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DESIGNACIÓN DE SEÑOR JORGE JOSÉ ABBOTT CHARME COMO FISCAL NACIONAL DEL MINISTERIO PÚBLICO


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, seguramente muchos de nuestros compatriotas no saben cómo llega al Senado la nominación para el cargo de Fiscal Nacional del Ministerio Público.
Por consiguiente, me parece oportuno dar a conocer de qué manera se nos remite la proposición y por qué decidimos respecto de ella.
El candidato propuesto para el cargo de Fiscal Nacional llega al Senado precedido de un concurso público que les permite a todos los profesionales interesados postular al cargo; en seguida hay una audiencia celebrada por la Corte Suprema, en la que los aspirantes tienen oportunidad de exponer sus propuestas e ideas; luego viene la aprobación del más Alto Tribunal, expresada en una votación; a continuación sigue la proposición de la Presidenta de la República, y posteriormente está la audiencia pública llevada a cabo por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara Alta, durante la cual el candidato tiene ocasión de exponer latamente sus ideas y responder las consultas de los Senadores
En consecuencia, el señor Jorge Abbott Charme ha sido propuesto por dos Poderes del Estado, confirmándose que reúne las condiciones para desempeñar el cargo en comento.
¿Cuál es, entonces, el rol del Senado?
En mi opinión, esta Alta Corporación debe revisar todas las características del candidato, y su análisis tiene que comprender tanto las competencias para el desempeño del cargo cuanto las eventuales objeciones o inhabilidades que le afectaren.
El primer aspecto considera no solo las competencias técnicas propiamente tales, sino todas aquellas que se esperan de quien ha de asumir esa alta responsabilidad; es decir, competencias jurídicas, organizativas, de liderazgo, de experiencia, de respeto y compromiso con los valores republicanos, de diálogo, de mando, de imparcialidad.
En el caso concreto, el señor Abbott fue Fiscal Regional, Fiscal Nacional del Ministerio Público subrogante y Director Ejecutivo Nacional de esa institución. Por ende, difícilmente puedan encontrarse profesionales con mayor experiencia que la suya para dicho cargo.
Don Jorge Abbott conoce a cabalidad todas las fortalezas y debilidades del referido organismo y del sistema de persecución penal en su conjunto. Su trayectoria confirma su vocación de servidor público y sus actos demuestran la independencia de juicio que siempre ha tenido en los asuntos que le ha tocado resolver.
Respecto a otro tipo de habilidades requeridas para la labor de dirección, probablemente el Ministerio Público, como institución, exhibe carencias en la relación con sus funcionarios. Y el nuevo Fiscal Nacional deberá tener voluntad para hacerse cargo de esta demanda, entendiendo que detrás de los derechos y de las obligaciones funcionarios hay personas y que la relación jerárquica se construye sobre la base de un vínculo de respeto personal y profesional recíproco en el ámbito de la labor que desempeña cada cual.
El señor Abbott tiene las condiciones de diálogo que requiere en este momento la institución, en opinión de las propias asociaciones de funcionarios.
La segunda pregunta que debe hacerse es si existe alguna razón o condición que lo inhabilite en el ejercicio de sus atribuciones generales.
No corresponde analizar las causas que puedan inhabilitarlo en un proceso en particular, porque para eso existen las normas sobre inhabilidades.
Más bien, corresponde analizar si de sus actos, de sus trabajos puede concluirse que hay motivos para esperar un obstáculo al desarrollo de su cometido.
En el caso concreto, me parece pertinente que el Senado se haga cargo de las observaciones al nombramiento. Para eso es la audiencia pública, la que se llevó a cabo en el día de hoy.
Es legítimo que surjan observaciones, aunque sean menores, desde la sociedad, a través de los medios de comunicación, desde los gremios o desde los mismos Senadores.
En la audiencia sostenida hoy y transmitida por TV Senado, todas se respondieron cabalmente, aunque se referían de manera mayoritaria a casos específicos que han concentrado la atención pública en el último tiempo.
Por consiguiente, si actuamos como órgano revisor y constatamos que don Jorge Abbott reúne las competencias y que no le afectan impedimentos o inhabilidades, solo podemos concluir aprobando la proposición de la Presidenta de la República.
Otra resolución me parecería infundada. Y, por lo tanto, si bien se trataría de una decisión formalmente apegada a la Constitución, vulneraría el objetivo de la norma que le otorga a la Cámara Alta la facultad para confirmar las condiciones y descartar las observaciones que existan sobre el candidato y dar la legitimidad y respaldo institucional al nombramiento, atendida la significación del cargo.
Señor Presidente, la ciudadanía espera que todas las instituciones y todos los funcionarios del Estado cumplan con su rol.
Especial preocupación existe por los niveles de delincuencia y de inseguridad pública que afectan a la población, y por el papel que debe cumplir el Ministerio Público en esta tarea.
El candidato a Fiscal Nacional asegura que dicha institución hará todos los esfuerzos y correcciones necesarios para responder adecuadamente a tal demanda.
De la misma manera, la ciudadanía espera del Senado que cumpla su función confirmando que la persona propuesta por la Presidenta de la República reúne las condiciones necesarias y, por lo tanto, aprobando su nombramiento, en cumplimiento de lo dispuesto en la Carta Fundamental.
Por eso, señor Presidente, en nombre de la bancada del Partido Socialista, anuncio que votaremos favorablemente esta nominación.
He dicho.