el contrario, la reforma, por la manera como se ha expuesto, más bien tiende a insistir en la confrontación al interior de la empresa y a reforzarla.
La titularidad sindical, la afiliación obligatoria encubierta, la no extensión de beneficios, son instituciones absolutamente estructurales que no compartimos. Por eso es que hemos votado en contra de la idea de legislar, no porque nos opongamos a revisar la negociación colectiva, los derechos de los trabajadores y cuestiones de estilo.
Es más, hemos destacado la conveniencia de una reforma constitucional para que existan la negociación colectiva y el derecho a huelga de los trabajadores del sector público. Ese proyecto lo presentamos hace más de dos años. Hasta el día de hoy, ni la Comisión de Trabajo se ha dignado verlo ni el Gobierno ha manifestado interés por asignarle urgencia, a pesar de que se lo hemos solicitado. De manera que nos interesa fortalecer los derechos laborales donde no se cuenta con protección, particularmente en el sector público, en que se encuentra el peor empleador, que es el Estado.
El espíritu del texto también se refleja en algo que a mí me ha sorprendido. Me refiero al rechazo registrado primero en la Cámara de Diputados, pero que aquí también tuvo lugar con los votos de los Senadores de la Nueva Mayoría integrantes de la Comisión Mixta, en el sentido de no permitir...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene un minuto adicional para concluir, Su Señoría.
El señor LARRAÍN.- Voy a usar mi tiempo de fundamentación.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- ¿Sus cinco minutos?
Muy bien.
El señor LARRAÍN.- Se desechó una disposición aprobada mayoritariamente por el Senado en el sentido de que "Los derechos reconocidos por este Código deberán ser siempre ejercidos de buena fe y en forma pacífica.".
¿Quién puede explicarme por qué una norma de esta naturaleza ha sido desestimada, en circunstancias de que precisamente refleja el propósito de evitar la idea de confrontación y el de generar el entendimiento de trabajadores y empleadores, socios ambos de una empresa en la que juegan su destino? Mientras mejor le vaya a ella, mejor les irá a los trabajadores. Y eso es lo que, además, justamente se debe regular con preceptos de esta índole.
No. Fue rechazada.
Pero no solo esa. Ocurrió lo mismo con una norma también aprobada por el Senado, a propósito de una indicación de Senadores de la Democracia Cristiana, en orden a que "La negociación colectiva deberá desarrollarse de manera pacífica entre las partes". Nuevamente la desecha la Cámara y otro tanto ocurre, lamentablemente, en la Comisión Mixta.
Por lo tanto, en el espíritu no hay, a mi juicio, una verdadera modernización, una búsqueda de caminos para que trabajadores se puedan entender bien con empleadores. Ello, en igualdad de condiciones, por cierto, para lo cual es necesario fortalecer los derechos de los sindicatos y que todos los trabajadores que quieran afiliarse puedan hacerlo.
Me parece que eso no ha quedado debidamente reforzado, por lo cual creemos que es una mala legislación.
En tercer lugar, tengo que hacer presente una cuestión de procedimiento planteada al interior de la Comisión Mixta.
Con motivo de uno de los temas mencionados al informar, el señor Presidente del órgano técnico se refirió al cambio en la subcontratación introducido por el Ejecutivo en el órgano técnico.
La norma general, sobre la cual hubo acuerdo en ambas ramas del Congreso, es que la mandante, cuando se presenta una huelga en una subcontratista, puede contratar otros servicios. Porque si a una empresa contratista se le estaba ofreciendo casino, por ejemplo, es preciso seguir dando alimentación.
Sobre esa materia se incluyó una disposición en el Senado, existió acuerdo en la Cámara y no se suscitaron problemas.
Sin embargo, el Ejecutivo incorporó una indicación referida a la subcontratación. Independientemente del contenido, es una práctica desleal. Estamos frente a algo que no forma parte de las discrepancias entre el Senado y la Cámara, no obstante lo cual ello tuvo lugar en el debate de la Comisión Mixta. Lo anterior contradice el espíritu del artículo 71 de la Carta.
Algunos trataron de recurrir a fallos del Tribunal Constitucional, lo que demuestra que, cuando les interesa y les sirve, como bien decía el Honorable señor Allamand, sí lo citan. En relación con este aspecto dijeron que se había sentado un precedente a favor.
Discrepo por completo de esa interpretación. Y lo hago por una razón: si establecemos que la Comisión Mixta puede abordar cualquier tema no incluido dentro de las discrepancias o de puntos que pueden revisarse, para resolverlas, a través de acuerdos del propio órgano técnico, estamos frente a una manera de legislar que se salta directamente el trabajo legislativo de ambas ramas del Congreso. Porque ninguna Cámara puede ver materias nuevas que se introduzcan en esta etapa ni enviarlas a la Comisión respectiva para que las estudie.
En ese sentido, creo que se hace burla del trabajo legislativo de las Corporaciones al efectuarse una incorporación a través de la Comisión Mixta aprovechando una mayoría. Las mayorías pueden obedecer a muchas razones y justificaciones, pero no tienen derecho a saltarse las normas establecidas por la Carta.
Y termino, señor Presidente, refiriéndome a la labor del Tribunal Constitucional.
Efectivamente, nosotros estimamos que hay normas en contradicción directa con el contenido de la Ley Fundamental. Esta expresa, por ejemplo, que la negociación colectiva les corresponderá a los trabajadores y a los sindicatos que conformen. Pues bien, el articulado en estudio les está prohibiendo a los primeros desarrollarla por su cuenta a través de organizaciones que no sean sindicatos. Esta es una contradicción flagrante con un principio consagrado en la Carta y que refleja, además, los de la OIT.
Por eso es que vamos al Tribunal Constitucional, no por las diferencias políticas que mantenemos, que pueden ser muchas más. Solo lo hacemos...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Concluyó su tiempo, Su Señoría.
Dispone de un minuto para redondear la idea.
El señor LARRAÍN.- Gracias, señor Presidente.
Decía que solo lo hacemos por aspectos como el que he dado como ejemplo, que contradicen directamente el espíritu de la Carta. Si tenemos derechos contemplados ahí, que se inspiran, por lo demás, en los establecidos -repito- por la OIT, no veo por qué tenemos que evitar una corrección a través de la instancia existente para ello.
No concordamos con mucho del contenido de la reforma laboral, pero ello no se llevará al Tribunal Constitucional, porque no basta una diferencia. Vamos a llevar solo lo referente a la violación de principios constitucionales, como el que acabo de mencionar de la negociación colectiva, que dice relación con la titularidad sindical; con el del rechazo a la extensión de beneficios, por referirse a una negación de la libertad de trabajo; con el de la igualdad contractual, y con ideas consustanciales a la forma como se ha desarrollado el Derecho Laboral, que queremos preservar.
He dicho.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- En la última parte del tiempo previo, tiene la palabra la Honorable señora Muñoz hasta por cinco minutos.


La señora MUÑOZ.- Señor Presidente, qué duda cabe de que esta es una de las reformas centrales del programa de la Presidenta Bachelet, latamente discutida y, por cierto, muy controvertida. Han quedado al descubierto fantasmas y sombras que rodean un debate de esta naturaleza, excesivamente ideologizado desde las bancadas de la Derecha y el mundo empresarial, que ha seguido el debate por la prensa y también con una presencia en el Congreso.
