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DESIGNACIÓN DE SEÑOR JORGE JOSÉ ABBOTT CHARME COMO FISCAL NACIONAL DEL MINISTERIO PÚBLICO


El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Corresponde pronunciarse sobre la solicitud de Su Excelencia la Presidenta de la República, en orden a obtener el acuerdo de esta Corporación para nombrar en el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público al señor Jorge José Abbott Charme, con certificado de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.
--Los antecedentes sobre el oficio (S 1.836-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Se da cuenta en sesión 62ª, en 20 de octubre de 2015.
Informe de Comisión:
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento (certificado): sesión 65ª, en 21 de octubre de 2015.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor ALLIENDE (Secretario General subrogante).- La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento recibió en audiencia al señor Abbott, en sesión a la que asistieron también la señora Ministra de Justicia; los señores Ministros del Interior y Seguridad Pública, Secretario General de la Presidencia y Secretario General de Gobierno, y los Senadores señoras Allende y Van Rysselberghe y señores Coloma, Chahuán, García, Girardi, Lagos, Pizarro, Quintana y Patricio Walker.
El órgano técnico deja constancia, por la unanimidad de sus miembros, Senadores señores Araya, De Urresti, Espina, Harboe y Larraín, de que en la proposición en estudio se ha dado cumplimiento a los requisitos, las formalidades y los procedimiento previstos por nuestro ordenamiento jurídico para la designación del Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Cabe tener presente que, para aprobar el nombramiento del señor Jorge Abbott Charme, se requiere quórum de dos tercios de los Senadores en ejercicio, esto es, 25 votos favorables.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Antes de dar la palabra al Presidente de la Comisión de Constitución, solicito a la Sala abrir la votación, en atención a que la sesión ordinaria empieza a las 16.
Por cierto, se respetará el derecho reglamentario de cada Senador a fundamentar su voto.
¿Habría acuerdo?
El señor PROKURICA.- No.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- ¿No hay acuerdo?
El señor PROKURICA.- No.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Está en su derecho, señor Senador.
Tiene la palabra el Senador señor Espina.
El señor ESPINA.- Señor Presidente, se nos presenta el mismo problema cada vez que tratamos temas de esta relevancia.
Son las 15:16 y la sesión ordinaria está citada a las 16, y muchos colegas quieren intervenir. Espero que alcancen a hacerlo. Si es necesario, habrá que empalmar ambas sesiones.
No sé de cuánto tiempo va a disponer cada Senador para argumentar.
Por eso tampoco doy mi acuerdo para abrir la votación.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Señor Senador, vamos a estar en esta sesión todo el tiempo que se requiera. Eso está fuera de discusión.
El señor ESPINA.- Okay.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Sin duda, se trata de una decisión muy importante.
Vuelvo a consultar si habría acuerdo para abrir la votación, permitiendo que cada uno pueda fundar su voto hasta por diez minutos.
El señor ESPINA.- No.
El señor PROKURICA.- Me opongo.
La señora VAN RYSSELBERGHE.- No.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Están en su derecho, señores Senadores. No hay ningún problema.
Tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señor Presidente, yo y varios colegas más seríamos los más beneficiados con la apertura de la votación, porque estamos citados a las distintas Subcomisiones Especiales Mixtas de Presupuestos.
Sin embargo, frente a una decisión como la que debemos tomar en este minuto, con los medios de comunicación atentos a lo que sucede en el Senado, creo que hay que estar aquí, en la Sala.
Si se abriera la votación, cada uno emitiría su pronunciamiento y se iría a trabajar a las Subcomisiones, ¡y no se quedaría acá!
A mi juicio, debemos dar la señal de que estamos en un solo lugar y no en distintas partes.
El señor MONTES.- ¡Le encuentro toda la razón!
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Está claro: no se va a abrir la votación aún.
La discusión de esta materia es de la máxima importancia.
Quiero recordar que se autorizó a la Comisión a emitir certificado y no informe.
Hecha ya la relación por parte del señor Secretario, pido al Presidente de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, Senador señor De Urresti, que nos entregue brevemente un informe del cometido de dicho órgano técnico.
Tiene la palabra, Su Señoría.


El señor DE URRESTI.- Señor Presidente, hoy en la mañana, a contar de las 10, la Comisión de Constitución procedió a recibir al candidato propuesto por la Presidenta de la República para ocupar el cargo de Fiscal Nacional, don Jorge José Abbott Charme.
Concurrió la totalidad de los integrantes de esta instancia, además de un número significativo de Senadores, quienes formularon distintas preguntas con relación a la trayectoria del postulante, a la contingencia y a aspectos relevantes concernientes al Ministerio Público, todas las cuales fueran respondidas por el señor Abbott.
Se produjo un hecho bastante interesante: se prolongó la sesión hasta aproximadamente las 14:30, producto de la gran cantidad de intervinientes.
El órgano técnico considera que la petición de la Presidenta de la República para nombrar Fiscal Nacional al señor Abbott cumple con los requisitos, las formalidades y los procedimientos previstos por el ordenamiento jurídico vigente.
Por lo tanto, somete tal solicitud a la decisión de esta Sala para su ratificación o rechazo, si correspondiere.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Cabe agregar, además, que la sesión de la Comisión fue televisada; así que fue muy transparente. Gracias a ello, los ciudadanos pudieron tomar conocimiento de lo que ahí se discutió.
Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, dicha audiencia fue particularmente relevante, dada la trascendencia del nombramiento.
En ella fue muy importante la presencia de muchos Senadores y Ministros. Como era pública, estaba abierta a mucha gente.
Tal experiencia quizás marca un hito en las audiencias: no solo se cumplió una especie de rito protocolar, sino que también se pudo entrar de manera muy sustantiva al fondo de los temas.
Razones de distinta naturaleza justifican tal proceder.
Una de ellas es que el combate contra la delincuencia o la batalla por la seguridad pública es una tarea de país, y en eso no hemos tenido éxito. Los diferentes gobiernos no han logrado resolver este asunto debidamente. Y uno de los ejes para lograr ese objetivo es, precisamente, el Ministerio Público.
Si bien se han alcanzado logros en el último tiempo, también ha habido diversos fracasos y errores, los que han impedido que avancemos como corresponde en esta materia.
Por eso era esencial conocer la visión del candidato propuesto por la Presidenta de la República, señor Jorge Abbott, acerca de cómo enfrentar esa batalla. Requeríamos saber si habría una política de continuidad o si se iniciaría una nueva etapa, con cambios significativos en materias tan relevantes como la coordinación en el ámbito institucional, lo cual resulta indispensable.
La cadena de la seguridad es bastante compleja y amplia: empieza con la prevención y el trabajo de las policías; sigue con el accionar del Ministerio Público y con la labor de la justicia, y termina con la función carcelaria, que es muy importante para la rehabilitación y reinserción de quienes han sido condenados a privación de libertad.
La coordinación es clave, sobre todo, en el plano regional, porque los delitos ya no se circunscriben a zonas territoriales definidas.
Todo ello es algo absolutamente indispensable.
Por otra parte, siempre ha existido la inquietud respecto de quién defiende a las víctimas. Al principio se pensó que los fiscales cumplirían esa función, pero la verdad es que estos tienen su propio marco de análisis en la investigación penal y no necesariamente representan a las víctimas.
Sobre eso también quisimos inquirir la opinión del candidato a Fiscal Nacional.
Y hay otros problemas concretos: los fracasos en muchas actuaciones de la Fiscalía al acreditar delitos por no cumplir los estándares de las pruebas; la necesidad de incorporar una mirada rural en la persecución penal, que es distinta del enfoque urbano; la idea de evaluar externamente el quehacer del Ministerio Público para asegurar que se están cumpliendo los objetivos; en fin.
Contar con una escuela de formación de fiscales, similar a la Academia Judicial en el caso de los jueces, resulta imprescindible para lograr los objetivos que se buscan.
Respecto de tales planteamientos, que son neurálgicos, hemos advertido una determinación muy resuelta de parte del candidato a Fiscal Nacional para abordar esos temas y darles solución, en la línea de lo que nosotros hemos venido proponiendo desde hace mucho tiempo.
Pensamos que se requiere un cambio cualitativo en el funcionamiento del Ministerio Público. Y las respuestas del señor Abbott fueron -creo yo- coherentes y consistentes con ese rumbo.
Hemos logrado verificar y confirmar, a través de muchas personas que hemos consultado en estos días, los antecedentes de don Jorge Abbott, su integridad y su capacidad para comprometerse y cumplir su palabra, lo que permite afirmar que el proyecto que él encabezaría se va a llevar adelante.
Pero, al mismo tiempo, estamos conscientes de que vivimos un momento especialmente delicado por las investigaciones que se han iniciado en contra de personeros del mundo político, por irregularidades en el financiamiento de campañas electorales y otros asuntos conexos que han afectado distintos ámbitos.
También era importante conocer su parecer al respecto.
Para la opinión pública y para nosotros, es necesaria la mayor transparencia posible en esta materia. El país debe saber con qué criterios estamos resolviendo la designación de la autoridad que será responsable de las investigaciones que afectan al mundo político.
Creemos que son válidas las inquietudes que hemos planteado: la necesidad de que opere el principio de objetividad; la necesidad de que haya igualdad de trato y no discriminación; la necesidad de que se actúe con justicia e igualdad ante la ley; la necesidad de evitar las filtraciones.
Esto último ha significado en muchos casos condenas a priori, que afectan a personas que, probablemente, serán absueltas y para las cuales no habrá una consecuencia judicial. Sin embargo, por el solo hecho de ser indagadas públicamente, son objeto de un reproche social del que después no pueden liberarse, a pesar de ser declaradas inocentes.
Asimismo, se requiere asegurar un orden en las formalizaciones y actuaciones del Ministerio Público con relación a investigaciones de índole tributaria cuando no hay querella del Servicio de Impuestos Internos. En este punto, ha habido un gran debate.
Por otra parte, se precisó saber su opinión en cuanto a una situación que lo podría afectar: me refiero a las indagaciones que lleva adelante la Fiscalía en el caso Penta. Ello, porque el candidato a Fiscal Nacional tiene parentesco con quien preside en este minuto dicho grupo económico.
Al respecto, el señor Abbott fue muy claro: dijo no solo que se iba a inhabilitar como eventual Fiscal Nacional, sino que ya lo había hecho desde su actual cargo de Director Ejecutivo del Ministerio Público, porque no quería tener conexión alguna con ese caso. Y en el futuro, por cierto, tampoco la tendrá, cuestión que consideramos muy importante para asegurar la imparcialidad y la independencia de juicio.
En cuanto a esta materia, quiero señalar que me pareció muy franco y muy directo. Repudió y estimó que las filtraciones eran graves, y manifestó que podían ser constitutivas de delito, por lo que no las iba a aceptar.
Garantizó la mayor independencia de juicio e igualdad de trato. De hecho, hizo alusión a algunas de sus actuaciones anteriores en indagaciones vinculadas, precisamente, con el mundo público.
También señaló que, a pesar de que las formalizaciones podían no significar un hecho contrario a actuar sin la querella del Servicio de Impuestos Internos, las actuaciones de la Fiscalía debían estar circunscritas al momento que corresponda, siempre que haya un pronunciamiento del SII a propósito de delitos tributarios.
En fin, ¿qué quiero decir con todo eso?
Pienso que, tratándose de asuntos de esta envergadura, el país necesita que se actúe en esta materia con estricto apego al Derecho, con total prescindencia de cuestiones de carácter personal, político o de cualquier otra naturaleza que pudiera significar una discriminación o un atentado contra el principio de igualdad ante la ley.
¡No puede ser que una persona que piensa de determinada manera sea objeto de consecuencias más negativas respecto de otra que piensa distinto!
¡No puede ser que las consecuencias para alguien del mundo público sean diferentes, si comete los mismos hechos que una persona que no pertenece a ese ámbito!
Me parece que el planteamiento que ha hecho el candidato a Fiscal Nacional, don Jorge Abbott, merece credibilidad, por la seriedad con que ha actuado. Además, su trayectoria avala que el camino de su desempeño será el que ha indicado.
Los Senadores y las Senadoras de la Unión Demócrata Independiente hemos evaluado en detalle los antecedentes. Hemos trabajado muy intensamente porque pensamos que esta materia no debe ser resuelta a la ligera, sino con la mayor seriedad y rigurosidad posibles.
Para darle certeza al país, procuramos que quien desempeñe estas funciones cuente con la altura, la trayectoria, la capacidad y la idoneidad moral que se requiere.
Consideramos que -y esperamos no equivocarnos- don Jorge Abbott reúne todas esas características.
Por ese motivo, señor Presidente, vamos a apoyar su nominación para que asuma como Fiscal Nacional, si así lo aprueba el Senado.
He dicho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Espina.


El señor ESPINA.- Señor Presidente, en Renovación Nacional definimos un procedimiento de trabajo y lo hemos cumplido rigurosamente. En esa línea, para tomar una decisión hemos esperado hasta que se realizara la audiencia de hoy, instancia en la que don Jorge Abbott pudo exponer todos sus puntos de vista y contestar nuestras inquietudes.
Esta definición parece tener relevancia solo respecto de las llamadas "causas políticas investigadas". Y da la idea de que nos olvidamos de que la seguridad ciudadana es un tema con una amplitud y una dimensión muy grandes en nuestro país y de que las cifras requieren revertirse a la brevedad. Porque, sin duda, como el propio señor Abbott lo reconoce en su exposición -lo menciona no solo ahora; lo ha dicho en intervenciones anteriores-, algunos delitos se encuentran absolutamente desbordados, hecho que ha sido admitido incluso por el Ministro del Interior.
Por lo tanto, lo importante es que tomemos la decisión pensando que vamos a elegir a una persona que por los próximos ocho años conducirá el Ministerio Público, que es la institución más relevante para la investigación de los delitos en nuestro país y para impedir la impunidad.
Y las cifras, señor Presidente, son elocuentes, y es bueno que queden en la historia de este debate.
El año pasado en nuestro país se cerró la investigación de 361 mil robos violentos, de los cuales en 336 mil casos -el 93 por ciento- no hubo sentencia condenatoria y, por lo tanto, esos hechos quedaron en la impunidad.
Según informes de la Corte Suprema, en nuestro país hay 66 mil prófugos de la justicia por delitos graves. O sea, hablamos de un Estadio Nacional y medio.
Y en materia de drogas, de 402 puntos que existían en 2007, cuando había operativos contra el tráfico de drogas, la cifra se elevó a mil 660, con un incremento de 312 por ciento.
Entonces, elegir al Fiscal Nacional no es algo simplemente de tramitación, sino un asunto muy de fondo.
Y cuando tuvimos la oportunidad de escuchar la presentación de don Jorge Abbott y de recibir sus respuestas a nuestros requerimientos, su primera definición fue plantear que él no seguiría haciendo más de lo mismo. Señaló que el Ministerio Público exhibe aciertos en algunos tipos de delitos. Pero él admite y reconoce -eso tiene un enorme valor- que su gestión -en eso depositamos toda nuestra confianza- provocará los cambios necesarios para que el sistema funcione mucho mejor de como lo está haciendo hoy día.
También destaco lo anterior porque hemos detectado en el Ministerio Público algo que no veíamos tiempo atrás: la existencia de grupos, de sectores, de rivalidades que incluso desbordaron en esta elección lo que uno estima es una competencia entre quienes, nada menos, van a presidir esta institución. En los medios de comunicación aparecían filtraciones de antecedentes, de documentos, de acusaciones, de unos contra otros, y nunca se sabe quién las realiza. Pero el hecho es que no le hacen bien al Ministerio Público, que ha de trabajar como un equipo.
En tal sentido, debo señalar que los cinco candidatos eran personas decentes. Ellos se presentaron, fueron nominados por la Corte Suprema. Alguien podrá decir que uno era mejor u otro peor.
Pero me parece que bajo un liderazgo no deben seguir existiendo grupos o divisiones al interior del Ministerio Público. Ello solo perjudica su gestión: favorecer a los ciudadanos en la lucha contra la delincuencia y proteger a las víctimas.
Destaco lo que dijo don Jorge Abbott.
En primer lugar, se refirió al cambio de los paradigmas de investigación. En Chile investigamos los delitos caso a caso. Y modificar eso, pasando a investigar focos delictuales, a efectuar persecución penal comunitaria y análisis delictual, constituye un cambio fundamental para marcar la diferencia. Ello, incluso, a través de las nuevas normas que dicen relación con la Unidad de Análisis Delictual.
También planteó una modificación del sistema de calificación de los fiscales, porque no es normal ni lógico que todos ellos estén calificados con excelentes notas. Porque en una institución formada por seres humanos habrá algunos que hacen muy bien su trabajo; otros, bien; otros, de modo regular, y algunos, mal. Y eso es propio de la naturaleza humana, igual que en cualquier trabajo.
Y él asumió el compromiso de modificar el sistema calificatorio, de manera que este considere realmente el mérito, el acierto, la prolijidad de los fiscales en el trabajo que desempeñan. Ello, a fin de que el fiscal que hace bien su trabajo se sienta gratificado, estimulado a seguir haciéndolo bien; y de que el que lo hace mal reciba el reproche y las sanciones que corresponden.
Se refirió, además, a la escuela de fiscales, que es un elemento muy importante.
Los fiscales son abogados, y estos no están preparados para investigar si no se especializan. Esta es una de nuestras graves fallas. Por lo tanto, se precisa contar con una escuela que forme profesionales de la Fiscalía, tanto fiscales como otros especialistas que se desempeñan en el Ministerio Público, para llevar adelante buenas investigaciones. Esto es una cuestión fundamental si queremos revertir los malos índices de impunidad existentes, particularmente en los robos violentos, como lo indiqué con anterioridad.
También hizo mención a dos o tres medidas que aplicará y que pueden ser muy relevantes.
Lo primero es implementar algo que no existe actualmente: un sistema integrado de información que facilite entre fiscalías la identificación de un delincuente.
Y en segundo lugar, que puedan agruparse las causas.
Me explico.
Pasa en Chile una cosa increíble: un delincuente puede cometer delitos en distintas zonas correspondientes a competencias de diferentes fiscalías. Imaginémonos: en Santiago hay cuatro, en La Araucanía hay una, en el Biobío, etcétera. Y si un delincuente va delinquiendo en cada de una de ellas, no existe un método, un procedimiento, un seguimiento para saber que ese modus operandi pertenece a un mismo delincuente.
