Click acá para ir directamente al contenido
GARANTÍA DE ACCESO A SISTEMAS DE PAGO Y OPERACIONES BANCARIAS


El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Proyecto, iniciado en moción de los Honorables señores Ossandón y Tuma, en primer trámite constitucional, que modifica la ley N° 19.496, sobre protección de los derechos de los consumidores, y otros cuerpos legales que indica, para garantizar el acceso a distintos sistemas de pago y operaciones bancarias, con informe de la Comisión de Economía.
--Los antecedentes sobre el proyecto (10.399-03) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En primer trámite: sesión 70ª, en 17 de noviembre de 2015 (se da cuenta).
Informe de Comisión:
Economía: sesión 79ª, en 9 de diciembre de 2015.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo principal de la iniciativa es introducir competencia en el mercado de los medios de pago. Para ello, consagra el derecho del consumidor de que se le proporcionen mecanismos seguros y fáciles de usar, de modo que el proveedor deberá informarle respecto de los medios de pago disponibles para efectuar una transacción, y propone establecer la obligación de los bancos de contar con una interfaz de programación de aplicaciones a través de la cual cualquier persona, incluido Transbank, pueda realizar operaciones bancarias.
La Comisión discutió el proyecto solo en general y acogió, por la unanimidad de sus miembros, Senadores señor Tuma, señora Pérez San Martín y señores Moreira, Navarro y Pizarro, la idea de legislar.
El texto que se propone aprobar en general se transcribe en el primer informe y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
Nada más.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- En discusión general.
Tiene la palabra el Honorable señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, esta materia tiene que ver con la libre competencia y los servicios con los cuales los consumidores pueden contar para acceder a distintos medios de pago a fin de realizar sus transacciones.
Existen 30 millones de tarjetas de crédito y un promedio de 45 millones de operaciones de pago y transacciones comerciales mensuales, que solo se pueden hacer a través de una red llamada "Transbank", la cual, en un momento determinado -creo que hay que contentarse, alegrarse y felicitar a los impulsores de tal iniciativa-, permitió el desarrollo del dinero plástico. Pero llevamos 25 años con un sistema que hoy día ya no está innovando, sino que entorpeciendo el desarrollo de una economía de libre mercado donde todos puedan competir y ofrecer un mejor servicio.
En la actualidad, solo el 18 por ciento de las pymes accede a contratar Transbank, que es un sistema donde están todos cautivos. Es una red que posibilita transmitir los datos sobre los cuales negoció Transbank con todos los comercios y con todos los prestadores de servicios a los consumidores, y solo a través de esa línea, de ese medio de pago pueden operar.
Lo que estamos planteando es que deberíamos introducir condiciones para que pudiese haber competencia en este sector.
En promedio, en cualquier país desarrollado existen sobre 2 mil puntos de venta por cada cien mil habitantes. En Chile contamos con 450 puntos de venta para la misma proporción de personas. Eso significa una enorme limitación para desarrollar competencia en oferta y demanda en materia de medios de pago.
Con el Senador Ossandón hemos presentado un proyecto que nos permita brindarles a los consumidores el derecho a contar con mecanismos de pago seguros y el derecho a elegir un sistema determinado.
Hoy día, un consumidor o un prestador de servicios no puede elegir un medio de pago, sino que debe utilizar aquella empresa asociada a una cadena de bancos, los cuales le ofrecen la modalidad solo a través de Transbank. No hay competencia.
La comisión que se cobra al pequeño comerciante es uniforme, porque corresponde a las condiciones fijadas por el único proveedor del servicio.
Por otra parte, aquellas grandes empresas que poseen mayor capacidad de negociación reciben también tratamiento especial en caso de interrupción del servicio.
Durante las pasadas Fiestas Patrias fuimos testigos de una interrupción que afectó el servicio para millares de chilenos, quienes no pudieron utilizar su tarjeta de pago porque el comercio en general está conectado a través de una vía electrónica. Y como no disponen de la fibra óptica, que sí tienen las grandes empresas, solo estas últimas pudieron seguir operando.
Insisto: tenemos un mercado cautivo. Eso lo sabe todo el mundo. La pregunta es por qué el Congreso Nacional no ha modificado las condiciones de falta de competencia en este ámbito.