Quisiera consignar que de lo que se trata, por cierto, es de examinar los cuatro temas radicados en la Comisión Mixta y ya expuestos por el Senador señor Letelier, Presidente de la Comisión, pero la idea, en realidad, es demostrar, en el Congreso y el país, que se busca fortalecer los derechos colectivos de los trabajadores.
Lo anterior, a diferencia de lo titulado en muchas partes en el sentido de que esta es una reforma "sindicalera", que beneficiará a los puros sindicatos, a sus dirigentes. Hemos estado esperando largamente, durante más de veinticinco años, durante los Gobiernos de la Concertación, el de Derecha y el de la Nueva Mayoría, la restitución de derechos y la instalación, además, de estándares mínimos de derechos laborales existentes en el mundo entero. Entonces, no entiendo por qué los colegas de la Derecha se han parapetado en el fantasma del Tribunal Constitucional que han instalado permanentemente.
Lo que queremos consagrar -hay una mesa de trabajo en relación con el personal del sector público- son derechos para fortalecer la negociación colectiva, la huelga y la sindicalización. Eso es lo que persigue el proyecto y en lo que se ha avanzado a medias, en mi opinión.
Por cierto, la reforma abre, pero no completamente, el candado del Plan Laboral de 1979, del señor José Piñera, durante la dictadura.
¡Y vamos a hacerle empeño para que la cola le crezca rápido a este caballo que carece de ella; para que de verdad se logre una ley que cubra efectivamente estos derechos!
Me alegro de que en la Comisión Mixta hayamos podido abocarnos a algo que se instaló en el Senado: la criminalización de la huelga. Para nadie es un secreto que esta última y la negociación colectiva son momentos de tensión, conflictos, y no sé sobre la base de qué conceptos o sutilezas podemos dimensionar cuándo algo es pacífico o violento en estos procesos. Todo lo violento es sancionado en el Código Penal y en distintos ordenamientos, y, para las causales de despido, en el propio Código del Trabajo. Mas se insistió hasta el cansancio en que la huelga tenía que ser consagrada como no violenta, como pacífica, en la normativa que nos ocupa.
Cuando en la Comisión nos preguntábamos qué es "pacífico" en ese caso, la Senadora que habla siempre traía a la memoria la figura del gran revolucionario indio Mahatma Gandhi, quien se tendía en las calles para impedir el paso de los tranvías, de la locomoción. Y eso puede catalogarse de violento. Si trabajadores impiden la entrada a la empresa poniéndose en las orillas o tirándose al suelo, la huelga podría calificarse de la misma forma.
Me alegro de que el punto se haya planteado y de que se entienda la huelga como es: un proceso de conflicto, de tensión, entre trabajadores y empleadores.
También despejamos bastante lo de la información, que es básica para el avance de la negociación colectiva con un instrumento, ya que no sé qué pueden negociar a ciegas los trabajadores.
La propuesta del Gobierno en su reciente indicación, aprobada en la Comisión Mixta con los votos de la Nueva Mayoría, concilia el resguardo de la confidencialidad y los instrumentos necesarios de transparencia para llevar a cabo la negociación colectiva.
Por último, considero que estos son avances importantes -no voy a referirme a los otros puntos, porque ya los consignó muy bien el Senador señor Letelier-, pero lamento que sean acompañados de disposiciones como la relativa a las adecuaciones necesarias.
En mi opinión, no se logró consagrar desde la ley una señal clara, una normativa nítida, en términos de resguardar la efectividad de la huelga, que ha sido uno de los pilares...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Cuenta con un minuto adicional para concluir, Su Señoría.
La señora MUÑOZ.- Gracias, señor Presidente.
Si uno de los pilares centrales del proyecto es la huelga efectiva, creo que una señal clara desde la ley queda bastante poco regulada, lo que llevará a judicializar mucho, por cierto, estas situaciones.
Sin embargo, creo que este es un progreso. Seguiremos intentando fortalecer los derechos colectivos de los trabajadores, porque es la forma como en el mundo entero se ha logrado redistribuir riqueza. El sector laboral, representado por sus organizaciones, dispone de instrumentos para nivelar las relaciones, que son profundamente desequilibradas. Hay un conflicto de poder fuerte, ya que el empresario es el que dirige, orienta y manda, sin un equilibrio elemental para los trabajadores.
Así empezamos incipientemente a recuperar derechos, lo que creo que permitirá, a través de la negociación colectiva, en la medida en que sea efectiva y en que los sindicatos se vayan fortaleciendo, redistribuir riqueza, que es lo que esperamos...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Puede hacer uso de sus cinco minutos de fundamento de voto, señora Senadora.
La señora MUÑOZ.- Solo deseo expresar que lamento, una vez más, que las bancadas de enfrente lleven al Tribunal Constitucional el corazón de la reforma -el colega Allamand sabe que seguiremos discutiendo acá el punto-, que es la titularidad y la extensión de beneficios. Se establece que eso ya no será dispuesto unilateralmente por el empleador, sino de acuerdo con el sindicato.
Sin titularidad y sin extensión de beneficios seguiremos con sindicatos débiles, que es lo que ellas pretenden.
Gracias.
--(Aplausos en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Entramos a continuación al tiempo de fundamentación del voto, con cinco minutos para cada señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker.


El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, tiene razón la Senadora señora Goic, Presidenta de la Democracia Cristiana, al decir que desde el principio hubo una diferencia. En efecto, todos los parlamentarios de Gobierno y de la Nueva Mayoría, incluyendo los veintinueve de nuestro Partido, aprobamos la idea de legislar, y todos los de la Oposición legítimamente se pronunciaron en contra.
Cuando intervine la primera vez para fundamentar mi voto a favor de la iniciativa, dije que, como Democracia Cristiana, teníamos que perseguir tres objetivos:
Primero, fortalecer los derechos colectivos de los trabajadores, como la organización sindical y la negociación colectiva, lo que es la esencia del proyecto.
Segundo, garantizar la libre afiliación sindical, es decir, el derecho a afiliarse, a no afiliarse y a desafiliarse. Ello recorre ochenta años de historia de la Democracia Cristiana y está en la base de todo el sistema de la OIT.
Y, tercero, atender a la situación de las pymes y, sobre todo, de las microempresas. Son más de setecientas mil y generan el sesenta a setenta por ciento del empleo. Ciertamente, no podíamos imponerles las mismas obligaciones laborales que a las grandes.
A mi juicio, el articulado contiene avances y clarificaciones importantes en esa triple dirección, lo que va a llevarme, por cierto, al igual que todos los Senadores de mi Partido, a votar a favor del informe de la Comisión Mixta.
Ya se han mencionado la organización sindical y la negociación colectiva, la titularidad sindical -sí, señor: allí donde hay sindicato, se negocia con el sindicato, lo que está bien resuelto y bien aprobado- y la huelga efectiva, ya que los trabajadores miembros de un sindicato en huelga paralizan.
Aclaramos, en su oportunidad, que eso no es sinónimo de paralización de la empresa. Y me referí latamente a las adecuaciones necesarias, concepto que se había "caído" en la Comisión de Trabajo del Senado y que celebro que el Gobierno haya repuesto, no para borrar con el codo lo escrito con la mano, sino para situar las cosas en su justa dimensión.
Por lo tanto, tenemos la situación de las empresas estratégicas; los servicios mínimos; la libertad de trabajo de quienes no estén en huelga; la modificación de horarios y turnos, agregada en el proyecto, y las adecuaciones necesarias con relación a las funciones convenidas en el contrato.
