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PERFECCIONAMIENTO DE LEY N° 19.995 Y PRÓRROGA DE FUNCIONAMIENTO DE CASINOS MUNICIPALES


El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- En el primer lugar del Orden del Día figura el proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la ley N° 19.995 y prorroga el funcionamiento de los casinos municipales, con informe de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de "discusión inmediata".
--Los antecedentes sobre el proyecto (9.891-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 1ª, en 11 de marzo de 2015.
Informe de Comisión:
Hacienda: sesión 11ª, en 21 de abril de 2015.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Aprovecho de saludar a los alcaldes y representantes de las comunas donde hay casinos municipales, así como a otras personas interesadas en el tema que nos acompañan hoy en las tribunas,
Tiene la palabra el señor Secretario para hacer la relación del proyecto.
El señor LABBÉ (Secretario General).- Señores Senadores, el objetivo principal de la iniciativa es perfeccionar la ley N° 19.995, que establece las bases generales para la autorización, funcionamiento y fiscalización de casinos de juego. Para ello, se propone prorrogar las actuales concesiones municipales, modificar el mecanismo y el período de inicio del proceso de otorgamiento de los permisos de operación, y fortalecer las facultades de supervisión de la Superintendencia de Casinos de Juego.
La Comisión de Hacienda discutió el proyecto en general y en particular, en virtud del acuerdo adoptado por la Sala con fecha 14 de abril del presente año, y aprobó la idea de legislar por la unanimidad de sus integrantes, Senadores señores Coloma, García, Lagos, Montes y Zaldívar.
En cuanto a la discusión particular, el referido órgano técnico introdujo diversas enmiendas, las cuales, con excepción de dos, fueron acordadas por unanimidad.
Cabe hacer presente que el numeral 13) del artículo único del proyecto, que incorpora un artículo 27 bis en la ley N° 19.995, es de rango orgánico constitucional, por lo que requiere para su aprobación 22 votos favorables.
Al respecto, es preciso mencionar que la Comisión de Hacienda deja constancia de que con fecha 14 de abril ofició a la Excelentísima Corte Suprema recabando su parecer sobre el precepto que se incorpora.
El texto que se propone aprobar se consigna en las páginas 100 a 112 del informe y en el boletín comparado que Sus Señorías tienen a su disposición.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Quiero solicitar lo siguiente a la Sala.
Este proyecto de ley, como expresó el señor Secretario, fue discutido en general y en particular por la Comisión de Hacienda y está con "discusión inmediata". Entonces, lo que se podría hacer, si hubiera acuerdo, es abrir la votación, realizar una sola votación y, naturalmente, dejar constancia, para los efectos del Acta, de que el número 13) del artículo único, que incorpora un artículo 27 bis, requiere 22 votos favorables para su aprobación por ser norma orgánica constitucional.
¿Habría acuerdo para ello?
El señor ORPIS.- Lo que pasa es que el proyecto contiene normas que no fueron acogidas por unanimidad.
El señor COLOMA.- ¿Y por qué no hacer el debate?
El señor PÉREZ VARELA.- Sí. ¿Por qué no hacerlo?
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Si los señores Senadores que se abstuvieron en esas disposiciones no insisten, se puede realizar una sola votación. Ahora, si insisten en que se vean aparte, obviamente habría que llevar a cabo dos votaciones.
Por eso hago la pregunta.
Quiero ser bien franco. Hay Senadores que deben viajar a Santiago para asistir a un acto formal que habrá con la Presidenta de la República de Corea del Sur. Y entonces, para que haya quórum, he propuesto abrir la votación de inmediato.
¿Habría acuerdo?
El señor ROSSI.- Sí.
El señor MOREIRA.- Me parece.
El señor COLOMA.- Pero manteniendo los 10 minutos.
El señor LARRAÍN.- Exactamente.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Por supuesto.
Entonces, se abre la votación, manteniendo los 10 minutos para intervenir.
--(Durante la votación).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Le ofrezco la palabra al Honorable señor Zaldívar, Presidente de la Comisión de Hacienda.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, efectivamente, la Comisión de Hacienda, con autorización de la Sala, procedió a analizar este proyecto en general y en particular.
Deseo partir señalando que actualmente existen 26 casinos en el país: 7 son municipales, con leyes particulares y no están regulados por la Superintendencia del ramo; 16 están en operación, regulados por la ley N° 19.995; hay 2 permisos otorgados (uno en Ovalle y otro en Arica), y uno se halla en proceso de autorización de permiso (el de Chillán).
El proyecto presentado por el Ejecutivo tenía por objeto, principalmente, resolver la situación de los casinos municipales, ya que, si al 31 de diciembre de 2015 no se modificaba la ley, no contarían con autorización para seguir operando.
Otros objetivos eran: asegurar la continuidad operacional de los casinos municipales; incorporarlos a la regulación de la Superintendencia del ramo; establecer la obligación de un aporte del 10 por ciento de los ingresos brutos al respectivo gobierno regional; garantizar un mecanismo de otorgamiento de permisos objetivo que maximice la recaudación; perfeccionar la regulación de la industria; modificar el sistema de adjudicación; aumentar las facultades de investigación de antecedentes en la etapa de calificación de ofertas; mejorar las facultades de fiscalización y supervisión de la Superintendencia de Casinos de Juego, y perfeccionar el régimen de sanciones y multas.
Durante la tramitación de la iniciativa en la Comisión se formularon diversas indicaciones por parte del Ejecutivo: primero, para resguardar el debido proceso y simplificar el mecanismo de otorgamiento de permisos; segundo, para disminuir la discrecionalidad de la Superintendencia de Casinos de Juego respecto de las adjudicaciones, y tercero, para incorporar el lavado de dinero como causal para no continuar con la evaluación de un postulante.
En cuanto al aspecto financiero, el proyecto va a producir un mayor ingreso para los gobiernos regionales, producto del aporte del 10 por ciento, que se calcula en 13.176 millones de pesos anuales. Adicionalmente, a partir del 2018, se incrementarán los ingresos fiscales debido a que se comenzará a aplicar, en los siete casinos municipales, el impuesto por entradas del cual hoy están exentos.
En materia de gastos, la aplicación de la ley en proyecto no implicará mayor gasto fiscal en su primer año de operación. Para los años siguientes se consultarán, en los presupuestos anuales de la Superintendencia de Casinos, los recursos necesarios para llevar adelante el reforzamiento del proceso sancionatorio.
Como indicó el señor Secretario, la iniciativa en estudio fue aprobada por unanimidad en la Comisión en todas sus disposiciones, salvo dos, en las que, creo, se abstuvo un señor Senador. En general, las normas fueron corregidas conforme a las observaciones planteadas por cada uno de los integrantes del órgano técnico.
De esta forma se soluciona el problema principal que aborda el proyecto, cual es permitir que los casinos municipales sigan con el mismo estatus jurídico que tienen hoy, aunque, por cierto, con licitaciones que tendrán que llevarse a cabo para las nuevas propuestas que surjan después del año 2015.
Por todas estas razones, señor Presidente, la Comisión recomienda a la Sala la aprobación del proyecto en todas y cada una de sus disposiciones.
Gracias.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Tiene la palabra la Ministra Secretaria General de la Presidencia, señora Ximena Rincón.


La señora RINCÓN (Ministra Secretaria General de la Presidencia).- Señor Presidente, Honorable Senado, hoy está culminando un largo proceso y un largo camino en el que muchos de ustedes han sido actores relevantes, pero, fundamentalmente, lo han sido quienes hoy día nos acompañan en las tribunas: los alcaldes de las siete comunas donde están ubicados los casinos municipales, desde el extremo norte hasta el extremo sur de nuestro país.
Quiero agradecer, en nombre del Ministro y el Subsecretario de Hacienda, del Superintendente de Casinos de Juego y, especialmente, de la Presidenta de la República, el trabajo realizado por el Parlamento, por esta Corporación y, específicamente, por su Comisión de Hacienda.
Cuando se dictó la Ley de Casinos, hace ya casi diez años, se contempló una prórroga para el sistema que regía a los siete casinos municipales, reconociéndoles su particularidad. Como el plazo ya se iba a cumplir, al inicio del actual Gobierno, los municipios afectados, coordinados y liderados por la Alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, solicitaron a la Presidenta Bachelet que revisara la situación.
Pues bien, después de un largo trabajo prelegislativo con esos municipios, con sus equipos y con los Diputados y Senadores de las regiones donde ellos se encuentran ubicados, finalmente se está logrando aprobar, en este segundo trámite constitucional, una normativa que da respuesta a la particularidad de tales casinos, pero que también los incorpora al sistema de regulación y fiscalización de la Superintendencia.
El nivel de recursos que dichas comunas perciben a través de los casinos municipales no es menor, y en su ejercicio presupuestario les significa una considerable cantidad de dinero.
Señor Presidente, después de escuchar al titular de la Comisión de Hacienda, que dio cuenta de los perfeccionamientos que se le introdujeron a esta normativa, así como de la trascendencia que ella tiene, creo que se hace justicia con una realidad compleja que no fue abordada en su minuto.
Por eso, en nombre de la Presidenta de la República, reitero los agradecimientos por el trabajo realizado tanto por esta Corporación como por la Cámara de Diputados.
A juicio del Gobierno, es importante lo que se está haciendo hoy día, porque se repara una situación que estaba pendiente con los municipios y sus comunidades, y se da respuesta a los trabajadores y las trabajadoras, quienes tenían incerteza acerca de su situación laboral a partir de diciembre de este año.
--(Aplausos en tribunas).
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Hago presente a los asistentes a las tribunas que en el Senado de la República está absolutamente prohibido hacer todo tipo de manifestaciones.
Así que les ruego que busquen alguna forma creativa, como mover las manitos, en fin, pero que no aplaudan.
Recuerdo a las señoras y los señores Senadores que está abierta la votación. Muchos no se han pronunciado, así que los invito a votar.
Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.


El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala:
Hoy culminamos un proceso largo, que comenzó hace más de nueve años, durante el cual, trabajando mano a mano con los alcaldes de siete comunas -liderados por la alcaldesa Virginia Reginato-, buscamos incesantemente concitar la voluntad de los distintos Gobiernos para efectos de prorrogar la licencia de los casinos históricos municipales.
En algún minuto lo intentamos en el primer Gobierno de la Presidenta Bachelet, a través de la realización de múltiples reuniones con los Ministerios de Hacienda y de la Secretaría General de Gobierno. No obstante, esos esfuerzos no rindieron fruto.
Tampoco se consiguió zanjar esta situación durante la Administración del Presidente Piñera, aunque logramos efectivamente instalar el tema. Se discutieron anteproyectos, trabajamos con el Ministro y con el Subsecretario de Hacienda, pero la solución no prosperó.
Finalmente, la Presidenta Bachelet, en su segundo mandato -reconozco la valentía, la audacia- da una salida al problema de los casinos históricos municipales.
Quiero agradecer en forma muy particular a la Ministra Ximena Rincón, quien tuvo la audacia de empujar el proyecto para sacarlo adelante.
Esto era importante porque se hallaba en juego lo que nosotros considerábamos una verdadera expropiación del patrimonio municipal: si no se aprobaba esta prórroga de las licencias de casino histórico o municipal, comunas como Arica, Iquique, Coquimbo, Pucón, Puerto Varas, Puerto Natales y, en especial, Viña del Mar, experimentarían una merma relevante de su presupuesto municipal.
De ahí que deseamos agradecer al Gobierno de la Presidenta Bachelet, y sobre todo a sus Ministros, encabezados por Ximena Rincón, por haber tenido la voluntad de sacar adelante esta iniciativa.
Y, adicionalmente, felicito a los alcaldes por su labor constante en términos de colocar en debate, en contexto, la necesidad de este cambio de regulación. Se trata de siete comunas en las que vive un millón de chilenos, desde las cuales se inició una campaña ciudadana de recolección de firmas de apoyo a esta modificación, encabezada por la alcaldesa Virginia Reginato, en el caso de Viña del Mar, y por los respectivos alcaldes, en el resto de las comunas.
En todo caso, ciertamente hubiésemos preferido que en el proyecto se efectuara una división entre la prórroga de los casinos municipales -o sea, una "ley corta"- y la regulación de la operación de los casinos privados, lo que podría denominarse una "ley larga".
En lo que respecta a los casinos municipales o "históricos" -como también se les conoce-, cuyas concesiones expiran en el 2015, hemos venido dando una lucha desde hace más de nueve años para prorrogar su vigencia, a través de proyectos de acuerdo que aprobamos tanto en la Cámara de Diputados -cuando era su integrante-, como en esta Corporación.
Lo anterior, porque estos establecimientos, que suman siete en total, emplazados en las comunas de Arica, Iquique, Coquimbo, Viña del Mar, Pucón, Puerto Varas y Puerto Natales, son fundamentales para los presupuestos de sus respectivos municipios y, por ende, para el beneficio de sus habitantes, y han constituido importantes polos de atracción turística a lo largo de su funcionamiento.
El primero de estos casinos fue creado en la ciudad de Viña del Mar, en el año 1928, en virtud de la ley N° 4.283, publicada el 16 de febrero de ese año. Esta autorizó al Presidente de la República de la época a contratar, por cuenta de la municipalidad de Viña del Mar, un empréstito interno o externo para ejecutar y conservar las obras de mejoramiento de la comuna.
En su artículo 8°, dicho texto legal autorizó a la entonces denominada "Junta Pro Balneario de Viña del Mar" para establecer un casino destinado a procurar pasatiempo y atracciones a los turistas, a cuyo respecto no regirían las normas del Código Penal que sancionan los juegos de azar.
Es decir, hasta esta fecha, dicho casino ha funcionado ininterrumpidamente durante ochenta y siete años, desde sus inicios en el Balneario Recreo hasta su posterior instalación en el inmueble de avenida San Martín.
Años después se fueron creando los casinos de las otras seis comunas que ya mencioné, los cuales han constituido un aporte valiosísimo para sus correspondientes municipios. En el caso de Viña del Mar, contribuye con el 43 por ciento de su presupuesto.
Por dicha razón, es fundamental que se prorroguen sus concesiones por otros dos años, como lo contempla este proyecto, y posteriormente por períodos renovables de quince años, bajo las normas de la ley N° 19.995, que actualmente regulan la operación de los casinos de juego.
No puedo sino felicitar a las actuales autoridades por acoger el clamor de las siete comunas cuyas concesiones se vencían este año, las cuales debieron efectuar diversas manifestaciones públicas para que se acogieran tan legítimas peticiones.
Nos habría gustado que el mensaje legislativo recogiera también una de nuestras propuestas que apuntaba a resguardar la fuente laboral de sus trabajadores -al menos un ochenta por ciento-, ya que, si bien se ha dejado constancia de que tanto la jurisprudencia administrativa como la judicial reconocen los derechos que les asisten al cesar en sus contratos, no es menos cierto que las interpretaciones en dichas sedes pueden variar. En cambio, al establecerse en la ley, se consagran de mejor forma sus derechos.
Quiero agradecer nuevamente a la Ministra Rincón por acoger este planteamiento en términos de garantizar que en las bases de licitación se disponga la garantía de que los trabajadores municipales conservarán sus puestos de trabajo.
Eso sí, quiero señalar que tengo una preocupación respecto de los inspectores municipales, quienes no están contemplados en el proyecto de ley debido a que, en su oportunidad, se consignaron los puestos laborales de los operadores, pero no así los de los inspectores municipales que ahora realizan labores de fiscalización en los respectivos casinos.
Por tanto, para que este tema pueda quedar en la historia fidedigna de la ley, pido que la Ministra Ximena Rincón dé alguna alternativa para garantizar las prerrogativas que hoy tienen estos funcionarios municipales.
En cuanto a los casinos privados, respecto de los cuales esta iniciativa introduce importantes modificaciones a la ley vigente, en esta Corporación se han introducido indicaciones bastante importantes, que mejoran sus disposiciones tanto en lo referido a las ofertas para la adjudicación de las concesiones como a las facultades y atribuciones que se otorgan a la Superintendencia y a su Consejo Resolutivo: se tipifican adecuadamente las infracciones y sus sanciones, con sus plazos de prescripción; se dispone un racional y justo procedimiento de reclamo para los afectados, y se adoptan los resguardos suficientes para impedir la llegada de recursos destinados a operar casinos provenientes de lavado de activos, terrorismo u otras fuentes ilícitas.
Aun cuando dichas normas cumplen el objetivo propuesto, creo que estos aspectos debieron haber sido objeto de un debate más intenso que el ya planteado. Sin embargo, claramente la urgencia por sacar adelante la prórroga del funcionamiento de los casinos históricos municipales lleva a aprobar esta norma.
Lo más relevante, en todo caso, es que hemos logrado dar un marco de certeza a los casinos municipales, que además de contribuir económicamente a sus respectivas comunas, ahora también lo harán al presupuesto de las regiones donde se encuentren instalados.
No puedo dejar de mencionar un tema que también se planteó durante el debate legislativo, referido al funcionamiento de más de setecientas mil máquinas tragamonedas que operan ilegalmente a lo largo de nuestro territorio. Es indispensable regular tales artefactos, ya que constituyen una fuente de ludopatía arraigada en sectores muy vulnerables de la población, con todas las consecuencias que conlleva.
Se han efectuado varias propuestas para solucionar este problema. Entre otras, la moción que presenté en el mes de agosto del año 2013, radicada en la Comisión de Economía (boletín N° 9.068-06), mediante la cual se establece que todo solicitante de patente municipal para operar máquinas de destreza o entretenimiento deberá acompañar un documento otorgado por los laboratorios certificadores técnicos de máquinas de azar, donde conste que no son de azar.
Aspiramos a cerrar los casinos ilegales que están desbordando todas nuestras poblaciones y, en definitiva, empobreciendo a nuestra gente.
Y acá quiero mencionar una opinión particular: creemos, sin lugar a dudas, que los casinos instalados ilegalmente en nuestras poblaciones deben cerrar sus puertas.
Esperamos que este proyecto sirva de aporte para la legislación que necesariamente deberá implementarse respecto a esta materia.
Finalmente, debo felicitar a los alcaldes de las comunas que, mediante esta iniciativa, ven solucionada su situación presupuestaria municipal, y que, encabezados por la alcaldesa Virginia Reginato, han librado una incansable cruzada para lograr esta solución.
Con mucho entusiasmo, anuncio mi voto favorable a este proyecto de ley.
Esto ha significado una lucha constante. Y hemos demostrado que parlamentarios de distintas bancadas podemos trabajar unidos para dar certeza jurídica a esas siete comunas, donde vive un millón de chilenos, pues, en forma coordinada, logramos concordar que primero están los intereses de los habitantes de dichas comunas.
Por eso, señor Presidente, invito a aprobar la iniciativa en debate.
El señor WALKER, don Patricio (Presidente).- Informo al Honorable señor Chahuán que su discurso ha tenido bastante aceptación.
Tiene la palabra el Senador señor Rossi.