Por lo tanto, saber agrupar las causas para que no se vean en forma dispersa y se pierdan esfuerzos y, simultáneamente, contar con un sistema integrado es vital para el éxito de las investigaciones.
También hizo mención -eso lo recalcamos mucho- a la necesidad de que la labor de la Fiscalía se realice a la altura del cargo que se está ejerciendo.
Los fiscales actúan bajo el principio de la objetividad. Esto significa que investigan con igual celo los antecedentes que involucran la responsabilidad de una persona como los que la absuelven. Esa es la labor del fiscal. Ese principio de objetividad debe primar en todas las investigaciones: la prudencia en su actuar, lo que no significa dejar de lado la firmeza en las decisiones que adopte.
Nos parece fundamental la crítica que efectuó el señor Abbott a la filtración de información, que se hace incluso antes de que una persona concurra a declarar a la Fiscalía, para tener derecho a defensa. Ello altera una norma básica del debido proceso. Finalmente, los expedientes son públicos. Pero muchas veces se entrega parte de ellos, donde solo se cuenta la mitad de la versión. Y la persona, una vez que llega a la mitad de la versión, no tiene ya frente a la opinión pública muchas posibilidades de defenderse. Y en un Estado de Derecho democrático la defensa es fundamental.
Finalmente, me referiré a las condiciones humanas.
Yo creo que Jorge Abbott es una gran persona. Tengo la oportunidad de conocerlo desde hace muchos años, porque trabajé con él cuando nos dedicamos, a través de FICED, al tema de las drogas. Primero, es un hombre íntegro; segundo, posee una vocación de servicio público notable. Su actuación está regida por el principio de cumplir bien su labor.
Sus atributos de honradez, honestidad, capacidad, talento y liderazgo son las razones por las cuales nosotros hemos resuelto darle un voto de confianza, por su trayectoria y por la exposición brillante que hizo hoy día; voto de confianza de que él va a liderar los cambios que el Ministerio Público debe llevar adelante y que resultan fundamentales para cumplir con nuestro deber: proteger a los ciudadanos frente a los delitos.
Por esas razones, los Senadores de Renovación Nacional, más allá del fundamento que cada uno exponga, votaremos a favor de don Jorge Abbott.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Harboe.


El señor HARBOE.- Señor Presidente, hoy en la mañana tuvimos oportunidad en la Comisión de Constitución de escuchar latamente la exposición del señor Jorge Abbott Charme, nominado por Su Excelencia la Presidenta de la República para el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Me tocó conocer a don Jorge Abbott en su condición de Fiscal Regional de Valparaíso, una región muy compleja desde el punto de vista operativo, tanto como la Metropolitana o la del Biobío. Y las cifras y los resultados en materia de persecución penal durante su gestión dan cuenta del nivel de seriedad y profesionalismo con que ejerció su función de fiscal regional.
En consecuencia, se trata de una persona que reúne características excepcionales. Y digo "reúne características excepcionales" porque, junto con profundizar en las que él posee, quiero también rendir un merecido reconocimiento a cada postulante a Fiscal Nacional; a cada uno de estos abogados -muchos de ellos fiscales, otros externos al Servicio-, que estuvieron disponibles para asumir este importante cargo en una institución tan relevante para el desarrollo del Estado de Derecho democrático. Sin seguridad no hay libertad para ejercer los derechos. Y por ello agradezco a todos quienes postularon para dirigir esta institución tan importante.
Jorge Abbott reúne la característica de haber ejercido el cargo de fiscal regional -como señalaba- en una región muy relevante y, por tanto, de conocer los aspectos operativos para perseguir el delito y los aspectos prácticos acerca de la necesidad de la institución persecutora de coordinarse con los coadyuvantes del sistema de justicia en función no del logro del objetivo institucional, sino del objetivo de la sociedad: mejorar las condiciones de seguridad para hacer posible la paz social.
Luego de finalizado su período como fiscal regional, Jorge Abbott se desempeñó en el mundo privado. Y cumpliendo el Código de Ética Profesional del Colegio de Abogados, se inhibió del ejercicio del Derecho Penal durante un año, para que no se confundiera su rol de fiscal con el de abogado litigante en materias penales. Eso habla bien de él, porque, no existiendo prohibición legal, entendió que el rol de un fiscal iba más allá de lo que obligaba la ley.
Y desde su ejercicio privado, como lo relató en reiteradas oportunidades, tuvo la posibilidad de conocer tanto las bondades como las falencias y los errores que comete el Ministerio Público. Y también constató la desigualdad que muchas veces existe entre el litigante y el fiscal en el acceso a la información y en el cuidado y protección de los derechos de las víctimas y de los intervinientes.
Quizás por eso Jorge Abbott en su exposición de hoy hizo mención en reiteradas oportunidades al principio de objetividad. Señaló: "El fiscal no puede crearse una tesis y perseguirla dejando de lado todas las otras posibilidades que le dan los resultados de la investigación. La fiscalía no tiene por objetivo solo probar la tesis del fiscal, sino reunir la mayor cantidad de elementos de prueba para establecer si una persona es responsable de un hecho delictual".
Tal vez por eso Jorge Abbott hizo mención hoy en su presentación también a la necesidad de fortalecer el principio de presunción de inocencia. Y nos dijo: "Tenemos un problema como sociedad, no solo como Ministerio Público: no hemos sabido explicarles a los ciudadanos que la calidad de imputado no es sinónimo de culpabilidad, sino un elemento de garantía para una persona a la cual se está investigando". Y destacó la necesidad de mantener el principio de presunción de inocencia como una de las conquistas del sistema de enjuiciamiento criminal o reforma procesal penal.
Cuando él regresa al Ministerio Público, vuelve como Director Ejecutivo Nacional, el cargo administrativo más alto de esta importante institución. Desde allí, le correspondió llevar adelante el proceso de modernización; liderar, en conjunto con el actual Fiscal Nacional, el Plan de Fortalecimiento; tener relaciones con las asociaciones de funcionarios, modificar los sistemas de metas y cumplimiento de gestión.
Es decir, se trata de una persona que reúne las virtudes de conocer lo operativo, la capacidad de litigar contra la institución y también lo que dice relación con el mejoramiento institucional interno.
Esas características son las que, en mi concepto, le darán a Jorge Abbott una importante misión a cumplir en esta nueva etapa del Ministerio Público.
En materia de delitos, ya se han señalado muchas cifras. Pero yo le planteé hoy día que es muy importante sincerar la situación de la persecución penal. En 2014 se recibieron 589 mil 841 denuncias de delitos contra la propiedad. De ellas, 532 mil 182 quedaron en completa impunidad.
Él tuvo, no hoy día, no cuando era candidato, no cuando fue el nominado, sino hace cuatro o cinco meses, en el marco de la Comisión de Seguridad Ciudadana, la valentía de asumir que aquella cifra significaba un fracaso del sistema de persecución penal en la persecución de los delitos contra la propiedad. Y la sinceridad que exhibió en ese minuto sirvió de base para que iniciáramos un trabajo en conjunto con las instituciones para ver cómo podemos mejorar el sistema de persecución, de investigación, de respuesta a los ciudadanos frente a la delincuencia y, particularmente, a la afectación de derechos fundamentales.
De igual modo, Jorge Abbott destacó la importancia de entender la autonomía del Ministerio Público como la facultad irrenunciable en virtud de la cual puede ejercer la acción penal. Pero también tuvo la sabiduría de precisar que autonomía no significa aislamiento. Manifestó que para el correcto ejercicio de la acción penal el Ministerio Público ha de establecer coordinaciones con las diferentes instancias, con los coadyuvantes del sistema de seguridad, con las policías, con el Gobierno, con las instituciones en general y con el Poder Judicial, para ponerse de acuerdo, no en causas particulares, sino más bien respecto de cuáles serán los parámetros probatorios que exigirán los jueces para que exista eficacia en la persecución penal.
A su vez, comprometió un elemento muy importante: la formación de la academia de fiscales. La experiencia de la Academia Judicial ha sido positiva. En esta, quienes quieren pertenecer al Poder Judicial reciben cursos de formación, especialización o actualización de conocimientos. Es decir, la idea es otorgar las herramientas a nuestros fiscales, a través de la academia de fiscales, para formarlos de mejor manera y ayudarlos en su correcto desempeño.
También es importante señalar -no me cabe ninguna duda- que al asumir la necesidad de diseñar una política criminal para los próximos ocho años y comprometer indicadores ya no solo de cumplimiento de procesos sino de resultados en materia de persecución penal, habrá una mejoría en las cifras de persecución que significarán mayor eficacia y, a su vez, mayor sensación de seguridad en la ciudadanía.
Señor Presidente, tal como lo mencioné hace unos días, considero que don Jorge Abbott Charme desarrollará una significativa labor al mando del Ministerio Público, en un momento en que esta institución ha cumplido su mayoría de edad y cuando los ciudadanos exigen -y crecientemente lo harán- mayor eficacia en la persecución penal para dotar de seguridad a las personas, a fin de que puedan ejercer sus derechos en plena libertad.
Por lo expuesto, la bancada del Partido Por la Democracia votará a favor de don Jorge Abbott Charme.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Solicito el acuerdo de la Sala para que el inicio de la sesión ordinaria sea con posterioridad al término de esta sesión especial.
El señor COLOMA.- ¿No se empalman?
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Ello no es posible, porque esta es una sesión especial para tratar el nombramiento del Fiscal Nacional del Ministerio Público y la otra es una sesión ordinaria para considerar proyectos de ley o de acuerdo.
¿Habría acuerdo respecto de lo planteado hace un momento?
--Así se acuerda.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Araya.


El señor ARAYA.- Señor Presidente, el Senado está convocado hoy a tomar una decisión sumamente importante.
La nominación presidencial recaída en don Jorge Abbott Charme marca, a mi juicio, un punto de inflexión en lo que debiera ser el éxito de la reforma procesal penal.
Llevamos quince años operando con ese nuevo sistema por todo el país, y hoy los ciudadanos tienen una visión bastante crítica sobre lo que es la persecución penal.
Como consecuencia de ello, el Fiscal Nacional que el Senado apruebe tendrá la gran tarea de consolidar dicha reforma, pues si esto no ocurre probablemente algunos querrán volver a un sistema inquisitivo.
Por esa razón, quiero decir que, en lo personal, voy a apoyar esta nominación.
Se trata de una persona íntegra. Ejerció su profesión primero como abogado privado. Luego, a través de las corporaciones de asistencia judicial; y conoce la labor que les corresponde a estas, cual es atender a la gente más modesta.
Posteriormente, en su calidad de Fiscal Regional, implementa la reforma procesal penal acá, en Valparaíso, que fue una de las grandes zonas que empezaron con ella.
En seguida vuelve al ejercicio privado, y hoy se encuentra desempeñando una labor en la Fiscalía Nacional.
Don Jorge Abbott conoce bastante bien el funcionamiento de la reforma procesal penal.
Yo quiero destacar que hoy en la Comisión de Constitución se le preguntó sobre temas trascendentales y que, a mi juicio, se aclararon y disiparon varias dudas de algunos Senadores en distintos temas.
Ya algunos colegas se han referido a la forma en que se va a mejorar la persecución penal. Porque, sin duda, la principal petición hecha hoy por la Comisión de Constitución y por los Senadores que no la integran pero estuvieron en la audiencia giró en torno de la manera como el Ministerio Público responde a la mayor exigencia de los ciudadanos en cuanto a la aclaración de los delitos en que no hay imputado conocido, especialmente los que se cometen contra la propiedad, que actualmente van a un archivo provisional y sin que la gente reciba ningún tipo de respuesta.
El candidato Jorge Abbott efectuó una serie de propuestas que me parecen sumamente razonables. Entre ellas, la de mejorar la coordinación de las policías, pero no en una declaración, sino señalando hechos concretos, como el mejoramiento del parte policial y su procesamiento al momento de llegar a la fiscalía, de modo tal que pueda haber una mayor persecución penal.
Asimismo, el candidato Abbott señaló que es necesaria una reorganización del Ministerio Público en cuanto a la forma como se están abordando las tareas investigativas. Porque, sin duda, uno de los principales problemas que tenemos en la actualidad deriva de que muchas veces, por la distribución del trabajo existente en la fiscalía, llega el parte policial que da cuenta de la perpetración de un delito y se entrega al fiscal de turno pero no necesariamente se agrupan investigaciones que pueden tener patrones comunes.
El señor Abbott reconoce que gracias al proyecto de ley que el Congreso aprobó hace un par de semanas para fortalecer al Ministerio Público se podrán generar unidades especializadas dedicadas a hacer investigación criminal.
Sobre el particular, cabe puntualizar algo que don Jorge Abbott hizo meses atrás, cuando su postulación a Fiscal Nacional ni siquiera estaba en el horizonte: reconoció en la misma Comisión de Constitución que había un problema con el Ministerio Público respecto a la manera en que se estaban enfrentando las investigaciones.
Por eso, hay algo que él ratifica hoy y que es uno de sus compromisos principales: hacerse cargo de tales deficiencias en la persecución penal.
Señor Presidente, debo decir que quedé bastante grato con las respuestas que el señor Abbott dio a preguntas candentes que se le formularon.
Y hay una cuestión que en lo personal me interesa defender: el principio de inocencia.
Le pedimos derechamente al candidato que se pronunciara sobre cómo ve lo que está ocurriendo actualmente con las filtraciones a distintos medios de comunicación de investigaciones penales. Porque muchas veces algunos ciudadanos son citados a declarar, se conoce su declaración y después no se los formaliza o acusa. Hemos tenido casos que se han llevado a la prensa, donde se ha acusado a personas que tras el juicio oral han sido absueltas por falta de pruebas o porque no participaron en los hechos.
En razón de aquello, quiero decir que me dejó bastante contento la respuesta de don Jorge Abbott, quien señaló que los fiscales del Ministerio Público deben tener una ética mayor y que él va a velar por el principio de inocencia y porque la tramitación se haga en las instancias correspondientes: el Ministerio Público y los tribunales de garantía.
Insisto: el señor Abbott expresó que, si el Senado lo ratifica como Fiscal Nacional del Ministerio Público, velará por uno de los principios de la reforma procesal penal: el de inocencia.
Asimismo, manifestó que espera el concurso del Congreso Nacional para realizar modificaciones a diversos cuerpos legales al objeto de lograr la consagración efectiva del principio de inocencia, sobre todo para determinar, por ejemplo, lo que denominó "trazabilidad de las filtraciones que se van produciendo".
En su larga exposición, el señor Jorge Abbott se refirió a distintos tópicos. Entre ellos, uno bastante importante y que ya fue planteado por algunos señores Senadores: la formación de una suerte de academia para los fiscales.
Una de las deficiencias que uno detecta en el sistema es la de que los fiscales ingresan al servicio cumpliendo los requisitos legales (básicamente, tener el título de abogado), pero sin que se les exija un curso de especialización.
En Chile no existen centros de formación profesional o universidades dedicadas a la formación investigativa.
Cuando uno estudia Derecho no tiene cursos de investigación policial, salvo que quiera tomar un ramo particular
Al respecto, don Jorge Abbott reconoció que parte importante del mejoramiento de la labor de la fiscalía y de la coordinación con las policías pasa por contar con una instancia de formación continua y permanente para quienes van a desempeñarse como fiscales del Ministerio Público.
Señor Presidente, termino anunciando los votos favorables del Senador que habla y del Comité de la Democracia Cristiana, pues entendemos que la nominación que nos ocupa se ha efectuado pensando en el futuro de la reforma procesal penal, en cómo nos hacemos cargo de la principal demanda de los ciudadanos: bajar los índices de delincuencia.
En todo caso, me quedo con lo que se dijo en la Comisión de Constitución: será un trabajo conjunto empezar a entender como país que la persecución penal no es de organismos determinados. O sea, no es una labor solo del Ministerio Público, o del Ministerio de Interior, en lo que le compete, o de las policías, sino que debe haber un conjunto sistémico donde todas las instituciones trabajen colaborativamente en pos del objetivo de bajar la tasa delictual.
Gracias, señor Presidente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, en forma breve, quiero referirme a tres aspectos vinculados con la nominación de don Jorge Abbott Charme para el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Apenas se dio a conocer la resolución presidencial, yo le manifesté mi respaldo. Y lo hice considerando tres elementos a mi juicio esenciales.
Primero, la trayectoria del señor Abbott.
Don Jorge Abbott -aquí ya se ha dicho latamente- fue Fiscal (¡y un gran Fiscal!) en nuestra Región, la de Valparaíso; tuvo una dilatada trayectoria profesional, y, además, levantó el Ministerio Público justamente cuando se hicieron todos los cambios después de aprobada la reforma procesal penal.
En Valparaíso le tocó encabezar, en su calidad de Fiscal Regional, varias investigaciones muy notables y que tuvieron mucho impacto en la gente a través de los distintos medios de comunicación. Incluso, algunas de ellas estaban vinculadas a políticos y a campañas electorales de diferentes sectores. De modo que nadie podría decir que es contrario a determinada tendencia, pues, de alguna manera, unos y otros fueron investigados ante los respectivos casos: planes de generación de empleo, en el año 2009; después, mal uso de asignaciones parlamentarias, el que incluso derivó en sanciones a parlamentarios.
En segundo lugar, quiero referirme a un desafío interno.
Hoy el Ministerio Público, curiosamente, tiene bastante ruido -y sabemos mucho de ello a través de los medios de comunicación-: en tendencias, en fracciones internas; de vez en cuando nos enteramos de situaciones que parecen no del todo cómodas dentro de este organismo.
Por tanto, creo que el nuevo Fiscal Nacional enfrentará un tremendo desafío interno con el Ministerio Público, que se relaciona con la necesidad de ordenar la casa.
Considero muy importante contar con un Ministerio Público que no solo dé respuestas a la ciudadanía, sino que también tenga un orden interno en su funcionamiento.
Y, en tercer lugar, probablemente lo más relevante de todo es el compromiso con el país, con Chile.
El nuevo Fiscal Nacional deberá dar un giro con respecto a las necesidades que tenemos los chilenos y las chilenas, sobre todo la gente que es víctima de la violencia, de la agresividad, de la delincuencia, las que cada día están más duras.