¿Cómo defendemos a las pymes? Muy sencillo: la negociación colectiva con el sindicato interempresas será libre y voluntaria en el caso de micro y pequeñas empresas, es decir, de todas aquellas con menos de cincuenta trabajadores. Y eso está bien.
La cuestión nunca ha sido un problema con las grandes, porque exhiben altas tasas de sindicalización, de manera que negocian con su sindicato.
Y respecto de las medianas, donde efectivamente puede existir un mayor signo de interrogación, se aclaró -y se aprobó así- que debe tratarse del mismo rubro o actividad económica.
Termino, señor Presidente, haciendo referencia a la llamada "huelga pacífica". Siempre fuimos partidarios de colocarla en el ejercicio del derecho a huelga, es decir, en el Libro IV DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA. De hecho, así lo consideró el proyecto inicial que la Presidenta Bachelet envió a la Cámara de Diputados. Textualmente se expresaba que la huelga se ejerce "colectiva y pacíficamente".
Lo cierto es que nosotros no tenemos facultades legislativas o iniciativa, tratándose del Libro IV, para haber introducido ese cambio. Por eso, finalmente incluimos la norma en el TÍTULO PRELIMINAR, en el artículo 6° bis, como un principio general del Derecho del Trabajo.
Pero me alegro de que el Gobierno haya repuesto el concepto de "huelga pacífica" -así se llama comúnmente- donde siempre tuvo que haber estado: en vinculación con las prácticas desleales. En el artículo 407, a continuación de la letra e), que hace referencia al "ejercicio de fuerza física en las cosas o física o moral en las personas", se agrega la siguiente letra f): "Impedir durante la huelga, por medio de la fuerza, el ingreso a la empresa del personal directivo o de trabajadores no involucrados en ella.".
Por lo tanto, evidentemente que el sentido que muchos alegamos en su momento era que se preservara este principio...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Un minuto, señor Senador.
El señor WALKER (don Ignacio).-... Era reponer el sentido básico y fundamental de este concepto: que, evidentemente, la huelga pacífica, no solo desde el punto de vista del trabajador, sino también desde el punto de vista del empleador, siempre debió haber tenido lugar en aquello que era el proyecto inicial del Gobierno, discutido en la Cámara de Diputados y al cual ya me he referido, en torno a la frase "se ejercerá en forma colectiva y pacífica".
Por lo tanto, me parece perfectamente razonable que la Comisión Mixta haya acordado sacarlo del Título Preliminar y reponerlo bajo el concepto de práctica desleal.
Por eso, voto a favor del informe.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- A continuación, tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, el anuncio de la Oposición, de la Derecha, de recurrir al Tribunal Constitucional, no debiera extrañarnos.
Se trata de un tribunal creado el 23 de febrero de 1970 y disuelto por la dictadura militar el 10 de noviembre de 1973. Luego fue repuesto y nosotros le hicimos modificaciones a su funcionamiento en el año 2005.
Está claro que este organismo, si es sometido a uso y abuso, va a terminar desvirtuándose.
Yo le haría una advertencia a la Oposición, a la Derecha, en cuanto a qué debe hacer cada vez que siente que su rol de minoría se ve menoscabado después del debate y del uso legítimo de las mayorías de este Parlamento.
Ya ha habido elecciones y la próxima será sin binominal, lo que reflejará de verdad lo que aquí no existe, porque se dan subsidios cruzados en materia de representación de la Sala del Senado y también en la Cámara de Diputados. Pero, ¡es lo que hay!
Entonces, cada vez que hay un descontento o una inconformidad se abusa de un órgano institucional, toda vez que queda claro que los fundamentos son más ideológicos que constitucionales. Que la UDI se oponga a la titularidad sindical o a la extensión de beneficios forma parte de su discurso permanente desde el 81, desde que José Piñera hizo la reforma laboral. Y efectivamente, durante los 12 años que me tocó participar en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, fue la bandera para impedir la titularidad sindical o la extensión de los beneficios.
Cuidado con esto, porque lo que se va a abrir es un debate sobre un tercer órgano legislativo.
La Constitución establece dos órganos legislativos: la Cámara de Diputados y el Senado. Si el Tribunal Constitucional se convierte en el tercer órgano que va a comenzar a legislar después de un gran debate en el que han participado Ejecutivo y Legislativo, Oposición y Gobierno, la ciudadanía, y se transforma en el órgano rector, vamos a entrar en un problema que creo que la Oposición no quiere, que es una cierta crisis de institucionalidad, pues las instituciones, efectivamente, no estarán funcionando.
Hay una observación constitucional porque la UDI o la Derecha no quieren titularidad sindical. ¡Nunca han querido fortalecer los sindicatos! ¡Siempre han estado por debilitarlos, por extinguirlos! ¡Y lo mismo sucede con la extensión de beneficios! Es cierto: hasta ahora dependía del empleador. Ha sido una lucha ganada por los dirigentes sindicales, por cada uno de los trabajadores que han hecho alguna huelga en Chile, una huelga muy especial: con reemplazo, exponiendo su capital físico, mental y también económico. Que se extendiera por obra y gracia del empleador era, sin duda, una asintonía, una asimetría inaceptable.
Se nos plantea que esta es una reforma parcial, que no es la gran reforma que quisiéramos. Bueno, ¡a confesión de parte, relevo de pruebas!
¡No quieren! ¡La han querido hacer parcial!
Ya quisiéramos una reforma mejor, pero es la que podemos hacer, pues también ha habido dificultades al interior de la Nueva Mayoría. Y eso es bueno, porque somos diversos.
Con relación a la nueva letra f), tengo mis dudas, porque hoy no es práctica antisindical. ¿Qué les queda a los trabajadores? Durante la huelga, no pueden ir al baño, no tienen vestidores; deben estar bajo la lluvia, afuera de la empresa. ¡Era insostenible! ¡Y además con reemplazo!
Que aquello sea declarado práctica antisindical es un punto que yo me reservo. Ya estamos en la fase de Comisión Mixta y no creo que vaya a haber votación separada.
Estos son los líos del procedimiento legislativo que resultan incomprensibles para la ciudadanía. Porque nos dicen: o votas en contra o votas a favor. Yo digo: no me gusta la letra f), pero estoy de acuerdo con lo demás. Pero no puedo votar en contra. Entonces me van a refregar: "Tú aprobaste la letra f)".
Y viene lo incomprensible de esta materia legislativa que muchas veces se transforma en una verdadera caja encriptada para la ciudadanía: no poder determinar qué es lo que se quería votar.
Siento que tenemos una deuda con los trabajadores del sector público. No era esta la ocasión para solucionarla. Pero debemos reconocer que tenemos una deuda pendiente con el sector público que hay que abordar. No lo hizo Piñera en cuatro años.
Por eso, cuando escucho al Senador Larraín -que no está en este momento en la Sala- decir que los trabajadores públicos quedan excluidos, la pregunta es: ¿Qué hicieron ellos en cuatro años? Lo único que dijo Piñera es que contaran con él, que su padre había sido funcionario público. ¡Llegó y echó a 4 mil trabajadores de la Administración Pública, a todos los que no pensaban como él!
No solamente no cumplió su promesa de que los iba a respetar, sino que durante cuatro años tampoco hizo nada.
Entonces, tenemos una deuda general, compartida, y no solo de la Nueva Mayoría, señor Presidente...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Un minuto más, Senador Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, he escuchado a los empresarios, de manera belicosa, presagiar lo peor de esta reforma laboral.
