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MARCO PARA GESTIÓN DE RESIDUOS Y RESPONSABILIDAD EXTENDIDA DE PRODUCTOR


El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece marco para la gestión de residuos y responsabilidad extendida del productor, con informe de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (9.094-12) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 6ª, en 7 de abril de 2015.
Informe de Comisión:
Medio Ambiente y Bienes Nacionales: sesión 19ª, en 19 de mayo de 2015.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- El objetivo de la iniciativa es disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, así como establecer un marco jurídico para su gestión. Se incorpora la valorización de los de naturaleza sólida como un elemento primordial, mediante la creación de instrumentos económicos de gestión ambiental. Entre ellos destaca la implementación de la responsabilidad extendida del productor (REP), con el fin de proteger la salud de las personas y el medio ambiente.
La Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales discutió este proyecto solo en general y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros, Senadores señores Horvath, De Urresti, Espina, Moreira y Patricio Walker.
Cabe tener presente que el artículo 14 del proyecto tiene el carácter de norma orgánica constitucional, por lo que requiere para su aprobación 18 votos favorables.
El texto que se propone aprobar se transcribe en las páginas 52 a 75 del primer informe de la Comisión.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- En discusión general.
Tiene la palabra el Senador señor Horvath, Presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, este proyecto es muy importante para el país. Tenemos una enorme cantidad de residuos, tanto domiciliarios como industriales, que desde luego requieren un incentivo y toda una regulación para propender a su reciclaje.
En términos estrictamente ambientales, el concepto "basura" no existe, ya que de alguna manera todo es susceptible de ser reciclado o de que adquiera nuevo valor.
En Chile hay un mundo de recolectores y recicladores de base, cuya cantidad es de alrededor de 180 mil personas, incluidas sus familias. Por lo tanto, realizan un trabajo, por así decirlo, "de hormiga", que es relevante para el país.
Tuve la experiencia de cursar una beca en Estados Unidos. Y dentro de las actividades más reconocidas por la sociedad norteamericana estaba la de los recolectores de los residuos domiciliarios. En verdad, realizan una labor fundamental y así es valorada por la gente.
En Chile los residuos domiciliarios son muy poco reciclados. Estamos hablando de un porcentaje menor al 10 por ciento de desechos que superan las 7 millones de toneladas anuales.
Por consiguiente, hay un enfoque en el que todos los miembros de la Comisión, junto con el señor Ministro del Medio Ambiente, insistieron durante el debate: abordar de manera focalizada, dentro de la materia, ese punto.
La industria, por su parte, ha hecho un esfuerzo bien relevante en lo referente a papeles, cartones, plásticos, metales, vidrio. Se está desarrollando una actividad en forma extensiva. Y la idea es que existan emprendedores de todas las categorías para dar una verdadera vitalidad a esta labor.
El proyecto reconoce ciertos productos prioritarios para trabajar de forma focalizada. Dentro de ellos están los aparatos eléctricos y electrónicos (celulares, electrodomésticos, ampolletas, etcétera); diarios, periódicos y revistas; envases y embalajes, sean de vidrio, plástico, madera o papel; medicamentos; neumáticos; pilas y baterías; plaguicidas, y vehículos.
En cuanto a estos últimos, en el órgano técnico escuchamos a los representantes de los importadores y distribuidores. Y la verdad es que ellos prefieren que se consideren prioritarias las partes susceptibles de reciclaje y no los vehículos mismos. Además, habría que hacer alguna excepción o establecer alguna norma especial para las zonas francas, pues en ellas los vehículos dejados en las calles o en sitios eriazos constituyen un problema.
Respecto a los residuos domiciliarios, existen experiencias importantes en Chile. Hay comunas que en la época de los años setenta y ochenta reciclaban sus desechos orgánicos, que representan más o menos el 50 por ciento de los residuos domiciliarios. A través de ese proceso, por distintas vías (compostaje, lombrices, etcétera) se fabrica humus o tierra de hoja. También se obtiene gas metano, que es un gran degradador de la capa que genera el fenómeno del cambio climático. Y se produce energía.
Por lo tanto, hay un claro uso posible para dar valor a esos residuos.
En el país además tenemos la realidad de los rellenos sanitarios, que cumplen con todas las normas -son los menos-, en los cuales se debe avanzar en forma paralela. Y están los vertederos, a los que hay que darles las ubicaciones correspondientes, y desde luego sacar por la vía del incentivo aquellos que son ilegales.
Dando valor a los residuos obviamente se apunta en la dirección correcta.
Hace un tiempo se hizo un esfuerzo para que los cobros por aseo u ornato fuesen diferenciados -así quedó establecido en la legislación- para la gente que entrara a programas de reciclaje.
Desde luego, se trata de un instrumento que también se debe tener en cuenta. Por eso, escuchamos las experiencias de distintos municipios del país y, por supuesto, de la Asociación Chilena de Municipalidades.
Por otro lado, cada día más nuestros productos necesitan tener trazabilidad. Y el reciclaje es parte importante de ella.
Este requerimiento llega a tal grado, que Chile debe importar plásticos reciclados para elaborar sus productos, de manera que cuando exporte a Estados Unidos, Europa o Asia pueda cumplir las normas sobre porcentaje de elementos reciclados.
Esta iniciativa también viene a resolver eso.
Además, en el Senado está avanzada una iniciativa que prohíbe en la Patagonia chilena el uso de bolsas plásticas, que son uno de los elementos contaminantes para zonas frágiles y de privilegio ecológico. Y esta normativa se halla en sintonía con aquella.
Por tales razones, creemos que este proyecto no solo es una muy buena idea, sino que ha sido perfeccionado por las actuales autoridades del Ministerio del Medio Ambiente, incorporándole un Fondo para el Reciclaje, que ya tiene comprometida una cantidad de 2 mil 100 millones de pesos anuales.
Esta normativa además posibilita la capacitación, certificación y consecuente formalización de recolectores y recicladores de base, lo cual resulta muy relevante, porque ellos están expuestos a los rigores del clima, a los problemas de tránsito, y deben contar con condiciones sanitarias mínimas para llevar a cabo su labor.
Otro dato: en algunos países -como Estados Unidos, que ya mencioné- se oponen a que les revisen los residuos porque, obviamente, a través de ellos uno saca la radiografía de las costumbres de los respectivos hogares.
Por lo tanto, también sería bueno que las propias familias se involucraran en esta tarea. Hay municipios que han creado puntos limpios para las recolecciones, y algunas organizaciones trabajan, por ejemplo, con empresas recuperadoras de vidrio, como es el caso de CODEFF.
O sea, hay varios pioneros en la materia en distintas regiones del país. Y este proyecto crea un marco legal para ellos.
Ahora, existen aspectos de la iniciativa que requieren un perfeccionamiento o aclaración. Por ejemplo, la Asociación Nacional de la Prensa y ciertos diarios regionales han tomado contacto con nosotros para señalarnos que, de no poder cumplir estas normas o determinadas características que queden entregadas al reglamento, algunos medios de comunicación podrían cerrar.