Hace bastante tiempo que en Chile se estableció en los servicios proveedores de energía eléctrica una línea troncal, Transelec, que obliga a quienes la utilizan a recibir y a transmitir la energía de cualquier distribuidor.
En materia de transmisión de datos para el pago electrónico eso no se puede hacer. En Chile solo es posible operar a través de Transbank.
Lo que proponemos hoy día es terminar con ese cautiverio y crear condiciones especiales para permitir que exista la obligación de los bancos -en el texto del proyecto lo señalamos así- de crear una interfaz para que cualquier prestador de servicios de medios de pago pueda usar la red, a los efectos de que se extienda la cobertura y de que puedan ofrecerse tarifas de distinta naturaleza a todo el comercio. Así, las empresas entrarán a competir y las que ofrezcan las mejores tarifas se llevarán los contratos con los grandes, pequeños y microempresarios.
Por lo tanto, aquí tenemos una obligación no solo desde el punto de vista económico, para activar la economía, sino además un imperativo ético y moral de generar las condiciones para la libre competencia y el ejercicio de derechos de los consumidores.
Creo que estamos dando un paso muy importante en materia de libre competencia.
Nos hemos quejado de la alta concentración en determinados rubros y de la colusión, y hemos condenado ambas cosas.
Pero aquí no necesitan acuerdo. ¡Aquí ya está acordado!
Los únicos oferentes son aquellos bancos propietarios de una red que solamente presta servicio a quienes ellos quieren y en las condiciones que ellos quieren.
No tenemos libre competencia en el sector.
Por eso, señor Presidente, creo que el presente proyecto abre la gran oportunidad para el Congreso Nacional de dar una señal muy importante en materia de libre competencia; en este caso, en los medios de pago electrónicos.
He dicho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Hay una petición del Senador señor Moreira para abrir la votación.
¿Habría acuerdo en acceder a ello?
El señor BIANCHI.- Sí, señor Presidente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- En votación general el proyecto.
--(Durante la votación).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ossandón.


El señor OSSANDÓN.- Señor Presidente, quiero tratar de explicar el proyecto en palabras muy simples.
Esto no es contra Transbank ni tampoco se toca su plataforma. Dicha empresa cumplió su objetivo en una época determinada y creó -porque sus dueños son los bancos- una plataforma web para implementar un sistema de pago y de operaciones bancarias.
Pero resulta que hoy día los bancos tienen solo una ventana. Y lo que hace el proyecto es obligarlos a ofrecer una plataforma que permita que otros operadores de pagos y operaciones bancarias, cumpliendo con los requisitos y contando con la autorización de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, puedan también participar en el sistema.
Los especialistas señalan que Transbank cobra un precio justo. Está bien. Y es correcto. Pero no existe para ningún consumidor ni comerciante alguna otra alternativa de pago para poder negociar. Ese es el precio que se paga.
En el mercado de los países desarrollados existen una serie de ventanas bancarias, las cuales permiten que cualquier operador que cumpla con las condiciones exigidas pueda conectarse y ofrecer el servicio.
Y eso, por supuesto, abriría la competencia y haría que muchos hicieran el empeño de llegar a lugares donde Transbank no llega.
La presente iniciativa también fija las normas que garantizan la libre competencia en el mercado de pagos bancarios y sienta las bases para que operen nuevos proyectos.
Así que esto va a asegurar a los consumidores la disponibilidad de muchos medios de pago electrónico en el comercio y que, de alguna manera, no se les pueda negar la utilización del sistema, porque existen otros oferentes.
A esta casa de bancos se la obliga a no tener solo una ventana. Lo anterior se asemeja a un panel con enchufes, donde en la actualidad hay disponible únicamente una entrada y una empresa que la utiliza. Aquí se dispone un panel con muchos enchufes de manera que cualquier persona que cumpla con la normativa existente pueda ofrecer el servicio y que el consumidor tenga la libertad de elegir.
Así que -insisto- el proyecto no implica, como algunos han sostenido, que estamos contra Transbank. No. Lo que queremos es competencia y lógicamente dicha empresa deberá competir con distintos oferentes.