El señor ROSSI.- Señor Presidente, en verdad me siento muy contento por estar discutiendo hoy el presente proyecto.
Es cierto que lo ideal hubiese sido resolver esta dificultad en su minuto, cuando se discutió la Ley de Casinos de Juego, que hoy nos rige. Pero era imprescindible buscar una solución a un problema tremendamente grave para las comunas que tienen casinos, con estatutos propios, surgidos a partir de normativas especiales.
De hecho, como aquí bien se mencionó, si no votamos a favor de esta iniciativa, el 31 de diciembre de este año cesarán las concesiones en funcionamiento en siete comunas del país.
Al respecto, puedo decir, con mucha claridad, que la contribución económica de esos casinos al presupuesto de esas comunas, en promedio, llega a más de 30 por ciento, y en algunos municipios, incluso a 50 por ciento. O sea, se trata de una cifra tremendamente significativa.
Además, a partir del 1° de enero de 2016 caducaría el derecho a ser sede de casino municipal de tales comunas; en este caso, de las más importantes de las dos Regiones que represento: de Arica y de Iquique.
Por lo tanto, el proyecto en debate viene a resolver, de alguna manera, una emergencia, al hacerse cargo de un problema mediante una fórmula razonable, porque efectivamente se prorroga la actual normativa por dos años, es decir, hasta el 31 de diciembre de 2017.
En la Comisión de Hacienda hubo algunos comentarios en el sentido de que la Superintendencia de Casinos de Juego podría haberse encargado inmediatamente de la fiscalización del funcionamiento de los casinos de juego. Pero, en definitiva, ello ocurrirá a partir del 1° de enero del 2018.
No obstante, lo significativo es que, una vez aprobado este proyecto, se iniciará un proceso de licitación de los permisos de operación de dichos casinos, en el que se va a emplear un procedimiento transparente, público, universal, como es en todo Chile.
El tema fue ampliamente conversado, y me parece muy importante destacarlo.
Más allá de la fórmula de recaudación (la mencionaré posteriormente), lo fundamental aquí es que habrá una Superintendencia que se hará cargo de todo el proceso, desde la licitación, la evaluación de las ofertas y la adjudicación de las patentes o permisos de operación, hasta, por supuesto, la fiscalización.
A mi juicio, lo anterior es muy trascendente, pues todos sabemos que hay comunas y comunas.
Por otro lado, también encuentro relevante que en el proyecto se destine un porcentaje de los ingresos brutos al resto de las comunas de la región en la que se emplacen los casinos. Porque, efectivamente, viendo nuestro caso, en la Región de Arica y Parinacota hay cuatro comunas; en la de Tarapacá, siete. Pero los casinos se ubican en dos; el resto de las comunas son más pobres.
Con esta iniciativa no solo se garantiza que la comuna que en la actualidad es sede de un casino siga percibiendo los ingresos hasta ahora obtenidos, sino que, además, se incorpora la obligación de entregar 10 por ciento de los ingresos brutos al Fondo Nacional de Desarrollo Regional para proyectos de inversión del resto de las comunas.
Por lo tanto, el casino ubicado en la capital de una región beneficia también con recursos a sus restantes comunas, los cuales se deben destinar a importantes proyectos de desarrollo.
Así que, desde esa perspectiva, considero relevante resaltar lo anterior como un logro o avance en la materia.
En cuanto a la fórmula propuesta, tengo cierta aprensión -lo conversé con la gente de Hacienda- respecto de cuánto le significa a la empresa concesionaria desembolsar en pago de impuestos y en aporte económico al municipio versus las inversiones que realiza.
El problema que tenemos en los casinos del norte (de Iquique y de Arica) es que son "rascas". ¡Esa es la verdad! Tienen una pésima infraestructura, muy poca inversión. No son considerados lugares importantes o de gran atractivo desde el punto de vista turístico. Si uno va a otros casinos, como el de Viña del Mar o del sur de Chile, se da cuenta de que son otra cosa.
Por consiguiente, resulta fundamental saber -de ahí la preocupación que le comentaba a la Ministra Rincón-, considerando el 60 por ciento de la oferta económica y el 40 por ciento de la oferta técnica, cuánto pesa finalmente, al momento de adjudicar una propuesta, la inversión que van a hacer las concesionarias en la evaluación del Consejo Resolutivo.
Eso es muy importante.
Porque los casinos pagan el 20 por ciento de los ingresos brutos -todos lo hacen-, pero en el caso de los nuestros además está el aporte económico que reciben los municipios -muy relevante, ya lo dijimos-, lo cual está muy ponderado, y me preocupa que pudiera verse debilitada la realización de inversiones importantes en el establecimiento de casinos como los que realmente merece la gente de Iquique y de Arica, y no los que hoy tenemos.
Las personas que han recorrido Chile por distintas razones se darán cuenta de la diferencia existente entre los distintos casinos en materia de inversión.
Es cierto que eso se halla contemplado, pues se establecen consideraciones especiales con relación a los aspectos tenidos en cuenta al momento de revisar las distintas ofertas. La oferta económica está garantizada para el municipio, al igual que la construcción o implementación de infraestructura turística en la comuna donde hay casino,
En cuanto a lo último, creo que se trata de un aspecto relevante y me gustaría que pudiésemos aclarar ese punto en la presente sesión, porque interesa que haya buenas inversiones; que se considere la oferta técnica, y que no se apruebe cualquier proyecto.
Finalmente, quiero destacar también que se da tranquilidad a los trabajadores de los casinos -me lo plantearon los representantes de los dos existentes en las Regiones que represento- en cuanto a su estabilidad laboral. Aquí se considera claramente que los trabajadores que hoy se desempeñen en la actual empresa concesionaria deberán seguir prestando servicios, en un porcentaje significativo, al nuevo concesionario. Y eso también me parece relevante.
Así que estoy muy contento de aprobar este proyecto, que efectivamente viene a resolver un problema urgente, que les permitirá a los actuales municipios sedes de casinos seguir recibiendo ingresos importantes para sus presupuestos y les posibilitará a las municipalidades de las comunas más pobres percibir recursos para seguir desarrollándose.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Moreira.


El señor MOREIRA.- Señor Presidente, me sumo a todas las felicitaciones y saludos que se han dado. Pero agrego mi reconocimiento, en nombre de la Región de Los Lagos, en especial de Puerto Varas, a quienes de verdad trabajaron arduamente, con perseverancia, y que durante mucho tiempo conversaron con el Senador Quinteros y conmigo para sacar adelante este proyecto.
Y también saludo a Carlos Gómez, a Víctor Guinao y a Rony Loaiza, quienes vinieron especialmente desde Puerto Varas, como miembros de la Coordinadora de Sindicatos de Casinos Municipales, y mostraron gran perseverancia y preocupación para defender la permanencia del casino en la comuna de Puerto Varas a fin de proteger a sus trabajadores.
De otro lado, debo señalar que, en mi opinión, este proyecto de ley se halla bien orientado, en el sentido de que busca una solución para los municipios en cuyos territorios se emplazan casinos, como es el caso de nuestra ciudad de Puerto Varas, en la Región de Los Lagos, para los cuales resulta de vital importancia contar con los recursos que reciben a fin de seguir colaborando con la educación de los alumnos que asisten a sus escuelas y liceos y con el bienestar de las personas y familias que viven en ellas.
En los municipios cuya principal actividad económica se basa en la industria del turismo, los casinos constituyen una actividad complementaria fundamental, que permite el mayor crecimiento y desarrollo de la comuna.
Prácticamente no existe ciudad turística en el mundo que no tenga un casino. La idea es -aunque muchas veces es cuestionado el juego de azar- que sean los turistas los que dejen, en palabras simples, la plata en la comuna.
Me parece razonable la prórroga que se propone en ese ámbito "por un total de tres períodos de quince años cada uno", en atención a la realidad económica en la que se encuentran las siete comunas sedes de casinos municipales, que, por lo demás, son destinos de alta concurrencia de turistas en casi todas las estaciones del año.
Asegurarles a ellas que contarán por un buen tiempo con sus casinos las ayudará para que sigan proyectando sus ciudades como centros turísticos relevantes de nuestro país e, incluso, del continente.
Adicionalmente, el proyecto apunta en la dirección correcta al hacer nuevos esfuerzos por la descentralización de los recursos dentro de las regiones en cuyo territorio se emplazan los casinos. Por eso considero oportuno que se haya establecido destinar el 10 por ciento de los ingresos brutos a los gobiernos regionales. Sin embargo, debemos realizar mayores esfuerzos por descentralizar tributariamente a nuestro país.
Asimismo, resulta urgente solucionar el problema que se suscita con la actual legislación en relación con el vacío que se producirá en el lapso entre el vencimiento de una concesión y la entrada en operación de la nueva empresa que se adjudicará la gestión de un casino. No es bueno, ni para los trabajadores ni para el desarrollo de una comuna, que una actividad económica tan relevante para una localidad quede suspendida por meses o años, producto de procesos administrativos. Con la presente iniciativa, ese conflicto quedaría subsanado al establecerse nuevos plazos que evitarían tal situación.
Por otro lado, cabe resaltar que es importante dejar expresamente consignado cómo se va a resolver el problema de los trabajadores que pertenecen a una empresa cuya concesión llega a su fin. Ellos quedan en una situación desfavorable, al verse expuestos a no contar con la debida y legítima posibilidad de acceder a la indemnización laboral correspondiente.
Considero que podemos mejorar todavía más el texto del proyecto en esa materia.
Entiendo que este punto se hizo presente en la Comisión de Hacienda, lo cual quedó reflejado en el informe. Pero, al perecer por problemas de competencia jurídica y por jurisprudencia, lo relativo a la indemnización no quedó contemplado en la propuesta de ley.
Nosotros podemos seguir avanzando en esa línea.
Reitero: me parece relevante que dentro de esta iniciativa se indique con claridad que a lo menos el 80 por ciento del personal de la concesionaria saliente continuará prestando servicios en la nueva empresa adjudicada.
A mi juicio, este proyecto da tranquilidad a los trabajadores y a las ciudades que tienen casinos, especialmente la de Puerto Varas, que represento.
Por último, es importante destacar que esta propuesta legislativa, como ya se ha dicho, se encarga de perfeccionar la regulación de la industria por varias vías: se modifica el mecanismo de adjudicación; se aumentan las facultades de investigación de antecedentes en la etapa de calificación de ofertas; se mejoran las atribuciones de fiscalización y supervisión de la Superintendencia de Casinos de Juego, y, finalmente, se perfecciona el régimen de sanciones y multas.
¡Bien por las siete ciudades!
¡Bien por el progreso!
¡Bien por el turismo!
¡Bien por Puerto Varas!
Voto que sí.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, se han cumplido más de diez años desde que se promulgó la ley N° 19.995, que regula los casinos de juego. Y en todo ese tiempo ha habido una lucha incesante de las comunas y sus autoridades por mantener esta actividad económica.
Aprovecho de saludar a los alcaldes en ejercicio de las comunas en comento, quienes han luchado mucho para que el Parlamento, de una vez por todas, establezca un marco legal que dé certeza a ciudades que fueron pioneras en el inicio de los casinos en Chile. Se comenzó como una excepción en lugares que tenían una vocación turística. Sin embargo, precisamente, a ellas dejamos en la incertidumbre.
Durante diez años ha habido indecisión de parte de los gobiernos para resolver este asunto.
Quiero felicitar a la Presidenta Bachelet por tener el coraje de resolver la situación de los casinos municipales, y también a la Ministra Secretaria General de la Presidencia, señora Ximena Rincón, quien, junto con los alcaldes y los trabajadores de los casinos, logró llegar a una fórmula que era muy difícil de conciliar, por cuanto había que garantizarles a esas comunas que continuarían con la concesión.
Esas comunas estaban amenazadas por tal interrupción, pues vencía el plazo legal, ahora, el 2015, y era muy poco viable que, cualquiera que fuese el proyecto de ley, en un par de meses los nuevos concesionarios alcanzaran a instalarse.
A mi entender, no estamos haciendo otra vez una prórroga de plazos -eso ya lo hicimos-, sino que estamos resolviendo el tema de fondo, el cual tiene que ver con prorrogar la primera licitación y con asegurarles a las siete comunas que seguirán manteniendo, en el largo plazo, los casinos instalados allí.
Se determina un plazo de quince años. Pero cabe aclarar que este periodo no es para la concesión, sino para dar seguridad a las comunas y sus habitantes de que mantendrán sus casinos, lo que podrá ser renovado por un total de tres períodos de quince años cada uno.
Las concesiones tendrán una duración menor, pero se podrán licitar con una modalidad que también fue difícil de conciliar: los gobiernos regionales recibirían una parte de esos fondos, sin que los municipios dejaran de percibir el mismo nivel de ingresos. Esta entrada es muy importante para ellos, porque constituye casi la mitad de los recursos regulares de los presupuestos municipales.
Hago presente que he seguido muy de cerca el desarrollo del casino de Pucón y he escuchado lo que ha planteado el alcalde de esa comuna. Aprovecho de saludar a don Carlos Barra, quien nos acompaña hoy en las tribunas.
A todos los jefes comunales les digo que los parlamentarios, en general, estamos muy sensibilizados con la situación de las comunas sedes de casinos municipales, que han recibido ingresos por ese concepto por tantos años. La legislación no les resolvía el problema de fondo; no les daba certidumbre alguna ni a ellos, ni a las comunas, ni a sus habitantes, ni mucho menos a los trabajadores de casinos.
Creo que esta iniciativa resuelve el asunto de buena manera, al establecer un porcentaje para la región y disponer, en el proceso de licitación, la exigencia de saber cómo los casinos garantizarán ingresos no menor a los que hoy perciben. Tal fórmula es prácticamente ideal para hacer compatibles los deseos de la comuna con la necesidad de mantener esos recursos.
Por otra parte, se planteó con mucha fuerza que esta futura ley especial atentaría contra la igualdad de oportunidades del resto de los casinos.
En realidad, son dos cosas distintas.
Los casinos que se licitaron en lugares diferentes de donde se hallaban originalmente cuentan con su legislación y están ejerciendo su concesión en las condiciones acordadas por ley en igualdad para todos.
Este otro grupo de casinos tiene una legitimidad legal, que estamos asegurando desde el punto de vista de sus orígenes. Y estos son distintos de aquellos que se licitaron en otras zonas del país.
Asimismo, hago presente que en las conversaciones se planteó la necesidad de establecer alguna garantía de inamovilidad para los trabajadores. Desde luego, con la prórroga ellos ya están más tranquilos, aunque no del todo. Por eso, se consignará, en los factores de evaluación para la adjudicación de una concesión, una preferencia, entre los distintos postulantes en competencia, en favor del que muestre un mejor porcentaje de estabilidad laboral de su personal.
Me parece que esa es una fórmula adecuada.
En definitiva, señor Presidente, creo que hemos salvado de buena manera una demanda muy sentida durante más de diez años de parte de los casinos que pertenecen a las comunas que se indican, las cuales tienen vocación turística.
Por lo tanto, estamos avanzando en justicia y en certeza para la gente de las ciudades donde se emplazan los casinos que han motivado el envío de este proyecto.
Voto a favor.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quinteros.