Por cierto, esa no es la intención del proyecto, ya que se vulnerarían la libertad de expresión y la libertad de prensa.
De otro lado, desde el Consejo Minero nos manifestaron que ellos deben tramitar las calificaciones ambientales y cumplir una serie de requisitos. Y si incorporaran estas normas a todos los procedimientos que en la actualidad deben llevar a cabo a fin de obtener un permiso para realizar una actividad minera -son 510 carpetas distintas al año-, los trámites aumentarían 20 o 30 veces.
Por lo tanto, en la Comisión, junto con el Ministro, vamos a tener el cuidado de ajustar bien estos temas por la vía de las indicaciones.
Chile está al debe en esta materia; está atrasado en Latinoamérica respecto a los porcentajes de reciclaje. Y esta iniciativa viene a llenar ese importante vacío.
Por todas estas razones, la Comisión de Medio Ambiente del Senado solicita a la Sala que, tras revisar y analizar el proyecto, lo apruebe en general.
Gracias.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, como miembro de la Comisión de Medio Ambiente, y tras lo señalado por su Presidente, el Senador Horvath, solo quiero plasmar en esta intervención algunos aspectos importantes de la iniciativa.
Esta normativa, sin duda, constituye un avance para el país en la gestión de residuos. Se trata de una materia que nuestra legislación ambiental tenía bastante pendiente y que se trabajó en el Gobierno del Presidente Piñera, tras lo cual se envió al Congreso el proyecto en cuestión. Y la actual Administración ha continuado su trámite de manera decidida, cosa que valoramos.
Eso, evidentemente, es importante, porque los temas ambientales tienen características transversales y tiempos muy largos, por lo que la continuidad de las políticas públicas es algo imprescindible para lograr avances.
En cuanto a aspectos puntuales de este proyecto de ley, tengo algunas preocupaciones o más bien hay ciertas materias en las cuales me gustaría ahondar.
Valoro la presencia del Ministro del Medio Ambiente, a quien aprovecho de dar la bienvenida, puesto que queremos que adquiera algunos compromisos en esta Sala.
Las mencionadas materias son las siguientes:
1. Cómo nos aseguramos de que los productores de productos prioritarios se hagan cargo de los productos que se encuentran en regiones distintas de la Metropolitana. Todos los que somos parlamentarios de regiones tenemos claridad sobre la poca oportunidad que se les otorga a ellas. Por lo tanto, esperamos que estas políticas públicas no se centralicen solo en la Región Metropolitana, y por eso hacemos hincapié en este punto.
Si aquí no hay mayor claridad, es probable que todos los esfuerzos se concentren en Santiago, quizás en Concepción, pero no en la gran mayoría de las ciudades de otras regiones, que también sufren grandes problemas ambientales. Es cosa de observar los innumerables vertederos ilegales que existen en la Región de Los Lagos. Y la concentración y depósito de basura en las distintas islas de Chiloé son situaciones bastante apremiantes.
Por lo tanto, es necesario que esta legislación sea compatible con una política pública en materia de los rellenos sanitarios que tendrán que instalarse.
Estimo que el factor geográfico de la recolección debería ir indicado como uno de los contenidos mínimos del decreto que fije las metas de recolección, o bien se debería buscar una alternativa que de alguna manera hiciera exigible que el proyecto tuviera un efecto regional, que es lo que también se busca.
2. En esta línea, no es un misterio que en el tema de los vehículos una de las problemáticas importantes está dada, principalmente, en las ciudades con régimen especial de zona franca, es decir, zonas donde hay un sistema diferenciado de impuestos y en que existe un mercado relevante de automóviles usados que, por lo mismo, tienen una vida útil muy menor a la normal y un costo económico bajo, situación que finalmente deriva en que estos queden botados y den lugar a verdaderos "cementerios de vehículos" que generan una problemática ambiental.
A mi juicio, señor Presidente, sería un gran aporte para las regiones -a las extremas, en este caso- que esta ley regulara el ingreso de vehículos usados al país. Ahí ponemos el foco en un problema regional. Debemos desincentivar el ingreso de vehículos que muchas veces llegan en mal estado o con escasa vida útil, por lo que rápidamente se transforman en un residuo, y fomentar el ingreso de autos con nuevas tecnologías, más sustentables y con larga vida útil.
3. Creo también necesario revisar los contenidos de los decretos supremos a que se refieren los artículos 4° y 11 del proyecto de ley. No debemos perder el foco de que lo principal es que los productores cumplan sus metas de reciclaje, para lo cual hay que darles flexibilidad. No sería razonable que la autoridad administrativa, vía decretos, entorpeciera el funcionamiento de los productores o se metiera de manera excesiva en las formas en que los privados deben reciclar. Lo trascendental es que los residuos sean reciclados y valorizados.
En cuanto a las inquietudes que la Asociación Nacional de la Prensa ha planteado sobre los riesgos que podría tener el proyecto para la libertad de expresión -algo ya dijo al respecto el Presidente de la Comisión-, creo que sería conveniente revisar las normas que dicha organización considera una amenaza para una de las garantías constitucionales más importantes de nuestra Carta Fundamental.
En el pasado reciente hemos tenido muy malas experiencias con el uso abusivo de ciertas facultades administrativas. Por lo mismo, es conveniente que queden bien despejadas en la iniciativa las legítimas inquietudes que nos plantea el gremio de la prensa.
En este sentido, sería razonable que el proyecto pasara por la Comisión de Constitución o que, para poder votarlo en general de manera positiva, el Ejecutivo, a través del Ministerio del Medio Ambiente, se comprometiera a cambiar las sanciones que se les podrían aplicar a los productores de diarios y revistas.
Por eso, nos gustaría que el señor Ministro se refiriera en el Hemiciclo a los alcances que hemos hecho.
En fin, este es un proyecto muy útil y necesario para nuestro país. Sin embargo, hay que hacerle algunas correcciones y modificaciones, como aquellas a que me he referido, porque todavía puede mejorar mucho.
Si bien se ha avanzado bastante en el manejo de residuos residenciales durante las últimas décadas, aumentando considerablemente el porcentaje derivado a rellenos sanitarios y no a vertederos y basurales, el énfasis en las políticas de gestión de residuos ha estado puesto en resolver su tratamiento final y posterior eliminación.
La esencia de este proyecto -que compartimos, señor Presidente- es cambiar el paradigma en la gestión de residuos, desde la mejora en la disposición de estos mediante el paulatino reemplazo de los antiguos vertederos por rellenos sanitarios a un modelo basado en la disminución de su disposición final a través del reciclaje.
Desde el punto de vista ambiental, las externalidades positivas son variadas.
Por nuestra parte, valoramos el proyecto y esperamos que el Ejecutivo le introduzca las modificaciones necesarias.