Señor Presidente, creo que la presente iniciativa representa una tremenda señal para el momento que estamos viviendo.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, valoro la discusión a que nos convoca el proyecto, porque persigue introducir competencia en el mercado de los medios de pago electrónicos que existen en Chile, los cuales hoy día están concentrados en una sola empresa, la que, a su vez, se halla controlada por tres bancos.
Hace tiempo que la sociedad chilena viene pidiendo el término de los abusos y de las posiciones monopólicas, primero en las farmacias y luego en otros mercados. Los ciudadanos quieren reglas transparentes y exigen competencia real y no simulada.
Argumentos para justificar la concertación por parte de los agentes económicos siempre habrá. En el caso de las tarjetas de crédito, el acuerdo empresarial se basó en la tecnología disponible en el período en que fue implementada en Chile. Sin embargo, se ha demostrado que esto ya no es válido y que actualmente hay soluciones tecnológicas que permitirían concretar mayores espacios de competencia.
Pero de este debate me preocupan dos aspectos.
Uno es el papel del Banco del Estado de Chile. Se trata de una institución pública que se ha sumado a este cartel de los bancos sin diferenciarse de la competencia privada.
Un banco de propiedad estatal debe tener especial cuidado en su participación en este tipo de acuerdos, atendido su carácter público. El país necesita un banco de fomento, con foco en la micro, pequeña y mediana empresa; uno que llegue a los rincones donde los otros bancos no llegan, y también uno que ayude a la incorporación de sectores de menores ingresos a la bancarización y que se constituya en una poderosa herramienta que permita abrir la competencia también en los medios de pago.
Por otro lado, me preocupa otro abuso que se está produciendo con las tarjetas comerciales.
Por la vía de las promociones, algunos establecimientos están, en la práctica, obligando a contratar una tarjeta a sus clientes, ya que, de otro modo, deben pagar un sobreprecio aunque compren al contado.
En los hechos, con el sobreprecio que se cobra, se limita el uso del dinero en efectivo como medio de pago, y esto no puede seguir ocurriendo.
De la misma manera como los bancos no pueden obligar a un deudor hipotecario a contratar un seguro con la empresa vinculada a ellos, tampoco debiera producirse esta situación en que algunos comercios no venden, o venden en condiciones muy desventajosas, si antes no se contrata una tarjeta comercial con la tienda.
Este abuso presiona al endeudamiento, especialmente de la gente más pobre, quienes, en definitiva, terminan capturados por el crédito que les otorgan estos establecimientos.
Esta materia tan sensible debe ser considerada, ya sea a través de una indicación o de un proyecto de ley específico.
La Fiscalía Nacional Económica está haciendo un gran trabajo y así lo ha podido constatar la opinión pública en varios temas de alta sensibilidad social. Actualmente, hay un proyecto de ley que fortalece a esta institución y que también sanciona más duramente las conductas anticompetitivas, especialmente la de colusión.
Pero, en lo que se refiere a este monopolio de Transbank, la Fiscalía no puede mostrar resultados similares.
Me preocupa esto, porque no podemos estar aprobando un proyecto de ley para cada situación anticompetitiva que aparezca. Para eso están los entes reguladores.
Señor Presidente, en ocasiones anteriores he insistido en la necesidad de realizar reformas estructurales a nuestra economía para asegurar su competitividad.
Debemos estar claros en que la reactivación no depende solo de las proyecciones de crecimiento de China o de otros mercados. Hay cosas que podemos hacer nosotros y una de ellas es incorporar mayor competencia en todas las áreas donde hoy no está presente.
Esta también es una exigencia social.
El país no será moderno mientras mantengamos privilegios, ventajas indebidas o acuerdos opacos entre los poderosos, en este caso los bancos.
Esta es una demanda transversal. Todos deben someterse a la ley.
El programa de reformas de la Presidenta Bachelet, en lo central, apunta a eso: desarmar la estructura de abusos, de inequidades que asfixian a los chilenos en los más diversos ámbitos...
Veinte segundos y termino, señor Presidente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Su Señoría dispone de un minuto adicional.
El señor QUINTEROS.-... y que les impiden desplegar todas sus capacidades y seguir creciendo.
Independientemente del resultado de una u otra reforma, algo ha cambiado definitivamente en Chile, y es que no son tolerables los abusos.
Más allá de la contingencia, se ha abierto una puerta ancha para los cambios en el país, que no se cerrará hasta que se haya completado el ciclo de reformas que Chile necesita.