El señor QUINTEROS.- Señor Presidente, no voy a insistir en lo que ya varios colegas manifestaron sobre las concesionarias y los años de duración de la concesión.
Tampoco reiteraré las felicitaciones a quienes hicieron posible la pronta aprobación de esta iniciativa.
Sí quiero decir que este proyecto es de toda justicia, y valoro que lo haya presentado el Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Sin esta futura ley, los siete casinos municipales actualmente existentes dejarían de operar a fines de este año, con los perjuicios que ello acarrearía a las arcas municipales, a la estabilidad laboral de sus trabajadores y, en general, a la actividad turística de esas comunas.
Aprecio la sensibilidad demostrada por el Ejecutivo para enfrentar esta situación, que afecta a municipios de regiones.
Privarlos de estos recursos habría traído aún más dificultades a la precaria situación financiera no solo de aquellos que cuentan con casino, sino de todos a nivel nacional, por cuanto la falta de tales ingresos habría afectado la distribución general del Fondo Común Municipal.
Respecto de los trabajadores, el proyecto recoge algunas demandas expresadas por sus organizaciones, en especial la que establece que el porcentaje de personas que se desempeñan para el actual concesionario y que continuarán prestando servicios no podrá ser inferior al 80 por ciento.
Sobre el particular, cabe preguntarse: ¿por qué no proteger al 100 por ciento de los trabajadores? Me parece que se debe dar respuesta a todos y no solo a algunos. Tal vez debería contestar a esta duda la autoridad pertinente del Ministerio del Trabajo y pronunciarse sobre los tipos de contrato laboral aplicables a este sector, que, a mi modo de ver, no pueden considerarse como por obra o faena, por cuanto ello no da derecho a indemnización por años de servicios, sino como contratos indefinidos, que sí cuentan con tal protección.
De esa manera, sí estaríamos defendiendo a los trabajadores.
La iniciativa se hace cargo también de la vocación turística de las comunas donde se ubican estos casinos. Dicha actividad no puede considerase igual al resto de las actividades económicas, pues condiciona a toda una ciudad.
Destaco, en particular, el caso de Puerto Varas: a pocas décadas de su fundación, junto con la llegada del ferrocarril, el Estado impulsó la construcción del Gran Hotel y, más adelante, a través de la ley N°17.169, la creación del Casino Municipal, que comenzó a operar en 1970. Ambas iniciativas sentaron las bases de lo que es hoy un importante polo turístico nacional.
Ese municipio -con su actual alcalde, Álvaro Berger- ha invertido gran cantidad de recursos para mantener la infraestructura adecuada, a fin de atraer visitantes sin desatender las necesidades de los vecinos.
Esa historia, similar a la de comunas como Viña del Mar, Pucón y otras, no puede desecharse por argumentos técnicos. La suerte de una actividad tradicional no debe quedar entregada a una licitación.
Por otra parte, un dato relevante que nadie señala: los casinos municipales producen mayores ingresos que los privados, por lo que su mantención se justifica también por razones económicas.
Además, el mecanismo de distribución de los ingresos provenientes de la operación de los casinos se hace más justo, ya que el Fondo Nacional de Desarrollo Regional recibirá el 10 por ciento de esos dineros.
Por todo lo anterior, como dije, considero que esta iniciativa es de toda justicia.
Quedan pendientes -esto ya se mencionó- la regulación de las máquinas de azar, que se han extendido por todas las comunas, y los juegos por internet. Espero que ambas materias sean reguladas prontamente.
Con todo, el paso que estamos dando me parece muy positivo. Estoy seguro de que las comunas que cuentan hasta ahora con casinos municipales continuarán siendo un pilar de la actividad turística nacional y, también, seguirán mejorando la calidad de vida de los sectores más necesitados.
Por eso, voto que sí.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.


El señor GARCÍA.- Señor Presidente, en primer lugar, deseo saludar a los jefes comunales presentes: a la señora Alcaldesa de Viña del Mar y, de manera muy especial, al señor Alcalde de Pucón, don Carlos Barra; a las señoras y los señores concejales de esa comuna, y a los dirigentes sindicales del Casino Municipal de Pucón, todos los cuales nos acompañan desde las tribunas.
¿Por qué se presentó este proyecto?
El artículo 3º transitorio de la ley N° 19.995 señala en lo pertinente: "las leyes actualmente vigentes, a través de las cuales se ha autorizado la instalación y funcionamiento de casinos de juego en las comunas de Arica, Iquique, Coquimbo, Viña del Mar, Pucón, Puerto Varas y Puerto Natales, se entenderán derogadas desde la fecha en que las concesiones amparadas por dichas leyes se extingan definitivamente por cualquier causa y, en todo caso, a partir del 1 de enero de 2016.".
Es decir, de no aprobarse la iniciativa en debate, los casinos municipales de esas siete comunas tendrían que dejar de funcionar a más tardar el 31 de diciembre próximo.
Con ello, lo que es más grave, privaríamos a sus respectivas comunidades de importantísimos recursos, que son invertidos en el desarrollo comunal.
Se trata de fondos francamente muy significativos: en el caso de Pucón, los aportes del casino representan el 37 por ciento de los ingresos municipales; en el de Viña del Mar, el 43 por ciento; en el de Iquique, el 34 por ciento; en el de Puerto Varas, el 21 por ciento; en el de Coquimbo, el 20 por ciento, y en los de Arica y Natales, el 15 por ciento cada uno.
Sinceramente, resultaría imposible imaginar que esos municipios podrían seguir adelante con su plan de inversiones, mejorando la calidad de vida de sus habitantes, si no contaran con tales recursos.
Ahí radica la principal razón de por qué voto a favor de la iniciativa y de por qué llamo a las señoras y los señores Senadores a apoyarla.
Durante su tramitación, los dirigentes sindicales nos hicieron sentir sus inquietudes.
Una de ellas se refiere a la necesidad de garantizar que la mayoría de los trabajadores pasará de un empleador a otro al producirse un cambio de concesionario; o sea, se pide continuidad.
El proyecto recoge esa preocupación: el 80 por ciento de quienes laboran para el concesionario que termina su operación debe ser contratado por el nuevo concesionario.
Sin embargo, la demanda más importante, desde mi punto de vista, es aquella que dice relación con las indemnizaciones por años de servicio.
Con justa razón, los dirigentes sindicales señalan que en muchos de sus contratos de trabajo se establece que, al terminar una concesión, no tienen derecho a indemnización por años de servicio, pues se trata de contratos por faena.
En relación con eso, y habiéndole planteado esa inquietud a la Ministra Secretaria General de la Presidencia, señora Ximena Rincón, y a las autoridades de Hacienda, quiero leer el texto del informe para dar tranquilidad a los trabajadores. El documento señala:
"Sobre el particular, los representantes del Ejecutivo hicieron expresa entrega de la siguiente constancia:
"Respecto de la preocupación representada por la Coordinadora Nacional de Sindicatos de Casinos Municipales, en relación a la situación laboral de los funcionarios de casinos municipales al término de las concesiones, cabe señalar lo siguiente:
"1. La jurisprudencia administrativa y judicial está conteste en que el término de una concesión no es asimilable a la causal de conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato, contemplada en el numeral 5.- del artículo 159 del Código del Trabajo. Esto en razón de que el término de la concesión sería parte del riesgo del negocio que asume el empleador y que no es extensivo al trabajador.
"2. En razón de lo anterior el término de las concesiones se equipararía a la causal referente a necesidades de la empresa, contenida en el artículo 161 del Código del Trabajo, la que da lugar a las indemnizaciones correspondientes.
"3. En este contexto, se considera que legislar de manera particular para estos trabajadores podría generar problemas interpretativos en orden a que sólo respecto de ellos se garantizara el tema indemnizatorio, que como se ha manifestado, es reconocido por la jurisprudencia uniforme tanto judicial como administrativa para todos los que se encuentran en situación análoga.
"4. Por último, se reitera lo planteado por el representante del Ministerio del Trabajo en el primer trámite constitucional en orden a que las organizaciones sindicales del sector se acerquen al Ministerio del Trabajo para discutir estos temas en mesas de trabajo y de seguimiento de la situación, a fin de garantizar el pleno cumplimiento de sus derechos laborales.".".
La opinión de los integrantes de la Comisión de Hacienda del Senado es que la jurisprudencia judicial y la administrativa validan la posición de los trabajadores en el sentido de que siempre tendrán derecho a la indemnización por años de servicios.
Señor Presidente, porque estamos garantizando los ingresos para siete comunas de nuestro país donde se ubican esos casinos municipales; porque con esto también estamos haciendo un aporte significativo al mayor desarrollo turístico de estas comunas, y porque además estamos garantizando los derechos de sus trabajadores, entusiastamente votamos a favor de la iniciativa.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Lily Pérez.


La señora PÉREZ (doña Lily).- Señor Presidente, como exconcejala me siento muy contenta y orgullosa de ver que este proyecto de ley es producto del trabajo mancomunado de distintos municipios de nuestro país.
La verdad es que, más allá de la iniciativa del Ejecutivo, que es evidente en este proyecto y que se agradece, quiero destacar la labor de los concejos municipales, de los funcionarios, de los alcaldes y las alcaldesas.
Estas siete comunas, que han tenido municipios históricos, se encontraban en tierra de nadie. Y con la nueva legislación y las nuevas concesiones, a partir de ahora, contarán con reglas claras, e incluso su regulación estará a cargo de la Superintendencia de Casinos de Juego.
Por esa razón, voto con entusiasmo a favor, porque recibí llamados, comunicaciones y escritos de los alcaldes, las alcaldesas, los concejales y de mucha gente que trabaja en los municipios y que estaba muy interesada en que este proyecto saliera adelante.
Así que, en homenaje a ellos -no me quiero extender, porque la verdad es que aquí se han dicho muchas cosas-, creo que es justo poner los hechos en el punto preciso, porque el que ha dado pie para la existencia de esta iniciativa no ha sido el Congreso Nacional. Lo que ha dado pie a la existencia de este proyecto y a estas nuevas reglas del juego, que les entregarán la posibilidad de tener mayores certezas, de bajar la angustia y terminar con este miedo tremendamente justificado que implicaba acabar con un fondo muy importante para estos siete municipios (todos de comunas turísticas), es precisamente el trabajo, el esfuerzo y la unión, que hace la fuerza, de todas estas municipalidades, que tienen mucho en común, a pesar de las distancias.
Les agradezco, por su intermedio, señor Presidente -muchos de ellos y ellas están presentes hoy día (alcaldes, alcaldesas, concejales, concejalas y funcionarios municipales)-, por habernos transmitido con propiedad cuán importante y necesaria era la ley en proyecto. Recordemos que la mayoría de nosotros no fuimos miembros de la Comisión que estudió este proyecto ni tampoco somos Senadores en cuyas circunscripciones haya casinos de este tipo.
Les doy las gracias por haberme permitido entender mucho más la problemática que estos siete municipios estaban viviendo, y producto del trabajo unitario que han llevado adelante este proyecto hoy día se convierte en ley.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, Honorable Senado, a mi juicio, el Parlamento esta tarde lo que está haciendo es enmendar un error. Y ese error se cometió cuando se dictó la ley N° 19.995, que es la conocida "Ley de Casinos".
En esa oportunidad, se estableció un sistema general y no se reconoció el carácter histórico de estos siete casinos municipales. Y por eso en dicha ocasión voté en contra del proyecto de ley: porque no consideraba un elemento histórico. Y al impedir que siguieran funcionando de manera permanente se generaba un impacto económico muy fuerte sobre los municipios afectados, respecto de un ingreso que tenían plenamente internalizado. Y sin la solución que se está otorgando hoy día se hacía muy difícil el funcionamiento de estas comunas.
En el curso del debate se han señalado los porcentajes que significaban los ingresos por concepto del casino dentro del presupuesto municipal. Y, por lo tanto, sin esos recursos en la práctica se hacía inviable el funcionamiento de los propios municipios, lo que afectaba seriamente a la comunidad.
Entonces, junto con agradecer, aquí se debe hacer un mea culpa y señalar que lo que se está haciendo es enmendar un error que se cometió al dictar la Ley de Casinos.
Dicho eso, señor Presidente, si se está rectificando un error, ¡lo lógico es enmendarlo en forma definitiva! Pero aquí no se resuelve finalmente esta situación, porque si uno analiza los artículos transitorios relativos a la renovación, llegará un minuto en que los municipios tendrán que solicitarla de nuevo al Consejo Resolutivo respectivo, independiente de que ello ocurra en 45 años más.
Habría preferido que se hubiese establecido una disposición permanente y no transitoria que reconociera que existen distintas realidades. Muchas veces, porque hay temas históricos de por medio, la norma permanente debe reconocerlos.
¡No vamos a estar en este Parlamento en 45 años más! Seguramente, los alcaldes que nos acompañan, tampoco. Por eso, la idea era resolver el problema en forma definitiva.
A mi juicio, aquí se está cometiendo el error de dejar en las normas transitorias una resolución que deberá dictar el Consejo Resolutivo en un plazo determinado, que puede ser en 45 años más, cuando nuevamente se discutirá si se renueva o no la sede.
Pero había que resolver un problema en forma urgente. Como muchas veces nos ocurre, las cosas no las solucionamos como deberíamos. Y yo, honestamente, habría preferido darle una salida completamente definitiva.
Los casinos de que se trata son municipales. Y esos ingresos deben quedar, de manera importante, en el municipio, y eso tendría que haber sido reconocido en una norma permanente y no en una transitoria. De modo que, independiente de que las renovaciones se efectúen en muchos años más, esto debería haberse despejado totalmente.
Esos son mis comentarios.
Por supuesto, voy a aprobar el proyecto, porque salvamos una situación que tenía que resolverse en forma urgente en estos siete casinos municipales. Pero -reitero- me habría gustado solucionarla de manera absolutamente permanente en el tiempo, para despejar cualquier duda futura y para que haya plena certeza jurídica respecto a los casinos municipales.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra al Senador señor Ossandón.
El señor COLOMA.- ¿Y yo, señor Presidente?
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Perdón, pero estaba inscrito antes el Senador señor Coloma.
Tiene la palabra, Su Señoría.