No queremos contaminar la discusión con una garantía fundamental como la libertad de prensa, debido a las aprensiones que manifestó la Asociación Nacional de la Prensa en la Comisión. Confiamos en que el señor Ministro dé garantía de las correcciones o modificaciones que se pueden efectuar en esta materia o bien de la eliminación de sanciones para estos efectos, a fin de dar tranquilidad.
El objetivo es que un proyecto técnico tan importante como este, que contribuye al medio ambiente y representa un gran avance en dicho ámbito, sea aprobado a la brevedad, pero reitero que debe ir acompañado de una política pública en materia de rellenos sanitarios y de normas que respondan a las necesidades existentes en las distintas regiones, para que no solo pueda ser aplicado en la Región Metropolitana.
La UDI está muy interesada en esta iniciativa sobre reciclaje. Tenemos un compromiso con el medioambiente, y por eso vamos a estar muy dispuestos a este debate y a tratar de favorecerlo, en la discusión, con distintas indicaciones que haremos presentes en el período correspondiente.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Me ha solicitado la palabra el señor Ministro del Medio Ambiente.
Luego de su intervención voy a solicitar la unanimidad de la Sala para abrir la votación.
Señor Ministro, tiene usted la palabra.


El señor BADENIER (Ministro del Medio Ambiente).- Muchas gracias, señor Presidente, y, por su intermedio, a las señoras y señores Senadores.
Quiero compartir con ustedes la importancia de este proyecto de ley, iniciado a través de un mensaje del Presidente Piñera en agosto del año 2013 y en el cual este Ministerio del Medio Ambiente considera relevante perseverar, porque viene a completar parte de la gestión ambiental que hoy no se hace con respecto a los residuos que se generan y por la oportunidad que presenta para nuestro país en cuanto a formalizar y dar mayor volumen a la industria del reciclaje, relativamente incipiente en Chile.
Hoy en nuestro país se generan del orden de 7 millones de toneladas de residuos domiciliarios. De estos, no más del 10 por ciento se recicla, porcentaje muy distinto e inferior al de otras naciones, fundamentalmente en comparación con las que pertenecen a la OCDE.
Por eso, la ley en proyecto permite implementar un instrumento económico denominado "Responsabilidad Extendida del Productor", que posibilita fijar metas de valorización y de recolección de residuos a los productores de determinados bienes, entre ellos los mencionados por el Senador Horvath.
Se contemplan nueve productos prioritarios, y los productores o importadores tendrán que valorizar y recolectar un porcentaje de los residuos, fijado a través de las referidas metas.
Con respecto a las inquietudes planteadas por el Senador Moreira, y que de alguna manera fueron objeto de discusión en la Comisión de Medio Ambiente, debo señalar que en el régimen de sanciones para los productores que incumplan esas metas sí hemos contemplado la prohibición de la comercialización de su producto. Y en ello caen, obviamente, los que se dedican a diarios y revistas. De allí el temor, a mi juicio infundado, de que ante una eventual sanción se pueda restringir la libertad de prensa.
Por eso, nos hemos comprometido con Su Señoría para revisar el régimen sancionatorio durante la discusión particular del proyecto.
Asimismo, hemos estimado pertinente asumir nuestro compromiso para que las metas globales de valorización y de recolección de residuos puedan lograrse a través del cumplimiento de metas de carácter regional, y, del mismo modo, para extraer de los productos prioritarios los vehículos, por considerar una eventual sobrerregulación en este punto, pues esta iniciativa ya se preocupa de dos residuos importantes de estos: aceites lubricantes y neumáticos.
Esta iniciativa, ingresada en agosto de 2013, fue aprobada en general y en particular por unanimidad en la Cámara de Diputados. El Ejecutivo agregó, mediante una indicación, un informe financiero suficiente para la puesta en operación del sistema de reciclaje.
La Comisión de Medio Ambiente del Senado también la aprobó de manera unánime.
Solo quiero reiterar la importancia de este proyecto que, entre otras cosas -lo señaló el Senador Horvath-, crea un programa de certificación de competencias laborales para los recicladores de Chile, destinado a quienes hoy ejercen ese oficio, y pone en marcha un fondo nacional para el reciclaje.
Debo decirles a los señores Senadores que los recicladores en nuestro país son cerca de 60 mil, y que se trata de una actividad relativamente informal.
La iniciativa en discusión busca formalizarlos, para distinguir un atributo positivo de nuestro programa de reciclaje, relacionado con la capilaridad que puedan tener los sistemas de recolección si contamos con esos 60 mil recolectores de base que hoy existen en nuestro país, quienes contribuirán a cumplir las metas de recolección y de valorización de residuos a los propios regulados.
Así que también me permito, tal como lo hizo el Senador Horvath, pedir a esta Sala el voto favorable a la idea de legislar de este proyecto.
Muchas gracias.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Quiero solicitarles a los jefes de los distintos Comités que llamen a los Senadores que no están en la Sala para que concurran a ella antes de que se abra la votación.
Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, a mi juicio, esta iniciativa debe ser discutida en el marco de los esfuerzos que nuestro país realiza en materia de descentralización y de protección al medio ambiente. La gestión de residuos y responsabilidad extendida del productor es un tema pertinente a cada región y a su desarrollo, considerando no solo los aspectos económicos, sino además, sobre todo, los relativos al territorio y a la sustentabilidad.
Es evidente que el manejo de residuos y su disposición final generan altos costos ambientales, sociales y económicos para los municipios. Pero también es importante tener en cuenta que esta gestión debe enmarcarse en una estrategia local, descentralizada y con los recursos adecuados para su efectividad. Por esta misma razón, el proyecto debe considerar, en primer lugar, una mirada territorial centrada en las características propias de las regiones.
Las condiciones de extrema competencia del sistema de mercado que imperan en nuestra economía no han permitido que la gestión de residuos se realice de manera adecuada y eficiente. Para el año 2009 contábamos con una generación de 16,9 millones de toneladas de residuos, de las cuales 10,4 millones corresponden a residuos industriales, y 6,5, a residuos domiciliarios.
La discusión, entonces, señor Ministro, no solo debe apuntar a establecer responsabilidades en los municipios o los productores, aprovechando materiales o residuos valorizables. Es preciso colocar énfasis en aquellas actividades estratégicas de cada territorio y en los productores que participan en estos, de acuerdo a las fortalezas de las regiones y en un marco sustentable que se proyecte en el largo plazo como una medida efectiva en materia de protección ambiental.
De tal manera, es de suma relevancia tomar en cuenta la multiplicidad de actores y actividades involucrados en cada uno de los territorios de nuestro país, con normas relativas tanto al Código Sanitario como a la Ley de Rentas Municipales; la Ley Orgánica de Municipalidades; los movimientos transfronterizos; leyes de evaluación ambiental, así como normas y decretos de los Ministerios del Medio Ambiente y de Salud, para que los productores y actores involucrados puedan contar con una responsabilidad clara y coordinada.