He dicho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Andrés Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, efectivamente este es un proyecto muy importante y que ha sido visto por la Comisión de Economía.
La Comisión de Hacienda, precisamente en el día de hoy, empezó a despachar una iniciativa que permite la emisión de medios de pago con provisión de fondo por entidades no bancarias, la cual tendría que ver con lo que estamos votando en este momento. Por tanto, es necesario evitar una doble tramitación.
A mi juicio, la materia en votación debe ser vista por nuestra Comisión para, precisamente, evitar tener discrepancias entre un órgano técnico y otro sobre lo que podamos legislar.
Entonces, señor Presidente, pediría que, una vez aprobado en general este proyecto -no creo que haya problemas-, se remita a la Comisión de Hacienda para que ella lo conozca y vea la posibilidad de compatibilizarlo con la otra iniciativa.
Ya hemos escuchado a partes interesadas, a gente que está en este tema. Vamos a continuar el próximo martes y esperamos despacharla.
Asimismo, quería pedir autorización para que la Comisión de Hacienda pueda ver en general y en particular el proyecto sobre medios de pago, para traer a la Sala un texto bastante más acabado y estudiado.
En suma, señor Presidente, pido, primero, que el proyecto que estamos votando vaya a la Comisión de Hacienda y, segundo, que dicho ente técnico pueda tramitar en general y en particular, en el primer informe, la iniciativa sobre medios de pago, donde podríamos incluir o subsumir las disposiciones de la que estamos debatiendo aquí.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Muy bien.
Estamos en votación, pero si hay acuerdo en la Sala...
El señor MONTES.- Sí, señor Presidente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).-... este proyecto pasaría a la Comisión de Hacienda luego de ser aprobado en general.
El señor LARRAÍN.- ¿Qué proyecto?
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- El que estamos votando.
El Senador señor Zaldívar dice que en la Comisión de Hacienda hay otra iniciativa de ley que se refiere a esta materia.
Además, ha solicitado que esa Comisión pueda ver en general y en particular, en el primer informe, el proyecto sobre medios de pago.
¿Habría acuerdo?
El señor LARRAÍN.- Sí.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Acordado.
Tiene la palabra la Senadora señora Van Rysselberghe.


La señora VAN RYSSELBERGHE.- Señor Presidente, la verdad es que me alegro profundamente de que estemos aprobando en general este proyecto.
Sin embargo, lo he leído con atención y no tengo la certeza de que vaya a resolver completamente el problema. Por lo tanto, me imagino que habrá un plazo de indicaciones que nos permita aportar al enriquecimiento de la discusión.
Efectivamente, como decía el Senador Quinteros, hoy día la gente común y corriente prácticamente no usa dinero en efectivo, no porque estén obligados a utilizar tarjetas de crédito, sino por un tema de seguridad. Las personas sienten que podrían ser víctimas de un robo si andan con mucho dinero en efectivo, por lo que muchas optan, libremente, por usar el llamado "dinero plástico". Y pueden pagar, prácticamente, en todos lados, porque hoy casi nadie anda con cheques.
El problema lo tienen las pequeñas y medianas empresas, ya que en la actualidad deben suscribir un contrato con Transbank, que les cobra un porcentaje de las ventas. ¡Ni siquiera de las utilidades!
Para los pequeños empresarios es un socio que no asume ningún riesgo y que se lleva un porcentaje de las ventas, no de las utilidades.
Además, el servicio que presta a las pequeñas y medianas empresas es bastante deficiente, porque el sistema se les cae y no actúan con la misma premura que tienen con las grandes empresas para reponerlo.
Por lo tanto, de verdad hoy los pequeños empresarios están atados de manos, porque si no contratan este único sistema que existe, ¡no pueden vender! Porque, como hoy prácticamente nadie usa dinero en efectivo, están arrodillados ante una empresa que les cobra lo que quiere y que, además, no les presta un buen servicio.
Me llama la atención que frente a esa situación, que es evidente y obvia, la Superintendencia no haga nada.
Es muy raro que en un negocio donde no hay ningún riesgo se diga que el precio es justo.
A mi juicio, ¡constituye un precio mucho mayor! Porque están teniendo utilidades sin asumir ningún riesgo, riesgo que sí asumen los dueños de los emprendimientos.
