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NORMAS PERMANENTES PARA CONSECUENCIAS DE CATÁSTROFES NATURALES EN SECTOR PESQUERO


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, no voy a repetir lo que ya se ha dicho.
La verdad es que el terremoto no solo afectó a la Región de Coquimbo, sino también a la de Atacama, a las del sur de nuestro país y a otras.
Este proyecto, específicamente, permitirá que quienes hayan perdido sus embarcaciones, en este caso específico con motivo de una catástrofe, vuelvan a operar prontamente y que esta nueva operación, como resultado de los hechos acaecidos, no afecte sus derechos, siempre que se haya declarado estado de catástrofe en conformidad a la ley.
Me voy a referir exclusivamente a algo que, en mi concepto, se halla incompleto en el texto.
Cuando se habla de "Autorizar a los armadores artesanales cuyas embarcaciones se hayan siniestrado, por medio de un régimen de sustitución transitoria, a que operen con naves que no sean de su propiedad", ¿se refiere a naves de la misma región o también a naves de otras regiones?
Eso no queda claro en la ley. Si se limita a la misma región, es posible que las otras naves se hallen en idéntica situación.
También se habla de "Permitir que los titulares de asignaciones otorgadas en el marco del Régimen Artesanal de Extracción puedan ceder total o parcialmente las respectivas cuotas asignadas, sin que ello signifique pérdida de su inscripción por caducidad en el Registro Artesanal".
¿A quién se le permite asignar? ¿A alguien de la misma región?
Es una interrogante similar a la anterior, que ojalá se puedan clarificar en el reglamento o como lo estime pertinente la Subsecretaría. Pero creo que es necesaria una aclaración.
El proyecto, señor Presidente, viene a solucionar en parte el problema de los daños causados por catástrofes naturales.
Sin embargo, desde mi punto de vista, la mayor dificultad se produce por efecto de los costos, de las reposiciones y de las reparaciones de la infraestructura y los equipos dañados: caletas, huinches, botes, mallas o redes, etcétera.
Como es común en ocasiones de catástrofe, el Gobierno redestina recursos, ya sea de los mismos sectores o de otros que no hayan sufrido sus efectos. En el caso de la pesca artesanal, ello repercute en el presupuesto del FAP (Fondo de Administración Pesquero) y en el del FFPA (Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal), cuyos montos son bastante exiguos. El año 2015 alcanzan a 4 mil 657 millones de pesos, el primero, y a 5 mil 135 millones de pesos, el segundo. Sumando ambos fondos para la pesca artesanal, no se llega a los 10 mil millones, los que deben distribuirse entre los aproximadamente 83 mil beneficiarios que existen a lo largo de todo el país.
¿Qué quiero decir con esto, señor Presidente? Que al tomarse, de una vez por todas, la decisión de enviar este proyecto de ley, ojalá los recursos extra no constituyan una redestinación dentro del mismo sector. Un fondo de contingencia para reparar en parte los daños causados por situaciones de catástrofe no debe afectar significativamente, más allá de la necesaria solidaridad, los planes de desarrollo y fomento de otras zonas pesqueras.
Como bancada, apoyamos este proyecto. Pensamos que es parte de la solución y esperamos que el sector pesquero artesanal siga recibiendo, con mayor fuerza aún, los recursos necesarios para su desarrollo y crecimiento.
He dicho.