Si pretendemos tener una gestión integral de residuos que abarque todas las etapas de un producto, desde que es elaborado hasta su eliminación, con un principio de jerarquía en la gestión de residuos al nivel de países desarrollados, resulta fundamental llevar a cabo esta gestión en un marco descentralizado, enfocado en el territorio y la sustentabilidad.
Una visión de este proyecto centrado solamente en la valorización de la disposición final de los residuos y los recursos que se pueden obtener de ellos es, sin duda, un enfoque sesgado. Nuestro país debe aprovechar la riqueza de sus territorios y de su gente, siempre considerando estrategias pertinentes a las regiones y su capacidad productiva y medioambiental, con miradas de futuro y en el marco de un desarrollo territorial y sustentable.
Votaré a favor la idea de legislar. Y en la discusión particular haré ver la importancia del reciclaje para el financiamiento de los rellenos sanitarios hoy en boga.
He dicho.
El señor ALLAMAND.- ¡Ninguno mencionó a Chiloé, el lugar donde hay mayor cantidad de vertederos irregulares!
El señor MOREIRA.- ¡Ya lo hablamos! ¡Lo dije!
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor García-Huidobro.


El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente, en primer lugar, valoro este proyecto, que en el fondo pretende disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización; establecer un marco jurídico para su gestión, incorporando la valorización de los residuos sólidos como elemento primordial en su gestión, mediante la creación de instrumentos económicos de gestión ambiental.
Por otro lado, el mensaje señala -y lo considero importante- que actualmente la gran mayoría de los municipios limitan su gestión a la disposición final de los residuos a través de contratos con empresas privadas o mediante manejo propio. En general, dichos organismos no han manifestado un interés concreto para el manejo integral de los residuos y buscan eliminarlos sin considerar estrategias como fomentar la prevención de su generación o su potencial valorización.
Así, resulta interesante analizar la situación actual de los rellenos sanitarios, por los contratos existentes. Porque esto no se halla pensado en contratos celebrados durante mucho tiempo entre asociaciones de municipios, o municipios, y rellenos sanitarios.
En numerosas ocasiones, esos contratos desincentivan la iniciativa de reciclaje, ya que los costos por tonelada son menores mientras más aumenta la cantidad de residuos por disponer. Sin perjuicio de lo anterior, algunas municipalidades han formalizado el reciclaje a través de contratos de recolección diferenciada (muy pocos, en todo caso). Además, hoy tenemos un mercado bastante grande, ya sea formal o informal, de recicladores e intermediarios para la recolección tanto del papel, del vidrio, de la chatarra como de otros residuos reciclables.
Señor Presidente, creo que este proyecto va en la línea correcta: aborda un tema cultural en el que debemos ponernos a la altura de los países desarrollados, pues la OCDE nos ha entregado información bastante clara de nuestra diferencia con sus propios países.
En tal sentido, es importante señalar que, si no me equivoco, señor Ministro, se estaría asignando un presupuesto para fomentar la reutilización de alrededor de 6 mil millones de pesos anuales. Es relevante mencionar, señor Presidente, que, en régimen, esto debiera funcionar con esos recursos.
Por otro lado, es fundamental entender que en los países europeos las tasas de reciclaje son bastante elevadas, pues alcanzan porcentajes superiores al 75 por ciento. Pero para ello existe una política pública de fomento, de educación, desde los mismos colegios, desde las familias, con el fin de saber utilizar bien los productos disponibles.
En otro orden de cosas, señor Presidente, quiero manifestar mi preocupación respecto de las multas que se podrían estar aplicando, muchas veces bastante altas.
Así, en el caso de las infracciones gravísimas, las multas podrían ir de 7 mil a 10 mil unidades tributarias anuales. ¡De 7 mil a 10 mil unidades tributarias anuales!
Y en cuanto a las infracciones leves, podrían dar lugar incluso a una multa de 1 a 3 mil unidades tributarias anuales.
Pienso que en la discusión en particular deberemos analizar el rango fijado, y presentar las indicaciones correspondientes. Porque este proceso recién parte, y tenemos que entender que con este tipo de multas una pequeña empresa sin duda desaparecerá del mercado.
Por otro lado, señor Presidente, no puedo dejar pasar la situación que me han planteado personas de diarios regionales, fundamentalmente de quienes hacen un esfuerzo muy grande con el fin de informar a la comunidad y que hoy todavía -así sucederá durante un tiempo- utilizan papel.
Este proyecto avanza en materia medioambiental, algo por todos esperado. Y, como bien dijo el Ministro y lo manifestó el Presidente de la Comisión, ingresó en el Gobierno pasado, y el actual ha decidido impulsarlo.
Como toda iniciativa, es perfectible.
Y respecto a las preocupaciones de la Asociación Nacional de la Prensa, es legítimo plantearse si las sanciones que establece este proyecto, que podría aplicar la Superintendencia del Medio Ambiente, no estarían yendo en contra de nuestra tradición en lo relativo a la regulación de la libertad de expresión.
En efecto, señor Presidente, la posibilidad de que la Superintendencia del Medio Ambiente aplique multas que pueden llegar hasta la prohibición de venta de un diario, periódico o revista, en el caso de que no se haya dado cumplimiento a las metas de recolección o valorización, cambia el criterio de nuestro ordenamiento jurídico, según el cual solo los tribunales de justicia pueden suspender un medio de comunicación social.
En tal sentido, es razonable cuestionarse si las disposiciones de esta iniciativa que permiten que se prohíba en determinados casos la venta de diarios, revistas u otros medios de comunicación de papel estarían vulnerando ciertas garantías constitucionales, principalmente la consagrada en el número 12° del artículo 19 de nuestra Carta Fundamental, relativa a la libertad de opinión y a la de informar.
Todos sabemos que una autoridad administrativa puede sentir en cualquier momento la tentación de intentar controlar los medios de comunicación.
Así las cosas, señor Presidente, creo que la prudencia indica que lo deseable es que este proyecto también sea revisado, tal como lo planteó alguno de los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, especialmente el Senador Moreira, por la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, para que se pronuncie sobre un aspecto relacionado con eventuales amenazas o perturbaciones a ciertas garantías constitucionales.
Ojalá esta iniciativa pueda pasar a la Comisión para ver esa situación. Porque el Senador Moreira le planteó al señor Ministro que sería importante que se explicitara aquello aquí, en la Sala. Si no, nos obligaría a analizar esto en la Comisión de Constitución, ya que se podrían vulnerar normas fundamentales como las constitucionales que nos rigen.
Valoro este proyecto, señor Presidente, pero sostengo que es perfectible. Además, hay que dejar absolutamente claro que lo antes mencionado puede llevar a la larga, no solo por un tema de costos, al cierre de medios de comunicación, sobre todo de los que tienen menos recursos. Pues esto no afecta a los que poseen mayor capital, sino fundamentalmente a los de regiones, a los cuales les cuesta bastante surgir para informar a su respectiva comunidad regional.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Montes.