El señor COLOMA.- Gracias, señor Presidente.
Hay pocas cosas más discutibles que una Ley de Casinos -cuando está se tramitó, hace ya una década, fue objeto de una votación estrecha-, porque, obviamente, siendo el juego en sí mismo un ilícito, por vía de la ley se puede hacer lícito, y ha de cumplir con determinados requisitos, que son los que precisamente generan una cantidad de dudas muy importante.
Pero, desde mi perspectiva, y a diferencia de otros colegas que me antecedieron en el uso de la palabra, no siendo un gran defensor de la actual Ley de Casinos -creo que desde su origen hubo errores significativos-, pienso que esta normativa es positiva. Y yo la valoro, la aprecio, y quiero explicarla, de acuerdo con lo que me tocó trabajar en la Comisión de Hacienda.
Aquí hay, a lo menos, seis puntos legítimamente debatibles, respecto de los cuales la Comisión tomó una decisión.
El primer problema de fondo que se presentó decía relación con el término de las actuales concesiones municipales, las que concluían ahora.
Obviamente, uno imagina que los siete alcaldes, que pertenecen a las comunas de Viña del Mar -cuya alcaldesa persistentemente estuvo en la Comisión-, Arica, Iquique, Coquimbo, Pucón, Puerto Varas y Puerto Natales, no deben de haber dormido durante los últimos 60 días -a partir de hoy van a poder hacerlo-, porque les aquejaba un problema superlógico: se terminaba un sistema que, básicamente -aquí se han dado las cifras-, financiaba el desarrollo de sus ciudades.
Esta situación había quedado pendiente hace diez años, y no hay plazo que no se cumpla.
¿Qué se hace respecto de ese primer problema? Se posterga por dos años el plazo de caducidad de la concesión. Entonces, se resuelve parte del asunto y los alcaldes pueden dormir, por lo menos, por dos años.
Pero había un problema adicional: ¿Qué pasaba después?
Y, entonces, surge la segunda materia discutida en la tramitación del proyecto: ¿Cuál es el mecanismo y el período para ir prorrogando este tipo de permisos?
Cabe explicar brevemente que las concesiones duran 15 años respecto del lugar, y la Región puede tener hasta tres casinos dentro de su perímetro.
Pero en el caso de los otros casinos, no de los con historia municipal -así los voy a llamar-, al término de los 15 años puede competir cualquier otra comuna de la región por la concesión. Entonces, la concesión dura 15 años, y al concluir se puede renovar, pero hay una suerte de competencia con otras comunas de la región.
Y aquí surge el segundo problema.
¿Había que aplicar los mismos parámetros a aquellas concesiones que tenían historia? En este caso, la Comisión tomó la segunda decisión, por iniciativa del Ejecutivo, la cual me parece razonable e importante.
Así, se señala: "Mire, la concesión dura 15 años, y parte en dos años más, pero podrá ser prorrogable por otros 15, luego por 15 más y, al final, por otros 15". Si se fijan bien, son 60 años de concesión dentro de la misma comuna.
Entonces, la comuna tiene una suerte de beneficio en su desarrollo futuro.
Surge una pregunta, que es razonable: ¿Es justo o no ese procedimiento?
Mi respuesta, por lo menos, es que esas comunas, habiendo tenido una historia y habiendo surgido a partir de una ley especial, obviamente, poseen un estatus diferente al de las otras comunas. Y, probablemente, estas siete ciudades no se habrían desarrollado sin esa palanca de desarrollo.
En determinado momento el legislador dijo -voy a repetirlo-: "Para que Arica -zona extrema-, Iquique, Coquimbo, Viña del Mar, Pucón, Puerto Varas y Puerto Natales tengan una fortaleza, por ser lugares difíciles de desarrollar, les vamos a dar este elemento para que lo incorporen dentro de su acontecer".
Entonces, en esa perspectiva, me parece justo entregarles un tratamiento acorde a su historia. Por eso se hace una excepción. Y si bien todas las concesiones se extienden por 15 años, estas tienen la misma duración, pero son renovables dentro de la misma comuna.
El Senador Orpis dice que, probablemente, en 45 años más no va a haber ninguno de estos alcaldes. Yo espero que alguno siga vivo, ¡porque los veo con buena salud, en buen estado físico...!
Al final, los alcaldes, afortunadamente, no piensan solo en ellos, sino en el futuro de sus comunas y en proyectarse en lo que están construyendo. Ello les permite basarse en una fortaleza mucho mayor, porque son 15, más 15, más 15, y el Consejo Resolutivo puede aumentar la concesión en otros 15 años adicionales.
Un tercer problema radica en aplicar las normas de la Superintendencia de Casinos de Juego a todos los casinos, lo cual me parece razonable. Incluso, había facultades a mi juicio excesivas, que se ordenaron y se hicieron más compatibles con los derechos de aquellos que desarrollan este tipo de actividades, que estimo apuntan en el sentido correcto.
Me quiero hacer cargo de un cuarto punto -es más criticado por algunos-, que dice relación con la forma de valorar las ofertas. Yo sé que esto es criticado. Pero quiero plantear, al menos, mi punto de vista y de la Comisión.
El proyecto original decía que el 100 por ciento de la oferta era recaudatoria y que lo importante para estos efectos era cuánto ofrecía el concesionario. Ese era el único elemento para decidir a quién se le otorgaba la concesión. Al final, se incorporó una mezcla: hay un 60 por ciento de valoración que yo llamo "técnica-turística", que hay que superar, luego de lo cual lo que importa es la oferta económica.
Yo no soy partidario de que en el futuro, por ejemplo, haya casinos on line ni de que se abran casinos en la Región Metropolitana. Y no veo ninguna razón para que el día de mañana, si se cambia todo el efecto turístico por uno recaudatorio, ello no sea una consecuencia directa. Porque si lo que se busca de los casinos es pura recaudación, ¿dónde se recauda más? En la Región Metropolitana. ¿Y de qué otra forma se puede recaudar más? A través de los casinos on line.
Entonces, considero que el resguardo real de la regionalización es incorporar siempre el elemento turístico como base en una licitación. Eso permite anclar una forma de entender el problema que no signifique simplemente optar por donde hay más dinero.
Señor Presidente, creo que el elemento turístico, además, fue clave para que existiera la Ley de Casinos. Entonces, no me parece razonable que a los 10 años la base -lo turístico- se deje de lado y se remplace solo por lo recaudatorio.
Creo que ella es una ecuación razonable que defiende a los casinos regionales de la existencia de casinos en la Región Metropolitana y de los casinos on line.
El quinto punto tiene que ver con los trabajadores. Ha sido largamente explicado, pero me parece superimportante referirme nuevamente a él.
Los dirigentes asistieron a la Comisión y plantearon algo muy razonable. Y en el informe quedó constancia de dos cosas. Primero, de que "La jurisprudencia administrativa y judicial está conteste en que el término de una concesión no es asimilable a la causal de conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato, contemplada en el numeral 5.- del artículo 159 del Código del Trabajo. Esto en razón de que el término de la concesión sería parte del riesgo del negocio que asume el empleador y que no es extensivo al trabajador.". Y segundo, de que, por lo mismo, "... el término de las concesiones se equipararía a la causal referente a necesidades de la empresa"; no tiene que ver con el hecho de no generar el efecto indemnizatorio, sino que es parte del riesgo de la concesión.
Así lo entiende la Dirección del Trabajo; así quedó claro en el informe de la Comisión, y así entiendo yo que tiene que aplicarse ante una eventualidad. No ha ocurrido todavía; ojalá no suceda; las concesiones en operación aún están vigentes. Pero hay una defensa razonable de los trabajadores.
El último punto pendiente -lo dijo el Senador Chahuán- es el de los tragamonedas.
Los tragamonedas son el gran despilfarro en esta actividad, pues, a mi juicio por la vía ilegal, se genera una pérdida total de las condiciones que ameritan la existencia de los casinos, ya que no se considera ninguno de los elementos positivos (de desarrollo turístico, comunal o regional, en fin) y, en cambio, se genera una explosión precisamente en sectores sociales que se ven afectados por los 700 mil lugares donde, bajo la lógica de la destreza (en ellas no hay nada de destreza), simplemente se abusa de la gente.
En resumen, señor Presidente, creo que este es un buen proyecto: los alcaldes pueden dormir tranquilos.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tras los buenos deseos que el Senador señor Coloma ha expresado a los alcaldes, le solicito a la Sala que dé su autorización para que presida de manera temporal, por veinte minutos, el Senador señor Guillier.
--Se autoriza.
--Pasa a presidir la sesión, en calidad de Presidente accidental, el Senador señor Guillier.
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Ossandón, quien gentilmente permitió que interviniera antes el Senador señor Coloma.


El señor OSSANDÓN.- Seré supersucinto, señor Presidente, ¡al igual que el colega Coloma...!
¡Me acabo de dar cuenta de por qué el Alcalde de Pucón estaba tan preocupado de Villarrica...! ¡Y le echaba humo...!
¡Espero que ahora se acabe el problema del volcán...!
Solo dos cosas, señor Presidente.
Primero, adhiero a lo que dijo el Senador Orpis. Creo que deberíamos buscar una fórmula para que en el caso de los municipios no hubiera una concesión, sino que todo fuera parte de su labor y de sus ingresos permanentes. Esto de que cada cierto tiempo estén renovando concesiones no tiene ningún sentido. Además, se ha demostrado que las ciudades y los sectores turísticos se han desarrollado sobre esa base. Entonces, darles perspectiva en el tiempo es muy importante.
Por eso, voy a votar a favor.
De otro lado, quiero decir que deberemos enfrentar la situación de los tragamonedas, que, sobre todo en la Región Metropolitana, constituye un problema gravísimo. No son máquinas de azar. Hay con ellas un tremendo negocio asociado a la delincuencia internacional. Y eso motivó incluso que algunos parlamentarios plantearan legalizarlas, atendida la ilegalidad en que permanecen. Y hoy los municipios están muy amarrados, pues por un lado la Contraloría les dice que las fiscalicen, pero por otro carecen de infraestructura para requisar y resguardar debidamente esas máquinas, cuyo costo es elevadísimo, a los efectos de posteriormente evitar la interposición de demandas indemnizatorias por su deterioro en caso de haberlas malguardado.
Por último, felicito a toda la gente que trabaja en la actividad a que nos estamos refiriendo. Y creo que es una muy buena señal que empecemos a volver a confiar en los municipios, porque forman parte del Estado y son sumamente relevantes para solucionar los problemas de la gente. De modo que deberíamos asegurarles sus ingresos en el tiempo.
Entonces, espero que provoquemos un cambio legal para que no exista renovación de las concesiones, sino un derecho adquirido.
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.


El señor PIZARRO.- Procuraré ser breve, señor Presidente, ¡al igual que quienes me precedieron...!
Primero, deseo recordar el debate que tuvimos cuando se elaboró la actual legislación sobre casinos.
En aquel entonces, para establecer un sistema autónomo que abriera la oportunidad de desarrollar la industria de los casinos en comunas distintas de las que la tenían en forma especial por ley, durante el debate se argumentó sobre la base de la generación de proyectos que pudieran incentivar el turismo, promover una actividad económica, establecer cierto patrimonio en los lugares donde se adjudicaran las nuevas concesiones.
Tal argumentación era potente, porque la medida significaba progreso. Y, de hecho, así ha sucedido en las comunas donde se han instalado nuevos casinos.
Otro argumento que se dio fue el de que el producto de la industria del juego en aquellas comunas iba a implicar una distribución más equitativa en las demás comunas de la región.
Por lo tanto, la pregunta recurrente "¿Por qué en tal comuna se quedan con todos los recursos y las comunas del resto de la región no reciben nada?" adquirió mucha fuerza. Y eso fue lo que discutimos en dicha ocasión.
Entonces, el proyecto en debate, primero, busca solución a esa disyuntiva.
Yo quiero, brevemente, destacar lo ocurrido en mi Región, la Cuarta, con el casino de Coquimbo, que es de los más antiguos y que ha contado con una actividad muy propositiva del Alcalde Cristian Galleguillos, quien además ha dirigido la Asociación de Municipalidades con Casinos de Juego, ente que ha celebrado reuniones, ha promovido las acciones de los municipios para mantener los casinos adscritos a las comunas donde ya están insertos, en fin.
En el caso de Coquimbo hay una ventaja y una gracia mayores, porque existió una participación ciudadana importante en la defensa de lo que es el casino como símbolo de la comuna y como símbolo regional. Y esa defensa ha concitado la comprensión del resto de las comunas.
En nuestra Región, sobre la base de la legislación actual, está en pleno desarrollo un proyecto de casino en la comuna de Ovalle. Creemos que es perfectamente complementario. Ovalle hoy es la capital de la provincia del Limarí, una zona muy complicada por la situación de sequía. Y, sin duda, el desarrollo de aquella industria va a significar para el interior de la Región un proyecto turístico adicional que puede ser muy potente.
En definitiva, señor Presidente, quiero resaltar que las restantes comunas se verán beneficiadas con la propuesta formulada acá, pues va a haber un aumento importante, de 10 por ciento, en el Fondo Regional, que se redistribuye después en cada una de las comunas. Y estamos hablando de recursos cuantiosos. En el caso de Coquimbo significa 30 por ciento (un poquito más o menos) del presupuesto total de la comuna.
Por lo tanto, lo que suceda o no con la industria de los casinos es demasiado importante para el gobierno local y, por supuesto, para la comunidad.
Creo que este proyecto resuelve bien lo concerniente a la fiscalización, que es uno de los problemas que siempre se registraban o que generaban ruidos.
Como decía el Senador Rossi -si no recuerdo mal-, en el caso de casinos con mucha antigüedad o que no estaban en condiciones de modernidad o que no habían desarrollado proyectos turísticos se empezaban a producir situaciones en las que no existía mucha claridad respecto a cómo fiscalizar, a cuáles eran las relaciones entre los concesionarios y los gobiernos locales.
Ahora, el hecho de que la fiscalización quede en manos de la Superintendencia me parece muy positivo. Sin duda, será un alivio para la administración municipal, que debe hacerse cargo de una fiscalización que no le corresponde. Y, a la larga, constituye un elemento de mucho mayor transparencia.
Señor Presidente, termino agradeciendo el esfuerzo que han hecho la Municipalidad de Coquimbo -con su Alcalde, Cristián Galleguillos, a la cabeza- y la comunidad local, en conjunto con el resto de la Región, para apoyar este proyecto, que fue parte de los compromisos asumidos en la última campaña por la Presidenta Bachelet, a quien le expusimos el tema en esa instancia; y lo plantearon no solo el Alcalde y la comunidad de Coquimbo, sino también el resto de la Cuarta Región, como un problema que era necesario solucionar para tener estabilidad en el futuro.
Así que, junto con expresar nuestro agradecimiento a la Presidenta de la República, reconozco el rol de la Ministra Secretaria General de la Presidencia, quien puso particular empeño para articular los distintos puntos de vista y los diversos intereses que debían conjugarse en esta iniciativa a los fines de lograr una solución más equitativa, más equilibrada y más justa para todos.
Esa es la razón por la cual voy a votar a favor, señor Presidente.
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Tiene la palabra el Senador señor Araya.