De este modo, no tienen problemas de morosidad ni de nada, porque ellos se pagan al momento de la transacción.
Por lo tanto, creo que no es un precio justo. ¡Es un precio muchísimo mayor!
El sentido común dice que debiera haber competencia. Sin embargo, no existe, porque los dueños de las tarjetas de crédito son finalmente los bancos.
Por lo tanto, algo está pasando. Hoy los pequeños y medianos empresarios están de rodillas, ya que no solo tienen como socio al Estado, al que deben pagar cantidades importantes de impuestos, sino, además, a una empresa a la cual están obligados a entregarle parte de sus ventas.
Así que yo me alegro profundamente de la presentación de esta iniciativa. Espero que ella sea vista técnicamente.
Me gustaría escuchar la explicación de la Superintendencia de por qué no hay competencia en esta área, no obstante que debiera haberla; por qué existe, de hecho, monopolio en un negocio que, a todas luces, es bastante lucrativo.
En verdad, me alegro profundamente de que este tema se esté discutiendo. Espero que se llegue a buen término, ya que la carga para los pequeños y medianos empresarios es altísima, y esta es una más de las que tienen que asumir.
Muchas gracias.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Ofrezco la palabra al Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero decir, tal como ya lo señaló el Senador Andrés Zaldívar, que justamente hoy en la mañana comenzamos a analizar en la Comisión de Hacienda un proyecto de ley que permite la emisión de pago con provisión de fondos por entidades no bancarias.
Actualmente, las únicas que pueden emitir tarjeras de crédito o de débito son las instituciones financieras, bajo la atenta supervisión de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
Ahora bien, con el proyecto que discutimos en la mañana en la Comisión de Hacienda lo que se busca es precisamente abrir la puerta, de tal manera que la comisión que se cobre a los clientes, a los comerciantes, sea mucho más competitiva.
Aquí se ha dicho, con toda razón, que ello resulta conveniente al haber hoy un solo servicio: Transbank, con su homólogo Redbanc. Porque para usar las tarjetas de crédito es muy importante tener acceso a las máquinas que proveen dinero. Y no solo eso: se debe recurrir a ellas para, por ejemplo, cambiar la clave, etcétera. O sea, permiten el uso de las tarjetas.
Entonces, es muy conveniente que la Comisión de Hacienda tramite y envíe este proyecto prontamente a la Sala, porque va a permitir que entidades como las cajas de compensación, las cooperativas, las sociedades anónimas especiales de giro exclusivo, entre otras, puedan crear medios de pago con provisión de fondos. Es decir, no se tratará de tarjetas de crédito, pero se abrirá un abanico para el dinero plástico con el fin de lograr que haya más competencia y de esa manera disminuir los costos.
Sin embargo, señor Presidente, estimados colegas, tengo entendido que en la Comisión de Economía hay otro proyecto, cuyo trámite se encuentra suspendido a la espera de un informe que debe entregar el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Su propósito es determinar las normas conforme a las cuales sea posible la creación de un nuevo Transbank -obviamente, con otros inversionistas que no sean los bancos- y una nueva red de cajeros -que no dependa, igualmente, de las entidades bancarias-, de tal modo de abrir también la competencia en ese sector de la economía.
Quiero agregar, además, que todo aquello debe hacerse bajo la atenta supervisión del Banco Central de Chile. Precisamente, la próxima semana nosotros vamos a escuchar a esa institución, dado que es muy relevante conocer la preceptiva que regla el funcionamiento de ese tipo de entidades, las que, más que por ley, se regulan conforme a disposiciones que al efecto dicta el Instituto Emisor.
Se trata de normas tan importantes como aquellas relacionadas con la exigencia de capital o las que establecen restricciones para el uso de los fondos. Porque estas empresas, sobre todo las que utilizan medios de prepago, donde la gente primero debe depositar su sueldo, su pensión, antes de poder empezar a girar, ¿qué hacen, mientras tanto, con el dinero? ¿En qué lo invierten? ¿Lo pueden invertir en cualquier cosa? ¿Qué pasa si esos recursos, que son de las personas que los han depositado, desaparecen debido a una mala administración o simplemente porque se perpetró una estafa, un fraude, y ellas, al intentar hacer funcionar sus tarjetas, ven que no se hallan disponibles?