El señor MONTES.- Señor Presidente, encuentro este proyecto muy motivador y estimulante. Estimo que abre un campo en el que nos hallamos sumamente atrasados.
Es cierto que esta iniciativa fue presentada por el Gobierno de Piñera; sin embargo, existe una Comisión trabajando por años estos asuntos.
La verdad es que en esto nos encontramos retrasados no solo respecto a los países de la OCDE, sino también a varios de Latinoamérica.
El señor PÉREZ VARELA.- ¿Quién gobernó antes?
El señor MONTES.- Considero que los objetivos que se proponen son, sin duda, unánimes, nacionales. O sea, disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización; establecer un marco jurídico para la gestión; analizar cómo tratar estos residuos con instrumentos económicos de mayor responsabilidad que protejan la salud, en fin, es importantísimo.
Quise hacer uso de la palabra porque creo que aquí hay que reconocer el atraso en distintas dimensiones, y no solo respecto a no contar con instrumentos para procesar. Eso sí, existen algunas empresas integradas por personas que trabajan con una vocación y dedicación que les permite cubrir los costos, aunque con baja rentabilidad, y que se sienten aportando a construir el país.
Debo decir que tengo dos preocupaciones sobre este proyecto.
La primera apunta al tratamiento de los residuos domiciliarios. El Ministro nos ha dicho acá que hay 7 millones de toneladas de estos residuos. Y la verdad es que todo el reciclaje es muy valioso, pero si no asumimos otro enfoque para el tratamiento de estos desechos y no superamos el esquema de los rellenos sanitarios como única alternativa, que va liquidando el entorno de numerosas ciudades, estaremos quedándonos atrás.
Los rellenos sanitarios generan grandes problemas de salud, elevado daño ambiental, diversas dificultades de traslado, en fin.
Existen países, por ejemplo, Bolivia, donde hay varias ciudades que procesan los residuos domiciliarios, y con ellos generan energía (megas) para abastecer a localidades importantes.
En el caso chileno, conozco un proyecto en Padre Las Casas, al lado de Temuco, que se encuentra en condiciones de suministrar electricidad a esa comuna, mediante el tratamiento de sus residuos e incluso de parte de los de Temuco. No obstante, eso requiere una inversión inicial de 20 millones de dólares o de una cifra por el estilo. Y, por lo tanto, necesita apoyo y condiciones para operar.
A mí me gusta mucho esta iniciativa, pero creo que hay que seleccionar algunas ciudades donde sea posible ir más adelante e incorporar los residuos domiciliarios.
Podemos pensar que se abrirá un cuasimercado en esta materia o que van a aparecer distintos y pequeños proyectos impulsados por los municipios con el apoyo del Estado. Todo eso me parece bien.
Pero también debemos elegir distintos tipos de ciudades -ojalá medianas- para desarrollar proyectos que nos permitan superar, de una vez por todas, el esquema de los rellenos sanitarios, reciclando y generando energía para abastecernos de ella.
¡Esto es parte de una política industrial para los tiempos modernos!
¡Esto es parte de una política industrial para crear otro tipo de empleo y hacer un aporte al desarrollo del país!
Sin embargo, nos hemos quedado atrasados. ¿Y por qué?
Este es el segundo tema que deseo tratar.
Resulta que para abordar el problema se requiere un claro rol del Estado -uno más acorde con los planteamientos del informe de la OCDE de 2005- en las reformas estructurales que hoy debe impulsar nuestro país, con el fin de construir una relación público-privada de otra naturaleza.
Para este tipo de proyectos se precisa que el Estado diga: "Yo me pongo y me juego a diez años plazo, porque la rentabilidad significativa se verá después de un período mayor", y se asocie con los actores privados para procesar los residuos, generar energía y superar el esquema de los rellenos sanitarios; o sea, para pasar a otra etapa.
A mí me entusiasma mucho esta iniciativa, señor Presidente, y creo que es muy importante aprobarla en general.
Durante la discusión particular propondré incorporar algún capítulo sobre residuos domiciliarios. Además, espero que especifiquemos el rol del Estado en esta área.
Debemos abrirnos y lograr acuerdos sobre el particular.
Si tenemos el proyecto de Padre Las Casas, que es el que está más avanzado -parece que se trajo de Austria; no lo recuerdo bien- y se encuentra listo, diseñado, incluso con los equipos fabricados, ¡juguémonos por él! Así se va generando cultura, formación.
Ayer hablamos de los centros de formación técnica. Pues bien, aquí hay un campo de gran gran importancia.
También discutimos sobre formación de fuerza laboral para industrias de futuro. Y aquí se abrirán emprendimientos, tanto en procesamiento de residuos como en generación de energía, que tendrán que ser pensados y desarrollados con esa perspectiva.
En ese marco, apoyo la iniciativa.
Sin embargo, me habría gustado -insisto- ver un rol más preciso del Estado y un sistema de incentivo.
Me dicen que el costo total de esta propuesta legislativa son 6 mil 500 millones de pesos, monto que, para un problema de esta envergadura, ¡es nada!
Les informo que en la SUBDERE existe desde hace muchos años un fondo equivalente, que ha terminado usándose, más que en planes de modernización (a pesar de que hay un convenio con los suecos en esta materia) y en una mirada hacia delante para acceder a niveles superiores, en rellenos sanitarios y en la disposición de residuos.
Entre paréntesis, entiendo que todos esos recursos en estos últimos dos o tres años se han destinado a Valdivia. Y no sé qué se ha hecho en esa ciudad en este ámbito. Ignoro si con esos fondos, que nosotros controlamos presupuestariamente, se ha implementado algo que sirva para el resto del país y que nos haga sentir que estamos avanzando. A lo mejor se gastaron simplemente en un relleno sanitario de mejores condiciones, lo que no permite recrear tecnología, formar a personas, generar energía y procesar residuos domiciliarios.
En consecuencia, anuncio mi voto a favor de la iniciativa.
Valoro que el Ministro del ramo la esté llevando adelante y vuelvo a pedir que se incorpore el capítulo adicional que mencioné denante y que se precise el rol del Estado en esta materia.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero manifestar mi voto favorable a la idea de legislar y mi alegría por la discusión que estamos llevando a cabo.
Destaco el trabajo que ha hecho el Ministerio del Medio Ambiente, encabezado por el titular del ramo, y el énfasis que ha puesto en una materia que nosotros siempre resaltamos como positiva.
Si bien planteamos la importancia de reciclar y de ser más cuidadosos con nuestro medioambiente, la verdad es que resulta muy difícil avanzar en iniciativas concretas que generen resultados.
Por ello, considero que el proyecto apunta absolutamente en la dirección correcta. Y me parece muy importante no perder el foco del objetivo que persigue: que cada productor se haga cargo de los residuos propios de su actividad, porque generar desechos, finalmente, no tiene costo cero.