El señor ARAYA.- Señor Presidente, sin duda, este proyecto de ley tiene varias complejidades y no es tan simple como se ha querido presentarlo en esta Sala.
Yo deseo hacer un poco de historia sobre lo que fue la dictación de la Ley de Casinos.
Hemos de recordar que hasta antes de la dictación de la ley N° 19.995 teníamos siete leyes especiales que permitían la concesión y operación de casinos en distintas comunas de nuestro país, y asimismo, que los recursos generados por esa actividad iban a las arcas municipales.
El proyecto que dio origen a la ley antes individualizada se presenta porque varias municipalidades, entre ellas la de Antofagasta, estaban propugnando la creación de casinos municipales en las respectivas comunas. El Presidente Lagos, enfrentado al dilema constituido por innumerables requerimientos de distintos municipios que pedían una legislación especial que permitiera establecer casinos, toma la decisión de normar la situación en forma general. Y, así, se dicta la ley N° 19.995.
En la iniciativa de la que emanó dicho cuerpo normativo se debatieron muchas situaciones. Entre ellas, cuál iba a ser el destino de las comunas que a esa época tenían casinos operando. Y la referida ley determinó que la Región Metropolitana no podía tener un casino de juego.
¿Por qué hago esas dos prevenciones? Primero, porque la ley en proyecto mezcla dos materias que necesitan tratamiento y discusión distintos.
El primer tema dice relación con las modificaciones generales que se introducen a la ley N° 19.995, pues mediante ellas se incorpora un artículo que cambia el paradigma de la discusión previa a la dictación del mencionado cuerpo legal.
Cuando discutimos la iniciativa que dio nacimiento a la Ley de Casinos, allá por los años 2002-2003, lo central que se pretendía era la generación de un impulso turístico. Por esa razón, la "oferta económica" que aparece hoy en la iniciativa que nos ocupa no era una cuestión medular. En aquella oportunidad se buscaba -y se dejaba para que una comisión resolviera al momento de evaluar los proyectos- determinar el impacto global que el respectivo casino podía tener en la comuna y en la región. Por ese motivo, durante la discusión de esa época (a la sazón, yo presidía la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, que vio la iniciativa pertinente) se excluyó la Comisión Económica, pues con la futura ley se procuraba que los casinos impulsaran el turismo local y regional en las zonas donde se establecieran.
Cuando hoy se modifica la legislación y se establece que la oferta económica será el parámetro que va a tener mayor preponderancia al momento de definir la licitación se está cambiando el sentido de la Ley de Casinos, perdiéndose, a mi juicio, lo que se tuvo a la vista en ese minuto. Obviamente, ello restringirá las posibilidades de algunas comunas para contar con un casino, porque la conclusión natural de quien quiera participar en la licitación de alguno -por ejemplo, en la Región de Antofagasta, a la que representamos con el Senador Guillier, quien está presidiendo en este momento- será que bajo ese parámetro no va a tener ninguna posibilidad de lograr la concesión.
La comuna de Tocopilla, que legítimamente podría postular a tener un casino -por su cantidad de habitantes, por el flujo de gente existente en ella-, con el parámetro de la oferta económica queda excluida de participar en la licitación. Y lo mismo ocurre con las comunas de San Pedro de Atacama, Sierra Gorda o Taltal. Ello, porque los casinos, bajo el nuevo parámetro, tenderán a concentrarse en los centros urbanos con mayor población. Si no, los números no les van a dar.
A mí me habría gustado tener la posibilidad de discutir los diversos parámetros en forma más tranquila. Considero un error lo que se está haciendo con la modificación puntual a que me referí.
De otra parte, señor Presidente, uno entiende el problema que afecta hoy a siete municipalidades, especialmente a las de Viña del Mar, Iquique y Puerto Varas -se mencionaron acá-, porque parte importante de su financiamiento proviene de los casinos de juego.
Por esa razón el legislador, cuando elaboró la ley N° 19.995, dijo: "Demos un período de transición para que las municipalidades adapten sus recursos financieros y puedan entrar en régimen". Ello no ocurrió. Y no me corresponde juzgar lo que hicieron los alcaldes durante diez años para llegar a la situación existente. Sí, me parece compleja la solución que se está dando mediante este proyecto de ley.
A mí, señor Presidente, me asaltan serias dudas de constitucionalidad ante la norma que se nos plantea ahora. ¿Por qué? Porque mediante ella se está estableciendo para algunas comunas un privilegio que a mi juicio no tiene ningún fundamento legal respecto de otras donde existen concesiones de casinos.
¿Cuál sería la razón para no permitir que a Antofagasta y Calama, que hoy tienen licencia para operar casinos de juego, se las prorroguen automáticamente? No estoy diciendo "con el mismo operador", sino "retenerlas como ciudad".
Se establece respecto de siete comunas un privilegio ante el cual yo reclamo legítimamente. Y me gustaría que lo tuvieran también las de Antofagasta y Calama. Porque los mismos problemas que enfrentan hoy esas siete comunas los van a vivir en los próximos años Antofagasta y Calama, como igualmente todas las comunas que tienen licencia para operar casinos; y lo propio ocurrirá en el caso de los trabajadores.
Por esa razón, estimo que la norma en comento adolece de un vicio de inconstitucionalidad: atenta contra el principio de igualdad ante la ley.
La solución planteada, en mi concepto, es mala.
En consecuencia, me voy a abstener, pues creo que, si va a haber una solución, debe mirarse el problema en su conjunto.
Cuando se aprobó la ley N° 19.995, el año 2005, ya se había discutido qué debía ocurrir con el financiamiento municipal. Este no es un tema nuevo: nadie -menos los alcaldes- puede decir que no se conocía. Se discutió con amplitud. Y se buscaba justamente permitir que otras comunas tuvieran también desarrollo turístico.
La solución propuesta va a generar un problema. Y estamos previniendo hoy, antes de que terminen las concesiones que tienen Antofagasta y Calama. Porque conocemos -y lo hemos conversado con la Alcaldesa y los concejales de Antofagasta y con el Alcalde y los concejales de Calama- el aporte financiero que los casinos hacen mes a mes al presupuesto municipal.
Legítimamente, abrigo dudas en cuanto a por qué las comunas que cuentan con licencia para operar casinos de juego bajo la actual normativa no pueden tener el mismo privilegio que se les está otorgando a las siete tantas veces mencionadas. A mi entender, no existe un fundamento legal para entregarles a estas últimas el beneficio de prorrogar automáticamente la concesión hasta por tres períodos.
Si tal solución se les da a las ya referidas siete comunas, le exijo al Gobierno que se les otorgue asimismo a las demás comunas que tienen licencias para operar casinos de juego.
Por las razones expuestas, señor Presidente, me voy a abstener en este proyecto.
--(Manifestaciones en tribuna).
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Por favor, sin manifestaciones.
Tiene la palabra el Senador señor Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, lo primero que quiero hacer frente a esta iniciativa es expresarle mis felicitaciones a la cruzada de defensa de los casinos municipales. En forma muy solitaria y con poca oreja, encabezada por los alcaldes y las alcaldesas, empezó hace siete años, con la debida anticipación, a preocuparse para asegurar el destino de los siete casinos municipales a que se ha hecho referencia (Arica, Iquique, Coquimbo, Viña del Mar, Pucón, Puerto Varas y Puerto Natales), que constituían una tradición que había tenido mucho sentido y bastante éxito tanto desde el punto de vista del potenciamiento y fortalecimiento del turismo en lugares estratégicos cuanto desde la perspectiva económica, para ayudar al funcionamiento de las comunas donde estaban insertos.
Lamentablemente, el nuevo sistema aprobado hacía algunos años generó un cambio en la modalidad de tener casinos, y aquellos habían quedado en una situación transitoria y, por lo tanto, incierta.
Por eso, valoro esta iniciativa, que finalmente logra resolver la situación de dichos casinos municipales. Y me parece que se da una solución justa, que permite asegurar en primer término la continuidad de su existencia, pero también algo muy importante para las comunas -y por eso los alcaldes y alcaldesas estaban especialmente preocupados-: el financiamiento, que, en promedio, muchas veces supera el 40 por ciento de los ingresos totales de las comunas respectivas.
Dicha solución asegura asimismo los derechos de los trabajadores; mucha gente participa en la actividad de que se trata, que es una fuente laboral muy importante. Y, finalmente, sirve de imán para que en las comunas se fortalezca el turismo.
En consecuencia, si bien siempre habrá un punto más o uno menos que mencionar, se ha cumplido plenamente el objetivo perseguido, por lo cual me alegro y felicito.
Y, por cierto, vamos a apoyar la iniciativa.
Creo que los otros aspectos incluidos, como los cambios en la modalidad de adjudicación, las nuevas atribuciones fiscalizadoras de la Superintendencia de Casinos de Juego o el mejoramiento del marco sancionatorio, que podrían dar lugar a pensar, desde alguna perspectiva, que estamos confundiendo dos temas en uno, sirven, por el contrario, para integrar a los establecimientos municipales dentro del sistema creado y lograr homogeneizar ciertos procedimientos, fiscalizaciones y sanciones.
A mi juicio, el proyecto se halla bien planteado y permite corregir algunos problemas que genera la norma vigente para los casinos no municipales, por lo que el legislador hace bien en dar este paso.
No podría terminar de manifestar mi opinión sin referirme a una cuestión que encuentro preocupante. No fui partidario de la ley generadora de dos casinos por Región, excluida la Metropolitana. A mí me parecía que el sistema que había originado los siete establecimientos municipales era mucho más sano y significaba ir resolviendo caso a caso en lugares donde convenía instalar uno nuevo por las circunstancias específicas. Sin embargo, aquí se afirmó que mediaba un factor de impacto turístico, de desarrollo económico y de mil efectos más.
Mi impresión es que eso no ha sido así; que, por el contrario, hemos fomentado una cultura ludópata, una cultura del juego, reforzada por muchas otras áreas. Estamos llenos de lotos, kinos, rascas y no sé cuántas cosas más¿
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Raspes.
El señor LARRAÍN.- De raspes. ¡Es que el sistema es bastante rasca¿!
Con ello le han llenado la cabeza a la gente.
Lo más grave de todo son los setecientos mil tragamonedas en los niveles poblacionales, fundamentalmente, aparatos que se han convertido en un muy buen ingreso para quioscos y puestos varios, pero determinantes de que las personas que van a comprar pan gasten en ellos los cien o doscientos pesos del vuelto. Como las posibilidades de ganar son ínfimas, la pérdida de recursos es muy grande.
Estimo que no hemos tenido la visión, incluso me atrevería a decir "moral", de comprender que es preciso incorporar a los casinos, regularlos, pero que su proliferación y la de los informales, con tragamonedas, y adicionalmente la de todos los juegos semanales que llevan a que la gente gaste sumas ingentes de dinero -porque no invierte-, es francamente equívoca en la situación que vive el país. Ello, en particular, porque se va generando una cultura distinta en el sentido de que se ganarán más recursos, se obtendrá un mejor ingreso, se logrará una vida mejor producto de la suerte y no en virtud del mérito del trabajo. El azar es parte de la vida, pero convertirlo en su sustento me parece completamente erróneo.
Juzgo que llorar por la estructura de los casinos, a estas alturas, es hacerlo sobre la leche derramada, pero que falta coraje para enfrentar el asunto de los tragamonedas. Al respecto, me ha tocado participar en dos proyectos de ley estudiados en la Comisión de Constitución, ambos aprobados en general, pero, a poco andar, fueron retirados de tramitación por las presiones. Pareciera que se le teme a tomar una decisión radical.
Y creo que eso, sumado a los juegos semanales y a la cantidad de casinos -muy lueguito empezará la presión para que no sean dos por Región, sino tres- no ayuda.
Prefiero el camino antiguo de ir aprobando establecimiento por establecimiento, para ir fortaleciendo el desarrollo de la actividad donde se justifique y de una manera ordenada.
Por eso es que, especialmente considerando el aporte que han significado los siete casinos, con mucho gusto voto que sí.
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Tiene la palabra al Honorable señor Bianchi.


El señor BIANCHI.- Señor Presidente, comienzo por saludar a funcionarios y jefes comunales, en particular a la señora Virginia Reginato y al señor Fernando Paredes, de Puerto Natales, junto a sus colegas y a los concejales de las siete comunas.
Aquí tuvo lugar una lucha extremadamente injusta, porque los distintos gobiernos se habían comprometido a solucionar el problema que afectaba, ni más ni menos, a comunas pequeñas, a comunas que viven del turismo y con una clara orientación a desarrollarse en ese ámbito, y la labor de los casinos va de la mano con esta actividad.
Por lo tanto, en mi caso personal, apoyo completa y absolutamente la propuesta enviada por el Ejecutivo. La suscribo.
Me valgo de esta ocasión, sí, para pedirles muy en particular a los alcaldes y a quienes trabajan en los distintos casinos que abordemos un tema que esperé que se tocara en toda esta discusión, lo que no escuché hacer, cual es la situación que enfrenta nuestro país respecto de la ludopatía.
Más allá del respaldo que he manifestado, quisiera solicitarles específicamente a los jefes comunales que llevasen adelante programas y proyectos locales que permitan, de alguna manera, revertir la compleja situación de mujeres y hombres que se transforman en adictos al juego.
Cuando se dictó la ley sobre los casinos, no se hizo nada en paralelo con respecto a la recuperación de quienes se iban a hacer ludópatas. Y por eso es que no existía una especialización en psiquiatría ni en psicología que pudiera abordar este tipo de adicción, a semejanza de la correspondiente al tabaco, al alcohol.
Entonces, ¿la que nos ocupa es una actividad necesaria? Sí, mucho. Su ausencia iba a hacer morir a los siete municipios. Y obviamente el Gobierno y el Congreso, en particular, junto al respaldo de alcaldes y trabajadores, ya señalado, han logrado revertir una situación absolutamente injusta.
Si alguien pretende sostener que corresponde, en justicia, que todos los municipios cuenten con un casino, cabe recordar que media una larga historia de aquellos que han dado muestras de responsabilidad, de efectuar una recaudación responsable por concepto de estas administraciones y de provocar un impacto directo, no solo en sus asuntos propiamente tales, sino también en otros ítems, como la educación. Estoy haciendo referencia al caso particular de la comuna de Puerto Natales, la cual, sin el casino, sin este ingreso, simplemente no podía cumplir sus obligaciones.
Por lo tanto, deseo reiterar mis felicitaciones por la enorme lucha llevada a cabo especialmente por la alcaldesa Virginia Reginato, por los distintos alcaldes -por representar a la Región de Magallanes, repito el nombre de Fernando Paredes-, y valorar la acción de los trabajadores.
Al respecto, el Senador señor García expuso que se iba a resguardar el aspecto laboral una vez que se pierdan las concesiones o haya un cambio de concesionario. Deseo pedirles a la señora Ministra del ramo o al Ejecutivo dar la certeza absoluta de que es así. Necesitamos que mujeres y hombres que desarrollan esta importante actividad cuenten con una seguridad al respecto. Y hoy es una buena ocasión, no solo para terminar cerrando una situación injusta, como era la no renovación de los casinos, sino también para llevar adelante, a mi juicio, un acuerdo en orden a garantizar un resguardo a quienes se desempeñan en el ámbito que nos ocupa.
Voto que sí, señor Presidente, porque se trata de una iniciativa importante para comunas importantes.
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Puede intervenir el Honorable señor Harboe.