En definitiva, lo que quiero decir es que todo esto es bastante complejo y muy importante.
Por eso, adhiero a lo señalado por el Senador Zaldívar. Creo que sería muy bueno que en la Comisión de Hacienda viéramos esta iniciativa en conjunto con las otras. Lo ideal sería analizar los tres proyectos al mismo tiempo. De esa forma se lograría una normativa sistémica.
Temo que este cuerpo legal, que se halla bien inspirado -no tengo ninguna duda de ello-, no pueda operar mientras no salga la otra legislación.
Gracias.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- El Senador señor Tuma ha solicitado una interrupción a la Mesa para plantear un punto de Reglamento.
Tiene la palabra Su Señoría.


El señor TUMA.- Señor Presidente, quiero proponer un procedimiento que nos asegure un buen tratamiento para esta iniciativa.
Hasta este debate, yo no tenía información de los textos que estaba tratando la Comisión de Hacienda, así como los miembros de esta tampoco se encontraban al tanto de la discusión que se estaba llevando a cabo en la Comisión de Economía en relación con este tema. Y además existe otro proyecto del Ejecutivo sobre la misma materia en la Cámara de Diputados.
Por lo tanto, me parece que lo que están proponiendo los integrantes de la Comisión de Hacienda es lo mejor: debatir en conjunto las tres iniciativas, con todas las cartas en la mesa, con la participación del Ejecutivo y el Banco Central y con el informe del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Se podría realizar una discusión general, amplia, con todos los antecedentes, uniendo, para tal efecto, a las Comisiones de Economía y de Hacienda, permitiendo que todos los actores podamos contribuir a sacar el mejor proyecto para una legislación que se requiere en forma urgente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Cuando tengamos el quorum suficiente, Su Señoría, voy a requerir el acuerdo de la Sala para que la iniciativa sea tratada en Comisiones de Hacienda y de Economía, unidas, con el objeto que han planteado los señores Senadores.
Tiene la palabra el Honorable señor Montes.


El señor MONTES.- Señor Presidente, los demás integrantes de la Comisión de Hacienda han explicado lo que discutimos en el día de hoy, y en ese marco no queda otra cosa que estar de acuerdo con este proyecto, votarlo a favor y ver cómo mejorarlo y consolidarlo junto a los otros.
Quiero aclarar que lo que se estuvo analizando allí es una iniciativa que busca generar medios de prepago, instrumentos específicos en los que Chile está muy atrasado. No tenemos una red de medios de prepago extendida a muchas actividades, a diversos servicios, en fin.
Frente a ello, se plantea un conjunto de normas, que sintetizó muy bien el Senador García, para desarrollar dichos instrumentos y garantizar que tanto los emisores como los operadores actúen de manera adecuada.
La principal observación que surgió hoy fue la de que, si uno crea medios de prepago y estos no tienen un sistema dentro del cual puedan fluir, difícilmente van a funcionar bien. Tanto los medios de pago como los de prepago requieren un formato en el que puedan fluir y operar.
Por lo tanto, todos coincidimos en que no bastaba con la iniciativa que estábamos analizando en ese momento y que era necesario preocuparse también de cómo generar competencia en este mercado.
Según la información que hoy recibimos, todos los países tienen más de un medio, no uno solo. Chile es un caso raro: cuenta únicamente con un sistema bastante cerrado, integrado por Transbank y Redbanc y que es de propiedad de los mismos bancos.
La consecuencia de ello es que el servicio resulta muy caro. Se indicó que actualmente cada transacción tiene un costo de 250 pesos y que se utiliza tecnología bastante antigua, que no ha ido evolucionando para permitir que el sistema opere de manera fluida, rápida y acorde con los requerimientos. Hay que ponerse al día en este ámbito.
Además, en el país hay pocos lugares con cajeros automáticos. O sea, no solo existe un problema de costo, sino también otro, que es la escasa cantidad de puntos de operación.
Y, aparte, no se pagan tributos. Es una situación bastante anómala. No hay IVA, no hay nada. Existe todo un conjunto de operaciones que ni siquiera pagan el impuesto al valor agregado.