Cuando hicimos la reforma educacional -y usted, señor Presidente, ya lo ha dicho en reiteradas ocasiones-, se advertía: "¡Van a cerrar los colegios subvencionados particulares!". ¡Aterrorizaron a los padres y apoderados diciéndoles que sus hijos iban a quedar sin colegio!
¡Se crearon 132 colegios particulares subvencionados el primer año de vigencia de la reforma! ¡No hubo cierre masivo de colegios!
Y hoy se presagia lo peor, actuando con irresponsabilidad, porque hay una economía precaria. Las señales que da el empresariado efectivamente no contribuyen a la inversión.
Voy a votar a favor, señor Presidente, con los elementos que he señalado respecto del informe de la Comisión Mixta.
¡Es lo que se pudo lograr!
¡Firme y adelante! ¡Iremos por más cuando tengamos de verdad mayoría completa en esta Sala, lo que ocurrirá después de las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales! ¡Es lo que espero!
Voto que sí.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
--(Aplausos en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, quiero aprovechar el tiempo del fundamento de voto para referirme a tres cosas puntuales vinculadas con el cuestionamiento que la Derecha ha efectuado a este nuevo modelo de relaciones laborales.
Yo lo entiendo. Ellos están inspirados, desde hace más de 30 años, en una visión neoliberal, donde los sindicatos tienen que ver con un obstáculo y una rigidización del mercado del trabajo.
Entiendo que es una visión de sociedad muy legítima. No es la mía. En la Nueva Mayoría creemos en procesos colectivos. Pensamos que los sindicatos son expresión de un esfuerzo de sociedad y de construcción societal, de lo colectivo, que es fundamental. Por eso somos partidarios de que los sindicatos puedan ir y expresarse más allá de la empresa, porque estimamos que deben poder incidir en los asuntos de la sociedad, más allá de sus temas remuneracionales, de condiciones laborales, de productividad en su lugar de trabajo.
Para mí, es natural que tengamos un punto de vista diferente.
Pero sí quiero plantear que me llaman mucho la atención ciertos argumentos que usan los Senadores de Oposición para recurrir al Tribunal Constitucional. Y es por eso que quiero fundamentar mi voto.
Deseo plantear que la titularidad sindical es producto de una norma donde la sociedad organizada define cómo los trabajadores, cómo un grupo de personas se organiza para un fin. Y, tal como hay una disposición para constituir un sindicato, también hay requisitos para constituir una junta de vecinos con ciertas atribuciones. Lo mismo ocurre con los bancos, que deben cumplir determinados requisitos para tener tales y cuales atribuciones.
Cuestionar la titularidad sindical, cuestionar la posibilidad de que la sociedad se organice en forma colectiva para ciertos fines, constituye, sin duda, en mi opinión, un argumento inconstitucional.
Eso tendrá que discutirse a la luz de la organización y autonomía de los cuerpos intermedios, que están regulados en su forma y constitución por la ley.
El segundo argumento tiene que ver con la titularidad sindical en materia de los beneficios que se contratan a través de un contrato bilateral.
Un empleador, un empresario, puede, respecto de su patrimonio, es decir, respecto del derecho de propiedad, comprometerse con un sindicato sobre cómo distribuye la riqueza que produce su emprendimiento y que los trabajadores ayudan a producir.
Uno podrá discutir si la distribución de esa riqueza es justa o no es justa, pero el hecho de que el empleador concurra, en forma voluntaria, a un contrato bilateral y se comprometa es absolutamente constitucional. Y puede comprometerse con su sindicato en cuanto a bajo qué condiciones extender beneficios a un tercero. Y ese tercero trabajador que no pertenece al sindicato que celebró el contrato tiene toda la libertad para formar otro sindicato, así como para no participar en ningún sindicato si esa es su opción.
La Constitución no establece que los sindicatos son para garantizar la distribución justa de la riqueza que se produce. Quizás lo debería decir. A lo mejor debería ser parte del debate del proceso constituyente, que será muy interesante, en lo relativo al mundo del trabajo: cuáles van a ser las garantías constitucionales que vamos a instaurar. Pero la Carta que hoy nos rige, con sindicatos y negociación colectiva propios de una visión neoliberal, es muy acotada.
Por ende, solo quiero dejar constancia de que los argumentos que ha planteado en esta materia la Oposición, la Derecha, tienen que ver más con aquello que no quieren que ocurra que con la Constitución. ¡No quieren que los sindicatos crezcan! ¡No quieren que se pueda pactar la extensión de beneficios en forma bilateral, a pesar de que, en lo referente a los convenios colectivos, se halla regulado en esta ley que se debe definir, de mutuo acuerdo, cómo formular una política de extensión de beneficios!
Para terminar, señor Presidente, quiero decir que tengo la convicción de que esta reforma representa un avance histórico para nuestro país.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene un minuto adicional, señor Senador, para que redondee su intervención.
El señor LETELIER.- Hemos esperado más de 25 años para recuperar un principio de titularidad sindical. Hemos esperado muchísimos años para devolverles derechos a las trabajadoras y los trabajadores chilenos.
Que no hemos recuperado todo lo perdido, es cierto. Que falta mucho, es cierto. La Senadora Muñoz dijo: "Bueno, esperaremos que le crezca la cola al caballo más rápido". Pero no tengo la menor duda de que este nuevo modelo de relaciones laborales va a permitir, como indicó la Senadora Goic, una lógica más colaborativa, más positiva, que nos va a permitir abordar, en el siglo XXI, un nuevo esquema de relaciones laborales y, por sobre todo, cumplir el principal objetivo perseguido por la Presidenta Bachelet, que es que esta ley sirva para achicar la desigualdad, cerrar la brecha salarial, empoderar a los trabajadores de nuestro país a que tengan más voz en la riqueza que ellos mismos ayudan a producir.
Voto que sí.
--(Aplausos en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra, a continuación, el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, está culminando la tramitación de este proyecto, que moderniza las relaciones laborales, después de un largo período de discusión que involucró a centenares de organizaciones sindicales y empresariales.
El texto que estamos aprobando no es el mismo que presentó el Ejecutivo, ni es el que hubiese deseado la CUT o la CPC.
Se han incorporado mejoramientos sustantivos y se han establecido normas especiales que recogen las condiciones propias de la micro, pequeña y mediana empresa.
Lamentablemente, la Oposición optó por rechazar la idea de legislar, lo que equivale a decir que las normas actuales son suficientes o aceptables para ese sector político, yendo en contra del sentido común de la gran mayoría de los chilenos, que percibe que la cancha está desnivelada en la negociación que se produce dentro de la empresa entre empleadores y trabajadores.
Como con esta actitud se ha marginado, en la práctica, de la discusión y construcción de acuerdos, la Oposición ha intentado introducir cuñas dentro de la alianza gobernante, relevando las diferencias puntuales que han surgido entre sus partidos.
Por su parte, algunos dirigentes empresariales se han negado a reconocer que el proyecto ha recogido muchas de sus aprensiones relativas a las empresas de menor tamaño.
De la misma manera, algunos dirigentes sindicales pondrán énfasis en lo que no se obtuvo, en lugar de destacar los evidentes avances que representa el proyecto de ley.