El señor HARBOE.- Señor Presidente, si bien estamos discutiendo un proyecto tendiente a renovar la posibilidad de que siete comunas dispongan de casinos, la cuestión de fondo principalmente se da por las tremendas injusticias que se registran en el financiamiento municipal, materia en que rige un sistema sin ninguna lógica, a la luz de las carencias que afectan a las poblaciones que gobierna cada municipio.
No resulta razonable un mecanismo en que los mayores presupuestos corresponden a municipios que atienden a la población que menos requiere de estas entidades. Debiera ser justamente lo contario, es decir, que aquellos que atienden a la población más vulnerable, la cual depende de esos beneficios, exhibieran un nivel de presupuesto mayor para tal efecto.
En ese sentido, entonces, corresponde observar la historia de la asignación a estas comunas de la posibilidad de contar con el desarrollo de casinos: constituye un factor de financiamiento municipal y un elemento -adicional, por cierto- de promoción turística. O sea, es un medio que el Estado considera apropiado para beneficiarlas con recursos adicionales a fin de promover el turismo, la actividad económica y espacios de entretención y recreación.
En consecuencia, la iniciativa en debate parece adecuada. Porque si esas fueron las razones que tuvo en vista el legislador de la época para asignar la posibilidad de disponer de casinos, simplemente procedería una prórroga, como lo determina el texto en examen.
Mas el Senador señor Araya también ha expuesto un punto. Porque pueden haber variado las condiciones consideradas para contemplar este beneficio adicional, distinto; esta discriminación positiva, respecto de otras. Y me parece que en el Congreso Nacional no se realizó una discusión de fondo acerca de este aspecto.
No es el momento de abocarse a ella. Insisto en que probablemente estamos ante un proyecto adecuado. Pero no se entró en el asunto de fondo: por qué estas comunas y no otras; en si la realidad de las primeras era diferente cuando las tuvo en vista el legislador, en su oportunidad, y hoy día puede haber otras en la misma condición. Ese debate ya no se dio.
El proyecto incluye un conjunto de facultades nuevas para la Superintendencia de Casinos de Juego. Y es importante que ellas sean ejercidas, no solo en el marco que establece la ley, sino también con la prudencia y la fuerza requeridas para supervigilar una industria que, de por sí, por la naturaleza que presenta, es extremadamente compleja para tal efecto. El origen de los dineros que llegan a los casinos no necesariamente es conocido y el sistema de apuestas resulta sumamente difícil de fiscalizar con miras a que los recursos vayan adonde tienen que ir y no a otra parte.
No es casualidad que en las normas para el otorgamiento de permisos de casinos se incorpore al Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Ello ocurre porque efectivamente se plantea una externalidad -no quiero decir negativa-, de la cual el sistema de seguridad debe hacerse cargo. Y no se trata solo de la delincuencia: media un asunto mucho más profundo en relación con la Unidad de Análisis Financiero, etcétera.
En consecuencia, la instalación de un casino no es una decisión meramente turística, sino de Estado. Y respeto que el Gobierno haya decidido mantener las siete comunas, porque habrá considerado en su análisis todos los aspectos que he señalado. Pero estimo responsable hacer presentes a la Sala ciertos elementos que me surgen de la lectura y del estudio del proyecto, ya que no formo parte de la Comisión.
En primer lugar, si bien la normativa se hace cargo del término de las concesiones municipales en 2015 y dispone prórrogas, quisiera advertir que uno de los elementos principales tiene que ver con el hecho de darse la llamada "solución de continuidad", o sea, con la posibilidad de que los trabajadores que cumplen funciones en los casinos continúen llevándolas a cabo más allá del cambio del concesionario que se ha de adjudicar en el proceso.
Lamentablemente, ello no se encuentra en las disposiciones permanentes, sino en una transitoria. Es decir, no crean los trabajadores que por la aprobación de la iniciativa tendrán asegurada su continuidad laboral. De acuerdo con la modificación del artículo 3° transitorio, la Superintendencia podrá determinar condiciones especiales en orden a mantener la prestación de servicios de hasta el ochenta por ciento del personal.
Lo anterior debió haber sido parte del articulado permanente, para que, con prescindencia del alcalde de turno, del Congreso de turno, del Ejecutivo de turno, los trabajadores nunca más -¡nunca más!- abrigaran dudas respecto de su continuidad laboral por un eventual cambio de concesionario.
Ese es el primer punto que deseo consignar.
El siguiente tiene que ver solo con la generación de conciencia.
Cuando el legislador establece en el texto la asignación del derecho de los siete municipios de contar con un casino -independientemente del concesionario- por 15 años, renovable por 15 años y después por otros 15 años, y adicionalmente por otros 15 años cuando la Superintendencia así lo señale, lo que está haciendo en la práctica es limitarse. En efecto, vamos a consagrar un derecho de propiedad, y el próximo Congreso y los sucesivos no podrán alterarlo, ya que se habrá incorporado al patrimonio de los municipios.
Por lo tanto, debemos ser conscientes de lo que hacemos: estamos limitando nuestra facultad legislativa. Si eso es lo que se plantea, bienvenido sea. Mas es preciso tenerlo claro.
En seguida, creo que aquí -y pasó probablemente desapercibido- hay un ejemplo de centralismo, porque los postulantes, frente a las resoluciones de la Superintendencia que consideren injustas y pretendan impugnar, deberán recurrir a la Corte de Apelaciones de Santiago. Es decir, aunque se trate del casino en Arica, en Iquique, en Viña del Mar, en Pucón, en Puerto Varas o en Puerto Natales, no será posible reclamar ante la Corte de Apelaciones de la respectiva Región. Ello no me parece adecuado, sobre todo en el momento en que vivimos, cuando justamente estamos diciendo que queremos descentralizar.
Es un aspecto probablemente menor, pero tiene su importancia.
Por último, señor Presidente, el proyecto nada dice respecto de las relaciones que pueden mantener los concesionarios con los municipios particularmente en las épocas electorales. En el marco de la Ley de Probidad, entonces, vamos a incorporar una norma para prohibir que los candidatos o candidatas a alcaldes y alcaldesas, a concejales y a concejalas, a parlamentarios y parlamentarias, a consejeros regionales y consejeras regionales realicen cualquier actividad de campaña en los recintos de los concesionarios de casinos municipales. Obviamente, se requiere evitar la generación de una connivencia que en algunos casos puede prestarse para malas relaciones entre el dinero y la política. Por ello, es preciso ser muy cuidadoso al respecto.
Y considero importante que en la agenda de transparencia y probidad que vamos a impulsar incorporemos una disposición en la materia.
En virtud de las razones señaladas, que me parece que no afectan el fondo del asunto, pero por estimar que la iniciativa va en el sentido adecuado, voy a votar a favor, si bien he querido hacer presentes estas observaciones para que la Sala las tenga en consideración.
He dicho.
El señor GUILLIER (Presidente accidental).- Le ofrezco la palabra a la Senadora señora Goic.


La señora GOIC.- Señor Presidente, la verdad es que ya hemos tenido un largo debate y, sobre todo, varias opiniones a favor de la iniciativa, así que no me voy a extender en ese punto.
Me sumo, sí, a las felicitaciones a la labor realizada, destacando el rol cumplido por la Ministra Ximena Rincón y la Secretaría General de la Presidencia en el trabajo efectuado con cada uno de los alcaldes y con los parlamentarios para poder tener hoy la normativa que se somete a la consideración de la Sala.
Quiero felicitar también a los alcaldes de cada una de las comunas involucradas, con mención especial, por supuesto, a Fernando Paredes, jefe edilicio de Puerto Natales.
El trabajo efectuado por todos ellos, y en especial el que realizaron en conjunto con el cuerpo de concejales y las comunidades afectadas, ha permitido llevar a buen puerto el texto que hoy día estamos analizando.
Ya se han mencionado la garantía de continuidad y la tranquilidad de que cada comuna afectada seguirá siendo sede. Creo que eso despeja los temores y queda asegurado por ley.
Solamente me gustaría añadir, sobre todo a propósito del planteamiento que se hizo respecto de que esta iniciativa pudiera significar una discriminación contra otras comunas que quisieran optar a un mayor desarrollo turístico mediante la instalación de un casino, que me parece que lo que aquí se está haciendo es más bien reparar un daño, una omisión que se cometió cuando se discutió la ley general sobre casinos, reconociendo a comunas donde ya existían estos establecimientos bajo una realidad distinta.
Lo que estamos haciendo hoy es, en realidad, reparar esa omisión. No se trata de una discriminación arbitraria, sino del reconocimiento de un derecho adquirido -si pudiéramos llamarlo así- de las comunas donde ya existían casinos. Y eso es lo que en el fondo hace que nosotros respaldemos este proyecto, para de alguna manera -insisto- reparar lo que en su momento no fue planteado ni legislado.
Hoy, con la ley vigente puede haber casinos hasta en tres comunas de cada región. Existe la posibilidad de competir. Eso está vigente. Y aquí reconocemos -reitero- una historia particular y, por qué no decirlo, también una realidad presupuestaria asociada al financiamiento -lo hemos conversado muchas veces con el concejo y el Alcalde de Natales- que hoy se equipara en la medida en que igualmente se aporta a los ingresos regionales y, por tanto, se hace asimismo un aporte a otras comunas.
Además, destaco la fiscalización, que era un elemento central, por parte de la Superintendencia de Casinos.
Para finalizar, señor Presidente, quiero resaltar que en este proceso de buscar la mejor alternativa legal también se haya escuchado a los trabajadores y que un requisito para el nuevo concesionario sea el de contratar al menos al 80 por ciento de aquellos que vengan de la concesión anterior. Creo que esta medida, acogida como parte de los criterios que se deben considerar para resolver respecto de una concesión, les dará la garantía de poder continuar con sus actuales empleos.
Así que, junto con anunciar mi voto favorable, quiero expresar que me alegra que por fin estemos despachando este proyecto.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Antes de seguir con la votación, quiero agradecer al Senador Alejandro Guillier por haberme reemplazado en la testera mientras me reunía con el Ministro de Economía, el Subsecretario de Pesca y los tripulantes para analizar la crisis que tenemos en la pesca de la sardina y la anchoveta.
A continuación, está inscrito para intervenir el Senador Letelier, quien no se encuentra en este momento en la Sala.
Por lo tanto, puede hacer uso de la palabra el Senador señor Girardi.


El señor GIRARDI.- Señor Presidente, el discutir sobre casinos como mecanismo para financiar los espacios y territorios locales me parece bastante lamentable, porque uno quisiera que comunas maravillosas del país, como Viña del Mar y Puerto Varas, no tuvieran que recurrir al juego para obtener una parte relevante de sus recursos. Lo considero un incentivo inadecuado.
Creo que nosotros debiéramos pensar en cómo fortalecer la vocación real de los territorios, de modo que la ciudadanía pudiera construir desarrollos sustentables, armónicos y que estimularan la creatividad y la innovación.
Punta Arenas tiene la reserva de agua dulce y pura más grande del planeta, así como un ecosistema subantártico único en el mundo para poder llevar adelante iniciativas de ciencia.
En Atacama tenemos las ventanas más importantes del Universo. Desde ahí se van a descubrir, seguramente, planetas habitables. Ahí hay que desarrollar competencias como la energía solar.
Por lo tanto, recurrir a los casinos como un instrumento vertebrador del desarrollo lo considero un incentivo inadecuado para el país, porque refleja la situación extrema del individualismo y el neoliberalismo.
Al final, estamos construyendo una sociedad donde lo único que da sentido a la vida es justamente una cierta devoción por lo material, por las marcas, por el consumo, por el juego, por el dinero, que está reemplazando el amor a la naturaleza, a los afectos, a las cosas simples.
Yo voy a votar en contra, porque mi voto no afecta para nada el proyecto, el cual contiene un desarrollo país o un modelo de desarrollo que no me parece adecuado.
--(Manifestaciones en tribunas).
Hace un tiempo el Senador Larraín habló del azar, pero este es un mal azar, pues no promueve lo que uno quisiera promover.
El azar ha sido positivo en la historia de la vida y de la evolución, porque ha generado condiciones y oportunidades de cambio muy relevantes. Hizo -siempre lo digo- que acá estuviéramos los mamíferos y no los dinosaurios, que se extinguieron por un asteroide que cayó por casualidad. Ese es un buen azar, pero este otro no es el que, en mi opinión, debiera promover una sociedad. Los valores que proyectan los casinos no debieran ser el instrumento para desarrollar nuestros territorios y fortalecer nuestros municipios.
A mí me gustaría una política más equitativa para el fortalecimiento de nuestros territorios y municipios, que no dependiera de estos recursos.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Discúlpeme, Senador Girardi.
Les pido a nuestros invitados en las tribunas que, si desean hacer manifestaciones, las hagan sin emitir ruido. Así lo establece el Reglamento del Senado. Esta es la casa de la democracia y hay que permitir que los señores Senadores se expresen libremente.
Estamos muy contentos de que estén presentes durante el debate de una ley tan importante como la que se está votando ahora, pero les solicito que, más allá del contenido de las opiniones que puedan emitir, dejen hablar a todos los Senadores que hagan uso de la palabra.
Puede continuar, señor Senador.
El señor GIRARDI.- Señor Presidente, justamente porque valoro el derecho a discrepar y a construir una sociedad diversa y con opiniones distintas, no solo quería votar que no, sino también expresar mi punto de vista.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Quiero informar, a quienes nos acompañan en las tribunas, alcaldes y concejales, que la ausencia de algunos miembros de esta Corporación se debe a que algunas Comisiones están funcionando paralelamente con la Sala.
La votación se abrió hace un rato y la mayoría ya ha ejercido su voto. Quedan por hacer uso de la palabra los Senadores Letelier y Pérez Varela.
Por tanto, le ofrezco la palabra al primero de ellos.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, estimados colegas, yo tengo un juicio sobre el juego.
A mí, en lo personal, no me gusta, pero conozco a gente cercana a la que sí le agrada. Sin embargo, como estamos en una sociedad democrática -y esta ha sido mi línea rectora en diferentes debates-, creo en el derecho a la libertad de las personas mayores de edad para hacer lo que quieran, siempre que con ello no afecten los derechos de otros u otras. Es por ello que apoyé el proyecto de ley que permitió la creación de nuevos casinos, para que existiera la posibilidad del juego en diferentes ámbitos.
Los municipales y ahora las distintas redes de casinos no son los únicos espacios donde se desarrolla el juego en nuestro país.
Ahora tenemos el Teletrak, para los caballos, una de las grandes pasiones. La hípica genera juegos legales y, en nuestros campos -no nos hagamos los desentendidos-, también ilegales.
El debate sobre el juego lo quiero plantear, en primer término, porque se genera la discusión acerca de si son juegos de azar o de destreza, aunque es discutible que sean puramente de azar. Las maquinitas se pueden programar mediante sistemas sofisticados y por eso se necesita una Superintendencia que asegure que esa programación no origine condiciones demasiado desiguales. Pero, de que ellas existen, existen.
Se ha generado un debate respecto de las maquinitas que hay fuera de los casinos. Algunos se preguntarán: ¿qué tiene que ver con el presente proyecto de ley? Tiene que ver, porque a veces los municipios que poseen o administran casinos o la propia Superintendencia cuestionan esa actividad, la cual aún no se halla adecuadamente regulada. Espero que después de esta iniciativa también quede normada.
Yo procederé de acuerdo al mismo principio que expresé con anterioridad: que los mayores de edad tienen el derecho de hacer con sus vidas lo que consideren oportuno, siempre que no afecten los derechos de otros u otras.
Respecto del texto en votación, me asaltan ciertas dudas que, no obstante, no me llevan a votar en contra.
Tengo inquietud sobre la conveniencia de que los municipios administren casinos. Con esto no quiero cuestionar, en lo más mínimo, ni a la casi dueña de casa que nos acompaña acá, la Alcaldesa de Viña del Mar, o a los alcaldes de otras comunas. No es el punto. Pero no me parece bien que la administración de casinos sea una fuente de recursos para unos y no para todos. Es generalmente lo que ocurre. Y es producto del hecho de que, según entiendo, hay un problema de financiamiento municipal.
Tengo una seria duda acerca de cuánto contribuyen los casinos hoy al turismo propiamente tal. No estoy convencido de que per se sean instrumentos de un polo de desarrollo en dicha área. Algunos creen que sí. Respeto esa opinión. Yo sustento una percepción distinta, a la luz del siglo XXI. Quizás a mediados del siglo pasado resultaban tremendamente importantes, como gancho turístico, para algunas ciudades.
Entiendo que para algunos municipios, y mientras no exista otro sistema de financiamiento, la administración de casinos de juegos es determinante.
Reconozco que mi juicio crítico, señor Presidente, se vincula con lo que ocurrió con los nuevos casinos, sobre todo en la Región que represento. Por desgracia, la forma como se propuso y se generó estuvo relacionada con la ciudad donde se iba a ubicar el nuevo establecimiento. Y yo -muy honradamente, y muy respetuosamente también- quiero decir que el casino Monticello en la Región de O'Higgins fue pensado para Santiago. Y es la demostración de cómo los chilenos a veces torcemos el espíritu de la ley. Para radicarlo en esa ubicación se estableció un sistema de distribución para que los ingresos se repartieran entre varias comunas. En mi opinión, esa no es la mejor forma de proceder.
Es todo lo que quiero indicar en este punto, señor Presidente.
Pienso que los municipios sienten que los actuales ingresos les permiten el desarrollo local, que es muy relevante.
Como dije al principio de mi intervención, a mí no me gustan mucho los casinos, lo cual no significa que no conozca algunos a lo largo del país. Y encuentro diferencias muy grandes entre ellos. El de Puerto Natales es muy distinto al de Puerto Varas, al de Viña del Mar, y así sucesivamente.
Estoy seguro de que las autoridades locales hacen todos los esfuerzos para que su administración funcione con mucha transparencia. Y confío en que lo seguirán haciendo de ese modo. Pero dudo de que este sea el instrumento más adecuado para el financiamiento municipal. Yo tiendo a pensar que tal vez sería mejor que otro estamento del Estado administrara tales ingresos y que los municipios dispusieran de otra forma de financiamiento, porque aquello despejaría las sospechas que a veces algunos generan en esta materia.
Por último, señor Presidente, mantengo serias dudas respecto a los plazos. Aquí, en el fondo, nos están proponiendo una ley que cambia lo que se nos dijo años atrás. Cuando se tramitó la normativa para el establecimiento de nuevos casinos, se nos pidió que prorrogáramos el funcionamiento de los casinos municipales existentes, en el entendido de que después de cumplido ese plazo cambiaría la forma de hacer las cosas. Y ahora nos están señalando: "Eso que dijimos antes, ¡no! Queremos que sigan en manos de los municipios durante 15, 30, 45 años".
Por este punto en particular, me voy a abstener.
Tengo la impresión de que aquí se nos ha pedido un cambio en las reglas del juego a quienes votamos antes en un sentido determinado, porque, cuando se habló de la creación de casinos, se nos planteó que los municipios tendrían: uno, un sistema de financiamiento distinto a futuro -y sé que a los alcaldes y concejales que están aquí les gustaría mucho que eso fuera real-, y dos, que habría otro modo de entregar en concesión la administración de los casinos municipales.
Mi complicación, señor Presidente, es que estoy a favor del resto del proyecto. Sin embargo, se ha decidido una forma de votación en paquete, de lo cual quiero dejar constancia. Había un compromiso, y se cambió. Pero me asiste la seguridad -quiero decirlo- de que las autoridades locales son probas. Por regla general, trabajan muchas más horas de las que la gran mayoría de los ciudadanos saben. Los funcionarios vinculados con este ámbito también actúan pensando en el bien del desarrollo local. Y espero y confío que así va a seguir siendo.
He dicho.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra al Senador señor Pérez Varela.