Eso es lo que estamos debatiendo.
Se busca actualizar nuestra legislación en este ámbito. Ya se ha explicado acá que nuestro país está bastante atrasado en comparación a normativas legales de otras naciones -algunos indican que llevamos al menos veinte años de retraso- y, por eso, debemos ponernos al día.
Esta iniciativa beneficiará no solo al medioambiente, sino a todos: a la cadena de reciclaje, como ya se manifestó; a los municipios, que dispondrán de una nueva alternativa de generación de recursos en la medida que sean gestores de residuos; incluso a los recolectores de base, quienes podrán dedicarse a una actividad que cobra mayor relevancia. De hecho, hoy 180 mil personas se desempeñan como recicladores de base de manera estable.
Todos ellos serán parte de una cadena que funcionará de forma virtuosa.
Ya se han señalado aquí datos que sorprenden.
Hago presente que la industria del plástico importa entre 15 y 18 millones de toneladas para la elaboración de botellas. Ante ello, uno dice: "Perfectamente podríamos reutilizar desechos si recolectáramos lo que hoy termina en un vertedero, y de esa manera evitaríamos los problemas que conocemos".
En el caso de las industrias del papel y el cartón, conservera, vitivinícola y frutícola, se utilizan 540 mil toneladas para funcionar, de las cuales 387 mil son coleccionadas por los recicladores de base y 70 mil se importan.
Entonces, cabe preguntarse cómo nos hacemos cargo de esta situación.
Y sucede lo mismo en los casos del aluminio, de los aceites y lubricantes, de los neumáticos, etcétera.
En consecuencia, tenemos una obligación con nuestro medioambiente y con las generaciones posteriores en lo concerniente a modernizar el tratamiento de los desechos.
El Senador Montes planteó acá la posibilidad incluso de generar energía. Tales iniciativas parecían lejanas, pero hoy existe la tecnología necesaria para llevarlas a cabo. Incluso, ya hay experiencias demostrativas, las que debemos potenciar.
Por otra parte, me sumo a la solicitud de incorporar durante la discusión particular un tratamiento diferenciado entre los residuos domiciliarios y los industriales.
En el caso de estos últimos, existen materiales cuyo reciclaje bordea el 70 por ciento. No ocurre lo mismo con los desechos domiciliarios, que son reciclados solo en un 10 por ciento. Ante esto, uno podría señalar que pareciera haber cosas incluso más simples.
En el debate particular también debemos abordar -ya se planteó esta idea- la realidad de las distintas zonas.
En ese sentido me parece relevante plantear lo que sucede con los desechos que se producen en la zona franca de Magallanes. Debemos resolver algunos asuntos más bien de carácter tributario, con el objeto de que no se conviertan en un freno para reciclar los residuos o compostarlos desde el momento en que son sacados de ese recinto.
La discusión sobre dicho asunto me interesa.
Quiero destacar, además, el trabajo que hemos realizado en iniciativas complementarias, en conjunto con el Ministerio del ramo.
Ya se mencionó acá el proyecto que estamos analizando en la Comisión Especial de Zonas Extremas, cuyo propósito es eliminar el uso de bolsas plásticas en los supermercados, que es una poderosa fuente de contaminación en virtud de la utilización cotidiana que les damos. Las experiencias desarrolladas en Magallanes, en Aisén y, en general, en la Patagonia -por eso se circunscribió la iniciativa a esos territorios- han sido muy positivas, pues se han efectuado en conjunto con las municipalidades mediante sus ordenanzas.
Buscamos avanzar en el establecimiento de incentivos para que esas prácticas se concreten a nivel nacional, pero no bajo la lógica de la prohibición, sino de normar los tipos de plásticos que se emplean. No queremos ese plástico que se utiliza solo por unos minutos, que va a dar al basurero casi inmediatamente y que carece de un segundo, tercer o cuarto uso. En este sentido, debemos generar estímulos para que esas bolsas sean recicladas o compostadas.
En consecuencia, dicho proyecto complementa ese aspecto generando los incentivos y los mecanismos para que, por ejemplo, un supermercado pueda avanzar en esa línea, mientras que la iniciativa que nos ocupa pretende impulsar cambios en los hábitos y las costumbres de las personas con cosas muy sencillas, para tomar conciencia de la relevancia de disminuir la cantidad de desechos que cada cual genera.
Entendamos que ello produce un impacto, que no es neutro, y alguien debe hacerse cargo de él.
Eso es, a mi juicio, lo que debemos regular.
Por las razones expuestas, respaldaré entusiastamente el proyecto.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Von Baer.
El señor MONTES.- Señor Presidente, ¿hay quórum para votar?
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Todavía no.
Para aprobar la idea de legislar se precisa del voto conforme de 18 señores Senadores, porque hay una norma de rango orgánico constitucional.
El señor ALLAMAND.- Hay que llamar a los colegas ausentes; de lo contrario, no van a venir.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Han sonado los timbres insistentemente y no hemos logrado aumentar el quórum en la Sala.
Tiene la palabra la Senadora señora Von Baer.


La señora VON BAER.- Señor Presidente, creo que esta iniciativa es muy interesante y necesaria en nuestro país, considerando que hay muchos desechos que hoy sí se pueden reciclar.
Dado que no existe una política de incentivo en esta materia, la basura en muchas ciudades, aunque se separen los residuos reciclables, termina en el mismo vertedero. Por lo tanto, no tiene sentido hacer el esfuerzo en las casas si no contamos con una política que garantice que los desechos serán reciclados.
Quiero formular algunas preguntas que corresponden más a la discusión particular. Pero, como no soy miembro de la Comisión, las planteo en la Sala para que el Ministro las conteste o para que se analicen con ocasión del segundo informe.
Primero, entiendo -porque consulté y me explicaron- que existe legislación en esta materia en otras partes del mundo. Quisiera conocer esa experiencia comparada, señor Ministro -por su intermedio, señor Presidente-, en atención a que el proyecto le dice al que genera un producto que contamina que deberá disponer de una estrategia de reciclaje. Por lo tanto, va a tener que pagar un costo.
La pregunta específica es si en otros países este tipo de políticas ha producido algún aumento de precio en los productos sometidos a dichas normas. Es necesario considerar este punto a la hora de discutir la iniciativa en comento. Esta parece muy positiva, pero tengamos claro que también puede provocar un efecto sobre el consumidor.
Sería importante cuantificar ese impacto. Quizás el Ministerio ya lo calculó, y nos puede ilustrar al respecto.
Segundo, creo que es muy relevante, señor Presidente, que las metas sean diferenciadas en función de la cobertura geográfica.
¿Por qué? Voy a responder desde una perspectiva distinta: porque si a un productor de neumáticos, por poner un ejemplo, le decimos "Usted debe reciclar tal porcentaje de lo que vende en Chile", probablemente aquel lleve a cabo una política de reciclaje solo en los lugares más poblados, ya que ahí podrá cumplir muy rápido la meta exigida.