Yo creo que, al margen de estas opiniones de trinchera, la enorme mayoría de los chilenos, en especial los trabajadores, sabrá ponderar debidamente el valor de lo que estamos aprobando, pues tendrá incidencia directa en las reglas de la negociación colectiva y, por lo tanto, en la determinación de sus remuneraciones y de sus condiciones de trabajo.
Acá ha primado la realidad. Y la realidad nos indica que muchos empresarios hacen lo imposible por evitar que se formen sindicatos en sus empresas, y si se forman, buscan disminuir su poder por la vía de los reemplazos en las huelgas, la promoción de grupos negociadores, la extensión de beneficios sin consulta al sindicato o, simplemente, con la subcontratación.
Frente a esta realidad se imponía una reforma sustantiva, y eso es lo que estamos aprobando hoy día.
Por otra parte, se había aprobado una norma sobre huelga pacífica, que estigmatizaba el accionar sindical y desconocía la realidad, cual es que la fuerza y la violencia normalmente no la han puesto los trabajadores. Y la Comisión Mixta ha reconocido esta realidad.
También es una realidad que la gran mayoría de las pequeñas empresas no negocia colectivamente, por las propias condiciones en las que se desenvuelve, más allá de la debilidad de sus sindicatos. Y eso no va a cambiar después de la reforma.
Asimismo, es una realidad que muchos sindicatos interempresas existen, están agrupados por ramas y negocian con cada empresa, sin mezclar ni confundir las condiciones de cada una de ellas. No se da aquello de un sindicato interempresa que mezcle una zapatería con una bomba de bencina. Eso solo existe en la mente de quienes no quieren fortalecer la negociación colectiva que ya practican los sindicatos interempresas.
Por eso, estimo que la aprobación de esta reforma es, en el fondo, un triunfo de la verdad. Porque la verdad es que, efectivamente, hay un conflicto entre capital y trabajo, aunque algunos lo nieguen, y lo que corresponde no es promover las huelgas, sino asegurar la igualdad de condiciones en la negociación.
La verdad es que son pocos los trabajadores que negocian colectivamente, y que ahora lo harán más.
La verdad es que los trabajadores protegen sus empleos y quieren que a sus empresas les vaya bien, y no, como se ha argumentado, que fracasen o vayan a la quiebra.
La verdad es que la situación de la pequeña empresa no cambiará sustancialmente.
Y la verdad es que la cancha entre empleadores y trabajadores estará un poco más nivelada de aquí en adelante y Chile será un poco más justo.
Voto que sí.
--(Aplausos en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Allamand.
--(Manifestaciones en tribunas).


El señor ALLAMAND.- Señor Presidente, lo cierto es que resulta casi imposible no intervenir para hacerse cargo de algunas de las aseveraciones de mis Honorables colegas.
Voy a referirme solamente a cuatro, haciendo un emplazamiento al Gobierno en la figura del Ministro de Hacienda y de la Ministra del Trabajo.
Es un emplazamiento amistoso, en cuanto a la criminalización.
Yo les pido, estimados colegas, que tengan un mínimo de coherencia intelectual.
La persona que incorporó el tema de la huelga pacífica en el debate legislativo se llama Michelle Bachelet.
¡Cómo pueden ser tan incoherentes con sus propias expresiones!
El proyecto que presentó la Presidenta Bachelet a la Cámara de Diputados -¡ella!, ¡ningún opositor!- definió la huelga como "huelga pacífica". De manera que cuando ustedes se refieren a la criminalización de la huelga están disparándose en los pies, porque la persona que introdujo ese concepto fue la Presidenta de la República.
Está bien, podrán engañar a algunos, pero no a todos todo el tiempo.
¡Pretender que nosotros establecimos aquel concepto, cuando fue la Presidenta Bachelet la que lo hizo, es ridículo!
Segunda cosa.
Ustedes dicen acá: "¡Hace 25 años que estábamos esperando esta reforma!".
Y yo les pregunto: ¿Qué les pasó en el Gobierno anterior de la Presidenta Bachelet, cuando tuvieron mayoría en ambas Cámaras durante sus cuatro años? ¿Por qué no la hicieron?
Porque ustedes no creían en esta iniciativa, pues, como lo demostré con todos los antecedentes en la mano, las reformas que hoy se están imponiendo no estuvieron en el programa de Aylwin, de Frei, de Lagos ni de Bachelet. ¡En ninguno de esos programas!
En tercer lugar, aquí se ha dicho, señor Presidente, que esta reforma va a contribuir a mejorar la distribución del ingreso. Y quiero aseverar que va a ocurrir exactamente lo contrario.
Esto es muy simple. Hoy es 6 de abril. Yo le digo al Gobierno: escoja con qué fecha calculamos: ¿6 de abril del próximo año, 6 de abril del año 2018? Yo aseguro que la distribución del ingreso va a empeorar. Y voy a explicar básicamente por qué.
Estoy apostando sobre seguro, porque cuando el país crece menos de 2 por ciento -este Gobierno tendrá el peor crecimiento desde 1990-, al contraerse el empleo resulta imposible que suba la distribución del ingreso.
Por lo tanto, yo emplazo al Ejecutivo a que diga frente a la nación si de aquí a dos años, con esta reforma y en el conjunto de su gestión, se atreve a asegurar que la distribución del ingreso va a mejorar.
Yo sostengo que va a empeorar.
Y veamos en dos años más quién tiene la razón, porque -vuelvo a decir- esta es una apuesta sobre seguro: con un crecimiento bajo; con la productividad por los suelos, cayendo desde hace siete años; y con una reforma laboral de esta naturaleza, que va a generar desempleo, será imposible mejorar la distribución del ingreso.
Los emplazo a que digan que estoy equivocado y a que el Ministro de Hacienda y la Ministra del Trabajo se comprometan a manifestar frente al país que con esta reforma vamos a mejorar la distribución del ingreso en los próximos dos o tres años. ¡No lo van a hacer!
Finalmente, deseo mencionar una sola palabra respecto al muy correcto emplazamiento de la Senadora Muñoz, porque le tengo el mayor respeto, como a todo el mundo, más allá de que uno discrepe con fuerza.
Fíjense que la extensión de beneficios es lo más lesivo para los trabajadores que existe en esta reforma...
--(Manifestaciones en tribunas).
Y voy a explicar por qué, al margen del griterío.
Por una razón muy simple: si en una empresa de 1000 trabajadores hay un sindicato con 100 integrantes, y este pide un 5 por ciento de aumento, los 900 restantes tendrán una sola posibilidad, salvo la venia del sindicato, para acceder a esa extensión de beneficios: afiliarse a él.
Nosotros propusimos cambiar la norma actual, porque sostiene que la extensión de beneficios es unilateral del empleador. ¿Y qué fue lo que propusimos? Que la extensión de beneficios fuera automática.
El que para obtener la extensión de beneficios haya que afiliarse al sindicato, simplemente perjudica a todo el resto.
Sin embargo, existe una cosa mucho peor: si en esta empresa de 1000 trabajadores, donde hay un sindicato de 100, dentro de los 900 existe uno que no quiere estar afiliado al sindicato pues negocia mejor individualmente sus remuneraciones, se le prohíbe hacerlo. Y eso es un gravísimo error...
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Pido guardar silencio en las tribunas, por favor. No está permitido hacer manifestaciones ni en un sentido ni en otro.
Puede continuar, Senador señor Allamand.
El señor ALLAMAND.- Termino en un instante, señor Presidente, la verdad es que el griterío me tiene sin cuidado desde hace rato.
