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PRESUPUESTOS DE SECTOR PÚBLICO PARA 2016. INFORME DE COMISIÓN MIXTA


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, he escuchado con mucha atención las intervenciones, y cada día me asombro más.
Concurriré con mi voto a aprobar el informe de la Comisión Mixta que resolvió las diferencias surgidas entre la Cámara de Diputados y el Senado.
Solo quiero llamar la atención en algunos aspectos.
Los desacuerdos con el mensaje del Ejecutivo surgieron en ambas Cámaras como una manera de testimoniar -como acá se ha dicho- la disconformidad de los parlamentarios con otros aspectos de fondo y no con el monto mismo de las Partidas.
Esto da cuenta de un déficit en el debate.
No hay espacio, por ejemplo, para discutir sobre nuestro modelo de desarrollo y acerca del papel que les corresponde a la ciencia y a la innovación en este modelo.
Se habla mucho de los recursos, de los dineros, pero no respecto de cuál será el modelo que vamos a emplear.
Solo cuando exista claridad sobre esto podremos asignar las prioridades que correspondan a la actividad científica en el país y a las iniciativas de innovación, especialmente las que desarrollan a las regiones.
En el norte -lo mencionó un Senador por esa zona- es urgente innovar en materia de minería. En el sur se requiere promover el conocimiento en cuanto a nuevas producciones agrícolas, a sistemas de regadío, al repoblamiento de algas, a la acuicultura en general y a tantas otras actividades.
Eso hay que hacerlo -qué duda cabe- junto con el sector privado.
Por eso, me llama la atención que los mismos sectores que siempre cuestionan la participación estatal en las más diversas áreas -por cierto, en la educación- pongan esta vez el acento exclusivamente en el aporte fiscal para el desarrollo de la ciencia.
La Universidad de Chile, principal centro de investigación de nuestro país, durante años ha sufrido la postergación de sucesivos gobiernos; sin embargo, cuando se propone favorecerla se acusa de discriminación.
¡En qué quedamos!
Lo mismo he escuchado en cuanto al presupuesto del Metro. Y la discusión de fondo es la descentralización.
Podemos descentralizar todo, menos el Metro de Santiago.
En todo lo demás es factible que haya cambios. Pueden pasar a regiones organismos, servicios, etcétera, menos el Metro.
Por eso no puede hacerse el debate sobre la descentralización a base del Metro de Santiago. Porque no es factible realizar aquella a costa de proyectos como las nuevas líneas del ferrocarril metropolitano, que van en beneficio directo no solo de la gente de Santiago sino también de los millones de personas que viajan desde regiones.
Es necesario descentralizar muchas instituciones, numerosas actividades. Pero no hay que negar los beneficios a la gente, a los millones de usuarios del transporte público de la Capital.
Aquí he escuchado decir "¡Dónde están los recursos del subsidio espejo en las regiones!". Y me llama la atención que no se den cuenta de dónde se encuentran.
En mi Región, por ejemplo, el año 2014 se invirtieron 1.386 millones de pesos en la rebaja de tarifas a estudiantes. Y para 2015 están previstos 3.172 millones.
En 2014, 6 mil estudiantes de escasos recursos con dificultades de acceso a la educación pudieron asistir a clases gracias a una inversión de 2.443 millones de pesos. Y en 2015 están asignados 2.945 millones para que 6 mil estudiantes tengan transporte gratuito.
En cuanto a las zonas aisladas, debo destacar que 110 servicios de transporte público dan conectividad marítima, lacustre, aérea, terrestre a más de 77 mil personas en la Región.
El año 2014, del subsidio espejo, fueron a dichas zonas 8.230 millones de pesos. En 2015 van 10.247 millones.
¡Para qué seguir!
Entonces, si no se dan cuenta de dónde se invierte el subsidio espejo es otra cosa.
Por lo demás, también gracias al subsidio de la ley espejo se están evaluando y ejecutando proyectos de estudio para reponer el tren que va desde Puerto Montt a La Unión.
En consecuencia, por destruir un presupuesto; por hacer una política que no estamos acostumbrados a escuchar -porque uno cree que se actúa con seriedad-, no se puede denostar todo lo que se hace.
Otro tanto ocurre con la glosa referida a la bonificación forestal.
Existe una debilidad institucional histórica en la CONAF, corporación de derecho privado encargada de la promoción, regulación y fiscalización de un sector tan relevante como el forestal, que representa más del 3 por ciento del PIB de nuestro país.
Debemos pensar en una CONAF pública, con capacidades de fiscalización suficientes, pues las que tiene hoy día a lo mejor son escasas.
Por consiguiente, no es admisible canalizar el desacuerdo legítimo que podemos tener sobre diversas áreas a través de la reducción de ciertas partidas.
No comparto esa forma de actuar. Tal actitud no contribuye a enfrentar el debate necesario acerca de los temas que importan, ni tampoco a recuperar la confianza de la ciudadanía.
Por eso, señor Presidente, voy a aprobar el informe de la Comisión Mixta.
Voto que sí.