¿Y por qué digo aquello? Porque muchas veces los jueces no pueden acusar en los tribunales debido a que los fiscales no entregan a tiempo ni las pruebas ni los contenidos suficientes para resolver.
Por ello, no se trata solo de tener un Ministerio Público con más recursos, con mayor dotación (es un reclamo muy atendible y realista que han hecho siempre los fiscales): también resulta muy importante un Ministerio Público que, de cara a la ciudadanía, entregue más respuestas, pues la gente tiene una gran frustración con relación a estas materias.
Por eso, considerando esos tres aspectos -es decir, la trayectoria del candidato propuesto, el desafío interno que debe enfrentar en el Ministerio Público para ordenar la casa y el compromiso con nuestro país en el sentido de entregar señales, establecer medidas ejemplares cuando corresponda, ejecutar políticas públicas que permitan acercar mucho más la justicia a los ciudadanos a fin de que tengan la sensación de que ella puede llegar no solo en el papel sino también a través de sanciones efectivas o de penas alternativas-, al menos para mí, como Senadora, don Jorge Abbott es la persona que genera las expectativas de que todo lo que se plantea puede lograrse durante su mandato.
Así que, señor Presidente, con mucho gusto votaré favorablemente esta nominación.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Señor Presidente, el Senado ha sido convocado hoy para tomar una decisión con respecto a la propuesta de la Presidenta de la República para nombrar en el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público al señor Jorge Abbott Charme.
En este proceso, como ya se señaló, intervienen los tres Poderes del Estado.
Primero, la Corte Suprema elabora una quina. Luego, la Presidenta escoge uno de esos cincos nombres, el cual, finalmente, somete a la consideración del Senado.
Cuando el Máximo Tribunal cumplió con su rol y presentó su propuesta, todos dijimos -y aquí se ha ratificado- que las cinco personas que componían la quina tenían los méritos, las competencias y la dignidad necesarios para dirigir al Ministerio Público.
No cabe ninguna duda sobre eso.
Antes de que la Primera Mandataria escogiera un nombre no solo señalamos que las personas propuestas eran competentes. También manifestamos que el Senado debe resolver sobre los asuntos que la Constitución Política le señala.
A propósito del mal debate público que se ha verificado, de la confusión que se generó en los diversos medios de comunicación, de los intereses de quienes preferían quedarse en el show de las posibles inhabilidades o de los supuestos conflictos de intereses que tendrían unos y otros, en lo personal manifesté que no tenía ninguna inhabilidad para participar en esta votación.
Puntualizo lo anterior porque incluso algunos de mis Honorables colegas aquí sentados dijeron que por prudencia, ya que se podían confundir las cosas debido a eventuales intereses particulares, era mejor que no lo hiciera.
Yo quiero expresar con toda claridad, porque así también lo determinaron los propios Comités del Senado, que ningún Senador aquí presente tiene inhabilidad alguna para votar esta tarde.
Otra cosa es cómo uno se pronuncie: podemos votar a favor, votar en contra o abstenernos.
Para evitar suspicacias o desconfianzas, pero además por mi condición de Presidente de un partido, yo manifesté que probablemente me abstendría.
Señor Presidente, quiero ratificar lo que señaló el Senador Araya: la bancada de la Democracia Cristiana respalda totalmente la propuesta para nombrar en el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público a don Jorge Abbott, responsabilidad crucial en el funcionamiento de nuestra democracia y fundamental para responder al desafío que hoy aparece como prioritario entre los chilenos: garantizar una mejor seguridad ciudadana y combatir de manera eficaz el delito.
Me parece que el acuerdo adoptado por nuestra bancada obedece a los méritos de la persona propuesta; al debate que se ha llevado a cabo en esta Sala y también en la Comisión de Constitución con respecto a lo que debe hacer el Ministerio Público; a la coherencia en cuanto a que los cinco candidatos definidos por la Corte Suprema tienen los méritos suficientes -y los seguirán teniendo- para cumplir con tan alta dignidad.
Aparte el acuerdo tomado por nuestra bancada y frente a la natural inquietud derivada de un debate que se ha llevado a través de los medios de comunicación de la peor manera, señalé que si era necesario o imprescindible mi voto para aprobar este nombramiento yo me pronunciaría a favor.
Así se lo hice saber al Gobierno y a la Presidenta, cuando me lo pidieron. Y también lo conversamos en nuestra bancada, como corresponde.
Me alegro de que hoy don Jorge Abbott asuma el cargo de Fiscal Nacional con un amplio apoyo, por no decir la unanimidad, del Senado. Porque efectivamente creo que el acuerdo en torno a su persona se ha manifestado en forma unánime.
Ello es bueno para el Ministerio Público, para el país, para que se terminen con estas maledicencias que solo debilitan el funcionamiento de nuestras instituciones y, además, con las imputaciones gratuitas de intenciones que no tienen fundamento.
A don Jorge Abbott lo escuché hoy en la Comisión de Constitución. No tenía el placer ni la suerte de conocerlo, como algunos otros colegas.
Creo que él hizo una exposición clara y contundente sobre cómo debe actuar el Ministerio Público y de qué manera se puede mejorar y fortalecer a este organismo.
Los Senadores más versados en estas materias y los que son abogados han señalado claramente cuál debe ser la función natural y lógica del Ministerio Público para garantizarle a cada ciudadano el trato que se merece. Ello, lamentablemente, no ha sido así en el último tiempo.
Para responder al desafío que hoy tiene nuestro país en materia de seguridad ciudadana, como lo señaló un Honorable colega en la referida Comisión al escuchar al señor Abbott, se requiere una política de Estado.
De un tiempo a esta parte, por desgracia, lo concerniente a la delincuencia se ha transformado en bandera de campañas electorales o, en algunos casos, ha dado origen a una suerte de demagogia o de populismo. Y no hemos sido capaces de elaborar una política de Estado consistente que, independiente del Gobierno de turno, podamos llevar a cabo con todos los actores de la sociedad para combatir el delito, la delincuencia, el crimen organizado.
Eso requiere trabajar en el ámbito de la prevención, que es quizás lo más complejo de realizar, pues se necesita fortalecer la educación, la familia; mejorar el acceso al trabajo para los jóvenes, etcétera.
Precisa una labor mucho más potente y eficaz de las policías, de los organismos encargados de perseguir los delitos, sobre todo los delitos comunes que sufren nuestros ciudadanos día a día y que hacen que se sientan indefensos.
Necesita una buena administración de justicia y un sistema carcelario que funcione.
También requiere rehabilitación e inserción para quienes cometen los delitos, cuestiones de las que nunca hablamos y que son trascendentales. Porque si no, no se rompe esta cadena nefasta en la cual lamentablemente nuestro país se ve envuelto cada día más.
En lo personal, señor Presidente, me voy a abstener de votar, por las razones que señalé.
Me alegra mucho que el Senado, cumpliendo su rol institucional y después de un proceso de análisis, de convencimiento, de diálogo en las instancias correspondientes, haya llegado a la conclusión de respaldar la propuesta de la Presidenta de la República. Ello implica también dar una señal de fortalecimiento, de autocrítica, de renovación y de potenciamiento de una institucionalidad como el Ministerio Público, que es fundamental para el funcionamiento de nuestra democracia.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, pedí la palabra para manifestar mi opinión con respecto a la proposición que la Presidenta de la República puso en conocimiento de esta Corporación, en ejercicio de sus facultades constitucionales, para que el abogado señor Jorge Abbott Charme sea designado Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Renovación Nacional, tal como lo señaló anteriormente el Senador Espina, tuvo un procedimiento riguroso en términos de no adelantar juicios sino hasta escuchar las opiniones del candidato a Fiscal Nacional, don Jorge Abbott. Porque eso es lo serio, eso es lo responsable.
El señor Abbott se desempeñó durante ocho años como primer Fiscal Regional del Ministerio Público de nuestra Región de Valparaíso, una de las más grandes de Chile -comprende 38 comunas-, donde llevó a cabo una excelente labor, en la cual destacó por su alta calificación al frente de la gestión inherente a ese elevado empleo.
Tuvo a su cargo investigaciones emblemáticas. Hubo seis formalizaciones a parlamentarios; una de ellas terminó en condena.
El abogado cuyo nombramiento se somete a nuestra consideración pertenece a nuestra Región. Efectuó sus estudios superiores en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Por tanto, tiene además la visión de regiones en el ámbito de la justicia de nuestro país.
Después de haber ejercido liberalmente su profesión en esta ciudad por algunos años, su acentuado sentido social lo hizo incorporarse a la Corporación de Asistencia Judicial, donde tuvo una excelente trayectoria funcionaria, que lo llevó a desempeñarse primero como Abogado Visitador y posteriormente como Subdirector y Director, en un período que abarcó más de diez años.
Asimismo, ejerció primero como Director y luego como Presidente del Colegio de Abogados de Valparaíso, cometido que, dada la mesura en su actuar, concitó la plena adhesión y colaboración de sus colegas, tanto más cuanto que veló siempre por la dignidad de la profesión.
Según expresé, tras haber cumplido con creces su período legal como Fiscal Regional de Valparaíso, durante el cual intervino en procesos investigativos de mucha relevancia -en ellos mostró especial acuciosidad y objetividad, y además, ser implacable en la persecución de la acción penal-, volvió al ejercicio libre de la profesión por algunos años y, tal como se ha indicado, guardó vacancia durante un año, según establece nuestra legislación en materias penales, hasta que el Fiscal Nacional, conocedor de sus cualidades, le solicitó su colaboración como Director Ejecutivo Nacional del Ministerio Público, cargo que ejerce actualmente.
Señor Presidente, en el curso de la sesión celebrada hoy en la Comisión de Constitución se abordaron distintas temáticas, las que me parecieron relevantes. Y es bueno dejar las constancias del caso en esta Sala de sesiones, para sus actas.
Primero, debo connotar la intervención que hicimos respecto a la situación de La Araucanía.
Distintos Senadores -el señor Alberto Espina, el señor José García, la señora Jacqueline Van Rysselberghe y quien habla- le planteamos a don Jorge Abbott la necesidad de dar señales en términos de acabar con la sensación de impunidad existente en la Región de La Araucanía, y además, que, por tanto, la persecución de la acción penal es absolutamente necesaria en el caso de los atentados incendiarios, que han sido recurrentes y a veces han terminado incluso con homicidios.
Del mismo modo, le planteamos la necesidad de generar un diálogo entre los distintos actores, para los efectos de hacerse cargo de la sensación de impunidad que hay en materia de persecución de la acción penal.
Las cifras que indicó el Senador Espina -ya las había señalado públicamente el propio candidato- en el sentido de que más de 95 por ciento de las denuncias terminan prácticamente sin culpable pusieron de manifiesto que se trata de un problema del que hay que preocuparse y que, más que una cuestión de campañas y eslóganes, debe ser una materia de Estado.
Por eso, le pedimos un compromiso en cuanto a generar un diálogo entre el Ministerio Público, las Policías, el Congreso Nacional y el Ejecutivo para que, todos conjuntamente, se aboquen a la corrección de diversos instrumentos legales que son necesarios y hagan una proyección que se materialice en términos de que el costo del delito se paga.
Don Jorge Abbott sostuvo que el Estado es uno solo, y, en consecuencia, se manifestó disponible para aquello.
Después le formulamos cuestionamientos respecto a la necesidad de fortalecer el Ministerio Público.
Este Congreso Nacional ya se ha pronunciado sobre el particular. Sin embargo, todavía es necesario mejorar la operatoria del Ministerio Público en cuanto a establecer fiscalías especializadas, generar la posibilidad de acumular causas -como se ha señalado durante esta sesión-, a fin de que cambie el modus operandi en la investigación de algunos delitos.
También le consultamos -y expresó su opinión- acerca de la necesidad de efectuar la reforma a la reforma procesal penal y de la Agenda Corta. Por ejemplo, en cuanto al otorgamiento de más facultades a las policías, al restablecimiento del control preventivo de identidad.
Sobre el particular el señor Abbott tiene una posición clara, que es importante consignar.
Le planteamos asimismo, transcurridos más de 10 años de la ley sobre responsabilidad penal juvenil, la urgencia de efectuar las correcciones pertinentes.
En la Comisión de Constitución le expuse al candidato propuesto la necesidad de hacer una accountability; vale decir, que el Ministerio Público dé cuenta año a año de la persecución de la acción penal y, finalmente, del destino de las causas. Y don Jorge Abbott comprometió su voluntad en tal sentido.
En la Comisión de Constitución, varios Senadores le hicieron presente al señor Abbott la necesidad de avanzar en una academia de fiscales, elemento determinante a los fines de ir generando formación para aquellos.
Esa y otras materias estuvieron entre lo conversado en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado.
Ahora, señor Presidente, lo importante es que seamos capaces de dar una señal pública y política potente en el sentido de que vamos a combatir la sensación de inseguridad e impunidad que tiene hoy la opinión ciudadana.
Por último, debo señalar que uno de los elementos que me llevan a votar favorablemente se relaciona con las condiciones humanas del candidato propuesto, don Jorge Abbott.
En mi concepto, sus atributos ameritan sobradamente su nombramiento como Fiscal Nacional.
Por ello, votaré afirmativamente la propuesta que a tal efecto nos envió la Jefa del Estado.
Considero que en el señor Abbott se unen condiciones de honestidad, transparencia en la gestión, objetividad en el desempeño de las funciones, lo que ya demostró como Fiscal de la Región de Valparaíso, empleo desde el cual demostró ser implacable en la persecución de la acción penal, a tal punto que, como ya expresé, concluyó con parlamentarios formalizados, e incluso, con uno condenado.
Por tanto, estimo que el señor Jorge Abbott tiene todas las condiciones para desempeñarse como Fiscal Nacional del Ministerio Público.
He dicho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro para plantear una cuestión de Reglamento.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, solicito que, manteniendo los tiempos, se abra la votación.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- ¿Habría acuerdo?
El señor MOREIRA.- No.
El señor NAVARRO.- No.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- No hay acuerdo.
Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, seguramente muchos de nuestros compatriotas no saben cómo llega al Senado la nominación para el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Por consiguiente, me parece oportuno dar a conocer de qué manera se nos remite la proposición y por qué decidimos respecto de ella.
El candidato propuesto para el cargo de Fiscal Nacional llega al Senado precedido de un concurso público que les permite a todos los profesionales interesados postular al cargo; en seguida hay una audiencia celebrada por la Corte Suprema, en la que los aspirantes tienen oportunidad de exponer sus propuestas e ideas; luego viene la aprobación del más Alto Tribunal, expresada en una votación; a continuación sigue la proposición de la Presidenta de la República, y posteriormente está la audiencia pública llevada a cabo por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara Alta, durante la cual el candidato tiene ocasión de exponer latamente sus ideas y responder las consultas de los Senadores
En consecuencia, el señor Jorge Abbott Charme ha sido propuesto por dos Poderes del Estado, confirmándose que reúne las condiciones para desempeñar el cargo en comento.
¿Cuál es, entonces, el rol del Senado?
En mi opinión, esta Alta Corporación debe revisar todas las características del candidato, y su análisis tiene que comprender tanto las competencias para el desempeño del cargo cuanto las eventuales objeciones o inhabilidades que le afectaren.
El primer aspecto considera no solo las competencias técnicas propiamente tales, sino todas aquellas que se esperan de quien ha de asumir esa alta responsabilidad; es decir, competencias jurídicas, organizativas, de liderazgo, de experiencia, de respeto y compromiso con los valores republicanos, de diálogo, de mando, de imparcialidad.
En el caso concreto, el señor Abbott fue Fiscal Regional, Fiscal Nacional del Ministerio Público subrogante y Director Ejecutivo Nacional de esa institución. Por ende, difícilmente puedan encontrarse profesionales con mayor experiencia que la suya para dicho cargo.
Don Jorge Abbott conoce a cabalidad todas las fortalezas y debilidades del referido organismo y del sistema de persecución penal en su conjunto. Su trayectoria confirma su vocación de servidor público y sus actos demuestran la independencia de juicio que siempre ha tenido en los asuntos que le ha tocado resolver.
Respecto a otro tipo de habilidades requeridas para la labor de dirección, probablemente el Ministerio Público, como institución, exhibe carencias en la relación con sus funcionarios. Y el nuevo Fiscal Nacional deberá tener voluntad para hacerse cargo de esta demanda, entendiendo que detrás de los derechos y de las obligaciones funcionarios hay personas y que la relación jerárquica se construye sobre la base de un vínculo de respeto personal y profesional recíproco en el ámbito de la labor que desempeña cada cual.
El señor Abbott tiene las condiciones de diálogo que requiere en este momento la institución, en opinión de las propias asociaciones de funcionarios.
La segunda pregunta que debe hacerse es si existe alguna razón o condición que lo inhabilite en el ejercicio de sus atribuciones generales.
No corresponde analizar las causas que puedan inhabilitarlo en un proceso en particular, porque para eso existen las normas sobre inhabilidades.
Más bien, corresponde analizar si de sus actos, de sus trabajos puede concluirse que hay motivos para esperar un obstáculo al desarrollo de su cometido.
En el caso concreto, me parece pertinente que el Senado se haga cargo de las observaciones al nombramiento. Para eso es la audiencia pública, la que se llevó a cabo en el día de hoy.
Es legítimo que surjan observaciones, aunque sean menores, desde la sociedad, a través de los medios de comunicación, desde los gremios o desde los mismos Senadores.
En la audiencia sostenida hoy y transmitida por TV Senado, todas se respondieron cabalmente, aunque se referían de manera mayoritaria a casos específicos que han concentrado la atención pública en el último tiempo.
Por consiguiente, si actuamos como órgano revisor y constatamos que don Jorge Abbott reúne las competencias y que no le afectan impedimentos o inhabilidades, solo podemos concluir aprobando la proposición de la Presidenta de la República.
Otra resolución me parecería infundada. Y, por lo tanto, si bien se trataría de una decisión formalmente apegada a la Constitución, vulneraría el objetivo de la norma que le otorga a la Cámara Alta la facultad para confirmar las condiciones y descartar las observaciones que existan sobre el candidato y dar la legitimidad y respaldo institucional al nombramiento, atendida la significación del cargo.
Señor Presidente, la ciudadanía espera que todas las instituciones y todos los funcionarios del Estado cumplan con su rol.
Especial preocupación existe por los niveles de delincuencia y de inseguridad pública que afectan a la población, y por el papel que debe cumplir el Ministerio Público en esta tarea.