Lo que quiero decir es que las personas que están acá abajo, y las que más han estudiado el tema, que se encuentran arriba, saben que lo que digo es absolutamente cierto.
Por lo tanto, ustedes mismos van a tener que convencerse de que esta norma, la de la extensión de beneficios -¡escúchenme!-, va a ser rechazada. Y argumentaremos en el Tribunal Constitucional con todos los planteamientos -¡atención!- de los Senadores y de los mayores expertos laborales de la Democracia Cristiana, que coinciden en que se trata de una norma inconstitucional.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señor Presidente, estamos llegando al final de una larga tramitación de este proyecto de ley que moderniza y equilibra -lo que más nos interesa- estas relaciones laborales tan profundamente desiguales en nuestro país.
Ha costado tanto que nuestro mundo empresarial, que nuestros colegas de la bancada del frente, de la Oposición, entiendan que lo que buscamos es emparejar una cancha evidentemente dispareja. Y nos ha costado mucho que entiendan que pretendemos asumir que es posible generar un tipo de relación al interior de una empresa como la que existe en tantos países europeos, en que los actores son capaces de escucharse, de respetarse mutuamente y de sentarse en una misma mesa.
Necesitamos sindicatos que dispongan de fortaleza porque tienen que sentarse a negociar; tienen que ser escuchados; tienen que luchar por mejores condiciones de vida, por mayores remuneraciones.
Me alegro de que vayamos a aprobar este informe de Comisión Mixta, a dar término a esta tramitación.
Podrán estar en su derecho a apelar, pero están profundamente equivocados, pues están acostumbrados a que aquí exista una extensión unilateral: simplemente, el empleador se aprovecha para extender los beneficios, lo que obviamente debilita a cualquier organización sindical.
Estamos acostumbrados a una larga historia de prácticas antisindicales y desleales. Estamos acostumbrados a ver que empresas, algunas del retail ampliamente conocidas, tengan más de cien nombres diferentes. ¿Y para qué? Para atomizar, para fraccionar, para impedir una mejor organización sindical, para no extender los beneficios.
Estamos dando la titularidad de la extensión porque necesitamos que los sindicatos tengan esa capacidad y puedan fortalecerse. Y estamos convencidos de que con eso les daremos las herramientas que buscamos: fortalecer una organización para una negociación colectiva reglada, que permita generar mejores condiciones, mejores remuneraciones.
Hace pocas horas vimos que Monseñor Goic nuevamente levantaba la voz, a fin de decir: "400 mil pesos debiera ser el salario mínimo". ¿Por qué lo hizo? Porque este es un país de profundas y enormes desigualdades, pues la gente sabe lo que nos ha costado llegar a estos 250 mil. Y todos entendemos que con eso no vive una familia.
Nos encontramos acostumbrados a que el 1 por ciento más rico del país se lleve el 30 por ciento del producto nacional. ¡Eso no es posible! No genera condiciones de cohesión, no genera condiciones para una mejor sociedad. Y, por eso, yo diría que su lugar es legítimo, que hacen su rol, que es lo que creen; pero están profundamente equivocados.
Que nosotros les demos estas herramientas a nuestros trabajadores será la mejor forma de lograr un mejor país si somos capaces de entender que ninguno de ellos quiere destruir su fuente de trabajo, sino alcanzar una remuneración justa, legítima, considerando su aporte en trabajo; porque no es posible que solamente el capital y sus especulaciones se lleven toda la riqueza.
Aquí tenemos ganancias desmedidas, y una sociedad donde uno sabe lo que ganan los bancos, las isapres. ¿Y qué reciben los trabajadores? Sueldos mínimos, sueldos medios. Miren las cifras, las estadísticas: ¿cuánto gana la media de los trabajadores de este país?
Deberíamos sentirnos avergonzados de darnos cuenta de los extremos que existen. No le hace bien a un país. Un país necesita gobernanza, necesita cohesión, necesita diálogo, necesita emprendedores que se comprometan con sus trabajadores, y necesita empresarios que no acudan a expedientes -no son todos, por suerte- como la colusión, para ponerse de acuerdo en la cantidad que producen y los precios que van a cobrar.
¡No! Nosotros queremos que se entienda que una sociedad se construye con cohesión en la medida que hay respeto. Y aquí el respeto debe mantenerse entre los empresarios y ese grupo de trabajadores, que tienen que organizarse; que tienen que ser escuchados; que luchan por mejores remuneraciones y condiciones de trabajo.
Por eso, señor Presidente, nuestra bancada, la del Partido Socialista, va a apoyar este proyecto, esta reforma que nosotros sentimos que constituye un paso.
Hubiésemos querido otras cosas, el Partido Socialista siempre ha creído en una negociación ramal. Sabemos que no está en la meta hoy, sabemos que nuestros funcionarios públicos efectivamente no pueden negociar. Ya llegará el momento en que lo permitamos...
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Terminó su tiempo, Senadora señora Allende.
Dispone de un minuto adicional.
La señora ALLENDE.- Sabemos que los trabajadores a honorarios no tienen ninguna facilidad en sus condiciones de trabajo ni un contrato regular que les permita tener previsión y otros derechos. Ya llegaremos a aquello. Pero estamos dando un paso significativo, que va a marcar -me alegro- el legado de este Gobierno; que nos va a dejar una reforma laboral en la que a lo menos logramos que existan titularidad; extensión; no reemplazo externo, desde luego.
Y esperamos que los empresarios no acudan a otros expedientes para provocar el reemplazo interno que debilite la huelga. Porque para los trabajadores llegar a esa instancia es duro, doloroso. Pero es una de las pocas herramientas de que disponen a fin de ser escuchados y buscar mejorar sus condiciones de vida.
Por eso, señor Presidente, la bancada del Partido Socialista apoya esta reforma laboral.
--(Aplausos en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, quiero tener una mirada en esta materia -trataré de hacerlo- un poquito más exógena que desde un sector político o de otro, y pensar en las personas.
Cada año tenemos que discutir en este Congreso los reajustes del sector público y del salario mínimo. Por eso, deseo concurrir con mi voto favorable pensando en las personas, mujeres y hombres, que por más de treinta años trabajan, imponen y terminan con un promedio de renta de 140, 90 o 160 mil pesos al final de sus vidas.
¡Esa es la realidad de nuestro país!
Chile es una moledora de carne humana -excúsenme la expresión-, porque deja a las personas viviendo en una condición de absoluta pobreza al momento de jubilarse.
Por eso me hace mucho sentido apoyar con mi voto y hacer ver lo que en su momento manifesté.
En primer lugar, hicimos una defensa -la sentíamos del todo legítima- de las micro y pequeñas empresas, pues no podían quedar sometidas a las mismas obligaciones, dado que les es absolutamente imposible sostener un proceso de negociaciones.
En ese momento argumentamos que había que entender que ellas debían estar fuera de la negociación colectiva. Afortunadamente, se recoge ahora una solución que apunta a las medianas y grandes empresas, vale decir, a aquellas que tengan sobre cincuenta hasta ciento noventa y nueve trabajadores, y las que tengan sobre doscientos trabajadores, respectivamente.
Me queda, sí, la sensación de que podría haberse hecho una excepción particular con las medianas empresas, que están presentes en todo el país, pues obviamente muchas veces carecen de la capacidad para negociar.
Sin embargo, quiero centrar mi discurso en las personas.