¿Qué obtienen Transbank y Redbanc como sistema de los bancos? Según la información que hemos recabado, no se logran grandes utilidades. Se trata más bien de un mecanismo de protección de las instituciones, para que no entre competencia. Empresas internacionales han tratado de ingresar al sector, pero el sistema tiene la capacidad de protegerse a sí mismo porque no deja que entren otros actores y que exista, por lo tanto, mayor competencia, mejor calidad en la atención, menores costos, en fin. Su principal virtud no es la rentabilidad, sino la capacidad de contener la competencia con otros actores.
Además, actualmente se observan irregularidades. La ley permite actuar a Transbank y Redbanc solo como un organismo de apoyo a las operaciones bancarias. Sin embargo, están trabajando no solo con los bancos, sino también con tarjetas ligadas al retail, por ejemplo, y a otros sectores, lo que no es legal.
Entiendo que incluso la Fiscalía Nacional Económica ha intervenido, dictaminando que aquello es una necesidad.
Pues bien, el proyecto que estamos analizando también busca corregir esta irregularidad, esta ilegalidad, en un marco de mayor competencia.
Termino expresando que las legislaciones peruana y colombiana tienen normas de las que carece la iniciativa en debate. En ellas, que no son muy antiguas, es obligación que todo el sistema de comunicación de la información cobre tarifas homogéneas a todo el mercado, sin desglosar precios diferenciados para cada operador. Por lo tanto, ofrecen condiciones de mayor competencia.
Existe, asimismo, interconexión obligatoria. Se pueden interconectar unos con otros. A veces conviene, a veces no, pero cada quien puede tomar la decisión de interconectarse, si quiere, sin tener restringida la opción.
Todo ello permite operar en el mismo sentido en que se halla orientado este proyecto, rechazando el manejo monopólico y ofreciendo un sistema con más puntos de atención, más terminales, menores costos y nuevos servicios. Si a ello agregamos las tarjetas de prepago, se asegura una manera mucho más fluida de llegar a cada uno de los lugares.
Ahora, si nos metiéramos a ver, desde el inicio del sistema, cuánto es el dinero que se ha pagado por esta vía y cuántos son los recursos que le han llegado a la pequeña empresa, nos encontraríamos con otro problema. Es lo que nos ha dicho la Senadora Van Rysselberghe. Existe un período de tiempo demasiado largo entre el momento en que se paga y aquel en que la pequeña empresa recibe los fondos. Un esquema de mayor competencia permitiría también que ese lapso disminuyera y las pymes sufrieran un perjuicio menor.
Creo que hay que aprobar en general la iniciativa y seguir la metodología que se ha propuesto en cuanto a unir las Comisiones de Economía y de Hacienda para su tratamiento particular, en conjunto con los otros proyectos existentes sobre la materia.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, en Chile, en abril de 2015, se registraron más de 10 millones 120 mil tarjetas de crédito y se efectuaron 15 millones de operaciones de pago, y en relación con las tarjetas de débito, se registraron 19 millones 516 mil tarjetas y se efectuaron 45 millones de operaciones en transacciones de pago. Esto, en un ámbito total, suma más de 2 mil 500 millones de dólares.
En cuanto a la cobertura de los puntos de venta, la Unión Europea cuenta con 2.022 por cada 100 mil habitantes; los Estados Unidos, con 2.153, y Chile solo con 450, con la agravante de que aquí ellos se concentran solo en las localidades de mayores ingresos y solo el 18 por ciento de la micro y pequeña empresa puede recibir pagos con tarjetas de débito o crédito. Es decir, en Chile existe una concentración excesiva.
¿Qué nos dice el proyecto de ley? Que en nuestro país falta competencia, que es la clave del sistema neoliberal.
La pregunta es: ¿por qué no se advirtió esto antes, si el sistema data del año 90, cuando los bancos pidieron autorización a la Fiscalía Nacional Económica para coordinarse y montar su estructura?
De allí que la observación del Senador Quinteros respecto del Banco del Estado es completamente atendible. ¿Cuál es el fin de la competencia? ¿Cuál es el rol regulador del Estado?
Se estableció un sistema monopólico.
¿Qué nos dice Manuel José Cruzat respecto de este tema, que a mí me resulta interesante, relativo a la rentabilidad del sistema bancario en Chile?