El candidato a Fiscal Nacional asegura que dicha institución hará todos los esfuerzos y correcciones necesarios para responder adecuadamente a tal demanda.
De la misma manera, la ciudadanía espera del Senado que cumpla su función confirmando que la persona propuesta por la Presidenta de la República reúne las condiciones necesarias y, por lo tanto, aprobando su nombramiento, en cumplimiento de lo dispuesto en la Carta Fundamental.
Por eso, señor Presidente, en nombre de la bancada del Partido Socialista, anuncio que votaremos favorablemente esta nominación.
He dicho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Hay una nueva petición -solo la hago presente- para abrir la votación, por supuesto manteniendo los diez minutos por orador.
¿Le parece a la Sala?
Acordado.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, esta mañana en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, durante el desarrollo de la audiencia habida a los fines de escuchar a la persona propuesta por Su Excelencia la Presidenta de la República para ocupar el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público, con el Senador Alberto Espina expresamos nuestra preocupación por los hechos de violencia que se suceden en nuestra Región, la de La Araucanía, que alteran la vida de las personas; impiden el normal desarrollo de actividades económicas, particularmente en la agricultura y el transporte, y además significan un enorme desincentivo a la indispensable inversión que requerimos para tener mayor actividad productiva y, sobre todo, más fuentes de trabajo.
Frente a nuestra inquietud, el señor Jorge Abbott señaló categóricamente tres aspectos que me llevaron a tomar la decisión de votar favorablemente su nominación.
Primero, reconoció que en la Región de La Araucanía hay una grave situación de violencia y que la impunidad de los autores de los hechos impide que avancemos más rápido en las soluciones de fondo que necesita el conflicto.
Segundo, dijo que va a reforzar el trabajo de la Fiscalía de Alta Complejidad y de la Fiscalía del Ministerio Público en la Región de La Araucanía, de tal manera de tener más éxito en las investigaciones y encontrar a los responsables de los hechos de violencia y ponerlos a disposición de los tribunales.
Finalmente, consultado sobre si, frente a situaciones de gran conmoción pública, ante hechos de enorme gravedad, como varios de los ocurridos en nuestra Araucanía, estaría dispuesto a asumir y dirigir personalmente las investigaciones, señaló que sí está dispuesto.
Señor Presidente, yo tengo la convicción de que la situación de La Araucanía es extremadamente grave. Y por eso ameritaba que pidiéramos un compromiso especial en el caso de nuestra Región.
Luego de haber escuchado al señor Abbott, quien se comprometió con La Araucanía y con la investigación de los hechos de violencia ocurridos en ella, voto favorablemente su nominación.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, creo que corresponde repetir ahora lo que dije fuera del Hemiciclo hace algunos días. Deseo consignar que no tengo ningún interés en marcar alguna diferencia, pero sí la verdad.
Todos los sectores políticos, transversalmente, han cometido faltas y errores en el modo de financiar las campañas. Estimo importante asumirlos y enfrentarlos con la verdad y dando señales claras de que este tipo de acciones no pueden volver a ocurrir en nuestro país.
He decidido abstenerme en la votación, como ya lo había consignado en forma previa, porque, como es de conocimiento de la ciudadanía, soy parte de la investigación que sustancia el Ministerio Público sobre el financiamiento irregular en la materia. Como una manera de contribuir a mejorar la credibilidad política, considero que lo correcto precisamente es no participar en la designación.
Además, deseo hacer presente que velaré porque se aprueben todos los nuevos proyectos de ley ingresados en orden al mejoramiento de la institucionalidad de los partidos políticos, las elecciones y las normas de probidad y transparencia, porque, en cierto modo, todas las irregularidades que la opinión pública reprocha han surgido en el contexto de un marco regulatorio deficiente, que ha dado espacio a este tipo de prácticas.
Es necesario puntualizar que no me inhabilito de la votación solo por no ser ello procedente, conforme a nuestro Reglamento. En efecto, de acuerdo con la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, no corresponde inhabilitarse en asuntos que dicen relación con atribuciones exclusivas del Senado, como es el caso.
Sin embargo, la abstención cumple el mismo fin, desde el punto de vista de la transparencia que debemos mantener en algo tan delicado como el nombramiento de una de las autoridades más importantes del país.
En síntesis, considero fundamental, más aún en mi condición de cristiano, que elevemos los estándares éticos en la acción política.
En este sentido, como un gesto de trasparencia y con la convicción de contribuir a recuperar la confianza de la ciudadanía, me abstendré en la votación para la designación del nuevo Fiscal Nacional.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, voy a tocar someramente cuatro puntos.
Uno de ellos es la necesidad de modernizar el Ministerio Público.
En la Comisión Especial de Seguridad Ciudadana se escuchó a todas las organizaciones e instituciones con competencia al respecto. Sin lugar a dudas, el servicio enfrenta una enorme cantidad de trabajo, así como demasiadas funciones y procedimientos administrativos que no condicen con los resultados.
En seguida, cabe mencionar lo atinente a aceptar una suerte de supervisión, lo que también es delicado.
Recuerdo que en una Comisión de Presupuestos se manifestó un particular enojo del Fiscal Sabas Chahuán cuando se le plantearon datos concretos acerca de cómo se estaban autoevaluando y, con cargo a ello, obtener determinados mejoramientos. Era un punto legítimo, objetivo. Sin embargo, su enojo llegó al grado de no saludar cuando tenía lugar un encuentro. Me parece que eso no corresponde.
Deseo exponer que, en algunos casos, las Fiscalías en regiones no logran cumplir sus funciones plenamente. Y eso también merece una suerte de revisión por parte de ellas mismas, desde luego.
Doy a conocer una situación que me atañe: he sido objeto de tres atentados, con el incendio de una casa y ataques a mi persona, y todo eso se ha archivado. He tenido que llegar al Tribunal Constitucional para que se reabra la investigación y se haga un esfuerzo por llevarla a cabo.
Si eso le sucede a un parlamentario independiente, cuya fuerza probablemente no es tanta, ¡qué queda para las otras personas...!
¡Si la percepción de la justicia es que hoy en día se captura a conejos o liebres y los elefantes pasan colados...! Esa es la sensación ciudadana.
La delincuencia se ha regionalizado más rápido que el proceso desconcentrador y descentralizador.
Quisiera subrayar las características de Jorge Abbott Charme que aquí se han mencionado con excepcional énfasis: su trayectoria es objetivamente valorada, es de regiones y manifiesta una personalidad de mucha cercanía ciudadana. Estimo que esos aspectos son importantes y que juegan un rol.
Y también deseo destacar la actitud y el trabajo de la Ministra Javiera Blanco. Ella nos consultó a todos y nos preguntó respecto de candidatos. De alguna manera, se fue creando un clima favorable para lograr un acuerdo como el que hoy en día se percibe. A mi juicio, eso asimismo es clave para que se pueda ejercer en plenitud un cargo de tanta trascendencia.
Obviamente, votaré a favor.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Puede intervenir el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, opino que el nombre de Jorge Abbott debería ser motivo -parece que ya lo es- de un consenso en esta Corporación, lo que me alegra, primero, porque es independiente, y segundo, por su gran trayectoria profesional, parte significativa de ella en regiones. Su desempeño en el servicio público es notable. Ha conocido la Fiscalía Nacional en el ejercicio de distintos cargos. Y, al mismo tiempo, demuestra una capacidad de tolerancia y respeto de la cual nos hallamos enterados y que ha sido destacada por mis colegas.
En la muy larga entrevista de esta mañana y en la conversación con los miembros de la Comisión de Constitución se vio sólido, con sentido crítico y dispuesto a mejorar la gestión de la Fiscalía. Lo anterior, a través de una integración de los sistemas de información para una mejor toma de decisiones; la certificación, con mayor rigor y objetividad y con criterios de exigencia, de la competencia y del desempeño de los funcionarios; la protección del debido proceso y el propósito de evitar filtraciones que, en forma injusta, dañan y castigan a muchas personas con una especie de sanción anticipada, sobre todo si son conocidas o de relevancia pública, y, en general, la disposición a hacerse cargo de la necesidad de un cambio o un giro, pese a representarse, en cierto modo, una continuidad.
Todo ello me parece que está en el haber.
Sin embargo, también estimo conveniente ser un poco autocrítico en el proceso que ha llevado a la designación. La búsqueda, por ciertos momentos, pareció escapar a la prudencia, creándose una imagen que el consenso que aquí se está logrando ayuda a revertir, pero que refleja debilidades, particularmente en el desempeño del Senado al tomar decisiones respecto de nombramientos en la alta dirección del Estado.
Se hacen necesarios un proceso más transparente y la capacidad de los Senadores de dialogar con los distintos candidatos de una manera más abierta, más objetiva y que constituya una garantía de que se busca al mejor. Es preciso desmentir cualquier versión acerca de una Corporación respecto de la cual alguno llegó a pensar, por un momento, que parecía más interesada en buscar alguien afín, que le diera ciertas garantías en los procesos que afectan a algunos de sus miembros o que podrían extenderse a otros.
Por consiguiente, creo que hay tareas pendientes y que es preciso sacar las lecciones del caso, no solo para la Fiscalía Nacional, sino también para el Senado de la República, que debe ponerse a tono con la designación de altas autoridades. En muchos casos, me han llamado la atención criterios a veces contradictorios cuando para algunos cargos se demanda independencia y para otros, de similar importancia en la estructura del Estado, se manifiesta una flexibilidad a veces excesiva, con muy poca exigencia en cuanto a la independencia o el carácter que deben presentar altas personalidades.
Me pronuncio a favor. Considero que el Senado da una gran señal al votar unánimemente por el señor Jorge Abbott, pues ello demuestra que prevalecen el sentido de Estado, la visión de largo plazo y el interés nacional.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Puede intervenir la Honorable señora Van Rysselberghe.


La señora VAN RYSSELBERGHE.- Señor Presidente, me parece que la decisión que se está tomando, tal como lo han dicho algunos señores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, es una de las más importantes que vamos a tomar, no solo en el año en curso, sino también, probablemente, en los venideros.
Y ello, por distintas razones.
La primera -y la más importante- es que si bien no necesaria ni exclusivamente la seguridad ciudadana es responsabilidad del Ministerio Público, a este le corresponde cumplir un papel muy importante al respecto. Hoy día, es una de las cuestiones que demandan mayor preocupación por parte de la gente. Las personas se sienten absolutamente vulnerables, expuestas a los delincuentes, y tienen la percepción de que ninguno de los estamentos públicos vinculados al control del problema está cumpliendo su labor adecuadamente.
Desde esa perspectiva, lo cierto es que en la exposición que el señor Jorge Abbott nos hizo hoy día -no solo fue extremadamente extensa y minuciosa, sino también muy sólida- se manifestó una mirada muy crítica con relación al rol que está jugando el Ministerio Público.
Tal como lo expresó, ello posiblemente tiene que ver con el hecho de que, además de haber trabajado durante muchos años en el sistema público, tuvo la oportunidad de litigar en materias penales y de encontrarse, por lo tanto, ante las dificultades que experimentan los abogados y las personas que enfrentan a la Fiscalía y deben defenderse, con frecuencia, de las acusaciones que eventualmente se están formulando. Juzgo que es una experiencia extremadamente valiosa, porque le ha dado al candidato una mirada que no necesariamente han tenido los demás integrantes de la quina enviada por la Corte Suprema.
Por esa razón, por la relevancia del asunto, se le hicieron algunas preguntas sobre el particular. En verdad, deseo destacar su sinceridad para hacer un análisis crítico de la situación, de las falencias e incluso de los fracasos experimentados por la Fiscalía.
¿Y por qué ello me parece tan importante? Porque si bien la mayoría de los miembros de la Comisión y de los asistentes son abogados, la Senadora que habla es médica y abriga el convencimiento de que si alguien no es capaz de hacer un diagnóstico acertado, por doloroso que sea, difícilmente podrá determinar el tratamiento tendiente a generar medidas oportunas para resolver un problema.
Me llamaron mucho la atención algunas cosas, aunque no voy a repetirlas todas, porque ya se han dicho.
En relación con la seguridad ciudadana, la gente tiene la percepción de que nadie puede hacer nada, incluido Carabineros. Por lo tanto, pregunté al respecto, dado que fiscales plantean hoy día ante la opinión pública que es absolutamente inconveniente aumentar las facultades de la policía uniformada para verificar un control preventivo de identidad. La respuesta textual del señor Abbott fue que esa atribución debiera estar radicada en Carabineros y no inserta en el procedimiento penal, lo que a menudo lo entorpece. Por lo tanto, desde esta perspectiva y sobre la base de una consulta absolutamente puntual, me da la impresión de que mantiene una mirada libre de prejuicios en torno de cómo es preciso avanzar en el control de los delitos.
Reconoció los fracasos de la Fiscalía que se traducen en la cantidad gigantesca del archivo de delitos contra la propiedad sin imputados. En realidad, el denunciante de un robo que no lleva de la mano al delincuente atrapado recibe una carta, normalmente, en que le dicen que su caso va a ser archivado hasta que se recaben nuevos antecedentes. Eso pasa en más del noventa por ciento de los casos. En la población se genera, entonces, una enorme sensación de que existe impunidad.
Con toda sinceridad expresó que, claro, llevar al imputado de la mano ante el fiscal si ha mediado un delito flagrante es la constatación de un hecho y tiene un mérito, pero no digamos que extremadamente grande, desde el punto de vista de la investigación.
Por lo tanto, me parece asimismo digna de destacar la plena conciencia de que es preciso mejorar las capacidades de indagación y de inteligencia, porque el señor Abbott se da cuenta de que al fiscal le llegan tarde, muchas veces, los resultados de las averiguaciones.
En ese contexto, se planteó también la situación en la Araucanía. Ya lo hizo presente el Honorable señor García. Quienes somos de esa zona y hemos observado la violencia en la Novena Región y actualmente en parte de la Octava, nos damos cuenta, al conversar con las personas, de que muchos agricultores y transportistas sienten que allá no existe un Estado de Derecho: les queman un camión o una vivienda; los amenazan; tienen que dejar casas o fundos; no pueden transitar libremente por las calles, pues les exigen el pago de un "impuesto", y después de sufrir un atentado no pasa absolutamente nada. Se va generando, entonces, una sensación tan feroz de la existencia de impunidad que la gente empieza a desear defenderse con sus propias manos, puesto que el Estado, que está obligado a protegerla, no lo está haciendo.
El señor Abbott ha declarado ser absolutamente consciente del problema y que la Fiscalía no solo va a mantener los recursos en la zona, sino que, además, se debieran mejorar los procesos de inteligencia para poder perseguir adecuadamente estos delitos.
Para mí, finalmente, son en extremo relevantes la objetividad, la prudencia y el cumplimiento fiel de las obligaciones legales de fiscales y funcionarios del Ministerio Público. ¿Por qué? Porque, en materia de filtraciones, hemos visto, durante meses, que una persona no termina de declarar y ya la versión completa de sus palabras se halla en manos de la prensa. Eso es completamente inaceptable.
Y se lo preguntamos así de directo al señor Abbott, porque queríamos saber su opinión. La Fiscalía no puede mirar hacia el cielo, como lo ha hecho hasta el minuto. Entonces, es muy importante -por lo menos, para mí-, que haya puntualizado que no está dispuesto a aceptarlo, porque las filtraciones afectan, sin duda, la igualdad ante la ley, así como la objetividad, ya que las personas son juzgadas públicamente incluso antes de poder ser formalizadas.
Considero significativo lo atinente a la objetividad, precisamente, y la prudencia de los fiscales. Estos cuentan hoy día, por su acceso a la investigación, con información privilegiada, y sucede que, de repente, se enamoran de su tesis, de la línea investigativa que están siguiendo, y solo siguen esa.
Y no me estoy refiriendo única y exclusivamente a los casos políticos. Puedo poner como ejemplo el de "Matute Johns", que sucedió en mi zona, donde la Fiscalía, por la razón que fuera, siguió algunas líneas de investigación y llamó a declarar a personas que después nunca fueron formalizadas, a las que se condenó públicamente y a muchas de las cuales este hecho les cambió la vida en un sentido dramático.
Las actuaciones de la Fiscalía, en juicios o casos de alta connotación pública, tienen repercusiones, no son inocuas. Y, por lo tanto, las actuaciones de los fiscales deben ser prudentes. Y que sean "prudentes" no significa que ellos no actúen. La prudencia no es sinónimo de inmovilidad. Es prudencia, en su significado propio.
Y que el señor Abbott tenga conciencia de que las actuaciones de los fiscales no son neutras me parece importante.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Terminó su tiempo, señora Senadora.
Tiene un minuto más.
La señora VAN RYSSELBERGHE.- Por tal razón, señora Presidenta, considerando la situación que hemos vivido en el último tiempo, donde la Fiscalía ha experimentado altos fracasos en el tema del control de la seguridad pública, donde hemos visto una Fiscalía que permite las filtraciones y que, además, tiene tratos que, desde nuestra perspectiva, no son objetivos (no se ha tratado igual o con la misma vara a todas las personas), y dados los antecedentes que conocimos y lo que pudimos conversar con don Jorge Abbott, nosotros estamos dispuestos a darle un voto de confianza, no solo por su trayectoria profesional, que consideramos impecable, sino además por sus características personales, que nos parecen tan o más importantes que su trayectoria profesional.
Esa es una de las razones -la mía, en lo personal- por las cuales le estamos dando un voto de confianza al señor Jorge Abbott.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Ofrezco la palabra al Senador señor De Urresti.


El señor DE URRESTI.- Señora Presidenta, en este momento concurrimos a pronunciarnos sobre la propuesta que ha hecho la Presidenta de la República en relación con el próximo Fiscal Nacional.
Hoy en la Comisión de Constitución escuchamos la extensa exposición de don Jorge Abbott Charme.
Hubo una interesante y amplia discusión en la cual recibimos sus lineamientos acerca de los desafíos que se le vienen al Ministerio Público.
En primer lugar, felicito que la exposición haya sido de una profundidad y una sinceridad relevantes para los efectos de lo que debe enfrentar dicha institución.
Y también es importante valorar la amplia participación, no solo de los cinco miembros de la Comisión de Constitución, sino de un nutrido grupo de otros Senadores que aportaron preguntas e inquietudes en relación con la propuesta hecha por la Presidenta de la República.