Yo aspiro a que, así como cada año debemos analizar a través de estas negociaciones el reajuste del salario mínimo -está más que claro que este no permite a ninguno de los integrantes de la familia que lo percibe el tener alguna clase de proyección-, con la sindicalización más fortalecida se logre una condición futura bastante más humana para nuestras mujeres y hombres que trabajan toda su vida.
De ahí que, en su momento, apoyamos el fortalecimiento de la sindicalización en Chile. Pero, a su vez, también hicimos ver que faltaba regular de mejor forma la situación de las pequeñas y medianas empresas.
En eso ha habido un avance, el cual, afortunadamente, va a permitir -espero que así sea- que esas empresas mayoritarias en nuestro país sigan contando con la capacidad de trabajo necesaria para un futuro desarrollo.
Sin embargo, de manera muy especial voy a concurrir con mi voto favorable, porque creo que el fortalecimiento de tales estructuras humanas, como la sindicalización, nos va a posibilitar cerrar las brechas económicas, que son escandalosas, que producen tremendas diferenciaciones, y, por ende, en el futuro podremos contar con jubilaciones mucho más dignas para los trabajadores, mujeres y hombres, de Chile.
Voto por la aprobación del informe.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Quiero ser muy breve, señor Presidente, porque ya ha habido un largo debate.
Soy de los que prefieren ver el lado positivo de la reforma. Y lo digo porque algunos colegas, especialmente el Senador Andrés Allamand, recién hacían una suerte de emplazamiento en cuanto a los resultados que podía traer esta reforma en términos de la distribución del ingreso o del mayor o menor crecimiento del país en los próximos dos años.
Nosotros estamos convencidos de que la reforma laboral no es para dos años, sino para numerosos más, y de que pretende lograr una mejor relación entre empleadores y trabajadores, con el objeto de que exista una negociación más justa, equilibrada y equitativa.
Ese es el principal objetivo de esta reforma.
Las dificultades del crecimiento ya las conocemos. El propio Senador Allamand reconoció que los problemas de la economía nacional e internacional vienen desde hace varios años, incluso del Gobierno anterior.
Sin embargo, este debate lamentablemente se ha hecho con mucho prejuicio tanto de parte de los empleadores, que dicen que los trabajadores lo único que quieren es destruir las empresas, como también de los trabajadores, por el abuso de los empleadores. Pero tenemos muy buenos trabajadores y, también, muy buenos empleadores.
Creo que lo importante de este proyecto es que cumple con los objetivos para los cuales se planteó, como la titularidad sindical, que implica el fortalecimiento de los sindicatos, pues alguien tiene que negociar y robustecerse en la negociación.
El ejemplo que se colocaba acá de una fábrica con mil empleados, de los cuales solo cien estaban sindicalizados y los novecientos restantes no tenían ninguna oportunidad, es exagerado. Porque los otros novecientos tienen varias alternativas. Aquí hay libertad de organización sindical y lo más probable es que una fábrica o una empresa con mil empleados tenga varios sindicatos; por lo tanto, habrá diversas negociaciones al mismo tiempo.
El segundo objetivo que se persigue: una mayor cobertura en la negociación colectiva, también está garantizado. Eso es positivo, y se basa en otro instrumento importantísimo: que la huelga sea efectiva y sin reemplazo.
Me parecen razonables las dudas manifestadas respecto de la extensión de los beneficios. Nosotros las plantemos, efectivamente. Porque si la única alternativa es la afiliación al sindicato y se tiende a los sindicatos únicos, no vamos a estar jamás de acuerdo con eso. Siempre hemos creído en la libertad y en el pluralismo sindicales; siempre hemos creído en la libertad de los trabajadores para afiliarse o no.
De ahí que propusimos otras alternativas que, lamentablemente, en el debate no se pudieron concretar. Pero pensamos que había otras fórmulas intermedias o graduales a través de las cuales los trabajadores que no deseaban afiliarse al sindicato o que no formaban parte de él pudieran acceder en alguna etapa o en algún momento a los beneficios de la negociación colectiva.
Pero analicemos el otro argumento al revés.
¿Por qué se plantea esto? Por la sencilla razón de que los sindicatos, al no tener la titularidad para poder negociar, quedaban debilitados y los empleadores pactaban con distintos grupos de manera separada o a la vez. Y eso, evidentemente, va en contra del fortalecimiento de la organización sindical.
Por tanto, llegar a un equilibrio no es fácil.
En consecuencia, me parece que el debate realizado, con participación de todos los actores, tanto de los sectores público, privado y académico como de los ámbitos laboral, gremial y empresarial, nos lleva a aprobar una reforma laboral que es necesaria e imprescindible para un país que quiere seguir creciendo y compitiendo en el mundo, y que le hace muy bien a la aspiración de mayor igualdad y equidad en Chile.
Por eso, a pesar de que el contenido de la reforma no es suficiente o de que no todas las cosas que se incluyen son eficaces por completo para conseguir el objetivo de fondo, estamos de acuerdo con lo propuesto, razón por la cual votamos a favor de este proyecto de reforma laboral y lo respaldamos plenamente.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, de las reformas hechas en los últimos años en Chile, esta es una de las que, a mi juicio, van a generar mayor impacto en la lucha contra la inequidad, contra la desigualdad.
Hoy día los sindicatos presentan muy baja adhesión porque carecen de capacidad de negociación. Con el fortalecimiento de las organizaciones sindicales habrá un incentivo significativo no solo para participar en ellas, sino también para el surgimiento de nuevos dirigentes, lo cual permitirá alcanzar un mayor equilibrio en la distribución de la riqueza.
En este debate largo y a veces tedioso, al que por fin llegamos a un acuerdo, fui defensor no solamente de los trabajadores, sino también de las mipymes.
El consenso alcanzado en la Comisión Mixta nos permite avanzar, aunque quizás quedaron cosas pendientes. Pero prefiero pensar que dimos un paso muy significativo en vencer la camisa de fuerza que quedó instalada desde el Gobierno militar en la legislación laboral.
Ahora sí estamos viendo que el período de transición está avanzando hacia una democracia que permite satisfacer anhelos y aspiraciones de miles de trabajadores en búsqueda de la equidad.
Además, esta iniciativa apunta objetivamente a lograr una mayor colaboración entre empleadores y trabajadores.
Cuando existe equilibrio de fuerzas y es factible negociar en igualdad de condiciones, se estimula la tendencia a colaborar para incrementar la producción y hacer más rentable la empresa, con lo cual se puede distribuir mayor riqueza.
En este punto tengo una preocupación respecto de las tareas pendientes: ¿cómo hacer para que las mipymes logren condiciones de competencia? Hoy la concentración de la economía en pocas empresas deja un espacio reducido a millones de personas que laboran en las mipymes. Si estos trabajadores vieran mejorada su posición de negociación, podrían conseguir una mayor distribución del ingreso.
El Senador Allamand dice: "Aquí se corre el riesgo de que no haya una mejoría en los sueldos". Sí la habrá, en la medida que exista un mayor equilibrio entre empleadores y trabajadores y se genere un clima de colaboración para aumentar la producción.
Otros aspectos que deben ser abordados guardan relación con las medidas que el Ministro de Hacienda ha anunciado en materia de productividad.
Y la gran iniciativa pendiente es la reforma previsional. Aun disponiendo de la mejor negociación colectiva, es imposible contar con garantías de dignidad para los jubilados si no introducimos un cambio legislativo que asegure pensiones dignas.