Señaló que en Estados Unidos la rentabilidad posimpuestos sobre el patrimonio de los bancos llega al 10 por ciento anual. En Chile se ubica entre el 14 y el 19 por ciento. Y agrega que no se trata de un fenómeno transitorio ni que haya ocurrido una sola vez. Indicó que casi por estructura el sistema bancario en Chile tiene una rentabilidad muy por sobre lo que se observa en mercados más competitivos. Y, dado lo anterior, le surge la pregunta de por qué sigue ocurriendo.
Igualmente, llama la atención respecto de la cifra de colocaciones de los tres mayores bancos de Chile: llega al 48,97 por ciento del total. En cuanto a las utilidades, el porcentaje se eleva al 62,73 por ciento. Y la rentabilidad sobre el patrimonio posimpuestos oscila entre el 16,81 y el 20,94 por ciento.
En Estados Unidos, los primeros cinco bancos, en términos de los activos que administran, manejan el 50 por ciento de las colocaciones. En Chile, en cambio, si se suma Corpbanca, fusionado con el Banco Itaú, nos encontramos con que los cuatro primeros llegan al 50 por ciento. Es decir, hay una concentración altísima.
En suma, el norteamericano es un sistema muy dividido. Allí jamás, dice Cruzat, se daría una concentración como la que existe en Chile en el sistema bancario, subrayando que el caso chileno es anómalo.
En nuestro país, tres grandes actores tienen casi el 50 por ciento de las colocaciones y aproximadamente dos tercios de las utilidades.
Esta es la trilogía de todo: supermercados, bancos, farmacias, tarjetas. Estoy hablando de dos tercios de las utilidades en un sistema en que cerca del 50 por ciento del crédito viene intermediado por la banca.
Cruzat señaló que algo tiene que explicar el exceso de rentabilidad que la banca logra en Chile. Normalmente intentan conectarlo con el costo de capital de los bancos, aunque precisa que tanto en Chile como en los Estados Unidos es muy similar.
En el ámbito de las tarjetas de crédito, el costo que cobra cualquiera de los bancos en Chile fluctúa entre el 25 y el 30 por ciento nominal anual. En cambio, en Estados Unidos ese mismo crédito fluctúa entre el 10 y el 15 por ciento nominal anual, según cifras del sistema de información público norteamericano.
La única razón de que en Chile los bancos tengan estas sobreutilidades, duplicando las utilidades de los bancos estadounidenses es, según Cruzat, la falta de competencia.
¿Cuál es la falla del sistema, entonces?
La portabilidad, señala el mismo economista.
En Chile existen cinco sociedades de apoyo al giro bancario: Transbank, Redbanc, CCA, Servipag y Nexus.
Al respecto, destacó la importancia del proyecto, pero hizo presente que es necesario entender que lo que existe en este mercado es una red. No se enfrenta a una entidad de manera individual.
Por lo tanto, la autorización del año 91, de la Comisión Preventiva, para que Transbank operara, tras 24 años está obsoleta. El sistema es caro, antiguo, monopólico e integrado. De nuevo, ¡la colusión de los tres grandes bancos!
Por eso, yo espero que la Fiscalía Nacional Económica no se limite a decir que las cosas están mal, sino que actúe sobre el sistema, que es único y cuyas rentabilidades y concentración ya conocemos. Es un sistema que ha operado a vista y paciencia de la Concertación; de la Derecha, cuando estuvo en el poder, y ahora, de la Nueva Mayoría.
Este proyecto intenta cambiarlo. Está claro que es necesario ampliar la competencia para que la pequeña y mediana industria pueda acceder a él de manera competitiva y no abusiva como ocurre hoy.
Voto a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (25 votos a favor y un pareo).
Votaron por la afirmativa las señoras Goic, Lily Pérez y Van Rysselberghe y los señores Araya, Bianchi, Chahuán, García, García-Huidobro, Girardi, Harboe, Horvath, Hernán Larraín, Montes, Moreira, Navarro, Orpis, Ossandón, Pizarro, Prokurica, Quintana, Quinteros, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
No votó, por estar pareado, el señor Letelier.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Después de escuchar al Senador García, el Senador Tuma hizo una petición para que este proyecto y los relacionados con él se vieran en Comisiones unidas de Hacienda y de Economía.
¿Habría acuerdo en tal sentido?
Acordado.