Igualmente, destaco la presentación realizada por la señora Ministra de Justicia, Javiera Blanco, con el fin de entender y respaldar la posición del Ejecutivo para postular a Jorge Abbott como Fiscal Nacional.
Seamos claros en lo que estamos decidiendo.
El Senado ha sido convocado para resolver la propuesta formulada por la Presidenta de la República acerca de quién va a encabezar el Ministerio Público en los siguientes ocho años.
Es una propuesta basada en la quina elaborada por la Corte Suprema y de la que se seleccionó a Jorge Abbott, quien posee los antecedentes y el currículum necesarios, ya leídos ampliamente en la Sala.
Es importante expresar, igualmente, que el desafío del próximo Fiscal será terminar de implementar una reforma que cumple quince años; un Ministerio Público que es refundacional en nuestro país; un Ministerio Público que cambió la justicia del antiguo sistema procesal penal en 180 grados; que hoy cumple una década y media de vigencia y que, producto de la ley de fortalecimiento que aprobamos el primer semestre, contará con recursos para su modernización, para la contratación de un gran número de fiscales y ayudantes abogados, y para establecer ciertos aspectos que resultan imprescindibles a la hora de modernizar una institución como esta, como son las Unidades de Análisis Criminal; en definitiva, para llevar a cabo una modernización de la investigación, para tener equipos que investiguen no solo los hechos que sean denunciados y sean materia de investigación, sino también los focos delictivos, los patrones de conducta.
Y se conversó en la Comisión. Cuando en determinadas zonas de una Región como la de Los Ríos se da el abigeato, hay que entender que los mismos delitos se registran en otros lugares y que hay una vinculación entre ellos. Pero ahí debe haber una mirada amplia desde la Región y no simplemente desde cada uno de los fiscales.
Eso ahora podrá hacerse realidad porque existen las Unidades de Análisis Criminal.
También hemos escuchado con extensión autocríticas, las que de manera importante hizo el candidato cuando señaló que, desde el punto de vista del trabajo que le ha tocado realizar, existen determinadas áreas en las cuales no se han logrado todos los éxitos deseables de conseguir, principalmente en delitos contra la propiedad con imputados desconocidos.
La cifra es alarmante: aproximadamente el 95 por ciento de esas causas quedan sin una condena. Eso, claramente, genera un sentimiento de indefensión. Y es ahí donde habrá que poner el foco, donde habrá que reorientar la labor de los fiscales.
Asimismo, habrá que considerar la idea que plantearon distintos Senadores y que fue positivamente recogida por el postulante en cuanto a tener una academia de fiscales. Así como existe la Academia Judicial, que forma, orienta y capacita permanentemente a quienes ingresan al Poder Judicial y luego efectúa un trabajo permanente de actualización normativa, también debería existir una institución que formara a los futuros fiscales, que hiciera un trabajo previo, que educara, que enseñara técnicas de investigación, de modo que no bastara simplemente el título de abogado y no hubiera que esperar que las técnicas de investigación se fueran desarrollando con la práctica.
Es distinto investigar delitos flagrantes que delitos de orden público o delitos de connotación sexual. La investigación no puede ser la misma en todos los casos. Y ahí tiene que haber una modernización por parte del Ministerio Público.
Valoro que el candidato propuesto por la Presidenta Bachelet tenga esta capacidad de autocrítica; tenga esta capacidad de señalar que es necesario un mayor control social sobre el Ministerio Público; que se requiere una mayor auditoría externa para saber cómo están los índices o grados de cumplimiento de metas, para evaluar el foco en la investigación de determinados delitos.
Pero también deben existir elementos auditables por la ciudadanía, de tal forma que la persona que ha sido víctima de un delito en La Unión, en Valdivia, en Puerto Montt o en Concepción sepa cuál es el procedimiento que lleva adelante el Ministerio Público para encontrar a los culpables y no -como también se señaló en la audiencia- que simplemente tenga que esperar a que le llegue una comunicación indicándole que su causa ha sido archivada sin haber sido siquiera citada a prestar declaración.
Son desafíos que vienen y que considero importante dejar consignados en esta votación.
Existe el compromiso del señor Abbott, seguramente el próximo Fiscal Nacional, para terminar con las famosas "sillitas musicales", con esta anomalía que se da con los fiscales regionales, los cuales, no obstante haber norma constitucional expresa en cuanto a que no pueden durar más de ocho años en sus cargos y no pueden desempeñarse en funciones similares, postulan a otras fiscalías regionales, lo cual impide el natural ascenso de otros funcionarios que desean continuar su carrera. Hay una norma expresa que por desgracia se vulnera.
El Fiscal Nacional saliente ha utilizado precisamente la figura de las "sillitas musicales" en las dos últimas designaciones, no obstante haber -repito- norma expresa en contrario y haberse comprometido en la Comisión a utilizarla solo de manera excepcional.
Es algo que hay que corregir. O modificamos la norma, o derechamente buscamos una fórmula para no perder la capacidad de aquellos fiscales que ya se han formado -situación que entendemos- y para que ellos puedan pasar a otra condición. Pero no podemos seguir con estas "sillitas musicales" que permiten que los fiscales regionales pasen de una región a otra.
Esto, además, ha sido resistido, cuestionado y representado por la Asociación de Fiscales.
En segundo lugar, también considero importante el pronunciamiento que ha hecho el candidato en relación con las inhabilidades.
No puede haber ni la sombra de una duda en cuanto a que el Ministerio Público va a perseguir a todas y cada una de las personas involucradas en un delito, sea este de cuello y corbata o un simple delito.
Ahí tiene que estar el Ministerio Público.
Y es muy bueno y transparente que el futuro Fiscal Nacional Abbott haya señalado una inhabilidad que lo afecta por un vínculo de parentesco y la haya expresado con anticipación, desde que supo que los hechos eran investigados, no obstante no ejercer funciones de fiscal, cuestión que con mayor razón hará si ocupa el cargo de Fiscal Nacional.
Por último, me parece relevante entender que para que exista un compromiso del Ministerio Público con su nueva jefatura para los próximos años esta deberá ejercer un enorme liderazgo interno, para reorientar los esfuerzos del organismo en concentrarse, sobre todo en la persecución, en la política penal, en la política de combate a los delitos, y con mayor utilización de tecnologías de focalización.
Es una tarea que le va a competer, sin lugar a dudas, al nuevo Fiscal: ejercer liderazgo dentro de la institución, generar promociones internas, generar un buen clima para que todos los funcionarios del organismo se sientan partícipes en la batalla contra la delincuencia.
Es una importante tarea, pero, sin lugar a dudas, el señor Jorge Abbott ha manifestado su voluntad en tal sentido y posee las competencias y habilidades necesarias.
Estamos frente a una buena decisión de la Presidenta de la República, por lo que anuncio mi voto favorable para que el candidato se convierta en el próximo Fiscal Nacional.
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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Saludamos a la delegación de dirigentes vecinales de la comuna de Buin que nos visita.
¡Bienvenidos!
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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Ossandón.


El señor OSSANDÓN.- Señora Presidenta, hace un par de meses me llamó por teléfono Paola Osorio, funcionaria municipal de Puente Alto, para contarme que la habían asaltado en su casa, con mucha violencia -ella vive en la comuna de La Florida-, le habían robado el auto, la habían amarrado y la había pasado muy mal.
Desde hacía tres semanas que no recibía noticias de la Fiscalía. Me comuniqué con esta última y descubrimos que en menos de ese lapso la causa había sido archivada y no tenía ninguna capacidad de ser investigada.
La frustración de todo el mundo es clara. Y por eso quiero expresar, en forma simple y directa, señora Presidenta, lo que yo espero del próximo Fiscal Nacional.
Primero, doy por descontado que va a tratar de abrir -confío en que lo hará- una nueva etapa en el Ministerio Público.
Aquí todos los colegas que me han antecedido han señalado lo impropio que resultan las filtraciones, las que hacen mucho daño y les quitan seriedad a las investigaciones, así como las rivalidades que han aparecido, rivalidades que son tristes en una institución tan importante y tan joven.
Lo anterior demuestra realmente que, como Fiscalía y como país, tenemos que hacer un cambio.
Yo espero un Fiscal Nacional sobrio, republicano, serio, alejado de la publicidad, y que los fiscales y el Ministerio Público posean los mismos atributos.
Antes de terminar, quiero dirigirme al postulante, que sé que resultará elegido.
Señor Abbott: sea el primer Fiscal Nacional que hable de los "portonazos", que hable de la delincuencia común y corriente, de esa que nos afecta a todos, no solo de los grandes delitos de conmoción pública.
Cuando asaltan a un taxista, cuando intrusos entran a una casa, por modesta que sea, y liquidan ese hogar con el miedo que dejan, es importante que la gente sienta que el Fiscal Nacional también está preocupado de las pequeñas grandes cosas que afectan a todos los vecinos comunes y corrientes.
Voto a favor.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra la Senadora señora Allende.


La señora ALLENDE.- Señora Presidenta, quiero comenzar anunciando desde ya mi voto favorable, cosa que ya había hecho.
Y lo había hecho porque, en primer lugar, señalé -y lo reitero hoy día- que un procedimiento en el que participan tres poderes del Estado me parece un procedimiento institucional serio, que este país ha sabido darse y que no es menor, considerando que estamos hablando, ni más ni menos, de quien será el próximo Fiscal Nacional durante los próximos ocho años.
En segundo lugar, señalé que me parecía que la quina seleccionada por la Corte Suprema era responsable, y que cualquiera de los cinco candidatos allí mencionados era idóneo.
Además, antes de elegir a determinada persona, consideraba relevante establecer criterios. Incluso como bancada dijimos que no teníamos un nombre, sino criterios. Y el primero era la trascendencia de la labor que desarrolla el Ministerio Público y lo que la ciudadanía espera. Y creo que no nos hemos equivocado en aquello.
Por eso, todos los candidatos seleccionados por la Corte Suprema eran idóneos y todos merecían y merecen nuestro respeto.
En tercer lugar, fue importante para mí asistir a la sesión celebrada esta mañana en la Comisión de Constitución.
Yo no conocía al señor Abbott, nunca lo había visto. Y haberlo escuchado reforzó mi convicción de que es una persona que no solo posee un gran currículum (43 años de experiencia laboral y académica; 36 años de ejercicio como abogado; Fiscal Regional de Valparaíso; Director de la Corporación de Asistencia Judicial durante 10 años), sino que también da la impresión, a través de su exposición, de ser un profesional sólido, que no evade ningún tema, incluso los conflictivos, como las críticas que existen en materia de seguridad, en materia de delincuencia, etcétera.
A todo esto, no es menor que señale que se hacen 1.300.000 denuncias al año. Es una tremenda carga de trabajo, prácticamente inhumana si uno piensa en el actual equipo de fiscales y que obviamente es mucho mayor a la que se esperaba. Me hace recordar la primera vez que empezaron a funcionar los tribunales de familia, que quedaron completamente sobrepasados. Y, claro, es difícil funcionar bien con esa enorme carga. Sin embargo, siempre es posible mejorar.
El señor Abbott fue muy explícito en las fallas. Esto es algo bastante interesante. Fue explícito, no en los éxitos, sino precisamente en las fallas y en la necesidad de crear una unidad de análisis que incorpore, incluso, miradas desde afuera para que pueda existir una perspectiva más integral, que ponga énfasis en las falencias, en los aspectos que son mejorables y necesarios. Se puso como ejemplo una auditoría externa, que por primera vez incluiría hasta una auditoría financiera, ajena al Ministerio Público.
Más aún, expresó su deseo de que hubiera una evaluación rigurosa y seria de las metas. Incluso, en materia de evaluación, dijo ser el único caso en que se ha pedido rebajar una nota por considerarla excesiva, atendido que de alguna manera no reflejaba lo que debía realizar para un cuerpo colegiado.
Me dio la impresión de ser no solo una persona que se explaya en temas importantes desde la mirada de lo que tiene que ser un plan estratégico que se encamine hacia un Ministerio Público que cambie, sino también una persona honesta, lo cual me parece digno de recalcar considerando que yo no lo conocía.
Habló del caso Penta y de por qué sentía que debía inhabilitarse en razón de su parentesco. Y, cuando se refirió a dos conflictos con funcionarios, uno de los cuales llegó a la Organización Internacional del Trabajo, explicó exactamente los términos y el porqué.
Habló también del principio de inocencia y de la responsabilidad no solo del Ministerio Público, sino también de la ciudadanía, que no entiende. Y esto es real hasta el día de hoy.
Cuando la gente lee o se entera por televisión de que una persona ha sido formalizada, considera de inmediato que está condenada.
Y fue grande mi sorpresa -imagino que así le pasó a más de alguno- cuando dijo: "Yo lo viví, porque fui formalizado". Nos quedamos un poco sorprendidos quienes no lo conocíamos tanto. Y resultó que había sido formalizado debido a una denuncia que le hicieron las empresas de tragamonedas, a raíz de una investigación que estaba llevando a cabo.
De ese modo, vivió en carne propia el sentimiento de una persona respecto a la cual, al ser formalizada, la ciudadanía entiende que cometió un delito y, por lo tanto, resulta condenada como tal sin esperar el veredicto de los tribunales de justicia, que son los únicos que pueden declarar la culpabilidad o la inocencia de alguien.
En tal sentido, no solo fue una exposición detallada, importante, sólida, sino que además contó con un gran nivel de honestidad, porque nosotros no estamos acostumbrados a decir ciertas cosas públicamente. Y eso, a mi juicio, es primordial. Por supuesto, también se refirió a la objetividad, al trato igualitario, en fin.
Es muy relevante para nosotros que lo señalado se vaya concretando de manera efectiva. Necesitamos un Ministerio Público que camine de la mano con las policías y con todos los que intervienen en la cadena que significa, en definitiva, perseguir el delito. Es preciso fortalecer al Ministerio Público.
Es evidente que se requieren más funcionarios; es evidente que hicimos bien en fortalecer también la unidad de alta complejidad; es evidente que se necesita una especialización de la cual se carece, pues no basta con ser abogado, como sostuvieron con mucha claridad el señor Abbott y el resto de los colegas, sobre todo de la Comisión de Constitución. No está en la formación académica de los abogados el saber investigar. Eso implica un grado de especialización y ahora no existe ese nivel de formación profesional. De ahí que sea importante reconocer que es preciso contar con esa capacidad.
Asimismo, me llamó la atención que además de ese aspecto pusiera énfasis en las evaluaciones y en la supervisión que el propio Ministerio Público, de alguna manera, debiera tener, incluso -según manifestó- "de parte de la ciudadanía", en la medida que haya más transparencia, en la medida que en la propia página web del Ministerio Público figuren online las informaciones necesarias, en la medida que se avance tecnológicamente.
Esos son los desafíos que nos planteó hoy en el Senado, en esta audiencia, que celebro mucho que haya sido tan concurrida y transmitida, pues eso nos ayuda a tener una mayor cercanía con la ciudadanía, que puede entender de mejor forma qué hacemos al momento de elegir un Fiscal Nacional.
Para terminar, señora Presidenta, yo diría que hoy damos una buena señal, porque se está tomando una decisión unánime, una decisión fundamentada, sobre todo para quienes creímos que era una buena selección la que se había hecho en la quina, y una buena decisión, por cierto, de la Presidenta. Pero más que nada por haber escuchado, precisamente, al candidato propuesto por la Primera Mandataria.
Creo que tener una votación unánime nos hace bien, porque significa un acto de confianza en las propuestas de cambio que lleven a mejorar la eficacia y la eficiencia con que debe trabajar el Ministerio Público y no solo con mayor transparencia.
También habló de las víctimas, pues para nosotros -tal como dijo- ellas son funcionales al delito que estamos persiguiendo, pero no nos hacemos cargo de su situación, de las condiciones psicológicas en que quedan y de todo lo que significa haber sido víctima de algún delito con mayores o menores características de gravedad.
Y como señalé -por cierto, no solo yo- no evitó ningún tema sobre los que se le preguntó: las filtraciones, la neutralidad, la objetividad, en fin, como también la situación más específica de La Araucanía.
Creo que nos hace bien como Senado tomar esta decisión, y no hago más que reiterar mi voto favorable, como lo había anunciado hace unos días cuando dije que me parecía que había sido una buena decisión el que figuraran estos candidatos en la quina.
En definitiva, la Primera Mandataria, ejerciendo su atribución, nos propuso un nombre que hoy el Senado va a ratificar, lo cual me parece relevante.
Es importante recoger estos desafíos; es importante proyectar al Ministerio Público; es importante que todo el país tome conciencia de que solo con una política de Estado, con la colaboración de todos, podremos ganarle la batalla no solo al delito de cohecho, de cuello y corbata, sino al común y corriente que afecta a cada uno de nosotros, desde la señora Juanita hasta el más encumbrado.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, el Fiscal Nacional encabeza a una de las instituciones que forman parte del Estado de Chile, del diseño que hemos hecho para representar los distintos Poderes del Estado. Y este, qué duda cabe, también es un poder independiente, que tiene la exclusividad de la persecución penal.
Quiero expresar que este proceso en que el Senado está participando dice relación con una participación colectiva, primero de la Corte Suprema, donde los candidatos postulan a través de un sistema concursal en que esta, en función de los méritos, elige una quina.
Creo que la Corte Suprema, qué duda cabe, ha hecho bien su trabajo, y todos y cada uno de los cinco postulantes preseleccionados cuyos nombres fueron enviados a la Presidenta de la República reúnen los requisitos suficientes y satisfactorios para desempeñar un muy buen rol como Fiscal Nacional.
La Primera Mandataria, dentro del papel que le cabe en este proceso, ha seleccionado a uno de los cinco y ha enviado su nombre al Senado. Para dar su acuerdo, este debe reunir los votos de al menos 25 Senadores. Eso está diseñado para que haya un alto quórum. Pero, según observo, en este proceso no solo vamos a tener ese número, sino que es probable que exista unanimidad. Eso legitimará absolutamente este proceso y también permitirá desmentir lo que se sostenía en muchas versiones y algunos medios en cuanto a que se buscaba elegir a un Fiscal Nacional que pudiese significar impunidad para determinados delitos en que a lo mejor se encontraban vinculados algunos personeros políticos.
