Click acá para ir directamente al contenido
GARANTÍA DE ACCESO A SISTEMAS DE PAGO Y OPERACIONES BANCARIAS


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, valoro la discusión a que nos convoca el proyecto, porque persigue introducir competencia en el mercado de los medios de pago electrónicos que existen en Chile, los cuales hoy día están concentrados en una sola empresa, la que, a su vez, se halla controlada por tres bancos.
Hace tiempo que la sociedad chilena viene pidiendo el término de los abusos y de las posiciones monopólicas, primero en las farmacias y luego en otros mercados. Los ciudadanos quieren reglas transparentes y exigen competencia real y no simulada.
Argumentos para justificar la concertación por parte de los agentes económicos siempre habrá. En el caso de las tarjetas de crédito, el acuerdo empresarial se basó en la tecnología disponible en el período en que fue implementada en Chile. Sin embargo, se ha demostrado que esto ya no es válido y que actualmente hay soluciones tecnológicas que permitirían concretar mayores espacios de competencia.
Pero de este debate me preocupan dos aspectos.
Uno es el papel del Banco del Estado de Chile. Se trata de una institución pública que se ha sumado a este cartel de los bancos sin diferenciarse de la competencia privada.
Un banco de propiedad estatal debe tener especial cuidado en su participación en este tipo de acuerdos, atendido su carácter público. El país necesita un banco de fomento, con foco en la micro, pequeña y mediana empresa; uno que llegue a los rincones donde los otros bancos no llegan, y también uno que ayude a la incorporación de sectores de menores ingresos a la bancarización y que se constituya en una poderosa herramienta que permita abrir la competencia también en los medios de pago.
Por otro lado, me preocupa otro abuso que se está produciendo con las tarjetas comerciales.
Por la vía de las promociones, algunos establecimientos están, en la práctica, obligando a contratar una tarjeta a sus clientes, ya que, de otro modo, deben pagar un sobreprecio aunque compren al contado.
En los hechos, con el sobreprecio que se cobra, se limita el uso del dinero en efectivo como medio de pago, y esto no puede seguir ocurriendo.
De la misma manera como los bancos no pueden obligar a un deudor hipotecario a contratar un seguro con la empresa vinculada a ellos, tampoco debiera producirse esta situación en que algunos comercios no venden, o venden en condiciones muy desventajosas, si antes no se contrata una tarjeta comercial con la tienda.
Este abuso presiona al endeudamiento, especialmente de la gente más pobre, quienes, en definitiva, terminan capturados por el crédito que les otorgan estos establecimientos.
Esta materia tan sensible debe ser considerada, ya sea a través de una indicación o de un proyecto de ley específico.
La Fiscalía Nacional Económica está haciendo un gran trabajo y así lo ha podido constatar la opinión pública en varios temas de alta sensibilidad social. Actualmente, hay un proyecto de ley que fortalece a esta institución y que también sanciona más duramente las conductas anticompetitivas, especialmente la de colusión.
Pero, en lo que se refiere a este monopolio de Transbank, la Fiscalía no puede mostrar resultados similares.
Me preocupa esto, porque no podemos estar aprobando un proyecto de ley para cada situación anticompetitiva que aparezca. Para eso están los entes reguladores.
Señor Presidente, en ocasiones anteriores he insistido en la necesidad de realizar reformas estructurales a nuestra economía para asegurar su competitividad.
Debemos estar claros en que la reactivación no depende solo de las proyecciones de crecimiento de China o de otros mercados. Hay cosas que podemos hacer nosotros y una de ellas es incorporar mayor competencia en todas las áreas donde hoy no está presente.
Esta también es una exigencia social.
El país no será moderno mientras mantengamos privilegios, ventajas indebidas o acuerdos opacos entre los poderosos, en este caso los bancos.
Esta es una demanda transversal. Todos deben someterse a la ley.
El programa de reformas de la Presidenta Bachelet, en lo central, apunta a eso: desarmar la estructura de abusos, de inequidades que asfixian a los chilenos en los más diversos ámbitos...
Veinte segundos y termino, señor Presidente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Su Señoría dispone de un minuto adicional.
El señor QUINTEROS.-... y que les impiden desplegar todas sus capacidades y seguir creciendo.
Independientemente del resultado de una u otra reforma, algo ha cambiado definitivamente en Chile, y es que no son tolerables los abusos.
Más allá de la contingencia, se ha abierto una puerta ancha para los cambios en el país, que no se cerrará hasta que se haya completado el ciclo de reformas que Chile necesita.
He dicho.