El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente, sobre nuestros escritorios -y la gente que ha venido a presenciar el debate lo sabe- está el elemento central del proyecto: que los siete municipios que tienen casinos puedan seguir contando con la potestad de administrarlos.
Ese es el núcleo central de la iniciativa en debate.
Y quiero compartir la reflexión que expresaba el Senador Orpis, en el sentido de que nos hallamos discutiendo este texto legal porque cuando dimos curso a la Ley de Casinos no analizamos adecuadamente un elemento determinante en la historia de la sociedad y, por cierto, de las comunas: el aspecto histórico.
En determinado momento, el Estado, la sociedad, les dijo a las comunas de Viña del Mar, de Arica, de Iquique, de Coquimbo, de Pucón, de Puerto Varas y de Puerto Natales: "Usted puede desarrollar un casino". Por lo tanto, esa diferenciación con el resto de las comunas del país tiene su efecto en la causa que generó esa decisión. De ahí que hacer un cambio a esa naturaleza, a esa característica de los casinos de dichas comunas generaba un perjuicio y un daño.
En el momento en que se analizó la ley, como se les daba un plazo de quince años, muchos creyeron que estos no iban a pasar nunca. Y llegaron. Por ende, vimos que, de aplicarse esa norma, íbamos a causar un perjuicio absolutamente innecesario, y además mayúsculo, a las comunas mencionadas.
A mi juicio, parece adecuado que mediante una ley se establezca que estas siete municipalidades van a seguir contando con casinos. Y, al igual que el Senador Orpis, considero que se le debió haber dado carácter permanente. No veo razón para que sea por 45 años. En este mismo debate se van a encontrar quienes estén en ese momento en el Senado, en la Cámara de Diputados, en los municipios, esgrimiendo que se va a cumplir el plazo y que, por el efecto para el desarrollo de esas comunidades, la instalación de un casino no puede ser abortada, no puede ser modificada, no puede ser cambiada.
Por lo tanto, lo primero que quiero decir es que me parece adecuado, me parece loable el objetivo de que estas comunas sigan contando con casinos. Y es necesario que nosotros así lo certifiquemos.
Más aún cuando se establece que los casinos municipales van a ser objeto, a contar de la publicación de la ley en proyecto, y a partir de 2018 en forma progresiva y sostenida, de toda la fiscalización institucional de la Superintendencia de Casinos.
La Superintendencia de Casinos -lo quiero decir- ha funcionado adecuadamente en la fiscalización de los casinos del régimen general en nuestro país. Conozco lo que ha pasado con los de Los Ángeles y de Talcahuano. El efecto de la supervisión de una institución especializada como esta le da transparencia a la información y seguridad a la autoridad sobre el origen de los recursos, y también le otorga certeza a los municipios y a las regiones sobre los recursos que reciben durante el año, lo que les permite desarrollar proyectos de inversión, proyectos de adelanto local, fundamentales.
En consecuencia, es bueno que estas siete municipalidades mantengan los casinos en el tiempo y, en algún momento dado de nuestra historia, deberán transformarse en un elemento definitivo, bajo la supervigilancia, la fiscalización de la Superintendencia de Casinos, con normas claras que permitan que los recursos obtenidos vayan, verdaderamente, al desarrollo local.
Cuando uno señala que es positivo que las siete municipalidades sigan con sus casinos, no está diciendo que continúen siendo administrados por los mismos operadores. Tiene que haber un sistema de licitación, una competencia, para que cada día mejoremos más esa administración, mejoremos la transparencia, mejoremos los resultados en beneficio de sus comunidades.
Sin embargo, aquí, este debate ha derivado hacia otras consideraciones.
No puedo dejar pasar el hecho de que se condene a priori, y se diga que los casinos son un mal elemento, un mal mecanismo, un mal instrumento para el desarrollo de las comunidades. Si fuera el único, sin duda estaríamos frente a un problema complejo. Pero no es el único; es uno más.
Me parece que, teniendo presente que el juego legal es una alternativa de distracción para la ciudadanía, lo lógico sería que ese beneficio económico quedara en la comuna, en la región donde está instalado el casino.
¿Y para qué? Para llevar adelante programas de desarrollo, de progreso local.
Según mi experiencia en la Región del Biobío, que conozco, ha habido no solo un aporte significativo al desarrollo local de las comunas en las cuales se encuentra inserto el casino, sino un aporte a las regiones en general. Además, los casinos a los cuales se les exige una entrega, un beneficio turístico, aportan en infraestructura -se han construido hoteles que no existían con anterioridad, lo que difícilmente habría podido hacerse sin la presencia de estos casinos, como en Los Ángeles y en Talcahuano- y han generado una actividad de carácter cultural que antes era muy difícil ofrecer.
Estoy seguro de que en estas siete comunas lo anterior ocurre, y tiene que irse dando cada día con más fuerza tanto en el aspecto cultural y en el ámbito de infraestructura turística como en lo relativo al incentivo turístico, para que personas distintas, diversas, lleguen a esas comunidades y, por lo tanto, generen un desarrollo.
Expresar que es malo para una sociedad este esquema de financiamiento, este instrumento que se manifiesta a través de los casinos, lo considero un despropósito. Uno respeta las opiniones diferentes, pero no hay duda de que esa opinión desconoce la variedad existente en nuestras comunidades y en nuestras sociedades.
Por lo tanto, tales aseveraciones desconocen los aportes que puede hacer determinada industria, como la de los casinos; hay otras actividades que también aportan en la vida cultural, en la científica, como en la vida académica universitaria. No le podemos pedir a una sola industria que resuelva el conjunto de problemas que manifiesta cierta comunidad.
Es indudable que los casinos son una contribución. Y esta será relevante en la medida que tengamos un control riguroso del origen de los recursos, de lo que se genera, de cómo se invierten y a dónde van. Y creo que en ese aspecto la Superintendencia de Casinos en Chile ha dado muestras de un alto nivel profesional, aunque ha de seguir perfeccionándose.
Para resumir, señor Presidente, es bueno, es positivo que hoy aprobemos que estas siete comunas del país mantengan en el tiempo lo que en determinado momento el legislador les entregó.
Segundo, más temprano que tarde deberemos decidir, u otros tendrán que hacerlo, que la administración de casinos sea algo permanente, y no que cada cierto tiempo se vaya renovando, que cada cierto tiempo se genere incertidumbre, lo cual resulta claramente improcedente.
Tercero, siempre la legislación acerca de los casinos, por ser una industria tan particular, en la cual el Estado autoriza que este tipo de juegos tenga expresión en determinadas partes del territorio, debe contar con la fiscalización adecuada.
Y eso no se da en todo lo aquí mencionado: las máquinas tragamonedas, presentes en todas y en cada una de nuestras comunas generan un daño y un perjuicio y no constituyen un aporte a las comunidades.
Por ello, vamos a votar favorablemente este proyecto, y esperamos que las siete comunas que hoy terminan esa incertidumbre continúen en la senda del progreso y del desarrollo y sigan contando con un instrumento que les permita avanzar: los casinos.
No es el único instrumento de que disponen, ni el único que anhelan; pero, indudablemente, ha sido -lo demuestra la historia-, un instrumento extraordinariamente importante para darles una característica y una identidad acerca de lo que hoy son.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, ciertamente voy a concurrir con mi voto favorable a aprobar esta iniciativa. He tenido oportunidad de escuchar diversas intervenciones de los señores Senadores y las señoras Senadoras: la mayoría lo apoyan y algunos manifiestan reparos.
Quiero -sin entrar a los temas técnicos tratados aquí ad nauseam- hacer la siguiente reflexión: todos los casinos municipales se crearon y desarrollaron antes de que tuviéramos una Ley General de Casinos en Chile.
En consecuencia, mal podría una ley posterior a la creación de casinos -creo que eso fue "un error", fue "inadvertido" o fue "el celo" de un tecnócrata- venir a regular, sobre la base del concepto racional y económico, que yo entiendo, de decir: "ley pareja no es dura. Toda comuna puede querer un casino. En consecuencia, voy a hacer una legislación que iguale la situación al final de un período".
Se estableció una normativa que posibilita tener casinos en Chile, oportunidad que antes no existía. Pero, de paso, debe hacerse cargo de casinos municipales de larga data.
No estoy de acuerdo -en esa oportunidad no era legislador y no me tocó pronunciarme sobre tal tema- con que una legislación que trata de darles oportunidades "a varias regiones o comunas de Chile" de tener su casino, por las razones que se estimen pertinentes cercene, afecte, limite o derechamente ponga en riesgo y elimine, como en el caso del de Viña del Mar, un casino municipal de 80 años de antigüedad.
Alguien podrá decir que son derechos adquiridos. ¡Creo que sí! Además, más que derechos adquiridos, son atributos de las ciudades. Al menos en el caso de Viña del Mar, ciudad que represento, si usted me pregunta por tres o cuatro hitos emblemáticos, puedo mencionar: Club Deportivo Everton, Reloj de Flores, Festival Internacional de la Canción y Casino de Viña del Mar.
Entonces, no me parece razonable que, con el afán bien inspirado de que otras regiones de Chile puedan tener un casino (y se regule si son dos o tres por región), de paso se termine afectando lo ya existente.
Debimos esperar alrededor de seis años para poner remedio a algo respecto a lo cual cuando se legisló se dijo: "Mire, al cabo de diez años quedará en el aire la posibilidad o no de que sigan existiendo los casinos municipales como los conocemos hoy, como consecuencia de que va a entrar a regir una legislación de carácter general".
Lo que hace el presente proyecto de ley es asegurar la existencia de los casinos municipales. Me habría gustado -eso se verá más adelante- que, en vez de consagrarse el derecho a ser sede de casino por períodos de 15 años renovables en tres oportunidades, se hubiera dispuesto su carácter permanente.
El Casino de Viña del Mar ya lleva 80 años, señor Presidente, y no habrá fuerza política capaz -créame lo que digo, señor Presidente; yo no voy a estar acá- de eliminar un casino que lleva funcionando todo ese tiempo, ni de aprobar una iniciativa para radicarlo, después de 45 años -lo digo con todo cariño-, en la comuna de Quintero.
¡Eso no va a ocurrir!
En consecuencia, la situación no era realista, pero sí lo que hacemos acá.
Por otro lado, debo señalar que este proyecto de ley viene mejorado. ¿En qué sentido? Junto con la oferta económica que se consagra, hay una oferta técnica que da un puntaje y permite participar en la económica, que contiene -lo discutimos mucho en la Comisión de Hacienda- elementos que exceden lo meramente económico y que se tendrán en consideración a la hora de favorecer un casino.
Estos establecimientos generan dos elementos: recursos o lucas en forma directa para los municipios -¡bien, bravo por los municipios!-, pero al mismo tiempo situaciones, impactos o externalidades positivas o negativas, alrededor de su funcionamiento. Y, en consecuencia, el tema del turismo sí es una realidad.
Estas palabras, las relativas al turismo, no son para la galería.
Voy a poner un ejemplo que escapa de nuestra realidad local, que, tal vez, refleja lo que señalo.
Hay un pequeño Estado-nación en el mundo llamado "Singapur", que era un modesto puerto y se transformó en un país experto en comercio internacional. Es un centro financiero. Sin embargo, le ha salido competencia: Hong Kong y Shanghái.
¿Y qué hizo Singapur? Prohibió el juego cuando se independizó, en 1959.
La persona que creó Singapur, que lo lideró -el señor Lee Kuan Yew, fallecido hace un mes-, quien fue una autoridad -valga la redundancia- "autoritaria", prohibió el juego, entre otras cosas, porque su padre era un ludópata. Pero él entendió, a mediados del año 2000, que Singapur tenía que seguir -son cinco millones de habitantes que están rodeados de grandes centros financieros y de comercio-, que el tema del turismo era fundamental para su país. Y autorizó, no uno, sino dos casinos. ¿Con qué condición? Con la de que el casino era secundario, y de que todo lo aledaño al entorno de tales establecimientos, todo fomento a la industria del turismo, todo incentivo relacionado con esta industria del turismo de convenciones resultaba importante.
Entonces, en Singapur tenemos un ejemplo de que el turismo y los casinos pueden ir de la mano si son desarrollados. Por eso, yo valoro lo relativo a la oferta técnica en esta iniciativa.
El segundo elemento que valoro es el rol que jugará la Superintendencia de Casinos de Juego a la hora de supervigilar la forma en que operen esos recintos, porque el día en que se promulgue la ley en proyecto dicha entidad va a poder solicitar la contabilidad y los libros de los casinos municipales, lo cual dará más transparencia.
Señor Presidente, en seguida, quiero referirme a algo muy complejo, que no genera consenso acá, relacionado con los casinos: el tema de las máquinas tragamonedas.
No creo que ellas le vayan a quitar competencia a los casinos, pues son elementos de distinta naturaleza. Sin embargo, me parece que constituye una hipocresía señalar que las máquinas tragamonedas son de habilidad y no de azar.
¡Eso es una hipocresía!
Y pondré otro ejemplo internacional de aquello. Esto lo digo de modo muy respetuoso hacia el Gobierno de Japón. En este país hay un sistema que se llama "máquina de pachinko", que es como el flipper. Uno se sienta en ella, mete una ficha y mientras más bolitas de acero saca más gana.
Pero dicen que no es un juego de azar, sino de habilidad, porque no hay una retribución en dinero. Si la persona obtiene 50, 100 u 800 pelotitas de acero las puede cambiar por un oso de peluche. Y el tamaño de este varía: si saca pocas bolitas el oso de peluche es más chico; si logra muchas es más grande. ¿Por qué? Se argumenta que el juego no es para generar plata. No obstante, por "casualidad", al lado de cada local de pachinko, donde uno a lo que más puede optar es a osos de peluche, cuyo tamaño -repito- varía según las bolitas obtenidas, hay tiendas que los compran. Entonces, la persona sale del lugar con su premio y al lado se lo compran. Además, en todas las tiendas que los adquieren estos tienen el mismo precio.
¡Eso es cinismo!
¡Y lo que se da hoy con las máquinas tragamonedas es eso!
Sé que hay dictámenes de la Contraloría sobre el particular. Con todo, quiero aprovechar esta oportunidad para señalar lo siguiente: "Bien, seguirán los casinos municipales; tenemos mejores reglas"; sin embargo, por lo menos hinquémosle el diente al tema de las máquinas tragamonedas, pues lo que hacemos es dejarlas correr debido a que les reportan recursos a los municipios donde se obtiene el permiso para su funcionamiento. Pero no son reguladas como corresponde, ni por la Superintendencia de Casinos de Juego, ni a la hora de velar por ese juego.
En resumen, señor Presidente, me siento contento con esta iniciativa, porque el problema de los casinos se arrastra desde hace mucho tiempo. En la Administración anterior hicimos numerosos esfuerzos para poner esta materia en tabla, para que hubiera una iniciativa legal. No resultó en esa oportunidad -no formulo juicios ni digo que fue bueno o malo ese Gobierno-, pero sí ahora.
¡Qué bueno que se va a aprobar este proyecto!
Al menos en lo que respecta a aquellas comunas que durante décadas han tenido un casino, creo que se pondrá fin a una incertidumbre y a una tremenda injusticia producto de una mirada muy tecnócrata, pero que erraba a la hora de entender que hay realidades más fuertes, como la existencia de casinos, cuya situación se ha arrastrado por bastantes años.
Por lo tanto, voto a favor de la iniciativa.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Guillier.