Pienso que lo que estamos viendo aquí es un desmentido de aquello: es un fortalecimiento de la institucionalidad. Es un prestigio para el Congreso Nacional y, en particular, para el Senado llegar a un acuerdo unánime que desmienta cualquier intencionalidad que se pudiera haber supuesto en cuanto a que este proceso era oscuro y estaba diseñado para tener impunidad.
Quiero señalar, entonces, que la institucionalidad ha funcionado. Y celebro el rol desempeñado por la Ministra de Justicia, quien ha manifestado que la institucionalidad debe funcionar siempre.
Por ahí se dijo que este candidato, Jorge Abbott, a quien no conozco, pero de quien he sabido tanto por los antecedentes que nos han entregado los Senadores de la Comisión como por lo señalado por él en la entrevista dada en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, tiene los méritos suficientes para desempeñar un muy buen papel como Fiscal Nacional.
Felicito a la Ministra Javiera Blanco porque no permitió que se criminalizara al candidato y que no fuera la meritocracia la que lo seleccionara, como tampoco que interfiriera un procedimiento subjetivo y que su vinculación familiar con alguien lo dejara inhabilitado.
Hay que reconocer que el proceso es institucional, que se ha objetivizado. Qué duda cabe, Jorge Abbott no tiene impedimento por algún vínculo familiar y su postulación es un reconocimiento a su mérito, que ha demostrado durante sus 40 años de ejercicio profesional.
Deseo expresar también que el propio candidato ha señalado que va a velar porque esa institucionalidad pueda minimizar las sensaciones de impunidad y no solamente para La Araucanía.
Yo soy muy partidario de que el nuevo Fiscal lleve a cabo un trabajo que no involucre únicamente un diálogo con el Ministerio Público, sino también un diálogo con el Congreso, un diálogo con el Ejecutivo, un diálogo con todos los actores, particularmente en la Región de La Araucanía, para efectos de ver cómo nos encaminamos hacia la paz social que tanto requiere nuestra Región.
Por eso, creo que este proceso que llevamos a cabo nos va a permitir prestigiar la actividad política, prestigiar al Senado, prestigiar también al Ministerio Público y lograr que la institucionalidad que hemos establecido para la persecución penal y el combate a la delincuencia efectivamente pueda llegar a buen fin y cumplir el objetivo esperado por la ciudadanía.
Señor Presidente, voto favorablemente, al igual que -espero- la unanimidad de los Senadores.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, ya algunos señores Senadores han expresado que la que estamos ejerciendo en este momento es una de las facultades más relevantes del Senado, pues se trata de elegir a la persona que va a estar a cargo de una de las instituciones fundamentales de la República: nada más ni nada menos que aquella a la que se le ha entregado el monopolio de la persecución criminal por los próximos ocho años.
Por lo tanto, es una decisión relevante, sobre todo tratándose de una institución como el Ministerio Público, profundamente cuestionada el día de hoy.
Por eso, a mí me llamó profundamente la atención que en la última cuenta pública del actual Fiscal Nacional, la Presidenta de la República expresara que el Fiscal Chahuán había hecho un gran trabajo.
Yo creo que esa afirmación no se condice con la realidad.
Estamos frente a un Ministerio Público, a una Fiscalía, profundamente parcial, que en los casos de financiamiento de las campañas ha hecho un trabajo extraordinariamente discriminatorio: filtra las declaraciones de algunos; formaliza a unos y no a otros; actúa con rigurosidad frente a los de un sector y sin ninguna ante otros.
Por lo tanto, considero que esa parcialidad, que ha generado discriminación política, no puede ser calificada como "un gran trabajo", salvo que existan intereses distintos.
No hay duda de que lo que nosotros hemos pedido desde el primer momento es que el Ministerio Público investigue con rigurosidad a todos, porque la política no va a salir de la crisis de confianza mientras no se establezca la verdad de los hechos, no se determinen las responsabilidades y no se sancione a quienes eventualmente hayan cometido delitos. Pero si se va a investigar a unos y no a otros, creo que estamos fallando. Y eso nos está representando el Ministerio Público en este momento.
Por lo tanto, estamos frente a la decisión de nombrar a alguien que va a dirigir una institución cuestionada no solo por la política, no solo por quienes han estado atentos a este tipo de procesos, sino también por la ciudadanía, cuando ve que la delincuencia no es combatida con el rigor que verdaderamente ella espera.
¿Cuántas personas que han sido asaltadas; cuántas personas a cuyas propiedades, viviendas, hogares han entrado; cuántas personas que han sido objeto del robo de bienes; cuántas personas que han visto el asalto y la lesión de sus seres queridos pueden dar fe de que el trabajo hecho por el Ministerio Público es competente?
¡Todo lo contrario!
Hay una profunda crítica, pues de la gran mayoría de las personas que han sido asaltadas, que han sido heridas, que han sido lesionadas no existen investigaciones que den cuenta de que los delincuentes fueron detenidos, de que fueron puestos a disposición de los tribunales.
Hace poco tiempo hubo una gran conmoción nacional puesto que organizaciones de La Araucanía llevaron seis camiones a la Capital para expresar que les habían quemado 120 camiones y no había un solo detenido. ¡Ni un solo detenido!
Eso es verdaderamente una demostración de a lo menos incompetencia frente a una responsabilidad primaria de quien tiene el monopolio para perseguir los delitos, como el Ministerio Público.
En la provincia de Arauco, en los últimos 13 o 14 meses ha habido 50 carabineros lesionados de distinta consideración. ¡Ni un solo detenido!
¿Es posible decir que estamos frente a un Ministerio Público que realiza un trabajo eficaz contra la delincuencia, con esos resultados, con esas estadísticas? A mí me parece que no.
Por lo tanto, existe un profundo cuestionamiento.
Por ello, la bancada de Senadores de la UDI hizo un trabajo muy acucioso de recolectar información y ver todos y cada uno de los aspectos para la definición de quién podría ser el Fiscal Nacional, y de analizar muy acuciosamente la propuesta de la Presidenta de la República. Y nos pareció fundamental la sesión de hoy en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. Sin esa sesión, y sin lo expresado por el señor Abbott, habría sido extraordinariamente difícil votar por él.
Cuando el señor Abbott nos plantea en la Comisión y ante los medios de comunicación presentes ahí y ante la televisión del Senado que los fiscales tienen que actuar con objetividad y prudencia, no hay duda de que estamos frente a un cambio importante, porque aquí no ha habido ni objetividad ni prudencia.
Y si él está dispuesto a asumir eso como un compromiso personal no solo ante los Senadores de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, sino ante el país, ante los medios de comunicación, me parece que es un compromiso que nosotros debemos respaldar absolutamente.
Eso es lo que queremos: que el Ministerio Público actúe con objetividad y prudencia.
Cuando el Fiscal Abbott dice ante al país que las filtraciones son un hecho especialmente grave, ¡especialmente grave!, no hay duda de que estamos frente a una declaración de quien va a asumir este alto cargo que difiere sustancialmente de lo que hemos vivido en el último tiempo, donde las filtraciones son el mecanismo de que el Ministerio Público ha abusado para tratar de sustentar las tesis de algunos de sus fiscales.
Difícilmente hubiéramos podido votar a favor sin que el Fiscal Abbott hubiera expresado, con la claridad que lo hizo, esa postura frente a una situación que verdaderamente habla muy mal de nuestra estructura organizacional en la persecución del delito. No hay duda de que las filtraciones de información son claramente un delito. En nuestro ordenamiento jurídico-penal el proceso penal es público a través de la acusación. Pero mientras no se acuse, las normas de nuestro Código Procesal Penal establecen su reserva. Y hay un delito de falta a la reserva, de violación del secreto sobre temas que están en conocimiento de los fiscales y de las partes.
Por lo tanto, estamos convencidos de que el Fiscal Abbott se ha comprometido a algo verdaderamente fundamental e interesante.
Queremos tener un Ministerio Público que investigue a todos, -¡a todos!-, por igual, sin importar la condición, sin importar las preferencias políticas de las personas. ¡A todos por igual, con objetividad y prudencia!
Y si verdaderamente el Fiscal Abbott logra imponer esos criterios en el Ministerio Público, creemos que habremos dado un paso hacia adelante, un paso para fortalecer nuestras instituciones, un paso para verdaderamente solventar la acción del Estado en la investigación de los delitos.
Por eso, señor Presidente, pienso que la sesión de la mañana fue esclarecedora y generó la unanimidad de los Senadores en esta votación. Porque, si a lo mejor se hubiera hecho una encuesta a las señoras Senadoras y los señores Senadores hace siete días, capaz que nadie hubiera nombrado al señor Abbott. Otras, a lo mejor, eran las preferencias que se escuchaban en pasillos.
Por lo tanto, creo que la sesión de hoy nos da un camino, nos muestra una vía para resolver los temas pendientes en todo lo que es persecución criminal, en todo lo que es investigación criminal.
Esperamos -tenemos fe en esta apuesta- que se concrete lo planteado públicamente por el señor Abbott. De ser así, verdaderamente esta nominación habrá cumplido su objetivo.
Por ello, votamos favorablemente la propuesta que se nos ha hecho para designar Fiscal Nacional a don Jorge Abbott Charme.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.


El señor QUINTANA.- Señor Presidente, estimados colegas, acaso una de las atribuciones más sensibles para la sociedad en su conjunto que posee esta Corporación dice relación con la elección del Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Es momento, además, para hacer un análisis sobre el rol de este organismo tras 18 años, desde la reforma constitucional que lo creó, y plantearnos sus proyecciones y desafíos.
La actual Administración ha tenido aciertos, pero también debilidades, que es necesario explicitar, especialmente en lo relativo al combate contra la delincuencia.
En efecto, han existido debilidades cuando un 99 por ciento de los delitos contra la propiedad con imputado desconocido queda sin condena; o cuando se constata que hay 66 mil órdenes de detenciones pendientes; o bien, cuando en casos de gran connotación mediática (como el caso bombas) la Fiscalía ha recibido en estrado decisiones adversas de manera categórica -¡de manera categórica!-, incluso siendo condenada al pago de costas por cifras cercanas al millón de dólares.
Las cosas como son: un Ministerio Público fuerte, moderno y con mirada de futuro es el Ministerio Público que todos queremos, uno que avance cada día en reducir las tasas de impunidad y victimización. Solo así se podrá hacer frente al clima de miedo, de incertidumbre que sectores más conservadores, a través de los medios, muchas veces han querido profundizar para debilitar las reformas que ha propuesto la Presidenta Bachelet.
¡No olvidemos que una sociedad más justa es una sociedad con menos criminalidad!
¡No podemos seguir dándole material a la campaña del terror!
En ese desafío la Fiscalía tiene un importante rol que cumplir.
También se deben mejorar los procedimientos y, especialmente, la relación del Ministerio Público con los intervinientes en el proceso y con los medios de comunicación.
La Fiscalía tiene una labor clara, y no es impartir justicia, pues no es el sheriff del pueblo. Dicho organismo debe abocarse a investigar siempre con criterio objetivo tanto los hechos que fundan la responsabilidad de un imputado como los que lo eximen de ella.
En ocasiones, intervinientes con connotación pública se enteran de actuaciones indagatorias por canales diferentes de los formales y, por ello, son sometidos a escarnio, sin que aún estén acreditados los hechos ni rendidas las probanzas en sede jurisdiccional.
Habida cuenta de lo anterior, los acuerdos que deben construirse para dotar al Ministerio Público de un líder que esté a la vanguardia de los desafíos que propone esta nueva era deben cimentarse en un diálogo franco, sincero y fluido entre las instituciones llamadas a efectuar su nombramiento, que no son otras que las que corresponden a los tres Poderes del Estado, tal como lo señala el artículo 85 de la Constitución.
Por esta razón, hemos manifestado algunos reparos a este proceso de designación del futuro Fiscal Nacional. En ningún caso, como algunos sectores han querido deslizar o insinuar, ha habido acuerdos o conversaciones para silenciar al Ministerio Público o buscar algún tipo de impunidad.
¡Cómo habría de ser así!
Al respecto, soy muy claro: ¡nunca fui parte de ninguna conversación en tal sentido!
Al contrario, se pueden haber cometido profundas injusticias en contra de los otros postulantes a raíz de insinuaciones infundadas que daban cuenta de algún tipo de negociación. ¡Nada más alejado de la realidad! Y estoy seguro de que el señor Abbott sabe que eso no es verdad, porque conoce muy bien a los fiscales.
Como Presidente del Partido Por la Democracia, manifiesto que desde el día uno nos hemos comprometido sin vacilaciones con la agenda de probidad y transparencia. Pero una cosa diferente es que en esta materia nos pidan que renunciemos a nuestra función como Senadores.
Creo que efectivamente en esta designación faltó considerar visiones diversas sobre las dificultades y la proyección del Ministerio Público, algunas de las cuales he intentado transmitir en esta intervención.
Prueba de lo anterior, señor Presidente, es que la misma exposición de hoy del señor Jorge Abbott ante Comisión de Constitución ha contenido una mirada autocrítica sobre los distintos aspectos de la actual gestión de la Fiscalía, donde él se desempeña como Director Ejecutivo.
Se refirió, especialmente, al total fracaso en la persecución de los delitos con imputado desconocido (fundamentalmente delitos contra la propiedad); al grado de prudencia que deben mostrar los fiscales en sus investigaciones; a la trazabilidad de las filtraciones -al respecto, se manifestó disponible para alguna modificación legal-; a la modernización de la institución, y, en particular, a la labor de mejorar el rol del Ministerio Público en la Región de La Araucanía, que represento, donde la impunidad sigue siendo un problema. ¡Problema real!
La exposición del señor Abbott también ha ayudado para esclarecer algunos conflictos con las asociaciones de funcionarios de la Fiscalía.
Asimismo, ha quedado clara su inhabilidad en las investigaciones relativas al caso Penta, por su parentesco con el Presidente del Banco del mismo nombre.
Además, se refirió al punto sobre el control de los fiscales.
La pregunta que uno muchas veces uno se hace -quedó pendiente desde que se empezó a aplicar la ley, hace 18 años- es: ¿ante quién responden los fiscales?
La solución es conocida en el caso de los Ministros de la Corte Suprema y del propio Contralor General de la República, al poder exigir responsabilidad si hay notable abandono de deberes. Pero el asunto no queda claro para los fiscales.
El señor Abbott señaló en la Comisión que no tenía ninguna dificultad ni temor en establecer los controles necesarios. Eso nos parece muy bien.
La pregunta queda abierta, pues el control no puede ser exclusivo de la ciudadanía, desde luego. Se deben trabajar mecanismos para mejorar los procedimientos de control, especialmente cuando el mismo postulante a Fiscal Nacional ha reconocido en su exposición que en este período no se ha respetado el principio de objetividad, consagrado en el artículo 3 de la Ley Orgánica del Ministerio Público.
Señor Presidente, Honorable Sala, no me desdigo de mis observaciones a este proceso.
El Senado no es un buzón. Parte del "acuerdo" que contempla la Constitución para esta designación tiene que ver con expresar nuestros legítimos puntos de vista.
El día de hoy han quedado claras las deudas y los desafíos que enfrenta el Ministerio Público, lo cual fue parte de la autocrítica que realizó el propio señor Jorge Abbott a la actual Administración.
Hechas todas esas precisiones, señor Presidente, y considerando mi posición como Presidente de un partido de Gobierno, el Partido Por la Democracia, voto a favor de la propuesta formulada por la señora Presidenta de la República.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Montes.


El señor MONTES.- Señor Presidente, seré breve.
Quiero partir valorando la calidad de las intervenciones. Yo llevo 18 meses en el Senado y, en ese lapso, muy pocas veces ha habido una sesión en la que se profundice en los argumentos y se escuchen discursos serios y de muy buen nivel. Estamos ante un Senado de mucha calidad.
Destaco, especialmente, el análisis del Senador Alberto Espina acerca de la realidad del problema delictual; el de los colegas Felipe Harboe y Pedro Araya sobre el tipo de cambio que debe asumir la institucionalidad; el de la Senadora Jacqueline van Rysselberghe, quien se mete en las situaciones reales y concretas, y el del Senador Rabindranath Quinteros, quien mostró la necesidad de que los Poderes del Estado estén muy unidos y se orienten a fortalecer la capacidad de enfrentar el delito y los distintos problemas en torno a ellos.
Quiero valorar esa profundidad.
Además, ello evidencia que la Primera Mandataria propuso un candidato que ha suscitado un amplio acuerdo hasta ahora, por la calidad y las capacidades que él ha mostrado. A mi juicio, lo ha hecho bien la Presidenta Michelle Bachelet, junto con su equipo político y la Ministra de Justicia.
Por otra parte, reitero algo que anticipé estos días: decidí inhabilitarme en este proceso de nominación del Fiscal Nacional.
No he participado en la reflexión; no he participado en la discusión; no he dado opiniones públicas en esta materia. Y tampoco votaré.
Esta determinación la realizo a conciencia, más allá de la lógica aplicación de la norma pertinente.
La razón es bien concreta: mi hijo Andrés Montes Cruz es fiscal de la Región Metropolitana Centro Norte.
¿Qué significa eso? Que el Fiscal Nacional pasa a ser su jefe directo. Porque este trabaja con los fiscales regionales, les da las órdenes, dialoga con ellos.
Por lo tanto, no correspondía que yo influyera en uno u otro sentido en el nombramiento del Fiscal Nacional.
Me he inhabilitado en varias ocasiones por una razón similar, y debía mantener consistentemente la posición en este caso; más aún, por la importancia de esta designación.
Podría haberse dado un escenario que me hubiera puesto en una situación muy difícil. Afortunadamente, aquí se observa una amplia voluntad para fortalecer al Ministerio Público y un consenso ante la necesidad de pasar a otra etapa porque los delitos han evolucionado y hemos acumulado varios años de experiencia a ese respecto.
Señor Presidente, termino celebrando la calidad republicana y la profundidad de los argumentos aquí entregados por los señores Senadores.
Así como nos critican harto -y nosotros también lo hacemos muchas veces-, de repente es bueno destacar la calidad, la profundidad, lo creativo y documentado de buena parte de las intervenciones.
Felicito a todos mis colegas por lo que han hecho.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señor Presidente, quiero fundamentar mi votación a favor del candidato propuesto por la Presidenta de la República, señora Michelle Bachelet, para ocupar el cargo de Fiscal Nacional, puesto de alta importancia para el país, dada la función que cumple.