Por eso se deberían establecer metas quizás no por comuna -puede ser demasiado extensivo-, pero sí por región.
La idea es que en las zonas menos pobladas también se obligue a reciclar un porcentaje de lo que ahí se vende. No sé cómo se calcularía eso.
Me preocupa que la exigencia del porcentaje sea centralizada, pues habrá gestión de residuos solamente en los lugares donde hay más gente, debido a que ahí será más fácil para los productores generar una política de reciclaje, en comparación a las zonas con menos población. En definitiva, el productor va a cumplir con la meta, estarán todos felices, pero no contaremos con gestión de reciclaje en las regiones menos habitadas.
Por último, señor Presidente, deseo consultar algo que en realidad obedece a mi ignorancia en esta materia.
En el proyecto se establece una lista de productos prioritarios, que -me imagino- están muy estudiados. Sin embargo, dado que las tecnologías avanzan, es factible que en tres o cuatro años más quizás haya otro producto fácilmente reciclable y, para incorporarlo, se requerirá que otra iniciativa de ley pase por el Congreso.
En verdad, siempre me complican las nóminas que se introducen en las leyes. En este caso, cada vez que se quiera modificar dicho listado a futuro será necesario enviar un nuevo proyecto al Parlamento que enmiende la parte pertinente. Y en ese minuto tal vez los productores se habrán dado cuenta de que esta exigencia les genera un costo adicional y querrán que su producto sea excluido de la lista, y entonces vamos a tener una presión en ese sentido, etcétera.
Me inquieta que se fije este listado taxativo en la ley en proyecto. En términos generales, las nóminas que se incluyen en normativas no siempre cumplen los objetivos que persiguen.
Por tanto, ¡ojo con las listas!
En todo caso, sin ser experta en el tema, me produce extrañeza que no figure entre los productos prioritarios el vidrio, que es fácilmente reciclable.
El señor HORVATH.- Está considerado en los envases.
La señora VON BAER.- ¡Ah! Está bien.
¿Y se refiere a todo tipo de envases? Porque algunos no son reciclables o son difícilmente reciclables, como sucede con los de Tetra Pak, por ejemplo.
Habría que ver si son prioritarios todos los envases y embalajes.
El señor HORVATH.- Eso lo define el reglamento.
La señora VON BAER.- Bueno, puede que ahí se solucione esa parte de mi inquietud.
Pero el ejemplo lo daba para graficar lo complejo de incorporar una lista.
Ahora, quizás esta tiene una razón de ser y, en realidad, nunca se va a modificar, motivo por el cual jamás se requerirá un nuevo proyecto para agregar o sacar algún producto.
Espero que no haya problemas con eso. Sería lamentable pretender que es superfácil implementar una política de gestión de residuos y luego darnos cuenta de que en realidad no es tan así.
Por ello le hago presente al Ministro mi preocupación por la lista referida. Sugiero repensar esa parte.
Esos serían mis comentarios, señor Presidente.
Valoro nuevamente esta iniciativa. Creo que es muy importante establecer políticas que generen un incentivo para el reciclaje.
Ojalá logremos que esto llegue hasta los hogares, donde es factible reciclar aún mucho más. En las casas hacemos el esfuerzo de separar nuestra basura, pero eso no tiene sentido si después todo termina en el mismo vertedero.
En consecuencia, señor Presidente, anuncio entusiastamente mi apoyo a la idea de legislar y espero que las dudas que persisten se diluciden en la discusión en particular.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, parto señalando que estos temas son trascendentales.
Quiero saludar, por su intermedio, al señor Ministro del Medio Ambiente.
Con relación al proyecto en estudio, creo que es poco lo que vamos a avanzar como país. Tengo mis reparos sobre el texto propuesto.
Como ya dije, si requiere un esfuerzo público-privado. Y pido al señor Ministro una reflexión al respecto. Mientras muchos quieren votar con entusiasmo esta iniciativa, hay otros que no sentimos lo mismo, porque aquí no hay una asociación público-privada en serio para hacerse cargo de una exigencia en este ámbito, de una urgencia.
Señor Presidente, los proyectos declarativos no son útiles, pues no son más que eso: proyectos declarativos. Y quiero insistir en ese punto, para que cuando uno se pregunte mañana por qué es inútil la iniciativa se logre entender la razón, y es que tiene un punto de partida.
Lo repito: este es un proyecto declarativo, de buenas intenciones. Pero si no se establece una asociación público-privada en serio, no va a dar buenos resultados. El Estado necesita generar dientes y músculos para impulsar políticas de reciclaje y de producción responsable.
Hay una primera intención que uno puede valorar. Pero veamos lo que se hace con los residuos domiciliarios, con los residuos industriales y con los residuos peligrosos. Me gustaría saber en qué regiones existen rellenos para residuos industriales. Me gustaría que me dijeran dónde se bota el aceite que todos nosotros cambiamos a los motores de los autos. Me gustaría conocer la relación que se da entre los litros de aceite que se venden en Chile y los que se depositan como desecho. Lo más probable es que uno se escandalice por lo que ocurre.
Lo mismo ocurriría si vemos lo que significó el cambio que propició un decreto del Gobierno del Presidente Piñera, gracias al cual los residuos industriales de la agroindustria hoy no se procesan, sino que se incorporan al suelo, situación que ha generado vectores dramáticos para las comunidades rurales (ratones, moscas y malos olores). Y eso sucede porque no hay una política en donde el Estado juegue un rol preponderante.
No cabe duda de que muchos residuos -los orgánicos, en particular, tal como indicaron el Senador Montes y otros Honorables colegas- pueden ser empleados para generación eléctrica. Muchas personas quieren concretar proyectos de ese tipo hoy día, no solo en Padre Las Casas. Pero veamos las normas con las que contamos actualmente, señor Presidente: las empresas de servicios sanitarios no pueden trasladar sus lodos desde una planta a otra, porque está prohibido su transporte entre un punto de procesamiento y el otro.
Si bien el proyecto señala que deberá haber una responsabilidad de parte del empresario o del productor respecto de lo que pasa con los residuos que genera su actividad -lo cual está bien-, no aborda los otros temas asociados.
Mire, señor Presidente: todos usamos estos aparatitos (celulares). Se dice que hay ocho, doce, trece o catorce millones de ellos en nuestro país y todavía somos incapaces de reglar que todos ellos utilicen un mismo tipo de cargador, con el objeto de no estar generando basura electrónica por todos lados, en todos los hogares de Chile.
Entonces, me parece bien que nos aboquemos a un proyecto como el que nos ocupa, pero él no tiene músculos ni dientes porque no se halla inserto dentro de una política un poquito más integral respecto a qué hacemos con los residuos que generamos todos los días.
En cuanto a la minería, si los productores del sector se hacen cargo de lo que significa este proyecto -si es que los alcanza- vamos a ver qué pasa con todos los residuos peligrosos que generan.