Por lo tanto, creo que el presente proyecto es un paso significativo. Sin embargo, nos queda mucho por hacer todavía en materia de garantías y seguridad para los trabajadores y de competitividad para la economía.
Valoro la propuesta acordada por la Comisión Mixta.
Voto a favor.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, esta reforma laboral aborda dos aspectos específicos: la sindicalización y la promoción de la negociación colectiva.
Ambas situaciones en nuestro país han ido deteriorándose producto de una legislación que no se construyó sobre un debate justo en una instancia como el Congreso Nacional, pues fue elaborada en cierta circunstancia histórica que todos conocemos.
La iniciativa establece ciertos principios, como el de la titularidad sindical, esencial para fortalecer a los sindicatos.
También empareja la cancha al establecer mecanismos de real competencia durante la negociación colectiva: por ejemplo, se evitan los reemplazos encubiertos con trabajadores ajenos a la empresa, como ocurre hoy. Esta práctica hace imposible el éxito de una negociación colectiva y el ejercicio del legítimo derecho a la huelga, que se encuentra consagrado en la legislación occidental de todos los países democráticos republicanos.
Por otro lado, elimina ciertas referencias bastantes odiosas e innecesarias. Decir que las negociaciones colectivas "deben ser pacíficas" es como decir que una elección parlamentaria "debe ser limpia". Resulta un poquitito odioso e innecesario hacer ese tipo de alusiones. Partimos del supuesto de que así debe ser siempre.
Además, deja un mayor espacio de protección a la mipyme, a efectos de establecer mecanismos de intermediación, capacitación y un trato distinto en algunos aspectos, lo que me parece apropiado y adecuado.
La experiencia de los países desarrollados -lejos de los pronósticos catastrofistas que nos caracterizan en Chile- muestra que el fortalecimiento sindical siempre ha sido uno de los factores para mejorar la distribución del ingreso. Cuando el trabajador puede negociar colectivamente sus condiciones laborales, ello redunda, la mayoría de las veces, en una mejor distribución de la riqueza.
Cuando hay un juego limpio entre la empresa y sus trabajadores, cuando existe un buen trato y se remunera en forma digna, mejora la calidad de las relaciones. El trabajador se siente orgulloso de su empresa cuando es debidamente compensado.
Por lo tanto, esta reforma será una gran contribución para mejorar tanto las relaciones entre trabajadores y empresarios como la igualdad y dignidad del trabajador.
Voto que sí.
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Muñoz.


La señora MUÑOZ.- Señor Presidente, intervengo en representación de mi bancada, Partido Por la Democracia.
Quiero dejar consignado en la historia de esta ley que estamos viviendo un momento histórico en nuestro país. Con más o menos apreciaciones, con más o menos gusto, estamos abriendo el camino para fortalecer efectivamente los derechos de las organizaciones colectivas de los trabajadores.
No lo habíamos logrado en los últimos 25 años. En los distintos Gobiernos de la Concertación pudimos abrir una brecha importante para reformar solo derechos individuales en el Código del Trabajo. Sin embargo, fue imposible fortalecer a los sindicatos, regular la huelga efectiva y ampliar la negociación colectiva.
Deseo consignar ese paso como un cambio cultural relevante en el país, porque hasta hoy lo único que vale en este modelo libremercadista es el capital. El trabajo, que contribuye a generar riqueza en abundancia, la que se halla concentrada en muy pocas manos, no tiene valor en nuestra sociedad.
La demanda y la movilización de los trabajadores han apuntado justamente a instalar el sindicato como un actor central en la lucha social por la distribución de la riqueza.
Por eso, señor Presidente, aunque algunas cosas me gusten más y otras menos o sienta que todavía hay déficits, haremos crecer la cola de ese caballo, como dijo el Senador Letelier, pues hemos dado un paso histórico para que la cultura social y política de nuestro país revalore el trabajo.
El trabajador y la trabajadora construyen la riqueza y tienen todo el derecho a que esta se distribuya en abundancia para sus familias.
Ello solo se consigue con organización, con los sindicatos, con la huelga efectiva y con la negociación colectiva para cada vez más trabajadores.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba la proposición de la Comisión Mixta (23 votos a favor y 15 en contra) y queda despachado el proyecto.
Votaronpor la afirmativa las señoras Allende, Goic y Muñoz y los señores Araya, Bianchi, De Urresti, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Letelier, Matta, Montes, Navarro, Pizarro, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Votaron por la negativa las señoras Lily Pérez, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Chahuán, Coloma, Espina, García, García-Huidobro, Hernán Larraín, Moreira, Orpis, Ossandón, Pérez Varela y Prokurica.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Ministra del Trabajo y Previsión Social, señora Ximena Rincón.


La señora RINCÓN (Ministra del Trabajo y Previsión Social).- Señor Presidente, Honorable Sala del Senado, en nombre del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet quiero agradecer el esfuerzo y el trabajo de este Parlamento.
Hoy día en la mañana la Cámara de Diputados aprobó el informe de la Comisión Mixta por 60 votos a favor, 40 en contra y 6 abstenciones.
Y ahora hace lo propio el Senado. Desde hace mucho tiempo que no se veía que los 38 Senadores votaran. Y, claro, se trata de una decisión importante para el país: 23 votos de respaldo.
Agradezco ese hecho.
Quiero aprovechar de responder al emplazamiento que el Senador Andrés Allamand nos ha hecho al Ministro de Hacienda y a mí respecto de la equidad, el crecimiento y la redistribución.
Hay un paper del Ministro Rodrigo Valdés, que publicó junto con los señores Calderón y Chong el año 2005 -es bastante antiguo; por tanto, no fue hecho para esta discusión en especial-, donde se señala que las regulaciones del mercado laboral, particularmente en materia de la importancia de los sindicatos, mejoran la distribución del ingreso a largo plazo, más allá de los ciclos económicos.
Por tanto, creo que es importante poner seriedad en el debate.
El presente proyecto, señor Presidente, atraviesa a la sociedad en su conjunto: a las grandes, medianas y pequeñas empresas; a los trabajadores; a los que quieren integrarse al mundo del trabajo, y a los consumidores.
Todos tienen legítimos intereses y no siempre son coincidentes. Debemos, sin lugar a dudas, protegerlos a todos.
El resultado de la votación, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, es la mejor expresión de gobernabilidad que podemos dar, pues hemos logrado no solo obtener el apoyo de la Nueva Mayoría, sino también cohesionar de manera clara y eficaz los legítimos intereses de la inmensa mayoría de nuestro país.
Es deber del Gobierno velar por el bien común de Chile.
Esto es lo que hoy podemos mostrar: titularidad sindical, sindicatos que podrán negociar en representación de sus trabajadores, extensión de beneficios pactados por afiliación, huelga efectiva, pactos de adaptabilidad, normas sobre género, derecho a información permanente, sobre todo para la negociación colectiva.
Hemos modificado una serie de instituciones con esta iniciativa, que busca reequilibrar, rebalancear las relaciones laborales.
Señor Presidente, después de muchos años, al fin damos como país con la nota cuando hablamos de modernizar las relaciones laborales, cuando apostamos por más productividad, cuando creemos que la equidad es un elemento fundamental del desarrollo.
Agradezco a todas y a todos.
Este es un hito importante que cierra su etapa de debate legislativo.
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- A usted, señora Ministra.
Se suspende la sesión por cinco minutos.
)---------(
--Se suspendió a las 19:23.
--Se reanudó a las 19:32.
)---------------(
El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Continúa la sesión.