Nuestra Constitución define al Ministerio Público como un organismo autónomo de los Poderes del Estado, cuya función es dirigir la investigación de los delitos; llevar a los imputados a los tribunales, si corresponde, y dar protección a las víctimas y a los testigos.
En ese sentido, la reforma procesal penal nace como una política pública que busca facilitar la instalación y consolidación de un Estado democrático de Derecho moderno que asegure a sus habitantes el acceso a una justicia equitativa, eficiente y transparente.
En esta definición encontramos algunas de las tareas que el país encomienda a dicha institución. Se trata de uno de los aspectos más relevantes para la vida en sociedad: la seguridad de las personas.
Esta tremenda responsabilidad es delegada en los tribunales de justicia, en las policías, en el propio Gobierno y en el Ministerio Público.
Este, por una parte, dirige a las policías en la investigación de los delitos y ejerce la acción penal pública y, por otra, tiene el deber de proteger a las víctimas y a los testigos.
Quiero detenerme en este último aspecto, que considero fundamental para el desarrollo futuro del sistema procesal penal. Las víctimas son la prioridad y se requiere garantizar su dignidad y seguridad en todo el proceso penal, y la eficacia en la tramitación de sus causas.
Por otro lado, considero esencial seguir avanzando en el proceso de fortalecimiento institucional y de descentralización del servicio.
Corresponde a la Fiscalía Nacional entregar las directrices, los lineamientos de trabajo y las estrategias institucionales, que son desarrolladas regionalmente a través de las fiscalías regionales y locales.
La realidad del Ministerio Público no es muy distinta de la del resto del país. Por ejemplo, existe en dicho organismo concentración tanto en las decisiones como en los recursos.
También hay dificultades en las fiscalías de regiones, cuyas soluciones precisan pasos concretos en orden a dotar a aquellas de los fondos adecuados y de los espacios de resolución que les permitan ejercer adecuadamente su tarea.
Otra dimensión de modernización que se requiere abordar es la publicidad de las actuaciones del Ministerio Público, de forma de asegurar la debida cuenta a los ciudadanos. El país -lo sabemos- exige cada vez más altos niveles de transparencia en las instituciones del Estado y, también, una sana rendición de cuentas sobre su efectividad.
La Presidenta de la República nos ha propuesto para esta labor al señor Jorge Abbott Charme.
Su trayectoria da cuenta de un profesional de primer nivel, con una experiencia digna de reconocimiento: abogado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Director General de la Corporación de Asistencia Judicial de la misma ciudad, Fiscal Regional de Valparaíso y, actualmente, Director Ejecutivo Nacional de la Fiscalía.
En su labor académica ha encabezado diversos programas de perfeccionamiento en el ámbito del nuevo proceso penal, del Ministerio Público y su normativa.
Señora Presidenta, voto a favor del nombramiento del abogado señor Jorge Abbott como Fiscal Nacional, por cuanto he llegado a la convicción de que se trata de un profesional que estará comprometido con tres elementos fundamentales: 1) alcanzar un nivel superior de desarrollo institucional del Ministerio Público, fortaleciéndolo; 2) ejercer la persecución penal de forma eficaz, con estricto sentido de respeto a las víctimas, y 3) aportar a la transparencia y rendición de cuentas del proceso penal.
Chile necesita continuar avanzando en la construcción de una sociedad más integrada, donde se respete el Estado de Derecho y las garantías fundamentales de las personas estén al centro de las preocupaciones de las autoridades públicas.
Por último, quiero sumarme a una reflexión que se ha manifestado acá.
Creo que efectivamente hemos hecho un debate a la altura de lo que la sociedad chilena merece y espera de nosotros. Nuestras intervenciones y, sobre todo, el resultado de esta votación están en consonancia con la dignidad de un cargo para cuya designación se requiere mirada de Estado en nuestro discernimiento, con el objeto de decidir sobre la propuesta que ha hecho la Presidenta de la República.
Espero que con esto aprendamos algunas lecciones respecto de cómo estar a la altura de los desafíos que los ciudadanos nos han confiado en el minuto de elegirnos como sus representantes.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señora Presidenta, sin duda, a esta altura del debate ya está zanjado el asunto: el próximo Fiscal Nacional del Ministerio Público será don Jorge Abbott Charme.
Sin perjuicio de eso, quisiera plantear un par de reflexiones.
Primero, repetiré lo que varios han señalado con relación al proceso de designación de esta autoridad.
En pocas ocasiones el Senado tiene la oportunidad de participar en un proceso en el que intervienen los tres Poderes del Estado.
Primero, los Ministros de la Corte Suprema en una votación abierta eligen a los cinco mejores candidatos. En este caso, postularon once personas.
Segundo, la Constitución le otorga a la Presidenta de la República el derecho a proponer al Senado una persona de esa quina para ocupar el cargo de Fiscal Nacional.
Y, finalmente, ese nombre llega a esta Sala para que nosotros lo aceptemos o rechacemos.
Pues bien, mí me gusta este proceso. Es transparente y balanceado. Además -algo que no se dice mucho-, permite que las responsabilidades queden sabiamente distribuidas a la hora de designar al Fiscal Nacional del Ministerio Público, por cuanto intervienen -insisto- los tres Poderes del Estado.
La Corte Suprema cumplió su rol, lo hizo bien. No hubo ruido: escuchó a los postulantes; se transmitieron por televisión sus presentaciones, y después cada uno de los Ministros ejerció su derecho.
Sin embargo, la etapa posterior -después de que el Máximo Tribunal elige la quina, esa que ha generado tanta preocupación y notoriedad pública- fue algo distinta. Hubo ruido, prejuicios, teorías bizarras, recados de parte de Senadores para que algunos de mis colegas se inhabilitaran.
Y también surgieron distintas declaraciones: "Tal nombre va a generar tal ruido"; "Hay que privilegiar cierta carrera"; "Los votos de la Corte Suprema tal vez son más determinantes que lo que establece la Constitución"; "Este proceso no fue consultado", o "Si fue consultado, no me escucharon".
Como sea, este proceso exige el mejor criterio de los tres Poderes del Estado.
Hay que decir las cosas bien y de forma tranquila. Y en esta materia, en vez de citarnos nosotros mismos, me quedo con lo que señaló ayer el Ministro Milton Juica, vocero del Máximo Tribunal. Respecto del puesto de Fiscal Nacional, dijo: "no es un cargo tan técnico, es un cargo político, como son también los cargos de Ministro de la Corte Suprema, para qué estamos con cosas. Son todos profesionales, la ventaja es que la Corte Suprema propone una lista de personas que tienen todos la posibilidad de cumplir adecuadamente su cargo. Ya la arista política la ponen los políticos" -léase Presidenta de la República y Parlamento, a través del Senado- "desde el punto de vista de las percepciones que tienen de la gente, y se pueden llevar una gran equivocación en esa parte, porque una persona una vez que es elegida pierde toda vinculación y actúa con total autonomía".
En otras palabras, señora Presidenta y colegas, en este proceso ciertamente hay un componente político. Podemos discutir si este se expresa con letra chica o con letra grande. Pero lo que está claro es que la Constitución establece un equilibrio a la hora de designar a una persona en un cargo que implica tremendas responsabilidades.
Con todo, ya está el nombre propuesto para Fiscal Nacional, quien tiene méritos de sobra para desempeñar el cargo, al igual que cada una de las cinco personas que la Corte Suprema planteó a la Presidenta de la República para su consideración.
Don Jorge Abbott tiene una trayectoria conocida. Desempeñó una labor señera en la Quinta Región: como su primer Fiscal Regional le tocó impulsar la reforma procesal penal.
Realizó hoy una larga intervención.
He estado en varias audiencias de este tipo, con ocasión de otros nombramientos. Y la de don Jorge Abbott fue una larga presentación, pero muy educativa. Se trató de una exposición contundente, integral, y en la que, además, respondió todo lo que se le preguntó. Esas sesiones generalmente duran entre una hora y una hora y media, y hoy se extendió por alrededor de tres horas. Y no solo participaron los integrantes de la Comisión de Constitución, sino que lo hicieron varios otros Senadores.
Como han mencionado otros colegas, él realizó un diagnóstico bastante autocrítico de la situación en materia de seguridad ciudadana. Se hizo cargo de que 90 por ciento de los delitos contra la propiedad no quedan resueltos; de que alrededor de 66 mil órdenes de detención están pendientes, no se resuelven; de que existe un déficit investigativo muy grosero. Señaló que si se descuentan los casos de flagrancia, el número de delitos resueltos es muy bajo. ¡Era que no! ¡Si en los delitos flagrantes ya se encuentra detenido quien estaba cometiendo el ilícito!
Formuló proposiciones importantes en el sentido de contar con una escuela, con una formación previa para quienes egresen de las escuelas de Derecho -ya son abogados- y deseen ingresar al Ministerio Público. La idea es tener un sistema similar al del Poder Judicial o al de la Academia Diplomática: una instancia previa de formación para que ejerzan correctamente sus labores.
Por último, efectuó un crudo diagnóstico acerca de lo que ocurría en La Araucanía. Y señaló también que existe un déficit en relación con las víctimas.
En vista de lo señalado, va a contar con mi voto.
Le deseo éxito en su gestión, que no será de ocho años, a diferencia de lo que han dicho varios colegas. Su período será menor, como consecuencia de que la Constitución establece un límite de edad que prima sobre los ocho años.
Finalmente, valoro la disposición de aquellos que expresaron su interés en ser Fiscales Nacionales. Hubo once personas que se presentaron a este proceso, en circunstancias de que hoy la actividad pública está cuestionada y aquellos que expresan opiniones parece que pasan a ser juzgados por ellas.
Hoy vemos un gran consenso. Y la semana pasada, a esta misma hora, se estaba rechazando, por no alcanzarse el quórum, a una persona propuesta para Contralor General de la República. Y la razón fundamental de ese resultado estuvo en que pensaba distinto de la mitad de quienes estaban acá. Hoy día eso no ocurre, milagrosamente. Y yo lo reconozco.
Pero valoro, además, que once personas se hayan presentado al proceso. Y quiero hacerles un reconocimiento, pues en el tráfago entre que salió la quina de la Corte Suprema y llegó la proposición al Senado hubo un sinnúmero de teorías conspirativas, de acusaciones, de infundios que tal vez injustamente afectaron a personas que participaron lealmente del proceso para ser Fiscal Nacional del Ministerio Público. Vaya para ellos mi reconocimiento.
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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.
La señora GOIC.- Señora Presidenta, pido que se recabe autorización para que las Comisiones unidas de Salud y de Hacienda sesionen en paralelo con la Sala a partir de las 18.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- ¿Habría acuerdo?
Acordado.
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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señora Presidenta, estamos culminando en esta sesión un proceso que ha tenido una larga tramitación, más por los dichos que por el tiempo.
Hoy día, cumpliendo una disposición constitucional, al parecer vamos a nominar -me alegra que sea así- a quien será la sexta autoridad de nuestro país: el Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Como ya se ha señalado en forma reiterada, el nombramiento considera un trámite.
De acuerdo con la norma constitucional, la Corte Suprema, después de un proceso en que escucha a los candidatos, propone cinco personas a la Presidenta de la República.
Y así sucedió.
El Máximo Tribunal nominó a cinco profesionales, cuatro pertenecientes al Ministerio Público y un destacado abogado externo a esa institución.
Y los cinco reúnen los méritos suficientes, y siempre se sostuvo eso. En lo personal, la primera vez que se me consultó sobre el tema respondí: "Los cinco tienen mérito para ser nominados".
Y la Constitución también establece que la Presidenta de la República, conocida esa quina, dentro de determinado plazo, debe hacerle una propuesta unipersonal al Senado para que apruebe o no la nominación que ella plantee.
La Primera Mandataria también ha cumplido. Y eligió a uno de los cinco que tenían méritos -su elección no puede ser interpretada como un demérito de los otros cuatro postulantes- para que el Senado se pronuncie, de acuerdo con la norma constitucional, sobre su designación.
Y hoy el país ha sido testigo (quienes han visto el canal de televisión o los medios de comunicación que han cubierto el tema) de que el Senado, cumpliendo con su obligación constitucional; escuchando al profesional elegido, don Jorge Abbott, después de una larga, profunda y seria intervención -es muy importante reconocerlo-, ha hecho un mentís al rumor y a mucha información y desinformación. Hasta hoy en la mañana, mientras hablaba el posible Fiscal Nacional, se cuestionaba si estaban o no los votos; se indicaba de qué manera se estaba negociando y cómo tal o cual partido optaría por votar a favor.
Y el mentís es el resultado de hoy día: la unanimidad del Senado le ha dado su respaldo para ser Fiscal Nacional a don Jorge Abbott, que reunía todos y cada uno de los requisitos. Reitero: ello no significa un demérito de los otros candidatos.
Cuando el Senado adopta esta decisión lo hace porque realmente llega a la convicción de que se cumplen los requisitos para que esta persona ejerza su cargo en plenitud y cumpla con las funciones que se le encomiendan.
Jorge Abbott en la Comisión estableció un programa de gobierno de la Fiscalía para el próximo tiempo. Y el hecho de que le demos la unanimidad le otorgará fuerza y capacidad para cumplir.
¡Y esperamos que lo haga!
Digo lo anterior porque todas y cada una de las inquietudes que he escuchado están contempladas en su respuesta.
Ahora bien, creo que el Senado, la Presidenta de la República y la Corte Suprema han actuado mirando el bien de Chile y no sus propios intereses.
Es necesario decirlo.
Durante todo este proceso ha habido una campaña de desinformación, o información tergiversada, o información interesada. Primero, para descalificar a uno u otro posible candidato -ya de por sí eso es dañino e injusto- y luego, para poner en duda la conducta de nuestra Corporación y de los Senadores.
¿Por qué? Porque se dice que los colegas conversaban respecto de quién podía o no ser el candidato. Y es cierto: el Parlamento es para eso...
El señor LAGOS.- Para parlamentar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).-... para conversar, para intercambiar ideas, para conciliar posiciones. Lo hicimos, y ello estuvo en conocimiento de los Ministros de Estado. Estos supieron nuestra opinión acerca de todos y cada uno de los posibles postulantes. Y estoy seguro de que el Gobierno accedió a la información, porque yo, de retrueque, recibía también la información del Ejecutivo.
¡Pero aquí no ha habido ninguna maquinación!
¡Aquí se puso en duda la honorabilidad del Senado!
¡Se señaló que había una máquina destinada a encubrir las cosas que podrían interesarle a uno o a otro!
¡Y eso no es cierto! ¡Es falso!
El Senado ha hecho lo que debe hacer, y lo ha hecho bien. Y a eso se debe el resultado: la unanimidad de los Senadores, con la concurrencia de la Corte Suprema y con la voluntad y la decisión de la Presidenta de la República, ha designado a la sexta autoridad de nuestro país. Y eso es bueno.
¡Qué dañino resulta cuando a una persona que postula a un cargo se la trae al Senado, se la expone y termina rechazada porque no hubo capacidad de parlamentar, de conciliar, de buscar acuerdos para lograr su nominación!
Gracias a Dios, Jorge Abbott no ha sufrido esa injusticia. Me felicito de que así sea. Y me alegro por nuestra Corporación. Se recupera para el Senado su prestigio: lo que le corresponde hacer. ¡La Cámara Alta nunca puede renunciar a su función!
Y por eso levanto mi voz. Porque lo que se ha publicado en los medios de comunicación, que no es responsabilidad de estos, sino de voces interesadas en un sentido o en otro, ha puesto en duda -insisto- la honorabilidad del Senado y de sus integrantes.
Por eso me alegro del resultado, de la elección de Jorge Abbott. No hay demérito para los otros candidatos, que también reunían las condiciones para ser nominados.
Y ojalá le demos a este Fiscal Nacional, para que cumpla su misión en el Ministerio Público en cuanto a lo que Chile espera en materia de seguridad ciudadana, todo el respaldo, todos los instrumentos, porque es por el bien de nuestro país que hoy hemos votado, para elegir al mejor entre los mejores.
Y ahí está: Jorge Abbott será el próximo Fiscal Nacional con el respaldo unánime del Senado.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señora Presidenta, me sumo a las palabras del colega Zaldívar respecto de lo que significa para el Senado esta responsabilidad.
Y cuando se crean situaciones que no obedecen a la realidad, sin duda, ello afecta a una institución fundamental en la vida democrática de nuestro país.
Tal como se ha mencionado, la Corte Suprema recibió a once postulantes. Y como bien dice nuestra legislación, el Máximo Tribunal debe conformar una quina. Y esta estuvo integrada por don Jorge José Abbott -quien será nominado a partir de hoy nuevo Fiscal Nacional-, por don Raúl Alfonso Guzmán, por don José Andrés Morales, por don Luis Humberto Toledo -todos del Ministerio Público-, y por don Juan Enrique Vargas, un gran académico.
Creo que la quina presentada por la Corte Suprema constituye una gran nominación en cuanto a la calidad profesional, humana y moral de todos los postulantes.
Sin duda, como lo han manifestado los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, la Presidenta de la República debía tomar una determinación para presentarle a la Cámara Alta una sola persona. Y es lo que hizo.
Yo quiero reconocer la vida profesional, la sencillez y los valores éticos y morales de don Jorge Abbott.
Se trata de un académico, de un profesional de gran preparación. Si uno analiza su currículum, constata que tiene un conocimiento cabal de lo que representa la vida de un abogado, un hombre dedicado a la justicia.
Además, señora Presidenta, es un hombre de regiones, que conoce la realidad de estas y no solo la situación de la Región Metropolitana.
Es un hombre que sabe lo que es el Ministerio Público, que fue Fiscal Nacional subrogante.
También conoce el mundo privado.
Es decir, se trata de una persona con una experiencia que nuestro país necesita.
Como bien se ha señalado, la mayor preocupación de nuestros ciudadanos hoy día es la delincuencia.
¡Y qué más importante que la preocupación que debe tener el Ministerio Público, junto a nuestras policías, por perseguir los delitos!
En todas las encuestas, no solo ahora, sino en todos los últimos gobiernos, la delincuencia ha sido la mayor preocupación de la gente, y sobre todo de la más necesitada, porque es la más indefensa.
Y por eso valoro el hecho de que el Senado, por unanimidad, apoye la proposición de la Presidenta de la República para elegir a don Jorge Abbott nuevo Fiscal Nacional.