El señor GUILLIER.- Señor Presidente, uno puede considerar que ha habido municipios favorecidos con la ley que ahora pretendemos perfeccionar y que otras comunas tienen también méritos en ese sentido. Sin embargo, no me parece contradictorio que exista un proyecto que complemente esa normativa. Y considero que es preciso resolver el problema que afecta a los siete casinos municipales existentes.
Más allá de lo controversial que puede haber resultado en algunos momentos el debate sobre la existencia de casinos y de los temores de algunos sectores, la verdad es que sus efectos prácticos han sido extremadamente positivos.
Primero, porque han constituido un evidente aporte al turismo; segundo, porque su funcionamiento ha significado ingresos para las comunas, situación que se ratifica en esta iniciativa, sobre todo por la idea de establecer una oferta básica que beneficie a la comunidad respectiva. También han generado efectos en otras actividades productivas -generalmente, en el turismo, los restoranes, los hoteles, etcétera-. Además, son una fuente de empleo, aun cuando hay algunos aspectos que deberían revisarse, pues todavía existen casinos donde sus trabajadores se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, lo que debería abordarse de algún modo. Y resulta conveniente ver la manera de otorgarles cierta continuidad en esas casas de juego.
Tales temas podrían haberse agregado acá, pero ello no ocurrió.
Por otra parte, quiero señalar que la existencia de ciudades con casinos municipales es de larga data, y en ellas no se han presentado efectos negativos o que hayan originado alguna controversia singular.
Aún más, si bien los casinos están asociados a actividades que eventualmente pueden permitir malas prácticas, como lavado de dinero, narcotráfico y otras, lo cierto es que en Chile por lo menos esas experiencias no se han advertido. Por consiguiente, es dable suponer que con medidas adecuadas ello se podría controlar.
Asimismo, me parece que los casinos son un negocio no contaminante, sobre todo en algunas ciudades que, por razones turísticas, requieren diversificar su economía, abrirse a nuevos emprendimientos. Por consiguiente, no es una industria -entre comillas- que genere efectos negativos.
Ahora, evidentemente habría que reforzar algunos aspectos. Y, en este sentido, recojo algunas inquietudes planteadas aquí, por ejemplo, por el Senador Quinteros, sobre la vulnerabilidad de las condiciones laborales, lo que no se aborda, o la dificultad que existe para fiscalizar esta industria, como señalaba el Senador Harboe.
Igualmente, recojo las objeciones del Senador Araya en cuanto a que es justo evaluar si otras ciudades de Chile también reúnen condiciones y méritos para tener casinos municipales.
Sin embargo, esos elementos no son excluyentes del propósito central de este proyecto. Y, por lo tanto, casi todos estamos de acuerdo en aprobarlo.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Quintana.


El señor QUINTANA.- Señor Presidente, he querido intervenir porque este debate es importante, y lo saben muy bien los alcaldes que el día de hoy nos acompañan en las tribunas, provenientes de las comunas de Iquique, Arica, Viña del Mar, Natales, Pucón -un saludo para su jefe edilicio, Carlos Barra-, Coquimbo, Puerto Varas, como también los alcaldes en general y quienes siguen esta discusión, al igual que los municipios, que resultan fundamentales en este proyecto y en la discusión de esta materia que, como es sabido, ha tomado largos años.
Pienso que ahora estamos dando una de las respuestas más concretas.
Esta discusión partió hace más de una década, con bastante improvisación, con poca claridad en las reglas del juego, lo que es algo no menor. Y de ahí la incertidumbre que se prolongó por años, especialmente en siete comunas, donde -como conocemos- para cualquier municipio el contar con un casino significa ingresos importantes en beneficio de la ciudad, los que, complementados con los recursos del Fondo Común Municipal, constituyen la gran oportunidad y la gran herramienta para enfrentar los problemas de carencia social y para abordar los temas de desarrollo.
En ese sentido, me sumo a los dos objetivos planteados en este proyecto, como bien señalaron el Ejecutivo y los distintos señores Senadores: prorrogar por dos años las concesiones de los casinos municipales y, luego, incorporar a las ciudades sede a un régimen -cuestionado por algunos- de renovación de 15 años, que podría llegar a un total de 45.
Pero, tal como se ha reiterado acá, no se busca amarrar a determinado concesionario. No se trata de ver si Dreams, Monticello o Enjoy se adjudica la concesión, sino de garantizar la localización; o sea, que las comunas referidas seguirán siendo sedes de un casino de juego.
Ya lo decía el Senador Lagos Weber: Viña del Mar ha tenido durante 80 años un casino, y eso, por supuesto, termina siendo un atributo.
Lo mismo pasa en Pucón, en Puerto Varas, en cada una de estas comunas.
Más allá de las aprensiones que algunos han planteado en torno al aspecto social que trae aparejada esta actividad, creo que la discusión sobre su regulación es bastante legítima y válida.
Asimismo, es recomendable que los operadores de estos casinos e, incluso, los municipios, a los que les preocupa lo que sucede en sus ciudades, realicen estudios sociales respecto de las consecuencias negativas de esta actividad, indicando cómo mitigarlas.
Queda claro, con esta propuesta legislativa, que los casinos referidos van a seguir operando por mucho tiempo más y que el tope propuesto de 15x3 (tres períodos de quince años cada uno) permite asegurar -reitero- la localización.
Por otra parte, se enmienda la ley N° 19.995 para mejorar el régimen de casinos en general. Debemos preocuparnos también por la situación de los casinos que no son municipales.
Creo que son fundamentales las modificaciones planteadas en este ámbito, especialmente la que complementa la oferta técnica con la económica, las que no necesariamente van de la mano.
Hasta ahora no se han resguardado de buena manera los ingresos municipales. Y, finalmente, ese es el incentivo. Los alcaldes que nos acompañan en las tribunas saben que ese es el plus, la ventaja, de tener un casino.
Son muchas las comunas en Chile que quisieran tener un casino, como Temuco en La Araucanía. También hubiésemos querido contar con uno en la provincia de Malleco. Creo que, asociado a las zonas turísticas, habría sido un buen complemento.
Entiendo que en Chillán, según ha señalado el Senador Harboe, existe una discusión en un sentido similar.
En el fondo, los casinos debieran emplazarse en lugares que les otorguen el carácter de complementos atractivos al turismo y a la inversión, y no en donde la gente solo vaya a desarrollar un vicio y a perder plata. Lo que se busca es que gane la comuna, el territorio. La operación de los casinos debiera potenciar la capacidad turística y otras actividades económicas.
En definitiva -reitero-, entre las modificaciones propuestas a la ley N° 19.995, está la relativa a la oferta económica, que complementa la técnica, lo que va a permitir que los municipios en comento tengan mayores ingresos, más tranquilidad, mejores reglas del juego y una actividad más regulada.
Por cierto, no puedo dejar de referirme al tema de las máquinas de juego, al que han aludido distintos señores Senadores. Esta materia -los alcaldes saben- fue abordada en una mesa de trabajo, cuyas medidas tendrán que cumplirse. Este asunto también se encuentra asociado a aspectos de seguridad.
El Senador Tuma sostuvo que, para muchas familias, para muchos pequeños comerciantes, estas máquinas representan una oportunidad. Y eso hay que considerarlo. Sin embargo, debemos abordar los problemas de seguridad que esto pueda ocasionar.
Tal regulación es algo a lo que, por distintas razones, el Congreso le ha venido haciendo el quite. Es el momento de reforzar ese ámbito de trabajo de dicha mesa técnica.
En consecuencia, valoramos que se haya llegado hasta este punto; que se proponga una mejor legislación que la actual, y que sean las comunas las que ganen con esta nueva iniciativa.
Voto a favor.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Alguna señora Senadora o algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (33 votos a favor, 1 en contra y 2 abstenciones) y, por no haberse presentado indicaciones, queda aprobado también en particular y despachado en este trámite.
Votaronpor la afirmativa las señoras Allende, Goic, Muñoz, Lily Pérez, Van Rysselberghe y Von Baer y los señores Allamand, Bianchi, Chahuán, Coloma, Espina, García, García-Huidobro, Guillier, Harboe, Horvath, Lagos, Hernán Larraín, Montes, Moreira, Navarro, Orpis, Ossandón, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Quinteros, Rossi, Tuma, Ignacio Walker, Patricio Walker y Andrés Zaldívar.
Votó por la negativa el señor Girardi.
Se abstuvieron los señores Araya y Letelier.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra la señora Ministra Ximena Rincón.


La señora RINCÓN (Ministra Secretaria General de la Presidencia).- Gracias, señor Presidente.
Honorable Senado; estimados Senadores y Senadoras; queridos alcaldes: de la comuna de Arica, señor Salvador Urrutia; de Iquique, señor Jorge Soria; de Coquimbo, señor Cristian Galleguillos; de Viña del Mar, señora Virginia Reginato;...
--(Aplausos en tribunas).
¿de Pucón, señor Carlos Barra; de Puerto Varas, señor Álvaro Berger, y de Puerto Natales, señor Fernando Paredes:
En nombre de la Presidenta de la República, señora Michelle Bachelet; de mi amigo y colega Alberto Arenas, Ministro de Hacienda; del Subsecretario de Hacienda, señor Alejandro Micco; del Superintendente de Casinos de Juego, señor Renato Hamel; del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que dirijo, y de todos sus equipos, quiero agradecer, sinceramente, el tremendo esfuerzo que han realizado.
Del mismo modo, valoro la comprensión que ha tenido el Senado de la República para abordar un asunto que venía arrastrándose desde hace mucho tiempo.
En especial, deseo reconocer la labor de las Senadoras y los Senadores de las comunas que representan estos siete alcaldes.
Hace casi diez años, cuando se legisló sobre esta materia, no fuimos capaces como país de resolver la problemática que enfrentaban estos casinos municipales.
Gracias a esta iniciativa, que se trabajó en conjunto con los equipos municipales, con el Ministerio de Hacienda, con la Superintendencia y con nuestra Cartera, finalmente contaremos con una legislación que repara aquel error.
Creo que así se construye país. Creo que así vamos avanzando y recogiendo las aspiraciones de hombres y mujeres por hacer que el desarrollo sea parte de todo el territorio.
Reitero nuestros agradecimientos como Ejecutivo por este trabajo hecho en conjunto; por la convicción que había detrás de los equipos que lideraban cada municipio, cada Ministerio y la Superintendencia; por el compromiso de ustedes como legisladores por hacer de esta una mejor legislación y corregir los errores que se originaron en un esfuerzo legislativo anterior.
De esta forma vamos construyendo un mejor país.
Repito los agradecimientos de la Presidente de la República, quien se había comprometido a solucionar este problema, y hoy, a poco más de un año de haber asumido su segundo mandato, así lo hace.
Muchas gracias, señor Presidente.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Ministro Alberto Arenas.


El señor ARENAS (Ministro de Hacienda).- Señor Presidente, deseo saludar a todos los Senadores y las Senadoras en esta Sala.
Siendo muy conciso, les agradezco el apoyo transversal que dieron al proyecto: hubo 33 votos favorables.
Asimismo, valoro el trabajo que se desarrolló en la Comisión de Hacienda del Senado, por la muy buena disposición que se observó no solo para escuchar las distintas materias, sino también para perfeccionar el texto de la iniciativa.
El Ejecutivo cumplió sus compromisos y escuchó atentamente a los sectores involucrados plantear los problemas que enfrentan los casinos municipales. Sostuvimos varias reuniones con los alcaldes y la alcaldesa para conversar sobre esta materia.
Con convicción avanzamos en un diseño institucional que les dará a los casinos municipales la estabilidad que requieren en el contexto de la Ley General de Casinos.
Por eso, señor Presidente, quiero reconocer el apoyo transversal entregado hoy a esta iniciativa.
Además, cabe resaltar que su aprobación en ambas cámaras se logró en tiempo récord.
Ello genera un precedente tanto en lo relativo al marco de estabilidad financiera que necesitan esas comunas, como en lo concerniente a la regulación de la institucionalidad de los casinos.
Hemos logrado un equilibrio para resolver problemas del pasado y entregar estabilidad al sector con total transparencia. De este modo -y lo digo con bastante responsabilidad-, se ha conseguido un respaldo transversal aquí, en el Congreso.
Agradezco una vez más el respaldo que se ha dado al proyecto de ley, con el cual hemos dado cumplimiento -como ha sido siempre- a una promesa programática del Gobierno de la Presidenta Bachelet.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- A usted, señor Ministro.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor NAVARRO (Vicepresidente).- Agradecemos la presencia de alcaldes, concejales y, también, de dirigentes sindicales y trabajadores de casinos.