En Collahuasi hay acumuladas más de 70 mil toneladas de desechos; con Anglo American ocurre algo parecido. Y esto se da porque no hay una política que induzca a provocar cierto fenómeno.
La Senadora Von Baer, que me antecedió en el uso de la palabra, planteó una inquietud legítima: si este tipo de política va a generar un impacto en el consumidor. Y yo le quiero decir que ya tiene impacto: que no procesemos, que no reciclemos, que no evitemos contaminar. Por eso, los daños que estamos provocando al medio ambiente son monstruosos. De ahí, entonces, que generar una responsabilidad y una política de este tipo podría ayudar.
Pero insisto -puedo estar equivocado- en que el proyecto debe ir acompañado de una política pública más proactiva, orientada al tratamiento de residuos para que se genere electricidad; para que se busquen formas de reciclaje distintas, que no solo signifiquen un negocio económico directo, sino que también aporten externalidades de otro tipo, que son útiles, y donde uno, además, pueda definir cómo se comercializa el producto.
Entiendo que en Punta Arenas se impulsó una iniciativa muy importante para terminar con las bolsas plásticas. ¡Eso debería ser una política nacional! ¡Una iniciativa que impacte tremendamente!
La lógica que se nos propone está bien -no me opongo a ella-, pero no la dimensionemos más allá de lo que es.
Yo represento a una zona agroindustrial y minera, señor Presidente, y les puedo decir que nadie ha regulado todavía a la agroindustria. Es más, lo que se hizo durante el Gobierno del Presidente Piñera, a mi juicio, fue una tremenda irresponsabilidad. Para abaratar los costos de producción, se eliminó el procesamiento de los residuos de la agroindustria. Y no se ha hecho un estudio acerca de cómo se procesan, de si se incorporan a los suelos en forma adecuada. Debido a eso las comunidades rurales sufren hoy día el impacto de la contaminación. Y esto es algo que se ha dicho una y otra vez.
¿Qué pasa con la industria de las chancheras? Si el proyecto tuviera impacto y fuera efectivo, no tendríamos que soportar el olor que emana de las plantas de tratamiento de las chancheras. Podrán decir que todo dependerá de cómo se califiquen sus externalidades. Entonces, hay que aclarar si nos vamos a preocupar de la empaquetadura de los chanchos, de los paquetes de pollos o de los otros fenómenos que los estudios de impacto ambiental no abordan.
Señor Presidente, la iniciativa apunta en una dirección, pero siento que no contamos con los incentivos adecuados o necesarios para avanzar en qué hacer con los residuos domiciliarios, industriales, peligrosos, o cómo generamos políticas para que ellos disminuyan. Para todo esto necesitamos un Estado más proactivo. No creo que el mercado vaya a regular estas materias o que vaya a propiciar cierto cambio de comportamiento si no se cuenta con una participación más proactiva de parte del Estado.
Voy a votar a favor de la iniciativa, pero tengo mis dudas sobre su impacto real. Y me sumo a la inquietud que manifestó el Senador García-Huidobro respecto del reciclaje del papel y lo que podría implicar para algunos. Sin embargo, me preocupa más el hecho de que podamos tener una política un poco más integrada.
Yo creo que en el Senado -lo vimos en una discusión con el Ministro de Economía; lo planteó el Senador Prokurica en su momento, y por eso lo destaco- hay voluntad para que el Estado sí pueda participar en ciertas actividades y políticas que son de interés estratégico para el país.
El medio ambiente y la generación eléctrica son dos ámbitos donde creo que podemos construir asociaciones público-privadas con más músculos y más dientes.
Invito al señor Ministro para que, en la medida de lo posible, podamos ir más allá de este proyecto y pensar en estos otros ámbitos.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, en varias oportunidades he escuchado al Subsecretario de Desarrollo Regional señalar que una de las tareas que se les va a entregar a los intendentes regionales, una vez que sean elegidos, será, precisamente, la coordinación para que por fin tengamos sistemas seguros y confiables de tratamiento de residuos. De ese modo, se terminará con situaciones tremendamente agraviantes como la que se da hoy día con el vertedero Boyeco.
Las comunas de Temuco y Padre Las Casas depositan sus residuos en dicho vertedero, que se encuentra habilitado desde 1992. Se halla inmerso en medio de comunidades mapuches -hay una escuela a 100 metros del lugar- y todo lo que uno pudiera señalar a su respecto da cuenta, francamente, de una situación inhumana.
Por supuesto, los pozos se han contaminado. Por lo tanto, la situación de deterioro ambiental para todas esas familias es muy muy grande.
Ahora, como nadie quiere tener un vertedero cerca, obviamente se hace bastante difícil encontrar otro lugar. Y, por supuesto, todos los días hay que retirar la basura desde los domicilios y las distintas empresas y oficinas.
Entonces, no digo que este proyecto de ley vaya a resolver ese problema, pero claramente debiera contribuir a aminorarlo.
He escuchado con mucha atención al Senador don Carlos Montes referirse a una iniciativa que existe para la comuna de Padre Las Casas y que busca darle un tratamiento a la basura para producir gas a fin de emplearlo, por ejemplo, en esta época de invierno, en la calefacción de los hogares.
Efectivamente, ese proyecto necesitaría de una importante inversión y de apoyo inicial para implementarse y rendir los frutos que de él se esperan. Sin embargo, no tenemos en nuestro ordenamiento jurídico ninguna entidad que se encargue de prestar los apoyos que se requieren para materializar esas inversiones y lograr que esos proyectos prosperen.
Por eso, si, por un lado, se entrega la coordinación de todo esto a los intendentes que van a ser elegidos próximamente, y por otro, se suman iniciativas como esta, debiéramos poder tener, por fin, un tratamiento de residuos como corresponde: que no contamine y que permita una mantención de nuestro ambiente sano, saludable.
En consecuencia, creo que debemos dar curso a la iniciativa y poner nuestros mejores esfuerzos para que este tipo de proyectos sean exitosos, de manera de dejarles a las actuales y futuras generaciones un medio ambiente mucho más sano y que invite a seguir cuidándolo. Eso no siempre ocurre en muchos sectores de nuestro país. Y el caso del vertedero Boyeco, que se ha instalado hace no tanto tiempo en la comuna de Temuco, es un claro ejemplo de ello.
Señor Presidente, dada la hora de desarrollo de esta sesión, pido que se aplace la votación, porque creo que de esa manera podemos asegurar que la iniciativa obtenga un respaldo mucho más mayoritario.
Muchas gracias.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Se ha pedido el aplazamiento de la votación.
Tiene la palabra la Senadora señora Goic.
La señora GOIC.- Me sumo a la solicitud de aplazamiento, señor Presidente.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Muy bien.
Si le parece a la Sala, se accederá a lo solicitado.
Acordado.
--Queda aplazada la votación del proyecto.