En mi concepto, fue muy claro en su exposición. Como bien se ha mencionado, no escabulló ninguna pregunta. Respondió a todo lo que se le consultó, de manera clara, sencilla. Y en este sentido, su exposición fue definitoria, y por eso nos interesaba mucho escucharla, con el fin de tomar una decisión muy significativa para nuestro país.
El apoyo unánime del Senado a la designación del nuevo Fiscal es una señal importante en cuanto a que va en el camino correcto lo que él manifestó acerca de la modernización del Ministerio Público, de tratar de acercarlo más a la gente, de tener la máxima eficiencia y coordinación con las policías.
En tal sentido, señora Presidenta, valoro el nombramiento de don Jorge Abbott y saludo a la Ministra de Justicia, quien ha estado muy preocupada de que esta nominación sea apoyada en forma unánime por el Senado.
Voto a favor.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señora Presidenta, resulta evidente, por la connotación que tiene y por el interés que atrae, que nos encontramos ante una de las designaciones importantes que debe respaldar el Senado, en conjunto con la Presidenta de la República y la Corte Suprema.
Lo que dice relación con la falta de seguridad es tal vez una de las principales brechas existentes en nuestra sociedad.
Durante muchos años hemos venido discutiendo sobre las grandes desigualdades que hay en nuestro país.
Es efectivo que se da una situación dramática en lo que se refiere a la desigualdad de ingresos. En este ámbito Chile aparece como uno de los países más desiguales del planeta.
Pero la desigualdad de ingresos también esconde otro tipo de desigualdades: las de territorio, las de dignidad, las de tranquilidad en que pueden vivir las personas.
Y para mí el Ministerio Público es una de las instituciones que debe compensar aquellos territorios que no tienen áreas verdes, ciclovías, parques, lugares donde jugar; que están llenos de microtráfico, de sufrimiento, de vida difícil, y donde, además, la prevalencia de la delincuencia es muy superior a la de aquellas áreas de nuestro país más beneficiadas por distintos tipos de instrumentos, políticas y oportunidades.
Por lo tanto, lo que estamos discutiendo hoy se relaciona con la equidad, con cómo se construye una ciudad más justa, territorios más justos, donde la gente pueda vivir con dignidad y en paz.
En consecuencia, no estamos hablando de un tema menor, sino de una materia relevante, porque para las personas que viven en estos territorios abandonados, marginados, la situación de inseguridad, de menoscabo es evidentemente muy dramática.
Tal vez hemos equivocado el rumbo y debemos tener un Ministerio Público enfocado no solo en la acción destinada a la sanción, sino también en acciones preventivas.
Entonces, entre los desafíos del nuevo Fiscal Nacional se encuentra el garantizar esa vida digna, la posibilidad de construir vida feliz, vida de familia (de distintos conceptos de familia). Indudablemente, eso está detrás de una decisión como esta.
El Ministerio Público ha de abordar otro tipo de materias, que tal vez no se han tocado, pero no porque no sean importantes.
En Chile, a la vez, hay abusos.
Hemos conocido los abusos de La Polar, de las farmacias.
También existen abusos en materias medioambientales.
Hay abusos que tienen que ver con la dignidad en el vivir cotidiano de las personas, con sus derechos como ciudadanos y como consumidores, los cuales son permanentemente avasallados.
Necesitamos un Ministerio Público comprometido también con restablecer derechos y ser garante de ellos.
Hay derechos que los chilenos con bastante dificultad han ido adquiriendo. Y muchas veces estos derechos no se concretan porque falta justamente la acción de un Ministerio Público garante de derechos.
Para mí el Ministerio Público es una de las principales instituciones de la democracia, para garantizar el buen vivir, en todo lo que implica este concepto.
Por eso se trata de una cuestión prioritaria. Por ello ha de ser una política de Estado. Por eso acá hay un bien político, un bien social y cultural superior.
Tenemos un Estado totalmente anacrónico para enfrentar y abordar este tipo de materias. Creo que el diagnóstico del que partimos es equívoco. Me parece que las políticas deben redefinirse. Pienso que las visiones respecto a cómo enfrentar estas cuestiones son del siglo pasado.
Entonces, el desafío es inmenso.
Ahora, al Senado le ha tocado resolver una situación difícil.
En tal sentido, valoro -tal como lo han hecho otros Senadores- a los once abogados que tomaron la decisión de participar en este proceso; valoro a los cinco que quedaron en la quina. Porque, a mi juicio, todos cumplían con requisitos fundamentales. Y ello habla muy bien del debido proceso que ha de existir en un asunto de esta índole.
Hemos tenido algunas diferencias acá -porque las ha habido, y no se pueden esconder-, que son de forma. Pero no por cuestiones de forma debemos rechazar a una persona que reúne los méritos y los requisitos necesarios para ocupar un cargo como el de Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Yo mismo me planteé escuchar primero al candidato propuesto en la Comisión de Constitución para tomar una decisión y finalmente dirimir. Porque no me parece que frente a una cuestión tan compleja como esta demos una respuesta refleja, inmediata, sea por amistad, por conocimiento, en fin.
Cuando el Senado debe realizar una tarea tan importante como la que nos ocupa, a mi juicio, es necesario que haya un proceso no reactivo, sino reflexivo, que se sustente en profundas convicciones respecto a la necesidad de garantizar que el rol que esta persona desempeñará en la sociedad chilena tendrá la importancia que al menos yo le atribuyo.
Por lo tanto, haber escuchado al candidato propuesto y dilucidado dudas y prejuicios ha sido para muchos de nosotros algo muy relevante.
En función de ello es que hoy me siento con la capacidad para decir que he llegado a la convicción -y lo hecho sobre la base de la reflexión, de ponderar todos los antecedentes- de que la persona a la cual estamos eligiendo cumple a cabalidad con todos los requisitos que se requieren para ocupar el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público; de que estamos adoptando una decisión independientemente de que aquí hay una proposición que la Presidenta de la República nos hace, en ejercicio de sus facultades constitucionales; de que ha habido un proceso en que participó la Corte Suprema y que el Senado debe resolver con altura de miras.
En ese contexto, me parece que nuestra decisión se toma como lo pidió la Presidenta de la República: pensando en el bien de nuestro país, en lo que creemos que es mejor para el conjunto de la sociedad chilena.
Por eso, confirmo mi voto a favor de esta nominación.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señora Presidenta, con respecto a lo que señaló la Senadora Van Rysselberghe sobre el caso Matute, quiero aclarar, pues puede llevar a confusión, que ningún fiscal ha participado en la investigación. Este caso se inserta en el antiguo sistema de justicia.
Por lo tanto, quienes han investigado ahí -y lo siguen haciendo; y esperamos que lleguen a la verdad- han sido los Ministros de la Corte de Apelaciones de Concepción.
En cuanto a la materia que nos ocupa, claramente se ha suscitado un debate político más allá de los muros del Congreso Nacional.
Ha motivado el pronunciamiento de los principales diarios de nuestro país.
La editorial de uno de ellos señala: "A la Cámara Alta le cabe ratificar o no la propuesta del Ejecutivo y no negociar el candidato de su preferencia dentro de la quina".
También indica que la facultad que le entrega la Constitución "no significa que los Senadores tengan atribución para elegir a sus candidatos favoritos dentro de la quina de postulantes, que como etapa inicial, elabora la Corte Suprema".
En seguida, expresa que "Lamentablemente, más allá de estas responsabilidades, el proceso de ratificación del nombre propuesto por la Presidenta de la República se ha visto afectado por los intereses y preferencias de algunos Senadores, al margen de los criterios mencionados.".
Señora Presidenta, yo considero legítima la opinión expresada en la editorial de este periódico nacional.
Pero está claro que el Senado no es un buzón.
Como lo dice la Constitución: "Con acuerdo del Senado".
Y para que haya acuerdo tiene que existir diálogo, parlamento. Esa es la esencia de la democracia. Si el Senado se convierte en un buzón no vale la pena estar en él.
Por eso, ante esta proposición de la Presidenta de la República, sería una irresponsabilidad, una obsecuencia con la monarquía presidencial decir: "Voto porque la Presidenta de la República así lo ha propuesto; no importa quién sea el candidato".
Creo que el mérito de esta Alta Corporación es haber evaluado a todos los candidatos: a quienes conforman la quina y, por cierto, a quien eligió la Primera Mandataria.
¿Por qué?
Porque la persona que se nombre será Fiscal Nacional en el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet (dos años); en el próximo (cuatro años), y por lo menos dos años del siguiente. ¡Tendrá la responsabilidad de guiar al Ministerio Público durante tres períodos presidenciales consecutivos!
Por eso no daba lo mismo la forma como se elegía. Y ello ha suscitado un gran debate.
La Presidenta optó por un nombre: Jorge Abbott. Y lo hizo en momentos en que la nominación tanto del Fiscal Nacional del Ministerio Público como del Contralor General de la República están en directa relación con la forma de enfrentar la peor crisis de legitimidad de dos Poderes del Estado: por una parte, el Gobierno, con 20 por ciento de aprobación; y por la otra, el Congreso Nacional, entre 9 y 11 por ciento.
Esto ha llevado a una crisis de legitimidad, de participación y de representación.
¡Tenemos una crisis política!
Están votando solo cuatro de cada diez ciudadanos.
Se eligió un candidato a Contralor General de la República. Y el resultado final de la votación en el Senado ha sido una señal de alerta.
No bastaron los votos de la Nueva Mayoría.
¡Señora Presidenta, 21 votos, y ahí estuvieron!
La Oposición dijo: "No nos gusta el candidato".
La propuesta presidencial fue rechazada, no por la Nueva Mayoría, sino por la Oposición, legítimamente, en el ejercicio de sus facultades.
Sin embargo, de alguna manera el debate que se produjo ha contaminado a dos importantes instituciones: a la Contraloría y al Ministerio Público. Porque se tiende a pensar que aquí se intenta manipular.
En el caso del Contralor General de la República, no sabemos cuál va a ser la nueva propuesta de la Presidenta. Ojalá sea un funcionario de carrera. ¡Con el poder que tiene el Contralor! Los 600 funcionarios de la Contraloría son de la confianza exclusiva del Contralor General. Esto no se da en ningún otro ámbito.
¡No hay carrera funcionaria!
Pero en el caso del Fiscal Nacional del Ministerio Público, se trata de un paso fundamental en materia de transparencia.
Se va a ratificar a don Jorge Abbott. Pero lo que ocurra con el Ministerio Público será parte de un hecho que tendremos que ver.
¿Cuál era el punto de fondo?
Aquí no se discutía si existía un 90 por ciento de delitos contra la propiedad que no se investigaba y quedaba archivado; si las 520 mil causas sobre delitos no se investigaban y terminaban archivadas.
No hemos realizado un debate de fondo en materia de delincuencia: del ratero de la calle, del asalto, de la violación de la propiedad privada, de los delincuentes de cuello y corbata, en fin.
Hemos hecho un punto político con respecto a la investigación de las platas para el financiamiento de las campañas políticas: casos Penta y SOQUIMICH.
Ciertamente, el candidato propuesto por la Presidenta señaló esta mañana lo que al menos este Senador había planteado: la necesaria inhabilidad para seguir adelante en la investigación del caso Penta, por cuanto hay una relación familiar directa evidente.
El Presidente del equipo de crisis para enfrentar la investigación es un primo hermano.
Creo, entonces, que después de esta elección la ciudadanía va a percibir que nombramos, no a un fiscal duro o a un fiscal blando, sino a uno que investigará todo lo que deba investigar: que no le temblará la mano para investigar a los delincuentes de cuello y corbata; que no le va temblar la mano para investigar a quienes delinquen contra el pueblo, y que tampoco le temblará la mano para investigar a los políticos, tal como su experiencia previa lo ha mostrado.
En lo personal, espero que el Ministerio Público siga llevando adelante la investigación cuando se trate de casos en que hay militares comprometidos. No confío en la justicia militar. Y, tal como ha sido la práctica con Sabas Chahuán, cuando haya un delito que involucre a un militar y a un civil, que lo vea el Ministerio Público.
Con respecto a la investigación de los delincuentes de cuello y corbata, ojalá no se adopte la resolución de darles trabajos comunitarios a aquellos que han usurpado cientos de miles de millones a quienes más lo necesitan en Chile.
De otro lado, señor Presidente, debo puntualizar que los mapuches no son delincuentes.
En esta Sala se ha registrado un debate muy antimapuche, como si el asunto solo fuera de índole delictual.
El problema de La Araucanía, del Biobío es que hay una usurpación ilegal de tierras a los pueblos originarios, en particular al pueblo mapuche. Y la resolución de este conflicto no pasa por la militarización, ni por llenar de carabineros la zona, sino por ir al fondo del problema que existe entre el Estado, las forestales y los pueblos originarios.
¡Allí está el elemento central!
No porque haya más carabineros se producirán menos hechos de violencia en La Araucanía. Por el contrario, estos se van a incrementar.
Señora Presidenta, el cuestionamiento no era sobre Jorge Abbott.
Si hay algo que cuestionar con relación a la figura del Fiscal Nacional del Ministerio Público es quién fiscaliza a esta autoridad.
Al Senado lo fiscalizan el Fiscal Nacional, la Contraloría, el Tribunal Constitucional.
Allí falta, por cierto, un elemento clave: los fiscales deben tener poder y autonomía, pero ha de existir también un límite respecto de la responsabilidad de sus actos.
Este nombramiento ha sido más bien un suceso: ¡llevamos tres horas y media debatiendo!
En otra ocasión, esto habría sido de fácil despacho. Pero no puede ser de fácil despacho cuando hay una crisis.
Yo habría preferido otro procedimiento.
Algunos argumentan: "La Presidenta ejerce su facultad".
Yo espero que haya más diálogo con mi Gobierno, que exista más lealtad, mayor complicidad, más fraternidad. Porque si hubo dudas sobre el resultado de esta votación fue por el legítimo derecho de los Senadores de Gobierno a decir: "Nosotros estamos; lo concreto es si los Ministros hicieron la pega y contamos con los votos de la Oposición".
Afortunadamente están los votos, y tendremos a un nuevo Fiscal Nacional.
Yo solo quiero que este veranito de San Juan para Abbott dure lo suficiente como para que se pueda desempeñar.
Porque si uno lee las críticas hechas por el Gobierno del Presidente Piñera, por los Ministros Hinzpeter y Teodoro Ribera, verá que había un cuestionamiento directo al Fiscal Nacional, Sabas Chahuán.
Ambos Ministros se hallaban en "una dura polémica con la Corte Suprema y el Ministerio Público, por el alza en las cifras altas de delincuencia". Y el Presidente Piñera señalaba: "es frustrante y angustiante cuando un delincuente recupera rápidamente su libertad"; "siempre he planteado a los fiscales y a los jueces que cuando actúen pongan siempre por delante los legítimos intereses de la inmensa mayoría (...) si no cumplen con su responsabilidad, y un delincuente que debió haber quedado preso recupera su libertad y vuelve a cometer un delito, no están cumpliendo con su deber".
Hay quienes piensan que ese tipo de declaraciones son un abierto intervencionismo.
Así lo dijo el entonces Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, Patricio Villarroel.
El Presidente de la Asociación Nacional de Fiscales de la época, señor Pedro Orthusteguy, calificó las declaraciones del Primer Mandatario de: "injustas, infundadas e inoportunas".
El entonces Presidente de la Asociación de Magistrados, señor Leopoldo Yáñez, manifestó que eran "una presión indebida".
Yo solo deseo que este consenso, que le hace bien al Ministerio Público, sea ratificado. Ello, con el fin de darle todas las facultades que necesita para que cumpla su función.
Señor Presidente, don Jorge Abbott se ha inhabilitado en el caso Penta y tenemos los votos de la Derecha en una designación que debe estar más allá del pronunciamiento de quienes apoyamos a este Gobierno.
Esos dos requisitos se han cumplido.
Voto a favor de esta nominación.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
¡No más AFP!
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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Antes de dar a conocer el resultado de la votación vamos a saludar a una delegación de dirigentes sociales de la comuna de Galvarino, liderada por don Jorge Kayul y don Héctor Vásquez, la que fue invitada por el Diputado señor Paulsen.
¡Muy bienvenidos!
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
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La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor ALLIENDE (Secretario General subrogante).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Terminada la votación.
--Se aprueba la designación del señor Jorge José Abbott Charme como Fiscal Nacional del Ministerio Público (32 votos a favor y 2 abstenciones).
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz, Lily Pérez, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Araya, Chahuán, Coloma, De Urresti, Espina, García, García-Huidobro, Girardi, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Letelier, Matta, Navarro, Ossandón, Pérez Varela, Prokurica, Quintana, Quinteros, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Se abstuvieron los señores Moreira y Pizarro.
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- De esta manera el Senado de la República ha aprobado la propuesta de la Presidenta de la República para designar Fiscal Nacional a don Jorge José Abbott Charme.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
La señora MUÑOZ (Vicepresidenta).- Tiene la palabra la señora Ministra de Justicia.


La señora BLANCO (Ministra de Justicia).- Señora Presidenta, quiero simplemente agradecer al Senado por esta votación.
La Presidenta de la República propuso a don Jorge Abbott como candidato a Fiscal Nacional del Ministerio Público y hoy ya podemos ratificar su nombre.
El señor Abbott asumirá su cargo el 2 de diciembre próximo.
Estamos contentos y agradecidos. La verdad es que hemos recibido un tremendo apoyo de esta Corporación. Creo que hay una señal muy importante en esta unanimidad.
Se trata de un nombramiento trascendental en un ámbito sensible -ya lo señalaron varios Senadores-: el de la seguridad ciudadana y el combate al delito.
Esta mañana tuvimos la oportunidad de escuchar a don Jorge Abbott a partir de su trayectoria en materia de seguridad.
Reitero que agradecemos profunda e infinitamente al Senado por su apoyo. Es inmensamente significativa para todos aquellos que estamos participando en las políticas públicas la generosidad con que Sus Señorías han respaldado el nombramiento propuesto.
Ahora, en lo que viene para los próximos ocho años hay un gran desafío para el Ministerio Público en cuestiones tan sentidas e importantes como aquellas de las que hablábamos esta mañana, que tienen que ver con los delitos que, con distintas características, se están cometiendo en las diversas regiones, donde la gente exige mayores estándares de respuesta.
Así que reitero nuestros agradecimientos al Senado por el apoyo que brindó.
Muchas gracias, señora Presidenta.